Etiqueta: Confederación Nacional del Trabajo

  • Fundación del sindicato Solidaridad Obrera

    Herederos del viejo internacionalismo, de la FTRE (federación de Trabajadores de la Región Española), es en 1904 cuando adquiere importancia una nueva federación con el nombre de Solidaridad Obrera, en ese mismo año se crea la Federación local de Barcelona, a la cual se la considera por parte de algunos historiadores y militantes del anarquismo, como germen de lo que más tarde en 1907 será S.O.

    El relanzamiento de la nueva federación se observa ya en la llamada «asamblea de Valls» en abril de 1906, durante ese período se define dos campos diferenciados entre lerrouxistas y obrerista. En mayo y junio de 1907 se realizan reuniones con militantes de diversas ideologías (Seguí, Bruguera, Badía, Saví, Sedó); posteriormente se debatió un reglamento y el 25 de julio Tierra y Libertad publicó un manifiesto de Solidaridad Obrera a los trabajadores de Barcelona firmado por una treintena de sociedades obreras de marcado tono unitario, pero contrario al reformismo. Poco después, el 3 de agosto, en el local de la Asociación de la Dependencia Mercantil se constituyó Solidaridad Obrera con asistencia de 34 delegados y numerosos trabajadores. De esa reunión salieron aprobadas una serie de reivindicaciones: Conservación de las mejoras obreras, derecho de asociación, domingos libres, no al destajo, enseñanza racional obligatoria, emancipación del sistema capitalista etc, todas ellas en su conjunto suponían una tendencia al anarquismo, pero sin radicalismos.

  • Fundación del periódico Solidaridad Obrera

    Fundación del periódico Solidaridad Obrera.

  • Primer congreso regional de Solidaridad Obrera

    Solidaridad Obrera, Primer congreso regional de Cataluña (Barcelona 6-8 de septiembre) en el centro obrero con un número de delegados que oscila, según historiadores, entre 130 y 150, en representación de un centenar de sociedades y 25.000 afiliados y que englobaba a socialistas, anarquistas y republicanos; en este congreso se acordó constituir la Confederación Regional de Sociedades de Resistencia Solidaridad Obrera y utilizar como medio primordial de lucha la acción directa, al tiempo que se imponía el apoliticismo partidista; en el congreso se puso de manifiesto el triunfo de las tesis anarquistas, a lo que ayudó notoriamente la llamada de Anselmo Lorenzo a los anarquistas para que ingresaran en la federación (debe tenerse en cuenta que, en un principio, la posición anarquista no fue unánime hacia Solidaridad Obrera: moderadas críticas en Tierra y Libertad y Acción Libertaria, mayor entusiasmo en El Rebelde y La Voz del Cantero) y la represión contra Ferrer. Extraña resulta la Coexistencia de anarquistas y socialistas (tanto más si se recuerda que los Últimos contaban con UGT) que se ha venido explicando por la moderación de Unos y otros, y la habilidad con que los socialistas llevaron el proceso Para evitar el dominio anarquista. Los socialistas de Badía aspiraban a que Solidaridad Obrera se convirtiera en un sindicato neutral, o sea no Anarquista; la ruptura se produjo cuando Badía editó un periódico socialista para neutralizar Solidaridad Obrera provocó airadas respuestas de Loredo, Prat y Lorenzo; además los anarquistas estaban muy seguros de su final predominio.

  • Empieza el congreso fundacional de la CNT

    Casi al año de la primera iniciativa fallida, concretamente los días 30 y 31 de octubre y 1 de noviembre de 1910, Solidaridad Obrera convocó un Congreso Obrero Nacional en el Teatro Bellas Artes de Barcelona. En dicho comicio se aprobó trascender el ámbito regional catalán hacia un ámbito estatal español con el nombre de Confederación Nacional del Trabajo (CNT).

    La organización regional catalana de Solidaridad Obrera no hizo sino catalizar la aspiración generalizada de múltiples núcleos obreros de todo el país que de nuevo aspiraban a estructurar una organización nacional. Se habían dirigido en este sentido al consejo de Solidaridad Obrera de Cataluña, la Federación Extremeña, los obreros agrícolas de la región valenciana, las federaciones de la Coruña, Zaragoza, Gijón y los campesinos de las comarcas de Cádiz, Jaén y Córdoba.

    Cataluña y Andalucía eran, con diferencia, las zonas regionales de mayor incidencia sindical (tanto en sus inicios como en el ciclo que transcurrió hasta el estallido de la guerra). De las 124 sociedades obreras que participaron en este primer Congreso, Cataluña aportó un total de 67 sociedades. Le seguiría, a gran distancia, pero con un peso específico considerable, Andalucía con 25. En un segundo nivel de importancia en cuanto a su presencia en el número de sociedades obreras tenemos que señalar a Asturias, Galicia y el País Valenciano. En lo que se refiere a otras regiones del resto de España su presencia en dicho Congreso era testimonial o inexistente…

    […]

    El sindicalismo fue definido no como un fin en si mismo, sino como un medio de lucha y resistencia en los antagosnismo creados por la existencia de las clases sociales. El fin era la emancipación integral de la clase trabajadora mediante la expropiación de los medios de producción pertenecientes a la patronal y la burocracia política y la consiguiente dirección propia de la producción.

    En el tema relativo a la emancipación de los trabajadores, el viejo lema de la Internacional «la emancipación de los trabajadores ha de se obra de los trabajadores mismos», halló una interpretación estrictamente literal. Se hicieron claras alusiones a la clase política:

    Los vividores de toda especie que procuran servirse de los obreros manuales para esos encumbramientos que les hacen placentera y grata la vida.

    El Congreso defendió la táctica de acción directa y la aplicación del boicot contra los propietarios que exigían depósito previo en los contratos de arrendamiento, llegándose en caso de necesidad a la huelga general de inquilinos que defendería la negativa sistemática al pago de alquileres. Se acordó reivindicar firmemente la jornada de ocho horas, anteponiéndola a la fijación de cualquier salario mínimo, dado el rápido y constante encarecimeinto de la vida.

    Sobre la huelga general, el Congreso se mostró cauteloso: la huelga general sólo podría ser revolucionaria y, en consecuencia, no debía prodigarse. Por tanto, no debería declarase para reivindicar más salario o disminución en la jornada de trabajo, sino para lograr una transformación total en la producción y distribución de los productos. Además, la huelga general postulaba su promulgación en el plano nacional, dado que en el plano local sería sofocada fácilmente.

  • Empieza la huelga de la Canadiense

    La compañía … es conocida históricamente por la famosa huelga que se originó entre Febrero y marzo de 1919, y que constituyó un gran avance en el movimiento obrero catalán. El conflicto comenzó a finales de enero de 1919 cuando la empresa ‘Riegos y Fuerza del Ebro S.A., empresa asociada a Barcelona Traction Light and Power, introdujo cambios en las condiciones de trabajo del personal de facturación, esto produjo una disminución salarial. Los trabajadores pidieron asesoramiento y soporte al Sindicato de Agua, Gas y Electricidad de la CNT, la dirección de la empresa respondió con el despido de 8 de los trabajadores afectados. El 5 de febrero el resto del personal de facturación se declaró en huelga, en solidaridad de sus compañeros. La nueva respuesta de la dirección de la empresa fue el despido de 140 trabajadores de la sección de facturación, que fueron sustituidos por personal de otras secciones. Los trabajadores del departamento de Producción y Distribución se unieron a la huelga y el día 8 de Febrero la huelga era casi total en la Riegos. El 10 de febrero la dirección de la Canadenca dio un ultimátum a los trabajadores en huelga. La tensión aumentó todavía más al ser asesinado un cobrador de la compañía. El día 21 de Febrero el Sindicato Único de Agua, Gas y Electricidad de la CNT declaró la huelga a todo el sector y a las empresas asociadas a La Canadenca (Catalana de Gas, Ferrocarril de Sarriá en Barcelona y Sociedad General de Aguas).

