Año: 1848

  • Fiesta de Santa Lucía

    En el ángulo de occidente de la catedral esquina á la cello del Obispo existe una capilla tan desmantelada en su interior, como caprichoson non los adornos de su puerta. En ella se da culto á la imágen de santa Lucía, cuya fiesta celebra hoy la Iglesia. Es la santa tenida por abogada contra el mel de ojos, y esa opinion hace que en la pila del agua bendita hagan los creyentes abluciones poco á propósito para que el agua conserve su pureza. El fervor de las súplicas elevadas al Omnipotente son man eficaces que los remedios materiales, y convencidos de esto la mayor parte de los fieles, tributan su homenage á la santa oyendo misa, por mas que la Iglesia no haya impuesto obligacion semejante. Consérvase en la capilla una reliquia de la santa, que un sacerdote da á besar y lleva á los ojos, en cuyo acto los fieles dan alguna limosna.

    Desde la puerta de la iglesia y á lo largo de la fachada de la catedral hay puestos en que se venden figurillas, casitas de corcho y demás objetos que sirven para la formacion de los nacimientos, de suerte que esta feria es un apéndice de la del dia 8 del corriente mes.

  • Fiesta de Ntra Sra de la Esperanza, patrona de los corredores de comercio

    Los corredores reales de cambios celebran en la iglesia de santa María del mar la fiesta de su patrona Ntra. Sra. de la Esperanza.

    La congregacion de Ntra. Sra. de la E tributa hoy solemnes cultos á su patrona en la pequeña iglesia de la Esperanza.

  • Feria de Barcelona

    Dia famoso, dia en que se gasta on Barcelona muchísimo dinero, dia en que se prepara un atroz degüello, dia en que rabian muchos padres y maridos, y se rien abogados, procuradores, escribanos y otros que reciben en aguinaldo pavos y patos y volátiles de todos tamaños y categonian; dia en que se celebra feria en esta inclita ciudad de los condes, flor y nate de toda España por man que murmuren lenguas.

    A ver la feria de Barcelona, á gastar en ella y á vender para ella vienen á lo menos un tercio de los habitantes del pla, que no son por cierto los que menos brillo y alegría dan al dia de la tal feria. Si nos preguntaran en dónde y cuándo se celebró la primera feria, diríamos francamente que ni lo hemos averiguado ni pensamos averiguarlo; pero que las ferias son antiguas es indudable. Del tiempo de nuestro recuerdo y de un poco antes podemos asegurar que en las ferias se ha vendido, comprado, trocado y gitaneado, aunque nó en todas se han comprado, vendido, trocado y gitanado los mismos géneros. Es preciso pues tener conocimionto de tales diferencias para no ir algun dia á perder el tiempo á una feria en la cual no se venda ni se compre lo que uno trate de vender ó de comprar. En las Borjas de Urgel se venden muchísimos borricos, y la mayor parte de ellos rabones, de lo que se deja entender que es pais de burros pero nó de rabos, de donde cada uno puede á su sebor deducir lo que mas bien le parezca. En Verdú se venden en abundancia animales de pelo, quiere decir que es tierra de animales; y lo mismo sucede en Cervera, aunque hasta ahora haya podido parecer una anomalia la abundancia de animales en un pueblo donde ha habido Universidad regia y pontificia. En Figueras se venden animales de pelo y de lana; buena feria para la gente que come á dos carrillos, de quienes suele decirse que hacen á lana y á pelo. En el Arbós se venden sederías, muñecas, juguetes, y sobre todo esos serones que se acomodan sobre las albardas de los jumentos de los que van á ella. La feria de san Cugat del Vallés es reputada por la primera feria de cochinos; lo que prueba que el territorio es bueno para criar y engordar puercos; de lo cual podrán citarse ejemplares irrecusables. En Vich se encuentra ganadería, y estan abundantes los libros viejos, cuyo último género prueba que ó bien van á parar allá los libros viejos de otros puntos, ó que los actuales hijos de Vich se venden los libros de sus abuelos.

    De otras muchas ferias podríamos dar noticias, pero viniéndonos á la de la capital decimos: que si todos los catalanes supiesen lo que es la feria de Barcelona, á bandadas dejarian sus pueblos para venirse á ella. Ya se ve, en Barcelona todo es grande, todo es bueno, todo sorprendente, y no habia de ser menos la feria, de la cual en imposible dar una idea exacta. Pero á fin de que los que no pueden gozan de este grande espectáculo huelan á lo menos alguna cosa, les indicarémos los puntos capitales, que son como si dijéramos la mesa de este gran congreso.

