Etiqueta: milagro

  • Muere san Olegario, y en seguida se curan incurables, se capturan a esclavos huidos, etc

    Pero ya es tiempo que digamos algo de su preciosa muerte, que segun algunos aconteció el año de 1137, pero yo tengo por cierto, que no murió este año, sino en el de 1136 el dia 6 de Marzo. Así se halla en muchos libros antiguos y autenticos, en Breviarios y Misales de aquel tiempo, en la Consueta (que llaman) de los Divinos Oficios de esta Santa Iglesia de Barcelona. Dios le hizo merced de revelarle el tiempo en que habia de morir, que asi se lo habia suplicado é mismo, á fin de mejor disponerse para aquel dia tan deseado de los Santos. En efecto en la Sinodo que celebró por el mes de Noviembre, dixo, que aquella sería la última á que él asistiria, y en los tres dias que solía durar, predicó de un modo muy particular, con grande ternura de corazon, con palabras muy amorosas, y derramiento de lágrimas, de suerte que traspasaba los corazones de los Oyentes, los quales las derramaban tambien, no cesando el Santo de exhortarlos á que exerciesen con amor su oficio pastoral para con las almas que tenian encomendadas.

    Por este tiempo dió San Olegario y los Canonigos de Barcelona Carta de Hermandad á un tal Hugo, en que le hacian participante en vida y en muerte de las oraciones, sacrificios, limosnas y demas buenas obras que se hacian en el Cabildo, y esta carta la firmaron el Santo y los Canonigos.

    Viendose enfermo San Olegario de la grave enfermedad de la qual murió, aunque el dia I. de Mayo del año de 1125 … habia dado al Cabildo de Barcelona un horno, y unas casas propias que poseía, sin embargo sabiendo las pocas rentas que este tenia, en 12. de Febrero de 1136. hizo donacion á los Canonigos de dicha Iglesia, de una heredad ó posesion que tenia en la Parroquia de Mollét, la que firmó con estas palabras:

    Sig ? num Ollegarii Archiepiscopi, qui gravissima aegritudine detentus, hoc donum in praesentia Canonicorum, punctatim confirmo et laudo.

    Y el dia siguiente hizo otra á los mismos, de otra posesion ó granja, que poseía en Grañola, y la firmó así:

    Sig ? num Ollegarii Archiepiscopi, qui nimia infirmitate detentus, hoc donum punctatim firmo et laudo.

    Hallábase ya el Santo al fin de la carrera, fatigado de años, penitencias, viages y cuydados contínuos por el zelo de la casa de Dios, é íbase llegando el plazo y dia de su muerte tan preciosa delante del Señor, y abrasado del zelo que siempre le habia animado, exhortaba á bien vivir á los Curas que habian acudido á Barcelona para la celebracion de otra Sinodo: pedíales, que rogasen á Dios por él; los Curas por el contrario rogabanle, que su Ilustrísima lo hiciese por ellos. Respondió el Santo, que él lo haria, y lo mismo dixo á los Canonigos, que nunca se separaban de su lado. En todas las Iglesias de Barcelona se hacia oracion por el Santo, que asi él lo habia ordenado. Pedia á Dios por intercesion de Maria Santísima y de los Santos (cuya letanía traía en la memoria) que le ayudasen en la hora de la muerte, y que el Señor usase con él de misericordia, y que le hiciese participante de su santa Gloria. Recibió los santos Sacramentos con exemplar devocion, y juntas las manos delante de un Crucifixo, oraba y hablaba con Dios, con la Virgen y con los Santos, ya en voz alta, y en voz baxa, y á solas consigo mismo, y ya meditaba con grande devocion los pasos de la Pasion del Señor de que le hablaban. Por fin despues de haber dicho en voz alta:

    IN MANUS TUAS, DOMINE, COMMENDO SPIRITUM MEUM,

    y

    subvenite Sancti Dei, occurrite Angeli,

    cerró los ojos, y dió su alma al Criador. Desde luego decian todos llorando:

    Muerto ha el Santo: Muerto ha el Santo,

    y ya como á tal le invocaban, diciendo:

    San Olegario, rogad por nosotros.