    Poco después se unieron los trabajadores de estas empresas, esto provocó que Barcelona y sus alrededores quedaran paralizados. El 1 de marzo las compañías de agua, gas y electricidad declararon que los trabajadores que no se presentasen a trabajar antes del día 6 serían despedidos. Debido a esto el Sindicato Único de Artes Gráficas implantó la censura roja, sobre las noticias periodísticas contrarias a los intereses de los trabajadores en huelga. El día 9 el presidente general de Cataluña, Joaquim Milans del Bosch, declaró estado de guerra, y más de tres mil obreros fueron detenidos y encerrados en el Castillo de Montjuic. Tras esto también se declararon en huelga como protesta a los obreros de la indústria textil y se produjo una huelga general en toda Barcelona. El gobierno envió a Barcelona al subsecretario de la Presidencia por pactar con el comite de la huelga:

    1. La apertura de todos los sindicatos cerrados.
    2. La libertad de los trabajadores encarcelados.
    3. El establecimiento de la jornada de trabajo de 8 horas.

    Los días 15 y 16 de Marzo en presencia del emisario del gobierno, José Morote, se reunieron los representantes de La Canadenca y del comité de la huelga, y el 17 se llegó a un acuerdo:

    1. Libertad para los trabajadores encarcelados.
    2. Readmisión de los trabajadores en huelga sin represalias.
    3. El pago de la mitad de los días que había durado la huelga.
    4. Se establecería la jornada de 8 horas.
    5. Tras el acuerdo definitivo se levantaría el estado de guerrra.

    Para suscribir el acuerdo, la CNT convocó el día 19 de Marzo una gran asamblea en la plaza de toros Les Arenes, donde asistieron más de 20.000 trabajadores e intervinieron Simó Piera i Pagès, Josep Díaz, Rafael Gironés, Francisco Miranda y Salvador Seguí, que cerraron el meeting. La asamblea aprobó el acuerdo y dio un tiempo de 72 para que el gobierno liberase a los encarcelados. El 3 de abril un decreto del gobierno español estableció la jornada de trabajo de 8 horas, para todos los oficios.

  • Atentado contra el alcalde, Antonio Martínez Domingo

    A las once y cuarenta y cinco de la mañana de hoy, al dirigirse a la Casa Consistorial el alcalde, D. Antonio Martínez Domingo, ha sido agredido a tiros por varios individuos que se dieran a la fuga.

    Los agresores hicieron varios disparos cuando pasaba el automóvil por la calle de Jaime I, al nivel de la callejuela de la Daguería.

    El automóvil continuó su rápida marcha para librarse de la agresión, y al llegar a la Casa Consistorial y percatarse de que estaba herido el alcalde, fue inmediatamente conducido al dispensario establecido en el mismo edificio, en el que asistieron al herido el director del Instituto Municipal de Beneficencia y los médicos de guardia, que le practicaron la primera cura.

    Desde los primeros momentos acudieron los concejales Sres. Santa María, Palau v Colón; el secretario accidental del Ayuntamiento, Sr. Vidal; el jefe superior de la Guardia urbana, el jefe del Cuerpo de los mozos de escuadra, el teniente coronel de Seguridad, jefe superior de Policía interino; 1 el jefe de Vigilancia, el inspector general Sr. Castellanos; el delegado de Policía del distrito y otras muchas autoridades y personalidades.

    También acudió el presidente interino de la Mancomunidad, con el secretario de este organismo.

    Por fortuna el Sr. Martínez Domingo sólo recibió una herida con orificio de entrada por la región lateral izquierda del tórax, con salida a nivel de la quinta costilla, sin interesar órgano alguno importante.

    El pronóstico es reservado.

    La sorpresa y la indignación que ha producido el incomprensible atentado se ha exteriorizado en una espontánea manifestación de simpatía y afecto al alcalde al salir del dispensario envuelto en una manta y subir en el automóvil para dirigirse a su domicilio.

    Una gran muchedumbre que se había aglomerado en la plaza de San Jaime aplaudió calurosamente al paso del automóvil que conducía al herido, acompañándole un buen trecho por la calle de Fernando, lo que obligó al automóvil a ir despacio para evitar desgracias.

    Acompañaban al alcalde el doctor Mer y Güell, el Sr. Vidal y el concejal Sr. Santa María.

    En el Ayuntamiento se han colocado listas, que se llenan rápidamente de firmas.

    El alcalde, hace días, manifestó al concejal Sr. Santa María que tenía la convicción de que iban a atentar contra él. Hoy como ha sido el mismo Sr. Santa María ei que le ayudó a descender del automóvil, fueron sus primeras palabras: ¿Ve usted como no me he equivocado?

    Como puede suponerse, los autores del atentado huyeron. Según referencias de un testigo presencial, uno de los agresores, al huir, cayó al suelo, pero tuvo tiempo de levantarse y seguir corriendo, sin que nadie lo detuviera. Poco después llegaban una pareja de guardias de Seguridad de Caballería y numerosos guardias, pero como aquellas calles son muy intrincadas, los agresores habían ya desaparecido.

    A consecuencia del tiroteo contra el automóvil, resultó con una herida en el antebrazo derecho, de pronóstico grave, un transeúnte llamado Joaquín Puig.

    Fué detenido un individuo que corría; pero, según parece, se trata de un transeúnte atemorizado.

    Por el domicilio del alcalde han desfilado el presidente de la Audiencia, el teniente fiscal y muchas autoridades, entre ellas el gobernador civil. Este, al recibir más tarde a los periodistas, les dijo que no tenía nada nuevo que agregar a las noticias ya conocidas.

    Los periodistas que acuden a hacer información al Gobierno civil protestaron contra la agresión de aue había sido víctima D. Rosendo Jiménez, anunciando al gobernador que habían abierto una suscripción entre los repórters que acuden a aquel centro para ofrendar una corona al cadáver de su compañero.

    El gobernador, después de hablar de la desgracia ocurrida al Sr. Jiménez, dijo también que, por fortuna, la herida que padecía el alcalde carece de importancia.

    Lamentando luego estos atentados, agregó que, son el resultado de una lucha que hay entablada aquí v que durará mucho tiempo, pues en este punto él no es optimista.

    […]

    Uno de los testigos que han comparecido ante el Juzgado ha declarado que presenció la agresión, y que vió indistintamente a los agresores, que eran dos, disparar sobre el auto del Sr. Martínez Domingo. A aquéllos, después de haber hecho seis disparos, se les engatillaron las pistolas, lo que les impidió, a pesar de los esfuerzos que para ello hacían, seguir disparando. Dicho testigo persiguió a los agresores sin poder darles alcance. Estos, mientras corrían, le amenazaban con las pistolas. El testigo requirió el auxilio de un guardia municipal, que se negó a prestárselo, según manifestó aquél.

  • La sangrienta guerra entre la patronal y el sindicalismo afecta a los directivos franceses pero no a los alemanes

    Syndicalist campaign of murder and intimidation against French managers
    LABOR TERRORISM RAMPANT IN SPAIN
    Five French Industrial Managers Murdered in the Last Two Months.
    BARCELONA PANIC-STRICKEN
    Deputy Gives Notice of an Interpellation on the Subject in the French Chamber
    By WALTER DURANTY.
    Special Cable to THE NEW YORK TIMES

    PARIS, June 28.– An amazing reign of terror in Barcelona and the surrounding region, in the course of which five Frenchmen were murdered by gunmen of the Spanish Labor Party, will form the subject of an interpellation in the near future by Deputy Emanuel Brousse. He will ask the Government, the Matin says, to take steps to insure the protection of the lives and properties of French citizens in Spain in view of the impotence of the Spanish authorities.

    The interpellation will be none the less urgent because German industrialists have been wholly untroubled by what looks like an organized campaign of murder.

