Pi y Margall: el Real Decreto que permite a Barcelona tragarse a seis pueblos es ilegítimo

LA AGREGACION DE PUEBLOS

Trátase de agregar á Barcelona pueblos contiguos, y el Gobierno, segun parece, está dispuesto á decretarlo, previo informe del Consejo de Estado. (Está escrito este artículo antes de que la agregación fuera un hecho.) Si tal el Gobierno hiciera, quebrantaría, á nuestro juicio, no sólo la ley natural, sino también la ley escrita.

Agregar pueblos es suprimir municipios, y segun el art. 7.º de la ley municipal, no cabe suprimirlos sino cuando la correspondiente Diputación de provincia lo resuelva de conformidad con los interesados. En caso de disidencia, dice el artículo la aprobación será objeto de una ley y, por lo tanto, de un acuerdo de las Cortes.

Que los pueblos que se quieren agregar no están conformes con que se los agregue, nos lo dicen sus protestas y las comisiones que á Madrid envían para que se les respete la vida y la independencia. Aun siendo favorable á la agregación el informe del Consejo de Estado, carece el Gobierno de facultades para imponerla.

Importa poco que con arreglo al art. 4.º de la misma ley proceda la agregación por tratarse de pueblos cuyos cascos se confunden por el ensanche y el desarrollo de sus respectivas edificaciones, cosa que no sabemos si en el presente caso ocurre; en virtud de la discordancia de los interesados, á las Cortes toca decidir si por éste ú otro motivo la agregación debe llevarse á cabo. No porque en una ley se diga que tal ó cual cosa procede en ciertos casos, puede ejecutarse, como entre los interesados haya discordia, sin la resolución de la autoridad competente.

Lo que hoy se intenta se intentó hace años siendo el Sr. Sagasta presidente del Consejo de ministros. Ocurrió lo que ahora: hubo protestas, vinieron á Madrid comisiones, hablaron unos en un sentido y otros en otro los diputados catalanes, y al fin el Gobierno se decidió á mantener el statu quo no sin decir extraoficialmente que nada se haría en caso alguno sin la voluntad de los pueblos de cuya agregación se trataba. A pesar de que entonces regía la vigente ley municipal, no se intentó siquiera llevar la cuestión á las Cortes. ¿Habría de ser ahora menos prudente el Gobierno?

Aseguran muchos que hoy la agregación sería no menos ventajosa para los pueblos que para Barcelona. No lo negamos ni lo afirmamos; decimos resueltamente que esto toca apreciarlo á los pueblos y no á gentes extrañas, incapaces de conocer y pesar los beneficios y los perjuicios.

Cada municipio tiene su personalidad, y en el mundo humano ni las colectividades ni los individuos se resignan fácilmente á perderla. Entre las colectividades políticas, el municipio es sin duda la más natural, y por consecuencia la más refractaria á confundirse con otras, máxime si éstas otras pueden absorberlo sin dejar ni rastros de su pasada existencia.

Nosotros, dicho se está que si mandásemos, ni desde las alturas del Gobierno central, ni desde las de los gobiernos regionales, impondríamos en modo alguno la agregación ni de aquéllos ni de ningunos otros pueblos. Es base de todo nuestro sistema el libre consentimiento, y sin que las poblaciones del llano de Barcelona estuvieran conformes en la agregación, jamás la decretaríamos, ni aun con el beneplácito de las Cortes. El libre consentimiento es para nosotros condición obligada de toda creación, de toda agregación, de toda supresión de municipios.

No tenemos nosotros sobre este punto vacilaciones de ningún género. No las tuvimos nunca.

(De El Nuevo Régimen, Madrid.)

Comentarios

Una respuesta a «Pi y Margall: el Real Decreto que permite a Barcelona tragarse a seis pueblos es ilegítimo»

  1. Avatar de Alberto Pernales
    Alberto Pernales

    En la edición anterior de la Autonomia lo atribuyen a Pi y Margall. Agus Giralt ha compilado unas viñetas sobre el asunto.

    El separatismo pueblerino sigue hoy en día en varios niveles de nuestra vida política. He aquí un folleto que Carles Pastor dice haber encontrado en julio de 2012 en el Paseo de la Bonanova:

    Vecinos y vecinas de Sarrià-Sant Gervasi: ha llegado la hora de reivindicar nuestros derechos. Los vecinos y vecinas de este distrito sospechamos que pagamos más tasas y tributos al Ayuntamiento de Barcelona que los del resto de la ciudad, pero recibimos menos inversión pública que los demás. Para demostrar que tenemos razón, reclamamos del Ayuntamiento de Barcelona que calcule y publique las balanzas fiscales entre la hacienda municipal y todos y cada uno de los distritos.

    Tras conocer esas cifras, las fuerzas vivas de Sarrià-Sant Gervasi procederemos a negociar bilateralmente con el equipo de gobierno municipal de la ciudad un pacto fiscal o concierto, que reduzca sustancialmente el expolio existente. Este distrito tiene un considerable déficit en infraestructuras y padece también bolsas de pobreza, por lo que no vale aducir que los vecinos somos, por lo general, acomodados.

    Los vecinos y vecinas de Sarrià-Sant Gervasi estamos dispuestos a aportar lo que sea justo para conseguir sufragar los gastos de funcionamiento ordinario de la ciudad, a través de un cupo pactado entre las partes. El resto de lo que se recaude en Sarrià-Sant Gervasi será administrado por una Hacienda propia del Consejo de Distrito.

    También aceptamos pagar una cuota de solidaridad para subvencionar a los distritos más desfavorecidos, cuya cuantía será fijada en la mencionada negociación bilateral. Ahora bien, esa cuota de solidaridad debe ser finita en el tiempo, pues, si no, no se incentivará a los vecinos de esos distritos a prosperar y crear riqueza; por el contrario, se les acostumbrará a una cultura del subsidio que fomenta la molicie y el atraso.

    No creemos que la actual situación de crisis económica sea un obstáculo para alcanzar nuestros objetivos. Al contrario, creemos que es una oportunidad, y que nuestras peticiones serán vistas con simpatía por Europa. Llamamos a todos los concejales y concejalas que residan en Sarrià-Sant Gervasi para que hagan un frente común y antepongan la defensa de los legítimos intereses de sus vecinos y vecinas del distrito a cualquier otra consideración ideológica o política. Los sindicalistas (pocos) del distrito ya se han adherido a nuestra plataforma.

    Si el Ayuntamiento rechaza nuestras peticiones, le recordaremos que Sarrià fue, hasta 1921, un municipio independiente, y Sant Gervasi de Cassoles lo fue hasta 1897, y que tenemos derecho a ejercer nuestra autodeterminación.

    Vecinos y vecinas, gritad con nosotros: ¡Viva Sarrià! ¡Viva Sant Gervasi! ¡Sarrià-Sant Gervasi is not Barcelona! ¡Freedom for Sarrià-Sant Gervasi!

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