Etiqueta: puerto de Barcelona

https://lh4.googleusercontent.com/-MOKn3YJ6noM/T2W8OcCxonI/AAAAAAAA5RI/gwQKLCWKKbY/s560/puerto.jpg //// Montaña / Molas (?), Puerto de Barcelona (1779) //// Capmany, Memorias históricas ////

  • Guido Janello inicia el enlace aéreo Barcelona-Palma con un viaje de ida y vuelta en un hidroavión SIAI S.9

    A las cuatro y treinta y dos minutos se recibió aviso de que estaba a la vista el hidroavión que salió esta mañana para Palma. En efecto, seis minutos más tarde pasó por encima del muelle de Barcelona, y a las cuatro y cuarente minutos tomó agua felizmente.

    Empleó en el viaje de regreso de Palma a Barcelona, una hora y cuarente y nueve minutos, recibiendo, al descender, una entusiasta ovación.

    Los pasajeros han dado detalles del viaje y han entregado ejemplares de varios periódicos de los que esta mañana se han publicado en Palma de Mallorca. También han traido un periódico publicado en las primeras horas de la tarde y en el que se relata la llegada a Palma del hidroavión.

  • Once ahogados al chocar dos embarcaciones en el puerto

    Al mediodía … se produjo un suceso en el puerto, que por sus desdichadas derivaciones reviste los caracteres de una verdadera catástrofe.

    Una de las golondrinas que prestan servicio de viajeros dentro del puerto, trasladándoles de unos muelles a otros, fué abordada por uno de los vaporcitos de la Compañía Arrendataria de Tabacos, tan violentamente, que la hizo hundirse en pocos segundos.

    Entre los pasajeros figuraban muchas mujeres y niños, lo que motivó el que la confusión fuese mayor y más angustiosa la ansiedad de cuantos presenciaron lo ocurrido.

    […]

    El siniestro, según algunos testigos presenciales [sic], se produjo en la siguiente forma:

    Estaban en la dársena el vapor Canalejas, y a su lado la golondrina número 2, de la viuda de Anglada. Navegando a una marcha, al parecer excesiva, venía en dirección contraria el vapor número 1, de la Compañía Arrendataria, el cual, al virar el Canalejas, se encontró a una distancia de pocos metros con la golondrina. Aunque dió marcha atrás, no pudo evitar el abordaje. La proa del vapor quedó empotrada en el costado de la golondrina, pero como el vapor siguió haciendo marcha atrás, al separarse la golondrina, se hundió en pocos segundos.

    Después de recogidos los náufragos, desde el vapor Infanta Isabel de Borbón intentaron levantar la golondrina, pasando algunos cables por debajo del toldo; pero se rompió éste, y el barco se fué al fondo.

    El casco esta quilla arriba, y aunque se cree que debajo hay 10 ó 12 cadáveres, nada puede afirmarse por el momento.

    La dotación de la golondrina se salvó, en contra de lo que se decía ayer tarde.

    […]

    Entre los episodios de que se tiene noticia, se recuerda el de un perro del Infanta Isabel, que se arrojó al agua detrás de los marineros, y logró salvar cogido por la ropa, a un niño de pocos meses.

    […]

  • Mueren los dos tripulantes al caer un hidroavión de la Aeronaútica Naval frente a c/ Almogávares 41, Pueblo Nuevo; dos hipótesis; un sacerdote ya experto; protestas del alcalde

    […]

    ¡Otras dos vidas caídas en la gigantesca lucha que, por la conquista del aire, sostiene el hombre!

    […]

    Serían sobre las 9’15 de la mañana … cuando del hangar del contradique de la Escuela de Aeronáutica Naval salió el hidroavión M.18-B con motor Hispano Suiza de 300 caballos, tripulado por el teniente coronel de artillería de la armada don Hilario Mamos y el marinero mecánico Miguel García de la Casa, de 22 años.

    Apenas hacía un cuarto de hora que el hidroavión volaba, cuando se notó que algo anormal ocurría en él. Repentinamente se vio que el aparato se inclinaba hacia delante, que los extremos de sus alas se doblaban, que una de éstas se desprendió y que el avión se desplomaba barrenando y caía en medio de la calle de Almogávares frente a la casa número 41.

    […]

    Mientras el aparato caía en barrena … se vio que a unos cincuenta metros de altura era despedido de él uno de los tripulantes, que fue a caer a pocos pasos del avión en la acera situada frente a lacitada casa número 41, quedando horriblemente destrozado. El teniente coronel pereció totalmente aplastado por el aparato, quedando su cuerpo hecho una masa informe.

    […]

    Poco después se presentaban también en el lugar del trágico suceso varios obreros y empleados de la compañía del ferrocarril del Norte y una sección de ametralladoras, al mando de un capitán, que estaba haciendo ejercicios en aquellas inmediaciones.

