Etiqueta: costumbrismo

  • Fiesta de San Pancracio; la pereza de los catalanes

    Un dicho está en uso en este pais, el cual dicho revela por sí solo el carácter y las inclinaciones de los habitantes. San Pancrás, salut y feina. Hé aqui el dicho que es una profesion de fe civil de nuestros antiguos catalanes, quienes solo pedian salud y trabajo. Muchos son los que hoy tampoco desean otra cosa; mas por desgracia de todos, los hay en abundancia que en vez de pedir lo segundo piden otras varias cosas, que al fin del año no pocas veces les darán resultados peores de los que á sus abuelos dió el trabajo. No puedo decir por qué se invoca á san Pancracio al pedir esas dos cosas, mas alguna relacion tendrá eso con el santo, cuando el dicho lo reza, y cuando en el altar inmediato y á la izquierda del mayor en la iglesia del Pino hay dos cuadros que confusamente indican algo de la materia.

    Bendito sea san Pancracio, cuya fiesta se celebra hoy, y sea nuestro intercesor para que todos tengamos trabajo, ya que Dios nos condenó á comer el pan con el sudor de nuestro rostro, y ya que la esperiencia enseña que el hombre que huye del trabajo se encuentra con trabajos, peores por su número y por sus consecuencias que el trabajo de que quiere librarse.

  • Fiesta de San Isidro

    Ningun santo por encumbrado que fuese el lugar que ocupó en el mundo, cuenta con tantos clientes como el bendito san Isidro, y no sabemos si quizás serian los hombres mas felices si fuese mayor el número de esos clientes. Muy lejos nos llevaría el discurso, si dándole rienda suelta escribiéramos todo lo que nos iría dictando, y fuera necesario meternos en el resbaladizo terreno de la ilustracion, y pasearnos por el escabrosísimo de la política, en donde nos saldrian al paso los amigos de la agricultura y los defensores de la industria, y al fin y al cabo despues de tropezar y de resbalar y de andar á gatas, probablemente acabaríamos por rompernos la cabeza, y decir grandes y muchos disparates en concepto de unos, y verdades como el puño en opinion de otros. Recorran pues esos terrenos los que escriben ad hoc, como suele decirse en la moderna jerga, y hablen y desbarren, que todos lo hacemos, que es una bendicion de Dios.

    El Añalejo avisa hoy á los devotos de Barcelona para que acudan á la iglesia de san Pedro de las Puellas, en donde los hortelanos de las inmediaciones de la puerta nueva obsequian con una solemne misa á su patron san Isidro, y avisa tambien á los devotos del Pla, que los labradores de Sans, Sarriá, las Corts, san Gervasio, Gracia y otros pueblos obsequian asimismo al santo labrador con una buena funcion en la iglesia, y luego festejan á las doncellas y casadas con bailes de envelat y de salon, en donde ellas y ellos se divierten á mas y mejor, y nó tan candorosamente como se divertía san Isidro. Si este santo viene en dia de entre semana, los bailes suelen reservarse para el primer domingo, lo cual prueba que nuestros labradores son amigos del baile, pero nó tanto, que por él olviden el trabajo, lo cual es uno de los rasgos que hacen la apología de estas honradísimas gentes. Quiera san Isidro ser su intercesor para con Dios, á fin de que tengan tan buenas cosechas como merece su continuo y duro trabajo, el mas pesado y molesto de cuantos ejerce el hombre, y el que por desgracia queda muchas veces peor recompensado.

  • Fiesta de San Ivo, elogio de la abogacía

    No hay oficio ni profesion en el mundo en cuyo ejercicio no tenga el hombre mucho que sufrir y muchísimo que ofrecer á Dios, si los desempeña con conciencia, no separándose nunca del camino de la virtud, y no olvidando el amor al prójimo. Por esto vemos santificados varones de todas las clases de la sociedad. Papas, obispos, simples sacerdotes, abades, frailes, ermitaños, diáconos, emperadores, reyes, duques, militares, labradores, carpinteros, plateros, zapateros y hasta abogados. Y decimos hasta abogados, porque el vulgo que es el que menos trata con ellos, y de quien ellos menos reciben, ha dado en el chiste de creer que no es la abogacía la profesion mas á propósito para llevar al cielo á los que la ejercen, sin acordarse de que sin ellos muchos inocentes morirían en un patíbulo, y muchos fuertes usurparían la fortuna de los débiles. Al abogado le sucede lo que al médico; mientras el cliente y el enfermo padecen, el abogado y el médico son su consuelo y su esperanza, cuando estan salvados del peligro son unos ladrones: se tienen en cuenta las causas perdidas y los enfermos muertos, y el ingrato cliente y el ingrato curado creen que ganaron y se curaron porque debian ganar y curarse. Cómo ha de ser! la ingratitud es el primer vicio que hubo de castigar el Criador, y probablemente será de los últimos que castigue.