    A typical case occurred only this month. François Lefèvre, the French manager of a metallurgical concern in Barcelona, had occasion to dismiss a 20-year-old employee, a Spaniard named Poch. A week later, at 11 o’clock in the morning, while work was in full swing, Poch walked coolly into Lefèvre’s office and shot him dead in front of his terrified clerks and secretary. Poch then departed without molestation and no attempt to arrest him has been made. Four other French industrial managers have been murdered in Spain for equally trivial reasons in the past two months, without any one having been arrested, and twelve others have been forced to leave the country by threats of a similar fate.

    Not long ago the French Consul and a delegation from the Chamber of Commerce demanded protection from the Military Governor of Barcelona, General Anido, who is alleged to have replied that it was all he could do to protect his own life from labor malcontents.

    His civil colleague, Mayor Domingo, was not even successful to that extent. A fortnight ago, while driving his automobile in the principal street of Barcelona, he was surrounded by a group of workers and made the target of a hail of bullets, one of which passed through his body, and he is now lying between life and death.

    The following day three well-known Syndicalists were unexpectedly released from Monjuich Prison, where they had been held since the 1st of March. On their way home all three were shot dead by persons unknown. Their labor comrades attributed the killings to police reprisals, with the result that death warnings have now been received by the majority of the municipal authorities and the principal business men.

    A state bordering on panic prevails among the population, as is illustrated by an incident which occurred outside the Lyceum Theatre, in the main street of Barcelona, a few days ago.

    The engine of a motorcycle suddenly gave vent to a series of loud explosions. Immediately there was a mad rush for shelter on every side. Café tables and flower stalls were upset by the panic-stricken mob. This increased the confusion, to which the Civil Guards and carabineers put the finishing touch by firing their rifles and revolvers indiscriminately in all directions.


    BARCELONA, June 28. — A Syndicalist leader named Bandella was shot and killed here last night while trying to escape from an escort of civil guards. The authorities declare he was one of the most dangerous and active Syndicalists in Barcelona and that he was involved in many recent outrages in this city. Another well-known Syndicalist was found in a street here yesterday morning. It is said he was one of the men who plotted an attack on Mayor Domingo a few days ago.

  • Destituido el gobernador Martínez Anido por organizar un falso atentado contra sí mismo

    El falso atentado tiene su origen en un provocador que después fue pistolero: Inocencio Feced. Feced era lo que se llamaba en la época un «confidente», o sea, un traidor al servicio de la policía. Feced se hacia pasar por perseguido y como tal se hizo recomendar a los militantes de Badalona, ciudad distante cinco o seis kilómetros de Barcelona. Fue él quien propuso atentar a Anido y Arlegui, en inteligencia con sus falsas víctimas. Anido y Arlegui asistirían a una función de gala al gran teatro del Liceo. La fiesta terminarla a las primeras horas de la madrugada. A esas horas el coche oficial descendería por las Ramblas, torcerla por el Paseo de Colón para dirigirse al Palacio de Gobernación pasando por delante de la antigua jefatura de Policía. El atentado se produciría en un trecho desierto vecino a la Capitanía General. Feced y Tejedor lanzarían unas bombas contra el coche oficial. Claramonte y Pellejero dispararían desde un sidecar, con el cual perseguirían a sus víctimas en caso necesario, Cinco hombres más estarían apostados cerca para cubrir la retirada. Veamos quiénes eran estos individuos. Ya conocemos a Feced. Tejedor y Pellejero eran policías disimulados que había presentado Feced como «compañeros» recién llegados de Rusia con la misión y medios para suprimir a los tiranuelos. Feced se encargó de la preparación del plan y de los explosivos, que resultaron bombas cargadas con aserrón. Solicitó el concurso de cinco auténticos elementos de acción e hizo venir de Valencia a Claramonte, con su sidecar. Estos seis hombres eran los solos auténticos terroristas. El día del atentado Feced, Tejedor, Pellejero y Claramonte se dirigieron a Barcelona. Los cinco restantes hicieron juntos el viaje en tren. Descendieron a las nueve de la noche en la Estación de Francia. Desde allí se dirigirían a un bar cercano donde Tejedor tenla que entre garles las armas y los explosivos. Pero en contra de lo convenido sólo tres de estos cinco hombres se presentaron en el lugar. convenido. Por desconfianza en el último minuto los dos restantes permanecieron a la expectativa a cierta distancia. Pasados escasamente cinco minutos vieron salir del bar en cuestión no menos de diez polizontes con Feced y Tejedor al frente. Llevaban de rehenes a los tres que se habían adelantado. Los dos pudieron escapar milagrosamente y pronto sembraron la alarma entre los militantes más destacados de Barcelona. Las redacciones de ciertos periódicos fueron informados del atentado «que se iba a producir». La noticia llegó al gobierno y a su jefe señor Sánchez Guerra, que habría de cortar por lo sano. De todas maneras la tragedia final no se pudo evitar. En la «parada» del Paseo de Colón Feced excusó la ausencia de los componentes del grupo de Badalona acusándoles de cobardes. El mismo Feced señaló el paso del coche oficial. Claramonte iba a poner en marcha la motocicleta cuando Pell ejero le apuntó con la pistola. Claramonte fue más rápido y disparó la suya. Claramonte y Pellejero cayeron muertos al mismo tiempo. Tejedor había disparado al mismo tiempo contra el primero. La rápida destitución de Arlegui aquella misma madrugada, seguida de la de Martínez Anido, evitó una vasta matanza de sindicalistas. A primeras horas de la mañana las comisarías rebosaban de detenidos. La finalidad del plan era justificar un exterminio. La operación «San Bartolomé» fracasó por poco.

  • Nace el semanario La Batalla de Joaquín Maurín, «periódico del Sindicalismo revolucionario»

    El 21 de diciembre de 1922 … nació en Barcelona “La Batalla”, bajo la dirección de Maurín. En su presentación se decía: “”La Batalla” no es ni comunista ni anarquista es el periódico del Sindicalismo revolucionario”. Una nueva etapa se iniciaba. Barcelona era la Meca del anarcosindicalismo. “La Batalla” se abrió paso; lentamente fue ensanchando su influencia, penetró en las barriadas obreras. Poco a poco se constituyeron Comités Sindicalistas Revolucionarios en el seno de los sindicatos confederales.

  • Einstein, probablemente con su cepillo, visita a la CNT

    VISITA AL SINDICATO DE LA DISTRIBUCION

    Por la noche, el profesor Einstein visitó el domicilio del Sindicato único de la Distribución.

    Acudió a este Sindicato a petición de los elementos que lo integran, quienes le dijeron que le admiraban desde que se negó a firmar el manifiesto de los 93.

    Durante la visita, Angel Pestaña informó al profesor Einstein de lo que había sido la represión emprendida contra los elemento sindicalistas, y éste ocupó la tribuna, y dijo:

    «Yo también soy un revolucionario, si bien científico, y he seguido con atención todas las cuestiones sociales. Esa represión de que me habláis me parece que contiene, quizá, más estupidez que maldad. Vosotros solamente hacéis resaltar las cosas malas; pero también hay cosas buenas en el régimen actual, según he buscado y he encontrado en Spinoza.»

    Bajó de la tribuna el profesor Einstein y conversó largo rato con algunos sindicalistas, que le hicieron un relato más extenso de tal represión, y el sabio profesor, después de extrañar la enorme proporción de analfabetismo en España, sólo comparable con la de Rusia, se dispuso a marchar, despidiéndose con las siguientes palabras:

    «Que en la próxima lucha tengáis más suerte y un éxito completo.»

  • La vuelta de Andrés Nin desde Moscú, entrismo trotskista

    In September 1930, [Andrés] Nin returned [from Moscow] to Barcelona… [Joaquín] Maurín hoped that he would enter the new party [Bloque Obrero y Campesino]. But Nin, with all the friendship that linked him to Maurín and the sympathy he felt for the new party, was too closely tied to Trotsky. The latter demanded that his Spanish followers preserver their identity and continue working within the official P.C.E., under the banner of the «Communist Opposition.»

