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  • Predicción de la Primera Guerra Carlista

    Juicio del año

    ¡Año fatal! ¡Año atroz!
    Sañudo tus puertas abre
    El sanguinario Mavorte,
    El númen de los combates.

    ¿Oís zumbar el cañon?
    ¿Oís como cruje el parche?
    ¡Qué de estragos! ¡Qué de horrores!
    Temblad míseros mortales.

    Arrisadas las campiñas,
    Demolidas las ciudades……
    ¿Mas donde voy? ¿Quien me manda
    Ser profeta de desastres?

    No siempre el dios de la guerra
    La lanza horrorosa blande,
    El yelmo ciñe y embraza
    El escudo de diamante.

    Tambien en tálamo dulce
    De rosas y de arrayanes
    Le aduermen blandas caricias
    Entre coloquios amantes.

    Grato consorte de Vénus,
    Del Amor felice padre,
    Las Gracias en torno suyo
    Vierten aromas suaves.

    Alzad los turbados ojos
    Al alto Olimpo, y miradle
    Nuncio de paz y ventura;
    No de rapiña y de sangre.

    No en los campos de la Tracia
    Rueda su carro execrable;
    Que en los vergeles de Chipre
    Entona cantos nupciales.

    ¡Año dichoso, recuerdo
    De las Saturnias edades!
    Dejad la azada, colonos;
    La aguda reja descanse:

    No os fatigueis, artesanos;
    Abandonad los telares:
    Holgad y dormid, pastores
    Aunque el lobo os amenace.

    Ya sin cultivo la viña,
    Ya el barbecho sin afanes
    Colman de grano las eras
    Y de mosto los lagares.

    Ved cual su copia Amaltea
    Do quiera pródiga esparce:
    Mirad de leche y de miel
    Brotar el monte raudales.

    Ya el olivo, ya el naranjo……
    Pero miento mas que un sastre,
    Y harto naranjo será
    El que mis bolas se trague.

    Valga la verdad: el mundo
    Siempre es el mismo, aunque rabien
    Gitanos estafadores
    Y astrólogos charlatanes.

    ¿Que nos importa Saturno
    Ni su mentido linage?
    ¿Quien es Vénus? Una puerca.
    ¿Quien es Febo? Un botarate.

    ¿Que se nos da de que el dia
    Lunes ó Martes se llame?
    Para holgazanes y bobos
    Todos los dias son Martes.

    Sobriedad, virtud, trabajo;
    Estas son, lector, las bases
    De la riqueza, y la dicha,
    Y la paz de los hogares.

    Con el sudor de tu frente…..
    Ya me entiendes; ya los sabes:
    Y, como dice el refran,
    ¿Donde irá el buey, que no are?

    Trabaja pues ¡pese al Diablo!
    Y con esto, y con un vale,
    Y un Dios sobre Todo, amen,
    Aquí doy fin al romance.

  • La matanza del cerdo, entre el 1 y el 20 de enero

    Segun el refran, á cada puerco le llega su San Martin, y á fe que ese es uno de los refranes cuya veracidad acredita mas á menudo la esperiencia. El San Martin de los puercos muertos y hechos gigote para ser vendidos al público, no tiene dia fijo, ó por mejor decir llega todos los dias, porque los tales caen al golpe de la cuchilla en todas las estaciones del año; mas para los puercos destinados á la despensa de las casas particulares, el San Martin suele llegar desde el 1.º al 20 de enero, y por esto lo hemos fijado en el dia 10, como punto equidistante de esos dos estremos. La matanza del cerdo proporciona enlas casas una diversion de un par de dias, pues si bien trae mucho tragin, este, cuando mas, es de la ama de casa y de los criados, pero todos los otros asistentes se divierten que es una bendicion de Dios. Ya antes del dia señalado para el sacrificio se preparan las mesas que han de servir de piedra anatómica. Dispónense los delantales, mandiles y rodillas que se necesitan en crecido número, los lebrillos, barreños, ollas, pucheros y demas cacharrería, y en el hogar, la gran caldera donde deben ser cocidas las butifarras, morcillas y demás embuchados. Convídanse un par de amigas de las de mas confianza y pulcritud acreditada; y arreglado todo de esta form, se aguara la hora señalada para el degüello de la gruñidora víctima.

    No es cosas de pintarles á nuestros lectores el acto del sacrificio con el derramamiento de sangre y los últimos suspiros del cerdo; no vendria á cuento relatarles como lo sollaman, remojan, afeitan, lavan, abren, desentrañan, amputan, decapitan y destrozan; ni les haria gracia ninguna la descripcion de cómo puesto sobre las mesas, con cien cuchillos le van sacando la carne de todas partes, dejándole los huesos mal roidos, y luego se la cortan, recortan y desmenuzan para meterla apretadamente dentro de un intestino, nó sin cortarse el dedo alguna de las colaboradoras y mezclar su sangre con la del cerdo; y menos agradecerian nuestros lectores que siguiendo paso á paso los que le hacen dar al todo y á las partes del animal, los entretuviéramos hablando dos dias, que es el tiempo que dura esa faena, grave de suyo, y acaso la mas importante para una hacendosa y económica ama de casa. Por cuyas razones harémos gracia al lector de todos esos sangrientos y pringosos pormenores, con la esperanza de que no lo habrá á enojo. Se da por entendido que en esos dias las dos amigas que vinieron en calidad de ausiliares, comen en la casa, y aun á veces duermen en ella; mas el papel de protagonista está reservado á la mondonguera, matrona reverenda, frescota, gorda y peripuesta, que es allí el tribunal sin apelacion para decidir todas las dudas, fijar el grado de desmenuzamiento y el punto de sabor que ha de tener el gigote antes de estivarlo en los intestinos. Cuando la tal ha resuelto que todo está en su punto, se toman un par de cucharadas de la carne ya preparada, se frien y se prueban, á lo cual se llama tast y es una de las ceremonias mas augustas de la solemnidad toda. Aquella cala y cata resuelve la cuestion, se añade la especia que falta, si es que falta alguna, y se comienza á embutir á mas y mejor. Las dos amigas que tomaron parte en la funcion, al dia siguiente se encuentran en su casa con un abundante y escogido present, en que estan representadas sin faltar una, todas las partes del cuerpo del animal, y todas las obras artificiales que con su carne y sangre han sido confeccionadas. Toda la gente de la casa ha tomado parte en la funcion, aunque nó en las confecciones, pues las mugeres no permiten que los hombres se arrimen siquiera á las mesas, cosa que sin la prohibicion tampoco harian, porque no son para nosotros tales pringamientos. Si á pesar de esto se introduce en el laboratorio algun varon, cuélganle las mugeres en la chaqueta, levita, bata ó lo que lleve, el rabo del cerdo, y luego le dan una grita y hacen burla de él, y es uno de los lances mas divertidos de todo ese negocio. Si en la casa hay familia menuda, es indispensable hacer para cada individuo de ella una butifarra que esté en armonía con el tamaño de los pequeñuelos, y de ese regalo debe dejárseles disponer á su antojo. Al present hecho á las colaboradores, siguen otros á un par de casas de parientes y á tres ó cuatro de amigos, para lo cual se tiene muy en cuenta si el año pasado mataron cerdo y si enviaron present. Tambien se mide la abundancia y la clase de trozos que lo constituyen, por el número de personas que hay en la familia agasajada y por el grado de amistad ó cariño que se le profesa; de suerte que una entendida ama de casa al ver el present, conoce cuántas onzas de cariño le profesa y cuántas onzas de importancia le da la matrona regalante. A este present se contesta ocho dias despues con otro escrupulosamente igual en cantidad, calidad, colocacion y demas circunstancias.

    En la caldera en que se han cocido las butifarras, morcillas etc., queda una gran cantidad de caldo gordo y sabrosísimo que en catalan se llama brou bufat, y este se distribuye entre las vecinas de las tiendas y de los pisos altos, la tia de la cocinera, la hermana de la nodriza, una hija casada que tiene el zapatero de enfrente, la muger del sereno y otras y otras, de las cuales algunas piden brou bufat como cosa que les ahorra gasto de manteca ó tocino para un guiso, y otras por un capricho del paladar, pues convienen los aficionados en que es cosa que tiene mil sabores.

    Con esto dan fin los lances de la matanza, y el cerdo ya muy bien colgado en la despensa, entra en la línea de las provisiones domésticas, y va saliendo de trozo en trozo hasta que la familia devora el último hácia fines del verano, con no poco sentimiento del ama de casa que ve muy distante aun el dia 10 de Enero del año próximo, en que se repetirá la misma funcion con distinta víctima y con los mismos victimarios.