    Besabanle las manos, y muchos tomaban por reliquias pedacitos de su ropa. Murió San Olegario de edad de 76. años á 6. de Marzo del año de 1136. y desde entonces hasta el presente de 1617. que van 681 años con raro prodigio se conserva su cuerpo entero, incorrupto y flexible.

    Lloraban todos su muerte y ausencia, y muy particularmente el Conde Don Ramon Berenguer IV.; pero consolabanse con la confianza que tenian, que quien tanto les habia amado en vida, mas les amaria y protegeria en el Cielo. No quedó persona en Barcelona, que no llegase á besarle manos y pies, honrandole como á Santo. Enterraronle con mucha pompa y solemnidad en el Claustro de la Cathedral, con asistencia del Conde, de todo el Clero y del Pueblo. Arrodillabanse á su sepulcro, y cada qual pedia á Dios por intercesion del Santo lo que mas deseaba. Una muger muda alcanzó el habla por su intercesion, y prorrumpió en estas palabras:

    San Olegario, ayudadme.

    Despues fueron innumerables los milagros obrados por su intercesion en todad clase de personas, de enfermedades y necesidades. Libró á una Galera de muchas Galeotas de Moros, y á tres cautivos de las prisiones de Valencia: curó á una Señora de una enfermedad incurable: tres ciegos, y el uno de ellos de nacimiento, recobraron la vista: resucitó á una muger: una pobre viuda halló por su intercesion un esclavo que se le habia huído: un paralítico recobró la salud.

  • El concejo de 32 manda fabricar una imagen del ángel custodio para proteger la ciudad de la peste; la leyenda de la Puerta del Angel

    Jueves á 30 de Enero de 1466 el Concejo de XXXII, resolvió que se hiciese una imágen del Angel Custódio, por causa de la pestilencia; y á 17 de Noviembre se colocó encima la puerta, llamada de los huerfanos, y se dispuso una solemne procesion de gracias por haber cesado la pestilencia.

  • Nuestra Señora de Montserrat frustra a una banda de asesinos delante del Portal Nuevo

    De uno que sue herido de muchos y mortales golpes, y sano milagrosamente. Milagro 122.

    Vino a veynte y ocho de Octubre del [1513], uno que se llamava Iuan Artes de la parrochia de sant Andres de Palomar cerca de Barcelona, haviendo nueve años que estava en treguas con Iayme Artes de la mesma parrochia su enemigo, le salieron por causa deste, siete hombres con seys ballestas armadas, y una lança y sus espadas para le matar al portal nuevo de Barcelona que va ala buelta del dicho lugar de sant Andres: los quales se llaman el uno el Capmany dela parroquia de Sarria, y el otro Rierot y el otro Bartholome Blanco que era de la buelta de Montseny, los otros no conocio porque era muy de mañana: los quales que riendole matar los quatro despararon las ballestas, y todos le hirieron y los dos dellos con dos virotes herrados, el uno en la espalda yzquierda, y el otro debaxo de la tetilla, y los otros dos cada uno con la suya, y la una le dio por el vientre, y le passo de parte a parte sin quedar en el, el otro le cosio un braço junto con el cuerpo, y le entro toda la saeta dentro del cuerpo: por la qual el dicho Iuan Artes cayo en tierra, y allí los enemigos saltaron luego sobre el multiplicando sobre el heridas de espadas, de manera que en la cabeça le dieron tres cuchilladas, y en el cuello una, y en las espaldas dos, y en los muslos dos, y en las piernas tres, y una en el un pie, y otras por los braços, y en cada mano una cuchillada, que fueron en numero las cuchilladas veynte y dos: el qual viendose en tan gran necessidad y peligro, acordandose de nuestra Señora de Montserrate, viendo el poco remedio que por otra parte podia haver, començo de reclamarla con gran devocion, con la gran congoxa que tenia de verse tan cruel y mortalmente herido, suplicandola quisiesse por su misericordia darle ayuda, y librarle de aquellos sus enemigos, la qual no menospreciando sus ruegos le puso tanto esfuerzo en su anima, y tanta flaqueza en los enemigos, que assi desjarretado como estava, y con las muchas heridas que tenia, y infinita sangre que avia perdido, les hecho a huyr, y sin que le pudiessen alcançar se les metio en Barcelona y assi herido como estava acuchillo ciertos de sus enemigos: y por meritos dela gloriosa virgen Maria de Montserrate, fue curado en Barcelona en breve tiempo, y tornado a la primera salud, como sino huviera tenido mal alguno: delo qual hizo infinitas gracias a nuestra Señora y por mas regraciarla vino a esta sancta casa a onze de Setiembre.M.D.X III. con la procession de sant Andrés que acostunbra de venir cada año por aquel tiempo, y truxo una tabla do estava figurado el caso como avia sido y los golpes, y heridas que le havian dado, y las dos saetas que le havian passado de parte a parte: y prometio entonces de servir en esta sancta casa a la madre de Dios un año en reconocimiento del tanto bien que le havia hecho, en presencia del muy reverendo padre fray pedro de Burgos abad desta sancta casa de Montserrate, y de muchos reverendos padres del sancto convento, y del señor canonigo Crepança de Lérida, y de mossen Rius, y de Anton Comalada, y de muchos otros que presentes cítavan, aqui en el mostro todos los golpes y heridas arriba contenidas.