    Desde la puerta nueva á la de san Antonio, desde la del mar hasta el portillo de Isabel II, Barcelona es una feria durante los cuatro dies que preceden al de Navidad, y en ella todo su vende, desde la alhaja de mas valor hasta al mas tosco cacharro. En primer luger verás, benévolo lector, las paredes esteriores de las tiendas cubiertas de toda clase de géneros y artefactos, mostrando en ello sus dueños mas prodigalidad y esmero que en el resto del año. Lo mismo puede llamarte la atencion la tienda de un calderero con sus sartas de braseros, peroles y esquilones, que el mostrador de una platería con sun sortijas, sus cadenillas y candelabros. Espectadores tienen la tienda de mantas y gorros colorados, como no le faltan á la de muselinas, batistas y merinos. En la plaza de santa María del mar se reproducen las ferias de la Concepcion y santa Lucía; y como en aquellos puestos de juguetes el chiquillo se hace ojos, en las tiendas del Call y Platerías se le hace la boca agua á la elegante que sale á lucir sus gracias en la feria. Los grupos colocados enfrente de las tiendas obstruyen el paso, y te pisará este, y te empujará el otro, y tropezerás con prójimos que llevan cebados pavos y capones que la gratitud de un favorecido ofrece á su bienhechor, ó la male fe de un usurero al cómplice en su peculado. Rabiarás mil vcces y lo echarás todo á la diabla otras tantas, y sin embargo con risueños ojos, si en que perteneces al sexo feo, dejarás el paso libre á la comitiva de payesas, entre la coal es fácil que te encuentres como por sorpresa. Qué hijo de Adan no se rinde ante esas donosas y desembarazadas lugareñas que produce el suelo á seis leguas á la redonde de Barcelona, bien luciendo su garbo arrebujadas en sendos pañolones, sin mas tocado que un pañuelito de seda, bien dejen ver su esbelto talle embrazando con donaire ligera cesta de mimbres? Ah! por desgracia desaparece entre el fárrago de modas de Paris el airoso trage de esas niñas. Vaniadlo en buen hora, pero no dejeis vuestra saya semicorta, ni la mantilla blanca, ni sobre todo vuestras chinelas.

    Deja, lector, las payesas, sube de punto tu catalejo, y fija la atencion en las jóvenos de buen tono que se dirigen al paseo, porque has de saber que las barcelonesas renuncian en el dia de hoy á su costumbre dominguera, y con ser dia de labor salen á solazarse. El paseo en dia de feria, cómo pasarlo por alto? cuenta pediríales Dios de haber desperdiciado semejante ocasion. El objeto de este paseo es la feria rústica que su halla establecida en la esplenada, á donde acuden dos mil pavos y pavas, gallos, capones, gallinas, pollos, ánades, patos y conejos, dos centenares de señoras, y cuatrocientos hombres, y todo anda allá revuelto por mas que sea muy distinto el objeto con que están allí todos esos vivientes. Unos estan para ser vendidos, poquísimos para comprar, muchísimos para ver y todas para ser vistas. Allí acude la elegancia, allí corren las niñas y las que no lo son al olor de los petimetres, y estos al ojeo de las niñas y de las otras: allí se gallean muchos que no pasan de pollos, y hasta las misman pollas gallean. Corred allá lectores nuestros, y veréis pavos y pavas y pollos y pollas y gallos y capones y otras cosas tan sabrosas por lo menos como las dichas.

    Podeis luego dirigiros á la rambla de los estudios y hallaréis la misma escena de pavas y pavos, pero echaréis menos las elegantes: y si pasais por las plazas de la Constitucion y del Angel veréis mil puestos donde se venden cosas que si no se comen sirven para comer, porque no parece sino que no se ha comido en todo el año y quiere la gente desquitarse, segun lo afanados que todos andan para buscer con que regalar el estómago. No hay para qué describir uno por uno los tales puestos. Loza en este, cucharas de palo en el otro, loza en el de mas allá, cacharros acullá, loza otra vez, cacerolas de hoja de lata, de nuevo loza, y loza aqui, y loza en el del lado, y casi todos los punton son de loza y cristalería, y casi todos sus dueños son valencianos que han improvisado una estantería y un mostrador con los cajones en que han conducido el géneno; y ¡oh miseria humana! los cacharros no tienen el honor de verse colocados en estantería, ni merecen ser vendidos siquiera en un simulacro de mostrador, sino que yacen esparcidos en el duro suelo ocupando un ancho espacio! Hé aqui, puedes esclamar, la plebe de la parte mas frágil del casero menage! Déjalos descansar, y líbrelos Dios de los perros transeuntes y de los pilletes.