    Esta injusta prevencion no es esclusiva del vulgo, y á propósito de ello, recordamos que predicando de san Ibo abogado, que es el santo de hoy, el célebre P. Puig de san Sebastian, hombre de mucha fama y mas palabrero que orador, comenzó el sermon de esta manera: san Ibo fue abogado: abogado y santo, milagro de la Gracia: Ave María. A lo menos no se le puede negar á este retazo un gran fondo de elocuencia y gracia. ¡Era mucho hombre el P. Puig! De suerte que de lo dicho se deduce que la abogacía es para ganar el cielo tan buena como otra profesion cualquiera, y sabe Dios si lo es mas; y por esto tienen los abogados un abogado santo, que es su santo abogado, cuya fiesta celebran hoy en particular, pues el ilustre colegio no hace cosa alguna para demostrar que se alegra de tener entre los santos á un individuo que si viviera seria colegiado. Y no se crea que san Ibo llegó á ser santo sin su trabajillo y su por qué, en prueba de lo cual, sin acudir á leyendas añejas, citarémos los versos del abuelo de uno de nosotros añalejeros, que por mas señas era tan mal poeta como su nieto. Decia el abuelo panegirizando á san Ibo:

    Abogado fue san Ibo,
    En cuyo dictámen recto
    No hubo acepcion de personas
    Ni hubo acepcion de sugetos.
    Como abogaba de valde
    Y de nadie cobró derechos,
    Aunque siempre tuvo causas
    Nunca tuvo, el pobre, efectos.

    Confesamos de buena fe que si la primera cuarteta puede aplicarse á muchos abogados contemporáneos, no son pocos los que pueden apropiarse la segunda, y serán en mucho mayor número los venideros, porque segun son las hornadas de abogados que cada año van saliendo de las universidades, ó Dios lo remedia, ó la mayor parte tendrán que trabajar de valde. Para el cuerpo no será esto gran cosa, pero en cambio muchos podrán aspirar á ser santos, pues el hambre y la miseria son para la beatificacion méritos muy relevantes.

  • Fiesta de San Fortunato

    Hoy celebran sus dias los Fortunatos que son, ademas de los que asi se llaman, todos aquellos que, llámense Juanes ó Diegos, deben favores á la caprichosa fortuna, para la cual no es merecimiento la hombría de bien, ni el saber, sino la buena estrella. Dios se la conceda bonísima á nuestros lectores, á todos los cuales deseamos la felicidad de que, si nó en este año, en todos los otros celebren sus dias en el 1.º de junio.

  • De primos y primas en el día de los santos Primo y Feliciano

    El que hoy quiera felicitar los dias á todos los que responden nombrando el primero de los santos del dia, no tiene bastante con una resma de targetas. Pocos son en verdad los varones y las hembras á quienes en la pila puso el padrino el nombre de Primo ó Prima; mas en cambio de esta escasez, hay tanta abundancia de primos y primas extra bautismo, que dudo pueda encontrarse nombre de mas tocayos. Dejando á un lado todas las primas de los instrumentos de cuerda, que no son en corto número, y que por cierto se comen, á puro de romperse, la mitad de lo que ganan los violinistas y guitarristas; haciendo caso omiso de esas otras primas de jugada en papel del Estado, en billetes de banco y en acciones de empresas y sociedades, en las cuales primas sucede la rareza de que quien pierde, pierde y paga, y quien gana, gana, pero no siempre cobra; suprimiendo la hora prima de los romanos y la hora prima canónica; omitiendo las lecciones de prima y los catedráticos de prima que antes habia en las universidades y que han caido en desuso; dejando á un lado, decimos, todos esos primeríos, nos atenemos á otros dos, á saber, los primos de las primas, y los primos de las primadas.

    Tenemos por cosa de todo el mundo sabida que los primos de la primera de esas dos clases son incómodos de suyo, mequetrefes de las familias, guardianes importunos, usurpadores de derechos maridales y paternos, suplefaltas de novios, sobresalientes de cortejos, sustitutos de hermanos, terceros en domésticas discordias, encubridores de enredos, trastornadores de voluntades, trastos de tropiezo, pararayos de enojos, vichos de sobra, y entes que no pueden con exactitud incluirse en clasificacion ninguna. Los tales primos son los censos irredimibles de todas las familias. No hay ninguna entruchada entre ellas y ellos en que ora en pro, ora en contra, no ande barajado un primo. Ya los primeros amores de las niñas son suyos en calidad de primeros ocupantes, porque aun nadie ha observado que en la tal casa hay una muchacha que comienza á mugerear, cuando ya el primo está cansado de decirle que la quiere, y con el achaque del primerio hace mas de tres años que le anda buscando las vueltas en haz y paz de los padres de la mocosa, que temen del mozo que pasea la calle, y no tienen maldito el recelo del sobrino que á todas horas hace migas con la chiquilla. El primer apreton de mano, que es como el cabo de gastadores de los lances y sucesos amorosos , lo atrapa un primo sin que nadie lo pueda remediar; y aunque la rapaza cuando comienza á representar papel en el inundo llame la atencion de un ciudadano cualquiera que empieza por telegrafear, y procure despues estrechar las distancias, nó por esto se adelanta cosa alguna, porque entonces el primo se encaja de por medio , y aunque en rigor no es rival, hace oficios de ello, y no hay sino aguantarlo, porque en calidad de primo no bastan humanas fuerzas á separarlo de la querida. Él suple los ojos de la madre, él baila con la muchacha para impedir que baile el amante, la cela como un agente de policía, y es mucha fortuna si no da en la flor de ser un espía que trastorna los planes á duras penas fraguados entre los dos amantes.

