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  • Entra en fuerza la ley de vagos y maleantes

    Ben Freeman, Vagrants and Criminals: Church, the State and Gay Rights in Spain and Paraguay
    In 1933, lawyer Jimenez de Asua drafted the now-infamous Law of Vagrants and Criminals []. Scholar Nathan Baidez explains that the original law had a “preventative character” and that it had the “goal of rehabilitating the individual.” Indeed, the law’s stated purpose was originally to “rid the cities of the presence of people who live a bad life without resorting to police methods that belong to the margins of legality and that trample liberty.” While homophobia certainly existed in Spain during the Republican period, it did not become rampant and legalized until the Franco regime won the Spanish Civil War in 1939.

  • Fuga masiva del Modelo via la cloaca

    DE LA CÁRCEL DE BARCELONA SE EVADIERON … CINCUENTA Y OCHO RECLUSOS

    Los evadidos abrieron una galería por la que se deslizaron a la cloaca.

    Barcelona 13, 3 tarde. Esta mañana se ha descubierto la fuga de un numeroso grupo de reclusos de la Cárcel Modelo. Se cree que, aprovechando la hora de salir a los patios, en donde los reclusos pasan casi todo el día, por una galería abierta en una celda se deslizaron a la cloaca. Esta galería es independiente de la que se descubrió hace pocos días.

    La mayoría de los presos que se han escapado están procesados por atraco, asesinato y robo a mano armada, y entre ellos se cuentan los asesinos del joyero de la calle de Salmerón, Ruano y Casterlena; los del atraco y asesinato del cajero del Oro del Rhin y algunos otros. Según el recuento que se hizo cuando se tuvo noticia de lo ocurrido, los que lograron escapar eran 58.

    Parece ser que hace dos días los guardias de Seguridad que prestan servicio por los alrededores de la cárcel vieron merodeando por allí a una mujer, a la que trataron de interrogar, y la mujer se marchó rápidamente, dejando caer un plano de las alcantarillas de Barcelona. Se presume que trataba de hacerlo llegar de algún modo a poder de los presos que hoy se fugaban.

    En cuanto el director de la cárcel dio aviso a las autoridades de lo ocurrido se estableció un servicio de vigilancia en las bocas del alcantarillado. A las once, o sea poco después de haberse fugado los presos, una pareja de la Guardia civil que presta servicio de vigilancia en el Instituto Frenopático de las Corts, distante un kilómetro de la cárcel, vio salir por una de las bocas de alcantarilla a un grupo de individuos que le inspiraron sospechas. Inmediatamente se dio aviso de lo que ocurría a la Jefatura de Policía, y acudieron fuerzas de la Guardia civil, que vigilaron todas las bocas del alcantarillado por aquellas inmediaciones. De este modo, cuando salian de las alcantarillas, han sido detenidos 26 de los fugitivos, 14 de los cuales han sido reintegrados a la cárcel. Entre los detenidos de nuevo están Ruano y Casterlena y los complicados en el atraco y asesinato al cajero del Oro del Rhin. Uno de los que todavía no se tiene noticia es Félix Vitalí, al que también se le acusa de haber tomado parte en el atraco y asesinato al joyero de la calle de Salmerón.

    Desde varios sitios de la ciudad se reclamó la presencia de la fuerza pública, pues en las alcantarillas se oían ruidos, y los que denunciaban el hecho suponían que podían estar por allí los fugitivos.

    Las autoridades se han presentado en la cárcel para hacer una inspección en el edificio y especialmente en los lugares por donde han huido los presos.

    La Guardia civil continúa vigilando para detener a los demás presos que han logrado escapar. En las bocas de algunas alcantarillas han disparado los guardias repetidamente, sus fusiles, con objeto de amedrentar a los fugitivos y ver de capturar lo antes posible.


  • Companys anuncia en el Parlamento que no piensa acatar el fallo del Tribunal de Garantías Constitucionales sobre la Ley de Contratos de Cultivo, que todos los gobiernos de la República han sido un obstáculo para la patria, y que la raza sabrá responder; Abadal de la Lliga habla a favor del constitucionalismo

    ([El Parlamento:] Al levantarse a hablar el PRESIDENTE DE LA GENERALIDAD, todos los diputados, puestos en pie, le tributan una gran ovación, sumándose al entusiasmo las tribunas. Se oyen diversos vítores.)

    […]

    [E]l problema no es la orientación de la ley, sino si en algunos puntos, la ley ha tratado materias que no son de su competencia, y el Tribunal de Garantías ha llegado más allá: [en su sentencia del 8 de junio] nos ha negado competencia para resolver sobre esta materia, y, como ha dicho el consejero de Justicia, en los «considerandos» de la sentencia hay una concepción tan arbitraria y minimalista del Estatuto y de la Constitución, que hasta llega a falsear sus propias esencias.

    Eso es tan claro que no encuentro extraño que con un natural impulso patriótico de elementos que tienen creencias absolutamente antagónicas a las que tiene esta mayoría, se hayan sentido indignados porque frente a un ataque a Cataluña, no deben existir divisiones entre los que nos sentimos catalanes.

    En cambio, me han llenado de estupor unas declaraciones del jefe del Gobierno, señor Samper, lanzando una sugerencia, haciendo la indicación que quizá si se modificaban algunos aspectos o se modificaban algunos extremos, podría haber un plan de concordia, que en este problema la sola palabra me cubre de vergüenza.

    Pero yo digo: si somos incompetentes en la materia, tanto si reformamos algunos preceptos de la ley, como si no los reformamos, cometeremos de todos modos un acto ilegal, y estaremos fuera de la legalidad. Ya que el Tribunal de Garantías, dominado por la pasión política, no ha dejado una rendija por la que pueda discurrir nuestra política, persistentemente conciliadora, que tantos malos resultados nos está dando, hemos presentado la ley, la nueva ley, que es igual, con puntos y comas, a la ley que se había presentado antes, para recibir de nuevo la ratificación del Parlamento. Si vosotros la aprobáis, el Gobierno la hará cumplir, pase lo que pase, y sea como sea… (Los diputados, puestos en pie, aplauden y lanzan diversos vítores. También se oyen vítores y aplausos en todas las tribunas.)

    EL PRESIDENTE [DE LA CAMARA]: El público se ha de abstener de hacer manifestaciones. De otro modo, será expulsado el que interrumpa o aplauda. Yo, hasta ahora, no he visto a nadie. Puede seguir el honorable Presidente de la Generalidad.

    EL PRESIDENTE DE LA GENERALIDAD: Y si el Parlamento no la aprobase, el Gobierno dimitiría, porque he de decir aún, aunque sea una cosa formularia, pues ya sé vuestro sentimiento, he de decir que el Gobierno hace de esta cuestión una cuestión de confianza.