  • Nuestra Señora de Montserrat salva a Antonio Malorba de una casa que le cae encima

    De uno que le cayo una casa encima y fue librado. Milagro 146.

    Antonio Malorba maestro de casas vino a esta sancta casa, y dixo que estando en Barcelona derrocando una casa del noble señor don Luys de Centellas a XX. de Setiembre de 1517 estando deshaziendo el tejado puesto en lo mas alto de la casa se cayo la casa. El qual viendo el gran peligro en que estava luego reclamo a nuestra señora de Montserrate suplicandola le ayudasse en aquella necessidad. Y sobre el cayeron algunas de las paredes, y muchas bigas, y piedras, que en diversas partes de su persona malamente le hirieron, y le quebraron quatro costillas. Y puesto en tan gran trabajo y pena, siempre tenia en su coraçon a la gloriosa madre de Dios nuestra señora de Montserrate: y la reclamava humilmente que le socorriesse la qual por su piedad le ayudo, y no solo le libro del peligro de haver caydo de tan gran altura, y de las otras cosas que encima le dieron mas aun fue en breve tiempo sano de todos los tan crueles golpes que en su cuerpo tenia, sin quedar por ninguna parte lisiado. Y assi por la regraciar vino descalço, con una tabla en que estava pintado el caso como le havia acaescido, cumpliendo su promesa.

  • Nuestra Señora de Montserrat libra a un fraile de varias heridas mortales

    De uno que fue librado de muchas heridas mortales. Milagro 227.