    Entabla un jóven relaciones con una señorita y ella parece que corresponde, pues se asoma al balcon cuando pasa el mozalbete, y mira á la luneta en que el tal se sienta, y se vuelve á mirarle cuando sale del teatro, y á todo esto ni el papá ni la mamá se han dado cata de ello; pero suple por ambos el primito que no le pierde á V. de ojo y se complace en mortificarle, y si hay un baile allí se lo encuentran danzando con la prima, cuchicheando y sonriéndose con ella, y haciéndole muecas y poniéndole el pañuelo á la salida, y dándole el brazo en la escalera y en la calle, todo todito para mortificar al amante, al cual ni siquieía le queda el consuelo de poder romperle la cabeza, porque como primo, pertenece á la familia, y el amante respeta á todos los individuos de la familia de su querida. ¿Y daríamos nosotros los días á tales primos? Nó por cierto, y cuenta que á nuestra edad no nos incomodan los tales, pero sabemos que incomodan á muchas gentes, y estamos seguros de que continuarán incomodando hasta la consumacion de los siglos. Por esto aconsejamos á nuestros lectores que no den los dias á ninguno, y si entre los tales lectores hay algun primo, que sí los habrá, tómeselos si quiere, que no serán los dias la primera cosa que se habrá tomado en el mundo.

    En cuanto á los primos de las primadas les felicitamos de corazon, ya porque son necesarios en la sociedad, ya porque estan muy distantes de incomodar á nadie, ya porque nos consideramos tocayos en atencion á las muchas primadas que en este mundo nos han sido jugadas, á las muchas que nos jugarán todavía, á las infinitas veces que hemos pasado por primos, á las otras que nos han tomado por Ídem, y á la indecible facilidad con que nos dejamos primear por astutos y por tontos, por jóvenes y por viejos.

    A los primos de la primera especie torozones, tabardillos y calambres, á los de la segunda felicidades sin fuento y por muchos años.

    Tambien es hoy san Feliciano. Pónganse la mano en el corazon todos nuestros lectores, y á ver si hay uno siquiera que se considere en el caso de celebrar hoy sus dias. Si lo hay, puede estar seguro de que no tendrá tocayos. Bueno está el mundo para que haya hombres felices.

  • Víspera de Pascua de Pentecostés

    Víspera de Pascua de Pentecostés.

    Visita general de cárceles.

    Como es un acto prescrito por ordenanzas, y es costumbre en los tiempos que corren no obedecer órden, ley, ni rey, ni roque, por esto hacemos mencion de él, que de otro modo pasaríamos el dia sin mentarlo, porque no ocurre en él cosa que de contar sea. Eso por via de á propósito , que no son pocos los que piensan saber mandar , siendo muy pocos los que saben ó quieren obedecer. ¡Tenga Dios misericordia de nosotros! Feria de corderitos. La misma funcion que el sábado santo, aunque quizá con mcnos concurrencia. Romería á la ermita de San Mucio á espaldas de ‘la montaña de Collcerola que tenemos á la vista. Algunos jóvenes de buen humor se reunen en la tarde del dia de hoy, y precedidos de una música y de un estandarte guarnecido de flores y cintas, se dirigen hácia el citado punto á pasar las dos fiestas de Pascua. Dios les dé buen viage, que es lo único que podemos hacer, puesto que el punto de la escena está fuera de Barcelona.

  • Segundo día de Pascua de Pentecostés

    Segundo día de Pascua de Pentecostés.

    Fiesta de precepto, y supuesto que nada ofrece de particular, aprovechamos la ocasion para indicar la costumbre de nuestros menestrales y jornaleros en los dias festivos del verano, de salir al campo á solazarse. Todas las fuentes que manan en la cordillera de montañas que tenemos á la vista se ven rodeadas de gentes. Al amanecer deja el jornalero su habitacion bien cerrada, y en compañía de su familia y de algunos amigos, y cargado con su guitarra y con algunas provisiones de boca de las que no se hallan en las afueras de la ciudad, sale de ella para no volver hasta despues de puesto el sol, cansado de triscar por esos cerros, de cantar al son de su vihuela, y de charlar con sus amigos. El deseo de dar al cuerpo mayor ensanche del que le ofrecen las paredes del taller le obliga á salir al campo, una razon de economía le induce, sin duda alguna, en los dia que no devenga el jornal, á buscar en los pueblos vecinos los alimentos de primera necesidad, que un principio económicamente económico carga de impuestos en las mas numerosas poblaciones.

