Etiqueta: sans

  • Nuestra Señora de Montserrat salva a Pere Prats de una mula enfurecida

    De uno que arrastrandole una mula no recibio daño. Milagro 268.

    En el mes de Noviembre, del año de M.D.L. El señor Pedro Prats natural de Barcelona, yendo para Esplugas casi a media noche, delante de la villa de Sants, cayo con el la mula en que yva en un valladar, y no pudiendo sacar los pies delos estribos, se levanto la mula con furia y le llevo arrastrando un gran pedaço de camino. Fue cosa milagrosa, que invocando con mucha devociona nuestra Señora de Montserrate, y offreciendo de visitar su sancta casa, se rompieron a deshora las aciones que eran rezias y nuevas, como si la cortaron con un cuchillo: y levantandose sin ningun daño en persona ni ropa, haziendo infinitas gracias de tan gran beneficio, vino a esta sancta casa a cumplir su promessa a xxj de Mayo MDLI.

  • Al entrar por primera vez en Barcelona, Felipe IV cambia de caballo para no incomodar al conseller en cap

    El día XXVI de Marzo, año del Señor MDCXXVI, hallándose Conselleres el Señor Julián de Navel, en cap …, Hyerónimo de Gava… sigundo y Ximénez quinto, fué la gloriosa entrada de la católica y real magestad del Rey nuestro señor Felipe cuarto en esta ciudad de Barcelona: sucedió dicho día por la tarde; y habiendo savido [el día anterior] que S. M. entraba en el monasterio de religiosas Bernardas dichas de Valldoncella, me fuí yo á la puerta de San Antonio para ver lo que pasaba. Estaba la dicha puerta ricamente adornada, habíase dispuesto una contra-puerta de madera con sus balconadas, y en lo superior, una media naranja, de donde en una granada había de bajar el niño con las llabes de la ciudad, para entregarlas al Rey. En esta contra-puerta estaban con muy buena orden y colocados los cuerpos santos y reliquias que tiene la Ciudad. Estúveme allí una hora, en la cual vi entrar diversas acémilas cargadas y cubiertas con ricos reposteros, todas de la Casa Real, y algunas venían muy estropeadas. Dijéronme también que había dos días que pocas ó muchas entraban de continuo. Cansado de estar allí por la multitud de gente que había, salíme hacia el lugar de Sans para ver si venía S. M.; encontré muchas y ricas carrozas llenas de caballeros, y otra mucha gente de la real familia. En el monasterio de Valldoncella vi la repostería y cocina; y entre diversas alhajas vi un hornilllo portátil en que se cocía el pan para S. M. Visto esto, pasé á Sans, y á poco rato oí una trompeta que venía de Barcelona; era la compañía de caballos ligeros de Perpiñán que salían á en contrar á S.M. Pasados éstos, á poco rato oí otra trompeta que venía hacia Barcelona; tras ella seguían algunos hombres armados de punta en blanco que venían de custodia á un rico coche; en él venía solo una persona, era hombre guerrero de vella barba; pregunté quién era, y supe ser el conde de Olivares que á poca distancia de Sans, dejando el coche, montó en un caballo, y desde una eminencia miró si venía el Rey; y viendo que no venía, se volvió á su coche, y muy despacio hacia Barcelona, y yo seguía los mismos pasos; vi venir de Barcelona al duque de Cardona, que en un coche salía con sus hijos á recibir al Rey, llevando su familia con rica librea. Volvíme con él hacia Provençana (Santa Eulalia de Provenzana, en las inmediaciones de Barcelona, cerca del Hospitalet), y cerca de allí vi la compañía de caballos ligeros de Perpiñán que habían hecho alto; oí luego dos clarines; seguíase después multitud de gente armada en blanco con sus lanzas; venían éstos en custodia de seis coches con tiro de á seis mulas cada coche; en el último venía la Real persona de Felipe cuarto, con algunos grandes dentro del mismo coche, y no vi á S. M. sino á paso, porque ivan los coches á la posta. Al pasar delante la compañía de caballería rindieron las armas, y llegando cerca de la Cruz Cubierta, estuvo ya la guardia de Rey con librea amarilla, colorada y blanca; los soldados de ella, unos traían alabardas y otros cuchillas; teníase ya prevenido un hermoso caballo blanco, tan dócil y vello como requería la ocasión. Dejó S. M. el coche, y con mucho donaire montó el caballo. Traía un capotillo de terciopelo negro, manga de brocado; una rica cadena, sombrero y pluma de color leonado, con una hermosa joya, de la cual pendía una gruesa perla del tamaño de una nuez. El duque de Cardona iba al lado siniestro á pió, pero cubierto, sino es en las ocasiones en que el Rey le preguntava alguna cosa, y en habiendo respondido se volvía á cubrir. Otros muchos señores venían también á pié, pero descubiertos. Seguíase á caballo inmediatamente el de Olivares y otros muchos grandes. Poco antes de llegar á la Cruz Cubierta, salió la universidad en forma, y cada doctor con la insignia, según su facultad; apeáronse, y hecha la venia á S. M. volvieron á montar á caballo. Vino después el ilustre cavildo, hizo lo mismo, y últimamente llegaron los Conselleres en forma de Ciudad, con gramallas (traje talar, distintivo de la magistratura municipal) de tercipelo carmesí, forradas de brocado; y sin dejar sus caballos, hicieron la función acostumbrada en tal ocasión. Del mismo modo hicieron su función los Diputados; y acavadas las solitas … ceremonias, el Conceller en cap se puso á la mano siniestra del Rey, usando de la anti gua preheminencia y singular gracia, que los católi cos Reies han concedido á esta ciudad. En esta forma, y con la debida orden, acompañaron á S. M. todos los puestos, hasta el dicho convento de Valldoncella, en donde quedó S. M., y volviéndose el sobredicho acompañamiento á Barcelona, quieren algunos decir que entró el Rey de secreto aquella noche en Barcelona.

    El día siguiente, por la tarde, concurrió un sin número de gente á la puerta de San Antonio, de calidad, que no cabiendo en los caminos, destruyeron la cosecha de muchos campos vecinos á la puerta. Llegada la hora de la entrada, y dispuestas las guardias según su estilo, salió S. M. de Valldoncella á caballo en la forma que el día antecedente: seguíanse á caballo el conde de Olivares, almirante de Castilla, duque de Maqueda y demás grandes de España. Con esta orden llegaron á la puerta, en donde esperaban los Conselleres; hizo pausa S. M., y bajó dentro de tres granadas primorosamente dispuestas, que abriéndose sucesivamente una á otra, salió de la última un hermoso (niño? [- falta la palabra]), que pronunciando algunos versos latinos, entregó al Rey las llaves de la ciudad. Reciviólas S. M. y diólas luego al Conseller en cap; entraron la puerta y recibieron al Rey bajo un rico palio: el Conseller en cap hició ([asió]) el caballo por el freno; guiavan al mismo caballo con un cordón de seda veinticuatro hombres, esto es, cuatro caballeros, cuatro ciudadanos, cuatro mercaderes, cuatro artistas y demás estados; puestos en esta orden, los cuatro Conselleres y dos caballeros llevaban el tálamo ([palio]). En esta disposición entraron por la calle del Hospital. Precipitávase.el caballo y pisaba la gramalla del Conseller, y visto ó advertido por S. M., dijo: «Consejero, date pesadumbre mi caballo?» Respondió: Sacra y Real Magestad, no. A poco rato, conociendo bien el Rey que el caballo daba pesadumbre al Conseller, desmontóse sin decir nada, y dijo al de Olivares: «Conde, dame otro caballo.» Apeóse el de Olivares, y trocaron los caballos con la orden que se ve. Llegó S. M. al llano de San Francisco, en donde estaba dispuesto un tablado con dosel, bordadas en él las armas Reales. Dejó el caballo S. M. y subió al tablado, y antes de sentarse desnudó la espada y la puso sobre el teatro que ya estaba dispuesto. Sentóse, y á la siniestra tomaron su asiento los Conselleres en sus bancos. Sosegado el concurso, y tomado cada uno su puesto, salió el guardián de San Francisco vestido con capa pluvial, y la vera Cruz, con sus acólitos, llegó á la presencia del Rey, y levantándose S. M. y descubierto, le tomó el guardián el juramento por las islas (Se llamaba así al juramento que prestaban los Reyes á su entrada en Barcelona, porque al prometer tener y observar, y hacer tener y observar los usages, constituciones, etc., prometían también mantener la integridad de los reinos de Aragón, de Valencia, condados de Rosellón, Cerdaña, etc., y la de las islas á ellos adyacentes.). Concluido el juramento disparó la artillería, y volvióse el guardián á su convento. Volvióse S. M. á sentar, y se dio lugar á que passaran las cofradías que con orden militar y mucha gala estaban á la parte de la marina: fueron pasando según su antigüedad por delante del Rey, y entrando á la calle Anxa, hacíanse los debidos acatamientos y salvas, y cada cofradía llevaba su divisa ó inbención. Acavado de pasar las cofradías, bolvió S. M. á tomar el cavallo, y con la disposición referida y multitud de hachas encendidas y bien ordenadas (por ser ser ya de noche), se encaminó S. M. á la Iglesia del Aseo. El marqués de Liche (El conde de Sástago, según así lo dicen varios historiadores.) llebava el montante yendo á caballo: llegando á la Iglesia, entró S. M., y en el altar mayor prestó el juramento que sus gloriosos predecesores ha vían acostumbrado, por la provincia de Cathaluña, con aquellas ceremonias que se estila: executado esto, se bolvió S. M. con el mismo lucimiento al llano de San Francisco, casas del duque de Cardona, en donde es tubo todo el tiempo que honrró esta ciudad.

    El viernes día XXVII fué S. M. á jurar á los tribunales y salas que se acostumbra, con el acompañamiento de toda la nobleza y demás personas que en semexantes funciones deven concurrir, y aquí dieron fin los juramentos y entrada.

  • Entra el duque de Feria, virrey de cataluña, y da una fiesta impresionante en honor de su nuevo hijo

    Aplazaron para la jura del duque de Feria por virrey de Cathaluña, el día 11 de Junio de 1629, y así ese día por la tarde se salió el Duque al lugar del Hospitalete. Empezóse á llenar el camino de gente y á pasar correos de una y otra parte, con las embaxadas que se acostumbra, de Consejo, Diputación y Ciudad: á cosa de las quatro de la tarde salió el Consexo Real con sus mazas altas y á cavallo, hasta el lugar de Sans, en donde hizo alto y despachó al Morondon (Juan Miguel de Monredon, alguacil real, que en 1.º de Mayo de 1640 le quemaron vivo con los suyos dentro de una casa, los amotinados de Santa Coloma de Farnés.) con aviso de que aguardava: estava el Duque en Provenzana, también parado, con el de Alcalá y su hijo, y respondió á la embaxada que no se moviera el Consejo, y despachó luego el Duque otro correo al Cons(ej)o y partió, y llegando á vista del Consejo, dexó su coche y montó en un hermoso caballo blanco, que con aderezo bordado de oro y plata le tenían prevenido; también estava aprestado el pendón ó guión con un Santiago á cavallo bordado en él; precedieron antes de llegar el Duque dos trompetas, con sus armas en las pendientes y mucha parte de su familia. Llegó el Consejo, y dándole la enhorabuena le pusieron en medio del Conseller y Regente. El Duque era hombre mui grueso, su vestido no se podía divisar de qué era, por solo se descubría la bordadura de plata y oro. Empezóse á caminar llebando delante las dos trompetas, el capitán de la guardia, los alabarderos y seis lacaios con librea verde y franxones de oro: venía después el Consejo y la persona del Duque, y detrás un cavallero de su familia, que vestido con baquero de terciopelo carmesí con franxas de oro, trailla el pendón; y después seguían algunos cavalleros cathalanes y el resto de la familia del Duque. Con esta orden se llegó hasta donde aguardavan los diputados, que ya tienen puesto señalado; hecha la ceremonia ordinaria, el Consejo quedó atrás y (el) Virrey se puso en medio de los diputados, hasta que llegando cerca de la Cruz Cubierta, en donde aguardaba la Ciudad, después de dado el parabién y aquellas sólitas ceremonias, se puso al lado del Virrey el Conseller sigundo, Buenaventura Gualvez, que por hallarse el Conseller en Cap enfermo, que era Bartholomé Sala, no pudo asistir, ni tampoco el cuarto, porque el día antes le hablan sacado á suerte por muerte de Pablo Magarola: suplieron estos lugares los cónsules de Lloixe [Llotja/Lonja] que llaman los Diputados. Se retiraron como acostumbran y puestos en esta forma entrando por la puerta de San Antonio, calle del Carmen, Puerta Ferriza y Plaza Nueba, llegaron al Aseo, en donde recivido por el Cavildo y conducido al altar maior prestó el juramento que es de estilo, y vuelto bajó á hacer oración á Santa Eulalia, y saliendo después tomó su cavallo, y pasando el guión ó penda (Pendón) delante, con el mismo acompañamiento, y por las casas de Diputación, Ciudad, calle del Rogomí y calle Ancha, le cortejaron hasta palacio, en donde todos se dispidieron.

