Etiqueta: Lliga Regionalista

  • Ataque militar contra las oficinas del ¡Cu-Cut! y La Veu de Catalunya

    En 1905 la Lliga volvió a perder las elecciones provinciales, aunque en este negro panorama le aportaron cierto consuelo unas elecciones municipales en otoño. Para celebrarlo, el partido convocó el 18 de noviembre un «banquete de la victoria». Sacó punta al suceso el semanario satírico nacionalista Cu-cut!, en un chiste: un militar comentaba el cartel del banquete: «¿Victoria? Eso será cosa de paisanos.» Las pullas y desprecios al ejército menudeaban desde el 98, pero esta ocasión fue para muchos militares la gota que colma el vaso, máxime viniendo de quienes en el 98 habían laborado en la retaguardia contra el esfuerzo bélico. Grupos de oficiales asaltaron los locales de la Cu-cut y los de La Veu de Catalunya, y destrozaron sus enseres.

    Aquel coletazo del 98, en principio traumático, se transformó para los nacionalistas en lluvia copiosa después de una sequía, inaugurando una época de esplendor para ellos.

    El escándolo por el asalto a Cu-cut tomó proporciones gigantescas. Todos los partidos en Cataluña, desde los carlistas a los republicanos, así como la prensa, se solidarizaron con la Lliga, poniendo al rojo vivo a la opinión pública. En Madrid la irritación con la literatura nacionalista creó el ambiente contrario. También allí había un fuerte rechazo a la acción de los militares, pero la indignación de éstos era tal que ningún gobierno tuvo ánimos para afrontarla. El entonces jefe de gobierno, Montero Ríos, dimitió, y su sucesor Moret, que había acordado con Cambó cortar la indisciplina castrense, aceptó la «Ley de jurisdicciones,» por la cual los delitos contra la patria y el ejército pasaban al ámbito militar. Esa ley suponía un grave retroceso, pues la Restauración había superado la intromisión del ejército en la política, pero en buena medida era tambíén el fruto de una imprudente e incesante provocación a las fuerzas armadas, las cuales se sentían impotentes y desprotegidas por los políticos.

  • Distanciándose de la ciudad progresista de Cerdá, la revista «Cataluña» propone la creación de un Barrio Gótico como modificación de la Reforma Interior y la construcción de la Vía Layetana

    Intervención en la Reforma

    Ha llegado el momento.

    En la primera sección de la Reforma están ya derribadas las casas viejas; van á comenzar las nuevas construcciones.

    El plano Baixeras sirvió perfectamente para plantear el problema, tramitar su resolución desde el punto de vista administrativo; pero suponer que en él se halla una solución acabada del mismo, fuera para Barcelona, si lo permitiera, una ignominia.

    Pasead por la calle recién abierta, entre las vallas de ladrillo de los solares; vuestro espíritu experimentará desagradables impresiones.

    Veréis que entre lo nuevo y lo viejo no existe relación alguna. Como si la vía se abriese en medio del campo, sus alineaciones nada tienen que ver con las calles vecinas; en lugar de enlazar francamente la una con las otras, se obstruye su comunicación violentamente.

    Artísticas construcciones, antiguos monumentos, venerables testimonios del pasado, inmediatos, próximos á la nueva calle que debieran animarla y embellecerla, son despreciados en absoluto: los unos permanecen sin alterar su actual defectuoso emplazamiento; otros quedarán ocultos tras nuevas construcciones; los hay que van á ser bárbaramente derribados.

    La Reforma tiene larga historia; el origen de tales desafueros se remonta lejos. Ejecutamos, con escrupulosa exactitud, lo que proyectó otra generación.

    Cincuenta, treinta años atrás, la reforma de poblaciones se entendía bien diferentemente que en la actualidad. El sistema lineal rectilíneo, el paralelismo, la perpendicularida, se consideraban lo más perfecto para el trazado de calles y plazas. Y se arrasaba la ciudad vieja para levantar sobre ella otra del todo diversa. Imperaban la uniformidad, los principios apriorísticos.

    Considerar la ciudad como un organismo vivo en que se deben respetar las corrientes de circulación de las multitudes y del tráfico industrial; ver en la ciudad un carácter, una fisonomía propia esencia de ella; saber su historia; he ahí las bases principales que tienen presentes los maestros urbanizadores modernos. Se procura hermanar el aspecto pintoresco, accidentado y monumental que presentan las ciudades antiguas, con cuanto requiere la higiene y las necesidades actuales de la circulación diaria y comunicaciones.

    Un grande arte, con sus obras, sus escuelas, sus profesores, su bibliografía, existe. Los nombres de Stüblen [sic], de Henrici, Sitte, Buls, son de los hombres eminentes que en primer término este arte han determinado en Alemania, Austria, Bélgica al principio, y en Italia, Inglaterra y Estados-Unidos después, se siguen las orientaciones por ellos señaladas.

    No hay derecho á ignorar, á prescindir de conocimientos de universal dominio. Barcelona, su municipio, sus facultativos, no pueden substraerse en cuestion tan importante como es la Reforma de la ciudad, á las corrientes actuales, á la evolución experimentada. Debemos adaptarnos al tiempo, á la hora presente.

    El plano Baixeras tiene que ser el fundamento de la Reforma; hay acuerdos, antecedentes, que á ello obligan; pero en detalle, su ejecución ha de venir influída, por las ideas dominantes que son un progreso, un perfeccionamiento. Sería bien triste que los hombres de hoy, las ideas de nuestro espíritu, las palpitaciones de nuestro ser, no influyesen en lo más mínimo en el trazado de la Reforma.

    La voz, las aspiraciones de la intelectualidad de Barcelona, respecto de esta cuestión, quizás no había llegado al Municipio hasta ahora con fuerza bastante para ser oída. Los arquitectos del Ayuntamiento y del Banco Hispano-Colonial se han limitado á derribar edificios; su talento, sus aptitudes, han de emplearse en más elevados fines.

    Pero llegado el momento crítico, van á comenzar las nuevas construcciones. En la ocasión de que cuantos en estas cosas entiendan, digan su palabra.

    Las corporaciones artísticas se dirigen al Ayuntamiento en razonado documento, clamando para que la Reforma se haga, no de un modo automático, sino conscientemente; para que se emplee bien el dinero, se embellezca la ciudad.

    Es de esperar serán atendidas.

    JERÓNIMO MARTORELL

  • Batalla campal en un teatro barcelonés sobre la Primera Guerra Mundial, pero la guerra dice «Sí» a Barcelona

    RIOT OVER WAR IN SPAIN

    Crowd in Barcelona Theatre Fights and Policeman is Wounded

    MADRID, Nov. 15, (Dispatch to the London Morning Post).) – The friends of France in Barcelona organized an entertainment in a theatre in aid of Belgian families. On the appearance in the theatre of the British, French, and Belgian Consuls there was a loud cry of «Long life to the Allies!» One spectator, however, shouted, «Long life to Germany!»

    This caused a violent riot, and there were serious collisions between the parties, with the result that a policeman was severely wounded by a bullet and many persons were arrested.

  • Suspensión de pagos del Banco de Barcelona

    No hubo, en general, sorpresa: venían circulando graves rumores sobre la vieja e importante entidad; la seguridad producida por los dividendos distribuidos en el año 1919 estuvo minada por la sospecha de los excesos atribuidos a la sucursal abierta in el paseo de Gracia. Ni fue, para la mayoría, el fallo de «otro banco», ni lo ocurrido pudo explicarse como un fenómeno normal de postguerra. «A mucha gente, y todavía más a la de caudales modestos -escribe Hurtado-, les hizo el efecto de la muerte de alguien de la familia. Desde una larga serie de generaciones el Banco era una parte integrante de la ciudad… (En) aquella famosa sucursal aparecían unos nombres como beneficiarios de unos créditos fabulosos que nunca habían obtenido las mejores firmas catalanas. Dejando a un lado una docena de aprovechados entre el personal subalterno, no podía decirse que fuese la inmoralidad de los gestores la que había escamoteado la gran fortuna desaparecida, sino el afán de exprimir el crédito del Banco para hacerle rendir la máxima substancia, y la ineptidud de una gente improvisada que, al querer ensayar los procedimientos expeditivos de los grandes bancos modernos de disponibilidades inagotables, lo había aplastado con sus manos inexpertas».