    Hay que decir por eso, que lo ocurrido con esta ley es solamente un episodio en las relaciones que el Gobierno viene sosteniendo desde hace un tiempo con los últimos Gobiernos de la República. La ofensiva a nuestras libertades se ha ido produciendo cada día desde todos los Ministerios, con millares de incidencias ocurridas, y responde a una táctica y a una persistencia del Estado, o mejor, de las influencias monárquicas que se han apoderado del Estado.

    Creo inútil registrar los hechos, y no comentaré tan sólo lo que ha ocurrido con el dictamen de la Comisión mixta en relación con los servicios de radiodifusión, porgue todos han caído uno a uno sobre la paciencia de nuestro pueblo, que nos dice que hay bastante y que no puede continuar eso más, porque si eso persistiese, entendedme, si esto persistiese, nuestra autonomía iría desfalleciendo de tristeza, iría perdiendo el color y el carácter, para ir últimamente a desvanecerse, a hundirse, por la cobardía o por la estupidez de los catalanes. (Grandes aplausos.)

    Y eso no, porque mereceríamos ser declarados indignos o traidores y nuestro nombre quedaría escrito con ludibrio en el juicio de la historia de la patria. (Grandes aplausos.)

    Y esto, señores, es el problema que no se puede desvirtuar, ni desfigurar, con habilidades políticas, partidistas; es el problema de la libertad de Cataluña, que vuelve a estar en pleito porque se ha apoderado de las directrices de la República y rodean su estructura, y llega a sus fundamentos, todo lo antiguo de la vida política española. Y ante este problema, ¿qué hay que hacer?

    La vida de la República está debilitada, la Constitución es una cosa inerte. Se han resarcido bien los fugitivos del 14 de abril; nos llegan de fuera voces amigas y faltan a veces aquí voces catalanas.

    Yo dirijo hoy una salutación al noble pueblo de Vasconia, que nos ha transmitido su adhesión incondicional, y le digo que encontrarán en los nacionalistas catalanes siempre una entusiasta reciprocidad. (Grandes aplausos.)

    Yo, además, recojo con simpatía la voz de las izquierdas españolas, que han publicado un manifiesto en Madrid en el cual defienden el sentido autonómico de la Constitución del Estado, ley básica de la República.

    Somos, tal vez, los mismos que éramos el 14 de abril, pero nosotros no los contamos, no necesitamos contarlos. Cataluña se quedaría sola ella sola, y enfrente de un levantamiento monárquico centralista de todas las tierras hispanas, Cataluña daría la gran batalla, porque nosotros no queremos morir de asco, ni de vergüenza. (Grandes aplausos.)

    Y ahora oid: No somos hombres que nos dejemos llevar por los nervios, ni por las exaltaciones momentáneas. No. Al frente del Gobierno hemos dado pruebas que sabemos guardar la actitud moderada de un gesto pausado de cara siempre a nuestras creencias, sin embargo. Hemos mantenido de una manera inflexible el orden público, y nos hemos enfrentada con todos los perturbadores. No somos irreflexivos; desde la dirección del Gobierno sabemos adoptar aquel tono ponderativo de táctica y equilibrio, del saber hacer, de un político que tiene una responsabilidad por conducir las iras y los antagonismos de los diferentes sectores sociales. No somos unos insensatos, pero que me escuchen todos los catalanes.

    Un día, dirigida y orientada por una fuerza política catalana, se intentó la renovación de la vida política española, a base de nuestros postulados de acatamiento a la voluntad del país, de la depuración de las prácticas de Gobierno, pero a la sola conminación del representante del Estado decrépito, en la persona de un gobernador civil, que puso las manos sobre la espalda en una detención simbólica; a pesar de todos los anuncios de gestos simbólicos, y después de haber exaltado a la multitud, no pasó nada: transcurrió aquel momento dandos unas carteras ministeriales a los que habían organizado aquella jornada. (Aplausos.) Y no vino ningún beneficio para el ideal catalanista, ni para la nacionalidad catalana, ni para que la vida española dejase de arrastrarse en los medios infectos en que se debatía. Otro día, viene una dictadura, y hemos de sufrir la afrenta de que el nieto de Fernando VII nos recuerde que es heredero de Felipe V, y nos quitan, nos arrebatan la Mancomunidad, y nos barren de la Generalidad. Y tampoco pasa nada. Al contrario, los elementos dirigentes de la política catalana y del ideal heroico del catalanismo, son los últimos defensores desesperados de aquellas viles instituciones. (Muy bien.)

    Todo eso ha pasado. Viene la República, viene la autonomía y dirige la política catalana un Gobierno de izquierdas, y vuelve a vivir, y va la agresión dentro de la República de los lacayos de la Monarquía, de las huestes fascista monárquicas, que han hecho penetrar ya su vanguardia y que están en la misma puerta.

    Y yo digo; si ahora también, ayer como hoy, antes con unos hombres y hoy con otros, aceptamos la nueva fatalidad y la fuerza y nos entretenemos en los juegos de habilidad política si nos dejamos arrebatar lo que es nuestro, no lo que nos pertenece, sino sólo lo que ha quadado pactado en el Estatuto y la Constitución, entonces, ¿quién tiene el derecho de decir qus aquí hay un sentimiento nacionalista? Si el sentimiento nacionalista a través del mundo y del tiempo da héroes y da mártires! ¿Dónde está el amor y la fortaleza de nuestra tierra qué temple, qué aliento podemos dar al movimiento espiritual de nuestra raza? (Aplausos.)

    ¡Ah, amigos! os he de decir muy pocas palabras más. Si eso sucediese y ya tuviese la desgracia de quedar con vida, me envolvería en mi menosprecio y me retiraría a mi casa para esconder mi vergüenza como hombre y para esconder también el dolor punzante del alma, por haber perdido la fe en los destinos de la patria. (Gran ovación que dura largo rato. Los diputados, puestos en pie, vitorean al Presidente de la Generalidad de Cataluña. También desde las tribunas se aplaude y se vitorea.)

  • El golpe de estado de Companys, una consecuencia de su personalidad. Defensa de la República por el general Batet. La criada de Pierre Vilar y la vaquería.

    L’exacerbació dels sentiments arran de les interpretacions differents de la vida col· va degenerar molt ràpidament. Els fets del 6 d’octubre de 1934 a Catalunya són difícils d’entendre avui si no es parteix del principi que va explotar el caràcter personal d’uns quants dirigents. Els miners d’Astúries s’aixecaven per raons de classe, però això no era pas el cas de Catalunya. L’aixecament del president Companys es deu purament a la seva impressió que pertocava actuar d’aquella manera: «Posar-se a favor dels pobres i enfrontar-se al Govern Central que, pel fet de ser centre-dreta, representava els rics.»