    Unos y otros, trataron d© prestar auxilio a los infortunados aviadores, aunque inútilmente.

    […]

    A propósito de la presencia del padre Planas en el lugar de la catástrofe, se recordó ayer que fue también él quien prestó los auxilios de la religión a los aviadores, víctimas del accidente de aviación ocurrido hace algunos meses en el pasaje de Escudillers.

    […]

    Un técnico que estuvo en el lugar del accidente explicaba las causas de la catástrofe, claro está que en el terreno de las hipótesis, de la siguiente manera:

    El hecho de haber sido encontrada la gorra del marinero mecánico a alguna distancia de su cadáver hace suponer que debió caérsele aquella prenda, siendo probable que hiciera ademán de cogerla, por lo que se levantaría la almohadilla de elevación sobre la que iba sentado. Al levantarse la almohadilla debió dar sobre la hélice del aparato, rompiéndola.

    Entonces el teniente coronel piloto —siempre dentro de la misma hipótesis,— debió parar el motor y se desprendió una de las alas dando un nuevo golpe a la hélice. Entonces el aparato barrenó cayendo a tierra.

    Esta explicación parece que es la que se aproxima a la realidad de lo ocurrido.

    Otro técnico decía que tal vez la catástrofe ocurrió a causa de haber sufrido «panne» en el motor, internándose entonces el aparato a la ciudad, cayendo precipitadamente a tierra desde una altera aproximada de los cien metros.

    Las dos alas desprendiéronse del aparato a corta distancia de tierra…

    […]

    El alcalde barón de Viver, dijo ayer mañana que se interesará de las autoridades de Marina para que se evite en lo sucesivo, de una manera absoluta, que los aparatos de aviación de la armada vuelen por encima de la ciudad. «Si no lo consigo, dijo, acudiré al presidente del Directorio, pues no puede tolerarse el peligro que ello significa para los ciudadanos».

  • El buque-rotor Bárbara, ensombrecido por dos héroes del raid aéreo de Madrid a Manila

    A mediodía el barón de Viver fue a Capitanía y al Gobierno Civil, para saludar a los señores Barrera y Milans del Bosch. Por la tarde, después de despachar algunos asuntos, estuvo el barón de Viver en la estación de Francia para despedir al capitán aviador señor Loriga y al mecánico sargento Pérez y, por la noche, asistió al banquete ofrecido a las autoridades por los armadores del buque rotor «Bárbara».

  • Llegan navíos japoneses

    El Rey y las infantas permanecieron en Barcelona hasta el día 26; S. M. la Reina, salió para Londres unos días antes. El día 24, S. M. visitó, después de haber sido cumplimentado a la división naval japonesa surta en nuestro puerto, compuesta por los cruceros «Yakumo» e «Ydzumo».

    Esta visita regia le resultó al Ayuntamiento poco costosa. Sólo se gastaron diez mil setecientas ocho pesetas, representando el mayor porcentaje las flores y los coches.

    Los dos cruceros japoneses habían llegado a Barcelona el 22 de octubre y eran los primeros navíos de dicha nacionalidad que habían visitado nuestro puerto. El jefe de la División era el vicealmirante Seisuke Yamamoto. En el buque insignia viajaban de incógnito los príncipes Fushimi y Yamosina, que usaban los títulos de conde Onda y conde de Sakura; les acompañaba, en representación del Ministerio de Estado japonés, el señor Jakichiro Suma, secretario del citado Ministerio.

    Para recibirles, se trasladó el ministro plenipotenciario del Japón en Madrid, señor Tamekichi Onta, acompañado del primer secretario de la legación, señor Jorge Zogi Amasia y del secretario intérprete de la misión, señor Wakabayashi.

    Al lado de todos estos nombres, tan enrevesados de pronunciar, era un alivio hablar y llamar al cónsul general del Japón en Barcelona, don Jorge Delgado Granger, por supuesto español, La coincidencia de la visita de SS. MM. y de la escuadra japonesa proporcionó una gran animación a nuestra Barcelona de 1926, que río llegaba, ni con mucho, al millón de habitantes y en que la gente cono-» cida y aquí acomodada vivía, generalmente, de la Diagonal abajo.

    Un banquete por diez duros

    Los japoneses dieron un admirable ejemplo de corrección, desde el vicealmirante hasta el más humilde marino. En todos los actos oficiales hicieron gala de su distinción y no digamos de la habilidad de todos a la hora de las reverencias, que eran casi las veinticuatro del día. Para quedar un poco bien me vi precisado, a solas, a hacer ejercicios de cintura, para no quedarme atrás.

    El día 25 de octubre por la noche hubo banquete en el Hotel Ritz, mas un lunch que se sirvió a los oficiales al visitar el Ayuntamiento. El vicealmirante, el día 26, invitó al alcalde, barón de Viver, a un almuerzo que se sirvió a bordo de la nave almirante «Izumo».