    Llega la noche y no decae la animacion un solo punto, antes bien se iluminan las tiendas de géneros, y los puestos de las plazas, calles y Rambla, cada cual segun su posicion y circunstancias.

    En algunos salones hay bailes de payeses. La entrada es por convite.

    Las empreses de los teatros consultando el gusto de los forasteros y calculando sus provechos dan comedias y bailes de grande espectáculo, ú óperas cuya fama sea mas popular.

  • Feria de Barcelona

    La misma funcion que ayer suprimiendo el baile.

  • La feria de Barcelona

    En este dia la feria da las últimas boqueadas, y muere por fin durante la velada en los mercados de la Bocaría, Born y santa Catalina con la venta de comestibles para el dia siguiente en que estan cerrados dichos mercados, sin duda para que la fiesta sea mas completa. El movimiento y la animacion que reina en los tales puntos á dicha hora atrae muchas gentes, que van á pasear por entre los puestos de vendedores para disfrutar de tan bullicioso espectáculo.

    Hace tres dias que los carteros, los serenos, los repartidores de periódicos, los porteros y mozos de corporaciones, los servidoros de cafés, y cuantos de cualquier modo prestan algun servicio durante el año aunque sea pagándoselo, andan listos repartiendo felicitaciones y recogiendo pesetas. Se ha hecho la cosa tan general, que no hay quien lo aguante; y será preciso acabar por llamarse andana. Dicen que esto es felicitar las pascuas, pero opino que es desgraciarlas, porque el dar dinero sin adquirir cosa alguna, desgracia es y no pequeña.

    Los curiales, los médicos, los artesanos etc. etc., empiezan desde hoy á hojear sus libros de cuentas á fin de formalizar las que tienen pendientes, y presentarlas á los respectivos clientes ó parroquianos. Quiera Dios que los compradores de nuestro Añalejo que se hallen en dicho caso, hagan efectivas todas las que presenten, que segun los tiempos que corren no es poca suerta la que les deseamos.

  • Costumbrismo navideño

    Dia grande para la cristiandad de todó el mundó, pues en él nació el Salvadór de los hombres y el regeneradór de la sociedad, el primeró y único que ha sabidó hacer comunes la felicidad de este mundó y la del otró; el solo que con una palabre no mas y predicandó virtud á los viciosos, amor á los que se odiaban, igualdad a los que dividian á los hombres en señores y esclavos, castided á un pueblo liviano, y pobreza a los hombres corrómpidós por el oró, rindió las voluntades enamoró los corazones, y fundó una doctrina celestial que no perecerá nunca. Solo un enviado del cielo podia traer tales principios; solo un hijo de Dios podia hacer que prevalecieran contra todos los principios que dominaban en el mundo; solo un Dios ha podido lograr que en medio de las horrendas catástrofes que han pasado por sobre la humanidad, y en las que todo la perecido, esas doctrinas se derramaren sin intermision y fueran profesades por todos los hombres civilizados. El aniversario de ese nacimiento es la grande festividad que
    hoy se celebra.

    Hasta pocos años ha se cantaba á la una de la madrugada la misa del gallo; pero las irreverencias de los ignorantes que confunden la impiedad con la despreocupacion, ha hecho que cesara esa piedosa costumbre, y que la misa se celebre al amanecer. La concurrencia es poca y las irreverencias menos. En esta misa empiezan los organistas á usar de la libertad que se les tolere hasta el dia de Reyes, de tocar en el órgano durante el oficio mayor cuanto les viene en gana, desde la gaita gallega hasta el fandango. La inocentada en admisible, la costumbre carece de toda propiedad y es hasta irreverente. La música que debe resonar en la casa del Señor tiene un carácter particular, y salirse de él es confundir las cosas, y es atribuir al culto divino circunstancias que solo se hallan en las pasiones humanas.

    A las 10 de la mañana se celebran en todas las iglesias los divinos oficios con la mayor solemnidad. El ayuntamiento asiste al de la catedral donde se canta de algunos años á esta parte el que compuso el maestro Vilanova, y pertenece al género pastoril.