  • Antonio de Padua y los albañiles; patrones de tienda

    En la iglesia parroquial de los santos Justo y Pastor se celebra con mucha solemnidad la Resta de san Antonio de Padua. La concurrencia no es nada reducida pues son muchos los devotos, entre ellos algunos albañiles y canteros, y todos aquellos cuyas diarias ocupaciones los ponen en peligro de sufrir una caida ó fractura de miembros.

    Habrán visto nuestros lectores en el fondo y á poca distancia del techo de algunas tiendas un altarito con la imágen de un santo; pues aquel santo suele ser el patron de la casa, á quien sus dueños tienen devocion particular. La purísima Concepcion, la Virgen del Cármen y san Antonio son los que estan mas en boga, y sino fuera porque la costumbre de estos altaritos va de capa caida, añadiríamos de buen grado el nombre de santa Filomena. En la fiesta de cada uno de estos santos, los tales altaritos aparecen adornados con flores si la estacion lo permite, é iluminados con algunas velas de cera. Estas velas abundan en los altaritos de la purísima Concepcion en el dia de su fiesta, por falta de flores tal vez, tal vez porque los cereros la tienen por patrona: en los de san Antonio abundan las flores porque su fiesta cae en la primavera, siendo notables las coronas de mata de esparraguera, retama y siemprevivas, que para adorno delos altaritos del santo venden dispuestas las ramilleteras de la Bocaría. No faltan tampoco las azucenas, como que llevan en el pais el nombre de lliris de sant Antoni.

    Con esto y con dar los dias á todos los Antonios concluimos el artículo, nó sin advertir á los que asi se llamen que espresen al firmarse si son de Padua, para no confundirse con los que celebran sus dias por san Antonio Abad, ó san Anton, pues al paso que evitarán la repeticion de dias y los quid pro quos, darán cierto realce á su nombre, asi como si dijéramos, un cierto saborcito de nobleza, cuya ejecutoria se hallará consignada en las páginas del calendario.

    Otro tanto decimos á los Franciscos de Paula y á los de Asís y á los de Sales, y á las Catalinas de Rizzis, y á los Tomases de Aquino y á los Domingos de Guzman y á los Juanes de Dios, etc. etc.

  • San Gervasio (y su fiesta mayor), menos popular entre los barceloneses que la Virgen de la Bonanova

    Fiesta mayor en el inmediato pueblo de san Gervasio. Misa solemne por la mañana, baile á medio día, baile por la tarde y baile por la noche; se dan ramos á las hembras; la concurrencia de barceloneses es poca, porque si bien san Gervasio es el santo tutelar, mas que él llama la atencion la Virgen de la Bona nova que se venera en la misma iglesia y que cuenta con crecidísimo número de devotos de todas clases, y es en muchas leguas á la redonda una de las imágenes ante las cuales arden mas cirios en todas épocas del año. Su día le llegará y le dedicarémos algunas líneas.

  • Noche de San Juan

    Solemnes vísperas en la iglesia de san Juan Bautista, preludios de la fiesta que se celebrará mañana.

    Apenas huyen del horizonte los últimos rayos del crepúsculo dejando brillar algunas estrellas en el firmamento, cuando este aparece enrojecido por la llama de mil hogueras que se encienden en las quintas y poblaciones del llano que tenemos á la vista. En la ciudad se ha perdido esta costumbre á puro prohibirla las autoridades, para evitar algunas desgracias que con harta frecuencia sucedían. En el campo hay mas libertad, y el labrador enciende la hoguera de san Juan, si nó dominado por la idea religiosa que dominó á sus padres, por pura costumbre y para divertir á la caterva de chiquillos que saltan de parte á parte con peligro de chamuscarse la ropa, y tambien para deshacerse de todos los despojos de vegetales arrinconados, y que solo le sirven de estorbo en la era y en el estercolero.

    Lo que brilla y alborota
    una fiesta de san Juan!

    decia el bueno de Lope de Vega en su comedia titulada: Las flores de D. Juan. ¡Vive Dios! que si tal era en aquellos tiempos la fiesta , no se queda atrás en nuestros días en eso del brillo y del alboroto con motivo de salir las gentes á coger la verbena (buscar la bonaventura). A fe de quien somos que si trasnochando ó madrugando mucho se halla buena ventura, se la auguramos grande á todos los de la clase menos acomodada, á todos los que viven en los chiribitiles y desvanes caldeados por el sol de la estacion, y á todos los que no tienen otra cama en que dar descanso á sus miembros fatigados por el trabajo diurno, que un mal jergon sobre cuatro tablas.