    El banquete que se sirvió a los marinos japoneses en el Hotel Ritz, costó cincuenta pesetas cubierto y se compuso del siguiente menú:

    Ox-tail soupe aux perles
    Langosta cardinal
    Solomillo salsa Perigueux
    Patatas – zanahorias
    Alcachofas forestal
    Poulardes du Mans asadas
    Ensalada de apio
    Peras a la infanta
    Pastas y dulces
    Frutas
    Café.

    VINOS
    Amontillado Polo,
    Haut Sauternes,
    Vinícola Especial 1900,
    Paul Barr Dry 1910,
    Aguas minerales,
    Licores.

  • Fundación del Centro del Apostolado del Mar de Barcelona, Stella Maris

    […]

    El Apostolado del Mar en el Puerto de Barcelona.

    Conocedor el Excmo. y Rdmo. Sr. Obispo de la Diócesis de Barcelona, Dr. D. José Miralles y Sbert, de la importancia de la Obra, de la cual le habló con vivo interés el secretario de la Asociación de Eclesiásticos para el Apostolado Popular, manifestándole el vivo deseo de establecer y organizar un Centro de Apostolado del Mar en el puerto de Barcelona, aprobó esta iniciativa de apostolado marítimo, facilitando su inmediato establecimiento, aprobando el Reglamento por que debía regirse el Centro.

    El Centro del Apostolado del Mar, Asociación Benéfica de Carácter Religioso y Social. Domicilio Social.

    Aprobado, igualmente, el Reglamento del Centro por la autoridad gubernativa, de conformidad a la Ley de Asociaciones, en 23 de abril de 1927, establecióse en Barcelona, en el local de la Asociación de Eclesiásticos para el Apostolado Popular, en la calle de la Canuda, número 10, en donde funcionó hasta que creciendo la obra y necesitando locales amplios y capilla semipública para atender debidamente al aspecto social y religioso, se trasladó a otros locales.

    Un Centro del Apostolado del Mar en el Puerto de Barcelona.

    La Ilustre Junta de Obras del Puerto y su Ingeniero director, en aquella sazón don José Aixelá, miraron con gran interés la Obra de Apostolado del Mar, y comprendiendo todo el bien que podía reportar para el beneficio espiritual y material de los marineros y de los obreros portuarios, acordaron arrendar, mediante un exiguo canon anual, el local que anteriormente tuvo la propia Junta de Obras del Puerto, en el edificio de la Casa de máquinas, hoy derruida, que existía en el muelle del Depósito, cediendo el pabellón N. en su planta baja y primer piso. De este modo quedó instalado el Centro en su nuevo local, que bendijo el Excmo. y Rdmo. Sr. Obispo, Dr. Miralles. La Prensa dio noticia del acto. Al domingo siguiente tuvo lugar con toda solemnidad la inauguración de la capilla semipública. Celebró la Santa Misa el Rdo. Dr. D. Luís María Brugada, Pbro., predicando un inspirado y piadoso sermón el M. I. Sr. Dr. D. Mariano Vilaseca, Canónigo y Presidente del Centro.

    […]

  • Mil jovenes fascistas italianos, entre los cuales dos hijos del Duce, llegan para la Exposición; el alcalde se encuentra fuera

    Ayer, a las nueve y media de la mañana, recaló en el puerto, anclando en el muelle de Barcelona, el vapor italiano «Cesare Battisti», a bordo del cual viajan mil ciento cuarenta jóvenes italianos pertenecientes a las vanguardias fascistas.

    En el muelle esperaban la llegada de los jóvenes vanguardistas el gobernador civil, señor Milans del Bosch; el teniente de alcalde señor del Río, que representaba al alcalde [Darius Rumeu y Freixa]; el coronel del ejército italiano señor Chiappa; el cónsul y vicecónsul dé Italia en Barcelona, representaciones de todas las entidades italianas radicadas en nuestra ciudad, gran número de personal de la colonia y del fascio local y una numerosa representación de la Juventud de Unión Patriótica, con su presidente, señor [Pablo] Marsal.

    Al echar anclas el buque, la charanga de la Legión de San Jorge, de Carrara, que acompaña la expedición, tocó los himnos nacionales español e italiano y el himno fascista, que fueron saludados con aplausos por cuantos, desde tierra, esperaban a los visitantes.

    Al frente de los «vanguardistas» vienen 60 oficiales, y entre aquéllos, como simples soldados de filas, figuran dos hijos del jefe del Gobierno italiano, los jóvenes Bruno y Victorio Mussolini, de trece y diez años respectivamente.

    Los expedicionarios desembarcaron inmediatamente, formando con gran marcialidad a lo largo del muelle.

