Mueren los dos tripulantes al caer un hidroavión de la Aeronaútica Naval frente a c/ Almogávares 41, Pueblo Nuevo; dos hipótesis; un sacerdote ya experto; protestas del alcalde

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¡Otras dos vidas caídas en la gigantesca lucha que, por la conquista del aire, sostiene el hombre!

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Serían sobre las 9’15 de la mañana … cuando del hangar del contradique de la Escuela de Aeronáutica Naval salió el hidroavión M.18-B con motor Hispano Suiza de 300 caballos, tripulado por el teniente coronel de artillería de la armada don Hilario Mamos y el marinero mecánico Miguel García de la Casa, de 22 años.

Apenas hacía un cuarto de hora que el hidroavión volaba, cuando se notó que algo anormal ocurría en él. Repentinamente se vio que el aparato se inclinaba hacia delante, que los extremos de sus alas se doblaban, que una de éstas se desprendió y que el avión se desplomaba barrenando y caía en medio de la calle de Almogávares frente a la casa número 41.

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Mientras el aparato caía en barrena … se vio que a unos cincuenta metros de altura era despedido de él uno de los tripulantes, que fue a caer a pocos pasos del avión en la acera situada frente a lacitada casa número 41, quedando horriblemente destrozado. El teniente coronel pereció totalmente aplastado por el aparato, quedando su cuerpo hecho una masa informe.

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Poco después se presentaban también en el lugar del trágico suceso varios obreros y empleados de la compañía del ferrocarril del Norte y una sección de ametralladoras, al mando de un capitán, que estaba haciendo ejercicios en aquellas inmediaciones.

Unos y otros, trataron d© prestar auxilio a los infortunados aviadores, aunque inútilmente.

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A propósito de la presencia del padre Planas en el lugar de la catástrofe, se recordó ayer que fue también él quien prestó los auxilios de la religión a los aviadores, víctimas del accidente de aviación ocurrido hace algunos meses en el pasaje de Escudillers.

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Un técnico que estuvo en el lugar del accidente explicaba las causas de la catástrofe, claro está que en el terreno de las hipótesis, de la siguiente manera:

El hecho de haber sido encontrada la gorra del marinero mecánico a alguna distancia de su cadáver hace suponer que debió caérsele aquella prenda, siendo probable que hiciera ademán de cogerla, por lo que se levantaría la almohadilla de elevación sobre la que iba sentado. Al levantarse la almohadilla debió dar sobre la hélice del aparato, rompiéndola.

Entonces el teniente coronel piloto —siempre dentro de la misma hipótesis,— debió parar el motor y se desprendió una de las alas dando un nuevo golpe a la hélice. Entonces el aparato barrenó cayendo a tierra.

Esta explicación parece que es la que se aproxima a la realidad de lo ocurrido.

Otro técnico decía que tal vez la catástrofe ocurrió a causa de haber sufrido «panne» en el motor, internándose entonces el aparato a la ciudad, cayendo precipitadamente a tierra desde una altera aproximada de los cien metros.

Las dos alas desprendiéronse del aparato a corta distancia de tierra…

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El alcalde barón de Viver, dijo ayer mañana que se interesará de las autoridades de Marina para que se evite en lo sucesivo, de una manera absoluta, que los aparatos de aviación de la armada vuelen por encima de la ciudad. «Si no lo consigo, dijo, acudiré al presidente del Directorio, pues no puede tolerarse el peligro que ello significa para los ciudadanos».

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