    A XVIII de Março 1541 vino a esta sancta casa el señor fray Galceran de Torres comendador de sant Iuan el qual hizo relacion como a VIII de Setiembre mes cerca passado entre las nueva y diez horas de la noche passeandose por la Ciudad de Barcelona le salieron de una casa cinco hombres bien armados, y dieron sobre el, tirandole de estocadas, no teniendo el arma defensiva ninguna, salvo una espada y una daga en la cinta: y como le tiraron tan cruelmente, los dos le dieron estocadas muy peligrosas, la una le passo la garganta, y la otra le acerto entre el ojo y la nariz, que le entro dedo y medio. Y como se viesse en tan gran aprieto y necessidad, con la espada en la mano reclamo a nuestra Señora de Montserrate, suplicandola que le favoresciesse, y librasse de aquellos que tan cruelmente le maltratavan, y le querian del todo acabar. Y estando assi siempre reclamando a nuestra Señora, y defendiendose como podia con la espada, el uno de los enemigos cayo en tierra, y lo mismo hizo el dicho comendador a causa delas mortales heridas que tenia, y en especial una en la cabeça, y el viendose en tanta fatiga continuamente se encomendava a nuestra Señora, viendo que no tenia otro socorro sino della. Y como el solia ser muy devoto de nuestra Señora, assi ella tuvo por bien dele oyr, ca no per mitio que estando en tierra recibiesse mal alguno, qun que los enemigos no cestassen de darle todos los golp0es que podian con todas las fuerças, sin hazer el resistencia alguna, y tanto que pensavan que dava doto despedaçava. Mas guardandole nuestra Señora no recibio mas daño del que avia recebido antes que cayesse. Y assi se levanto con las heridas mortales que antes tenia, y se fue a su posada encomendandose siempre a nuestra Señora. Y ella le socorrio tambien, que con breve tiempo sanasse, en especial de la herida de la cabeça de donde le sacaron siete pieças de huessos, de la qual pensavan que avía de morir. El visto tan gran beneficio recebido, hizo muchas gracias a nuestra señora y para mayor cumplimiento vino a esta sancta casa: y conto el milagro en presencia de fray Salinas capellan, y fray Francisco Ferrando y fray Iuan Yuañez, y fray Pedro Velez de Guevara donados desta sancta casa.

  • Nuestra Señora de Montserrat salva a Pere Prats de una mula enfurecida

    De uno que arrastrandole una mula no recibio daño. Milagro 268.

    En el mes de Noviembre, del año de M.D.L. El señor Pedro Prats natural de Barcelona, yendo para Esplugas casi a media noche, delante de la villa de Sants, cayo con el la mula en que yva en un valladar, y no pudiendo sacar los pies delos estribos, se levanto la mula con furia y le llevo arrastrando un gran pedaço de camino. Fue cosa milagrosa, que invocando con mucha devociona nuestra Señora de Montserrate, y offreciendo de visitar su sancta casa, se rompieron a deshora las aciones que eran rezias y nuevas, como si la cortaron con un cuchillo: y levantandose sin ningun daño en persona ni ropa, haziendo infinitas gracias de tan gran beneficio, vino a esta sancta casa a cumplir su promessa a xxj de Mayo MDLI.

  • Un marinero jura que Nuestra Señora de Montserrat le salvó los cojones

    De uno librado de una fusta de moros y de otros peligros. Milagro 276.

    Simeon Creus vezino dela Ciudad de Barcelona a 3 de Hebrero mil y quinientos cincuenta y quatro, llego aesta sancta casa, y afirmo con juramento que partiendo de Barcelona para yr a Caliz en una Nave mediana, les acometio una fusta de moros de xxij bancos y haciendo los de la nave armas en su defensa, el dicho Simeon, encomendandose a nuestra Señora de Montserrate, como lo tenia por particular devocion: acaescio que dandole una pelota de un mosquete en un muslo, y passandole otra pelota de cañon por entre las piernas, de ninguna recibio daño, de lo qual dando infinitas gracias ala Reyna delos Angeles. Libre de aquel peligro, traxo la pelota a esta sancta casa. Testigos fueron el padre fray Antonio Bernach y fray Pedro de Medina.

  • Nuestra Señora de Montserrat resucita a un niño muerto

    De un niño tenido por muerto, restituydo a vida. Milagro 277.

    A Ocho de Hebrero del año mil y quinientos cinquenta y quatro, vino aesta sancta casa, Francesch Torrelles, con su muger de la parrochia de Sarria, enel obispado de Barcelona, y affirmaron con juramento, que un hijo suyo siendo de edad de un año, estando jugando encima dela cama, con un pedaço de caña que tenia en la mano, cayo y se le atravesso la caña por la boca y garganta passando dela una parte ala otra y por el dolor grande en tan tierna edad, murio, con gran lastima y tristeza de sus padres, culpando su negligencia, y que por tan desastrado caso huviessen perdido su hijo y confiados dela poderosa mano del Señor con muchas lagrimas y oraciones invocando la intercession y favor de nuestra Señora de Montserrate, rescibieron luego vivo al que lloravan ya muerto, convertiendo su tristeza en doblado plazer. Testigos fueron fray Pedro dela Rea, y fray Pedro Lopez donados desta sancta casa.