    Una vez cambiados entre las autoridades y el comandante de la tropa expedicionaria los saludos de rigor, ésta desfiló, con su charanga al frente, al mando de los señores Balducci y Calderai, dirigiéndose por las Ramblas y calle de Fernando a la Plaza de San Jaime. Su paso fue presenciado por numeroso público. En el Ayuntamiento los «vanguardistas» fueron recibidos por el señor Bonet del Río, en representación del alcalde, y por el señor Ribé, cambiándose afectuosos saludos en el Salón de la Reina Regente.

    Los señores Chiappa, Balducci, Canepa y Calderai, con los señores Bonet del Río y Ribé, salieron al balcón principal dé las Casas Consistoriales, para presenciar el bello espectáculo que ofrecían los 1.140 «vanguardistas» formados en la Plaza.

    A continuación el señor Bonet del Río les dirigió la palabra, saludándoles en nombre de la ciudad. Hizo votos porque su breve estancia en Barcelona sea grata a los jóvenes italianos y porque su visita sirva para intensificar las relaciones y sentimientos de amistad entre su país y el nuestro. Tuvo frases de admiración para el fascismo y para los sentimientos de exaltación patriótica que representa, y terminó brindando por Italia, por el Rey Víctor Manuel y por Mussolini.

    El comandante Balducci respondió a estas palabras con otras de gratitud por la acogida hallada en Barcelona, y dio vivas a España, al Rey Don Alfonso XIII y a Primo de Rivera. Ambos parlamentos fueron acogidos con los clásicos saludos fascistas y los himnos italiano y español.

    Seguidamente los expedicionarios se dirigieron al Palacio de la Generalidad, cuyas dependencias visitaron, acompañados por el conde del Montseny.

    Mientras los visitantes recorrían el palacio, la banda de la Legión de San Jorge interpretó algunas piezas en el Patio de los Naranjos.

    Luego estuvieron los jóvenes italianos en la Catedral, que también visitaron con viva atención.

    Efectuadas estas visitas se dirigieron en brillante formación militar al puerto, embarcando de nuevo a bordo del «Cesare Battisti», donde comieron.

    A las tres y media de la tarde volvieron a bajar a tierra los vanguardistas, dirigiéndose a la Plaza de Cataluña, desde la cual marcharon, en tranvías, al Tibidabo.

    A las siete y media de la tarde regresaron a la ciudad, marchando una nutrida representación al local de la Juventud de Unión Patriótica, en donde se había organizado un acto en su honor.

  • El «Conde Zeppelin» sobrevuela Barcelona

    Barcelona saluda entusiasmada el paso de la gran nave aérea

    Aun cuando, según radiogramas recibidos en el consulado de Alemania, el «Conde Zeppelin», que salló ayer, a las siete de la mañana de Friedrichshafen, pensaba llegar a Barcelona alrededor de las cuatro de la tarde, favorecida su marcha por un viento algo fuerte de popa, aumentó la velocidad haciendo su aparición sobre nuestra ciudad, a las tres y diez minutos.

    Apenas dibujóse en el horizonte la grácil silueta del «Conde Zeppelin» salió en su busca desde el Prat, para recibirle y escoltarlo, un trimotor «Hansa» que llevaba a bordó al director de la Aeronáutica don Manuel Flores; al doctor Ewnaiwald [sic], apoderado del comisario general en la Exposición, de Alemania; al doctor Gebsardselos, al señor López Ramírez delegado de las líneas aéreas subvencionadas Classa; a don Juan López Cayetano; al concejal del Ayuntamiento en representación del alcalde, y de la Exposición, señor Via Ventalló; a la señora Grtrichert [sic] y al doctor Thil.

    El señor Vía Ventalló, se comunicó por radiotelegrafía con el comandante del «Conde Zeppelin», saludando, en nombre del alcalde y de la ciudad, a los pasajeros que venían en el dirigible. Le contestaron del dirigible agradeciendo el saludo y dando un viva a España.

    Además de esto avión, se elevó también en el Prat, saliendo al encuentro del dirigible y escoltándole mientras permaneció en Barcelona, otro aparato «Junkers», ocupado por distintas personalidades.

    La grandiosa aeronave alemana, volando majestuosamente a unos quinientos metros de altura, entró en contacto con la ciudad por la parte Norte, siguiendo la línea de la costa. Continuó después hasta el monumento a Colón y allí viró, enfilando las Ramblas y llegando hasta la Diagonal. Aquí volvió a virar hacia la parte del mar, por donde había llegado, desde donde, diagonalmente, atravesó la ciudad, pasando sobre la Exposición y poniendo proa al aeródromo del Prat.

    La atmósfera, bastante despejada ya a aquella hora, permitía admirar con claridad al dirigible, en cuyos costados se veto, perfectamente la inscripción «Graff [sic – no tan perfectamente] Zeppelin» en rojo y el distintivo «DLZ 127».