    Cambó compareció al día siguiente…: y otra vez contra el pánico que tal suspensión había desencadenado. «La crisis formidable que hace tambalear hoy toda nuestra economía es la crisis más injustificada, más irracional, más evitable de cuantas se hayan producido en el mundo. Nunca, Barcelona y Cataluña habían acumulado la riqueza que hoy tienen… Pero el pánico desencadenado los últimos días, lo pone todo en peligro». Volvía sobre los deberes del Gobierno y del Banco de España: «No se evitan las crisis económicas, pero se eviten, con una actuación del poder público y del banco de emisión, las crisis financieras, que siempre vienen determinadas por un pánico…». Por otra parte, en Cataluña, debían obtenerse trascendentales enseñanzas: «Esta crisis ha de significar el fin del individualismo en nuestra organización bancaria… Es preciso que no se pierda un momento en recriminaciones estériles…».

  • Muere Doménech y Montaner

    [un largo …]

    El arte le conquistó innumerables amigos, la política un sin fin de antagonistas, que no alcanzaban ai comprender el tesoro de su austeridad. ¡Esta, junto a su acrisolada honradez y a su fe arraigada, le habrán sin duda concedido el eterno galardón de la gloria!

  • Se constituye la empresa Hispano-Olivetti

    [L]a Hispano-Olivetti, fundada el 2 de enero de 1929 … supuso … su primera delegación fuera de Italia. La casa de máquinas de escribir piamontesa, fundada en 1908 por Camillo Olivetti …, iniciaría su aventura internacional con la fundación de una sociedad de capital predominantemente catalán … con sede en la Via Laietana, 37 y fábrica en la calle Castillejos, 87-89—

    Las actividades de la sociedad darían inicio en febrero de 1929 y se prolongarían más de seis décadas. Aunque durante la Guerra Civil fue colectivizada y puesta fuera del control de sus accionistas, desde 1939 recuperaría su actividad con una extraordinaria vitalidad. Sería en aquel período en el que se incorporaría a su dirección el destacado miembre de la Lliga Catalana, empresario y posteriormente procurador a Cortes franquistas, Joan Ventosa i Calvell, que sería presidente entre 1945 y 1959… Con una plantilla de casi 3.000 trabajadores, su fábrica en la Plaça de les Glòries Catalanes de Barcelona cerraría en 1992 para trasladarse al Parc Tecnològic de Cerdanyola del Vallès. En 1996, la empresa … anunciaba su cierre definitivo.

  • Alfonso XIII y la burguesía catalana

    També tinc memòria d’Alfons XIII a la inauguració de l’Exposició Internacional de Barcelona el 1929. A Catalunya li deien En Cametes, per les cames llargues i primes. Era una persona qualificada de charmant i de lleugera, cosa que més aviat repel·lia els burgesos catalans clàssics: persones de pedra picada que es criaven en possessió de la recta llei i de la moral. Tots sostenien: «En política, Cambó; en religió, el papa». Aquesta era la base simplificada de tota la vida social i familiar, o fins i tot dels negocis.

  • Declarada la República (y el Estado Catalán), Maciá («soy presidente»), Companys («soy alcalde»), Iglesias, la CNT y otros intentan aprovechar el vacío de poder

    El funcionamiento de la república catalana
    La nota del señor Maciá proclamando el Estado Catalán
    BARCELONA 15.-Hecho la proclamación del Estado Catalán por el señor Maciá y cuando éste se encontraba en el Palacio de la Diputación, se le presentaron un oficial de Infantería y otro de Artillería, ofreciéndosele, según dijeron, en nombre de la guarnición de Barcelona.

    Después el señor Maciá, hablando con los periodistas, manifestóles que había telegrafiado al señor Alcalá Zamora para comunicarle que había proclamado la República Catalana, constituyéndose en su presidente. El señor Alcalá Zamora le ha contestado monstrándose conforme y dándole cuenta de la marcha de los sucesos políticos en Madrid.

    El señor Maciá facilitó más tarde la siguiente nota:

    «En nombre del pueblo de Cataluña proclamo el Estado Catalán bajo el régimen de la República Catalana, que libremente y con toda cordialidad anuncia y pide a los otros pueblos hermanos de España su colaboración en la creación de una Confederación de pueblos ibéricos, ofreciéndoles por los medios que sean librarles de la Monarquía borbónica. En este momento hacemos llegar nuestra voz a todos los Estados libres del mundo en nombre de la libertad, de la justicia y de la paz de los pueblos. – El presidente de la República Catalana, Francisco Maciá.»

    A la vez ha dirigido a todos los alcaldes de Cataluña el siguiente telegrama:

    «En el momento de proclamar el Estado Catalán bajo el régimen de República Catalana, os saludo con toda el alma y os pido que prometáis la colaboración para sostenerla, comenzando por proclamarla en vuestras ciudades y preparandoos para defenderla cuando os lo pida. Por la libertad de Cataluña, por la hermandad con los otros pueblos de España, por la paz internacional, sabed haceros dignos. – El presidente de la República Catalana.

    Los delegados del señor Maciá se incautan de las comunicaciones

    Por acuerdo del presidente de la República Catalana, varios delegados se incautaron de las oficinas de Telégrafos, de la Administración central de Correos y de la Central de Teléfonos.

    De Telégrafos se hizo cargo el que era oficial de dicho Centro y ha estado varias veces detenido por relación con los elementos revolucionarios, señor Escrich. De la Central de Correos se posesionó don Artemio Aiguadé, hermano del doctor del mismo apellido, y en la Central de Teléfonos se instaló el señor Miralles Pi, periodista, que ejercerá allí la censura para evitar que en las informaciones que se transmitan se den noticias tendenciosas, y sobre todo alarmistas, de sucesos.

    Numerosas manifestaciones

    Entre tanto, a medida que avanzaba la tarde las calles estaban llenas de público, recorriendolas en numerosas manifestaciones, algunas de las cuales iban con bandas de música, otras, llevando bustos de la República, y en general, los manifestantes con banderas de la República y banderas catalanas, dando vivas, cantando la Marsellesa y otros himnos del mismo carácter.

    En la plaza de Cataluña, un joven que pasaba en automóvil ha hecho unos disparos al aire, como protesta contra la actitud de algunos grupos de manifestantes. Estos le han rodeado, apaleándole, y la fuerza pública le ha protegido, llevándolo detenido.

    El gobernador recibe la orden de resignar el mando

    Al atardecer, el exconcejal y exdiputado radical don Emiliano Iglesias, con un grupo de elementos republicanos, se trasladaron al Gobierno civil para pedir al señor Márquez Caballero que le hiciera entrega de los poderes. El gobernador se negó en absoluto.

    El señor Iglesias se presentó nuevamente en el Gobierno civil, y como el señor Márquez Caballero, después de discutir con él, se retirase a sus habitaciones, se hizo presentar a los funcionarios que en el Gobierno se hallaban, incluso el jefe de la Guardia de Seguridad, todos los cuales le ofrecieron servir a la República con absoluta lealtad. El señor Iglesias dijo que se congratulaba de estas manifestaciones y que quería hacérselas saber al público.

    Efectivamente, salió al balcón con dicho oficial; pero los grupos, formados por varios millares de personas, prorrumpieron en gritos y denuestos tratando, al parecer, de penetrar en el edificio. Finalmente, y después de una serie de pequeños incidentes, los guardias se quitaron los escudos de los cascos y el oficial también hizo lo propio, con lo cual se calmaron los ánimos de los manifestantes.