    No truxo á su muger por quedar en Madrid y á últimos días de parir, ni vino dama alguna con él. Dentro de pocos días le llegó la noticia del parto que havía sido mui feliz, encomendándole Dios un hijo; y para celebrar esta alegre nueva, se publicó un sarao que se tubo en casa del conde de Eril, en frente de Junqueras, en el jardín de la misma casa. Para maior capacidad del concurso, dispúsose un grande tablado algunos palmos en alto de tierra, y al deredor colgado de ricas sedas de tapicería, y por cielo una grande vela con que venía á quedar como un gran salón, y en medio del teatro havían puesto unas divisiones para poder danzar y hacer los juegos sin estorbo alguno. Asistieron el Virrey, duques de Alcalá y hijo y nuera y todas ó las más damas cathalanas; hiciéronse torneos, monerías, danzas y bailes; empezóse el sarao á las nuebe de la noche, y acavó á las seis de la mañana; el señor Virrey dio una rica colación y, sigún se dixo, le costó el festín pasados de mil ducados, porque todos asiguraban que ni por el Rey se podía hacer cosa maior.

  • Peterborough toma Barcelona para Carlos y rescata a una guapa de la multitud

    Then Peterborough directed his attention to the town below, reached the walls, and induced the governor, Velasco, to agree to surrender within four days, if not relieved. Relief was out of the question; and within the town the Austrian partisans were numerous and daring: bands of Miquelets, a sort of lawless association of Catalans, threatened to throw open the gates, and subject the whole city to fire, sword, and plunder; so that even before the time mentioned, Velasco was forced to capitulate, and to entreat the enemy to enter, and secure him and the respectable inhabitants from the fury of the Miquelets and the rabble of the town. Peterborough, like a preux chevalier, rode into Barcelona instantly with only a few attendants, and rescued from the rabble a beautiful lady, who proved to be the Duchess of Popoli, the wife of a grandee of Spain, who derived his title from a town in the Abruzzi. and who possessed, or, rather, had possessed, immense estates in the Neapolitan kingdom. He restored the fair lady to her lord: and, riding through a loose, mad fire of guns and pistols, and making use of persuasions and of the flat of his sword, he at last succeeded in reducing that rabble rout to order, and saved the lives of the governor and his officers.1 «The Spaniards,» says Voltaire, «were confounded at the sight of so much magnanimity in the English, whom the populace had taken for pitiless barbarians, because they were heretics.» Immediately after this remarkable achievement, the whole of Catalonia and every fortified place in it, with the exception of Rosas, submitted to Charles. But Peterborough was not the man to sleep under his laurels ; he flew in search of fresh exploits, and led his troops over the ground as fast as Spanish cabinet couriers traveled.

    1 » The Earl of Peterborough, with Stanhope and other officers, rode about the streets to stop this fury, and to prevail with the people to maintain their articles of capitulation religiously; and in doing this, Stanhope said to me, they ran a greater hazard, from the shooting and fire that was flying about in that disorder, than they had done during the whole siege.»—Burnet.

  • Bastante completa impresión de la ciudad

    [Date in September not given]

    A fine avenue of poplars leads in a direct line [from the Llobregat, which has «the most magnificent bridge in Spain»] to Barcelona, and the stony road changes to a fine causeway. It was covered with men and carriages, and embellished on each side by country houses, gardens, and plantations. Every thing had an appearance of affluence, animation, and gaiety. Before us were the towers and fortifications of the city, and at a distance the amphitheatre of mountains we had descended. Here we again breathed the refreshing sea air, and at length passed the Hospitaller gate. Within, the walls are adorned with aloes, but soon this verdure disappears on entering the dark and narrow streets of Barcelona.

    […]

    BARCELONA is situated on a plain, which is bounded on three sides by mountains, but the view is open toward the sea. Here the traveller readily perceives he is approaching the frontiers of Spain and of the Pyrenees, yet the climate of this city is of the most agreeable temperature, to which the vicinity of the sea and its general situation probably much contribute.

    The interior resembles a labyrinth; and this great city, which contains above 100,000 inhabitants, is full of dark narrow streets continually interfering each other: they are kept however tolerably clean, and lighted at night throughout the year. The houses are lofty, heavy, and painted in various colours. In the smaller streets the roofs seem almost to touch, and in some places the inhabitants may shake hands from the balconies; so that lovers only require the aid of a plank to meet. Whatever cordiality this proximity may produce among the inhabitants, and between the sexes, the want of air and of sun are great inconveniences. Add to this the crowd of professions and of trades, the journeymen of which work in open shops as at Marseilles. The various appearance of all these occupations, the noise of hammers and various other processes confounded together, the show of innumerable kinds of goods exposed to sale, with the charming catalonian women in the foreground, and the confused crowd of so many men collected together, all contribute to give interest to the scene. Scarcely is there a single art or trade but is practised at Barcelona, and many of them, as for instance the shoemakers, supply all Spain, sending whole cargoes to Seville, Cadiz, Madrid, &c.; for Barcelona and Valencia are in point of industry the two first towns in Spain.

    However confined are the walls of Barcelona, there is no want of promenades. On quitting its narrow streets you are at once transported to the spacious Plaza de la Mar, round which are the exchange built in the Italian style, the old governor’s palace (capitan general), and the modern though somewhat heavy edifice of the custom-house. In front on two sides is the sea. On the right you enter upon the mole called Muelle de San Luis, on the left is the way to the Passeo Nuevo.

    The first view of the Muelle de San Luis has something striking and solemn. The immense expanse of the ocean, the lofty rock and castle of Montjuich (as the Catalonians write it, though the Castilians write it as it is pronounced Montjui), the port with a forest of masts, the light-house and its batteries, the flat more lined with taverns, the little terraces of which adjoin the ramparts, and the fine rows of houses on the left, produce a grand and lively effect not to be equalled even at Cadiz: for at the latter the sea is only seen on one side of the ramparts. Hence the view at Barcelona is more free and magnificent.

    Here the finest part of the day is the evening, when the sun sets behind Montjuich. Ships of all kinds are seen entering the port, and the more is all alive: the fishermen drag their boats on to the sands with a loud cry, and at night innumerable lights are seen: the moon rises majestically above the sea, the roar of the mining waves is more distinctly heard, the number of people walking increases, and from the houses, which are lighted and open on all sides, the sound of music and of songs with all the noise and bustle of the dance are heard. This tumult contrasted with the calmness of the sea with her waves tranquilly sinking to rest gives the mind a sensation of sublimity that I should in vain attempt to describe.

    From the Muelle de San Luis the road turns to the left toward the Passeo Nuevo, which was formerly a waste plot of ground between the town and the fort. But since the war broke out, and to employ a great number of poor people who were out of work, the present governor-general, Don Agostin de Lancaster determined to make some embellishments there, and has been assisted by numerous voluntary subscriptions. Five avenues of elms and poplars have been planted, extending in a straight line to the Puerta de Francia, and two more are to be added. The Passeo Nuevo is much more lonely than the Muelle, but this only renders it the more rural.

    To the right is the road to the citadel, where the first object that strikes the eye is the great broad tower in front of the armory (plaza de armas). It is used at present as a prison for some generals and officers detained there to be tried by a court martial for surrendering the fort of Figueras. Hating the French as they do, the Catalonians consider the surrender of this fort as a double crime, and endeavour by all possible means to aggravate the confinement of the prisoners. Hence to deprive them of the prospect they would enjoy from their dungeon, they have stopped up all the windows, and except their prayers these unfortunate people are deprived of all books and even of the public papers.

    It is very probable, that some misunderstanding and the influence of their wives may have been the sole causes of their surrendering the fort, and the reports of treachery or of secret orders from the court seem wholly destitute of foundation. These trials may perhaps yet be delayed for a time by the fluctuation of different parties, but the military law is too clear for the prisoners to escape death, unless they are saved by an act of authority from the king.

    Near the Muelle de San Luis, under which are warehouses, is a small lateral street, from which you enter them, and commanding the Passeo de la Rambla, a promenade, which I cannot better describe than by comparing it to the linden walk at Berlin, This is undeniably the best street in Barcelona, and extends as far as the square of the Jesuits, being nearly half a league long in a straight line. The Rambla is used as a promenade in winter, because it is entirely sheltered and admits the sun. At night it is used as a place of intrigue by the lower orders.

    Going out of the gate toward the sea the shore en the right is full of wine-shops, and lined with large ships, which in consequence of the cessation of commerce are lying ashore. Farther on are tents and measurers of goods, where at all tunes are large heaps of cheese, beans, salt-cod, &c. Here every thing is in motion, especially at night, when the fishing smacks return into port. For then a vast number of soldiers and journeymen come down to haul them on shore for a few quartos, a multitude of men and women crowd round them to buy their fish the mariners extend their nets to dry, their children light fires, and the poor fisherman who has no other flock than his boat sleeps betide the element that yields him a subsistence.

    To the left is a vast inclosure, at the end of which are tiers of vessels, and here is seen that activity with its attendants, which prevail at all sea ports of any magnitude. The quay is about 1000 paces wide and terminates at the foot of the light-house, where is a guard-house with some other buildings for the purpose of performing quarantine. Upon the ramparts properly so called, or the Muelle Nuevo, you may enjoy at your ease the view of the ocean and the port, the entrance being defended by a battery, the guns of which cross with those of the Muelle de San Luis. Hence you perceive these two moles together with the beach, which is very broad, form a semicircular harbour.

    Returning toward the town you will perceive a row of houses painted greenand red, which lie beyond the great road. They form the hither side of Barceloneta or little Barcelona. On beholding this it is difficult to conceive, that this little town, which has not been founded above twenty years, should contain 13,000 inhabitants; but it is very extensive in depth, and covers a considerable space along shore. It may be considered as a suburb to Barcelona; for a vast many seamen find there the means of supplying all their wants, and smuggling being so much in fashion there, many kinds of goods are bought much cheaper than at Barcelona. All that part which is without the sea gate as far as the light-house point forms a strip of land of an oval form, which extends along the coast.

    The rest of the environs have a very rural appearance, and you may ride round them from Puerta de Francia to Puerta de Santa Madrona, in a semicircle. The space along the coast from the last mentioned gate to the former is occupied by the Muelle de San Luis, the citadel, and the Passeo Nuevo.