  • San Pablo y sus gitanos, chuchería y dentistas, niños epilépticos y barbas

    Es cosa muy original que para celebrar las festividades se hayan de comer golosinas y manjares esquisitos, cuando los santos cuyas fiestas se celebran predicaban y practicaban la abstinencia. En Navidad turrones, jaleas, barquillos y aves bien cebadas: en el dia de todos los Santos los panellets de mil formas y tamaños: en el dia de Sto. Domingo es de rúbrica comer melones; en la octava del Corpus con achaque de las procesiones hay grande gasto de vizcochos y sorbetes: en Pascua corderos; por San José requesones, y los buenos de San Antonio y San Pablo traen roscones. Y á fe que poco mas hay que decir del santo de este dia. En la parroquia de San Pablo se celebra con solemnidad su fiesta, y como los feligreses son gitanos, andan los tales un poco movidos, y comen tambien sus roscones ó tortells. Antiguamente la confeccion de estos estaba esclusivamente encomendada á los panaderos; mas desde que los barceloneses anivelándose con los hijos de otras provincias de España se han vuelto golosos y han ido naciendo pastelerías con grave perjuicio del bolsillo, y con gran provecho de los dentistas, los tales roscones se confeccionan en todas las pastelerías, á pesar de lo cual conservan el primer lugar la modesta panadería de San Jaime, cuyos tortells gozan merecida fama y contienen las mismas materias que los que salen de las pastelerías. A los de estas suele perjudicarles mucho la manteca, que si les da un agradable lustre esterior, les comunica con harta frequencia una rancidez nada agradable. Pero el hecho es que hoy todo el mundo come roscones, desde el trabajador que se concreta á uno de dos reales, hasta el opulento magnate que hinca la careada muela en uno tamaño como rueda de coche.

    En semejante dia las madres acuden á San Pablo á inscribir á sus hijos en una especie de cofradía, cuyo objeto es rogar al santo que libre á las criaturas de accidentes epilépticos. Al tiempo de inscribirse se da de limosna un real, y despues un sueldo ó sean diez y ocho maravedises todos los años.

    Junto con los roscones llega á Barcelona el frio segun lo enseñan el refran quand lo dia creix lo fret neix, aquel dicho de que los barbuts traen el frio; y por barbuts entendemos acá San Anton y San Pablo. El refran pase; mas el otro dicho, hoy no es verdad, pues si con los barbudos viniese el frio, merced á la moda hace muchos años que no tendríamos verano. Lo que hemos perdido en sencillez lo hemos ganado en barbas.

    En la noche de este dia hay baile de máscaras en la lonja.

  • La fiesta de Sta. Águeda y un refrán misterioso

    La cofradía de Sta. Águeda celebra la fiesta de su titular en la iglesia parroquial de S. Jaime. No podemos asegurar si se admiten mugeres en esta cofradía; pero si dice verdad el refran, que por tan sabido pasamos en silencio, no es en este pais donde puede ser menor el número de las que se inscriban.

  • Los dentistas y la fiesta de su patrón, santa Apolonia

    En el año del Señor 1839 un cirujano de la villa de Sancti Spiritus en la provincia de Badajoz hizo saber á la Diputacion provincial de Sevilla, que habia encontrado un remedio seguro para curar el dolor de muelas, remedio que consistia en apretar entre los dientes el mástil de una guitarra en la cual otra persona tocase una contradanza. El remedio era barato, ingenioso, fácil y divertido, mas tenia un pero, y es que no hacia ningun efecto.

    Como el cirujano de Sancti Spiritus, ha habido otros muchos que sin ser cirujanos han dicho que el dolor de muelas se curaba de seguro con esto ó con lo de mas allá, y al mismo tiempo hemos visto crecer el número de dentistas; de suerte que no parece sino que los remedios han aumentado el mal. Desengañados de tales específicos, los hombres han vuelto al antiguo refran, al que le duela la muela que se la saque. Lejos de nosotros negar la virtud de las plantas y de los minerales; pero creemos que por ahora no se ha hallado remedio contra las jaquecas ni contra el dolor de muelas.

    La piedad aclama como abogada para librarnos del último de estos males á santa Apolonia, cuya fiesta celebra hoy la Iglesia. Nosotros recomendamos que se tenga devocion á la santa; mas si á causa de nuestros pecados no merecemos que interceda para que cese el dolor de muelas, que es en verdad un tormento atroz, entonces lo mas seguro nos parece acudir á los Sres. Centena, Barbier-Bergeron, Appignani, Bruguera ú otro de sus cofrades para que apliquen el antiguo medicamento, al que le duela la muela que se la saque.

  • Maravillas y costumbres de la primavera

    La primavera se adelanta y la naturaleza se sonrie á nuestros ojos, desplegando todas sus galas y toda su magnificencia. Las mieses muestran ya su espiga lozana formando la esperanza del labrador, que al cerrar su puerta deja todas sus riquezas fiadas á la buena fe de los hombres y á las alteraciones de la atmósfera. Para prevenir la osadía de un malévolo tiene un perro; para alcanzar el favor de la Providencia divina tiene el fervor de sus oraciones; y pensando en la oportunidad de la lluvia, no deja de repetir durante el dia y á todas horas el refran: per maig cada día un raig.

    El verdor de los campos, la fragancia de las flores, la frescura del aire, el ardor de los rayos del sol que inflama los corazones, todo convida al muelle goce de los mas puros placeres. La antigua Grecia cuya mitologia no ha tenido rival al tratarse de materializar las ideas, consideraba la mansion de los bienaventurados en una perpetua primavera, y las bellas artes representaban esta estacion bajo la figura de una hermosa ninfa teniendo una guirnalda de flores en las manos, y sentado á sus pies un cupidillo reconociendo la punta de sus flechas. El hermoso espectáculo que presenta la naturaleza durante la primavera, no puede menos de llamar la atencion del hombre, quien al olfatear una flor ó al tender la vista por la campiña, sin echarlo de ver quizá, rinde un homenage de admiracion al Criador.

    No somos por acá tan sordos á la voz de la naturaleza, y por esto salimos los barceloneses á gozar en ciertos dias y en ciertas horas del bello espectáculo que nos ofrece. Ya durante este mes comienzan á venir á Barcelona los habitantes de otras provincias que acuden a tomar baños de mar y anticipan su viage para gozar de las procesiones del Corpus, célebres en Barcelona como lo son aqui todas las procesiones.

    Hanos parecido muy á propósito el dia 1.° de mayo para poner á nuestros lectores al corriente de las costumbres propias de la primavera , porque al cabo es dia 1.° y por consiguiente privilegiado, y le hallamos colocado casi en la mitad de la estacion. Por otra parte nuestras razones tenemos para no haber dado cuenta al lector de las costumbres de primavera el dia en que esta tuvo principio, porque una de ellas mal se aviene con las sábanas, y las mañanicas de abril son muy buenas de dormir, segun reza el refran. Y no decimos esto asi, á humo de pajas, que ya verás, lector querido, cuán á pelo viene.

    Supon un domingo ó disanto: debes levantarte á las siete, por lo tanto vestirte al desden, que es como si dijera un franchute á la negligé, ir á misa, y luego dirigirte á la Rambla donde está el mercado de las flores. Allí las ramilleteras te convidarán con las mas vistosas producciones de la naturaleza; y las bellas barcelonesas, las madrugadoras, te convidarán con los atractivos con que la estacion y, mas que todo, la hora las engalana. Su trago y su tocado al desden, su desden nada esquivo, y la color del rostro pálida como la azucena. Allí te parecerán mejor estas jóvenes, que en el paseo de invierno adornadas con todas sus blondas y sombreritos, con sus narices rojas, efecto del aire frio, y sus ojos dormidos y su gesto lloron, efecto de los rayos del sol. Y cuenta que á las madrugadoras debe de alcanzárseles muy bien, que á la muger, mas que las galas que cercenan las fortunas , le valen la amabilidad y sencillez, que nada cuestan. Obséquialas , queridísimo lector, obsequia á esas bellas en cuyo trage no hay ficcion, en cuyo rostro no hay doblez; obséquialas con un ramillete, y no te pesará. Y vosotras, lindísimas criaturas, aceptad los obsequios de esos jóvenes, y apartad la vista de esos camastronazos de á 40 del pico , que pasean primero, y se pierden despues entre las filas de puestos del mercado de la Bocaría, saben ellos por qué, y lo sabemos nosotros, aunque no nos cumple por ahora decirlo.

    Si no tienes , querido lector quien te dispierte para madrugar, nada temas que no falta en esta ciudad quien en la presente escion lo hace sin reparar en ello. Es el tal un labriego que arrea un borriquillo cargado con un seron donde conduce algunas vasijas, que al amanecer llena del agua ferruginosa de algunas de las caña desde el mas añejo entremés hasta el mas romántico drama de nuestros tiempos, y desde el mas devoto novenario á las peores coplas que puede escribir la pluma mas mugrienta y asquerosa mojada con la tinta mas fétida que confeccionarse puede. Esas tiendas de quita y pon, llamadas paradas de romansus, dan una perfecta idea del estado en que se halla entre nosotros el gusto por las obras literarias, y no añadimos de las costumbres del pais, por no llamar la atencion de la autoridad, quien puede tomarlo á pechos, y hacer pasar las sobredichas coplitas por debajo de la mas rígida férula censoria.