    Casi al mismo tiempo que esto ocurría, el señor Márquez Caballero, puesto al habla con Madrid por teléfono, recibió orden del señor Maura para que resignase el mando en el presidente de la Audiencia.

    Don Emiliano Iglesias se niega a obedecer las órdenes de Madrid

    El presidente de la Audiencia se personó en el Gobierno civil para hacerse cargo del mando, conforme a lo comunicado por el nuevo ministro de la Gobernación, pero el señor Iglesias se negó a entregarla y, dirigiéndose luego a los periodistas y personas allí reunidos, dijo que actuaba en nombre del Comité Ejecutivo de Acción Ciudadana del partido radical en vista de que los elementos republicanos de Maciá se han hecho cargo de la Diputación y el Ayuntamiento. Hizo también un gran elogio al sentido de la disciplina del general Despujol, al que había visitado, y el cual le dijo que entregará el mando a quien le ordene el ministro del Ejército del Gobierno constituido, pero no a ninguna otra persona.

    Añadió que había saludado a los oficiales del Ejército que se encontraban en el antedespacho del capitán general, diciéndoles que había que pensar en España sobre todo, y que con esto ya quería significar bastante. Por último, ha dicho que facilitaría más tarde una alocución al pueblo de Barcelona.

    Se intenta asaltar y quemar el Archivo Antropométrico

    … A las diez de la noche un numeroso grupo se presentó frente a la delegación de Policía de Atarazanas, en donde está el archivo de ficheros antropométricos, con el intento, al parecer, de asaltar aquélla y destruir el archivo.

    Ante la actitud de los manifestantes, los guardias de Seguridad hicieron varios disparos, resultando muerto un soldado, que pasaba, al parecer casualmente, por aquel lugar, del batallón de Cazadores de Estella, y que no ha sido identificado, y varios heridos.

    En Capitanía fueron asistidos de heridas de arma de fuego Andrés Castillo y José Roquet, ambos guardias civiles. No se tienen más detalles.

    A medianoche se promovió un tiroteo – sin que se puedan saber las causas – en la calle de Anselmo Clavé, resultando muerto el vigilante nocturno Buenaventura Alsina, de cincuenta y cuatro años, y gravemente herido el guardia de Seguridad número 555, que ha ingresado en el Clínico.

    En el centro de Barcelona, a primera hora de la madrugada, continuaba extraordinaria animación, funcionando normalmente todos los teatros y establecimientos públicos.

    Nota de los Sindicatos Unicos

    Los Sindicatos Unicos han remitido la siguiente nota a los periódicos: «Ha sido proclamada la República en España. El nefasto Borbón que nos tenía la argolla al cuello, ha tenido que dejar el Poder. El Ayuntamiento, la Diputación, Correos y Telégrafos, están en manos del pueblo. Para sancionar estos hechos, el pueblo debe manifestarse en la calle. No nos entusiasma una República burguesa, pero no consentiremos una nueva Dictadura. Contra una posible reacción de los elementos armados, el pueblo debe estar en pie. Si la República ha de consolidarse indudablemente contando con la organización obrera. Como condición previa exigimos la inmediata libertad de todos nuestros presos. Después de este primordial, impondremos otras condiciones. La Confederación Regional del Trabajo de Cataluña declara la huelga general y está a la expectativa de los acontecimientos. Por la libertad de los presos, por la revolución, ¡viva la Confederación Nacional del Trabajo de España! Por la Organización obrera Comité Regional de Cataluña, Federación Local de Sindicatos de Barcelona.»

    Asalto a las cárceles

    A las cinco de la tarde, el director de la Cárcel Celular tuvo noticia de que llegaba una manifestación a exigir la libertad de los presos políticos. Por teléfono pidió al gobernador diciendo que estaba en gran compromiso por no haber presos políticos. El gobernador dijo que mandaba fuerza y que procurase contener a la manifestación. No fiándose de ello, el director comunicó con el capitán general, quien le contestó que iba a proclamar el estado de guerra y que mientras llegaba la manifestación la contuviese, que él mandaría un destacamento de la Guardia civil. Mientras tanto, llegó la manifestación, prendieron fuego a la puerta de la Cárcel, la derribaron con picos y mazas y dejaron en libertad a los 600 presos, casi todos ellos por delitos comunes. Han quedado solamente dos presos ciegos y tres locos.

    En la cárcel de mujeres ha ocurrido lo mismo. Fueron libertadas todas las presas y rotos los archivos y tiraron la fichas antropométricas.

    Asalto a Correos

    A primeras horas de la madrugada varios individuos se presentaron en el edificio de Correos e intentaron desarmar a unos guardias, lo que consiguieron. Cuando estaban en la parte superior donde había otros guardias con carabinas les encañaron las pistolas los desconocidos disparándoles varios tiros. Una de las balas tropezó con un mauser y otra rozó la rente de un guardia. Los guardias se defendieron disparando sus carabinas y matando a dos de los asaltantes que sujetaban con las manos sus pistolas. Los otros asaltantes se dieron a la fuga.

    Los estudiantes aceptan la República Catalana

    El presidente de la F. U. E., señor Sbert, que desde los primeros momentos estuvo ayer al lado de los republicanos, y que asistió a todos los actos que tuvieron lugar desde la proclamación de la República en Barcelona, manifestó a los periodistas que acababa de hablar con el presidente de la República Catalana, señor Maciá, poniéndose incondicionalmente a su disposición para la defensa del régimen naciente. Expuso que la F. U. E. tiene ya reconocida la fórmula federal del Estado en sus estatutos, y por tanto, no es, para ella ninguna violencia acatar la modalidad de la República federal, sino por el contrario, encaja perfectamente en su ideario.

    En cuanto a la actitud de los estudiantes, dijo que éstos volverán inmediatamente a la Universidad, por cuanto ha terminado su pleito de incompatibilidad con el régimen.

    El ministro del Gobierno provisional de Cataluña señor Carrasco, a Madrid. – Nicolau y Maciá conferencian

    A primera hora [del día 15] salió para Madrid en avión el ministro del Gobierno provisional de Cataluña, señor Carrasco, encargado de una misión especial cerca del Gobierno central.

    Al mediodía llegó al aeródromo del Prat del Llobregat el ministro de Economía del Gobierno central, Nicolau d’Olwer, el cual celebró una conferencia telefónica con el presidente, señor Maciá, y acto seguido reanudó su viaje aéreo hacia Madrid.

    El autor de la muerte de don Eduardo Dato en libertad

    Se ha ordenado que sean puestos en libertad quince presos políticos y sociales que estaban en Figueras. Entre ellos figura Pedro Matéu, condenado a cadena perpetua por la muerte de don Eduardo Dato.

    El presidente del Gobierno provisional de Cataluña aplaudido por la multitud

    … A las cuatro de la mañana [del día 15] desfiló por la plaza de la Constitución un regimiento de Infantería, con una banda de música, y al llegar al Palacio de la Generalidad, donde estaba reunido constituído en sesión permanente el Gobierno provisional de Cataluña, el presidente, señor Maciá, salió al balcón y fue saludado calurosamente por la multitud reunida en la plaza.

    En el zaguán de la Diputación formó un piquete de Ingenieros, que al paso de una compañía de Carabineros, precedida por la bandera republicana, rindió los honores correspondientes.

    [Cese rector de la universidad]

  • Companys anuncia en el Parlamento que no piensa acatar el fallo del Tribunal de Garantías Constitucionales sobre la Ley de Contratos de Cultivo, que todos los gobiernos de la República han sido un obstáculo para la patria, y que la raza sabrá responder; Abadal de la Lliga habla a favor del constitucionalismo

    ([El Parlamento:] Al levantarse a hablar el PRESIDENTE DE LA GENERALIDAD, todos los diputados, puestos en pie, le tributan una gran ovación, sumándose al entusiasmo las tribunas. Se oyen diversos vítores.)