  • José Antonio: el encaje de Cataluña en España

    [Discurso en el Parlamento el 30 de noviembre]

    … hay muchas maneras de agraviar a Cataluña, como hay muchas maneras de agraviar a todas las tierras de España, y una de las maneras de agraviar a Cataluña es precisamente entenderla mal; es precisamente no querer entenderla.

    Lo digo porque para muchos este problema es una mera simulación; para otros este problema catalán no es más que un pleito de codicia: la una y la otra son actitudes perfectamente injustas y perfectamente torpes. Cataluña es muchas cosas, mucho más profundamente que un pueblo mercantil; Cataluña es un pueblo profundamente sentimental; el problema de Cataluña no es un problema de importación y exportación; es un problema dificilísimo de sentimientos.

    Pero también es torpe la actitud de querer resolver el problema de Cataluña reputándolo de artificial. Yo no conozco manera más candoroso, y aun más estúpida, de ocultar la cabeza bajo el ala que la de sostener, como hay quienes sostienen, que ni Cataluña tiene lengua propia, ni tiene costumbres propias, ni tiene historia propia, ni tiene nada. Si esto fuera así, naturalmente, no habría problema de Cataluña y no tendríamos que molestarnos ni en estudiarlo ni en resolverlo; pero no es eso lo que ocurre, señores, y todos lo sabemos muy bien. Cataluña existe con toda su individualidad, y muchas regiones de España existen con su individualidad, y si queremos conocer cómo es España, y si queremos dar una estructura a España, tenemos que arrancar de lo que España en realidad ofrece; y precisamente el negarlo, además de la torpeza que antes os decía, envuelve la de plantear el problema en el terreno más desfavorable para quienes pretenden defender la unidad de España, porque si nos obstinamos en negar que Cataluña y otras regiones tienen características propias, es porque tácitamente reconocemos que en esas características se justifica la nacionalidad, y entonces tenemos el pleito perdido si se demuestra, como es evidentemente demostrable, que muchos pueblos de España tienen esas características.

    Por eso soy de los que creen que la justificación de España está en una cosa distinta: que España no se justifica por tener una lengua, ni por ser una raza, ni por ser un acervo de costumbres, sino que España se justifica por una vocación imperial para unir lenguas, para unir razas, para unir pueblos y para unir costumbres en un destino universal; que España es mucho más que una raza y es mucho más que una lengua, porque es algo que se expresa de un modo del que estoy cada vez más satisfecho, porque es una unidad de destino en lo universal.

    Con sólo esto, veréis que en la posición que estoy sosteniendo no hay nada que choque de una manera profunda con la idea de una pluralidad legislativa. España es así, ha sido varia, y su variedad no se opuso nunca a su grandeza; pero lo que tenemos que examinar en cada caso, cuando avancemos hacia esta variedad legislativa, es si está bien sentada la base inconfundible de lo que forma la nacionalidad española; es decir, si está bien asentada la conciencia de la unidad de destino. Esto es lo que importa, y es muy importante repetirlo una y muchas veces, porque en este mismo salón se ha expuesto, desde distintos sitios, una doctrina de las autonomías que yo reputo temeraria. Se ha dicho que la autonomía viene a ser un reconocimiento de la personalidad de una región; que se gana la autonomía precisamente por las regiones más diferenciadas, por las regiones que han alcanzado la mayoría de edad, por las regiones que presentan caracteres más típicos; yo agradecería –y creo que España nos lo agradecería a todos– que meditásemos sobre esto: si damos las autonomías como premio de una diferenciación, corremos el riesgo gravísimo de que esa misma autonomía sea estímulo para ahondar la diferenciación. Si se gana la autonomía distinguiéndose con caracteres muy hondos del resto de las tierras de España, corremos el riesgo de que al entregar la autonomía invitemos a ahondar esas diferencias con el resto de las tierras de España. Por eso entiendo que cuando una región solicita la autonomía, en vez de inquirir si tiene las características propias más o menos marcadas, lo que tenemos que inquirir es hasta qué punto está arraigada en su espíritu la conciencia de la unidad de destino; que si la conciencia de la unidad de destino está bien arraigada en el alma colectiva de una región, apenas ofrece ningún peligro que demos libertades a esa región para que, de un modo o de otro, organice su vida interna.

    ¿Es éste el caso de Cataluña? Los que le concedieron el Estatuto debieron presumir que sí. 0 los que le concedieron el Estatuto fueron traidores a España, sospecha para la cual debiéramos todos tener nuestros motivos, o los que le concedieron el Estatuto pensaron que la conciencia de la unidad de destino estaba tan arraigada en Cataluña que el Estatuto no iba a ser nunca instrumento de disgregación y podía ponerse en sus manos sin ningún peligro para la unidad. Ahora bien: aquello que, en el mejor caso, fue una presunción de los que concedieron el Estatuto a Cataluña, ha sido evidentemente destruido por la prueba en contrario. Los dos años de experiencia de Cataluña han sido dos años de deshispanización, y si en dos años se avanzó lo que se avanzó en el camino de la deshispanización, con el instrumento puesto en manos de los que ejercieron el gobierno de Cataluña no es ya temerario, sino que, por el contrario, la presunción se invierte, pensar que si dejamos entregado este Estatuto en manos semejantes (porque ninguna garantía tenemos de que el pueblo catalán piense cambiar de directores), probablemente comprometemos, ponemos en trance de pérdida definitiva, el sentido de la unidad de destino nacional que debemos exigir arraigado en todas las tierras de España.

    […]

  • Fundación del POUM

    El POUM surgió, el 29 de septiembre de 1935, tras largas discusiones en el seno de las dos organizaciones [la Izquierda Comunista de España (ICE) y el Bloque Obrero y Campesino (BOC)] que lo formaron, con una triple finalidad: llevar hasta el fin la estrategia de la Alianza Obrera, impulsar la unificación de la CNT, la UGT y los sindicatos autónomos en una sola central sindical y reunir a todos los marxistas revolucionarios en un solo partido. Estos objetivos, largamente pensados y madurados, obedecían a un proyecto sin equívocos: colocar al proletariado español en condiciones de coronar el proceso político iniciado en 1930-1931 con la caída de la monarquía con la victoria de la revolución socialista, único medio, tras el fracaso de la II República, de transformar radicalmente la sociedad española, superando la impotencia de la burguesía para realizar las tareas que la historia imponía desde hacía luengos años [sic].