    Pero echamos de ver, lector querido, que con este introito vas á llamarnos al órden. Nó, nó, nada temas, volverémos al carril. Vas á verlo. Dirigímonos tambien algunas mañanas hácia el paseo de San Juan ó de la esplanada, y huroneamos en los puestos de ropavejeros que allí se colocan, y á cuyo conjunto suele darse, quizá irónicamente , el nombre de Fira de Bellcaire, y leemos toda suerte de librajos que hallamos ya tirados por el suelo, ya dispuestos en desordenado órden sobre una desvencijada mesa. Otro tanto hacemos en los Encantes los lunes, los miércoles y los viernes de cada semana, que son los dias en que se permite á los prenderos y chamarileros la venta de sus géneros adquiridos en una almoneda de un eclesiástico que murió intestado, ó en la de un solteron que legó su ajuar á el ama de gobierno, ó en la del mercader declarado en quiebra, ó del empleado nómada á quien se le destina al otro estremo de la península.

    En aquellos puestos se pueden comprar á la voz de los corredores, objetos nuevos y renovados, viejos que parecen nuevos, y nuevos que pudieran ser buenos. El anticuario adquiere allí por poco dinero un objeto de gran valor, el cómico compra allí lo que no halló en las tiendas, el aficionado á los muebles por el gusto del siglo de Churriguera (Dios le bendiga al aficionado) compra allí sillas y mesas rotas y raidas para darles nuevo lustre, y hacerlas figurar en su salon que llama á la renaissance, y el aficionado á la lectura hojea libros buenos y malos, y los compra por la mitad del precio que pidió el vendedor, ó por el valor que este conoce que le da el comprador.

    Al número de estos aficionados tenemos la desgracia de pertenecer, y héte aqui que dias atrás dimos con un cuaderno descuadernado, manuscrito, redactado en catalan, en cuya primera hoja se leia: Diari den Pere del aguait 184…. (el último guarismo se pierde en el mugre del sobado borde del papel). Poco debe importar el precio en que lo mercamos.

    ¡Grande adquisicion! dijimos para nuestro capote. Esto aumentará el volúmen de nuestros mamotretos, y al paso que ha de ahorrarnos trabajo, ha de proporcionar solaz al público, cuando insertemos en nuestro Añalejo, vertidos en lengua española, algunos de los renglones que hagan referencia á nuestro pais. Por de pronto ahí va el artículo del 3 de mayo en Barcelona.

    He salido á la calle llevando del brazo á mi hermana, y nos han acometido distintas veces enjambres de niñas, y entre ellas algun niño, con sendos platos cubiertos de rosas en las manos. En ademan de pedir limosna, me han interpelado las que á mí se han dirigido con este piropo: Vosté senyó galan que te cara de diamant, un dineret per Sta. Creu: y los que á mi hermana se han dirigido le han dicho: Vosté Sra. hermosa que te la cara de rosa, un dineret per Sta. Creu.

    Pesadillos han estado algunos de los tales chicuelos, y hannos seguido largo trecho repitiendo sus obsequios, y estos han sacado estrena , que es ya subido que pobre importuno saca mendrugo, segun el refran nos dice.

    Hemos entrado mi hermana y yo en una iglesia á oír misa , y he ido á la sacristía para saber en qué altar se celebraría, y cuatro monacillos pedigüeños por demás, me han acometido con la cantinela arriba transcrita. A mi vez he querido tomar represalias, y asiendo por el cuello de la sotana al que mas vivaracho me ha parecido, le he ofrecido buenas estrenas si confesaba en qué queria emplear aquel dinero. Halo confesado, que el muchacho era lenguaraz de sobras, y hame dicho — ¿no ve V. aquel altarito que hemos guarnecido en aquel rincon, con aquellos floreros y con aquellas velitas? pues allí al pie depositamos lo que recogemos, y el capital sirve para una merienda. Y no somos nosotros los únicos que se ocupan en el dia de hoy en este negocio; porque vea V. , mi hermana con las chicas de la vecindad hacen lo mismo, y tambien guarnecen un altarito, y luego meriendan á la salud de qué sé yo, á la salud de su estómago.

    Pedigüeña es la costumbre ; inocente es por demás, y trasciende hasta el interior de las familias. Por lo que he visto en las casas en donde hoy he estado de visita, no he podido menos de compadecer al barcelonés á quien Dios le ha dado sobrinitos que obsequiar, ó ahijados que contentar, ó deudos con quienes cumplir, porque al salir de casa, debe llenarse los bolsillos de monedas para responder á todas las exigencias y compromisos en que puede verse atollado.

    Esta es la traduccion. Si es buena ó mala júzguelo el público, pues por lo que á nosotros atañe, solo podemos decir que es fiel y exacta. Si es mala, consolarános la idea de que no serémos los únicos malos traductores que á destajo embadurnan papel en nuestros tiempos.

  • Fiesta de San Pancracio; la pereza de los catalanes

    Un dicho está en uso en este pais, el cual dicho revela por sí solo el carácter y las inclinaciones de los habitantes. San Pancrás, salut y feina. Hé aqui el dicho que es una profesion de fe civil de nuestros antiguos catalanes, quienes solo pedian salud y trabajo. Muchos son los que hoy tampoco desean otra cosa; mas por desgracia de todos, los hay en abundancia que en vez de pedir lo segundo piden otras varias cosas, que al fin del año no pocas veces les darán resultados peores de los que á sus abuelos dió el trabajo. No puedo decir por qué se invoca á san Pancracio al pedir esas dos cosas, mas alguna relacion tendrá eso con el santo, cuando el dicho lo reza, y cuando en el altar inmediato y á la izquierda del mayor en la iglesia del Pino hay dos cuadros que confusamente indican algo de la materia.

    Bendito sea san Pancracio, cuya fiesta se celebra hoy, y sea nuestro intercesor para que todos tengamos trabajo, ya que Dios nos condenó á comer el pan con el sudor de nuestro rostro, y ya que la esperiencia enseña que el hombre que huye del trabajo se encuentra con trabajos, peores por su número y por sus consecuencias que el trabajo de que quiere librarse.

  • Fiesta de san Modesto, mártir

    Dice el refran que fray Modesto nunca llegó á ser prior, lo cual en buenas palabras viene á significar que el hombre modesto no medra, y por lo mismo casi viene á aconsejar que no seamos modestos. Se conoce á la legua que el refran es antiguo, y á buen seguro que si hoy debiese inventarse no se inventaría, porque la modestia como algunas otras tonterías de los viejos, ha desaparecido. ¿Quién no se cree bueno para gefe político, corregidor, capitan general, ministro, juez intendente, diputado y para todo? ¿Quién es tan modesto que no se juzgue nacido á propósito para gobernar, no solo una nacion sino la Europa entera? ¿No nos lo estan diciendo asi los infinitos gobernadores que vemos en todas partes? ¡Cuánto ministro, cuánto gefe político, intendente, general etc. etc. y sobre todo cuánto legislador! Pues entre todos no bay uno siquiera que no se repute muy apto, pues á no ser asi dejaría el oficio; y yo creo muy bien que todos lo son, y sino venga Dios y diga si en España los legisladores no hacen leyes, los intendentes no cobran contribuciones, y si cada uno de los demas no hace lo que atañe á su destino. Pero el hecho es que no son modestos para decir no quiero porque no soy bueno, porque no sé, porque no lo entiendo bastante, ú otra frase modesta por este estilo, y hé aqui por qué todos llegan á ser priores, haciendo de todo punto inútil aquel antiguo refran, bueno para los tiempos en que el 999,999 por millon de los hombres eran unos zopencos. Ahora no hay tontos ni modestos, por cuya razon el bueno de san Modesto, cuya fiesta celebra hoy la Iglesia se ha quedado sin clientes.

  • Per juriol ni dona ni caragol, pero ¿por qué?

    Un refran se usa en el pais, cuyo orígen no sabemos, cuyas causas tal vez adivinamos, y de cuya paridad no queremos salir garantes. Per juriol ni dona ni caragol. ¿Qué cualidades comunes pueden tener la muger y el caracol? Como cosas de comer, ni se comen las mugeres, ni sabemos que se indigesten. Tampoco llevan la casa encima como los caracoles, ni por las mientes se nos ha pasado que echen cuernos, como estos lijosos animaluchos. ¿Cuáles son las causas de la paridad? No estamos seguros de comprenderlas, por esto no las continuamos.

  • Fiesta de Santa Magdalena; empiezan los cólicos de la avellana

    La Iglesia celebra en el dia de hoy la fiesta de santa Magdalena.

    Per santa Magdalena l’avellana es plena, dicen en el país. Cuarto creciente de cólicos causados por los atracones de esta fruta, que en esta temporada está en su debida sazon.

    Entramos en la canícula, época de flojedad y modorra.

    Funcion en las Arrepentidas, y en la iglesia de religiosas de san Agustín, cuya titular es la santa del dia. La feria de juguetes que tiene lugar en las inmediaciones del convento no merece mentarse, tan poco es el concurso de vendedores y compradores.

  • Fiesta de los santos persas Abdón y Senén en la puerta de San Antonio

    San Abdon y san Senen.
    Los hortelanos de la puerta de S. Antonio celebran en la iglesia parroquial del Pino la fiesta de estos santos, á quienes tienen por patronos.

    No cabe duda en que este patronazgo es el origen del refran que se usa en el pais: san Non y san Nen pebrots y tomatechs.