    […]

    [E]l problema no es la orientación de la ley, sino si en algunos puntos, la ley ha tratado materias que no son de su competencia, y el Tribunal de Garantías ha llegado más allá: [en su sentencia del 8 de junio] nos ha negado competencia para resolver sobre esta materia, y, como ha dicho el consejero de Justicia, en los «considerandos» de la sentencia hay una concepción tan arbitraria y minimalista del Estatuto y de la Constitución, que hasta llega a falsear sus propias esencias.

    Eso es tan claro que no encuentro extraño que con un natural impulso patriótico de elementos que tienen creencias absolutamente antagónicas a las que tiene esta mayoría, se hayan sentido indignados porque frente a un ataque a Cataluña, no deben existir divisiones entre los que nos sentimos catalanes.

    En cambio, me han llenado de estupor unas declaraciones del jefe del Gobierno, señor Samper, lanzando una sugerencia, haciendo la indicación que quizá si se modificaban algunos aspectos o se modificaban algunos extremos, podría haber un plan de concordia, que en este problema la sola palabra me cubre de vergüenza.

    Pero yo digo: si somos incompetentes en la materia, tanto si reformamos algunos preceptos de la ley, como si no los reformamos, cometeremos de todos modos un acto ilegal, y estaremos fuera de la legalidad. Ya que el Tribunal de Garantías, dominado por la pasión política, no ha dejado una rendija por la que pueda discurrir nuestra política, persistentemente conciliadora, que tantos malos resultados nos está dando, hemos presentado la ley, la nueva ley, que es igual, con puntos y comas, a la ley que se había presentado antes, para recibir de nuevo la ratificación del Parlamento. Si vosotros la aprobáis, el Gobierno la hará cumplir, pase lo que pase, y sea como sea… (Los diputados, puestos en pie, aplauden y lanzan diversos vítores. También se oyen vítores y aplausos en todas las tribunas.)

    EL PRESIDENTE [DE LA CAMARA]: El público se ha de abstener de hacer manifestaciones. De otro modo, será expulsado el que interrumpa o aplauda. Yo, hasta ahora, no he visto a nadie. Puede seguir el honorable Presidente de la Generalidad.

    EL PRESIDENTE DE LA GENERALIDAD: Y si el Parlamento no la aprobase, el Gobierno dimitiría, porque he de decir aún, aunque sea una cosa formularia, pues ya sé vuestro sentimiento, he de decir que el Gobierno hace de esta cuestión una cuestión de confianza.

    Hay que decir por eso, que lo ocurrido con esta ley es solamente un episodio en las relaciones que el Gobierno viene sosteniendo desde hace un tiempo con los últimos Gobiernos de la República. La ofensiva a nuestras libertades se ha ido produciendo cada día desde todos los Ministerios, con millares de incidencias ocurridas, y responde a una táctica y a una persistencia del Estado, o mejor, de las influencias monárquicas que se han apoderado del Estado.

    Creo inútil registrar los hechos, y no comentaré tan sólo lo que ha ocurrido con el dictamen de la Comisión mixta en relación con los servicios de radiodifusión, porgue todos han caído uno a uno sobre la paciencia de nuestro pueblo, que nos dice que hay bastante y que no puede continuar eso más, porque si eso persistiese, entendedme, si esto persistiese, nuestra autonomía iría desfalleciendo de tristeza, iría perdiendo el color y el carácter, para ir últimamente a desvanecerse, a hundirse, por la cobardía o por la estupidez de los catalanes. (Grandes aplausos.)

    Y eso no, porque mereceríamos ser declarados indignos o traidores y nuestro nombre quedaría escrito con ludibrio en el juicio de la historia de la patria. (Grandes aplausos.)

    Y esto, señores, es el problema que no se puede desvirtuar, ni desfigurar, con habilidades políticas, partidistas; es el problema de la libertad de Cataluña, que vuelve a estar en pleito porque se ha apoderado de las directrices de la República y rodean su estructura, y llega a sus fundamentos, todo lo antiguo de la vida política española. Y ante este problema, ¿qué hay que hacer?

    La vida de la República está debilitada, la Constitución es una cosa inerte. Se han resarcido bien los fugitivos del 14 de abril; nos llegan de fuera voces amigas y faltan a veces aquí voces catalanas.

    Yo dirijo hoy una salutación al noble pueblo de Vasconia, que nos ha transmitido su adhesión incondicional, y le digo que encontrarán en los nacionalistas catalanes siempre una entusiasta reciprocidad. (Grandes aplausos.)

    Yo, además, recojo con simpatía la voz de las izquierdas españolas, que han publicado un manifiesto en Madrid en el cual defienden el sentido autonómico de la Constitución del Estado, ley básica de la República.

    Somos, tal vez, los mismos que éramos el 14 de abril, pero nosotros no los contamos, no necesitamos contarlos. Cataluña se quedaría sola ella sola, y enfrente de un levantamiento monárquico centralista de todas las tierras hispanas, Cataluña daría la gran batalla, porque nosotros no queremos morir de asco, ni de vergüenza. (Grandes aplausos.)

    Y ahora oid: No somos hombres que nos dejemos llevar por los nervios, ni por las exaltaciones momentáneas. No. Al frente del Gobierno hemos dado pruebas que sabemos guardar la actitud moderada de un gesto pausado de cara siempre a nuestras creencias, sin embargo. Hemos mantenido de una manera inflexible el orden público, y nos hemos enfrentada con todos los perturbadores. No somos irreflexivos; desde la dirección del Gobierno sabemos adoptar aquel tono ponderativo de táctica y equilibrio, del saber hacer, de un político que tiene una responsabilidad por conducir las iras y los antagonismos de los diferentes sectores sociales. No somos unos insensatos, pero que me escuchen todos los catalanes.

    Un día, dirigida y orientada por una fuerza política catalana, se intentó la renovación de la vida política española, a base de nuestros postulados de acatamiento a la voluntad del país, de la depuración de las prácticas de Gobierno, pero a la sola conminación del representante del Estado decrépito, en la persona de un gobernador civil, que puso las manos sobre la espalda en una detención simbólica; a pesar de todos los anuncios de gestos simbólicos, y después de haber exaltado a la multitud, no pasó nada: transcurrió aquel momento dandos unas carteras ministeriales a los que habían organizado aquella jornada. (Aplausos.) Y no vino ningún beneficio para el ideal catalanista, ni para la nacionalidad catalana, ni para que la vida española dejase de arrastrarse en los medios infectos en que se debatía. Otro día, viene una dictadura, y hemos de sufrir la afrenta de que el nieto de Fernando VII nos recuerde que es heredero de Felipe V, y nos quitan, nos arrebatan la Mancomunidad, y nos barren de la Generalidad. Y tampoco pasa nada. Al contrario, los elementos dirigentes de la política catalana y del ideal heroico del catalanismo, son los últimos defensores desesperados de aquellas viles instituciones. (Muy bien.)

    Todo eso ha pasado. Viene la República, viene la autonomía y dirige la política catalana un Gobierno de izquierdas, y vuelve a vivir, y va la agresión dentro de la República de los lacayos de la Monarquía, de las huestes fascista monárquicas, que han hecho penetrar ya su vanguardia y que están en la misma puerta.

    Y yo digo; si ahora también, ayer como hoy, antes con unos hombres y hoy con otros, aceptamos la nueva fatalidad y la fuerza y nos entretenemos en los juegos de habilidad política si nos dejamos arrebatar lo que es nuestro, no lo que nos pertenece, sino sólo lo que ha quadado pactado en el Estatuto y la Constitución, entonces, ¿quién tiene el derecho de decir qus aquí hay un sentimiento nacionalista? Si el sentimiento nacionalista a través del mundo y del tiempo da héroes y da mártires! ¿Dónde está el amor y la fortaleza de nuestra tierra qué temple, qué aliento podemos dar al movimiento espiritual de nuestra raza? (Aplausos.)