  • Reyes 1936

    Mañana fresca y hermosísima; día de Reyes. Semidormido, imágenes enormes y coloreadas palpitan sobre mí, como mariposas gigantes. Tía Pilar se inclina sobre la cama y deposita en la almohada un objeto reluciente, un revólver. Su gatillo percute como nuevo, su tambor gira a cada disparo. Más que ninguno, he deseado este juguete. Y, de pronto, lo tengo en mis manos, frío, pesado, verdadero.
    –Cuidado -me advierte mi tía-. No lo dejes caer al suelo. Se rompería, es de hierro colado.
    Me deja. Ahora estoy solo en la sala, los pies descalzos sobre las baldosas. Absorto, aprieto el revólver en la mano, y en mi cerebro resuenan, como una admonición de cuento, las palabras de mi tía. Casi sin darme cuenta, abro la mano, y el revólver se desliza hasta el suelo. Un choque: el revólver se parte en tres pedazos. Yo permanezco quieto, sin decir palabra ni variar de rostro, mirando los pedazos. Distingo claramente los ruidos de la calle; suenan, alegres, tambores y trompetas, gritos excitados; es el día de Reyes. Mamá y tía Pilar han entrado en el cuarto, han visto el revólver partido en tres pedazos, y me han visto a mí, mirando al suelo, tan serio y tranquilo. Cuchichean entre sí, maravilladas:
    –Fíjate… Se le rompió el revólver.
    –Está asustado. Sin saber qué decir.
    –Aún tiene el corazón dormido.
    –Pobrecito… Con la ilusión que él tenía.
    Hablan entre ellas como si yo no estuviera allí, como si estuviese lejos. ¿Cómo explicarles la extraña sensación que tengo?
    Ellas creen que el revólver se me ha roto involuntariamente. Hay varios juguetes más por el cuarto. ¡Hermosura del día de Reyes! Más que ninguno, yo deseaba ese juguete. Suenan, alegres, trompetas y tambores. Y el revólver está roto en tres pedazos.
    Llenas de lástima, mamá y tía Pilar me acarician, me aseguran que me comprarán otro igual que ése. Casi me zarandean, como si quisieran despertarme.
    Ajeno a su solicitud, yo callo, ocultándoles la verdad, en tanto noto que esa curiosa sensación de diferenciamiento, de separación de los demás, va creciendo y creciendo en mi interior, como una cortina que se corriera lentamente.

  • Elecciones, el oasis catalán, preparaciones bélicas de la FAI, golpe militar, exilio

    Abbazia, 31 de desembre [1936]

    RESUM DE L’ANY 1936

    […]

    Vaig començar-lo amb una dolorisíssima operació quirúrgica, suportada amb un estoïcisme que sorprengué els metges.

    Vingué, després, la campanya electoral per a les eleccions del 16 de febrer. A Catalunya, no es pot negar la victòria de les esquerres. Amb ella els catalans mostraren una vegada més llur incapacitat política.

    Els primers dies després de les eleccions, l’ambient que es respirava a Barcelona era absolutament revolucionari. Vaig escoltar, des del meu llit, el crit de: «Morí Cambó!», proferit per una multitud de manifestants. Si un grup hagués assaltat la meva casa, hauria restat sense càstig i és possible que aquella nit s’hagués iniciat la revolució social a Barcelona.

    En les eleccions vaig ésser derrotat i a la meva derrota dec la vida. És curiós que tingui d’agrair-la als companys de candidatura que no compliren el seu deure d’assegurar la meva elecció.

    El mes de març i part d’abril vaig passar-los a Piestany, fent una cura que em deixà extenuat. Durant aquests temps, a tot Espanya roncava la revolta i se’n produïren, sovint, violents esclats. A Catalunya hi havia pau i la nostra gent, beata, parlava de «l’oasi català».

    Jo no creia en l’oasi; sabia que hi havia pau perquè la FAI s’estava organitzant i no volia afeblir l’embranzida que preparava. Creia, però, en la possibilitat que el govern s’espantés de l’abís que s’obria als seus peus i es decidís a plantar cara: hauria guanyat la partida. Amb aquest pensament vaig publicar un article sostenint la tesi que un govern, quan les forces coactives li romanen fidels, és avui invencible … i no hi havia dubte que, per a contenir l’onda revolucionària, el govern hauria comptat amb tota la força pública i una bona part dels elements de Front Popular. Desgraciadament, el govern s’anà eliminant a mesura que les organitzacions revolucionàries mostraven major audàcia.

    Vaig donar en maig i juny algunes conferències. Tesi: la lluita de blocs incompatibles és la guerra civil; els règims democràtics són encara els que asseguren un major grau de prosperitat; un cop militar provocaria una terrible reacció esquerrista. Sóc antifeixista, antidictatorial, però, enfront de l’anarquia, com a mal menor, ha de venir la força.

    Vaig sortir d’Espanya a primers de juliol amb veritable recança. Jo no creia que la FAI donés el cop abans de la tardor i tampoc creia jo en el cop militar, si no era provocat per una situació de major anarquia. El govern podia, encara, dominar la situació i jo creia que ho faria.

    Al tenir notícia de l’assassinat de Calvo Sotelo, vaig creure en la imminència d’un cataclisme. A l’assabentar-me del cop militar, vaig preveure la terrible reacció esquerrana. Al veure, als pocs dies, que estàvem en guerra civil, s’inicià el meu pessimisme.

    La notícia de les destrosses fetes a casa meva i de la confiscació de tots els meus béns em deixaren serè. Sols en pensar en coses concretes, sovint petites, que havia perdut, m’entrava una gran recança.

    [etc]

  • Tras las elecciones, huida burguesa, amenazas de secesión, caos social y guerra civil

    What began last fortnight as Spain’s least bloody election in years was swelling last week into horrid crescendos of threatened social upheaval, secession and civil war. Overnight 30,000 political prisoners came bustling out of jail. They included the furious Catalonian secessionist, «President» Luis Companys, who had just begun to serve a 30-year stretch in a grim Andalusian prison for having proclaimed the industrial northeast of Spain the independent Republic of Catalonia (TIME, Oct. 15, 1934). Out of jail popped most of this suppressed Republic’s Parliament and met in Barcelona, their capital. In Madrid more or less delirious Spanish mobsters and political ex-convicts paraded around, brandishing plain red flags, singing the Internationale and shouting vaguely «Long Live Russia!»

    Every train to the French frontier was jammed with taut-faced people. «Who are they?» a correspondent asked a station official at the frontier. «Dukes, marquises and millionaires!» replied the station official correctly.

  • La Vanguardia niega que vivan gitanos auténticos en Barcelona

    De vez en vez cruza por Barcelona una tribu gitana. De gitanos auténticos, de esos que llevan su pueblo a cuestas, sus tiendas, su calderería y su horizonte. Las ordenanzas municipales favorecen su temperamento andariego. Porque, claro, se instalan en las faldas de Montjuich, por ejemplo, y al cabo de unas horas se ven obligados a plantar sus reales en San Martín. En alguna parte han de reposar. Y como casi siempre coincide el paso de una de estas tribus con el de un cronista extranjero, al cabo de unos días puede leerse en cualquier periódico del mundo, que, como Granada, corno Sevilla, Barcelona también tiene su barrio gitano.