    The promenade that surrounds the city runs along the glacis and has some very grand avenues. It commands a charming view of the mountains, which are cultivated almost to their tops, and which insensibly change to a smiling plain. Many of them brought strongly to my mind the country about Geneva near Seligny. Farther on between the intermediate gate called Puerta del Angel and the gate of Santa Madrona are nothing but kitchen gardens, beds of flowers, and little cottages, that have have a very pleasing appearance. At length we approach Montjuich, which we have already seen on various sides and in various points of view, and we ascend it by a steep road washed by the sea. As we mount we find a vast number of country houses and wine shops adorned with artificial gardens upon ridges of rocks. The road is planted with various shrubs, with oleander, and with aloes, and passes under the guns of the citadel. Meanwhile the horizon seems to increase wonderfully, and the eye looks down upon the sea, the town, and the port. This is an excellent spot from which to take a view of Barcelona.

    It is the custom to go to Montjuich chiefly on Sundays. The narrow road that runs along the shore is as full of venders of vegetables as if it were a fruit market, and the whole heights are covered with people. Some sit quietly at the foot of the rock and amuse themselves with angling, while others sit in groups round great leathern bottles of wine. Some play at pelota or ballon, and others at bowls. Here sturdy artisans exercise themselves in wrestling, there an amorous couple steal from the importunity of the crowd to some retired corner of the rock. Wherever we turn our eyes, we behold affluence, chearfulness, and the just reward of industry.

    The same may be said in regard to dress: for the inhabitants are every where adorned with the manufactures of the country. The costume of Barcelona has something peculiar which characterizes it. The women wear cotton petticoats of various colours, silk jackets, fine striped aprons, lockings of clouded silk or worsted, green or yellow shoes, long silk hair-nets of various colours adorned with fringe and stone ear-rings. The men wear culottes and short jackets of manchester stuffs, or of satin, and of all colours, large black hairnets, or when more undressed red woollen caps; blue and red scarfs, enormous cocked hats, and the lower classes wear alpargatas or shoes made of packthread.

    Both the men and the women have a robust make, and their muscles, their features, and their whole appearance mow a vigorous constitution. The women without possessing the graces of the Valencians have their clear complexions, are graver and prouder, but equally good housewives. The men have an uprightness equal to that of the Svviss, and the same love of liberty. They have inherited the noble spirit and bravery of their ancestors, whose arms they retain. In general Catalonia seems to be the great scene of spanish generosity. The Catalonian piques himself on a mortal hatred to the French, has a marked predilection for the English and Germans, and the conjectures of historians on this subject are realized in a manner highly flattering to the travellers of these two nations. A secret attachment to the ancient german house that once reigned in Spain seems still to prevail among the Catalonians, and had the French reckoned upon a party in this province, it is certain they would have found insurmountable obstacles in the majority of the inhabitants.

    It is true the present state of affairs does not contribute to make the French beloved. To them the Catalonians attribute the present war with England and consequently the loss of their trade. Their goods accumulate, their manufactures are at a stand or dwindling away, they have either no importations at all in the present state of affairs, or they arrive very rarely and at exorbitant prices, and the blessed english flag, that formerly gave life to their ports is no longer seen, but on board the privateers that infest their shores and totally ruin their coasting trade.

    The English however seem still to treat the Catalonians with a certain degree of lenity and regard. Frequently they have restored their vessels at open sea for nothing or for an inconsiderable ransom, and many sailors of that province who were taken on board french ships have been sent horne well clothed, and even with money for their journey. In general the catalonian merchants can only make use of neutral colours, and especially those of Greece and Turkey; and the fatal changes their new connections with the Porte have made in the trade of Spain, Spain are already perceived with regret. Under the latter of these flags the eorn of the north has given place to that of Syria and Tauris, and they even send cargoes of it to America. I have been told that more than one ship loaded with this article have derived from a voyage from Buenos Ayres to Barcelona and back a profit of above 80,000 piastres. Hence the Greeks have an agent here, who at the same time fills the office of drogman or interpreter. He is a young man, who some years ago resided at Leipzig, and who speaks German tolerably well.

    At Barcelona may be seen all the colours of the levant, and all the forms of vessels peculiar to the Mediterranean. I also saw maltese ships, which much frequent this port. Not long ago two of these vessels from the archipelago loaded with cotton had completed their quarantine at the time when the french consul and some captains of ships appointed a fete to celebrate the union of Malta to the republic. This took place at the entrance of the port, and no expense was spared; neither wine, nor flags, nor discharges of artillery ; but the inhabitants of Barcelona were enraged both at the fete itself and the occasion of it.

    Some days after arrived the news of the battle of Aboukir by an american ship. At this the whole town rejoiced, and vied with each other who who should celebrate it most gaily as a triumph, Immediately the sailors of one of the maltese ships began to rise upon their captain, tore down the french colours, insulted them, and threw them into the sea, suspending them from the bowsprit. The crew of the other ship followed their example, and all cried out «Malta for England.» Of this the french commercial agent complained to the commissary of marine belonging to the port, but under various pretexts he was advised to be patient, and in the interim a thousand outrages were committed against the two french captains.

    Meanwhile the intelligence of the defeat of the French daily gained strength, and soon after was confirmed. Upon this the sailors of the two ships began to desert, and the two captains found no other way of keeping the rest, than going immediately out into the road. But as the sailors had hoisted english colours, and would not lower them though commanded to do so, the governor-general gave orders to fire upon the ship. This vigorous measure and the want of provisions brought them to their duty; a compromise was made, and it was agreed, that, till further intelligence should arrive relative to the fate of Malta, the french and maltese colours should be both hoisted together on board. The intelligence that came being favourable to the French, several of the sailors were put in irons, and the commercial agent reported the transaction to the French government. It was not known at my departure, how this affair would end.

    You will easily imagine, that on this occasion the Catalonians did not conceal the hatred they bore the French; for their antipathy exceeds all that can be conceived. Their manners and mode of life seem also rather to harmonize with those of Italy than of France. Every thing shows the influence of the climate remarked among oriental nations. The women have a clearer complexion than at Valencia, their hair is lighter, and their veils are more of the Italian form. Their kitchens, their furniture, the arrangement and decorations of their apartments, their food, and their profusion of sedias (chairs), add much to these similarities.

    At Barcelona are a vast number of literary and industrious establishments, the principal of which are La real academia de buenas letras, instituted at the commencement of the present (eighteenth) century, and which in 1762 obtained a royal charter: Real academia de ciencias naturales y artes, instituted in 1766; here are professors of algebra, geometry, and statics; hydrossatics and meteorology; electricity, optics, pneumatics, chemistry, and natural history ; botany and agriculture : Real academia de jurisprudencia teorico-pratica: Escuela gratuita de nautica (free school for navigation) : Escuela gratuita de los nobles artes. Add to these three libraries belonging to monasteries and that of the bishop, which are open three hours every day. Barcelona also publishes a gazette, though far inferior to that of Madrid both in paper and printing, and a diario or advertiser, and it is the only town except Madrid where an almanack or guide for foreigners (guida de forasteros) is printed.

    As to the means of supporting life, nothing is wanting} the provisions sold at Barcelona are of the best quality, and those which are imported, as bacallao, salt meat smoked, cheese and butter, are here in great abundance. Every where are seen magazines of wine, eating-houses,and itinerant bakers of spice-bread with their ovens, who also dress sausages and periwinkles.

    These last are a very common species of food at Barcelona. They are dressed in stew-pans hermetically closed, or they are strewed on the ground and straw laid over them, which is set on fire. While dressing they make a noise like boiling water, and when dressed, that is when they can be taken out of their shells, they are eaten with oil and pepper; but this mode of dressing is horribly cruel.

    Wine, in consequence of the high duties it pays, is much dearer than at Madrid.- A double quart costs near sixpence. It is also extremely harsh, deposits a sediment, and chalk is often put into a process which the Catalonians have learnt from the Italians. Most of the wines sold in the north of of Europe as french wines come from Catalonia, and are very prejudicial to the health.

    There are at Barcelona a number of coffee houses, but most of them are kept by Italians and especially by Genoese. The principal of these is near the palacio, which is the residence of the governor-general. At this coffee-house or in front of it all the captains and brokers of ships meet every day from ten till one.

    Considering the union of so many political, commercial, and social advantages, Barcelona would seem the residence to be recommended to foreigners in preference to all other towns in Spain without exception, if good Spanish were spoken there. It is true it is spoken in the chancery and among the higher orders; but the language spoken by the generality is a jargon a good deal resembling that of Provence, and in which the pronunciation and terminations of spanish and french words are often confused and mutilated in a strange manner. A vast number of short plays or farces called saynetes are written in this dialed:, which adds much to their comic effect.

  • Estragos de la fiebre amarilla debidos a la falta de cuarentena

    Letter from Docter Pariset, Barcelona,

    Yes, the disease that desolates Barcelona is certainly the yellow fever of America.

    Yes, it has been imported.

    Yes, and I repeat it a thousand times, it is contagious. Let us hope, that the facts, which we shall accumulate, will completely confute the partisans of the contrary system.

    Yes, this fever is a thousand times more fatal to commerce, than the most rigorous system of quarantine. With five days of good police and firmness, Barcelona and her commerce would have been preserved, and that by the confession of the anti-contagionists of this country. But what! they squabble and dispute together, whilst the evil enters, ravages, kills and they know not how to cure it; here, all labour, all industry, all prosperity, prostrates itself and dies for a long time; the heart even becomes depraved, the father flies from his children, and all human feelings are lost. Oh! that the administration may act with vigour, and not compromise itself in this mass of folly and iniquity.

    The municipal junta was informed a few days since, that there was a house shut up in Nomad Street [?], from which issued a most offensive smell, and that every now and then the cries of a child were heard. They proceeded to the house, opened it, and found the corpse of a young man, disfigured by the yellow fever, who had been dead four or five days; near this corpse was that of a dying woman: this body also much disfigured, but still retained a portion of warmth, and upon it was found a child at the breast, which, tormented by famine, was crying while it gnawed the bosom of its mother.

    A public house, which had fifteen inhabitants, has lost eleven; the house next to it had twenty-seven, of which twenty-four are dead.

    In Nao Street [Carrer Nou de la Rambla] are three establishments of thirty-six persons; all died.

  • Aprobada una reforma arancelaria que daña las exportaciones andaluzas para conservar el mercado interno de los algodoneros catalanes y los terratenientes trigueros castellanos

    De fábricas y fabricantes me suenan, así como á gran distancia, algunos nombres: Domingo Serra, Vilaregut, Escuder, Juncadella, Alexandre, D. Juan Güell y Ferrer, á quien mis paisanos decretaron una estatua que tendrá, supongo, las narices tan largas como las poseía en vida el ilustre campeón del proteccionismo. Fundición, maquinaria, sedería, paños; pero el rey algodón era quien privaba. Había el fabricante gordo y el pegujalero: de éstos se conocían algunos en la calle de San Pedro, con tres ó cuatro telarcicos antiguos, viviendo al día y atando los dos cabos. Las fábricas grandes estaban desparramadas por toda la población, del barrio de San Pedro al barrio de San Pablo; también en Sans y en otros sitios de las cercanías.