    ¡Ah, amigos! os he de decir muy pocas palabras más. Si eso sucediese y ya tuviese la desgracia de quedar con vida, me envolvería en mi menosprecio y me retiraría a mi casa para esconder mi vergüenza como hombre y para esconder también el dolor punzante del alma, por haber perdido la fe en los destinos de la patria. (Gran ovación que dura largo rato. Los diputados, puestos en pie, vitorean al Presidente de la Generalidad de Cataluña. También desde las tribunas se aplaude y se vitorea.)

  • José Antonio: el encaje de Cataluña en España

    [Discurso en el Parlamento el 30 de noviembre]

    … hay muchas maneras de agraviar a Cataluña, como hay muchas maneras de agraviar a todas las tierras de España, y una de las maneras de agraviar a Cataluña es precisamente entenderla mal; es precisamente no querer entenderla.

    Lo digo porque para muchos este problema es una mera simulación; para otros este problema catalán no es más que un pleito de codicia: la una y la otra son actitudes perfectamente injustas y perfectamente torpes. Cataluña es muchas cosas, mucho más profundamente que un pueblo mercantil; Cataluña es un pueblo profundamente sentimental; el problema de Cataluña no es un problema de importación y exportación; es un problema dificilísimo de sentimientos.

    Pero también es torpe la actitud de querer resolver el problema de Cataluña reputándolo de artificial. Yo no conozco manera más candoroso, y aun más estúpida, de ocultar la cabeza bajo el ala que la de sostener, como hay quienes sostienen, que ni Cataluña tiene lengua propia, ni tiene costumbres propias, ni tiene historia propia, ni tiene nada. Si esto fuera así, naturalmente, no habría problema de Cataluña y no tendríamos que molestarnos ni en estudiarlo ni en resolverlo; pero no es eso lo que ocurre, señores, y todos lo sabemos muy bien. Cataluña existe con toda su individualidad, y muchas regiones de España existen con su individualidad, y si queremos conocer cómo es España, y si queremos dar una estructura a España, tenemos que arrancar de lo que España en realidad ofrece; y precisamente el negarlo, además de la torpeza que antes os decía, envuelve la de plantear el problema en el terreno más desfavorable para quienes pretenden defender la unidad de España, porque si nos obstinamos en negar que Cataluña y otras regiones tienen características propias, es porque tácitamente reconocemos que en esas características se justifica la nacionalidad, y entonces tenemos el pleito perdido si se demuestra, como es evidentemente demostrable, que muchos pueblos de España tienen esas características.

    Por eso soy de los que creen que la justificación de España está en una cosa distinta: que España no se justifica por tener una lengua, ni por ser una raza, ni por ser un acervo de costumbres, sino que España se justifica por una vocación imperial para unir lenguas, para unir razas, para unir pueblos y para unir costumbres en un destino universal; que España es mucho más que una raza y es mucho más que una lengua, porque es algo que se expresa de un modo del que estoy cada vez más satisfecho, porque es una unidad de destino en lo universal.

    Con sólo esto, veréis que en la posición que estoy sosteniendo no hay nada que choque de una manera profunda con la idea de una pluralidad legislativa. España es así, ha sido varia, y su variedad no se opuso nunca a su grandeza; pero lo que tenemos que examinar en cada caso, cuando avancemos hacia esta variedad legislativa, es si está bien sentada la base inconfundible de lo que forma la nacionalidad española; es decir, si está bien asentada la conciencia de la unidad de destino. Esto es lo que importa, y es muy importante repetirlo una y muchas veces, porque en este mismo salón se ha expuesto, desde distintos sitios, una doctrina de las autonomías que yo reputo temeraria. Se ha dicho que la autonomía viene a ser un reconocimiento de la personalidad de una región; que se gana la autonomía precisamente por las regiones más diferenciadas, por las regiones que han alcanzado la mayoría de edad, por las regiones que presentan caracteres más típicos; yo agradecería –y creo que España nos lo agradecería a todos– que meditásemos sobre esto: si damos las autonomías como premio de una diferenciación, corremos el riesgo gravísimo de que esa misma autonomía sea estímulo para ahondar la diferenciación. Si se gana la autonomía distinguiéndose con caracteres muy hondos del resto de las tierras de España, corremos el riesgo de que al entregar la autonomía invitemos a ahondar esas diferencias con el resto de las tierras de España. Por eso entiendo que cuando una región solicita la autonomía, en vez de inquirir si tiene las características propias más o menos marcadas, lo que tenemos que inquirir es hasta qué punto está arraigada en su espíritu la conciencia de la unidad de destino; que si la conciencia de la unidad de destino está bien arraigada en el alma colectiva de una región, apenas ofrece ningún peligro que demos libertades a esa región para que, de un modo o de otro, organice su vida interna.

    ¿Es éste el caso de Cataluña? Los que le concedieron el Estatuto debieron presumir que sí. 0 los que le concedieron el Estatuto fueron traidores a España, sospecha para la cual debiéramos todos tener nuestros motivos, o los que le concedieron el Estatuto pensaron que la conciencia de la unidad de destino estaba tan arraigada en Cataluña que el Estatuto no iba a ser nunca instrumento de disgregación y podía ponerse en sus manos sin ningún peligro para la unidad. Ahora bien: aquello que, en el mejor caso, fue una presunción de los que concedieron el Estatuto a Cataluña, ha sido evidentemente destruido por la prueba en contrario. Los dos años de experiencia de Cataluña han sido dos años de deshispanización, y si en dos años se avanzó lo que se avanzó en el camino de la deshispanización, con el instrumento puesto en manos de los que ejercieron el gobierno de Cataluña no es ya temerario, sino que, por el contrario, la presunción se invierte, pensar que si dejamos entregado este Estatuto en manos semejantes (porque ninguna garantía tenemos de que el pueblo catalán piense cambiar de directores), probablemente comprometemos, ponemos en trance de pérdida definitiva, el sentido de la unidad de destino nacional que debemos exigir arraigado en todas las tierras de España.

    […]

  • Elecciones, el oasis catalán, preparaciones bélicas de la FAI, golpe militar, exilio

    Abbazia, 31 de desembre [1936]

    RESUM DE L’ANY 1936

    […]

    Vaig començar-lo amb una dolorisíssima operació quirúrgica, suportada amb un estoïcisme que sorprengué els metges.

    Vingué, després, la campanya electoral per a les eleccions del 16 de febrer. A Catalunya, no es pot negar la victòria de les esquerres. Amb ella els catalans mostraren una vegada més llur incapacitat política.

    Els primers dies després de les eleccions, l’ambient que es respirava a Barcelona era absolutament revolucionari. Vaig escoltar, des del meu llit, el crit de: «Morí Cambó!», proferit per una multitud de manifestants. Si un grup hagués assaltat la meva casa, hauria restat sense càstig i és possible que aquella nit s’hagués iniciat la revolució social a Barcelona.

    En les eleccions vaig ésser derrotat i a la meva derrota dec la vida. És curiós que tingui d’agrair-la als companys de candidatura que no compliren el seu deure d’assegurar la meva elecció.

    El mes de març i part d’abril vaig passar-los a Piestany, fent una cura que em deixà extenuat. Durant aquests temps, a tot Espanya roncava la revolta i se’n produïren, sovint, violents esclats. A Catalunya hi havia pau i la nostra gent, beata, parlava de «l’oasi català».

    Jo no creia en l’oasi; sabia que hi havia pau perquè la FAI s’estava organitzant i no volia afeblir l’embranzida que preparava. Creia, però, en la possibilitat que el govern s’espantés de l’abís que s’obria als seus peus i es decidís a plantar cara: hauria guanyat la partida. Amb aquest pensament vaig publicar un article sostenint la tesi que un govern, quan les forces coactives li romanen fidels, és avui invencible … i no hi havia dubte que, per a contenir l’onda revolucionària, el govern hauria comptat amb tota la força pública i una bona part dels elements de Front Popular. Desgraciadament, el govern s’anà eliminant a mesura que les organitzacions revolucionàries mostraven major audàcia.