    Si el tiempo lo permito los elegantes de uno y otro sexo acuden á la muralla del mar antes de comer.

    Hay en Cataluña un refran que dice per Nadal cada ovella á son corral, es decir que en este dia todo el mundo come en su casa, y si algun hombre de la familia se halla de viage hace todo lo posible para acudir á su casa á comer el pavo, porque hoy es el dia fatal para el pavo que

    Metido en un cascaron
    Entre paja y plumas puesto,
    En el fondo de algun cesto
    Oculto allá en un rincon
    Comienza el triste su vida
    En tinieblas y apretado,
    Sin serle siquiera dado
    Rebullirse en su guarida.
    Venido en fin el momento
    En que la luz salga á ver,
    Su cárcel ha de romper
    Por el mismo, y en un cuento.
    El blando piquillo apenas
    Mover puede el pobrecito;
    Da uno y otro golpecito
    Y abre paso á duras penas.
    Sale al mundo cual tullido,
    No puede tenerse en pie,
    Abre los ojos y ve
    Por todo universo, un nido.
    Osa al fin, del cesto salta
    Y se encuentra en un pajar
    donde tiene que buscar
    Lo que á su estómago falta.
    En grupo con sus hermanos
    Tras la madre va á la parva,
    Y como la madre escarba
    Él la imita, y á dos manos.
    Una hormiga en este lado,
    Un grano de trigo allí,
    Dos cañamones aquí,
    Allá un poco de salvado,
    Migajas de pan acá,
    Ora un grano de cebada,
    Una hojita de ensalada,
    Un garbanzo mas allá,
    El maíz que va á robar
    En la pocilga al cochino,
    El arroz que el muy ladino
    Al capazo va á buscar:
    Al fin con tanto comer
    Aumenta su pequeñez,
    Empluma su desnudez
    Y muestra lo que ha de ser.
    Medra, mas de poco en poco;
    Recio pie y ya se engruesa,
    Lleva la cabeza tiesa
    Y saca el purpúreo moco.
    Ya cuentas se echan sobre él
    Y le dan mejor comida;
    Quizá una sopa cocida,
    Quizá pan mojado en miel.
    Tres veces de sol á sol
    Le dan regular pitanza,
    Y llena además la panza
    Deshojando acelga ó col.
    Cuando el año va á acabar
    La cosa otro tumbo toma,
    Pues se empeñan en que coma
    Para que llegue á engordar.
    A puñados va el salvado,
    Las sopas van á cazuelas,
    Y como no tiene muelas
    Se lo dan todo mascado.
    Cuando el diciembre se empieza
    Al dia solo una vez
    Hacen que trague una nuez
    Enterita en una pieza.
    Crece el número de nueces
    Al paso que avanza el mes,
    Le dan dos y despues tres
    Y hasta veinte en cuatro veces
    Quieras que nó las digiere
    El estómago pavuno;
    Y si tal vez hay alguno
    Que no pueda, ese se muere.
    Antes de santo Tomás
    Una fresca madrugada
    Sale de su patria amada
    Para no volver jamás.
    A la ciudad mas tragona
    Le encaminan al cuitado,
    Y al fin llega ya cansado,
    Por ejemplo á Barcelona,
    Donde en circulo que tiene
    Tres cañas por periferia
    Queda puesto ya en la feria
    A merced del que allí viene
    Le coge este por los pies,
    Lo pone cabeza abajo,
    Y cual si fuera badajo
    Lo mueve á drecho y revés.
    Otro la pechuga tienta,
    Y si se escapa, un cañazo
    Le dan en el espinazo
    La manera que lo sienta.
    Al fin llega un comprador
    A quien el animal gusta
    Y luego su precio ajusta
    A fuer de conocedor.
    En un instante agarrado
    Por muchacho turbuiente
    Es llevado como el viento
    Patas arriba colgado.
    Venido á la casa luego
    Donde tiene que morir,
    Le salen á recibir
    Con grande algazara y juego.
    Allí le palpan y estrujan
    Los chiquillos y lo soban,
    Unos á otros se lo roban,
    Lo arremeten y lo empujan.
    En fin en algun desvan
    Lo confinan por dos dias,
    Y son sus postrimerias
    Agua escasa y menos pan.
    La hora llega menguada
    En que tocan á degüello,
    Y empuña su blando cuello
    Zafia mano de criada.
    Un cuchillo como sierra
    Le pasa y vuelve á pasar,
    Y al cabo á puro aserrar
    Viene la cabeza á tierra
    Ya la sangre salta hirviendo,
    Se estremece el inocente
    Y de la casa la gente
    Aplaude al verle muriendo.
    Lo despluman á seis manos
    Tirando por todos lados,
    Y los miembros ya sobados
    Le mutilan inhumanos.
    La cesárea operacion
    Ensayan en él indinos,
    Le arrancan los intestínos
    El hígado y corazon.
    Las piernas le hacen saltar,
    Y de las alas las puntas,
    Y al puchero todas juntas
    Se acaban de destinar.
    Ya sobre la mesa está
    El pavo medio vacío,
    Sin cabos, desnudo y frio
    Que pena mirarlo da.
    Mas que á la moda le duela
    Se sigue la añeja usanza
    De henchirle al pavo la panza,
    Y aqui viene la cazuela.
    Tres libras entre orejones
    Y ciruelas, la manzana
    Que sea bien gruesa y sana,
    Y dos cuartos de piñones.
    Con este lastre infernal
    La bodega rellenada
    Se cose á punto de espada
    El vientre del animal.
    Se le pringa al punto mismo
    De manteca por do quiera,
    Cual si el difunto tuviera
    Que curarse un sinapismo.
    Cubierto con un papel
    Bien pringoso, bien lastrado,
    Y en cazuela colocado
    Al horno se da con él.
    El cuitado sufre allá
    Diez horas de fuego lento
    Y se ablanda á tal tormento;
    ¿Y quién no se ablandará?
    En este instante en que vas
    Lector, su historia mirando
    Se está el pobre achicharrando
    ¡Y tú tan fresco que estás!
    A las tres de aquesta tarde
    Y tu mesa irá á parar,
    Y del arte de trinchar
    En su cuerpo harás alarde.
    Degollado y desplumado,
    Abierto, lleno y cosido,
    Bizmado y despues cocido
    Hoy será descuartizado.
    Cada comensal á escote
    Bocados le tirará,
    Y trinchado quedará
    Mas que carne de jigote.
    Tal es del pavo la vida,
    Corta, mala, y con fin peor:
    ¿Y por qué tanto dolor?
    Para honrar una comida.