    Vivían los fabricantes [barceloneses] en una perpetua bienandanza encerrada en unos aranceles y en una lógica. Los aranceles eran aquellos draconianos de 1840 que os prohibían hasta mirar con buenos ojos al extranjero. La lógica se reducía á lo siguiente: sin aranceles no hay fabricante, sin fabricante no hay ciudad, sin ciudad no hay Cataluña; luego para ser catalán hay que empezar pidiendo la venia al fabricante. Con esto, con un buen General, con un buen Jefe político, con algunas plazas en el Ayuntamiento y en la Diputación provincial, los señores del algodón empezaban á hacerse indiscutibles; y, desembarazados de guerras extrañas, tenían el campo por suyo, confiados en que nunca había de acabárseles el pan de la boda. Además, por si acaso á algún pícaro madrileño ó á algún extraviado Ministro de Hacienda se le antojaba escurrirse con pinitos libre-cambistas, se hacían representar en la Corte por comisionados especiales, sin perjuicio de Madoz, que sacaba el Cristo en el Congreso. Todavía remacharon el clavo, creando en 1847 la Junta de fábricas y en 1848 el Instituto industrial: corporaciones ambas utilísimas si, en lugar de hacerse batalladoras y de acusar, más tarde y más de una vez, instintos separatistas, se hubiesen limitado, como rezaban los respectivos estatutos, la primera á armonizar los intereses de todas las clases industriales, y el segundo á reunir, en un punto céntrico, todos los elementos de instrucción y perfección que para la ilustración mutua puedan alcanzarse. De letrado consultor tenían los fabricantes á D. Juan Illas y Vidal, hombre de grande ingenio y travesura, á quien comparábamos con Thiers por lo chiquito y lo expedito de lengua; y habían designado para representarles en la Cámara, como legado à látere, á don Tomás Illa y Balaguer, persona de mucha autoridad y antiguo industrial retirado de los negocios. Mi excelente amigo D. Tomás perdió el pleito en 1849, cuando se hizo la primera reforma arancelaria. Recuerdo que terminó su último discurso diciendo con Francisco I: «Todo se ha perdido menos el honor.» El honor fué lo que menos perdieron: díganlo los progresos de la industria catalana, precisamente desde la reforma de 1849.

  • La Jamancia: Barcelona es tomada por los rebeldes

    [La Jamáncia]

    (Sábado).

    Serian las dos y media de la madrugada cuando ha entrado en esta Ciudad el batallon 3.° de Francos fuerte de unos 300 hombres con su comandante D. Francisco Riera, y que ocupaba hacia algunos dias el vecino pueblo de Sans, dirigiéndose inmediatamente á la plaza de la Constitucion donde se ha parapetado con fuertes barricadas, asestando cañones á cada una de las principales calles que desembocan en ella y prohibiendo el paso á toda clase de personas.

    Sabido al momento por el conde de Reus todo lo que en la ciudad ocurría mandó á buscar inmediatamente su compañía de Guias, dándoles orden para que fuesen á apoderarse de la casa Lonja, como en efecto lo verificaron.

    A eso de las siete de la mañana el Sr. gefe político D. Joaquín Maximiliano Gibert, ofició al Ayuntamiento para que pasase desde luego con todas sus dependencias á celebrar sus sesiones en el salon de la Junta de Comercio en el citado edificio, mas este creyéndose expuesto en aquel local se reunió en el de la Alcaldía sita en el ex-convento de Trinitarios en la calle de Fernando VII. En su consecuencia y en vista de haberse retirado las autoridades populares, el Sr. Gibert de acuerdo con el Capitan General, mandó al Sr. Prim que hiciese retirar su compañía de guias, verificándolo con ellos el citado Capitan General con la demas fuerza de la plaza que estaba á las órdenes del conde de Reus, desocupando al propio tiempo el real palacio y cerrando todas sus puertas.

    A medio día los de la Blusa y parte de los francos de Riera estaban ya posesionados en dicha casa Lonja, puerta del Mar y palacio.

    A las cinco de la tarde salieron de la ciudadela los Sres. Prim y Milans acompañados de su estado mayor, dirigiéndose por el Paseo de S. Juan y Puerta nueva al barrio de Gracia, para conferenciar, segun se dijo, con los gefes de los dos batallones de la Constitucion, que habian llegado á dicho punto, regresando juntos á la Ciudadela por la puerta del Socorro.

  • La Jamancia: «Junta Central ó muerte»

    (Domingo)
    Hoy á las cuatro de la madrugada el capitán D. José Buxó, acompañado de unos cuarenta hombres escogidos de su compañía de nacionales de S. Martin de Provensals, ha sorprendido al destacamento de tropa que hay en el puente llamado de las Vigas y les ha tomado siete mochilas. La Ciudadela ha disparado cañonazos contra dicho Buxó y los suyos, pero sin causarles ningún daño. A las dos y cuarto de la tarde la Cindadela ha disparado tres tiros de cañon contra el baluarte del Medio dia, en cuyo punto ha muerto de un balazo de fusil el nacional llamado Antonio Gibert que se hallaba allí dando disposiciones de ingeniero para el arreglo de aquel fuerte.

    Desde las siete hasta las siete y media de la noche la Ciudadela ha disparado unos veinte cañonazos contra el baluarte del Medio dia y batería de S. Sebastian.

    Anoche la comisión de la Junta acompañada de un alcalde de barrio, ha ido á casa de D. Juan Nadal, tendero de paños, de donde ha estraido un sin número de piezas, cuyo valor, segun se dice escede al de la mas grande partida que se ha robado en estos últimos días. También ha ¡do en casa de D. Tomás Pujol, comisionista de los fabricantes de Sabadell, de cuyo almacén han estraido así mismo una considerable cantitad de paños: otros varios despojos se han hecho de los cuales no puedo dar todavía una noticia circunstanciada.

    Hoy el periódico el Constitucional copia por primera vez las observaciones que hace el vigia que hay apostado en la torre mayor de la Catedral.

    Esta noche se ha estrenado para la retreta un hermoso farol en cuyo transparente se lee el lema de Junta Central ó muerte.

    Como todos los dias, y á todas horas se oyen campanadas de la Tomasa para indicar los movimientos de la tropa del bloqueo, creemos oportuno trasladar aqui la noticia de lo que significan, dichas campanadas ó toques.

    La aproximacion de tropas de Monjuí á Barcelona se señála con 1 campanada
    De Sans á Barcelona con 2
    De Sarriá á idem con 3
    De Gracia á idem con 4
    De Horta á idem con 5
    Del Clot á idem con 6
    De la Ciudadela á idem con 7
    El desembarque de tropas en la Barceloneta con 9

    El movimiento de tropas que salen de los pueblos que acabamos de enumerar pero que no vienen en direccion á esta, se señala con igual número de toques de la campana del Cabildo ó capitular.

  • La Jamancia: mucha fusilería, por fin carne, expropiaciones

    (Miércoles)

    Hoy á la madrugada ha salido la compañia de Buxó á hacer la descubierta, llamar la atención de las fuerzas de la línea á fin de franquear el paso á un pequeño rebaño que debia llegar hoy: en esta accion se le han pasado cuatro individuos de su compañia, que habian estado presos por ladrones y á quienes había dado la Junta libertad con tal que tomasen las armas en la compañía del citado Buxó, por ser naturales de su mismo pueblo.

    A las nueve de la mañana el fuerte Pio, Ciudalela y Monjuí han empezado á disparar balas rasas y granadas contra todos los fuertes de la plaza esparramando algunas por el casco de la ciudad. Este fuego de cañon no ha cesado hasta las seis de la tarde: el de fusilería contínua todavía. A las nueve y media de la noche la Ciudadela ha disparada cuatro tiros de metralla contra la línea del Rech; pero no por eso ha cesado el tiroteo. A las once de la noche la Ciudadela ha disparado otro cañonazo, y han cesado enteramente los tiros.

    Hoy han entrado por la parte de Sans 119 carneros. Habia algunos dias que los hospitales carecían de redaños para los enfermos y heridos: hoy han podido abastecerse de ellos.

    La Junta Suprema se ha apoderado de la caja del colegio de Medicina y Cirugia y ha estraido de ella unos 250,000 rs. vn.

    A las diez menos cuarto de la noche se dirigian á la puerta nueva unos cuantos zapadores con algunos carros cargados de tablones para arreglar las esplanadas de las baterías que están construyendo en aquel punto. La Ciudadela debió de observarlo ó de oir algun ruido por aquella parte, pues á las doce de la noche empezó á disparar contra dicha puerta metrallazos y balas rasas, hostilizando al propio tiempo la línea del Borne y otros puntos: este fuego ha durado hasta el amanecer del dia siguiente.

  • La Jamancia: mucha fusilería, poca carne, música para los líderes centralistas

    (Martes)

    Esta madrugada han entrado 52 carneros. A las 5 y ½ de la mañana, ha empezado en toda la línea de la ciudad un fuego muy vivo de fusilería.

    A las seis la Ciudadela ha roto el fuego de cañon, contra el baluarte del Medio dia y batería de S. Sebastian, y han contestado con disparos contra aquel fuerte y el de D. Carlos. En seguida las baterías de S. Antonio, Puerta del Angel, Junqueras, Rebellin de S. Pedro y Puerta nueva, han empezado á molestar con sus disparos el fuerte Pio, Ciudadela, y los pueblos de Sans y Gracia, en cuyo punto causaron algunas desgracias en edificios y personas, obligando á la mayoría de los refugiados y habitantes en aquel barrio, á retirarse á las colinas inmediatas donde permanecieron acampadas casi todo el dia. Este fuego tan horroroso como mortífero, ha durado hasta las doce y cuarto en que ha cesado del todo. A la una y media ha vuelto á renovarse con igual encarnizamiento, y ha durado hasta las cinco y media de la tarde.

    Esta mañana en medio del estruendo del cañoneo que tenia consternado á los habitantes de esta ciudad, una música de regimiento ha ido á felicitar á D. Rafael Degollada, presidente de la Junta suprema, y á D. Rafael Ferrater vocal de la de armamento y defensa por ser hoy sus dias. Esta tarde según se dice una muger ha entregado a un centinela abalizada de los centralistas un oficio para la Junta que aseguran ser del general Sanz. Son las once de la noche y no se oye ningun tiro de fusil. Según el vigia de la torre de la Catedral los fuertes han disparado en este dia 1,744 balas y 1,390 granadas, que ascienden juntas á 3,234 proyectiles. Véanse en la nota el oficio de que acabamos de hablar junto con la contestación dada por la Junta suprema (1).

    La Junta suprema á fin de precaver las desgracias que pudiesen sobrevenir á los que transitan por las calles durante los fuegos de los fuertes, ha publicado con esta fecha el decreto que puede leerse mas abajo (2).

    [
    (1) Ejército de Cataluña. Al pueblo Barcelonés. Desde el amanecer de hoy las baterías de los infames bajo cuyo yugo gime la desgraciada Barcelona, están haciendo fuego contra esta poblacion con proyectiles sólidos y huecos, teniendo quelamentar ya varias desgracias entre estos habitantes y daños en varios edificios.

    No es posible que yo tolere semejante infraccion de todos los derechos; y en este concepto, prevengo á los leales y honrados habitantes de Barcelona, que si en el término de media hora después de recibida esta comunicacion, no cesa el fuego contra los pueblos indefensos de Gracia, Sans, Clot, etc. me veré en la dolorosa precision de arrojar bombas sobre la Ciudad, baterías y obras, hasta que cesen de hostilizar á los mencionados puntos, cualquiera que sea el resultado; cuya medida tendrá egecucion, siempre que lo repitan.

    Cuartel general de Gracia 24 octubre de 1843.==El teniente general y en gefe del ejército.==LAUREANO SANZ.