  • Nuestra Señora de Montserrat salva a cuatro pescadores de los moros

    De como se libraron unos pescadores de 4 fustas de moros. Milagro 309.

    A 16 de Agosto año 1572 vinieron a esta sancta casa de nuestra Señora de Montserrate Simón torrente Patron y Bernat Iuanot y Antonio Calvete, y Iuan Custurer naturales dela ciudad de Barcelona, los quales juraron que estando pescando enel estaño de Zeniclar les salieron 4 fustas de moros y les dieron caça dos horas y como se viessen puestos en tan gran aprieto y que humanamente no se podian salvar de las dichas fustas acudieron al socorro divino, tomando por intercessora ala madre de Dios de invocacion de Montserrate les quisiesse ayudar. En la misma hora huyeron los moros a la mar, y los sobredichos se salieron en tierra salvos, y vinieron a esta sancta casa a dar gracias por esta crecida merced que de nuestro Señor avian recebido, mediante la intercession dela virgen sancta Maria nuestra Señora. Fueron testigos a esta confession los padres fray Guido Barra, fray Simón de sancta Cruz, y otros padres.

  • Nuestra Señora de Montserrat salva a un clérigo mientras se baña en el mar

    De un Clérigo que se desmayo estandose vañando dentro el mar de Barcelona y se libro milagrosamente encomendandose a nuestra Señora de Montserrate. Milagro 10.

    A 14. de Iulio del año de 1589 llego a esta sancta casa de nuestra Señora de Montserrate mossen Francisco cunyat Clerigo dela villa de Cervera del obispado de Vique y declaro con juramento, que hallandose en Barcelona el mes de Mayo de dicho año y passeandose con algunos de sus amigos cerca del mar entro a vañarse en el, y estando un tiro de piedra dentro le tomo un desmayo de tal manera que no se pudo bolver ni moverse de un lugar, y perdiendo las fuerzas se hundió en el agua hasta llegar a tierra y viendose en tal necessidad desconfiado delos remedios naturales y humanos recorrio muy deveras, y con grande devocion ala Reyna delos Cielos la virgen Maria de Montserrate supplicandole humilmente no le desamparasse en tan estrecha necessidad, prometiendo de venir a visitar su sancta casa a pie y descalço, y dezir aqui su primera Missa, nuestra Señora que nunca desampara sus devotos ni a los que se encomiendan a ella le socorrio de tal suerte, que al cabo de una hora poco mas o menos salio arriba y fuera del agua libre y sin ningun mal, causando grande admiracion a todos los que estavan ala orilla del mar, por que ya le tenian por muerto, preguntaronle como havia salido teniendo porcierto no ser possible por medio humano sino que nuestro Señor havia hecho un gran milagro, respondio con grande alegria que nuestra Señora de Montserrate le havia ayudado, quien con grande devocion se havia encomendado, y dixo que como estava dentro el agua realmente havia visto a nuestra Señora de Montserrate del modo que esta enel altar de su sancta casa. Y que vido que nuestra Señora con la mano le saco del agua, y le llevo hasta la orilla del mar, y viendo los presentes el caso y maravilla, dieron gracias a nuestra Señora, por tan gran milagro, como en aquel su devoto havia obrado. Y assi en memoria deste caso ha venido en persona a cumplir su voto, y traxo una tabla donde esta pintado el dicho milagro, y oy ha dicho Missa nueva enel altar de nuestra Señora, y todo lo que dicho es lo ha jurado en forma ante mossen Benet Magria Vicario y notario desta sancta casa de Montserrate en presencia delos Reverendos padres fray Pedro Demarzilla, y fray Mauro de Praga monjes deste monasterio de Montserrate. El mesmo dia el Reverendo mossen Gaspar Prevere dela villa de Ygualada juro que el estava presente quando sucedio el dicho caso affirmando ser verdad todo lo sobredicho, y que estuvo mas de un hora dentro del agua, y que todos le tenian ya por muerto, y que estavan mas de mil personas junto alamar quando el dicho caso succedio, y lo juro ante el dicho mossen Benet y en presencia de los dichos padres.