    Tras del pavo vienen los turrones y el vine añejo en que muchos mojan barquillos; y aquí paz y despues gloria.

    En este dia hay en los teatros funcion por la terde y por la noche.

  • Restos de pavo y turrones, paseos, teatro, bailes, visita política

    Fac-simile del dia anterior. Cómense en familia los restos de pavo, turrones etc. A mediodia los elegantes acuden á la muralla del mar si el tiempo lo permite: tarde y noche hay funcion en los teatros, y por añadidura baile en la Patacada, y es uno de los dias en que el tal baile es mas de patacada. Segun el ceremonial, en este dia se hace visitas de puro cumplido felicitando pascuas á los gefes y demás personas á quienes se guarda deferencia.

  • Vispera de Inocentes

    Vispera de Inocentes en que suelen hacerse ya algunas inocentadas, y en que desde las dos de la tarde los muchachos se ensayan por las calles poniendo mazas á viejas y á las que no lo son. Con respecto á los hombres andan mas cautos por temor de alguno sopapo.

  • Día de Inocentes

    Muy pocas son las costumbres populares en las que no se encuenra una reminiscencia por lo menos del suceso que les dió orígen, ó que con poca ó mucha precision no representen ese suceso mismo; pero semejante principio es una solemne mentira en el dia de Inocentes. Celébrase hoy el aniversario del horrendo sacrificio que de niños recien nacios en Belen en su territorio hizo el rey de Jerusalen Herodes, con la esperanza de que entre ellos hallaría á Jesus, que era la víctima que buscaba. Esto pues nos representa por una parte un acto de crueldad único en su clase, y por otra nos trae á la memoria la primera persecucion que de parte de un hombre sufrió el que venia á redimirnos á todos. Lo primero deberia dispertar afectos de ternura, y lo segundo piadosas meditaciones, pues viene á ser un anuncio de las persecuciones que aguardaban al que sin mas impulso que el amor, descendió á la tierra para regenerar á la especie humana, que á puro de ingratitudes y pecados habia caido en la desgracia de su criador.