    On October 23 1930, Nin wrote to Trotsky his impressions following his return to Spain. Excerpts from their correspondence, as translated and circulated by Trotsky’s «secretariat,» included Nin’s observations:

    Now we have: 1) the official [Communist] party [PCE], which has no effective force and no authority among the masses; 2) the Communist federations of Catalonia and Valencia, which have been excluded from the party and which, in reality, together with the most influential groups of [Asturias] and a few other places, constitute in fact an independent party; 3) the Catalan Communist Party [Partit Comunista Català], which has a good elite leadership, counts on a certain influence among the dock workers of Barcelona and dominates the workers’ movement in Lérida; and 4) the Left Opposition (Trotskyist) [Izquierda Comunista de España]. The latter has no force in Catalonia.

    A week later (November 12), Nin wrote to Trotsky regarding Maurín, who, «notwithstanding his hesitations, is very intelligent, and above all, a very honest comrade.» «La Batalla» seemed to him to be «confusionist» and he hoped Maurín would soon become a Trotskyist…

    At the end of December 1930, Nin also found himself in the Model Prison, arrested after the general strike in Barcelona…, and he wrote … an article for «L’Hora,» in which he defended the same point of view as Maurín on the necessity of the proletariat completing the bourgeois-democratic revolution.

    Nin found himself … between a rock and a hard place: he wanted to enter the party that was being set up, and he knew that within it he would find a good place, but at the same time, out of loyalty to Trotsky, he felt this entry should be undertaken to conquer the new party and convert it into a Trotskyist organization.

  • Declarada la República (y el Estado Catalán), Maciá («soy presidente»), Companys («soy alcalde»), Iglesias, la CNT y otros intentan aprovechar el vacío de poder

    El funcionamiento de la república catalana
    La nota del señor Maciá proclamando el Estado Catalán
    BARCELONA 15.-Hecho la proclamación del Estado Catalán por el señor Maciá y cuando éste se encontraba en el Palacio de la Diputación, se le presentaron un oficial de Infantería y otro de Artillería, ofreciéndosele, según dijeron, en nombre de la guarnición de Barcelona.

    Después el señor Maciá, hablando con los periodistas, manifestóles que había telegrafiado al señor Alcalá Zamora para comunicarle que había proclamado la República Catalana, constituyéndose en su presidente. El señor Alcalá Zamora le ha contestado monstrándose conforme y dándole cuenta de la marcha de los sucesos políticos en Madrid.

    El señor Maciá facilitó más tarde la siguiente nota:

    «En nombre del pueblo de Cataluña proclamo el Estado Catalán bajo el régimen de la República Catalana, que libremente y con toda cordialidad anuncia y pide a los otros pueblos hermanos de España su colaboración en la creación de una Confederación de pueblos ibéricos, ofreciéndoles por los medios que sean librarles de la Monarquía borbónica. En este momento hacemos llegar nuestra voz a todos los Estados libres del mundo en nombre de la libertad, de la justicia y de la paz de los pueblos. – El presidente de la República Catalana, Francisco Maciá.»

    A la vez ha dirigido a todos los alcaldes de Cataluña el siguiente telegrama:

    «En el momento de proclamar el Estado Catalán bajo el régimen de República Catalana, os saludo con toda el alma y os pido que prometáis la colaboración para sostenerla, comenzando por proclamarla en vuestras ciudades y preparandoos para defenderla cuando os lo pida. Por la libertad de Cataluña, por la hermandad con los otros pueblos de España, por la paz internacional, sabed haceros dignos. – El presidente de la República Catalana.

    Los delegados del señor Maciá se incautan de las comunicaciones

    Por acuerdo del presidente de la República Catalana, varios delegados se incautaron de las oficinas de Telégrafos, de la Administración central de Correos y de la Central de Teléfonos.

    De Telégrafos se hizo cargo el que era oficial de dicho Centro y ha estado varias veces detenido por relación con los elementos revolucionarios, señor Escrich. De la Central de Correos se posesionó don Artemio Aiguadé, hermano del doctor del mismo apellido, y en la Central de Teléfonos se instaló el señor Miralles Pi, periodista, que ejercerá allí la censura para evitar que en las informaciones que se transmitan se den noticias tendenciosas, y sobre todo alarmistas, de sucesos.

    Numerosas manifestaciones

    Entre tanto, a medida que avanzaba la tarde las calles estaban llenas de público, recorriendolas en numerosas manifestaciones, algunas de las cuales iban con bandas de música, otras, llevando bustos de la República, y en general, los manifestantes con banderas de la República y banderas catalanas, dando vivas, cantando la Marsellesa y otros himnos del mismo carácter.

    En la plaza de Cataluña, un joven que pasaba en automóvil ha hecho unos disparos al aire, como protesta contra la actitud de algunos grupos de manifestantes. Estos le han rodeado, apaleándole, y la fuerza pública le ha protegido, llevándolo detenido.

    El gobernador recibe la orden de resignar el mando

    Al atardecer, el exconcejal y exdiputado radical don Emiliano Iglesias, con un grupo de elementos republicanos, se trasladaron al Gobierno civil para pedir al señor Márquez Caballero que le hiciera entrega de los poderes. El gobernador se negó en absoluto.

    El señor Iglesias se presentó nuevamente en el Gobierno civil, y como el señor Márquez Caballero, después de discutir con él, se retirase a sus habitaciones, se hizo presentar a los funcionarios que en el Gobierno se hallaban, incluso el jefe de la Guardia de Seguridad, todos los cuales le ofrecieron servir a la República con absoluta lealtad. El señor Iglesias dijo que se congratulaba de estas manifestaciones y que quería hacérselas saber al público.

    Efectivamente, salió al balcón con dicho oficial; pero los grupos, formados por varios millares de personas, prorrumpieron en gritos y denuestos tratando, al parecer, de penetrar en el edificio. Finalmente, y después de una serie de pequeños incidentes, los guardias se quitaron los escudos de los cascos y el oficial también hizo lo propio, con lo cual se calmaron los ánimos de los manifestantes.

    Casi al mismo tiempo que esto ocurría, el señor Márquez Caballero, puesto al habla con Madrid por teléfono, recibió orden del señor Maura para que resignase el mando en el presidente de la Audiencia.

    Don Emiliano Iglesias se niega a obedecer las órdenes de Madrid

    El presidente de la Audiencia se personó en el Gobierno civil para hacerse cargo del mando, conforme a lo comunicado por el nuevo ministro de la Gobernación, pero el señor Iglesias se negó a entregarla y, dirigiéndose luego a los periodistas y personas allí reunidos, dijo que actuaba en nombre del Comité Ejecutivo de Acción Ciudadana del partido radical en vista de que los elementos republicanos de Maciá se han hecho cargo de la Diputación y el Ayuntamiento. Hizo también un gran elogio al sentido de la disciplina del general Despujol, al que había visitado, y el cual le dijo que entregará el mando a quien le ordene el ministro del Ejército del Gobierno constituido, pero no a ninguna otra persona.

    Añadió que había saludado a los oficiales del Ejército que se encontraban en el antedespacho del capitán general, diciéndoles que había que pensar en España sobre todo, y que con esto ya quería significar bastante. Por último, ha dicho que facilitaría más tarde una alocución al pueblo de Barcelona.

    Se intenta asaltar y quemar el Archivo Antropométrico

    … A las diez de la noche un numeroso grupo se presentó frente a la delegación de Policía de Atarazanas, en donde está el archivo de ficheros antropométricos, con el intento, al parecer, de asaltar aquélla y destruir el archivo.

    Ante la actitud de los manifestantes, los guardias de Seguridad hicieron varios disparos, resultando muerto un soldado, que pasaba, al parecer casualmente, por aquel lugar, del batallón de Cazadores de Estella, y que no ha sido identificado, y varios heridos.