  • Llega noticia de la canonización de Raimundo de Peñafort, el santo superyate

    IVEVES a los diez de Mayo del presente año mil seys cientos y vno llego à las seis horas de la mañana a esta Ciudad de Barcelona vn criado del Duque de Sessa con despachos para la Magestad de nuestro Catholico Rey Don Phelipe III, el qual de passo dio vna carta de Monseñor Francisco Peña auditor de Rota para el P. Prior y Padres de este Convento de Santa Catalina Martyr de la orden de Predicadores, en que nos daua la tan desseada nueua de la Canonizacion de nuestro Padre San Ramon de Peñafort ya concluyda y celebrada por el Sumo Pontifice Clemente Octauo, leyose esta carta capitularmente a todos los religiosos que la escuchamos y rescibimos con lagrymas en los ojos, pregoneros de la alegria y consuelo interior. Del qual dimos luego claras muestras a toda la Ciudad, enarbolando vn estandarte en el chapitel de la Torre, en que estaua pintado el glorioso San Ramon passando la mar sobre la capa. Que como el Conuento esta casi situado en medio de la Ciudad y su Torre, allende de la belleza en la fabrica ochauada, es de las mas altas y vistosas de ella, el estandarte y la figura del Santo grandes y el repicar de las campanas desusado; todo esto en su modo fueron vozes que dieron la norabuena de la felice nueua al vulgo: que para el Virrey, Obispo, Conselleres, Diputados, Inquisidores y otros Señores de titulo que en la Ciudad se hallauan, ya mientras esso se ordenaua, fueron Religiosos como era razon de parte de todo el Conuento á darla. Y si la rescibieron todos grandes y pequeños con sumo contento y alegria, diganlo las obras…

  • Encontrado el aeronauta Orlandi después de casi morir de frio sobre Vallvidrera y ahogarse en Badalona

    El aereonauta Orlandi.

    Del Diario de Barcelona del 29 [de octubre] tomamos la siguiente curiosa reseña de los peligros que corrió Orlandi en la ascension aereostática que ha hecho últimamente en la capital del Principado:

    «Hasta ayer por la mañana no se tuvo noticia cierta del paradero del intrépido aereonauta señor Orlandi.—La Providenció le salvó de una muerte que parecía casi inevitable, despues de haber luchado con toda clase de peligros, pues en poco estuvo que no pereciese en lugar desconocido y sin auxilio humano, como el infortunado Mr. Arban. Contra todo lo que se aseguraba, y contra todas las conjeturas de probabilidad, su globo vino á caer, segun su cálculo, sobre unas dos millas mar á dentro, á alguna distancia de frente la playa de Badalona.

    Segun relacion de una persona respetable amiga del señor Orlandi y que ayer le estuvo acompañando durante toda la tarde, el globo llegó hasta colocarse sobre las montañas de Vallvidrera; pero envuelto despues en la densa nube que le ocultó de la vista de la multitud, empezó para el osado viagero una série de espantosos sufrimientos. Su rostro y toda la ropa que llevaba puesta se cubrieron de una gruesa capa de nieve, mientras que un fuerte granizo, acompañado de relampagos, le molestaba de continuo.

    Probó de ir ascendiendo y sobre la nube vió otra vez el sol, pero observando que cambiaba el viento en la direccion del sudoeste, y que aquella habia cobrado una gran estension, resolvio hacer uso de la válvula para caer sobre la tierra, que no podia absolutamente distinguir.

    El viento le arrastraba con una rapidez estraordinaria, y aunque el descenso era muy veloz, vino á caer dentro del agua, quedando completamente sumergido entre las olas por un breve instante, pero agarrado de las cuerdas del globo, pudo apoyarse en el mismo, luchando con crueles angustias. El creia haber distinguido no lejos del punto en que se hallaba un vapor y alguna otra embarcacion, pero pronto se convencio que por lo alterado de la mar no era fácil que esperase socorro por aquella parte.