    La supersticion ha inventado mil paparruchas que envuelven la noche de san Juan en cierto misterio poético. Dicen las viejas que á media noche se oyen los pasos de la hija del rey Herodes , condenada á bailar eternamente por haber pedido la muerte del Bautista en premio de su gracia en la danza. En la misma hora quieren algunos ver ciertos augurios de dicha ó de adversidad en el modo con que se combina el blanco de un huevo con el agua, ó en la casualidad de recoger una de las tres habas que se arrojan debajo de la cama, una mondada, otra á medio mondar y otra con el hollejo; siendo la primera, señal cierta de pobreza, la segunda, de mediana fortuna, y la tercera, de una prosperidad á pedir de boca.

    Ruidosa por demás es la noche. A las diez de la misma se derrama por esas calles un sinnúmero de cuadrillas de jóvenes de ambos sexos cantando unos al son de guitarras y bandolines y panderetas , berreando otros al chillido de un pito, y al baqueteo de un tambor y desgarrado rascar de cierto instrumento formado de pedazos de caña de á cuarta, atados unos con otros por los estreñios con que se imitan las castañuelas. (Este instrumento carece de nombre : póngale cada cual el que le venga en gana).

    Despues de la media noche estas comitivas van á dar fondo al paseo Nuevo, llamado paseo de san Juan, donde una infinidad de puestos de licores, bizcochos, anises y azucarillos etc. etc. ofrecen á la concurrencia con qué refrescar el paladar y suavizar la garganta enronquecida con la fuerza del canto. Retozan unos, gritan otros, cantan los de mas allá, y tiéndense estos sobre la yerba del glacis de la ciudadela allí contigua. El amor no deja de tener su papel en este drama, que tambien enamora el zafio á su manera, y si no pone algunas veces á raya sus modales bruscos, tambien lleva por ello su castigo, que de achaque de honor muy bien á la zafia se le alcanza, y si nó con razones, al puñete lo defiende. Donde la impudencia no opone ni las razones ni los puños, la naturaleza da una satisfacion á la sociedad envolviendo el escándalo en la oscuridad mas tenebrosa.

    Raya el alba, y todo este gentío del paseo de san Juan se distribuye y sale al campo, dirigiéndose hácia los cerros que estan á la vista para gozar de la frescura del agua de las fuentes que en ellos manan. La fuente llamada Trobada en la falda de Monjuich es la que mas concurrencia atrae.

    Dejemos á esas gentes solazarse hasta que vuelvan á sus casas rendidos de fatiga é instigados por el ardor de los rayos del sol. Rajemos á la ciudad porque ya ha amanecido el dia de san Juan, del cual vamos á rezar del mejor modo que podamos y sepamos.

  • Los cansancios y la feria de juguetes del día después

    No podeis figuraros, lectores queridos, la modorra, el sueño y la pereza que nos sobrecogió cuando llegamos al dia 24 de junio de 1848 en que nos vimos precisados á escribir el artículo correspondiente á este dia para añadir al Añalejo que estábamos zurciendo. Habíamos trasnochado para coger la verbena y poder enterarnos por vista de ojos de las costumbres de la noche pasada. Tambien tiramos las tres hahas (léase el artículo anterior) debajo de la cama en punto de la media noche, y acertamos á coger la del hollejo entero, lo que tuvimos á feliz pronóstico en órden á la suerte de nuestro libro. Esto contribuyó á amodorrarnos mas y mas. —Asi como asi, dijimos para nuestro capote, ha de tener éxito nuestra obra; ¿pues para qué cansarnos? —Pero, ¡mal pecado! acordémonos de que nuestro colaborador se llamaba, como se llama todavía, Juan, y que nos felicitó en su lugar y caso nuestros dias, y que fuera faltar á la amistad no corresponder á tamaña fineza. Como nos hallábamos cansados y no queríamos salir de casa, hicímoslo por escrito. No queríamos ni teníamos ganas de ocuparnos en el Añalejo, y habíamos de escribir una carta de dias que es lo mas insustancial y necio que escribirse puede. Borrajeamos la carta, y saliónos tal que lo mismo alumbra al santo que á sus devotos, y haciendo á todo, la insertamos á continuacion, si nó desde la cruz á la fecha, porque no está en la órden del dia el encabezar escritos con la señal del cristiano, al menos desde la fecha á la firma. Decia asi:

    Fecha ut supra (latinajo que la costumbre ha adoptado).
    «Amiguísimo Juan: Dios te dé salud y pesetas y te conserve con una y otras tantos años como pelos tienes en las barbas, que no es poco desear; pero líbrete de la importunidad de tener que oir la retahila de frases con que te dará los dias tu setentona criada, tu tiznado limpiabotas, y los repartidores de todos los periódicos á que estés suscrito. Déte paciencia para sufrir todas las visitas con que en el dia de hoy pueden molerte todos aquellos á quienes puedas dispensar buenos oficios, y sobre todo para escuchar todos los versos que te reciten todos tus sobrinos y todos tus ahijados. Sin embargo á esta clase de menor edad, conténtala: es la generacion que puede ser tu apoyo cuando no tengas muelas y tengas canas, ó no tengas ni lo uno ni lo otro. Madruga un tanto, y rodeado de esos pimpollitos vé á la feria de juguetes que hallarás en la calle donde está la iglesia de san Juan Bautista. Vé allá, y no lo dudes, pasarás un buen rato.»