    En Capitanía fueron asistidos de heridas de arma de fuego Andrés Castillo y José Roquet, ambos guardias civiles. No se tienen más detalles.

    A medianoche se promovió un tiroteo – sin que se puedan saber las causas – en la calle de Anselmo Clavé, resultando muerto el vigilante nocturno Buenaventura Alsina, de cincuenta y cuatro años, y gravemente herido el guardia de Seguridad número 555, que ha ingresado en el Clínico.

    En el centro de Barcelona, a primera hora de la madrugada, continuaba extraordinaria animación, funcionando normalmente todos los teatros y establecimientos públicos.

    Nota de los Sindicatos Unicos

    Los Sindicatos Unicos han remitido la siguiente nota a los periódicos: «Ha sido proclamada la República en España. El nefasto Borbón que nos tenía la argolla al cuello, ha tenido que dejar el Poder. El Ayuntamiento, la Diputación, Correos y Telégrafos, están en manos del pueblo. Para sancionar estos hechos, el pueblo debe manifestarse en la calle. No nos entusiasma una República burguesa, pero no consentiremos una nueva Dictadura. Contra una posible reacción de los elementos armados, el pueblo debe estar en pie. Si la República ha de consolidarse indudablemente contando con la organización obrera. Como condición previa exigimos la inmediata libertad de todos nuestros presos. Después de este primordial, impondremos otras condiciones. La Confederación Regional del Trabajo de Cataluña declara la huelga general y está a la expectativa de los acontecimientos. Por la libertad de los presos, por la revolución, ¡viva la Confederación Nacional del Trabajo de España! Por la Organización obrera Comité Regional de Cataluña, Federación Local de Sindicatos de Barcelona.»

    Asalto a las cárceles

    A las cinco de la tarde, el director de la Cárcel Celular tuvo noticia de que llegaba una manifestación a exigir la libertad de los presos políticos. Por teléfono pidió al gobernador diciendo que estaba en gran compromiso por no haber presos políticos. El gobernador dijo que mandaba fuerza y que procurase contener a la manifestación. No fiándose de ello, el director comunicó con el capitán general, quien le contestó que iba a proclamar el estado de guerra y que mientras llegaba la manifestación la contuviese, que él mandaría un destacamento de la Guardia civil. Mientras tanto, llegó la manifestación, prendieron fuego a la puerta de la Cárcel, la derribaron con picos y mazas y dejaron en libertad a los 600 presos, casi todos ellos por delitos comunes. Han quedado solamente dos presos ciegos y tres locos.

    En la cárcel de mujeres ha ocurrido lo mismo. Fueron libertadas todas las presas y rotos los archivos y tiraron la fichas antropométricas.

    Asalto a Correos

    A primeras horas de la madrugada varios individuos se presentaron en el edificio de Correos e intentaron desarmar a unos guardias, lo que consiguieron. Cuando estaban en la parte superior donde había otros guardias con carabinas les encañaron las pistolas los desconocidos disparándoles varios tiros. Una de las balas tropezó con un mauser y otra rozó la rente de un guardia. Los guardias se defendieron disparando sus carabinas y matando a dos de los asaltantes que sujetaban con las manos sus pistolas. Los otros asaltantes se dieron a la fuga.

    Los estudiantes aceptan la República Catalana

    El presidente de la F. U. E., señor Sbert, que desde los primeros momentos estuvo ayer al lado de los republicanos, y que asistió a todos los actos que tuvieron lugar desde la proclamación de la República en Barcelona, manifestó a los periodistas que acababa de hablar con el presidente de la República Catalana, señor Maciá, poniéndose incondicionalmente a su disposición para la defensa del régimen naciente. Expuso que la F. U. E. tiene ya reconocida la fórmula federal del Estado en sus estatutos, y por tanto, no es, para ella ninguna violencia acatar la modalidad de la República federal, sino por el contrario, encaja perfectamente en su ideario.

    En cuanto a la actitud de los estudiantes, dijo que éstos volverán inmediatamente a la Universidad, por cuanto ha terminado su pleito de incompatibilidad con el régimen.

    El ministro del Gobierno provisional de Cataluña señor Carrasco, a Madrid. – Nicolau y Maciá conferencian

    A primera hora [del día 15] salió para Madrid en avión el ministro del Gobierno provisional de Cataluña, señor Carrasco, encargado de una misión especial cerca del Gobierno central.

    Al mediodía llegó al aeródromo del Prat del Llobregat el ministro de Economía del Gobierno central, Nicolau d’Olwer, el cual celebró una conferencia telefónica con el presidente, señor Maciá, y acto seguido reanudó su viaje aéreo hacia Madrid.

    El autor de la muerte de don Eduardo Dato en libertad

    Se ha ordenado que sean puestos en libertad quince presos políticos y sociales que estaban en Figueras. Entre ellos figura Pedro Matéu, condenado a cadena perpetua por la muerte de don Eduardo Dato.

    El presidente del Gobierno provisional de Cataluña aplaudido por la multitud

    … A las cuatro de la mañana [del día 15] desfiló por la plaza de la Constitución un regimiento de Infantería, con una banda de música, y al llegar al Palacio de la Generalidad, donde estaba reunido constituído en sesión permanente el Gobierno provisional de Cataluña, el presidente, señor Maciá, salió al balcón y fue saludado calurosamente por la multitud reunida en la plaza.

    En el zaguán de la Diputación formó un piquete de Ingenieros, que al paso de una compañía de Carabineros, precedida por la bandera republicana, rindió los honores correspondientes.

    [Cese rector de la universidad]

  • Fundación del POUM

    El POUM surgió, el 29 de septiembre de 1935, tras largas discusiones en el seno de las dos organizaciones [la Izquierda Comunista de España (ICE) y el Bloque Obrero y Campesino (BOC)] que lo formaron, con una triple finalidad: llevar hasta el fin la estrategia de la Alianza Obrera, impulsar la unificación de la CNT, la UGT y los sindicatos autónomos en una sola central sindical y reunir a todos los marxistas revolucionarios en un solo partido. Estos objetivos, largamente pensados y madurados, obedecían a un proyecto sin equívocos: colocar al proletariado español en condiciones de coronar el proceso político iniciado en 1930-1931 con la caída de la monarquía con la victoria de la revolución socialista, único medio, tras el fracaso de la II República, de transformar radicalmente la sociedad española, superando la impotencia de la burguesía para realizar las tareas que la historia imponía desde hacía luengos años [sic].

  • Tras las elecciones, huida burguesa, amenazas de secesión, caos social y guerra civil

    What began last fortnight as Spain’s least bloody election in years was swelling last week into horrid crescendos of threatened social upheaval, secession and civil war. Overnight 30,000 political prisoners came bustling out of jail. They included the furious Catalonian secessionist, «President» Luis Companys, who had just begun to serve a 30-year stretch in a grim Andalusian prison for having proclaimed the industrial northeast of Spain the independent Republic of Catalonia (TIME, Oct. 15, 1934). Out of jail popped most of this suppressed Republic’s Parliament and met in Barcelona, their capital. In Madrid more or less delirious Spanish mobsters and political ex-convicts paraded around, brandishing plain red flags, singing the Internationale and shouting vaguely «Long Live Russia!»

    Every train to the French frontier was jammed with taut-faced people. «Who are they?» a correspondent asked a station official at the frontier. «Dukes, marquises and millionaires!» replied the station official correctly.

  • Tensiones en la Olimpiada Popular

    Wij wisten dat het gebeuren zou, en toch scheen niemand het zich duidelijk voorgesteld te hebben. Men leeft haast zonder fantasie. En in Spanje, het land van de onbegrensde mogelijkheden, rekent een ieder, – als het zo in zijn kraam te pas komt, – gaarne op onmogelijkheden.

