Costumbrismo navideño

Dia grande para la cristiandad de todó el mundó, pues en él nació el Salvadór de los hombres y el regeneradór de la sociedad, el primeró y único que ha sabidó hacer comunes la felicidad de este mundó y la del otró; el solo que con una palabre no mas y predicandó virtud á los viciosos, amor á los que se odiaban, igualdad a los que dividian á los hombres en señores y esclavos, castided á un pueblo liviano, y pobreza a los hombres corrómpidós por el oró, rindió las voluntades enamoró los corazones, y fundó una doctrina celestial que no perecerá nunca. Solo un enviado del cielo podia traer tales principios; solo un hijo de Dios podia hacer que prevalecieran contra todos los principios que dominaban en el mundo; solo un Dios ha podido lograr que en medio de las horrendas catástrofes que han pasado por sobre la humanidad, y en las que todo la perecido, esas doctrinas se derramaren sin intermision y fueran profesades por todos los hombres civilizados. El aniversario de ese nacimiento es la grande festividad que
hoy se celebra.

Hasta pocos años ha se cantaba á la una de la madrugada la misa del gallo; pero las irreverencias de los ignorantes que confunden la impiedad con la despreocupacion, ha hecho que cesara esa piedosa costumbre, y que la misa se celebre al amanecer. La concurrencia es poca y las irreverencias menos. En esta misa empiezan los organistas á usar de la libertad que se les tolere hasta el dia de Reyes, de tocar en el órgano durante el oficio mayor cuanto les viene en gana, desde la gaita gallega hasta el fandango. La inocentada en admisible, la costumbre carece de toda propiedad y es hasta irreverente. La música que debe resonar en la casa del Señor tiene un carácter particular, y salirse de él es confundir las cosas, y es atribuir al culto divino circunstancias que solo se hallan en las pasiones humanas.

A las 10 de la mañana se celebran en todas las iglesias los divinos oficios con la mayor solemnidad. El ayuntamiento asiste al de la catedral donde se canta de algunos años á esta parte el que compuso el maestro Vilanova, y pertenece al género pastoril.

Si el tiempo lo permito los elegantes de uno y otro sexo acuden á la muralla del mar antes de comer.

Hay en Cataluña un refran que dice per Nadal cada ovella á son corral, es decir que en este dia todo el mundo come en su casa, y si algun hombre de la familia se halla de viage hace todo lo posible para acudir á su casa á comer el pavo, porque hoy es el dia fatal para el pavo que