    En cuento se oyó el ruido de los motores, terrados y azoteas, balcones y ventanas, se llenaron de gente que presenciaba admirada las magníficas evoluciones de la gran nave aérea.

    También era las vías públicas se congregaba el público para presenciar su paso.

    El «Zeppelin» arroja una saca de correspondencia

    El «Conde Zeppelin», a su paso sobre el Paseo de San Juan, arrojó una bolsa conteniendo correspondencia para distintas personalidades de la capital.

    Fue a caer la bolsa delante del establecimiemto de jabones que don Delfín Vila tiene establecido en el número 109 de dicho paseo.

    Un dependiente del establecimiento, la recogió, lo entregó a su principal y éste a su vez lo hizo al inspector de vigilancia don Luis de León y Borras, que apresuradamente y fiel cumplidor de la misión que se le había encomendado, la llevó a la Administración Principal de Correos, en donde hizo entrega de ella.

    Continuó el «Conde Zeppelin» sobre la ciudad y el puerto, siendo a su vuelo sobre éste, saludado con extraordinario entusiasmo por la tripulación del «Koenigsberg» crucero alemán, como es sabido, anclado en nuestras aguas.

    En el aeródromo del Prat

    Desde primeras horas de la tarde acudieron al aeródromo del Prat, numerosas personalidades de la colonia alemana, no obstante saberse que por falta de los elementos necesarios el dirigible no podría amarrar.

    También se hallaban presentes en el campo de aviación toda la oficialidad de la Aeronáutica militar y no pocas personas de relieve de la capital.

    El jefe del aeródromo ordenó que un desacamento de 450 hombres estuviese dispuesto para cualquier eventualidad.

    A las cuatro treinta y cinco llegó el dirigible al aeródromo, descendiendo a poca altura y evolucionando sobre el campo. Incluso llegó a parar sus motores para ponerse más fácilmente en comunicación con la estación de radio del aeródromo. El «Conde Zeppelin» permaneció inmóvil en el aire cerca de diez minutos.

    Nuevo vuelo sobre la ciudad

    Puestos en marcha nuevamente los motores, la hermosa nave aérea se dirigió otra vez sobré la ciudad, evolucionando sobre sus principales vías y llegando hasta el Tibidabo.

    El público, ahora más numeroso que antes, que llenaba calles y plazas saludó al dirigible, agitando sus pañuelos, volvieron a coronarse de gente las azoteas.

    A las cuatro y veinticinco, el «Conde Zeppelin» cruzó de nuevo las Ramblas, pasó sobre la Exposición y continuó su interrumpido viaje por España, después de haber permanecido sobre Barcelona más de una hora.

    La gran aeronave alemana desapareció en el horizonte después de haber tomado rumbo del tercer cuadrante sudoeste.

    Tanto al volar sobre la Exposición como en el Prat, los fotógrafos aprovecharon la menor altura del dirigible para impresionar numerosas e interesantísimas placas.

    El paso del «Conde Zeppelin» por nuestra ciudad, constituyó ayer uno de los más importantes números del programa de la semana alemana.

    Reaparición de la aeronave

    A las once y cuarto de la noche volvió a aparecer el «Conde Zeppelin» sobre Barcelona. La hermosa nave aérea, que procedía del Sur, pasó por la Montaña de Montjuich, evolucionó a gran altura sobre la ciudad y se dirigió nuevamente a la Exposición, por encima de cuyo Certamen dio tres grandes vueltas.

    En cuanto el dirigible fue divisado desde la Exposición, le fueron enfocados los reflectores del Palacio Nacional, acompañándole sin cesar mientras volaba majestuoso y seguro. Los focos, dirigidos en forma de abanico, alcanzaban a toda la nave, iluminándola en toda su longitud, mientras daba vueltas alrededor de la montaña. El espectáculo era realmente fantástico. Por encima de las hogueras de luz de la Exposición, el «Zeppelin», plateado por los rayos de los reflectores, semejaba un enorme pez nadando sobre el azulado mar del cielo.

    Millares de barceloneses, al oír el característico zumbido de los motores de la aeronave, se apresuraron a salir a los balcones, para ver de nuevo al «Zeppelin» cruzando por el cielo nuestra ciudad.

    A las once y treinta y cinco el «Conde Zeppelin» abandonaba Barcelona, desapareciendo en la obscuridad de la noche, después de haber tomado rumbo Norte.

    Durante largo trecho la nave aérea fue enfocada por el reflector del crucero alemán «Koenigsberg», anclado en nuestro puerto.

    Al parecer, el «Zeppelin» iba de regreso a su base.