  • Asunción de María, fiesta mayor de Gracia

    Las funciones religiosas que tienen lugar en el dia de hoy con motivo de celebrar la Iglesia la fiesta de la asuncion de la Vírgen N.ª S.ª son muchas; de modo que su número iguala casi al de los templos que se cuentan en la ciudad. Sin embargo esceden á todas en magnificencia y solemnidad las de la Sta. iglesia catedral y de las parroquias de Sta. María del mar, y de Ntra. Sra. de los Reyes ó del Pino.

    Hoy es la fiesta mayor del barrio estramuros de la ciudad llamado de Gracia, con cuyo motivo hay solemne funcion en su iglesia parroquial, bailes en la plaza (balladas), y en varios salones. Oportuna ocasion es esta para dar á nuestros lectores una idea de lo que son las fiestas mayores de los pueblos de esto llano, puesto que el tal barrio tiene, digámoslo asi, una existencia anómala, porque sin hallarse dentro de los muros de la ciudad, forma parte de ella, y por consiguiente está bajo la jurisdiccion do nuestro Añalejo: y siendo un barrio de la misma, conserva las costumbres de los pueblos y aldeas inmediatas.

    Demos por concluida la funcion de la parroquia, que es mas ó menos solemne segun las circunstancias políticas, financieras (perdónese el término), y segun el gusto del párroco y humor de los parroquianos. Y si la damos por concluida es por no meternos en lo que no nos cumple, y sobre todo por ahorrarnos el trabajo de encarecer lo reducido de aquel templo, el calor que en él se sufre y los pisotones con que mutuamente se obsequian los concurrentes.

    No podemos sin embargo pasar por alto la gravedad del payés antenapoleoniano, con su chaqueta y calzon negros, su chaleco de terciopelo rayado y boton de cascabel de plata, ceñidor de seda, polainas de cuero encima de unas medias cenicientas que en mejores tiempos usó de seda, zapatos con grande hebilla de plata, gaban de paño, el pelo recogido en una redecilla, y sombrero de copa baja con alas de á medio palmo. Tipo es este del cual el cambio de costumbres no ha dejado en nuestros tiempos mas que algunos pocos ejemplares para muestra de lo que fue, porque en las ediciones modernas si bien se ha consentido el calzon, pero se le ha refundido en un pantalon zanqui-corto, se ha desechado la redecilla, se ha cortado la coleta, y se ha preferido dejar al aire la calva tal vez para tener mayor espacio en que formar la primera cruz al santiguarse. Esto es en cuanto á lo añejo, á la generacion de antes de la venida de Cárlos III á España y antes del rebombori del pa (1); que en cuanto á la generacion que domina, á la generacion que nació despues que muriese la Inquisicion, y despues de haber empezado la gloriosa lucha da la libertad contra la tiranía, este es otro cantar. El jóven payés ha desechado aquel pantalon de anchos cañones ajustado al cuerpo hasta los sobacos, y aquel simulacro de chaqueta de cuello derecho, y en cuyas espaldas apenas babia la tela suficiente para unir las dos mangas, y se ha vestido segun los figurines franceses, y solo le falta que cuelguen los dos faldones de su chaqueta para no distinguirse del pisaverde que marea los árboles de la Rambla con sus continuados paseos. La jóven payesa, que en los dias de labor la habrémos visto quizá atravesar senderos y saltar ribazos sufriendo impertérrita los abrasadores rajos del sol vistiendo una ligera saya de indiana, la vemos entrar hoy muy espetada en las iglesias zarandeando que no arrastrando sedas, y guardando melindrosa su cútis de los rayos del sol con su abanico, y quizá con una sombrilla.

    Si hubiéramos escrito el Añalejo 16 ó 20 años atrás, hubiéramos hecho aqui mencion especial del contrapás, danza que tenia lugar inmediatamente despues de concluida la funcion de la parroquia. El contrapás es el baile serio de los payeses, que se bailaba con toda la gravedad de que puede ser capaz una danza, dando las parejas sueltas algunos pasos hácia adelante y otros hácia atrás, repitiendo la misma ceremonia hasta haber dado la vuelta al rededor de la plaza. Los recien casados salian á lucir sus galas en el contrapás, siendo objeto de la curiosidad de unos, de la crítica de otras y de la envidia de todos. Bailaban, ellas con la mantilla puesta, un ramillete de flores en una mano, y el abanico en la otra; ellos con su gaban ó capa y sombrero puestos por mas que el sol achicharrara. Concluido el contrapás quitábanse ellas con donaire su mantilla, arrebujaban ellos su capa, y se daba principio á la contradanza.

    Poco despues del mediodía dábase tregua al baile para ir a comer y saborear los capones, los ánades, pavos, etc. que la mano de la ama de casa habia sazonado en sendas cazuelas con sus correspondientes especias, y con lo que, al paso que se celebraba la fiesta mayor se obsequiaba á los forasteros.

    Pero en el dia todas estas ceremonias van desapareciendo por puntos, no quedando de ellas mas que unas ligeras reminiscencias, y se han dejado para los pueblecitos en que la patarata de la civilizacion no ha alcanzado civilizar á sus vecinos. El barrio de Gracia en aquellos tiempos no era mas que una aldea, y perteneciendo en el dia á la ciudad quiere parecerse á ella, al paso que siente dejar sus costumbres de loque fue un tiempo.

    Despues de comer empieza de nuevo el baile en la plaza. El ball rodó, las contradanzas españolas y los valzes son las únicas danzas que allí se permiten. Para poder bailar es preciso que se adquiera éste derecho comprando un ramillete de flores ó un abanico en la mesa que se halla colocada al pie del tablado de los músicos, cuyo ramillete ó abanico debe regalarse á la pareja que se escoja. El producto de esos regalos sirve para la iluminacion y funciones con que se obsequia á la Virgen, de lo cual cuidan las jóvenes casaderas, de entre las cuales se nombran las sacristanas con el encargo de ceder á una sociedad de payeses (colla) por una cantidad alzada el derecho de dar el baile en la plaza: Estas sacristanas estan obligadas á recoger las limosnas que durante el año dan los vecinos, y hé aqui por qué bien ataviadas y bien dispuestas, con cara de pascuas se presentan los domingos del verano en las quintas de los particulares á la hora en que estos se hallan de sobremesa, á pedir para la iluminacion de la Virgen, cuya imágen llevan muy encintada y enramada en una bandeja cubierta de flores. —Tú, lector querido, que te encuentres en un lance como el que acabamos de mencionar, no te llames andana; y cualesquiera que sean tus creencias, da tu limosna, que al cabo es por amor de Dios. A eso se llama adorar al santo por la peana adorar al supremo Hacedor en sus obras. —Cuando las collas no habian adoptado el medio de dar los bailes en salones, el baile de la plaza estaba mas concurrido, y entonces el producto de los ramilletes y abanicos era algo mas crecido: por esto las sacristanas se ven en la precision de que la cuesta rinda en el dia mayor producto, escitando el celo de los devotos por los medios que les dicta su talento, á fin de que sean mas crecidas las limosnas.

    Como hemos dicho otras veces, los bailes de los payeses van tomando con los rigodones y polcas un carácter distinto del que deberían tener, y van perdiendo mucha parte de su fisonomía particular. Lo único que han conservado los payeses es no cambiar de pareja durante el baile. Mucho será que el espíritu enciclopédico, variable, veleidoso, en una palabra coqueton de la época, no ejerza su indujo sobre esta costumbre. En esta parte los bailes de la sociedad llamada culta, ha rendido
    parias con sobrada sumision al tal espíritu, de modo que hasta incurren en la nota de ridículos y babosos los que por quererse bien, danzan, juntos dos ó tres veces durante un baile. Pero no nos metamos en comparaciones ni paridades: á su vez hemos rezado lo que pasa en estos bailes y fuera aqui inoportuno. Cada cosa en su tiempo y los nabos en adviento dice el refran, que tambien por la oportunidad nos viene en gana traducir aqui libremente en lengua del pais, cada cosa en son temps com las figas al agost. ¡(Qué cosas tienen las lenguas!)

    Para concluir este artículo ligero, como de verano, solo debemos hacer mencion de otro refran que tiene como el que acabamos de decir, analogía con el mes en que estamos, y no solo con el mes sino tambien con el presente dia: per la Mare de Deu de agost á las 7 ya es fosch. Verdad de Perogrullo que no necesita comentarios, y que nos ahorra mas de cuatro palabras, y por consiguiente mas de cuatro oportunidades en que pueda el muy ladino criticon hincar su afilado diente.

    El domingo que sigue á la fiesta del presente dia, celebra la Iglesia la fiesta de S. Joaquin, padre de la Vírgen Ntra. Sra. Funcion en la parroquia de Sta. Ana.

    (1) Alboroto popular con motivo de la carestía y mala calidad del pan que se notó en Barcelona poco antes de la guerra que en 1792 tuvimos con los franceses.

  • La tiranía de las actuales circunstancias, los baños y las aguas, un viaje a Francia en buque de vapor

    Las generaciones que en la actualidad pululan sobre la tierra estan presenciando la caida de todo lo que existia en los tiempos de nuestros abuelos; esto en cuanto á los que presencian, que en cuanto á los actores en el drama, allá se van en número, si no escede. Pero prescindiendo de esta cuestion, es lo cierto, que el grito de alarma está dado.