    «El concurso es numeroso : la mayor parte de los que tienen la costumbre de madrugar los domingos y disantos para salir á dar un paseo por el mercado de las flores se trasladan á la escena de la feria. El sordo murmullo del gentío, el chiflido de los pilletes, el agudo sonido de los silbatos, la destemplada voz de los vendedores de agua fresca, y la de los chiquillos abaniqueros, y la del titerero, son cosas que cada una por sí sola basta para atolondrar la mollera mas dura y causarle á uno un tabardillo. Agrega á esa música las exigencias de tus sobrinitos que querrán comprar todo lo que les guste, y les gustará casi todo, y uno querrá un altanto, y otro un morrion y una cartuchera ó un sable, otro un santo de barro, y querrán ver en la linterna mágica; y las sobrinitas querrán una muñeca, y acabarás por gastar no pocos reales. Parécenos que estamos viéndote de vuelta de la feria con los susodichos sobrinitos: uno, el mas chiquitín , marchando delante baqueteando un tambor; otro marchando á derecha é izquierda, al frente y á retaguardia, tirando cortes y estocadas con su sable á cuantos perros encuentra; otro apuntando el fusil á todos los pájaros enjaulados que ve en los balcones, y la sobrinita cogida del faldon de tu gaban-frac besucando la muñeca y saltando para poder seguir el paso mas que regular que llevas á fin de salir cuanto antes de aquel infierno y librarte de la carga del altarito, de las figuritas de barro cuyos colores te embadurnan los guantes, y del ramillete de flores que te ha regalado alguna picarona hija de Adan.»

    «Adivinamos que vas á decirnos que no serás tú el que se encuentre en tales lances, porque ni es tu carácter, ni tienes por costumbre ir á las ferias. Sin embargo queremos decirte los inconvenientes de llamarse Juan en el dia de la fecha, y de ser soltero, y de tener sobrinos y ahijados á quienes hayas de contentar. ¡Cásate, chico! y tendrás escusa para no complacer á sobrinos y ahijados; y aunque continúes llamándote Juan, y tus hijos quieran llevarte á la feria, tendrás libertad para negarles la demanda ó darles un pescozon si no siguen los principios de urbanidad y compostura con que los hayas educado.»

    «Adios, Juan. En paz te queda.»

  • Octava del Corpus

    Octava del Corpus.

    Domingo.

    Por la mañana tiene lugar la [procesion] del hospital de santa Cruz. Precédenla todos los gigantones de Barcelona, á cuyos asistentes es fama se les sirve un almuerzo que lo constituye una fritada de sangre é hígado. Antes de salir á la calle pasa por las cuadras del hospital. No censuramos la intencion, pero la humanidad rechaza la costumbre. Antiguamente se obligaba á las niñas y jóvenes espósitas á asistir á esta procesion, lo que equivalía á sacarlas á pública almoneda, puesto que, segun se cuenta, el jóven que se prendaba de alguna de ellas y quería tomarla por esposa, no tenia mas que insinuarse tirándole el pañuelo, y lo demas se trataba despues con los señores administradores. En el dia queda desterrada esta costumbre: una de las pocas innovaciones buenas que hemos alcanzado.

    Por la tarde se celebra la procesion de Sta. María del mar. Como el palacio real está comprendido en el distrito de la parroquia, S. M. es pendonista perpetuo, y en comision lo es por una real órden particular el Excmo. Sr. capitan general de este distrito.

  • Octava del Corpus, 1848

    Miércoles.

    [Procesion] de la parroquia de los santos Justo y Pastor.

  • Otra fiesta, pero ¿de qué?

    Apenas desaparece la última luz del crepúsculo, cuando se reproducen las hogueras de la víspera de san Juan en la mayor parte de las casas de campo que hermosean el llano donde la ciudad se halla situada.

    Menos bulliciosa que la del 23 del corriente se presenta esta noche, pero su carácter es el mismo. Si el
    calor aprieta, la concurrencia en las calles y paseos es mucho mayor, porque se ven obligados los que viven en los semisubterráneos á buscar el aire libre, y los que habitan en los desvanes á bajarse á Barcelona, si no á coger la verbena, á lo menos á ensanchar el espíritu.

    Pásase la noche no durmiendo todos los que podrían, y no pudiendo todo los que quisieran. Las cantinelas, el rasguear de los bandolines y guitarras, y el coclear de las castañuelas se suceden á menudo, hasta que amanece Dios y empieza el sol á caldear con sus rayos el ambiente, que habia refrescado la brisa de la mar durante la noche.

  • Función en honor de San Miguel de los Santos

    En la iglesia de la Trinidad, hoy parroquia de San Jaime, se celebra una solemne funcion en honor del
    beato Miguel de los Santos que habia pertenecido á la órden trinitaria, y cuya imágen se venera en un altar de dicha iglesia. La concurrencia no es reducida, y de las tres partes las dos, son vecinos ú oriundos de Vich, capital de la montaña de Cataluña, donde se venera con notable devocion la memoria del beato.