  • La vuelta de Andrés Nin desde Moscú, entrismo trotskista

    In September 1930, [Andrés] Nin returned [from Moscow] to Barcelona… [Joaquín] Maurín hoped that he would enter the new party [Bloque Obrero y Campesino]. But Nin, with all the friendship that linked him to Maurín and the sympathy he felt for the new party, was too closely tied to Trotsky. The latter demanded that his Spanish followers preserver their identity and continue working within the official P.C.E., under the banner of the «Communist Opposition.»

    On October 23 1930, Nin wrote to Trotsky his impressions following his return to Spain. Excerpts from their correspondence, as translated and circulated by Trotsky’s «secretariat,» included Nin’s observations:

    Now we have: 1) the official [Communist] party [PCE], which has no effective force and no authority among the masses; 2) the Communist federations of Catalonia and Valencia, which have been excluded from the party and which, in reality, together with the most influential groups of [Asturias] and a few other places, constitute in fact an independent party; 3) the Catalan Communist Party [Partit Comunista Català], which has a good elite leadership, counts on a certain influence among the dock workers of Barcelona and dominates the workers’ movement in Lérida; and 4) the Left Opposition (Trotskyist) [Izquierda Comunista de España]. The latter has no force in Catalonia.

    A week later (November 12), Nin wrote to Trotsky regarding Maurín, who, «notwithstanding his hesitations, is very intelligent, and above all, a very honest comrade.» «La Batalla» seemed to him to be «confusionist» and he hoped Maurín would soon become a Trotskyist…

    At the end of December 1930, Nin also found himself in the Model Prison, arrested after the general strike in Barcelona…, and he wrote … an article for «L’Hora,» in which he defended the same point of view as Maurín on the necessity of the proletariat completing the bourgeois-democratic revolution.

    Nin found himself … between a rock and a hard place: he wanted to enter the party that was being set up, and he knew that within it he would find a good place, but at the same time, out of loyalty to Trotsky, he felt this entry should be undertaken to conquer the new party and convert it into a Trotskyist organization.

  • Revolución social en las afueras

    De volgende morgen in alle vroegte werd ik gewekt door schoten. Geïsoleerde knallen en het doffe dreunen van kanonnen in de verte. Daartussen gaapte een doodse stilte. Geen tram ging voorbij, geen auto. Ik wist uit ervaring wat deze stilte betekende: Algemene staking. Juanito had dus toch gelijk gehad… Ik snelde de straat op.

    Het werd een gedenkwaardige Zondag, een van de drie, vier dagen die een mens nooit meer vergeet.

    Daar wij aan de rand van de stad woonden, waren wij volkomen afgesneden. Geen nieuws drong tot ons door, er viel niet aan concrete berichten te komen. Maar het dreunen van de kanonnen zei genoeg.

    Alvorens de stad in te gaan, klommen wij op een van de heuvels die naar de Tibidabo omhoogleiden, en van daar uit konden wij geheel de uitgestrekte stad overzien. Verscheidene vliegtuigen cirkelden onheilspellend boven de centrale wijken en rondom het fort Montjuich dat de haven beheerst. Dikke rookpluimen stegen van verschillende punten op. Brandende kerken! Brandende kloosters! Dikwijls waren gehele stadswijken door de rook verhuld.

    Bijwijlen werd zo intensief geschoten, dat er geen twijfel aan kon bestaan of er werden echte veldslagen geleverd. Het was aangrijpend in de starre, blauwe, van brandlucht bezwangerde zondagmorgen. De straten beneden ons waren uitgestorven. Slechts op de heuvel zaten hier en daar nog andere mensen met angstige gezichten omlaag te staren naar de dreunende stad.

    Toen wij de heuvel weer afklommen, wisten wij één ding met zekerheid: een tocht door de stad zou levensgevaarlijk zijn. Maar de onwetendheid, het isolement was ondraaglijk. Waar was Juanito? Wat deden de overige vrienden en kameraden? Wij besloten een voorzichtige verkenningstocht te beginnen; hoe hadden wij zo dom kunnen zijn die nacht naar huis te gaan. Allen hadden het geweten, waren er bijtijds bij geweest…

    Slechts zeer weinig mensen kwamen wij tegen op straat. Haastig en schuw, met sombere gezichten. Op de kleine Plaza, een kwartier van onze woning verwijderd, vonden wij enige mannen bijeen op het terras van een klein café, dat maar half geopend was. De meeste ijzeren rolluiken waren nog neergelaten. Met hun gedempte stemmen zaten de mannen druk te redeneren. Wij zetten ons in hun buurt om enig nieuws te kunnen opvangen, doch nadat zij ons wantrouwig van terzijde hadden aangezien, vervolgden zij met nòg zachtere stem hun gesprek.

    De kellner die ons bediende, was hermetisch en afgetrokken. ‘Ik weet van niets.’ zei hij. ‘Er wordt geschoten. Waarschijnlijk een militaire opstand… Iedereen had het wel kunnen voorspellen dat…’

    Hij voltooide zijn zin niet. Er was een plotseling tumult, een auto suisde over het pleintje en verdween in een andere straat. Op de rugzijde stond met grote ruwe krijtletters: ‘C.N.T.’ geschreven.