    Er was ook een pracht-ding aanwezig om de aandacht af te leiden, vooral in Barcelona: de Volksolympiade. Daarvoor werd iedereen gemobiliseerd die anti-fascistische neigingen bezat. Men zou de wereld eens tonen wat een volk in vrijheid binnen de kortst mogelijke tijd tot stand kon brengen; en vooral Duitsland met zijn belemmerde en tendentieuze Olympiade wilde men een gevoelige les geven. De Volksfront-regering had eerst aarzelend haar steun verleend, maar er zouden grote sport-kampioenen uit de Sovjet-Unie komen. Dat moest de beste attractie vormen. Op het laatste ogenblik bleven zij echter weg. Niet toevalligerwijze. Want op de openingsavond van de Olympiade brak de fascistische revolte op het Schiereiland uit.

    Alle vrienden hadden gedurende de eerste weken van Juli als waanzinnigen aan de ‘Olimpiada Popular’ gewerkt, want zoals het hier in Spanje nu eenmaal de gewoonte is, werd alles tot het laatste, allerlaatste moment uitgesteld. Elkeen is er heilig van overtuigd dat niets in orde is en alles in het honderd loopt, maar tenslotte wordt dan, als door een wonder, het meeste toch nog brillant geïmproviseerd. Een ieder was doodmoe, en er heerste de fatale onweersstemming van alle ‘generale repetities’ toen wij op de vooravond van de Olympiade (Zaterdag 18 Juli) in het Stadion, boven in het Park van de vroegere Wereldtentoonstelling bijeenkwamen. Stellig was er ook nog een andere nervositeit bij de velen die in politiek opzicht ingelicht waren, en die wisten wat ginds in Marokko begonnen was.

    In het Stadion dat fantastisch gelegen is, met een overweldigend panorama op de stad Barcelona en de omliggende bergen, waren juist een paar grote auto’s vol franse sportslieden aangekomen, die zich bij de ingang verdrongen, en met bewondering de heerlijke omgeving in ogenschouw namen. Binnen enkele dagen zouden de meesten van hen vol teleurstelling en angst dezelfde stad de rug toekeren!

    Binnen in het Stadion was het een verschrikkelijk doorelkaar-geloop; de verschillende sportbureau’s waren eerst daags tevoren naar het Stadion overgebracht, en bij de aangeboren onverschilligheid voor organisatie bij de Spanjaarden, wist niemand meer waar hij wezen moest. Het leek wel een gekkenhuis.

    Verschillende spaanse sportmensen hoorde ik het plan opperen, daar in het Stadion te blijven slapen, om de volgende morgen meteen op hun post te kunnen zijn. Zij zagen er allen oververmoeid uit, van de inspanning der laatste dagen en door een groot tekort aan slaap. Kenmerkend waren de gesprekken die wij toen voerden. Juanito, een van de ijverigste leden van de arbeiderssportvereniging, een jongen van zeventien, achttien jaar, was hoogst opgewonden op de repetitie gekomen; hij moest aanstonds weer weg met nog enige andere jongens van zijn groep. Zij moesten onmiddellijk naar hun partijlokaal, zeide hij, want de fascisten hadden voor die nacht een staatsgreep op touw gezet, en hij moest patrouilleren. Dat was de avond tevoren.

    Nu, in het Stadion, vroegen wij hem ironisch: ‘Hadden ze jullie per telefoon gewaarschuwd? Het is te hopen dat jullie vanavond weer geen golpe de estado (staatsgreep) opvoeren.’

    De brave Juanito trachtte met alle overtuigingskracht waarover hij beschikte, ons duidelijk te maken, dat er niet te spotten viel, dat het werkelijk om ‘algo serio’ (iets ernstigs) ging. Wist ik dan niet dat de leden van de F.A.I. avond aan avond schietlessen en onderricht in straatgevechten gaven aan de arbeiders, zelfs aan de meer voortvarende leden van àndere organisaties en partijen? Ook Juanito was er een paar maal geweest en had er de beginselen van de schietkunst geleerd. Maar gisteravond had de Partij hen allen weer naar huis gezonden, omdat toch niemand van hen een wapen bezat.

    Hetgeen met Juanito geschiedde, was het geval met honderden andere arbeiders.

    Typerend voor de toestand was ook, dat bepaalde arbeiders-sectoren vijandig tegenover de Volksolympiade stonden. Deze werd namelijk ernstig bedreigd door de langdurige transportarbeidersstaking.

    Het Olympiade-comité had de stakingsleiders (C.N.T.) gevraagd een uitzondering voor de Olympiade te maken; dit verzoek werd evenwel geweigerd, en zo kreeg men het ongewone en ietwat penibele schouwspel te genieten, dat de transporten voor de Olympiade, – bedden voor de deelnemers, levensmiddelen, bagage e.d. – door de vrachtauto’s van het leger werden verricht, en door het geschoolde militaire stakingsbrekers- en onderkruiperspersoneel, dat bij zulke gelegenheden op de proppen komt. Het was een niet bepaald geruststellend gezicht. Want overal zag men groepjes arbeiders met dreigende gezichten in de buurt staan. Bij Juanito en de zijnen heette het: ‘De C.N.T. saboteert het Volksfront, zij hebben met opzet deze staking georganiseerd om de Olympiade onmogelijk te maken.’

    Deze mening heb ik vaak horen verkondigen, zonder te kunnen beoordelen of zij gegrond is.

    Toen wij tegen middernacht huiswaarts gingen door de stad, was er niets opvallends te zien. Ook niet in de haven waar ik even geweest was om wat koelte van de zeebries te zoeken. Ook daar stonden weliswaar groepjes arbeiders zwijgend of fluisterend bijeen, maar dat was in de laatste dagen, – juist tengevolge van de transportarbeidersstaking, – iets heel gewoons geweest.

  • Dibujos revolucionarios de José Luis Rey alias Sim

    Revolution in Barcelona

    Early in the morning of July 19, 1936, José Luis Rey [Vila, aka Sim], a commercial artist living in Barcelona, was awakened by the sound of gunfire. Rushing out into Corcega Street, he saw the first skirmishes of the battle between the rebelling army adherents of Fascist General Franco and the citizens of Barcelona. Back to his room dashed José Rey, grabbed his pencil and paint, and spent the rest of the day crouching in the precarious shelter of doorways, sketching Barcelona’s successful defence against the army. These sketches and others made in and around Barcelona have been published by Leftist organizations [ie CNT-FAI] which rule Barcelona in Impressions of the Spanish Revolution of July 19. From this book the water colors and the captions on these pages have been taken. Frankly propaganda, the book tries to show that «the revolution is not all one mass of grey. It also possesses its moments of color … youth, joy, enthusiasm.» The color if vivid but bloody, and the joy is grim. But the artist has caught, with splashing colors and urgent lines, the overpowering enthusiasm of a people fighting for a Cause.

    [22/2/1937]

  • Como llenar el vacío dejado por la desaparición del poder constituido

    El 18 de juliol em trobava a Barcelona. De tant en tant em torno a preocupar quan llegeixo presentacions d’aquells fets històrics radicalment contràries a les que es van divulgar durant els quaranta anys del franquisme. Cap dels dos extrems no és veritat. El que va passar … consistia en la desaparició del poder constituït. Desapareixen els ressorts d’ordre públic. Trontolla el sistema judicial. A Barcelona s’apoderen del carrer els «incontrolats». La CNT s’apodera de les armes dels arsenals militars; els anarquistes es fan els amos del carrer. Les autoritats es converteixen en un factor purament nominal. El president Companys es posa al costat de les organitzacions obreres en armes, tot confiant que de mica en mica aniran entrant en la legalitat que els proposava mantenir formalment a través de la seva persona.

    La gent que no pot fer res més es queda a casa i acumula provisions per alimentar-se el major temps possible. Els que tenien capacitat econòmica i oportunitat de marxar, se’n van anar. Dintre d’aquest últim grup hi poso els polítics. La major part de polítics caracteritzats, inclosos els d’esquerra, van desaparèixer. Posteriorment, van ser nomenats ambaixadors, comissionats a l’estranger, delegats, etc. En alguns casos van tornar un cop aclarida la situacio.