  • La calle Regomir y las fiestas de San Cristóbal

    En una de las calles mas angostas de Barcelona (y sobre el origen de su nombre que es Regomir, andan discordes los autores que del caso escriben) hay un arco atravesado: debajo del arco hay un oratorio de cuya antigüedad responde una lápida que se ve al lado de la puerta: dentro del oratorio hay un altar, en el altar un santo, abogado contra ladrones (trabajo le damos al bueno del santo segun los tiempos que corren), y este santo es san Cristóbal, cuya fiesta celebra la Iglesia en el dia presente.

    Una especie de cancel que se abre hácia la parte esterior da mayor ensanche al oratorio, y reduce la latitud de la calle. El altar está adornado con flores y multitud de luces. En la plazuela inmediata, llamada del correo viejo, y en las aceras de la calle del Regomir se colocan los puestos de juguetes, intermediados por los de agua fresca y anises, y los de las primicias de la cosecha de avellanas, preludio de indigestiones y cólicos. Mucha gente, mucho barullo, mucho calor y grande asueto para los chapuceros vecinos de aquella calle. Es fama que en el dia que sigue al de san Cristóbal aparece negra la mar que baña las peñas de Monjuich, suponiendo que los que profesan el susodicho oficio aprovechan el asueto para ir á bañarse en aquellas aguas.

    Una cuestacion entre los vecinos del barrio en donde está el oratorio, rinde el suficiente producto para la fiesta, de la cual forman no pequeña parte las cadenas y farolitos de papel, y las ramas de lentisco ahorcajadas en los cordelitos dispuestos en la forma que dejamos descrita en 29 del pasado. La enramada de san Cristóbal es la que tenia pocos años atrás mas nombradla. Y no solo en la calle del Regomir, sino tambien en algunas otras se hace una fiesta semejante, improvisando el correspondiente altar con la imágen del santo.

    En esta como en todas las enramadas solian darse algunos espectáculos á los vecinos contribuyentes, corriendo sortijas, ó habiendo cucaña, ó armando á la caterva de chiquillos del barrio con un palo puntiagudo para que en una carrera se llevasen las manzanas que nadaban en el agua de un cuenco, á lo que se llamaba cossi de pomas. Algunas veces se pegaba una pieza de á dos reales en el suelo de una culinegra sarten para que la llevaran con los dientes, y mil cuquerías y lindezas tan cucas y lindas como ellas solas; y se divertían las gentes, y luego había merendonas en las casas, y bailecitos, y todo era diversion, y con esto venia el entrometido del Sr. Cupido y hacia de las suyas, y todo era cuchicheos etc., etc. En el dia no nos ha quedado de estas fiestas mas que lo feo. Es que nuestros tiempos nada tienen, que digamos, de hermosos.

  • Fiestas de Nuestra Señora del Carmen

    Funcion solemne en el templo de religiosas Gerónimas donde se halla establecida la parroquia de Nuestra señora del Cármen cuya fiesta celebra la Iglesia. Hay la consiguiente feria de juguetes avellanas etc. etc. en el Padró y calle del Cármen, la cual está muy concurrida por la tarde. No vayas allá, lector querido; te ahorrarás un tanto de calor, dos tantos de encontrones y un tantito de fastidio, caso que no seas aficionado á la clase de ama de llaves abajo. Sin embargo algunas vecinas de las que habitan en las tiendas de aquel barrio, bien merecen cuatro tantos de atencion por sus graciosos trages y su aire elegante, que no son las menestralas las que menos honor hacen al país por su lindo palmito y por su coquetería.

  • Fiestas de Santiago Apóstol y San Jaime, feria del último en la c/ de Fernando VII

    Desde la batalla de Clavijo, que es como si dijéramos mas de diez siglos atrás, podríamos contar la antigüedad del patronato que tiene en España Santiago, cuya fiesta celebra la Iglesia en el dia de hoy. Por supuesto que á aquellos buenos de los leoneses que la ganaron no debió de ocurrírseles, que andando el tiempo se agasajaría al buen apóstol en el dia de su fiesta á cañonazos, tal como lo hacemos los hombres de ahora: pero está dispuesto de este modo, y asi lo dejarémos, pues no queremos enmendar la plana al que inventó tamaños agasajos, y los llamó hacer la salva. ¡Cuán distinto significado tenia esta frase entre nuestros tatarabuelos! La manera de hacer la salva la señala una ordenanza; á ella nos remitimos: á las costumbres nos atenemos que nó á las leyes.

    La parroquia de san Jaime establecida en la iglesia que fuo de trinitarios calzados, celebra con toda solemnidad la fiesta de su titular. La situacion del templo da lugar á que la feria sea en este dia de las mas notables, dado que en otro tiempo Barcelona no haya celebrado en este dia una feria tal como la que celebra en el dia 21 de diciembre. Sea de esto lo que fuere; que hemos tomado por texto sic nunc sunt mores, estas son las costumbres de ahora, y no nos meterémos á indagar lo que ha pasado.