  • «Companys consigue la autonomía para Cataluña»

    The hotheaded, toothbrush-mustached Spanish Catalan, Luis Companys, became a rebel when he added to the chaos of Spain’s October 1934 revolution by declaring his native province, rich, industrial Catalonia, an independent republic. He became a martyr when the Government sent him to jail for 30 years. He became a hero when the Left victory in the Spanish general election last month sent him and 30,000 other rebels of 1934 rollicking out of Spain’s jails. This week he became a liberator when he wangled from Spain’s Republican Premier Manuel Azaña «local autonomy» for Catalonia. In Spain old issues never die, and States’ Rights is the deathless battle cry of Catalonia & Companys.

  • Sebastià Gasch: Lola Cabello es una flamenca degenerada por impura, alfabeta y comercial

    Esta señora, a pesar de su popularidad, de sus éxitos apoteósicos, de sus recitales de radio, a pesar de ser aplaudida ferozmente por los mismos andaluces, es una flamenca de las más aguadas. […]

    Lola Cabello es uno de los especímenes más típicos de la degeneración actual. Como no la querían en ningún festival flamenco, se ha puesto a cultivar un género híbrido sin tradición, arte y sabor. Canta cuplés pseudo-flamencos con orquesta. Y, acompañada por la guitarra, Mari-Cruz, María Magadalena y otras cosas de los Quiroga and Company. Pero no por bulerías, como todos los niños que corren por estos mundos de Dios, sino sin apartarse un ápice de la partitura. Si la Grijó es una artista hot, la Cabello es straight, porque canta justa, recta, sin apartarse del texto musical escrito por el compositor. Esto no es flamenco ni es nada. ¡Si Don Antonio Chacón lo oyera! Como cupletista, Lola Cabello es muy superior a todas las cultivadoras del flamenco fabricadas en las academias de la calle Nueva. Naturalmente. Pero, parada y sin expresión, es muy inferior a una Pastora Imperio o a una Conchita Piquer. Naturalmente.

  • Asesinados los hermanos Badía

    […]

    A las tres y cuarto de la tarde, un automóvil particular, que conducía a seis individuos, se estacionó frente a la peluquería que hay establecida en el chaflán de la calle de Muntaner, esquina a la de la Diputación, en la parte opuesta a la casa donde vivían los hermanos Badía. Del coche descendieron dos de sus ocupantes, que, cruzando la calle, entraron en el portal de la casa número 38 de la callé de Muntaner, situada un poco antes de la que habitaban las víctimas del suceso, con su madre y hermanas, quedándose en el portal, si bien adoptaron la precaución de que nadie que pasara por la acera de la casa de los señores Badía pudiera verles a distancia.

    Inmediatamente que pasaron los hermanos Badía por delante del portal salieron los pistoleros, uno de los cuales disparó a bocajarro sobre Miguel, al tiempo que el otro lo hacía contra José, cayendo los dos al suelo. El primero de ellos murió instantáneamente, y José a poco de ingresar en el Dispensario de la calle de Sepúlveda, adonde los dos fueron trasladados con la máxima urgencia en unos taxis.

    […]

    Los pistoleros, después de asegurarse de que sus víctimas habían muerto, atravesaron tranquilamente la calle, amenazando con las pistolas a los testigos del crimen, hasta llegar al coche, donde sus compañeros estaban asomados a las ventanillas, esgrimiendo pistolas, para protegerles la retirada.

    Una vez en el auto los seis pistoleros, el vehículo salió disparado por la calle de la Diputación, con dirección a la barriada de Sans.

    Momentos después de haber desaparecido el coche en el que huían los pistoleros, la gente acudió en auxilio de los hermanos Badía, y una pareja de Caballería de las fuerzas de Asalto, que prestaba servicio en la calle de Aribau, esquina a la de la Diputación, persiguió a los fugitivos, a los que no pudo dar alcance.

    La madre y una hermana de los señores Badía, al oír los disparos, y temiendo que aquellos hubieran sido agredidos, bajaron rápidamente a la calle. Al ver a los señores Badía, que aún estaban en el suelo, empapados en sangre, se desarrolló una escena dramática, que impresionó vivamente a cuantos la presenciaron. Al ser trasladados las víctimas al dispensario de la calle de Sepúlveda, madre e hija les siguieron en un taxi, pero en el benéfico establecimiento se les negaron las irreparables consecuencias del sangriento suceso, díciéndoles que estaban solamente heridos, hasta que se las logró convencer de que regresaran a su domicilio.

    […]

    Al tener noticia del suceso, se personaron en el dispensario de la calle de Sepúlveda el ex consejero de Gobernación de la Generalidad Dencás, que junto con Badía dirigía las Juventudes de Estat cátala; el diputado a Cortes Sr. Trabal, los consejeros de la Generalidad, Sres. Gassol, España y Barrera, y gran húmero, dé concejales y di putados de Esquerra; el alcalde, Sr. Pi y Suñer; el delegado general de Orden públi co, Sr. Casellas; el presidente del Parlamento catalán, Sr. Casanovas, y gran número de elementos de Estat cátala, que estaban visiblemente apenados e indignados por el trágico fin de su leader y del hermano de éste.

    También acudió una nutridísima representación del elemento femenino de Estat catalá.

    […]

    Barcelona. (Crónica telefónica.) El nombre de Miguel Badía, asesinado esta tarde por unos pistoleros, cuando salía de su casa para dirigirse al café, como de costumbre, asomó hace años por primera ves en las columnas de los periódicos. Juntamente con otros muchachos jóvenes, fué detenido bajo la acusación de haber fabricado y colocado un artefacto para hacerlo estallar al paso por las costas de Garraf del tren en que regresaba a Madrid D. Alfonso XIII y su familia. Fué aquella una tentativa, mejor o peor preparada, de regicidio que no tenía como motor un sentimiento anarquista, y para ello basta recordar la confusa emoción que produjo entre los elementos catalanistas que, contrarios a la violencia, por educación y por temperamento, sintieron probablemente una satisfacción al comprobar que también podía estar alguna vez la violencia a su servicio. Así se deduce del ambiente que rodeó la vista de la causa, en la que actuaron como defensores caracterizados catalanistas como el Sr. Anguera de Sojo.