    Va emergir la figura de Tarradellas, perquè era el polític que al moment de la insurrecció militar es va posar materialment a la disposició del president Companys. Eren adversaris, però no disposava de cap altre polític a les seves ordres. La situació dels dos personatges durant els primers mesos va ser tremenda. Havien de formar govern–sense portar fusell ni pistola–amb els que en portaven. Anaven amb barret i corbata, quan l’uniforme del moment era la granota (o «mono»). Els podien matar allà mateix en qualsevol moment, i ho sabien.

    Van matar molta gent. Assassinaven la llibertat en nom de la llibertat; s’abandonaven els principis morals en nom dels principis morals; es barrejaven el coratge i la covardia… Es van produir aquests fenomens estranyíssims de matar per gust, de matar per matar, per satisfer els instints més baixos de determinades persones…

    El Partit Comunista, prácticament inexistent abans d’esclatar la guerra a Catalunya, es va erigir en el partit de l’ordre, de l’autoritat. La gent va desitjar que arribessin els comunistes, que manessin i es fessin obeir.

  • Revolución social en las afueras

    De volgende morgen in alle vroegte werd ik gewekt door schoten. Geïsoleerde knallen en het doffe dreunen van kanonnen in de verte. Daartussen gaapte een doodse stilte. Geen tram ging voorbij, geen auto. Ik wist uit ervaring wat deze stilte betekende: Algemene staking. Juanito had dus toch gelijk gehad… Ik snelde de straat op.

    Het werd een gedenkwaardige Zondag, een van de drie, vier dagen die een mens nooit meer vergeet.

    Daar wij aan de rand van de stad woonden, waren wij volkomen afgesneden. Geen nieuws drong tot ons door, er viel niet aan concrete berichten te komen. Maar het dreunen van de kanonnen zei genoeg.

    Alvorens de stad in te gaan, klommen wij op een van de heuvels die naar de Tibidabo omhoogleiden, en van daar uit konden wij geheel de uitgestrekte stad overzien. Verscheidene vliegtuigen cirkelden onheilspellend boven de centrale wijken en rondom het fort Montjuich dat de haven beheerst. Dikke rookpluimen stegen van verschillende punten op. Brandende kerken! Brandende kloosters! Dikwijls waren gehele stadswijken door de rook verhuld.

    Bijwijlen werd zo intensief geschoten, dat er geen twijfel aan kon bestaan of er werden echte veldslagen geleverd. Het was aangrijpend in de starre, blauwe, van brandlucht bezwangerde zondagmorgen. De straten beneden ons waren uitgestorven. Slechts op de heuvel zaten hier en daar nog andere mensen met angstige gezichten omlaag te staren naar de dreunende stad.

    Toen wij de heuvel weer afklommen, wisten wij één ding met zekerheid: een tocht door de stad zou levensgevaarlijk zijn. Maar de onwetendheid, het isolement was ondraaglijk. Waar was Juanito? Wat deden de overige vrienden en kameraden? Wij besloten een voorzichtige verkenningstocht te beginnen; hoe hadden wij zo dom kunnen zijn die nacht naar huis te gaan. Allen hadden het geweten, waren er bijtijds bij geweest…

    Slechts zeer weinig mensen kwamen wij tegen op straat. Haastig en schuw, met sombere gezichten. Op de kleine Plaza, een kwartier van onze woning verwijderd, vonden wij enige mannen bijeen op het terras van een klein café, dat maar half geopend was. De meeste ijzeren rolluiken waren nog neergelaten. Met hun gedempte stemmen zaten de mannen druk te redeneren. Wij zetten ons in hun buurt om enig nieuws te kunnen opvangen, doch nadat zij ons wantrouwig van terzijde hadden aangezien, vervolgden zij met nòg zachtere stem hun gesprek.

    De kellner die ons bediende, was hermetisch en afgetrokken. ‘Ik weet van niets.’ zei hij. ‘Er wordt geschoten. Waarschijnlijk een militaire opstand… Iedereen had het wel kunnen voorspellen dat…’

    Hij voltooide zijn zin niet. Er was een plotseling tumult, een auto suisde over het pleintje en verdween in een andere straat. Op de rugzijde stond met grote ruwe krijtletters: ‘C.N.T.’ geschreven.

    Wat betekende dat? Vlucht? Occupatie?

    Een tweede auto kwam aangesuisd. Hij hield midden op het plein stil. Aan alle kanten loerden geweerlopen naar buiten. Aan alle kanten was het opschrift ‘C.N.T.’ aangebracht. Uit de auto kwamen een man en een vrouw; de overigen bleven zitten, en spiedden onophoudelijk om zich heen. De man richtte een revolver op onze kleine groep en riep kort en scherp: ‘Manos arriba!’ (handen omhoog!). De vrouw trad op ons toe. Zij zwaaide in haar rechterhand een grote hamer. Nooit zal ik het gezicht van deze jonge arbeidster vergeten. Het was als droeg ze slechts bij toeval haar ruw zwart kleed. Haar gezicht had een harde, vastberaden uitdrukking. Zij richtte een vraag die ik niet verstaan kon aan de mannen die met opgeheven handen naar haar toe liepen. Dan een korte woordenwisseling tussen haar en de inzittenden van de auto, die met dreigende gezichten naar ons keken. En terwijl wij langzaam de handen lieten zakken, zette zich de auto met de revolutionairen weer in beweging. Hij maakte voorzichtig een toer rondom het gehele plein, en verdween dan even plots als hij gekomen was.

    Gewapende arbeiders… dat was dus de Revolutie…

    Wij stonden op met kloppende harten, konden niet meer drinken van de emotie. En wij hadden ook geen lust een tweede maal in deze pijnlijke situatie te geraken, voor het proletariaat waartoe wij zelf behoorden ‘handen omhoog’ te moeten staan. Als stonden wij aan de andere zijde…

    Tegelijk met ons verlieten ook de andere lieden het café, en de bezitter liet nu het laatste rolluik naar beneden ratelen. Het schieten was weer luider geworden, de straten waren volkomen leeg. Van welke hoek zouden de verdwaalde kogels komen? In welke straat zou ons plotseling de eerste charge verrassen?

    Onze woning lag nog als een veilige burcht tegen zijn heuvelflank. Maar het was een onrustige nacht die wij er doorbrachten, want er werd nu schier ononderbroken geschoten, ofschoon het niet zo luid aandeed als overdag.

  • Aub: la revolución social. Muere Apel·les Mestres entre «llamps i trons»

    No hay luz eléctrica en Barcelona. Ni luna. Sólo tiros e iglesias ardiendo. La gente por la calle va de un incendio a otro. Intentaron salir los bomberos, pero el pueblo cortó las mangas. Se consumen las iglesias, pero no la Catedral, ni el monasterio de Pedralbes. Lo gótico no se quema, es el único orden que le impone al pueblo. Barcelona a oscuras pero con bastantes iglesias para poder andar por la ciudad, con el trágala de las caballerías muertas y los tiros de los fascistas confortablemente instalados tras su balcón, asesinando a mansalva. Un millón de habitantes sin más luz que gigantescas antorchas. Todos los templos se parecen ahora a la Sagrada Familia, y Barcelona huele a chamusquina. Largos ramos, pobladísimas lenguas de chispas por lo negro, negro de la noche; y los humos contra las estrellas. La gente callada, de una estación a otra, con su sentido trágico de la vida de los bolsillos, esperando un milagro; dándose cuenta de que nace un mundo nuevo, que puede morir en cierne, como otras tantas veces en este mismo lecho; pero todos husmean el parto; y, barruntándolo, nadie dice nada: óyese sólo el crepitar del fuego. El fuego hacia los cielos y la ciudad negra con heridos por los portales y asesinos por los tejados. Se ven las panzas del humo a la luz de las llamas, no las espaldas, ni la altura.