    EXCMO. SEÑOR.
    Con impavidez y sangre fria ha visto esta Junta la ridícula amenaza que hace V. E. á este heróico vecindario, de arrojar bombas en el centro de la poblacion, caso que no cese el fuego de cañon, dirijido desde nuestros fuertes sobre los puntos que ocupan las tropas de su mando. Como si los Barceloneses se espantasen de esta medida estrema, se les pretende intimidar con ella, cuando hace dias, y hoy particularmeute, han llovido bombas sobre sus derruidos edificios, bombas que han servido y sirven para enardecer los entusiastas corazones de los libres. Caigan bombas á millares, señor D. Laureano Sanz; desplómense los mas bellos monumentos de arquitectura, que son la admiracion de la culta Europa ; perezcan, si asi lo quieren los absolutistas que mandan fuera de los muros, ancianos, mugeres y niños: húndase el firmamento, y desaparezca, si es menester, la rica capital del antiguo principado, la madre de la industria española; no por eso aflojará nuestra bravura, no por eso se ahogará el santo grito de Junta Central, que lanzan estos valientes, aun en los momentos de despedirse para siempre de su cara patria, cuando están exhalando su postrimer aliento. Ejecútese, pues ó mas bien continúe ejecutándose esa atroz medida, que todos los gobiernos del mundo condenan como impolítica y que se complace en practicar V. E. y nosotros
    diremos: Sálvese la libertad auuque no quede uno solo para contarlo. En último resullado también tenemos acordado un medio espantoso de destruccion, que asombrará al mundo, y que nos es indiferente que principie hoy ó dentro de una semana ó un año.

    Ya ve V. E. que los barceloneses son mas amantes de su reputacion y de su gloria , que de su propia ecsistencia, y que no hay fuerzas sobre la tierra, que les hagan aflojar de su propósito en un negocio, que no lo han de decidir las puntas de las bayonetas, ni el estruendo de los cañones, sino la fuerza irresistible de la opinión pública, que es el principal apoyo ó mas bien el único sosten de nuestra causa.

    De todo lo acaecido, y de lo que sucesivamente acaezca, V. E. es el único responsable ante Dios y los hombres; las victimas que inutilmente se sacrifican en uno y otro partido, V. E. solo las causa; y algun dia le exigirá la sociedad estrecha
    cuenta de su inmoral y bárbara conducta, toda vez que esta plaza no hace mas que contestar, y siempre cansada de sufrir, los fuegos de artillería que se le dirigen, ya contra las personas, ya sobre los edificios. Abra V. E. su corazon aun á sus mayores amigos; y manifiésteles sin rubor, si es ó no cierto que su conciencia lanza gritos de horror y de indignación contra su inícuo modo de proceder.

    Barcelona 24 de octubre de 1845.—El presidente, Rafael Degollada.—El vocal secretario, José de Caralt.—Excmo. Sr. D. Laureano Sanz, teniente general del ejército.

    (2) JUNTA SUPREMA PROVISIONAL DE LA PROVINCIA DE BARCELONA.

    A fin de precaver los funestos resultados que pudieran sobrevenir por estar muchas casas cerradas, cuando se disparan sobre la ciudad bombas o granadas desde los fuertes enemigos, esta Junta decreta:
    Art. 1.° Todas las puertas de las escaleras de las casas y las tiendas habitadas estarán abiertas durante el dia.
    Art. 2.° Desde el momento en que los fuertes enemigos principien á arrojar sobre la plaza proyectiles de cualquier clase se abrirá igualmente las puertas, aunque sea de noche, y no se cerrarán en toda ella hasta que hayan cesado los fuegos.
    Art. 3.° Los que contravinieren á los artículos precedentes, pagarán por sí ó por medio de sus encargados, la multa de 100 duros, ó sufrirán en su defecto un mes de reclusion en Atarazanas con destino á las obras de fortificacion, y sin perjuicio de que se franqueen las puertas de sus casas.
    Art. 4.° La fuerza armada de esta guarnicion, dirijida por los señores gefes ú oficiales, queda autorizada para llevar á cabo esta medida, y conducir presos á los contraventores á disposicion de esta Junta.
    Barcelona 24 de octubre de 1843.
    El presidente, Rafael Degollada.—Vocales.—Vicente Soler.—Agustin Reverter.—Antonio Benavent.—Miguel Tort.—Tomás María de Quintana.—José de Caralt.—Vicente Zulueta.—Tomás Fábregas.—Antonio Rins y Rosell, vocal secretario.
    ]

  • La Jamancia: violencia al fracasar negociaciones, medidas contra robos

    (Martes).

    En vista de la resolucion tomada ayer por los centralistas el capitan general ha regresado á Gracia mandando antes que se rompiesen de nuevo las hostilidades. Monjuí ha disparado esta mañana 15 granadas y 10 balas rasas contra Atarazanas y los fuertes de la ciudad, habiendo reventado una de aquellas en el patio de las mugeres en la cárcel, pero sin haber causado ninguna desgracia.

    Hoy se ha observado que bajaban de Monjuí algunas piezas de artilleria, sin duda para armar las baterias que están construyendo en las faldas de la montaña.

    En toda la tarde no ha cesado el fuego de fusileria por la parte de Monjuí y carretera de Sans.

    La Junta ha publicado hoy la comunicacion de Ametller (1) de que hablamos mas arriba, y un decreto ordenando á los vecinos de esta ciudad, que no abran sus casas de noche á nadie que no se presente con el alcalde de barrio y dos vecinos conocidos (2).

    Ademas de los dos documentos citados se ha publicado con esta fecha la interesante orden del gobierno que se copia en la nota (3).

    (1) JUNTA SUPREMA PROVISIONAL DE LA PROVINCIA DE BARCELONA.

    Esta Junta acaba de recibir del Excmo. Sr. Capitan General D. Narciso de Ametller la siguiente comunicacion.==
    Excmo. Sr.–Por el oficial comisionado que envié, ya sabrá V. E. mi salida de Gerona, con armas, municiones, artilleria, carros y pertrechos; tambien habrá dicho á V.E. mis ideas y planes. Constancia y firmeza y triunfaremos. Toda Galicia es nuestra, reina la desconfianza entre los contrarios y por consecuencia el desaliento. He visto las comunicaciones que V. E. ha dirigido al coronel Martell, y debe V.E. estar en la seguridad de que nada haré sin contar con su consentimiento.

    No dé credito V. E. á nada que le digan de transacción á no ser que yo mismo se lo anuncie por medio de una comision. Olivenza, plaza fuerte de Estremadura, se ha pronunciado con el provincial de Cáceres. Se dice que Zaragoza se vuelve á moverse. Animo y constancia.—Figueras 10 de noviembre de 1843.=A las ocho de la noche.—Excmo. Sr. Narciso de Ametller.

    Lo que se publica por acuerdo de la Excma. Junta Suprema.

    Barcelona 14 de noviembre de 1845—El vocal secretario, Antonio Rius y Rosell.

    (2) JUNTA SUPREMA PROVISIONAL DE LA PROVINCIA DE BARCELONA.

    Esta Junta tiene noticia de que en alguna de las casas d? esta capital se han hecho reconocimientos sin la debida autorizacion y aun sin asistencia de los Sres. Alcaldes de barrio, y como semejante proceder es altamente escandaloso y punible, la Junta decreta:

    ARTICULO 1.° Los vecinos de esta capital resistirán á toda persona que se prosente á sus casas para reconocerlas y no lleve autorizacion de la Junta y vaya acompañada de un alcalde de Barrio.

    Art. 2.° Esta Junta ha acordado no autorizar á persona alguna para practicar reconocimientos de noche, por consiguiente los vecinos no tendrán obligacion de abrir las puertas á no ser á los alcaldes de barrio acompañados de dos vecinos conocidos de la casa, ó á los Sres. Alcaldes Constitucionales y Municipales.

    Art. 3.° Quedan nulas sin valor ni efecto las autorizaciones que hasta ahora ha dado esta Junta, y solamente se considerarán legítimas las que lleven fecha posterior á este decreto , y vayan firmadas por el presidente y secretario y selladas con el sello de la Junta.

    Barcelona 14 de noviembre de 1843.

    El presidente, Rafael Degollada.==El vocal secretario, Antonio Rius y Rosell

    (3) ORDEN DEL GOBIERNO DEL 14 DE NOVIEMBRE DE 1843.

    Art. 1.° Los Sres. Comandantes de los batallones de Milicia nacional que ocupan esta plaza, se servirán disponer que de cada uno de los suyos respectivos se nombren dos patrullas, la una desde el anochecer hasta las doce de la noche, y la otra hasta el amanecer; componiéndose cada una de ellas de un oficial y veinte individuos, las que recorrerán constantemente las plazas j calles de esta ciudad para hacer observar el orden, arrestando á las personas que lo perturbasen; y si fuesen aprehendidos ladrones infraganti, serán en el acto pasados por las armas. Las patrullas que deben salir al anochecer, deberán hallarse formadas en la Rambla de los Estudios con la debida anticipación, donde un señor Ayudante de plaza les comunicará instrucciones.

    Art. 2.° Á la hora de la retreta todos los individuos pertenecientes á la M. N. de todas armas, los cuerpos francos y demas fuerzas permanecerán en sus respectivos cuarteles hasta el toque de diana, incluyéndose en esta medida los Sres. gefes y oficiales.

    Art. 3.° Los Sres. Comandantes de los distritos y los de las guardias del recinto, no permitirán el pase á persona alguna por el mismo, que no sean las autoridades, oficiales ó milicianos nacionales.

    Art. 4.° Se previene á todos los milicianos nacionales usen siempre el uniforme y fornitura aunque no estén de servicio.

    Art. 5.° En el caso de atacar el enemigo decididamente algun punto, toda la fuerza franca de servicio se pondrá sobre las armas en sus cuarteles; mas no será reforzado ningun puesto sin espresa orden de este gobierno, a no ser en un caso estraordinario.

    Art. 6.° Los comandantes de los distritos prohibirán bajo su mas estrecha responsabilidad, que ningun individuo suba á la muralla á hacer disparos, sino cuando se ordene.

    Art. 7.° Esta orden será leida á todos los batallones y demás fuerza armada por tres dias consecutivos á la hora de la lista de la tarde por sus respectivos gefes. Todo lo que se hace saber en la orden de este dia para su mas exacto cumplimiento.—El Gobernador, Villavicencio.

    ADICION Á LA ORDEN DE ESTE DIA.

    Habiéndose notado el abuso de que algunos Señores segundos comandantes del ejército y cuerpos francos de ultimamente ascendidos por la Excma. Junta Suprema, usan la divisa de primeros comandantes, se previene que las insignias que les corresponden, segun reales órdenes y reglamentos vigentes, es un galon en la vuelta, de oro ó plata, segun los cabos del uniforme, y baston de mando.—El coronel gobernador, Villavicencio.

  • La Jamancia: la Junta se rinde y el ejército vuelve a entrar

    (Lúnes)

    Hoy ha sido un dia muy bullicioso á la par que alegre para los pacíficos habitantes de esta ciudad desventurada.

    Esta mañana ha desaparecido ó ha sido puesto en libertad el vocal de la Junta D. José Masanet, en el acto de ser trasladado del palacio del general que le servia de cárcel. Segun parece ha habido inteligencia con el gefe que le conducia, pues se asegura que Masanet no alcanzó la libertad hasta haber entregado á aquel una libranza firmada por su mano, valor de 4000 reales.

    Esta misma mañana han sido despedidos de la casa moneda los operarios despues de haberles entregado sus correspondientes salarios.

    La Junta se ha despedido hoy de los habitantes de esta ciudad con la alocución que puede leerse en la nota (1 [no OCR]). Tambien el Ayuntamiento ha dirigido á sus representados una proclama concebida en estos términos. Véase la nota (2 [no OCR]). Pertenece ademas á la historia de este dia la proclama dirigida por el Capitan general á las tropas de su division (3 [no OCR])

    A medio dia ha entrado un regimiento procedente de la Ciudadela y ha relevado todos los puntos de la ciudad.