    Vaig donar en maig i juny algunes conferències. Tesi: la lluita de blocs incompatibles és la guerra civil; els règims democràtics són encara els que asseguren un major grau de prosperitat; un cop militar provocaria una terrible reacció esquerrista. Sóc antifeixista, antidictatorial, però, enfront de l’anarquia, com a mal menor, ha de venir la força.

    Vaig sortir d’Espanya a primers de juliol amb veritable recança. Jo no creia que la FAI donés el cop abans de la tardor i tampoc creia jo en el cop militar, si no era provocat per una situació de major anarquia. El govern podia, encara, dominar la situació i jo creia que ho faria.

    Al tenir notícia de l’assassinat de Calvo Sotelo, vaig creure en la imminència d’un cataclisme. A l’assabentar-me del cop militar, vaig preveure la terrible reacció esquerrana. Al veure, als pocs dies, que estàvem en guerra civil, s’inicià el meu pessimisme.

    La notícia de les destrosses fetes a casa meva i de la confiscació de tots els meus béns em deixaren serè. Sols en pensar en coses concretes, sovint petites, que havia perdut, m’entrava una gran recança.

    [etc]

  • Debate en el Parlamento de Cataluña sobre la Olimpiada Popular

    Debate sobre la subvención a la Olimpiada Popular

    El viernes 17 de julio de 1936 tuvo lugar en el Parlamento de Cataluña un debate sobre el proyecto de ley para subvencionar con cien mil pesetas los Juegos populares de Barcelona, que tuvo la virtud de provocar uno de los debates más interesantes de la actual etapa parlamentaria. Era de esperar que, tal como dichos Juegos han sido concebidos, alguien se levantase para oponerse a la concesión de la mencionada subvención. El señor Durán y Ventosa fue ese alguien, y hay que reconocer que dijo todo cuanto debía decirse, con un buen conocimiento de causa.

    […]

    Toma la palabra el señor Durán y Ventosa para consumir un turno en contra. Asegura que es una tremenda equivocación esta aportación de la Generalidad a esa “Olimpiada” popular, porque todo el mundo sabe que no se celebra ninguna otra Olimpiada que la que se organiza cada cuatro años mediante un convenio internacional llevado a cabo por las representaciones más auténticas del deporte del mundo. Los efectos de esta equivocación se harán sentir por mucho tiempo en la vida política catalana.

    […]

    No puede hacerse eso de oponerse a un convenio internacional, porque sería poner en ridículo el nombre de Cataluña; nosotros podemos hacer muchas cosas; pero nunca poner en ridículo el nombre de Cataluña.

    ¿Qué resultado se obtendrá con la celebración de estos Juegos? Es posible que vengan forasteros, vecinos de Tarrasa, de Badalona; los mismos que vendrían en ocasión de una fiesta cualquiera. Además, esa precipitación con que todo ha sido preparado, es funesta para el deporte y para todo. Pudo organizarse con tiempo y ya tendría excusa. Así, no. Añade que los Juegos Olímpicos internacionales, los únicos que pueden ostentar, quiera o no quiera la Generalidad, el nombre de olímpico, se organizan cada cuatro años en una gran ciudad, bajo el patronato de los Gobiernos del país en que tienen efecto. Ahora bien: en el momento en que le correspondía a España el honor de celebrarlos, ¿a qué ciudad le correspondería? A Barcelona, indudablemente. Pero es que cuando llegue a tratarse de la designación, el Comité encargado de ello no podrá olvidar que en Barcelona se intentó llevar a cabo una competencia, una disidencia. ¿Y quién se atreverá a defender lo contrario? El Parlamento debe tener el convencimiento de que con la aprobación de la ley se imposibilitará el que los auténticos Juegos Olímpicos se celebren en nuestra ciudad. Acaba diciendo que está convencido de que todos los diputados saben que, al aprobar el dictamen, hacen un disfavor a la ciudad. Aprobadlo; pero será con los votos en contra de “Lliga Catalana”.

    Habla el señor Fontbernat para replicar al señor Durán y Ventosa, afirmando que lo que se ha organizado no es una Olimpiada, sino una “Semana del deporte y del folklore”. Por tanto no hay posibilidad de competencia. Hay, por otra parte, otra distinción: la de que los atletas que toman parte en las Olimpiadas oficiales son profesionales; los que toman parte en los Juegos populares, son “amateurs”. Sigue diciendo que hay que tener presente la circunstancia de que estas fiestas aparecen también integradas por importantes manifestaciones folklóricas. Acaba asegurando que no existe ningún ánimo de competencia. Manifiesta que sólo de Francia vendrán más de 40.000 personas para presenciar los Juegos.

    El señor Fronjosa interviene diciendo que después de las palabras del señor Fontbernat, es casi innecesario el que su minoría defienda su actitud, favorable al dictamen. Afirma que no será la primera vez que las grandes ciudades del mundo organicen estos Juegos al margen de las Olimpiadas oficiales. Con esto ya es bastante para que Barcelona se sienta honradísima con la organización de estos Juegos populares. Afirma, por otra parte, que estas fiestas populares tienen un neto carácter antifascista.

  • Aub: la revolución social. Muere Apel·les Mestres entre «llamps i trons»

    No hay luz eléctrica en Barcelona. Ni luna. Sólo tiros e iglesias ardiendo. La gente por la calle va de un incendio a otro. Intentaron salir los bomberos, pero el pueblo cortó las mangas. Se consumen las iglesias, pero no la Catedral, ni el monasterio de Pedralbes. Lo gótico no se quema, es el único orden que le impone al pueblo. Barcelona a oscuras pero con bastantes iglesias para poder andar por la ciudad, con el trágala de las caballerías muertas y los tiros de los fascistas confortablemente instalados tras su balcón, asesinando a mansalva. Un millón de habitantes sin más luz que gigantescas antorchas. Todos los templos se parecen ahora a la Sagrada Familia, y Barcelona huele a chamusquina. Largos ramos, pobladísimas lenguas de chispas por lo negro, negro de la noche; y los humos contra las estrellas. La gente callada, de una estación a otra, con su sentido trágico de la vida de los bolsillos, esperando un milagro; dándose cuenta de que nace un mundo nuevo, que puede morir en cierne, como otras tantas veces en este mismo lecho; pero todos husmean el parto; y, barruntándolo, nadie dice nada: óyese sólo el crepitar del fuego. El fuego hacia los cielos y la ciudad negra con heridos por los portales y asesinos por los tejados. Se ven las panzas del humo a la luz de las llamas, no las espaldas, ni la altura.