    Recedant vetera nova sint omnia, latinajo mas manoseado que mango de escoba, y que vale tanto como decir: enhoramala lo añejo, venga lo nuevo. Y cuenta que no solo se dirigen los ataques á lo añejo, sino hasta á lo que tiene visos de tal, de modo que á cualquiera cosa que se tenga mala voluntad, no hay como darle una genealogía que remonte á dos siglos atrás, y asunto concluido, se lo llevará la diabla como tres y dos son cinco. Vean Vds. sino, lo que ha sucedido con la tiranía, y los abusos y los yugos. A dos por tres (lo demostramos todo matemáticamente) se le antojó á un quidam ó á un periodista que todo se sale allá, decir que todo esto era añejo y rancio y chocho, y no hubo mas, vino al suelo irremisiblemente. Pero la tiranía que no ha caido, el abuso que no se ha desterrado, el yugo que no se ha roto y que no solo ha quedado en pié tal vez para muestra, sino que no ha sufrido el menor ataque, es una tiranía la mas tirana de las tiranías, un abuso el mas perjudicial de todos los abusos, un yugo el mas pesado de todos los yugos que pueden uncirse á la mas recia y enhiesta cornamenta, las actuales circunstancias.

    Desde que el hombre se halló comprometido á hacer lo que no pudo ó no le vino en gana, existen actuales circunstancias. Ved, amables lectores, cuántos siglos cuentan de antigüedad estas buenas señoras; y bajo cualquier aspecto que se miren, su tiranía está patente. Por las actuales circunstancias no puede disfrutar el pais las ventajas de las leyes ni de las instituciones ; por las actuales circunstancias no se toma tal ó cual carrera; por las actuales circunstancias no se atreve uno á casarse (échele V. un galgo al socarron); las actuales circunstancias impiden hacer ciertas especulaciones ventajosas; las actuales circunstancias le dejan á uno el bolsillo mondo y lirondo; las actuales circunstancias no permiten que tengamos dos ó tres mil compradores del Añalejo; y las actuales circunstancias en fin hacen contraer ciertas costumbres, que de otro modo no solo no se contrajeran sino que merecerían la reprobacion de la mayor parte. Vamos á esplicarnos.

    Para muchas dolencias crónicas sobre todo de aquellas que segun las edades de los que las padecen cambian de nombre, está reconocida la eficacia de las aguas ferruginosas y de las sulfurosas y de las carbónicas y de las termales y de las salobres del mar. Verdad es que para los mas las aguas y los baños solo son un pretesto para descansar de las tareas que los ocupan durante el año, porque los establecimientos de aguas y baños ofrecen la ventaja de gozar de la libertad del campo sin salirse de la sociedad en que se vive. Que los baños y las aguas no son sino un pretesto para mudar de método de vida, que por bueno que sea el que comunmente se sigue siempre es monótono, está á la vista si se atiende á que los forasteros se vienen á Barcelona á tomar baños, mientras los barceloneses se van á tomar baños y aguas á Caldas, á Caldetas, á la Puda, á San Hilario, á la Espluga y á Argentona; esto se entiende siempre mientras lo permita el tirano del mundo, las actuales circunstancias. Empieza la primera temporada despues de la octava del Corpus, y la segunda en los últimos dias de la canícula. De los baños correspondientes á aquella rezamos cuanto era debido en los artículos de la octava del Corpus; y estando para salir la canícula, de derecho les corresponde este lugar á los pertenecientes á esta.

    A las actuales circunstancias es debido el que á los muchos establecimientos de aguas y baños del pais se bajan preferido los ultra-pirenaicos; y cuenta que si con respecto á esta preferencia decimos actuales circunstancias, lo mismo pueden ser de ayer que de hoy que de mañana, porque el epíteto está tan íntimamente unido al sustantivo, que sin él perdería este toda su sustancia. Ya es costumbre por no decir que está de moda, en la temporada de verano el pasar á tomar los baños á Vernet en Conflent en el otro lado del Pirineo, lo que tiene el doble mérito de estar en pais estrangero. Ya es muy vulgar el ir á tomar baños y aguas á los establecimientos del país. Ya se ve, estan maldispuestos, tan mal servidos… en una palabra, el buen tono no lo permite porque este otro tirano obliga á cargar con todo el ajuar doméstico que tiene relacion con el vestuario, llevar cofres y mas cofres llenos de esencias y pomadas, y sombrenlos de negligé y de sacíeté y de soirée, (perdona lector que hablamos de Francia). Esto sin contar la exigencia de las actuales circunstancias, de tener que hacer el viage por mar, exigencia cuyos lances, Dios mediante, no se nos han de quedar en el tintero, haciendo mencion de ellos á continuacion del presente artículo.

    Pero por mas que el buen tono pretenda introducirse en los establecimientos á donde llama á sus esclavos, las circunstancias le obligan lo mismo en Francia que aqui á ser menos exigente que en las poblaciones donde se tiene la residencia; y por esta razon muchos puntos de contacto tiene la sociedad bañista de Vernet con la de los establecimientos de nuestro pais.

    Las relaciones que se contraen en todos los establecimientos de aguas y de baños son poco duraderas como de aguado origen. Llega uno al establecimiento, y es amigo de todo el mundo, y todo el mundo se hace su amigo; hasta cuidados mutuos se prodigan los concurrentes ni mas ni menos que si hubiesen empezado juntos el a. b. c. La franqueza, la liberalidad, los goces honestos, todas las virtudes sociales parece que reinan en los establecimientos de aguas y baños. Hoy se prepara una merienda, mañana se hace una romería, pasado mañana se da un baile, sin que ninguna etiqueta del buen tono se cruce para interrumpir el curso armónico de la acuátil sociedad. Hasta las mugeres viven juntas y son amigas. Llega el día de la partida: — en tal calle n.º tantos tienen Vds. una casa á su disposicion. — Vengan Vds. á vernos. — Llegan á la ciudad: se obsequian mutuamente con una visita, ya no hecha á una hora de franqueza, sino ala que el buen tono prefija. Verdad es que parece quieren reproducir la libertad de la temporada de los baños, pero no lo consiguen, porque en esto tambien ejercen su poderosa tiranía las actuales circunstancias.


    Suponte, lector querido, ó queridísima lectora, que las actuales circunstancias te obligan á ir á Francia á tomar baños ó á beber aguas, y que otras circunstancias actuales tambien, como por ejemplo, realistas, carlistas, trabucaires, matinés, ó lo que sean, te aconsejan que hagas el viage por mar, á fin de no arriesgarte á dar con esos señores, de quienes cada uno cuenta mil cosas que te disgustan. Dando pues por sentadas y por simultáneas las actuales circunstancias de las dos clases, te encuentras en el caso preciso de ir á tomar baños ó á beber aguas á Francia, y de hacer el viage por mar, viage que yo tengo por cosa averiguada que lo harás en buque de vapor, pues eso de barcos de vela es muy ramplon, prosaico y anticuado.

    Quisiera yo saber si hay alguno de mis amados lectores, sean varones ó hembras, que no haya viajado nunca en buque de vapor. Si lo hubiese, puede hacerse cargo de que no ha probado cosa de gusto. Por supuesto que dejo á un lado eso de levantarse dos horas antes de lo regular, y doy al viagero por levantado y vestido y encaminado hácia el muelle nuevo, que no es poco darle todo esto por hecho. Atraviesa un angosto puente sorteando los cuerpos de curiosos que entran y salen, del faquin que viene con el baul ó la maleta que debieron embarcarse la tarde antes, y concedo que sano y salvo
    llega al fin de la tabla y pisa la cubierta del buque. Allí todo es confusion, voces, algarabía y falta de inteligencia, de suerte que mas que otra cosa parece un fac-simile de sesion parlamentaria. El capitan pide pasaportes, y entre la multitud tiene que ir pescando á los viageros con tales dificultades, que no parece sino que busca un hombre de bien. Suena una campana, y se manda salir á todos los que no emprenden viage; pero ellos continúan hablando y entrando cofres y mas cofres, y vienen y van personas. A todo esto, los que llegaron primero toman posesion de los bancos, cogiendo para el caso de marearse, ese instrumento recolector igual á una sarten sin mango, cubierto con una tapadera cóncava en medio de la cual hay un agujero redondo por donde se va destilando lo que arrojan los ciudadanos mareados. Continúa el ruido y el no entenderse ni poder dar un paso, hasta que el segundo toque de campana obliga á despejar á los bienaventurados que se quedan en tierra. Aqui entran los abrazos y los besos y los lloros y los mocos y los encargos de saludos y los adioses y los ahures y—cuida el chico,—y no dejes de escribir,—vuelve luego que puedas—y las recomendaciones al capitan del buque, y otras mil zarandajas, cuya esposicion seria nunca acabar. Marchan aprisita, retiembla el movedizo puente, y salidos en fin todos los profanos, quedan en el buque los que pagaron para que los mezcan segun sea la mar y el viento. En fin se suelta el último cabo, las palas comienzan á azotar el agua, y el buque se separa de la tierra. Alzanse pañuelos, y otros pañuelos responden, y quiere Dios que al cabo se den todos por despedidos. Ya se marcha.