Metido en un cascaron
Entre paja y plumas puesto,
En el fondo de algun cesto
Oculto allá en un rincon
Comienza el triste su vida
En tinieblas y apretado,
Sin serle siquiera dado
Rebullirse en su guarida.
Venido en fin el momento
En que la luz salga á ver,
Su cárcel ha de romper
Por el mismo, y en un cuento.
El blando piquillo apenas
Mover puede el pobrecito;
Da uno y otro golpecito
Y abre paso á duras penas.
Sale al mundo cual tullido,
No puede tenerse en pie,
Abre los ojos y ve
Por todo universo, un nido.
Osa al fin, del cesto salta
Y se encuentra en un pajar
donde tiene que buscar
Lo que á su estómago falta.
En grupo con sus hermanos
Tras la madre va á la parva,
Y como la madre escarba
Él la imita, y á dos manos.
Una hormiga en este lado,
Un grano de trigo allí,
Dos cañamones aquí,
Allá un poco de salvado,
Migajas de pan acá,
Ora un grano de cebada,
Una hojita de ensalada,
Un garbanzo mas allá,
El maíz que va á robar
En la pocilga al cochino,
El arroz que el muy ladino
Al capazo va á buscar:
Al fin con tanto comer
Aumenta su pequeñez,
Empluma su desnudez
Y muestra lo que ha de ser.
Medra, mas de poco en poco;
Recio pie y ya se engruesa,
Lleva la cabeza tiesa
Y saca el purpúreo moco.
Ya cuentas se echan sobre él
Y le dan mejor comida;
Quizá una sopa cocida,
Quizá pan mojado en miel.
Tres veces de sol á sol
Le dan regular pitanza,
Y llena además la panza
Deshojando acelga ó col.
Cuando el año va á acabar
La cosa otro tumbo toma,
Pues se empeñan en que coma
Para que llegue á engordar.
A puñados va el salvado,
Las sopas van á cazuelas,
Y como no tiene muelas
Se lo dan todo mascado.
Cuando el diciembre se empieza
Al dia solo una vez
Hacen que trague una nuez
Enterita en una pieza.
Crece el número de nueces
Al paso que avanza el mes,
Le dan dos y despues tres
Y hasta veinte en cuatro veces
Quieras que nó las digiere
El estómago pavuno;
Y si tal vez hay alguno
Que no pueda, ese se muere.
Antes de santo Tomás
Una fresca madrugada
Sale de su patria amada
Para no volver jamás.
A la ciudad mas tragona
Le encaminan al cuitado,
Y al fin llega ya cansado,
Por ejemplo á Barcelona,
Donde en circulo que tiene
Tres cañas por periferia
Queda puesto ya en la feria
A merced del que allí viene
Le coge este por los pies,
Lo pone cabeza abajo,
Y cual si fuera badajo
Lo mueve á drecho y revés.
Otro la pechuga tienta,
Y si se escapa, un cañazo
Le dan en el espinazo
La manera que lo sienta.
Al fin llega un comprador
A quien el animal gusta
Y luego su precio ajusta
A fuer de conocedor.
En un instante agarrado
Por muchacho turbuiente
Es llevado como el viento
Patas arriba colgado.
Venido á la casa luego
Donde tiene que morir,
Le salen á recibir
Con grande algazara y juego.
Allí le palpan y estrujan
Los chiquillos y lo soban,
Unos á otros se lo roban,
Lo arremeten y lo empujan.
En fin en algun desvan
Lo confinan por dos dias,
Y son sus postrimerias
Agua escasa y menos pan.
La hora llega menguada
En que tocan á degüello,
Y empuña su blando cuello
Zafia mano de criada.
Un cuchillo como sierra
Le pasa y vuelve á pasar,
Y al cabo á puro aserrar
Viene la cabeza á tierra
Ya la sangre salta hirviendo,
Se estremece el inocente
Y de la casa la gente
Aplaude al verle muriendo.
Lo despluman á seis manos
Tirando por todos lados,
Y los miembros ya sobados
Le mutilan inhumanos.
La cesárea operacion
Ensayan en él indinos,
Le arrancan los intestínos
El hígado y corazon.
Las piernas le hacen saltar,
Y de las alas las puntas,
Y al puchero todas juntas
Se acaban de destinar.
Ya sobre la mesa está
El pavo medio vacío,
Sin cabos, desnudo y frio
Que pena mirarlo da.
Mas que á la moda le duela
Se sigue la añeja usanza
De henchirle al pavo la panza,
Y aqui viene la cazuela.
Tres libras entre orejones
Y ciruelas, la manzana
Que sea bien gruesa y sana,
Y dos cuartos de piñones.
Con este lastre infernal
La bodega rellenada
Se cose á punto de espada
El vientre del animal.
Se le pringa al punto mismo
De manteca por do quiera,
Cual si el difunto tuviera
Que curarse un sinapismo.
Cubierto con un papel
Bien pringoso, bien lastrado,
Y en cazuela colocado
Al horno se da con él.
El cuitado sufre allá
Diez horas de fuego lento
Y se ablanda á tal tormento;
¿Y quién no se ablandará?
En este instante en que vas
Lector, su historia mirando
Se está el pobre achicharrando
¡Y tú tan fresco que estás!
A las tres de aquesta tarde
Y tu mesa irá á parar,
Y del arte de trinchar
En su cuerpo harás alarde.
Degollado y desplumado,
Abierto, lleno y cosido,
Bizmado y despues cocido
Hoy será descuartizado.
Cada comensal á escote
Bocados le tirará,
Y trinchado quedará
Mas que carne de jigote.
Tal es del pavo la vida,
Corta, mala, y con fin peor:
¿Y por qué tanto dolor?
Para honrar una comida.

Tras del pavo vienen los turrones y el vine añejo en que muchos mojan barquillos; y aquí paz y despues gloria.

En este dia hay en los teatros funcion por la terde y por la noche.

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