    Rafael Serrador, apoyado en una farola, mira cómo se abrasa la iglesia del Carmen. No se le alcanza, en su nueva vida, por qué destruyen e incendian, por qué no lo guardan para sí. Le duelen las llamas. Ya ha preguntado a veinte por qué queman, y todos se han alzado de hombros. Sin embargo, algo les mueve.
    Pegado a una de las puertas divisa un viejo al que cree recordar; mirando cómo sacan las imágenes y hacen una gran falla; síguele con la vista, no le suelta y se le acerca.
    – Por qué queman?
    El vejete le mira y le dice confidencialmente:
    –Chist! Hay que empezar siempre por el coro. Siempre.
    –Por qué?
    Ahí está el meollo! –y mirándole fijo a los ojos–: Si no, son capaces de volverse a sentar allí.
    El hombre se lleva a Serrador Ramblas arriba:
    –Ven. Le hace subir a la terraza del edificio de Las Noticias.
    Desde allí se descubren diez o doce incendios.
    –¿Ves tú, pequeño? De cuando en cuando hay que quitarse las chinches de encima y desinfectar el ambiente. Yo he sido mozo en la escuela de Ferrer, ¿sabes? ¡Aquel sí que era un hombre! Ya sabían lo que se hacían cuando lo fusilaron. Esta va a ser tan sonada como aquélla. ¿Crees que queman por quemar? ¡Pues no! Se mata lo que se odia. Se quema por purificar y salvar la vida: para ahuyentar los malos espíritus y rehabilitar la tierra. En el mundo hay dos cosas puras y hermosas: el fuego y el desnudo. ¿El arte? Historias y engañabobos. ¡Dímelo a mí! Fabrico vírgenes del siglo XVI. Los burgueses, los comunistas, creen que quemamos por destruir, que robamos para enriquecernos. Aquí cuando un niño es malo le dicen: eres peor que un ravachol. ¡Asquerosos! Lo de Ravachol es por un tranvía de Valencia, que descarrilaba con frecuencia y mató a unos cuantos. No viene a cuento. Quemamos para salvar y hacer tabla rasa; y cuando ha hecho falta robar es que hacía falta para vivir. Ya sé que no sé quién eres, pero me es igual.
    El viejo estaba completamente ido y mirando la ciudad, lloraba. «¡Ferrer santo! –musitaba– ¡Ferrer santo!» De pronto se volvió rápido hacia Serrador y le dijo tajante:
    –¡Porque si no las queman, volverán!
    –¿Quiénes?
    –Curas y diablos.

    Rafael bajó otra vez hacia el puerto. Anduvo hasta la «Buena Sombra», convertida en cuartel del asalto a Atarazanas. Reinaba un barullo tremendo. Se sentó en un rincón al lado de un librero de viejo y de un vendedor de biblias protestantes.
    –Mira –decía el más viejo–; la cosa no puede ser más sencilla. Aquí estamos los que no creemos en Dios y enfrente están los que creen. Y nada más. Huelgan otras explicaciones. Cuando deje de haber curas dejará de haber ricos.
    –Mira, Ambrosio –dijo Serrador–, más bien creería lo contrario.
    –¡Tú qué sabes, mocoso! Aquí la nada, y ellos con Dios. ¡Imponente! (Era su bordón.) ¡Imponente! Claro está que lo grande es que, para los que husmeamos la verdad, pelea la nada contra la nada, pero eso se queda para los escogidos.
    –Sí –dijo el vendedor de biblias–, hace siglos que nos quieren romper la crisma en nombre de Dios.
    –¡Y lo que te rondaré, morena!
    –Yo –dijo Serrador– creo que aquéllos creen en lo que tienen, y que son ustedes los que creen en Dios.
    –¡Imponente, mocoso, imponente! ¿Me vas a querer dar lecciones a mí? Nosotros creemos en el hombre.
    –Es lo mismo –dijo condescendiente Rafael.
    –¿Cómo que es lo mismo? Aquéllos creen en Dios porque le tienen miedo al hombre, y Dios es buen comodín.
    Rafael le pregunta al propagandista protestante:
    –¿Cómo vendes biblias siendo ateo?
    –Si creyese en Dios, las regalaría. A mí no me engaña ni Dios –le responde guiñando un ojo y descubriendo una encías sin más diente que un incisivo amarillo y gris oscuro, mitad por mitad.
    –Yo tengo publicado un libro –encadena el librero–, donde demuestro que todas las calamidades nacen en la creencia en Dios. Con más de doscientas citas y prólogo del conde de Tolstoi.
    –¿Te lo mandó él?
    –¡Lo recorté yo!

    El café concierto puede apenas con su oscuridad a pesar de las dos o tres docenas de bujías repartidas en mesas, mostrador y escenario. El camino de la bodega estaba libre y el bombo desfondado con una vela en el parche.
    Alrededor de una mesa discutían varios hombres de la FAI.
    –La ciudad es nuestra de arriba abajo.
    –¿Y la Esquerra?
    –¿Qué es la Esquerra sin nosotros? Ya se vio hace dos años.
    –¿Y los de la UGT?
    –Eso es otro cantar. Pero no nos vengan con monsergas, ellos no son nadie aquí, ¡nadie! Aquí mandamos nosotros. Y en Zaragoza, y en Sevilla. Y en Valencia, si me apuras. Referente a Madrid y Bilbao, ya hablaremos.
    –¿Tú crees que vamos a tomar directamente el poder?
    –Ya resolverá el comité. Yo creo que no. Esta no es «nuestra» revolución: es la de las derechas. Ellas lo han querido, ¡allá ellas! Pero por eso mismo no podemos perder las apariencias republicanas. Nos ha llegado la hora de salvaguardar las esencias liberales y democráticas. «Allons, enfants de la Patrie…»
    –¡No fastidies!
    –Sí, hijo: ¡y viva la Constitución!
    –¿Qué se sabe de Zaragoza?
    –Nada. Yo siempre dije que el secretario de la Federación…
    –Parece que allí empiezan a fusilar gente.
    –Vosotros diréis lo que queráis, pero si no es por la guardia civil y los de asalto, ¡ya quisiera yo ver dónde estaríamos a estas horas!
    –¿Y la tropa sin nosotros?
    –Eso es harina de otro costal. Pero vamos a ver lo que hace la Confederación en Zaragoza y Sevilla.
    –Dependerá un tanto de los gobernadores.
    –¡Che, callarse! –dijo un valenciano en la oscuridad–. Hemos luchado todos por la revolución, y ahí fuera todavía quedan cuarteles que tomar.
    –Sí, bueno. Hoy la Guardia Civil ha estado con nosotros, pero ¿y mañana? Lo que hay que hacer es disolverla. Y en seguida.
    En otro local, el del PSUC, Vidiella y Comorera abonaban en el mismo sentido.
    –Hay que formar Comités de Obreros y Campesinos.

    Companys, después de consultar con unos y otros, formaba el Comité Central de Milicias.
    –¡Se hunde la legalidad republicana! –clamaba por los gloriosos patios de la Generalidad un importante burócrata, de la Lliga–: ¡Eso es crear el poder revolucionario por decreto!
    –¿Y quién se lo ha buscado, monín? –le contestaba un ordenanza.

    Siguen subiendo hacia los cielos oscuros las abullonadas columnas de color rojuelo, salpicadas de pavesas brillantes.
    Rafael Serrador vaga por las calles tropezando con las gentes y sintiendo los lazos que le unen con los hombres, y como cogido en una red de la cual él fuese una de las mallas, una de las hebras de la noche. Por la plaza del Pino pasea un hombre completamente desnudo, gritando:
    –¡Viva el Sr. Kneipp! ¡Viva el Sr. Kneipp!
    Un mundo salido de sí, un mundo sin madre. Apoyado en un canalón, Rafael Serrador piensa en el agua, un agua bárbara, ímpetu bronco, raudo, tenaz, incontenible: como el de un toro de fuego, un arco iris de fuego, por encima de la ciudad vencedora.

  • La Generalidad y la supuesta desnacionalización de Cataluña

    LA INVASIÓ AL·LÒGENA A CATALUNYA

    He rebut una lletra d’En Ribó parlant-me de la impressió que li ha fet rellegir ara el llibre de Vandellós Catalunya, poble decadent. Em copia els paràgrafs de Conrado Girú explicant com un poble pot ésser desnacionalitzat pel fet d’ésser la seva població submergida per gent al·lògena de major capacitat reproductiva.

    Justament avui mateix rebo notícies de la formidable immigració que sofreix ara Catalunya: de primer, els refugiats d’Irun; ara, els fugitius de Madrid; demà, seran els habitants de la Manxa i d’Aragó. I aquesta torrentada immigratòria no cau sols a Barcelona sinó que s’escampa per tot Catalunya: Vilafranca, Banyoles… Pobra Catalunya!