    Ola! las ruedas se paran; nos detenemos. ¿Qué será? Un viagero dormilon ó una viagera elegante que habiendo acudido á esta cita mas tarde de lo que suelen á otras, vienen en una lancha y se los aguarda. Llegan, traen equipage , sube este, suben ellos, el buque está parado, se pierde tiempo y por uno ó dos se incomoda á doscientos. Ya estan dentro, se alza la escala, se cierra la porta y al fin echamos á andar de veras. Comienza el viagero á pasear una ojeada por los rostros de sus conavegantes, y no ve mas que caras nuevas: este va á Francia, aquel pasa á Italia, uno viene de Málaga, otro de Alicante y otro apenas ni él mismo lo sabe. Casi todos los viageros estan tan frescos y tan alegres, salvo una corta minoría cuyos individuos dejan aqui alguna cosa que les interesa, ó van á punto en donde no les interesa cosa alguna. Todos estan en cubierta y hácia la popa contemplando como la tierra va nivelándose con el mar, y acaba por perderse de vista. Los jóvenes dirigen la visual á las muchachas, y aun se les arriman con aquella libertad que solo dan un día de campo y un viage. Todos los viageros estan animados; pocos temen marearse; sin embargo como siempre hay gentes que se previenen para lo que pudiere tronar, una que otra señorita saca un limon y lo muerde para abrirle un boquete, nó precisamente porque eso prive de marearse, sino para neutralizar el hedor del carbon de piedra de cuyo humo sale una buena parte por la base de la chimenea. — Se marea V.?— Nó señor, al menos no me he mareado otras veces. — Ha viajado V. en vapor? — Nó, sino en buque de vela. — Entonces no tenga V. cuidado, en barco de vapor se marea uno menos. — No lo crea V., este temblor marea mas que el movimiento regular de un barco de vela, y luego ese humo, ese humo —Es buen preservativo el limon? — Dicen que sí. —Ca! no lo crea V.: eso es lo mismo que la carabina de Ambrosio cargada de salvado.—Sin embargo en teniendo limones yo voy segura de que no he de marearme. —¿Ha comido V. alguna cosa?—Nó señor, estoy en ayunas; pero voy á tomar una taza de té, pues dicen que eso dispone bien el estómago. — Para marearse, interrumpe un militar de los que comieron el rancho que los franceses tenian preparado para ellos en Bailen. — Perdone V., tomando té no tenga V. cuidado. —V. hará lo que guste; mas si toma V. té , dése V. por mareado. Otra cosa seria si tomase V. una taza de caldo.—Amigo mio, dice un jóven á quien no le hace gracia que el militar le intercepte el paso hasta la linda viagera , yo tengo en esto mucha esperiencia, y le aseguro á V. que el mejor preservativo es un buen almuerzo. — Eso no prueba á todos, observa un empleado que va á Francia á gastar sus ahorros y los agenos, lo mas seguro es tenderse en la cama antes que se sienta uno mareado, estarse quieto, taparse bien la cabeza y no haya miedo. — Se siente V. mala ? — Nó señor; pero á la verdad me incomoda el humo, y aun mas que el humo esos jóvenes que meten tanto ruido. —Qué quiere V.! como que no se marean. — Oh! eso es muy bueno ; yo me distraigo , canto , no paro un momento, porque en logrando uno estar siempre distraido, se está tan seguro á bordo como en casa. — Esa señorita se ha dormido!—Nó señor , estoy muy dispierta , pero sé que en arrebujándose una en un rincon sin menear pie ni mano y con los ojos cerrados está salvada.— V. no se marea?—Nó señora, yo soy de bronce, hijo de puerto de mar, he viajado mucho y de todos los modos como puede viajarse, y siempre tieso. — No tiene V. poca suerte.

    Y de este modo se continúan las conversaciones, y la broma y la franqueza, y todo el mundo se alimenta de esperanzas, salvo algunos que van á alimentarse con el pescado frito ó el viftech de la cocina del vapor, dentro de la cual nada está tan asado como la carne del fondista. ¿No te parece, querido lector, ó amada lectora, que es muy salado eso de viajar en vapor? ¡Ah! sábete que los viages en vapor son como los ministerios; todos prometen mucho y suelen acabar por ensuciarla. En lo mas animado de la bulla una señorita sentada en el banco verde y en la esquina inmediata á la escalera de estribor, palidece de repente, se pone la mano en la boca del estómago, le dan trasudores, y escondiendo la pupila bajo el párpado superior, saca el pañuelo y anda buscando con los pies esa sarten vomitoria de que nó en vano sehabia provisto. —¿Qué tiene V., señorita? — ¡Ah! me muero, me muero. — Se arrodilla, baja la cabeza, y allá va la cena de la noche anterior. Es la señorita del limon. Se acabó la jarana, no se oye una palabra, la mitad de los viageros han desaparecido, y los demás se van tendiendo por el suelo, porque en los vapores muchos viageros no tienen mas recurso que estarse en pie ó revolcarse por la cubierta. Vuelve uno la vista y echa de menos á los que cinco minutos antes daban y recibian conversacion. Pero señor, ¿qué se ha hecho esa gente? Todos los que tenían litera se han metido en ella nó por otra cosa sino porque estaban mareados. A la derecha yace moribundo el amigo de los vapores; el aficionado á los barcos de vela le hace duo en el sacar los hígados, y el de la taza de té la ha soltado y tras ella todo lo que comió en media semana. Mira, lector mio, qué grupo tan hermoso! El militar de Bailen pertrechado con el seguro específico de una taza de caldo, sostiene la frente de su anciana esposa que está perdida, y tiene que desocupar pronto para dejar la sarten al buen marido, que comparte sus bascas y sudor frio, pero que á fuer de militar antiguo, en medio de ese trabajo ciñe la espada y lleva puesto el sombrero de á tres picos cubierto de hule y con la borlita en las dos puntas. Hácia el lado del timon está una mareada hermana de un marcadísimo hermano que se sentía muy valiente; pero que al fin á impulsos de la simpatía ha dado á la mar lo que comió no hace todavía media hora. Una niña de seis años completa el terceto, y toda la familia queda purgada hasta la época de los panellets. ¿Te acuerdas, lectora querida, del jóven que aconsejaba un buen almuerzo? Pues ahí está hecho una miseria. Es verdad que ha almorzado; pero tambien ha desalmorzado, y ahora no teniendo que sacar, aprieta los dientes por temor de sacar el alma. El empleado tomó la eficaz medicina de meterse encama; pero la ha puesto como de perlas, y aburrido de verse solo y abandonado dentro de la artesa, se ha subido á cubierta para que lo dé el aire, que es escelente remedio para el que no se marea. Aquella cuadrilla de jóvenes que sin consideracion á nadie metían tanta bulla y divertían á todos los pasageros, callan, por fin aunque nunca han tenido la boca tan abierta como ahora. El que abogaba por la distraccion, ahí está sudando la gota gorda: la niña callada, quieta y delos ojos cerrados quiere y pide al cielo que la saque de tal estrechez; y el hijo de puerto de mar, ese grande viagero y hombre de bronce, dió consigo patas arriba, y sus ayes y suspiros completan el coro. ¿Y qué haces tú, lector mio, si aciertas á encontrarte en la comitiva? Quiera Dios que no imites á ninguno de tus compañeros, y que logres poner el pie en la famosa Portvendres llevando á Francia todo lo que de España llevaste encerrado en tu estómago; mas nó por esto te enorgullezcas, porque ya sabes el refran de que á cada puerco le llega su san Martin, y si á la ida te has salvado, no creas que esto sea una garantía para la vuelta.

  • Romería a Montserrat para celebrar el nacimiento de la Virgen

    Hoy celebra la Iglesia el aniversario del nacimiento de la Vírgen María madre de Jesus, en cuyo dia los barceloneses lo mismo que los demás habitantes de las cuatro provincias catalanas, obsequian á tan soberana señora en su santuario de la montaña de Monserrat situada á siete leguas de Barcelona, entre el turbio Llobregat y el camino real que conduce á Zaragoza.

    Durante la víspera ó dos dias antes de la fiesta, infinidad de ómnibus y otros carruages salen de esta ciudad llevando gentes basta el monasterio, ó hasta las aldeas de Collbató, si prefieren subir á pie ó asnalmente por aquellas breñas y pelados riscos. Quizá no sea para algunos el principal móvil de esta romería la devocion, sino el dar al espíritu agradable solaz con motivo de la concurrencia, gozando al propio tiempo de los bellos puntos de vista que ofrece la elevacion de la montaña; pero no podemos menos de asegurar, que los devotos son muchos, y que la Virgen de Monserrat es la patrona del pais, la Perla de Cataluña. Por otra parte si hemos de dar crédito al refran, muchos recien casados ó muchos por casar deben ir á esta romería, puesto que reza, que no es bon casat qui no ha anat á Monserrat.