    El Excmo. Sr. Capitan General, usando de las facultades de que se halla revestido, ha nombrado con esta fecha un nuevo Ayuntamiento constitucional, compuesto de los sugetos que siguen:

    ALCALDES.
    D. José Bertran y Ros, Magistrado sin ejercicio por ahora y propietario.
    D. Baltasar de Eixalá, abogado.
    D. Luis Gonzaga Pons y Fuster, abogado.
    D. Buenaventura de Sans, hacendado.
    D. Tomás Coma, fabricante y propietario.
    D. Juan Nadal, herrero de la Barceloneta y propietario.

    REGIDORES.
    D. Rafael Maria de Duran, hacendado.
    D. Cayetano de Amat, baron de Maldá.
    D. Cayetano de Vilallonga, baron de Segur.
    D. Domingo Serra, fabricante y propietario.
    D. José Folgnera, confilero y propietario.
    D. Francisco Viñas, comerciante y propietario.
    D. Francisco Fradera, platero y propietario.
    D. Cayetano Lopez, médico, de Gracia.
    D. José Prat, comerciante.
    D. Buenaventura Vives, maestro alfarero y propietario.
    B. Francisco de Asis Soler, arquitecto.
    D. Juan Claros, hacendado.
    D. José Boix, carpintero, de Gracia.
    D. Joaquin Portell, farmacéutico.
    D. Rafael Pla y Carreras, alfarero y propietario.
    D. Antonio Martí, maestro de velas y propietario de la Barceloneta.
    D. Joaquin Ruira y Lacrea, abogado y propietario.
    D. Estevan Bosch , comerciante y propietario.
    D. Ginés Guasachs, labrador y propietario, de Gracia.
    D. Antonio Soqué, médico y propietario.
    D. Francisco Ribas, zapatero y propietario.
    D. Pedro Martir Colominas, panadero y propietario, de la Barceloneta.
    D. Jaime Comas, corredor y propietario.
    D. Narciso Fonolleras, abogado y hacendado.

    SINDICOS.
    D. Juan Agell, profesor de fisica y propietario.
    D. Juan Costa y Fuxench, abogado.
    D. Tomás Illa y Balaguer, fabricante.
    D. Francisco Esteve y Tomás, abogado y propietario.
    D. Ignacio Vieta, tendero de paños.

    A las dos y cuarto han salido de la misma Ciudadela el capitan general Sanz con su estado mayor y precedido de unos 100 hombres del Batallon de Zapadores. Entre los edecanes y á sus dos lados iban el vocal de la Junta D. Antonio Rius y Rosell, y el Alcalde primero Constitucional D. José Soler y Matas, cerrando la marcha como unos 2000 hombres de tropa. Ál salir de aquel fuerte para dirigirse á la muralla del mar, han tenido que detenerse interin estaban los zapadores construyendo un especie de puente de tablones sobre la cortadura que habian abierto los centralistas desde el Palacio hasta la esquina de la Aduana á fin de tener un camino cubierto para pasar al baluarte del mediodia.

    Cuando llegaron á la plaza del palacio tuvieron que detenerse otra vez por causa de las barricadas que habia en todas las bocas calles. Entonces el general ha mandado un edecan al comandante de zapadores mandándole que dividiese la fuerza en cuatro partes para destruir las barricadas que encontrasen al paso empezando todos juntos por la de la calle de la Espaderia por ser la mas fácil de derribar. En seguida se dirigieron por la calle de Baix, Encantes, plaza de S. Sebastian, Fusteria, calle Ancha, todo eso relevando las guardias donde las encontraban, y en llegando á la calle de S. Francisco de Asis subieron á la muralla de mar para dirigirse desde ella á la rambla. En esto entraba por la puerta de santa Madrona el general de division D. Ricardo Schelly con unos 3,000 hombres entre infanteria, Caballeria y Artilleria de carga, cuya fuerza unida á la que venia con el general se estendió por la rambla formada en masa, escepto la caballeria y Artilleria que formó á dos de fondo en batalla. Despues de esto y á poco rato ha ido llegando la Milicia nacional por batallones y con sus músicas y leones ó banderas correspondientes.

    Las dos compañias sueltas llamadas la una de Muns, y la otra del Noy Buxó fueron agregadas al 7.° y al 4.° Batalln de Milicia nacional, cuyos dos batallones colocaron al lado de sus gastadores los 16 trabucaires que tiene cada una de las dos citadas compañias. La fuerza de la milicia se ha colocado al lado de la tropa ocupando el trozo de Rambla que media desde la plaza de S. José hasta los estudios. Sobre las cuatro y media de la tarde ha pasado por delante de la fuerza armada el Capitan general acompañado de los citados Sres. Rius, Soler y Matas y del E.M., todos á pié habiendo sido saludado con unánimes aclamaciones de viva el general Sanz: este correspondia al saludo popular con el sombrero que llevaba en la mano y diciendo con afabilidad, nada de vivas á personas, señores: viva la unión, viva la Reina Doña Isabel II, y viva la Constitucion de 1837.

    Terminada esta especie de parada que se ha celebrado con la mayor tranquilidad, la Milicia nacional ha ido á depositar sus banderas en las casas consistoriales, retirándose en seguida los individuos á sus casas con su correspondiente uniforme, armamento y municiones.

    Un poco mas tarde se ha retirado tambien la tropa de la rambla á los cuarteles que les estaban designados, aposentándose algunos Batallones en las principales de la Milicia nacional.

    Esta noche ha quedado un reten de un Batallon de Infantería y unos 100 caballos en la rambla frente al teatro, desde donde han despedido patrullas para recorrer las calles de la ciudad.

    Sin embargo de que el general habia ordenado que no se permitiese la entrada del paisanage en la ciudad hasta al cabo de tres dias de ocupada esta, hoy ha dispuesto por medio de un bando (1 [no OCR]) que desde mañana á las dos de la tarde puedan entrar los emigrados y las tropas que forman la línea del bloqueo.

    Hoy se han remitido al cónsul de Grecia los pasaportes para los que creyéndose comprometidos, han querido pasar al estrangero. El capitan general ha espedido hoy un bando para los que deseen entregar las armas, lo verifiquen en el local de Atarazanas ó en el Colegio Episcopal. Véase en la nota (1 [no OCR]).

  • Tormenta e inundación

    ESPAGNE. — On écrit de Barcelone, le 23 décembre:

    «Une tempête terrible a éclaté sur la ville de Barcelone dans la soirée du 21 de ce mois; elle a eu les plus affreux résultats: des quartiers ont été entièrement inondés, et plusieurs personnes n’ont dû la vie qu’au zèle déployé par M. le martial de camp Fulgosio, chef politique de Barcelone, et à la garde civique. Les jardins qui séparent Barcelone de Montjuich ont été couverts de plusieurs mètres d’eau, et on a eu la plus grande peine à sauver, au milieu de la nuit, les habitans de San-Beltran de cette subite inondation. Tous les pans de fortifications qui avoient été minés lors de l’insurrection de l’année dernière, et qui n’avoient pas encore été réparés, se sont écroulés avec fracas, laissant la place de Barcelone complétement démantelée. On évalue à plusieurs centaines de mille francs les pertes éprouvées par les propriétaires et par les marchands dont les boutiques ont été envahies.

    «Pendant que cet ouragan duroit encore, le brick français la Marianne, capitaine Hervis, s’est présenté à l’entrée du port; mais, habilement piloté, il a pu jeter ancre sans la moindre avarie.

    «Un brick norvégien qui le suivoit de près n’a pas été aussi heureux, et est allé se perdre à l’embouchure du Llobregat.

    «Cette tempête a mis fin aux froids excessifs qui duroient depuis que toute la campagne de Barcelone avoit été couverte de neige.»

  • Lunes de Pascua, 1848

    Lunes de Pascua.

    Este dia es para el pueblo de Barcelona primo hermano, si nó hermano carnal, del miércoles de ceniza, sin que obste para ello la diferencia esencial que hay entre el uno y el otro. Cierto que en las iglesias se celebra la Pascua con la misma solemnidad que en el dia anterior, cierto que es fiesta de precepto, cierto que la religion consagra este dia como de general regocijo; mas en lo esterior nada de ello se trasluce: y aunque en esta parte el dia es muy diferente del miércoles de ceniza, las costumbres populares han acabado por dar al uno y al otro un mismo carácter público. En ambos días la ciudad queda desierta , y sus habitantes se trasladan á la vega inmediata y la cubren toda entera, dándole la traza de un campamento en que estan distribuidas mas de cien mil personas. Como ya la Pascua de resurreccion suele venir hácia la primavera, el tiempo convida para salir al campo, cosa que siempre ha sido muy del gusto de los barceloneses, y que de cada dia va siéndolo mas, porque solo echándose fuera de la ciudad es posible respirar libremente. Cual si hubiese un empeño general en hacinar gentes dentro de Barcelona, toda su área se ha cuajado de casas, que no pudiendo crecer en latitud lo hacen en altura, y si no estuviera prohibido, á la hora de esta habría muchas gentes que habitarían al nivel de las campanas de las torres. Esta angostura y este apretamiento hacen diariamente mas apetecible la salida al campo, y por esto es tan crecido el número de personas que van á comer á él todos los domingos: pero el miércoles de ceniza y hoy son sin disputa los dos días en que mas personas rinden homenage á esta costumbre. El dulce ambiente de la vega , el verdor que ya cubre los árboles y la belleza de las huertas, que son un modelo de que distan mucho las de España y del estrangero; son en esta estacion otros tantos alicientes para atemperarse á la moda. Barcelona es en tal día verdaderamente triste; y al recorrer sus solitarias calles, bien podría uno esclamar con el profeta: ¡Quomodo sedet sola civitas plena populo!

    ¿Ya qué, y á dónde va tanta gente? A derramarse por la llanura hasta una hora de distancia de la ciudad, y á comer lo que á cada cual le permiten sus haberes y su carácter; porque hay pobre manirolo que hoy lo gasta todo, mientras no falta rico económico que va al campo y ahorra. ¿Quién es capaz de formarse una idea ni aproximada de la muchedumbre de carruages que cruzan por todos los caminos inmediatos, y en especial de los que suben y bajan por el paseo de Gracia? Para concebirlo es preciso haber estado en Barcelona, ciudad que en esto como en muchas otras cosas, deja á una distancia inmensa á todas las poblaciones de España. El coche, la carretela, el galerín, la media-fortuna, el inmenso omnibus, el omnibus chiquito, el tilbury y con mas abundancia que todos ellos juntos la tartana, trasladan á millares las personas desde la ciudad á Gracia, Sans, Sarriá, San Andrés, Horta y San Gervasio, mientras muchos millares mas siguen á pie las mismas rutas, y otros millares mas se separan del camino antes de llegar á uno de esos pueblos, y plantan sus reales en mitad de un campo, á la sombra de un árbol, ó al arrimo de una casa de labranza en donde se vende vino. Allí se salta, se baila, se juega , se canta, se tocan la guitarra y el pandero y las castañuelas, y se grita, y se come, y se bebe mucho, y no se riñe ni se emborracha. Es menester que lo sepan los que no lo ven: estas fiestas populares nunca ofrecen en Barcelona el triste y asqueroso espectáculo de un borracho, ni jamás es turbada su alegría por cuchilladas ni riñas. En esto sí que tienen que aprender algunos nacionales y muchísimos estrangeros. De entre estos, que los hay aqui, y nó pocos, suele alguno embriagarse, y los muchachos le persiguen y se burlan de él, y á veces lo apedrean; y es bueno que lo hagan, pues esto prueba el desprecio con que lo miran, y el convencimiento que tienen de que es una cosa mala, cuyo castigo decreta la reprobacion general y ejecuta la muchachería.