    Wat betekende dat? Vlucht? Occupatie?

    Een tweede auto kwam aangesuisd. Hij hield midden op het plein stil. Aan alle kanten loerden geweerlopen naar buiten. Aan alle kanten was het opschrift ‘C.N.T.’ aangebracht. Uit de auto kwamen een man en een vrouw; de overigen bleven zitten, en spiedden onophoudelijk om zich heen. De man richtte een revolver op onze kleine groep en riep kort en scherp: ‘Manos arriba!’ (handen omhoog!). De vrouw trad op ons toe. Zij zwaaide in haar rechterhand een grote hamer. Nooit zal ik het gezicht van deze jonge arbeidster vergeten. Het was als droeg ze slechts bij toeval haar ruw zwart kleed. Haar gezicht had een harde, vastberaden uitdrukking. Zij richtte een vraag die ik niet verstaan kon aan de mannen die met opgeheven handen naar haar toe liepen. Dan een korte woordenwisseling tussen haar en de inzittenden van de auto, die met dreigende gezichten naar ons keken. En terwijl wij langzaam de handen lieten zakken, zette zich de auto met de revolutionairen weer in beweging. Hij maakte voorzichtig een toer rondom het gehele plein, en verdween dan even plots als hij gekomen was.

    Gewapende arbeiders… dat was dus de Revolutie…

    Wij stonden op met kloppende harten, konden niet meer drinken van de emotie. En wij hadden ook geen lust een tweede maal in deze pijnlijke situatie te geraken, voor het proletariaat waartoe wij zelf behoorden ‘handen omhoog’ te moeten staan. Als stonden wij aan de andere zijde…

    Tegelijk met ons verlieten ook de andere lieden het café, en de bezitter liet nu het laatste rolluik naar beneden ratelen. Het schieten was weer luider geworden, de straten waren volkomen leeg. Van welke hoek zouden de verdwaalde kogels komen? In welke straat zou ons plotseling de eerste charge verrassen?

    Onze woning lag nog als een veilige burcht tegen zijn heuvelflank. Maar het was een onrustige nacht die wij er doorbrachten, want er werd nu schier ononderbroken geschoten, ofschoon het niet zo luid aandeed als overdag.

  • Decreto creando la Comisión de la Armada para el salvamento de buques…

    …cuya misión principal será la de intervenir en todos los salvamentos por desguace de buques siniestrados en nuestros puertos y costas.

  • A un año de los bombardeos de marzo de 1938, llega el ministro de Asuntos Exteriores italiano para homenajear a los legionarios italianos

    Descrizione sequenze:l’arrivo della nave ammiraglia Eugenio di Savoia e gli altri incrociatori sulla costa catalana, la cittadina pavesata a festa, la statua in onore di Cristoforo Colombo, Ciano viene accolto dai ministri Jordana e Serrano Suner, Ciano indossa il gran collare di Isabella la Cattolica conferitogli da Franco, Ciano viene accolto, una volta sbarcato, dall’ambasciatore italiano, dal comandante del corpo d’armata e dal comandante delle truppe volontarie, una folla gremisce il molo per salutare il rappresentante italiano, Ciano e le autorità spagnole seguono la sfilata di reparti d’onore, tra cui le camicie nere, per l’occasione un arco con una grande scritta che inneggia al Duce e al Caudillo, Ciano e i ministri spagnoli salgono su di un’auto scoperta che li porterà verso il centro della città, marinai e camicie nere formano un cordone di sicurezza intorno all’auto, la folla è disseminata ovunque, anche dalle finestre e dai balconi le acclamazioni per Ciano, la gente regala fiori a Ciano, il palazzo del Grand Hotel Oriente, l’edificio sede del partito falangista con la bandiera italiana e quella nazista, Ciano si affaccia al balcone per salutare, i falangisti sfilano dinanzi al palazzo, al balcone è esposto un arazzo, giovani falangisti sfilano cantando Giovinezza, giovani falangisti armati di fucili e baionette, le donne falangiste con vessilli e bandiere,

  • Intercambio de prisioneros de guerra alemanes y aliados en el puerto

    […]

    Entre los dos mil prisioneros de guerra, ingleses, norteamericanos y alemanes llegados a bordo de los buques «Gripsholm» y «Gradisca», figuran los generales Crammer y O’Caroll

    […]

    GRACIAS A NUESTRA NEUTRALIDAD

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    Inmediatamente después de descender los generales citados lo hicieron por parte del «Gradisca» un grupo de trece indios, el más viejo de ellos tiene sesenta años y se llama Said Mean, declarando que se sentía muy contento de volver a su casa en Calcuta. Todos pertenecían a la tripulación del buque «Devin», que fue torpedeado por un submarino alemán en el Océano Indico, y han permanecido prisioneros en un campo de concentración alemán durante tres años y diez meses.