    Bien podríamos hacer aqui una descripcion geológica de esta montaña, puesto que es única quizá en su género, echando nuestro cuarto á espadas en la cuestion acerca del origen de ella; pero confesámoslo francamente, ni una jota siquiera se nos alcanza de esta ciencia, y pensamos que no será difícil se nos crea bajo nuestra palabra. Además fuera salimos del carril hablar de orígenes que no nos importan un comino, mucho mas en el dia cuando se prescinde de todo origen y no se sube mas allá de antecedentes. Bástenos pues saber, que como despegada la tal montaña de las cordilleras que cruzan el pais, y formada de innumerables y enormísimos peñascos casi cónicos redondeados por la lluvia que por ellos se desliza, se presenta desde cualquier punto de Cataluña que se la observe, como una vistosa ciudad puesta en eminente lugar, y rodeada de altas torres, segun dice el cronista Pujadas, ó como las estalagmitas mas caprichosas que puedan guardarse en un museo de historia natural, segun decimos nosotros aunque no seamos naturalistas. La forma que tienen los peñascos ha valido á la montaña el nombre de Mont-serrat, porque como cuajado de aserraduras se presenta su contorno. No parece sino que la Omnipotencia abrió la tierra para levantar aquellas peñas desde el fondo del abismo, dándoles un carácter místico que se siente pero que no se esplica. Penetrado de este sentimiento se halló sin duda el que consagró á la mas pura de las vírgenes aquella montaña cubierta las mas de las veces con el blanco velo de la niebla, como para añadir á su originalidad el misterio.

    Si fuera de la incumbencia del Añalejo de costumbres barcelonesas el dar cuenta de lo que pasa en aquel monasterio en el día presente, lo haríamos de buen grado; pero está á la vista la razon que nos impide hacerlo, y debemos acomodarnos á los límites que nos impone el cargo que sobre nosotros hemos tomado; en una palabra, debemos acomodarnos á las circunstancias como suele decirse y hacerse, y contentarémonos con haber llamado la atencion del curiosísimo lector, para que contribuya á la mayor animacion de la romería, y agradecérnoslo han los dueños de todos los carruages que durante la octava no cesan de ir y venir llevando y trayendo romeros. La ida es alegre como bulliciosa la vuelta. Hombres y animales todos llevan la enseña de la romería, una rama de boj, arbusto de que abunda la montaña. Las cucharas de este mismo palo teñidas de encarnado, los rosarios, las medidas de la Imágen hechas de cintas, son las estrenas que pueden exigirse á los que van á esta romería.

    La imágen que se venera en el grandísimo templo de la montaña está ennegrecida por los años, como todas las imágenes que cuentan algunos siglos de antigüedad, y con este color es conocida en todo el orbe cristiano. En la presente ciudad se cuentan algunas imágenes de la Virgen de Monserrat espuestas á la veneracion de los fíeles en algunos altares de las parroquias y en algunos oratorios públicos, de los cuales es el mas notable el de la calle de la Portaferrisa, perteneciente á la casa
    de Magarola.

  • Fiestas de San Miguel; cerdos en la Barceloneta, Barcelona y Sarrià

    Solemne funcion en la iglesia parroquial de san Miguel, por ser hoy la fiesta de la dedicacion de este arcángel.

    La parroquia de san Miguel del Puerto dedica tambien á su titular solemnes cultos.

    La asociacion de los tenderos revendedores de la presente ciudad con la esplendidez de que siempre ha dado muestras, obsequia al santo del dia á quien tiene por patrono, en el altar que posee en la iglesia del Pino.

    Fiesta religiosa y profana en el pueblo de Sarriá, á donde concurren muchos vecinos de Barcelona segun el decir de las gentes, á comer butifarras recien confeccionadas, pues hoy es el primer dia que se permite la matanza en dicho pueblo. Mañana se alzará la prohibicion en esta ciudad. ¡Pobres cochinos de nuestro tiempo! ¿por qué no vinisteis en la época decantada en que la tiranía no habia privado á todo animal del uso de la palabra, y os hubiera aprovechado la saludable leccion de la fábula del asno y el cochino?

    Si es cierto lo que reza el refran del pais per san Miguel la barena se empuja al cel, desde este dia todo jornalero debe suprimir la media hora de recreo que durante la pasada estacion ha tenido por la tarde. Quizá la fuerza del consonante haya dado orígen al refran, pero si la fecha no es precisa, es muy aproximada. Tradúzcase el dia por época del año, y el resultado será exacto.

  • Ventajas e inconvenientes del clima barcelonés, funerales otoñales, fiesta de san Eloy

    El clima de nuestro pais tiene sus ventajas y sus inconvenientes como todas las cosas de este pícaro mundo. Una de sus principales ventajas es la de ser templado, es decir, la de no dejarse sentir en él el frio que hiela la sangre, ni el calor que achicharra los sesos: otro de los principales inconvenientes es el que siendo templado, tienen que sufrirse en él varios cambios atmosféricos, que líbrenos Dios de su influjo al llegar á la edad de los achaques, ó de adolecer de achaques que no vienen con la edad, porque entonces…. zas! … se lo lleva á uno pateta en un decir amen. Oh! al que en nuestro pais adoleciendo de un achaque, le pilla por su cuenta uno de los tales cambios, por la Vírgen de Monserrat, le cayó la lotería, y Dios lo tenga en su santa gloria.

    Con mas frecuencia y con mas inflexibilidad que en los demás cambios atmosféricos del año, se presenta el otoño cercenando vidas, que es un duelo. En el mes próximo pasado y en el que empezamos la estadística de defunciones arroja mayor número de fallecidos que en los anteriores, de modo que pocos son los dias en que no pueden leerse en los periódicos esos avisos á guisa de protestas con que los allegados ó amigos de los que fallecen pretenden de algunos años á esta parte, escusarse con sus demás amigos y conocidos á quienes por olvido involuntario no se les la pasado esquela de convite: de modo que por lo visto, hasta para un entierro puede olvidarse á los amigos. Estas circunstancias del otoño dan pié al eticógrafo para sus observaciones; y fuera notable descuido no tomarlas en cuenta, y examinarlas, y anotarlas, y hacerlas notar de aquellos para quienes pasan desapercibidas, dejándoles dormir en la confusa gerga de un mamotreto. Mal año y mal mes para el que con sus manos lavadas venga á critiquizarnos el que escribamos un artículo de costumbres sobro el duelo y los difuntos, con achaque de que eso es profanar la memoria de los que fueron. Es que no queremos hablar de los muertos sino como pretesto para habérnoslas con los vivos, asi come hay vivos que llevan su objeto al honrar á los muertos. Bien dice el refran del pais, vesten vesten, Anton, que l’ que s’ queda ya s’ compon.

    Fallece una persona con quien pocas relaciones de interés particular non ligaba, aunque sea de la familia; la costumbre exige esquelas de convite para el funeral, el susodicho aviso en los periódicos con la susodicha protesta para los amigos olvidados, aunque se haya convidado hasta al mas desconocido de los conocidos, y aunque para otra cosa no sea que para dan al público el aviso de, aqui estoy yo para servir á Vds.: y luego entra la pompa y el lujo con respecto al túmulo, á la disposicion de los asientos para los convidados, y para recibir los pésames, y para el acompañamiento hasta el cementerio, y, en una palabra, para despedir el duelo en la misma iglesia, que en apurarlo haste el estremo.

    Muere una persona que ha figurado en el mundo por sus riquezas, por su alcurnia ó por su talento; el lujo y la moda entra muy especialmente en las honras fúnebres, con la particularidad de que para ser estas concurridas no son menester grandes invitaciones, porque se habla de ellas como de una fiesta, y á porfía acuden todos ¿á qué? ¿á honrar la memoria del difunto? nó; porque si era rico le envidiaron, si de alta alcurnia le aborrecieron, si de grandes talentos le detestaron é hicieron trizas su reputacion: ¿acuden á agradecer á los allegados del difunto el favor de no haberlos olvidado? quizá ni los conocen: ¿á gozar de la vista de los concurrentes tal vez con fines profanos? pudiera ser. Pero aun mas; acuden á honrarse á sí mismos, á hacer alarde de una amistad con el difunto de la cual jamás gozaron, acuden á ser vistos, y á poder apretar la mano al que recibe el duelo al darle el pésame; porque tambien este duelo se despide en la iglesia.

    Muere un padre querido de su familia, cuya subsistencia dependia de su trabajo, una madre cariñosa, un hijo en quien sus padres fundaban las mas lisonjeras esperanzas, un esposo idolatrado; ni se piensa en las galas con que se ha de aparentar el duelo y con las cuales se pretende tal vez llamar la atencion ó dar mas atractivo á las prendas corporales, ni ningun allegado se entretiene en hacer la lista de las personas á quienes se ha de convidar, ni el fallecimiento se participa al público por medio de los periódicos, ni se protesta con los amigos de olvidos involuntarios, ni los amigos se acuerdan de semejante protesta, ni se mandan repartir lujosas esquelas de convite, ni el duelo se despide en la iglesia, porque este duelo se lleva en el corazon, y nada importa la crítica de las gentes. Solo el tiempo puedo amortiguar la intensidad del dolor: dejarse arrastrar por esto, lo prohibe la religion, lo rechaza la ley natural, clama contra ello la sociedad. La vida que vivimos no es nuestra, es de nuestros padres, de nuestros consortes, de nuestros hijos, de nuestros conciudadanos, de todos los demás hombres que habitan con nosotros en este valle de lágrimas.