    Rafael Serrador, apoyado en una farola, mira cómo se abrasa la iglesia del Carmen. No se le alcanza, en su nueva vida, por qué destruyen e incendian, por qué no lo guardan para sí. Le duelen las llamas. Ya ha preguntado a veinte por qué queman, y todos se han alzado de hombros. Sin embargo, algo les mueve.
    Pegado a una de las puertas divisa un viejo al que cree recordar; mirando cómo sacan las imágenes y hacen una gran falla; síguele con la vista, no le suelta y se le acerca.
    – Por qué queman?
    El vejete le mira y le dice confidencialmente:
    –Chist! Hay que empezar siempre por el coro. Siempre.
    –Por qué?
    Ahí está el meollo! –y mirándole fijo a los ojos–: Si no, son capaces de volverse a sentar allí.
    El hombre se lleva a Serrador Ramblas arriba:
    –Ven. Le hace subir a la terraza del edificio de Las Noticias.
    Desde allí se descubren diez o doce incendios.
    –¿Ves tú, pequeño? De cuando en cuando hay que quitarse las chinches de encima y desinfectar el ambiente. Yo he sido mozo en la escuela de Ferrer, ¿sabes? ¡Aquel sí que era un hombre! Ya sabían lo que se hacían cuando lo fusilaron. Esta va a ser tan sonada como aquélla. ¿Crees que queman por quemar? ¡Pues no! Se mata lo que se odia. Se quema por purificar y salvar la vida: para ahuyentar los malos espíritus y rehabilitar la tierra. En el mundo hay dos cosas puras y hermosas: el fuego y el desnudo. ¿El arte? Historias y engañabobos. ¡Dímelo a mí! Fabrico vírgenes del siglo XVI. Los burgueses, los comunistas, creen que quemamos por destruir, que robamos para enriquecernos. Aquí cuando un niño es malo le dicen: eres peor que un ravachol. ¡Asquerosos! Lo de Ravachol es por un tranvía de Valencia, que descarrilaba con frecuencia y mató a unos cuantos. No viene a cuento. Quemamos para salvar y hacer tabla rasa; y cuando ha hecho falta robar es que hacía falta para vivir. Ya sé que no sé quién eres, pero me es igual.
    El viejo estaba completamente ido y mirando la ciudad, lloraba. «¡Ferrer santo! –musitaba– ¡Ferrer santo!» De pronto se volvió rápido hacia Serrador y le dijo tajante:
    –¡Porque si no las queman, volverán!
    –¿Quiénes?
    –Curas y diablos.

    Rafael bajó otra vez hacia el puerto. Anduvo hasta la «Buena Sombra», convertida en cuartel del asalto a Atarazanas. Reinaba un barullo tremendo. Se sentó en un rincón al lado de un librero de viejo y de un vendedor de biblias protestantes.
    –Mira –decía el más viejo–; la cosa no puede ser más sencilla. Aquí estamos los que no creemos en Dios y enfrente están los que creen. Y nada más. Huelgan otras explicaciones. Cuando deje de haber curas dejará de haber ricos.
    –Mira, Ambrosio –dijo Serrador–, más bien creería lo contrario.
    –¡Tú qué sabes, mocoso! Aquí la nada, y ellos con Dios. ¡Imponente! (Era su bordón.) ¡Imponente! Claro está que lo grande es que, para los que husmeamos la verdad, pelea la nada contra la nada, pero eso se queda para los escogidos.
    –Sí –dijo el vendedor de biblias–, hace siglos que nos quieren romper la crisma en nombre de Dios.
    –¡Y lo que te rondaré, morena!
    –Yo –dijo Serrador– creo que aquéllos creen en lo que tienen, y que son ustedes los que creen en Dios.
    –¡Imponente, mocoso, imponente! ¿Me vas a querer dar lecciones a mí? Nosotros creemos en el hombre.
    –Es lo mismo –dijo condescendiente Rafael.
    –¿Cómo que es lo mismo? Aquéllos creen en Dios porque le tienen miedo al hombre, y Dios es buen comodín.
    Rafael le pregunta al propagandista protestante:
    –¿Cómo vendes biblias siendo ateo?
    –Si creyese en Dios, las regalaría. A mí no me engaña ni Dios –le responde guiñando un ojo y descubriendo una encías sin más diente que un incisivo amarillo y gris oscuro, mitad por mitad.
    –Yo tengo publicado un libro –encadena el librero–, donde demuestro que todas las calamidades nacen en la creencia en Dios. Con más de doscientas citas y prólogo del conde de Tolstoi.
    –¿Te lo mandó él?
    –¡Lo recorté yo!

    El café concierto puede apenas con su oscuridad a pesar de las dos o tres docenas de bujías repartidas en mesas, mostrador y escenario. El camino de la bodega estaba libre y el bombo desfondado con una vela en el parche.
    Alrededor de una mesa discutían varios hombres de la FAI.
    –La ciudad es nuestra de arriba abajo.
    –¿Y la Esquerra?
    –¿Qué es la Esquerra sin nosotros? Ya se vio hace dos años.
    –¿Y los de la UGT?
    –Eso es otro cantar. Pero no nos vengan con monsergas, ellos no son nadie aquí, ¡nadie! Aquí mandamos nosotros. Y en Zaragoza, y en Sevilla. Y en Valencia, si me apuras. Referente a Madrid y Bilbao, ya hablaremos.
    –¿Tú crees que vamos a tomar directamente el poder?
    –Ya resolverá el comité. Yo creo que no. Esta no es «nuestra» revolución: es la de las derechas. Ellas lo han querido, ¡allá ellas! Pero por eso mismo no podemos perder las apariencias republicanas. Nos ha llegado la hora de salvaguardar las esencias liberales y democráticas. «Allons, enfants de la Patrie…»
    –¡No fastidies!
    –Sí, hijo: ¡y viva la Constitución!
    –¿Qué se sabe de Zaragoza?
    –Nada. Yo siempre dije que el secretario de la Federación…
    –Parece que allí empiezan a fusilar gente.
    –Vosotros diréis lo que queráis, pero si no es por la guardia civil y los de asalto, ¡ya quisiera yo ver dónde estaríamos a estas horas!
    –¿Y la tropa sin nosotros?
    –Eso es harina de otro costal. Pero vamos a ver lo que hace la Confederación en Zaragoza y Sevilla.
    –Dependerá un tanto de los gobernadores.
    –¡Che, callarse! –dijo un valenciano en la oscuridad–. Hemos luchado todos por la revolución, y ahí fuera todavía quedan cuarteles que tomar.
    –Sí, bueno. Hoy la Guardia Civil ha estado con nosotros, pero ¿y mañana? Lo que hay que hacer es disolverla. Y en seguida.
    En otro local, el del PSUC, Vidiella y Comorera abonaban en el mismo sentido.
    –Hay que formar Comités de Obreros y Campesinos.

    Companys, después de consultar con unos y otros, formaba el Comité Central de Milicias.
    –¡Se hunde la legalidad republicana! –clamaba por los gloriosos patios de la Generalidad un importante burócrata, de la Lliga–: ¡Eso es crear el poder revolucionario por decreto!
    –¿Y quién se lo ha buscado, monín? –le contestaba un ordenanza.

    Siguen subiendo hacia los cielos oscuros las abullonadas columnas de color rojuelo, salpicadas de pavesas brillantes.
    Rafael Serrador vaga por las calles tropezando con las gentes y sintiendo los lazos que le unen con los hombres, y como cogido en una red de la cual él fuese una de las mallas, una de las hebras de la noche. Por la plaza del Pino pasea un hombre completamente desnudo, gritando:
    –¡Viva el Sr. Kneipp! ¡Viva el Sr. Kneipp!
    Un mundo salido de sí, un mundo sin madre. Apoyado en un canalón, Rafael Serrador piensa en el agua, un agua bárbara, ímpetu bronco, raudo, tenaz, incontenible: como el de un toro de fuego, un arco iris de fuego, por encima de la ciudad vencedora.