    Una, dos, tres, cuatro horas se pasaron de una ansiedad que rayaba en la desesperacion. Milagrosamente las mismas olas, que cada vez cobraban mayor embrabecimieato le arrojaron á la vecina orilla á eso de las diez de la noche.—Toda la maquinaria y aparato estaba completamente destruido; pero el globo seguía aun intacto, y él, un hombre solo, con las piernas dentro del agua, hacia esfuerzos sobrehumanos para salvar el resto de toda su fortuna y que le costaba unos tros mil duros. Pero quiso la fatalidad que así como un golpe de mar lo había tirado á la playa, otro golpe igual se llevó tras sí el globo sin que aya vuelto á aparecer.

    El señor Orlandi permanecio largo rato tendido sobre la arena, estenuado por el frio, la agitacion y las imponderables fatigas que había tenido que soportar.—Cuando recobró algun tanto de aliento, se levantó como pudo, y á tientas so encaminó por el primer sendero que le deparaba la casualidad en busca de un albergue en donde pasar la noche.

    Empero habia ya caminado cosa de una milla sin lograr su objeto, cuando los ladridos de un perro le hicieron presentir que no estaba léjos de alguna habitacion.—El perro pertenecía á un carabinero, quien al principio le tomaba por un contrabandista, y le dió el «quién vive» preparando su arma.

    Por fortuna la voz conmovida del señor Orlandi, le dió á comprender que no era un defraudador de los derechos de la Hacienda, sino una persona victima de fatal desgracia.—Reconociole por el hombre del globo, condoliose de su situacion y le acompañó á una casilla del resguardo, en donde él mismo y sus compañeros le socorrieron, y despues le acompañaron hasta Badalona.

    En esta villa se le proporcionó ropa y un cómodo hospedaje, pero a pesar do todos los buenos cuidados que se le prodigaron, el señor Orlandi no pudo entrar en calor hasta ayer por la mañana, en que dió aviso á sus amigos de que pasasen á buscarle.

    El señor Orlandi seguia ayer noche en esta ciudad bastante indispuesto, pero no presenta síntoma alguno alarmante. Aunque de avanzada edad, tiene presencia de espíritu y es muy robusto. Los brazos y alguna parte de su cuerpo estaban, segun se nos aseguró, muy acardenalados.

    Los consuelos de la amistad, sin embargo, podian á duras penas templar el amargo desconsuelo de que se hallaba poseido. Es ciertamente una situacion bien lastimosa la de ese hombre á quien acompaña una antigua celebridad, la de verse espuesto á los mas espantosos percances, despues de haber emprendido su viage sin poder realizar de mucho los crecidos gastos que este le ocasionaba, y para colmo de infortunio perder de un soplo su fortuna con la desaparicion del globo.

    Compadecemos de todas veras su triste y dolorosa posicion. La atmósfera de Barcelona es de mal sino para los aereonautas. ¿Quién querrá ahora emprender nuevas ascensiones á la vista de las murallas de esta capital, al recordar la desaparicion de Mr. Arban, y los lamentables contratiempos de que acaba do ser juguete el señor Orlandi?

  • Aliviado un domingo aburrido por una éxitosa manifestación a favor de la lluvia

    Except the walk on the Rambla, there is really nothing going on on Sunday. The inhabitants of Barcelona observe the Sunday very closely; no business is transacted, though they amuse themselves after morning mass. The priests are all dominant here; we were told to-day they had for some days watched the downward progress of the barometer, and, as prayers had been offered up for rain, they beheld with delight the descent of the mercury. A few hours before the rain actually fell, the Archbishop and clergy passed out in procession, singing a dirge for rain; and before they had completed their walk, they had the satisfaction of finding themselves drenched to the skin, and returned to their various churches, declaring that a miracle had been performed.