    El colegio de plateros celebra en la iglesia de la Merced la fiesta de su patron san Eloy.

  • Costumbrismo navideño

    Dia grande para la cristiandad de todó el mundó, pues en él nació el Salvadór de los hombres y el regeneradór de la sociedad, el primeró y único que ha sabidó hacer comunes la felicidad de este mundó y la del otró; el solo que con una palabre no mas y predicandó virtud á los viciosos, amor á los que se odiaban, igualdad a los que dividian á los hombres en señores y esclavos, castided á un pueblo liviano, y pobreza a los hombres corrómpidós por el oró, rindió las voluntades enamoró los corazones, y fundó una doctrina celestial que no perecerá nunca. Solo un enviado del cielo podia traer tales principios; solo un hijo de Dios podia hacer que prevalecieran contra todos los principios que dominaban en el mundo; solo un Dios ha podido lograr que en medio de las horrendas catástrofes que han pasado por sobre la humanidad, y en las que todo la perecido, esas doctrinas se derramaren sin intermision y fueran profesades por todos los hombres civilizados. El aniversario de ese nacimiento es la grande festividad que
    hoy se celebra.

    Hasta pocos años ha se cantaba á la una de la madrugada la misa del gallo; pero las irreverencias de los ignorantes que confunden la impiedad con la despreocupacion, ha hecho que cesara esa piedosa costumbre, y que la misa se celebre al amanecer. La concurrencia es poca y las irreverencias menos. En esta misa empiezan los organistas á usar de la libertad que se les tolere hasta el dia de Reyes, de tocar en el órgano durante el oficio mayor cuanto les viene en gana, desde la gaita gallega hasta el fandango. La inocentada en admisible, la costumbre carece de toda propiedad y es hasta irreverente. La música que debe resonar en la casa del Señor tiene un carácter particular, y salirse de él es confundir las cosas, y es atribuir al culto divino circunstancias que solo se hallan en las pasiones humanas.

    A las 10 de la mañana se celebran en todas las iglesias los divinos oficios con la mayor solemnidad. El ayuntamiento asiste al de la catedral donde se canta de algunos años á esta parte el que compuso el maestro Vilanova, y pertenece al género pastoril.

    Si el tiempo lo permito los elegantes de uno y otro sexo acuden á la muralla del mar antes de comer.

    Hay en Cataluña un refran que dice per Nadal cada ovella á son corral, es decir que en este dia todo el mundo come en su casa, y si algun hombre de la familia se halla de viage hace todo lo posible para acudir á su casa á comer el pavo, porque hoy es el dia fatal para el pavo que

    Metido en un cascaron
    Entre paja y plumas puesto,
    En el fondo de algun cesto
    Oculto allá en un rincon
    Comienza el triste su vida
    En tinieblas y apretado,
    Sin serle siquiera dado
    Rebullirse en su guarida.
    Venido en fin el momento
    En que la luz salga á ver,
    Su cárcel ha de romper
    Por el mismo, y en un cuento.
    El blando piquillo apenas
    Mover puede el pobrecito;
    Da uno y otro golpecito
    Y abre paso á duras penas.
    Sale al mundo cual tullido,
    No puede tenerse en pie,
    Abre los ojos y ve
    Por todo universo, un nido.
    Osa al fin, del cesto salta
    Y se encuentra en un pajar
    donde tiene que buscar
    Lo que á su estómago falta.
    En grupo con sus hermanos
    Tras la madre va á la parva,
    Y como la madre escarba
    Él la imita, y á dos manos.
    Una hormiga en este lado,
    Un grano de trigo allí,
    Dos cañamones aquí,
    Allá un poco de salvado,
    Migajas de pan acá,
    Ora un grano de cebada,
    Una hojita de ensalada,
    Un garbanzo mas allá,
    El maíz que va á robar
    En la pocilga al cochino,
    El arroz que el muy ladino
    Al capazo va á buscar:
    Al fin con tanto comer
    Aumenta su pequeñez,
    Empluma su desnudez
    Y muestra lo que ha de ser.
    Medra, mas de poco en poco;
    Recio pie y ya se engruesa,
    Lleva la cabeza tiesa
    Y saca el purpúreo moco.
    Ya cuentas se echan sobre él
    Y le dan mejor comida;
    Quizá una sopa cocida,
    Quizá pan mojado en miel.
    Tres veces de sol á sol
    Le dan regular pitanza,
    Y llena además la panza
    Deshojando acelga ó col.
    Cuando el año va á acabar
    La cosa otro tumbo toma,
    Pues se empeñan en que coma
    Para que llegue á engordar.
    A puñados va el salvado,
    Las sopas van á cazuelas,
    Y como no tiene muelas
    Se lo dan todo mascado.
    Cuando el diciembre se empieza
    Al dia solo una vez
    Hacen que trague una nuez
    Enterita en una pieza.
    Crece el número de nueces
    Al paso que avanza el mes,
    Le dan dos y despues tres
    Y hasta veinte en cuatro veces
    Quieras que nó las digiere
    El estómago pavuno;
    Y si tal vez hay alguno
    Que no pueda, ese se muere.
    Antes de santo Tomás
    Una fresca madrugada
    Sale de su patria amada
    Para no volver jamás.
    A la ciudad mas tragona
    Le encaminan al cuitado,
    Y al fin llega ya cansado,
    Por ejemplo á Barcelona,
    Donde en circulo que tiene
    Tres cañas por periferia
    Queda puesto ya en la feria
    A merced del que allí viene
    Le coge este por los pies,
    Lo pone cabeza abajo,
    Y cual si fuera badajo
    Lo mueve á drecho y revés.
    Otro la pechuga tienta,
    Y si se escapa, un cañazo
    Le dan en el espinazo
    La manera que lo sienta.
    Al fin llega un comprador
    A quien el animal gusta
    Y luego su precio ajusta
    A fuer de conocedor.
    En un instante agarrado
    Por muchacho turbuiente
    Es llevado como el viento
    Patas arriba colgado.
    Venido á la casa luego
    Donde tiene que morir,
    Le salen á recibir
    Con grande algazara y juego.
    Allí le palpan y estrujan
    Los chiquillos y lo soban,
    Unos á otros se lo roban,
    Lo arremeten y lo empujan.
    En fin en algun desvan
    Lo confinan por dos dias,
    Y son sus postrimerias
    Agua escasa y menos pan.
    La hora llega menguada
    En que tocan á degüello,
    Y empuña su blando cuello
    Zafia mano de criada.
    Un cuchillo como sierra
    Le pasa y vuelve á pasar,
    Y al cabo á puro aserrar
    Viene la cabeza á tierra
    Ya la sangre salta hirviendo,
    Se estremece el inocente
    Y de la casa la gente
    Aplaude al verle muriendo.
    Lo despluman á seis manos
    Tirando por todos lados,
    Y los miembros ya sobados
    Le mutilan inhumanos.
    La cesárea operacion
    Ensayan en él indinos,
    Le arrancan los intestínos
    El hígado y corazon.
    Las piernas le hacen saltar,
    Y de las alas las puntas,
    Y al puchero todas juntas
    Se acaban de destinar.
    Ya sobre la mesa está
    El pavo medio vacío,
    Sin cabos, desnudo y frio
    Que pena mirarlo da.
    Mas que á la moda le duela
    Se sigue la añeja usanza
    De henchirle al pavo la panza,
    Y aqui viene la cazuela.
    Tres libras entre orejones
    Y ciruelas, la manzana
    Que sea bien gruesa y sana,
    Y dos cuartos de piñones.
    Con este lastre infernal
    La bodega rellenada
    Se cose á punto de espada
    El vientre del animal.
    Se le pringa al punto mismo
    De manteca por do quiera,
    Cual si el difunto tuviera
    Que curarse un sinapismo.
    Cubierto con un papel
    Bien pringoso, bien lastrado,
    Y en cazuela colocado
    Al horno se da con él.
    El cuitado sufre allá
    Diez horas de fuego lento
    Y se ablanda á tal tormento;
    ¿Y quién no se ablandará?
    En este instante en que vas
    Lector, su historia mirando
    Se está el pobre achicharrando
    ¡Y tú tan fresco que estás!
    A las tres de aquesta tarde
    Y tu mesa irá á parar,
    Y del arte de trinchar
    En su cuerpo harás alarde.
    Degollado y desplumado,
    Abierto, lleno y cosido,
    Bizmado y despues cocido
    Hoy será descuartizado.
    Cada comensal á escote
    Bocados le tirará,
    Y trinchado quedará
    Mas que carne de jigote.
    Tal es del pavo la vida,
    Corta, mala, y con fin peor:
    ¿Y por qué tanto dolor?
    Para honrar una comida.

    Tras del pavo vienen los turrones y el vine añejo en que muchos mojan barquillos; y aquí paz y despues gloria.

    En este dia hay en los teatros funcion por la terde y por la noche.