    Las panderetas, las guitarras y las canciones van conduciendo á la ciudad á esa muchedumbre que, cual un magestuoso rio de carne humana, se desliza suave y uniformemente por las puertas, apurando antes de llegar á los guardas, la última gota que en el porron ó bota quedaba. Desbándase á derecha é izquierda luego de haber entrado: tras de la muchedumbre vienen los carruages, y cierra esa dilatada marcha el piquete de caballería que fue á Gracia, y vuelve sin haber tenido nada que hacer en todo el dia. A las diez de la noche toda esa muchedumbre yace en profundo silencio.

  • Fiesta de San Isidro

    Ningun santo por encumbrado que fuese el lugar que ocupó en el mundo, cuenta con tantos clientes como el bendito san Isidro, y no sabemos si quizás serian los hombres mas felices si fuese mayor el número de esos clientes. Muy lejos nos llevaría el discurso, si dándole rienda suelta escribiéramos todo lo que nos iría dictando, y fuera necesario meternos en el resbaladizo terreno de la ilustracion, y pasearnos por el escabrosísimo de la política, en donde nos saldrian al paso los amigos de la agricultura y los defensores de la industria, y al fin y al cabo despues de tropezar y de resbalar y de andar á gatas, probablemente acabaríamos por rompernos la cabeza, y decir grandes y muchos disparates en concepto de unos, y verdades como el puño en opinion de otros. Recorran pues esos terrenos los que escriben ad hoc, como suele decirse en la moderna jerga, y hablen y desbarren, que todos lo hacemos, que es una bendicion de Dios.

    El Añalejo avisa hoy á los devotos de Barcelona para que acudan á la iglesia de san Pedro de las Puellas, en donde los hortelanos de las inmediaciones de la puerta nueva obsequian con una solemne misa á su patron san Isidro, y avisa tambien á los devotos del Pla, que los labradores de Sans, Sarriá, las Corts, san Gervasio, Gracia y otros pueblos obsequian asimismo al santo labrador con una buena funcion en la iglesia, y luego festejan á las doncellas y casadas con bailes de envelat y de salon, en donde ellas y ellos se divierten á mas y mejor, y nó tan candorosamente como se divertía san Isidro. Si este santo viene en dia de entre semana, los bailes suelen reservarse para el primer domingo, lo cual prueba que nuestros labradores son amigos del baile, pero nó tanto, que por él olviden el trabajo, lo cual es uno de los rasgos que hacen la apología de estas honradísimas gentes. Quiera san Isidro ser su intercesor para con Dios, á fin de que tengan tan buenas cosechas como merece su continuo y duro trabajo, el mas pesado y molesto de cuantos ejerce el hombre, y el que por desgracia queda muchas veces peor recompensado.

  • Una salida via el Sans industrial hacia Martorell con el nuevo ferrocarril

    I. DE BARCELONA Á SANS

    […]

    Al salir de la estacion la via férrea describe una curva para dirigirse á Sans, y gracias á esta curva, el viajero puede abrazar cou su mirada todo el llano de Barcelona que se estiende á su derecha, mientras que á su izquierda se eleva, solitario como un criminal, sombrío como un remordimiento, el tristemente célebre monte de Monjuich.

    Veamos la historia de este monte, del que se han arrancado una á una las piedras con que se ha ido edificando la ciudad que se tiende indolente y descuidada á sus pies, de cuyas entrañas ha nacido Barcelona, y que sin embargo está siempre con sus bocas de bronce amenazando á la ciudad, pronto, como Saturno, á devorar á su hija.

    […]

    Ahora bien, mientras á su izquierda vé destacarse el viajero sobre el horizonte el sombrío perfil de la montaña de Monjuich, á su derecha vé estenderse todos esos bellos y pintorescos pueblos que dan una vida y un encanto indefinibles á la llanura de Barcelona.

    El uno es Gracia con sus fábricas importantes, su respetable número de almas y su inmenso caserío.

    El otro es San Gervasio, que parece una prolongacion de Gracia, con sus bellísimas casas de recreo, sus deliciosos jardines, su colegio de los señores Carreras y sus ruinas del antiguo Bellesguart, palacio de los condes de Barcelona, célebre por haberse efectuado en su capilla el enlace del rey D. Martin con la agraciada Margarita de Prades, bendiciendo el matrimonio el papa Benedicto de Luna y siendo uno de sus testigos San Vicente Ferrer.

    Aquel otro pueblo es Sarriá, con sus estensos y magníficos jardines llamados el desierto, propiedad un dia de los frailes capuchinos, y trocados hoy en una agradable quinta llena de seductores encantos.

    Aquel otro grupo de casas, finalmente, dominadas por un bello campanario, es Pedralves…

    Bonita estacion por cierto la que de pronto aparece á la vista del viajero y á la puerta de la cual se detiene el tren. Es un lindo edificio gótico con sus calados y sus agujas.

    Es la estacion de Sans.

    II. SANS

    […]

    Gracias á la industria, es hoy esta una importante poblacion. En lo antiguo era una capilla dedicada á dos santos y, segun parece, se estableció junto á ella un matadero que se llamaba Carnicería dels Sants. Algunas casas que se agruparon junto á este matadero fueron el origen de la poblacion actual.

    Siendo el primer pueblo que al salir de Barcelona se encuentra al paso en la carretera general de Madrid, ya se supondrá que ha debido figuraren todas las principales vicisitudes políticas en que ha tomado parte la capital de Cataluña. Sans ha sido varias veces cuartel general de los ejércitos que han venido en distintas ocasiones á sitiar á Barcelona.

    […]

    Sans tiene una iglesia parroquial (Sta. María) servida por un cura de primer ascenso de provision real y ordinaria. Es un templo elevado y magnifico, con seis altares por parte, y su cúpula hace un vistoso efecto apareciendo por encima de la poblacion. El origen de esta iglesia se remonta al 1188.

    Tiene casa consistorial, cárcel, una escuela de instruccion primaria dotada en 5,800 rs., otras para niñas y un cementerio recientemente construido, de bello órden arquitectónico, con un gran número de nichos, sepulturas y otros depósitos escogidos, adornado con pinturas, plantas aromáticas y variedad de flores y árboles análogos.

    Sans, que viene á ser un arrabal de Barcelona, está dividido en cuatro barrios que son el de la Iglesia, el de la Bordeta, el de la Carretera y el de la Travesía de las Corts y Marina.

    Su terreno es fertilísimo. Disfruta del beneficio del riego por el canal que procedente de Llobregat corre por los bordes de sus campos; cruzan el pueblo la carretera general y otra que conduce al Hospitalet y al Llobregat, siendo su principal produccion trigo, cebada, cáñamo, maiz, legumbres y abundantes hortalizas para el consumo de la capital.

    […]

    La riqueza industrial de este pueblo es de bastante importancia en atencion á las muchas fábricas que en él existen por su proximidad á la capital.

    Hay diez y ocho hornos de ladrillería, cinco fábricas de loza ordinaria, una de húles, un blanqueo, una para curtir lanas, dos de aguardiente, una de productos químicos, un molino harinero con máquina de aserrar mármol, una fábrica de clarificar agua-ras, otra de cremor tártaro, otra de aderezos de lustrar llamada Auxiliar de la industria y varias de hilados y tejidos, entre las que se cuentan las muy notables de los señores Güell y compañía y la llamada España Industrial.

    La contribucion de subsidio de este pueblo, sin contar la que corresponde á la gran fábrica España Industrial que paga en Barcelona como sociedad anónima, es de unos ciento cinco mil reales en este año, por manera que bien puede asegurarse que el capital ó riqueza que representa la industria es mucho mayor que el de la rústica y urbana.

    La fábrica de hilados y tejidos de algodon de los señores Güell y compañia contiene 15,992 husos de hilar y torcer, 41 cardas y 39S telares mecánicos para panas, dos máquinas de estirar y aderezar, un tinte, un blanqueo y una máquina de pintar, de cilindro, todo movido por vapor, pues hay cinco máquinas ó sean motores que pueden calcularse juntos de la fuerza de 180 á 200 caballos. Tiene á mas dos talleres, uno de cerrajería y otro de carpintería. Ocupa sobre unas 500 personas.

    En esta fábrica es donde en julio de 1855 tuvo lugar la muerte del infeliz y malogrado D. José Sol y Padris, sugeto apreciabilísimo, diputado á Cortes que habia sido por el partido de Granollers y Sabadell y distinguido escritor y literato. Fué muerto de un pistoletazo con motivo de un motin de trabajadores.

    La España Industrial, otra fábrica de hilados, tejidos y pintados de algodon, ocupa sobre 1300 personas, y está reconocida como la mejor fábrica de cuantas existen en España. Tiene más maquinaria que la anterior. El edificio principal consta de tres cuerpos de estraordinaria magnitud, uno céntrico y dos colaterales: en el primero están todas las preparaciones de la filatura, en los otros están los tejidos con sus aprestos. Detrás del cuerpo céntrico hay tres edificios aislados, pero en comunicacion con el principal; en los dos de las estremidades están los batanes y en el de en medio el almacen de algodon. Tras de todos los edificios citados está la fábrica de estampados con el tinte y demás accesorios.

    Hallándose este año en Barcelona SS. AA. RR. los Serenísimos señores Duques de Montpensier estuvieron á visitar esta fábrica, quedando altamente complacidos y felicitando á sus directores los señores Muntadas.

    En Hostafrancs, á cortísima distancia de Sans, hay una fábrica de porcelana, digna de ser visitada.

    […]

    III. DE SANS Á LA BORDETA

    […]

    Sucede con Sans y con la Bordeta lo que en la línea del Este con el Masnou y Ocata. La Bordeta no es sino un barrio de Sans, y por consiguiente el ferro-carril tiene realmente dos estaciones en este último punto.

    Varios grupos de casas que se ven á la izquierda y que no cesan á lo largo de la vía, unen á la Bordeta con el centro industrial de que acabo de ocuparme.

    Se atraviesa un pequeño desmonte al salir de la estacion, y el tren pasa sucesivamente por debajo de cuatro puentes que unen á Sans, cuyas casas y establecimientos asoman á entrambos lados de la via férrea.

    Mientras que por la izquierda no se pierde nunca de vista el pueblo, por la derecha la mirada puede estenderse y esplayarse por una llanura bordada de hermosas casas de campo que se desprenden de Gracia, de Sarria, de Pedralves, etc., etc., para ir á ostentar solas su belleza en medio de agradables paisajes.

    Aquella montaña que se vé asomará la derecha, coronada por la torre de un telégrafo, es San Pedro Mártir, y esos dos pueblecitos que se distinguen á sus mismas plantas son Esplugas y San Just, los cuales atraviesa la carretera general de Madrid.

    En la cima de San Pedro Mártir existia antes una capilla ó ermita á la que los pueblos comarcanos acostumbraban ir en piadosa romería… En la guerra de la Independencia los franceses hicieron de esta ermita una fortaleza, subiendo á ella cañones, segun diré mas adelante. En el dia sirve de telégrafo militar.

    […]

    Corto es el trecho, y sin advertirlo se encuentra el viajero en la Bordeta, cuya estacion á causa de lo bajo del terreno en que está colocada, se halla materialmente hundida viniendo su tejado casi al nivel de la via ferrea.

    IV. LA BORDETA

    […]

    Hé aqui un pueblo sin historia al cual la industria le ha dado una, empezando por hacerle pueblo.