    Condenado, con sus compañeros, a unos años de prisión, les indultó, en seguida de tomar el Poder, el Gobierno del general Berenguer. Y siendo así que todos los argumentos favorables a los procesados, incluso para indultarles, se apoyaban en la imposibilidad en que estuvieran de realisar el atentado, en su falta de voluntariedad para cometerlo, al regreso a Barcelona se les recibió con la consideración que se debe a la gente decidida, dispuesta a sacrificarse por un ideal. El camino de Badía era ya fácil, en un ambiente como el que advino a los pocos meses, y, en efecto, hombre grato a Maciá en todo momento, organizó las Juventudes de Estat Catalá, especie de milicias armadas y primer brote del fascismo en la Esquerra de Cataluña. El y, lo que es más curioso, los demás parecían reconocerle ciertas dotes de organizador por no haber sabido organizar el atentado de Garraf, y siguiendo esa línea le vimos más tarde de jefe de Policía de Barcelona y empeñado en una batalla con el sindicalismo. A su actitud de entonces, a los procedimientos puesto en juego, puede atribuirse la agresión que hoy le ha costado la vida.

    Como tantos otros, pero obligado por sus antecedentes a estar en la proa, Badía creyó, efectivamente, que la revolución ya estaba hecha y terminada, al menos por lo que le concernía. Y, como tantos otros—sería curioso releer La Publicitat y La Humanitat de aquellos días—, se indignaba con los jueces y magistrados que no eran bastante severos, generalmente por falta de pruebas, con los terroristas, olvidándose que él había sido un terrorista frustrado. Dirigió probablemente la acción policíaca y cívica contra los huelguistas tranviarios. Apeló, en la jefatura de Policía, a los mismos medios que en ocasiones anteriores habían excitado sus protestas y las de sus correligionarios. Y apartado del cargo por su actuación, precisamente en una sala de la Audiencia y contra uno de los fiscales, todavía intervino activamente en los hechos de octubre, marchando después a Francia. El 16 de febrero, con el triunfo de la Esquerra, hizo posible su regreso­.—JUAN. DE BARCELONA.

  • El instante detenido

    Cae en mis manos una vieja foto de la clase. La foto está tomada de modo que salga el profesor, al fondo, de pie sobre la tarima. Se ven, en primer término, los pupitres al revés, enseñando sus cajones llenos de papeles. Los niños, desde sus sitios, han vuelto las caras hacia atrás, mirando la máquina del fotógrafo; toda la clase es una sonrisa estática; la presencia del invisible fotógrafo, donde convergen sonrisas y miradas, es impresionante. Ahí están todos los alumnos; yo podría citar todavía el nombre de todos; Pujol, Calabuig, Milán, Sabater, Ayza, Revérter… En la pizarra, el alumno más aplicado, el que ocupa siempre el primer puesto, ha trazado el principio de la lección de Ciencias: «Todos los cuerpos son pesados». Aún puede verse su brazo en el aire, detenido un segundo, mientras vuelve su cara pegada al encerado en la misma dirección de todos.
    Yo hago un esfuerzo visual, y leo, en un ángulo de la pizarra, pequeñísima, casi ilegible, la fecha del día: Lunes, 6-VII-36.
    Siento un ligero vértigo.
    ¿Qué va a ocurrir dentro de unos días? ¿Qué sucederá cuando, transcurrido ese pequeño instante detenido, la vida siga, el tiempo corra? De momento, suspenso todo, mágico, los alumnos miran al fotógrafo invisible. Por doquier, expresiones serias, sonrientes, burlonas, aburridas.
    Simón, el payaso, como siempre, sostiene horizontalmente una pluma entre el labio superior y la nariz.
    Gutiérrez mira serio, cruzado de brazos, como un santito.
    Gil alarga el cuello, allá abajo, con espanto de no salir en la foto.
    Y Pujol, como siempre, sonríe de oreja a oreja. ¿Qué les ocurrirá a esos niños dentro de doce días?
    Y vuelvo a leer, como una advertencia siniestra, el comienzo de la lección de Ciencias:
    Todos los cuerpos son pesados.

  • Debate en el Parlamento de Cataluña sobre la Olimpiada Popular

    Debate sobre la subvención a la Olimpiada Popular

    El viernes 17 de julio de 1936 tuvo lugar en el Parlamento de Cataluña un debate sobre el proyecto de ley para subvencionar con cien mil pesetas los Juegos populares de Barcelona, que tuvo la virtud de provocar uno de los debates más interesantes de la actual etapa parlamentaria. Era de esperar que, tal como dichos Juegos han sido concebidos, alguien se levantase para oponerse a la concesión de la mencionada subvención. El señor Durán y Ventosa fue ese alguien, y hay que reconocer que dijo todo cuanto debía decirse, con un buen conocimiento de causa.

    […]

    Toma la palabra el señor Durán y Ventosa para consumir un turno en contra. Asegura que es una tremenda equivocación esta aportación de la Generalidad a esa “Olimpiada” popular, porque todo el mundo sabe que no se celebra ninguna otra Olimpiada que la que se organiza cada cuatro años mediante un convenio internacional llevado a cabo por las representaciones más auténticas del deporte del mundo. Los efectos de esta equivocación se harán sentir por mucho tiempo en la vida política catalana.

    […]

    No puede hacerse eso de oponerse a un convenio internacional, porque sería poner en ridículo el nombre de Cataluña; nosotros podemos hacer muchas cosas; pero nunca poner en ridículo el nombre de Cataluña.

    ¿Qué resultado se obtendrá con la celebración de estos Juegos? Es posible que vengan forasteros, vecinos de Tarrasa, de Badalona; los mismos que vendrían en ocasión de una fiesta cualquiera. Además, esa precipitación con que todo ha sido preparado, es funesta para el deporte y para todo. Pudo organizarse con tiempo y ya tendría excusa. Así, no. Añade que los Juegos Olímpicos internacionales, los únicos que pueden ostentar, quiera o no quiera la Generalidad, el nombre de olímpico, se organizan cada cuatro años en una gran ciudad, bajo el patronato de los Gobiernos del país en que tienen efecto. Ahora bien: en el momento en que le correspondía a España el honor de celebrarlos, ¿a qué ciudad le correspondería? A Barcelona, indudablemente. Pero es que cuando llegue a tratarse de la designación, el Comité encargado de ello no podrá olvidar que en Barcelona se intentó llevar a cabo una competencia, una disidencia. ¿Y quién se atreverá a defender lo contrario? El Parlamento debe tener el convencimiento de que con la aprobación de la ley se imposibilitará el que los auténticos Juegos Olímpicos se celebren en nuestra ciudad. Acaba diciendo que está convencido de que todos los diputados saben que, al aprobar el dictamen, hacen un disfavor a la ciudad. Aprobadlo; pero será con los votos en contra de “Lliga Catalana”.

    Habla el señor Fontbernat para replicar al señor Durán y Ventosa, afirmando que lo que se ha organizado no es una Olimpiada, sino una “Semana del deporte y del folklore”. Por tanto no hay posibilidad de competencia. Hay, por otra parte, otra distinción: la de que los atletas que toman parte en las Olimpiadas oficiales son profesionales; los que toman parte en los Juegos populares, son “amateurs”. Sigue diciendo que hay que tener presente la circunstancia de que estas fiestas aparecen también integradas por importantes manifestaciones folklóricas. Acaba asegurando que no existe ningún ánimo de competencia. Manifiesta que sólo de Francia vendrán más de 40.000 personas para presenciar los Juegos.