    Sin embargo de que todo esto es verdad, el aniversario de ese gran dia se celebra de una manera tan anómala, que á nosotros mismos nos pasmaria si no lo viéramos desde que venimos al mundo. Nadie se acuerda de ese horroroso sacrificio ni de esa persecucion infame, y con el título de inocentadas se hacen mil cosas estrañas que ni las ejecutan inocentes, ni se hacen para inocentes, ni van dedicadas á inocentes. Los muchachos callejeros que antes que los demás pierden la inocencia, cuelgan trapos, hojas de col ó lo que á mano les viene en los vestidos de las mugeres y en las capas de pocos hombres, y luego gritan como unos locos, la llufa, la llufa (que asi se llaman en catalan esas mazas), hasta que la persona que la lleva puesta lo advierte ó se lo advierten, y se le quita. Y todo el dia se oye por la calle esa grita repetida en inarmónico coro por la traviesa muchachería.

    En la catedral desde el principio de la misa mayor hasta el Kirie abre y cierra la boca la cabeza del turco que está debajo del órgano, y los niños y los que lo fueron la abren tambien, y no la cierran de puro embobados.

    Los aprendices algo romos y las criadas recien venidas á Barcelona (porque las antiguas ya no se dejan engañar) van á llever recados falsos, y advierten el engaño cuando han hecho la caminata. Sobre todo suele enviárselas á buscar los moldes de hacer barquillos, cuya golosina es un cebo para que no reparen en el engaño. Los amigos suelen pedirse algunos reales con achaque de haberse olvidado el bolsillo, y luego se gasta ese dinero en dulces, que se comen á la salud del tonto ó del olvidadizo, que nó del inocente.

    Pero las inocentadas magnas y que son de rúbrica se reservan para los teatros, esto es para que las hagan los actores y las aplaudan los espectadores. Allí se hacen mil diabluras, aunque hay cosas de cajon como son vestirse los hombres de mugeres y al contrario, tocar la orquesta en distinto tono del en que canta el tenor, tiple ó bajo, ó pasar exabrupto desde el acompañamiento del que canta, á la jota, fandango ó bolero. Los actores suelen bailar y cantar, y pocos son los años en que no sale á relucir el trípili. No pocas veces los artistas de las compañías líricas cantan alguna cancion en castellano ó catalan, y por cierto que es una de las inocentadas mas ardientemente aplaudidas. La funcion en su totalidad suele ser una olla podrida: unos espectadores aplauden, otros se mantienten indiferentes, algunos se fastidian, y todos acaban la sabida frase: en dia de inocentes todo se permite; con lo cual termina la fiesta. ¿Qué tiene que ver todo esto con la degollacion de los inocentes? Venga Dios y lo diga.

  • Los verdaderos inocentes

    Los verdaderos inocentes quieren ir á la plaza de palacio, á la esplanada ó al puerto á ver el estrangero venido de luengas tierras que tiene tantas orejas como dias hay en el año.

  • Fin de año

    Hé aqui el fin de nuestra tarea. Poco da de sí el último dia del año, bien que en él los que ayer no vieron al hombre de las orejas, hoy quieren conocer á su compañero que tiene tantas narices como dias el año.

    En la tarde de este dia celébranse en la parroquia de santa María del mar solemnes maitines como anuncio de la fiesta de la Circuncision que tiene lugar en el primer dia del año. Suenan en el órgano varios cantos populares y pastoriles, la concurrencia es numerosa y los chiquillos se colocan debajo del órgano atisbando el momento en que el cabeza de moro en que remata el floron de su sofito, abre la boca y vuelve los ojos ni mas ni menos que la de la catedral en el dia de los Inocentes.

    Adio, lector benévolo, pacienzudo y amabilísimo, que tal eres sin duda, puesto que te has echado al coleto todo el libro, y llegas á esta su última página.

    Guárdete Dios de malos pasos, de malas tretas y de falsos amigos, y líbrete de brujas el santo del dia, si es que crees en ellas. Lee cada mañana el articulillo que le corresponde, hojea mucho el Añalejo, estropea uno cada año, y concédate Dios tantos años cuantos Añalejos quisierámos nosotros que rompieras: asi Dios te dé tantos doblones cuantos deseamos para nosotros. Si tienes hijos enséñales sobro todo á leer en el Añalejo, y aficiónalos á que lo hojeen mucho, pues en él han de encontrar entre otras cosas de poca substancia, algunas discretas y no pocas entretenidas. Vale.