    Hace pocos años se daba el nombre de La Bordeta á cuatro ó cinco miserables casas, y estaba tan estendida entre las gentes la conviccion de la pequenez y miseria de este lugar, si este nombre podia dársele, que cuando se queria hablar de algun sugeto para manifestar que no tenia donde caerse muerto, se acostumbraba á decir: «Tiene magníficas posesiones en la Bordeta.» Este nombre llevaba en sí el ridículo y se prestaba maravillosamente á la sátira y al sarcasmo. Se hablaba por ejemplo de un ignorante y se decia: —«Ha hecho sus estudios en la Bordeta:» se hablaba de un viajero fátuo y se decia: —«Ha recorrido grandes capitales; ahora llega de la Bordeta:»se hablaba de la incapacidad de alguno para gobernar y se decia: — «Le haremos alcalde de la Bordeta», y asi de todas las cosas. Era, en una palabra, el nombre de que se hacia mas uso para espresar la miseria, el desprecio, el sarcasmo y la ironía.

    En la época de que hablo, todos se hubieran reído á las barbas del que se hubiese atrevido á decir: «Ese villorrio que á tanta risa y á tanta mofa os mueve, está llamado á ocupar un puesto honroso: vendrá dia que Sans, ese otro villorrio despreciable convertido de guarida de gitanos en un pueblo importante, tendrá á orgullo hacérsele suyo y unirse con él para formar los dos una poblacion opulenta, y al trazarse la línea de un ferro-carril, se describirá una curva, y se vencerán obstáculos, y se invertirán intereses de cuantía, solo para levantar una estacion en esa Bordela que hoy os parece tan despreciable.»

    — Para esto es preciso que Dios obre un milagro, se habria contestado al que semejantes palabras hubiese proferido.

    Pues bien, este milagro está hecho; la industria se ha encargado de obrarlo, la industria, esa hada de májica varita que levanta palacios en los yermos, que puebla de monumentos y de obeliscos las villas, que hace de Reus y de Sabadell dos pueblos de primer orden con mas vida, con mas animacion y con mas riqueza que las respectivas cabezas de su partido, y que hace célebres en el mundo, por la misma fama de sus fábricas, los nombres antes desconocidos ó despreciados de Sans y de la Bordeta.

    Estos dos pueblos son una prueba patente de lo que vale la industria fabril. ¿Porqué, pues, no se ha de protejer á esa industria que posee el maravilloso secreto de convertir en opulentas villas á los mas miserables villorrios? Protéjasela en lo que lógica y razonablemente pide, y si por ella se han trocado en villas los villorrios, ella misma se encargará de convertir á las villas en ciudades.

    Todas las fábricas de la Bordeta, segun acabo da decir, están incluidas en el número de las de Sans.

    La mas importante que hay en la Bordeta, es sin duda, la que es propiedad de la sociedad anónima llamada La Aprestadora española. Digna de ser visitada es esta fábrica, verdadero palacio industrial, que tiene dos máquinas de la fuerza de mas de cincuenta caballos cada una, y cuyas cuadras y edificios para el blanqueo, Untes, caloríferos, etc., ocupan una vasta estension de terreno. Nada mas bello y curioso que recorrer las dependencias de esta fábrica, asistiendo á todas sus operaciones, y viendo como por medio de sencillísimos procedimientos una pieza de tela sucia, amarillenta, basta, tal como sale del telar, se convierte momentáneamente en otra pieza distinta, blanca como un ampo de nieve, hermosa, fina, luciente y brillante. Las piezas entran en esta fábrica arrugadas y sucias, y salen limpias, dobladas y acondicionadas para ir á ocupar los mostradores de las mejores tiendas llamando la atencion de los compradores.

    Preciso es confesar que este establecimiento debe no poco á los conocimientos, acierto y solicitudes del presidente de la sociedad D. Gil Bech.

    V. DE LA BORDETA AL HOSPITALET

    […]

    El viajero debe dar gracias al desmonte que se halla al abandonar la estacion de la Bordeta, pues este desmonte le causa el efecto de una cortina que parece haberse encargado de correr de pronto una mano misteriosa, para hacer aparecer á su izquierda el paisaje mas delicioso y rien te que puede darse.

    Pocos puntos de vista existen mas bellos y preciosos, de mas encantos , de mas pintoresco esplendor.

    Es una vasta llanura en donde se ven ondular los árboles, los frutos, las mieses, las verduras que pueblan los campos, apareciendo en el fondo la línea azul del mar, gracias á la montaña de Monjuich por una parte y por otra al cabo de Castell de Fels, principio de una cordillera de montes, que parecen haberse hecho á un lado entrambos á un tiempo, como la cortina de un teatro que se rasga en dos, para repentinamente presentar al público un asombroso espectáculo.

    Asómese el viajero y admire ese soberbio punto de vista, haciéndose cargo de toda la grandeza del cuadro que hiere sus ojos.

    Aquí una vía férrea, un tren que pasa volador rozando apenas la tierra: —á un lado las chimeneas de las cuales sale en espirales el humo indicando que á sus pies se agita y mueve un pueblo industrial; —en frente toda esa riquísima estension de campos, patria del arado y de la azada, surcada por una carretera general, por un canal y por un rio; —y en el fondo esa otra vasta y también riquísima estension de agua, patria un dia del remo y de la vela, á los cuales han venido á sustituir el hélice y el vapor.

    ¿Puede darse mejor ni mas sorprendente espectáculo? Es un cuadro en el que hay toda una civilizacion y todo un siglo.

    Acabo de hablar de un canal, y es justo dedicarle algunas líneas para que el viajero pueda formarse de él una idea. Es el canal llamado de la Infanta, que nace junto á Molins de Rey, tomando el agua del rio Llobregat y que está destinado al riego de los terrenos de Molins de Rey, Santa Cruz de Olorde, San Felio de Llobregat, San Juan Despí, Cornellá, Hospitalet y Sans. Costó de tres á cuatro millones de reales, tiene 20,000 varas de largo, lleva agua en cantidad de 900 pies cúbicos por minuto, y riega una estension demás de 457,870 varas.

    El arquitecto D. Tomás Soler concibió la idea de este canal en 1805, pero solo comenzó á trabajarse en él en 1817, declarándose decididamente su protector el capitan general que era entonces de este Principado D. Francisco Javier Castaños , Duque det Bailen. Debia llevar el nombre de este valiente militar, pero se llamó de la Infanta á causa de hallarse en Barcelona, cuando se terminaron los trabajos, la Infanta D.a Luisa Carlota de Borbon y ser esta señora la que en 21 de mayo de 1819 pasó á Molins de Rey á inaugurar la obra, abriendo ella misma paso á las aguas. En la lápida que existe en Molins de Rey para memoria de este hecho, se cita al general Castaños llamándole protector de todo lo útil y de todo lo bueno. La Infanta D.a Carlota accedió á dar su nombre al canal, pero manifestó al comunicar su consentimiento á los propietarios que le costearon, que en las márgenes del cauce se colocasen árboles castaños , al objeto de que corriendo las aguas á su sombra, y fertilizando aquella campiña con aumento de la industria rural de toda la comarca, sirviesen al propio tiempo de símbolo de la proteccion que aquel digno funcionario habia prestado á una obra tan grande y útil.

  • Pi y Margall: el Real Decreto que permite a Barcelona tragarse a seis pueblos es ilegítimo

    LA AGREGACION DE PUEBLOS

    Trátase de agregar á Barcelona pueblos contiguos, y el Gobierno, segun parece, está dispuesto á decretarlo, previo informe del Consejo de Estado. (Está escrito este artículo antes de que la agregación fuera un hecho.) Si tal el Gobierno hiciera, quebrantaría, á nuestro juicio, no sólo la ley natural, sino también la ley escrita.

    Agregar pueblos es suprimir municipios, y segun el art. 7.º de la ley municipal, no cabe suprimirlos sino cuando la correspondiente Diputación de provincia lo resuelva de conformidad con los interesados. En caso de disidencia, dice el artículo la aprobación será objeto de una ley y, por lo tanto, de un acuerdo de las Cortes.

    Que los pueblos que se quieren agregar no están conformes con que se los agregue, nos lo dicen sus protestas y las comisiones que á Madrid envían para que se les respete la vida y la independencia. Aun siendo favorable á la agregación el informe del Consejo de Estado, carece el Gobierno de facultades para imponerla.

    Importa poco que con arreglo al art. 4.º de la misma ley proceda la agregación por tratarse de pueblos cuyos cascos se confunden por el ensanche y el desarrollo de sus respectivas edificaciones, cosa que no sabemos si en el presente caso ocurre; en virtud de la discordancia de los interesados, á las Cortes toca decidir si por éste ú otro motivo la agregación debe llevarse á cabo. No porque en una ley se diga que tal ó cual cosa procede en ciertos casos, puede ejecutarse, como entre los interesados haya discordia, sin la resolución de la autoridad competente.

    Lo que hoy se intenta se intentó hace años siendo el Sr. Sagasta presidente del Consejo de ministros. Ocurrió lo que ahora: hubo protestas, vinieron á Madrid comisiones, hablaron unos en un sentido y otros en otro los diputados catalanes, y al fin el Gobierno se decidió á mantener el statu quo no sin decir extraoficialmente que nada se haría en caso alguno sin la voluntad de los pueblos de cuya agregación se trataba. A pesar de que entonces regía la vigente ley municipal, no se intentó siquiera llevar la cuestión á las Cortes. ¿Habría de ser ahora menos prudente el Gobierno?

    Aseguran muchos que hoy la agregación sería no menos ventajosa para los pueblos que para Barcelona. No lo negamos ni lo afirmamos; decimos resueltamente que esto toca apreciarlo á los pueblos y no á gentes extrañas, incapaces de conocer y pesar los beneficios y los perjuicios.

    Cada municipio tiene su personalidad, y en el mundo humano ni las colectividades ni los individuos se resignan fácilmente á perderla. Entre las colectividades políticas, el municipio es sin duda la más natural, y por consecuencia la más refractaria á confundirse con otras, máxime si éstas otras pueden absorberlo sin dejar ni rastros de su pasada existencia.

    Nosotros, dicho se está que si mandásemos, ni desde las alturas del Gobierno central, ni desde las de los gobiernos regionales, impondríamos en modo alguno la agregación ni de aquéllos ni de ningunos otros pueblos. Es base de todo nuestro sistema el libre consentimiento, y sin que las poblaciones del llano de Barcelona estuvieran conformes en la agregación, jamás la decretaríamos, ni aun con el beneplácito de las Cortes. El libre consentimiento es para nosotros condición obligada de toda creación, de toda agregación, de toda supresión de municipios.

    No tenemos nosotros sobre este punto vacilaciones de ningún género. No las tuvimos nunca.

    (De El Nuevo Régimen, Madrid.)

  • «Riña en un café» de Fructuoso Gelabert, la primera película española de ficción

    El 10 d’agost de 1897, Fructuós Gelabert va fer el primer film amb argument de l’Estat espanyol, titulat: Riña en un café, on a més a més de ser-ne el director, també hi va actuar en el film. L’ operador fou en Santiago Biosca. Cap dels actors no va cobrar per la seva feina, i tots eren gent coneguda del nostre cineasta.

    L ‘argument es el següent: a la terrasseta d’un cafè, uns amics estan prenent una beguda. En aquell moment apareix una noia, la qual rep tota una sèrie de floretes, algunes una mica pujades de to. Ella marxa però, al cap d’una estona, apareix en escena un noi ben plantat que li retreu a un dels joves asseguts la seva gosadia amb la noia. Ràpidament comença una baralla que finalitza amb violència, fins que els dos contendents són separats pels altres joves. Finalment, tot acaba amb una encaixada de mà.

    Per Gelabert, aquest film fou clarament pacifista, amb un missatge de pau i concordia, a més a més, és clar, d’un divertiment.

    […]

    L ‘any 1952, el mateix Gelabert va fer una nova versió de la seva obra, també amb 20 metres de durada, que en aquests moments es conserva als Arxius d’ Audiovisuals de la Filmoteca de la Generalitat de Catalunya.