    El señor Fronjosa interviene diciendo que después de las palabras del señor Fontbernat, es casi innecesario el que su minoría defienda su actitud, favorable al dictamen. Afirma que no será la primera vez que las grandes ciudades del mundo organicen estos Juegos al margen de las Olimpiadas oficiales. Con esto ya es bastante para que Barcelona se sienta honradísima con la organización de estos Juegos populares. Afirma, por otra parte, que estas fiestas populares tienen un neto carácter antifascista.

  • Tensiones en la Olimpiada Popular

    Wij wisten dat het gebeuren zou, en toch scheen niemand het zich duidelijk voorgesteld te hebben. Men leeft haast zonder fantasie. En in Spanje, het land van de onbegrensde mogelijkheden, rekent een ieder, – als het zo in zijn kraam te pas komt, – gaarne op onmogelijkheden.

    Er was ook een pracht-ding aanwezig om de aandacht af te leiden, vooral in Barcelona: de Volksolympiade. Daarvoor werd iedereen gemobiliseerd die anti-fascistische neigingen bezat. Men zou de wereld eens tonen wat een volk in vrijheid binnen de kortst mogelijke tijd tot stand kon brengen; en vooral Duitsland met zijn belemmerde en tendentieuze Olympiade wilde men een gevoelige les geven. De Volksfront-regering had eerst aarzelend haar steun verleend, maar er zouden grote sport-kampioenen uit de Sovjet-Unie komen. Dat moest de beste attractie vormen. Op het laatste ogenblik bleven zij echter weg. Niet toevalligerwijze. Want op de openingsavond van de Olympiade brak de fascistische revolte op het Schiereiland uit.

    Alle vrienden hadden gedurende de eerste weken van Juli als waanzinnigen aan de ‘Olimpiada Popular’ gewerkt, want zoals het hier in Spanje nu eenmaal de gewoonte is, werd alles tot het laatste, allerlaatste moment uitgesteld. Elkeen is er heilig van overtuigd dat niets in orde is en alles in het honderd loopt, maar tenslotte wordt dan, als door een wonder, het meeste toch nog brillant geïmproviseerd. Een ieder was doodmoe, en er heerste de fatale onweersstemming van alle ‘generale repetities’ toen wij op de vooravond van de Olympiade (Zaterdag 18 Juli) in het Stadion, boven in het Park van de vroegere Wereldtentoonstelling bijeenkwamen. Stellig was er ook nog een andere nervositeit bij de velen die in politiek opzicht ingelicht waren, en die wisten wat ginds in Marokko begonnen was.

    In het Stadion dat fantastisch gelegen is, met een overweldigend panorama op de stad Barcelona en de omliggende bergen, waren juist een paar grote auto’s vol franse sportslieden aangekomen, die zich bij de ingang verdrongen, en met bewondering de heerlijke omgeving in ogenschouw namen. Binnen enkele dagen zouden de meesten van hen vol teleurstelling en angst dezelfde stad de rug toekeren!

    Binnen in het Stadion was het een verschrikkelijk doorelkaar-geloop; de verschillende sportbureau’s waren eerst daags tevoren naar het Stadion overgebracht, en bij de aangeboren onverschilligheid voor organisatie bij de Spanjaarden, wist niemand meer waar hij wezen moest. Het leek wel een gekkenhuis.

    Verschillende spaanse sportmensen hoorde ik het plan opperen, daar in het Stadion te blijven slapen, om de volgende morgen meteen op hun post te kunnen zijn. Zij zagen er allen oververmoeid uit, van de inspanning der laatste dagen en door een groot tekort aan slaap. Kenmerkend waren de gesprekken die wij toen voerden. Juanito, een van de ijverigste leden van de arbeiderssportvereniging, een jongen van zeventien, achttien jaar, was hoogst opgewonden op de repetitie gekomen; hij moest aanstonds weer weg met nog enige andere jongens van zijn groep. Zij moesten onmiddellijk naar hun partijlokaal, zeide hij, want de fascisten hadden voor die nacht een staatsgreep op touw gezet, en hij moest patrouilleren. Dat was de avond tevoren.

    Nu, in het Stadion, vroegen wij hem ironisch: ‘Hadden ze jullie per telefoon gewaarschuwd? Het is te hopen dat jullie vanavond weer geen golpe de estado (staatsgreep) opvoeren.’

    De brave Juanito trachtte met alle overtuigingskracht waarover hij beschikte, ons duidelijk te maken, dat er niet te spotten viel, dat het werkelijk om ‘algo serio’ (iets ernstigs) ging. Wist ik dan niet dat de leden van de F.A.I. avond aan avond schietlessen en onderricht in straatgevechten gaven aan de arbeiders, zelfs aan de meer voortvarende leden van àndere organisaties en partijen? Ook Juanito was er een paar maal geweest en had er de beginselen van de schietkunst geleerd. Maar gisteravond had de Partij hen allen weer naar huis gezonden, omdat toch niemand van hen een wapen bezat.

    Hetgeen met Juanito geschiedde, was het geval met honderden andere arbeiders.

    Typerend voor de toestand was ook, dat bepaalde arbeiders-sectoren vijandig tegenover de Volksolympiade stonden. Deze werd namelijk ernstig bedreigd door de langdurige transportarbeidersstaking.

    Het Olympiade-comité had de stakingsleiders (C.N.T.) gevraagd een uitzondering voor de Olympiade te maken; dit verzoek werd evenwel geweigerd, en zo kreeg men het ongewone en ietwat penibele schouwspel te genieten, dat de transporten voor de Olympiade, – bedden voor de deelnemers, levensmiddelen, bagage e.d. – door de vrachtauto’s van het leger werden verricht, en door het geschoolde militaire stakingsbrekers- en onderkruiperspersoneel, dat bij zulke gelegenheden op de proppen komt. Het was een niet bepaald geruststellend gezicht. Want overal zag men groepjes arbeiders met dreigende gezichten in de buurt staan. Bij Juanito en de zijnen heette het: ‘De C.N.T. saboteert het Volksfront, zij hebben met opzet deze staking georganiseerd om de Olympiade onmogelijk te maken.’

    Deze mening heb ik vaak horen verkondigen, zonder te kunnen beoordelen of zij gegrond is.

    Toen wij tegen middernacht huiswaarts gingen door de stad, was er niets opvallends te zien. Ook niet in de haven waar ik even geweest was om wat koelte van de zeebries te zoeken. Ook daar stonden weliswaar groepjes arbeiders zwijgend of fluisterend bijeen, maar dat was in de laatste dagen, – juist tengevolge van de transportarbeidersstaking, – iets heel gewoons geweest.