    Por parte del «Gripsholm» los primeros en descender fueron unos soldados pertenecientes al Afrika Corps, y a la cabeza de ellos un mutilado que desde su camilla recibió con visible emoción un ramo de flores que le entregó la esposa del jefe del Partido Nacional Socialista alemán, quien le dio la bienvenida en nombre de todos sus compatriotas y del pueblo alemán.

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    En el «Gradisca», y al mando del coronel médico de la Marina doctor Treü, llegaron 814 prisioneros británicos, 19 americanos, 20 civiles británicos, 67 civiles americanos y 101 enfermos en camilla, con un total de 1.021, De ellos 60 australianos con su característico chambergo, hechos prisioneros en Creta e internados en un campo de concentración de Breslau; 200 escoceses, tocados con sus típicos gorros de colores, hechos prisioneros hace cuatro años en Francia y que han permanecido en un campo de concentración de Polonia.

    También hay algunos neozelandeses y, como ya se ha dicho, trece indios. Todos los canjeados fueron hechos prisioneros en las campañas de Dunkerque, Dieppe, Creta, Grecia y norte de África.

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    En el «Gradisca» llegó también el periodista norteamericano Larry Alex, de la Agencia Associated Press, corresponsal de guerra desde los primeros días da la conflagración en la Marina británica. Presenció todos los combates navales que se desarrollaron frente a las costas africanas, resultando su barco torpedeado en uno de ellos y siendo hecho prisionero por las fuerzas alemanas en Tobruk.

    Este periodista fue recibido por el director en España de la citada Agencia de información, señor Foltz, que ignoraba completamente su llegada a Barcelona.

    El señor Alex ha sido galardonado por su país con el premio Pulitzer de periodismo por sus reportes de guerra…

  • Salen 350 judíos de Barcelona para Palestina

    Lisboa, 27.-Hoy lunes zarpa de este puerto el vapor «Lima», rumbo a Barcelona, donde recibirá a bordo a trescientos cincuenta judíos que se dirigen a Haifa (Palestina). El «Lima» hará escalas en Gibraltar y Argel, donde embarcarán más judíos que proyectan establecerse asimismo en Palestina.

    Los pasajeros de Barcelona proceden de Suiza, donde se hallaban internados.-EFE

  • Lo que solía hacer el hijo del gobernador del castillo de Montjuic los días de maniobras

    CUARTA REGION MILITAR
    INSPECCION DEL CASTILLO DE MONTJUICH. – Ayer por la mañana, el capitán general de esta región, don José Solchaga, acompañado del general jefe de Estado Mayor de la misma, don Luís de Madariaga; de su ayudante, teniente coronel Chacel, y del ayudante del general Madariaga, comandante Catalá, se trasladó al castillo de Montjuich para inspeccionarlo. Allí fué recibido por el gobernador militar de esta plaza y provincia, don Joaquín Coll Fuster, acompañado del comandante de la fortaleza, teniente coronel [Claudio] Racionero, y de su ayudante, teniente coronel Ruano, en compañía de los cuales y de los antes nombrados, recorrió las diversas dependencias y regresó a la una y media de la tarde a Capitanía, donde recibió al coronel Zaforteza.

  • Llegan en el Semíramis repatriados republicanos y de la División Azul

    TEARS SALUTE

    Barcelona mobs Blue Division

    After absence of a decade and more, 286 Spaniards came home from Soviet prison camps and were greeted amid scenes of delirious emotion. Most of them were hard-bitten veterans of Franco’s Blue Division, captured when fighting for Hitler on the Russian Front. There were also a few sailors, some supporters of the old Spanish republic, even four wizened little old-young men who were children when they were sent to Russia during the Spanish civil war. All, friends and foes of Communism alike, had been in slave labor camps for periods ranging from 10 to 16 years. There were probably 200 Spaniards still left in the camps.

    From the Liberian ship Semiramis, carrying them from Odessa to Barcelona, the returning prisoners made radio-telephone calls to relatives, and these heartbreaking conversations were broadcast to the country. Spain’s tears welled up. When the ship docked, a hysterical mob stormed aboard.

    It was a truly Spanish scene, wild and emotional. Men fell into each other’s arms and sobbed. Women fainted. A cameraman [Carlos Pérez de Rozas y Masdeu] dropped dead of excitement. But it was just as truly Spanish in the irony that came out amid the emotion. «Communism?» mused a repatriated Socialist of the old Popular Front days. «Cabbage, hard work and everyone for himself.» And a veteran of the Blue Division, peering into the sobbing face of Minister of War Agustín Muñoz Grandes who commanded the division in Russia, murmured wryly, «My general, you don’t know how much we missed you.»