    La calle de Fernando VII presenta en este dia un aspecto agradable con los puestos de la susodicha feria. Juguetes, abanicos, libros viejos, avellanas, melones, mucha gente, mucho grito, muchísimo chiflido y pisoton, y buena oportunidad para darse á luz los jóvenes de ambos sexos, para feriarse y feriar; hé aqui lo que da de sí la feria de san Jaime.

    Por dos veces durante el dia está concurrida la feria: por la mañana desde las 7 á las 10, y por la tarde desde las 4 hasta que anochece: el buen tono prefiere la hora de la mañana.

    Sale la elegante de su casa vestida con premeditado desden: fériala el jóven de buen tono segun la franqueza que con ella use; y una caricatura de barro ó de carton, y unas avellanas lo de rúbrica. Con la caricatura se entabla la conversacion, las avellanas sirven para saborearla; y partiendo avellanas con las muelas, se dicen entre dientes cosas que de otro modo no se dijeran ó por prudencia, ó por justicia ó por templanza: la fortaleza queda para los dientes, y sin ella no so cascan avellanas.—Trac rrac: — esta avellana, señorita.— Está vacía.

    Las mamas van á la feria á acompañar á sus hijas, y á feriar á su hijo menor. Las hijas se ferian ellas, y
    saludan al contertulio, y bromean con el que va á su lado; y los afectos que sienten los disimulan allá dentro de su corazon, y su paso no se altera: el hijo menor llega á la feria y salta, brinca, da trescientos mil traspies y los hace dar á su mamá, cuyas rodillas abraza en ademan de súplica, se mete en cuantos charcos encuentra al paso, y recibe por ello mas de cuatro tirones de brazo y otras tantas sofrenadas: apetece cuanto alcanzan sus ojos, y quiere hacerse con todo lo de la feria, (no sabemos si hacen otro tanto las hijas) y quiere una cosa y luego la rechaza; (idem per idem ) y llora, y patea, y regaña la mamá, y sofócanse las hijas. A los acompañantes toca entonces mostrarse obsequiosos y comprar para el niño cuanto le viene en gana. Si puede haber en esto deseos de atraerse la benevolencia de la mamá ó de las hijas, sábenlo ellos. Hablará el tiempo y aclarará el enigma, y dirá cómo les habrá ido en la feria á las hijas de la mamá.

    La concurrencia de la tarde es mas bulliciosa, y no describimos sus circunstancias, porque la demasiada naturalidad que en ella reina perjudicaría el bello ideal del cuadro que quisiéramos presentar en bosquejo. El que quiera enterarse de lo que allí pasa vaya en buena hora, y buena pro le haga.

    En el dia de hoy celebra tambien la Iglesia la fiesta de san Cucufate, y siendo titular de una de las parroquias de la ciudad, es inútil decir que su párroco y comunidad de presbíteros tributan solemnes cultos al santo. Algunos puestos de juguetes se ven fuera de la iglesia á pesar de los muchos que forman la feria de san Jaime: esto prueba que no se desperdicia en el pais la menor ocasion de lucrar alguna cantidad por pequeña que sea.

  • Fiesta de Santa Ana, puestos de feria

    Solemne funcion en la colegiata y parroquia de santa Ana, cuya fiesta celebra la Iglesia en el dia presente. Feria en la calle de su nombre, restos de la del dia anterior.

    Muchas ferias hemos pasado sin que nos hayamos detenido en ninguno de los puestos que la forman, y
    dado que en todas las ferias se ven con corta diferencia los mismos ú otros parecidos tómese lo que vamos á decir por comun á todos los puestos de todas las ferias que hemos mencionado y queden por mencionar.

    Puesto A: tirantes, ligas, espejos de forma circular para afeitarse los que se afeiten, un crucifijo de estaño, una pila para agua bendita de lo mismo, una sarta de botones, y algunos otros chismes de asta.—Puesto B: cacharros para hacer cocinitas las niñas.—Puesto C: batería de cocina para las muñecas.—Puesto X: varias figurillas de barro, unos soldados, unos penitentes, unos curas, unos santos, unas caricaturas, cunas con sus correspondientes infantes en pañales, unos tamboriles, unas cornetas, unos fusiles, y unos sables, y unos morriones, y unos altaritos, y unas almohadillas, varias muñecas en pelota, y varias pelotas en forma de muñecas.—¡Habrá confusion! habrá baraunda! Sin embargo esto es un puesto de las ferias de Barcelona, y Barcelona no es mas que un puesto en la feria del mundo.

  • Fiesta de san Ignacio de Loyola

    En la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de Belen que fue de los PP. de la Compañía de Jesus, se celebra con toda solemnidad, la fiesta de san Ignacio de Loyola.

    Las religiosas de la Enseñanza de la misma órden tributan tambien á este fundador solemnes cultos.