  • Los atletas de la Olimpiada Popular

    Esta era la fecha señalada para dar comienzo a la Olimpiada Popular 1936 en Barcelona. Pero al amanecer del domingo 19 de julio de 1936, una parte importante de la guarnición de Barcelona salió sublevada de los cuarteles, de acuerdo con lo dispuesto desde la Comandancia de Pamplona del general Emilio Mola, que ejercía de director de la conspiración. La meta era derribar en Madrid el Gobierno del Frente Popular y, en Cataluña, el autónomo de la Generalidad.

    Así pues, le guerra frustró la celebración de esta Olimpiada Popular. El nuevo orden revolucionario y las necesidades propias del conflicto pusieron fin a Barcelona 1936, justo unas horas antes de iniciarse.

    Un atleta belga, escribió en su diario:

    Las calles están vacías bajo un sol abrasador… El la Plaza del Comercio chocamos con las primeras barricadas, cientos de metros más lejos vemos a unos sindicalistas armados. Las barricadas aparecen cada 100 metros. Todas las calles laterales están bloqueadas… Nos deslizamos a lo largo de las fachadas de las casas. Las balas silban a través de la plaza. Instintivamente doblamos la espalda y nos refugiamos en un portal.

    Ante el ambiente prebélico que se respiraba, muchos llamados “atletas” vinieron a Barcelona para combatir a la inminente revolución que se estaba preparando, y así no es de extrañar que muchos de ellos se alistasen en las milicias. Ellos fueron los primeros voluntarios extranjeros en los ejércitos republicanos, y el embrión de lo que luego serían las Brigadas Internacionales.

    En su mayoría, estos extranjeros no combatieron para defender la República o la existencia de un sistema democrático sino para oponerse al fascismo y llevar a cabo una revolución definida en términos marxistas o anarquistas. También muchos confiaban en que una derrota del fascismo en España podría ayudar a vencerlo en sus naciones de origen. El italiano exiliado para eludir la represión fascista Carlo Rosselli, fue el creador de la frase Oggi in Spagna, domani in Italia (Hoy en España, mañana en Italia).

    Así pues, los primeros extranjeros en sumarse a la lucha contra la rebelión militar procedieron de los atletas que se habían dado cita en Barcelona para celebrar una Olimpiada paralela a los verdaderos Juegos Olímpicos que habían de tener lugar en Berlín.

    Muchos de los “atletas” eran comunistas, que se sentían indignados porque, a su juicio, Stalin no desencadenaba una revolución mundial. Los comunistas fieles a los dictados de Moscú se integraron en las milicias del PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña) donde constituyeron la centuria Thaelmann, unidad que combatiría en Aragón desde agosto hasta octubre de 1936. Los que eran marxistas no estalinistas se integraron en las milicias del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista).

    En La Vanguardia del día 24 de julio de 1936 se podía leer: “Es tal el entusiasmo que la causa republicana ha despertado en estos atletas que muchos de ellos se han alistado en las milicias populares, saliendo para Zaragoza y otros puntos”. Cabe destacar que el austriaco Jaccod, fue el primer extranjero muerto en la guerra civil española el mismo 19 de julio en la toma de un cuartel militar de los sublevados.

  • Cuentos de los refugiados

    Refugees and their stories – Apr 24, 1939
    Although wintry skies and a biting wind surrounded Melbourne in a greyness far from cheering, at least a few passengers on board the Melbourne Star, which arrived yesterday, saw it as a golden city, where freedom and peace awaited them. Despite its greyness, there were no sounds of guns and bombs or screaming revolutionary crowds, such as Mr. and Mrs. W. Tombleson had experienced in Barcelona, and which ultimately meant their leaving the country…
    Petite and dark, Mrs. Tombleson made an attractive figure in navy slacks and a white brushed wool jumper, with matching ski hood, and until mobs and guns did their work she was the housekeeper of an attractive flat in Barcelona. Her husband was attached to the offices of an English firm, and also taught English. She told a graphic story yesterday of the rising in Barcelona. Few realised, she said, what had happened, and she herself did not know until men rushed into her flat and pushed their way to the windows armed with guns. It was then she became conscious of the mobs in the street, and the burning of the beautiful old church which stood opposite their home.

  • Bombardeo Plaza España, defenestración piano, saqueos posteriores

    Cuenta papá que las tropas de Franco se levantaron en Africa el 18 de julio. Al día siguiente una bomba los sacó de la cama. Su papá, el yayo José, fue a investigar a la luz de un día sin sol. «Quedaros tranquilos en casa, voy a ver qué ha pasado». Al volver, cuenta papá, el yayo José explicaba que jamás había visto tanta «carne en la calle». La Plaza España de Barcelona había sido bombardeada. Transeúntes, gente de a pie, los primeros obreros que esperaban el metro, inocentes todos: muertos. Bastó y sobró para que la familia se preparara para salir a la calle.

    Cuenta, ahora la historia, que el pueblo de Barcelona se enfrentó al ejército y lo venció. Un pueblo que se agrupaba alrededor del anarcosindicalismo. Las bravías teorías de Bakunin, Proudhon y Malatesta, eran anatema de las de Marx y Lenin. Los anarquistas no estaban ni con unos ni con otros. El primer frente, después de espantar al ejército, fueron las iglesias, conventos y colegios de curas y monjas. El clero temblaba y huía por los pasillos subterráneos.

    Cuenta papá que lo que vio aquellos días, cuando apenas era una adolescente, lo acompañó en sus recuerdos hasta el día de hoy. Papá vio como quemaban los cuadros y las esculturas de las iglesias. Como los gitanos de la calle Los Ladrilleros, en nombre del anarquismo lanzaban un piano de cola de alto balcón del convento de la calle Guadiana de Sans [es decir, el Colegio Sagrada Familia de las Hermanas de la Sagrada Familia de Urgel, ve por ejemplo Manuel García Gargallo, L’ensenyament de l’església a la ciutat de Barcelona, ahora parte de la Escola Joan Pelegrí]. La fuerte impresión de ver las monjas momificadas emparedadas en los subterráneos pasillos que comunicaban del convento al de los curas. «Monjas con sus fetos en brazos…».

    El escarnio esperpento de Valle-Inclan finalizaba en la Diagonal donde en desfile carnestolendo al grito de «a las barrricadas» proclamaba el triunfo de la Revolución. Camiones llenos de obreros, gitanos, chulos y todas «las putas del barrio chino» que se iban para el frente de Aragón. Así lo vio papá y así me lo ha contado una y otra vez. Después la historia comenzó a complicarse. Lo que pretendió ser un golpe de Estado militar se transformó en una guerra civil. Una apretada guerra mundial que sirvió de ensayo general para la gran guerra. La última guerra idealista del siglo de las guerras.