    Coincidint amb la riuada immigratòria, la millor gent de Catalunya emigra o és assassinada: supressió – sobretot en qualitat – dels indígenes; immigració en massa d’al·lògens que cau sobre el terrer adobat de les immigracions precedents. Això significa que arreu, sense protesta, com a cosa normal acceptada i fins estimulada per poders catalans – i d’una Catalunya autònoma!, independent de fet! – s’està realitzant avui a la nostra terra un fet desconegut en l’Europa occidental però que, a Orient i centúries enrera, fou l’expressió màxima de la brutalitat d’un conqueridor quan volia destruir una raça vençuda: extermini o deportació d’indígenes i immigració d’al·lògens. Així, sobre el mateix territori, fins aprofitant el fruit del treball secular de la raça vençuda, una nova raça s’instaura.

    El que mai s’atreviren a fer a Catalunya ni romans, ni visigots, ni alarbs, ni castellans, ni francesos, s’està fent sota el signe de l’autonomia catalana.

    Examinant la llista de l’actual govern autònom català s’hi troben ja els representants dels invasors. Ja en les sessions del govern autònom de Catalunya no es pot parlar en català, perquè hi ha ministres que no entenen la nostra llengua.

  • Ricardo del Río: la escenificación de la victoria

    La mañana del día 26 como presagiando lo que poco después del mediodía había de producirse. Pocas personas en las calles. Gestos tristes en los que habían visto cómo sus familiares habían abandonado Barcelona para no se sabía cuánto tiempo y otros con semblante alegre, ya que ansiaban el final que se avecinaba para dar rienda suelta a su alegría.

    Un breve cañoneo a las diez de la mañana cayendo los proyectiles en la Plaza de España, altos de Montjuich y algunas calles de la barriada de Sans y más tarde se realiza el asalto al famoso monte vigía del puerto de Barcelona. Defendiéndole unos cuantos soldados de Infantería que en cuanto vieron aparecer la primeras fuerzas enemigas arrojaban sus armas. No fueron hechos prisioneros, sino que desembarazdos del arma que les habían dado en el Ejército republicano, les fue entregado un fusil del Ejército nacionalista y colocados en vanguardia. Esta operación se realizó simultáneamente en Vallvidrera y Tibidabo, deteniéndose un momento el avance para sacar a los presos que había en el famoso castillo y en la prisión establecida en lo que había sido Pueblo Español de la Exposición de Barcelona, entre los que se encontraba el Teniente Coronel Domingo Rey d’Harcourt encargado de la defensa de Teruel cuando fue tomado por la República y que todavía no había sido juzgado.

    A la una de la tarde acuerdan realizar la entrada de la ciudad catalana, y dos columnas, una que baja de Montjuich hacia la Plaza España, siguiendo la calle de Cortes a las Ramblas y otras que descendiendo del Tibidabo toma la calle de Muntaner hasta la Diagonal, siguiendo esta Avenida hasta el Paseo de Gracia. No entraron fuerzas extranjeras. Estas se quedaron en retaguardia. Soldados navarros, que habían llevado el peso de las operaciones, unidades gallegas y algunas banderas del Tercio, fueron los primeros en cruzar las calles vacías de Barcelona. Más tarde llegaron moros y los generales Yagüe y Eliseo Álvarez Arenas, y después el General Jefe del Ejército del Norte.

    No quisieron evitar la salida de Barcelona de cuantos quisieran marcharse. Si hubieran deseado lo contrario, retrasan unas horas la entrada, desciende[n] por la ladera izquierda del Tibidabo y dirigiéndose al la carretera de Granollers hubieran cortado toda salida de Barcelona. De la forma en que se llevó a cabo fue posible que numerosas personas que no habían creído, llevadas de un optimismo ignorante, en la segura y próxima caída de la capital catalana, evacuasen la ciudad. Asíe se presenciaron espectáculos dignos de relatar en los que unos a otros y mientras en rápida carrera se dirigían a la carretera de salida, se fuesen avisando con estas voces: ¡Los facciosos están esquina la calle de Aribau! ¡Ya bajan por el Paseo de Gracia! Todo esto fue presenciado por muchos de los que habían salido de Barcelona hacía 48 horas y que habían podido regresar por la razón antedicha a realizar alguna función de su empleo o a recoger a algún familiar. Se supo de este modo rápidamente hasta el menor detalle de la toma de Barcelona.

    Un detalle de la ignorancia en que se encontraron los ciudadanos de Barcelona del momento culminante de la entrada de los soldados de Franco, debido a la casi nula lucha, es que las emisoras de Barcelona seguían funcionando con el personal antiguo y cumpliendo su programa normal como si continuase el Gobierno de la República, haciéndose cargo dos horas después de estar la ciudad en su poder de las emisoras un Teniente de Transmisiones, cuando el «speaker» de Radio Barcelona continuaba su labor como si nada hubiese ocurrido.

    Pasados los primeros momentos los elementos facciosos de la ciudad hicieron aparición y se hizo salir a la gente a la calle para que se animase el espectáculo de la Conquista de Barcelona. Más tarde un discurso del General Álvarez Arenas y unas órdenes del General Dávila fueron el botón final a las primeras fases de la entrada en Barcelona. Todo este relato se ajusta en un todo a la realida, ya que de la mayor parte de lo relatado fue testigo el que esto escribe y otros detalles han sido contados por personas de absoluta seriedad que tuvieron ocasión de presenciarlos.

  • Dionisio Ridruejo: alivio y alegría al entrar los nacionales

    El día 26 las tropas estaban sobre Pedralbes sin otro obstáculo que unos puestos de ametralladoras rápidamente desmontados. Pero se esperó a que estuvieran limpias las alturas del Tibidabo y de Montjuic para hacer la penetración. Cuando volvimos por la tarde ya estaba hecha. Como la ciudad estaba medio a oscuras decidimos dor­mir aún en Sitges. Al otro día, de mañana, bajamos por el paseo de Gracia a la plaza de Cataluña y a las Ramblas. Había un gentío enorme y efusivo, en el que predomi­naban las mujeres, algunas de las cuales casi se nos metían por las ventanillas de los coches. Era sensible que para una buena parte de la población la guerra había sido una larga pesadilla y aquel final casi incruento y quizá inesperado representaba una fiesta. No toda la ciudad estaría en el mismo talante, pero el espectáculo que ofrecían los barrios céntricos impresionó mucho a los primeros jefes militares que, sobre la marcha, pudieron utilizar la radio. El primero de ellos fue, si no me equivoco, Juan Bautista Sánchez, que pertenecía a la columna Solchaga y era un soldado ingenuo que años más tarde —es coincidencia— moriría ejerciendo, con dignidad muy libe­ral y austera, el mando supremo de la Región militar catalana. Tengo ante la vista el texto de su arenga:

    «Os diré en primer lugar a los barceloneses, a los catalanes, que os agradezco con toda el alma el recibimiento entusiasta que habéis hecho a nuestras fuerzas. También digo al resto de los españoles que era un gran error eso de que Cataluña era separa­tista, de que Cataluña era antiespañola…».

    No había recriminaciones ni amenazas y parecía un buen comienzo. Pero… (So­bre los peros y otras cosas versará la segunda parte de este episodio.)

  • Porcioles preside en el Salón de Ciento los primeros Juegos Florales en catalán en Barcelona desde 1936

    JUEGOS FLORALES EN LA REGION
    Barcelona: LA REINSTAURACION DE LOS «JOCS FLORALS»
    El señor Gassó Carbonell, ganador de la Flor Natural, y mosén Geis, nuevo «Mestre en Gay Saber»

    En el Salón de Ciento, y en un brillante acto, se reinstauraron el domingo los «Jocs Florals» de Barcelona. Un numeroso público llenaba el amplio salón, magnificamente engalanado y ocupaban lugares en la presidencia, el alcalde, señor de Porcioles; presidente accidental de la Diputación, señor Torras Serratacó; coronel Folchi, en representación del capitán general; presidente de la Audiencia, señor Obiols; señor Heradia, en representación del gobernador civil; general Puig de Carcer, jefe del Sector Aéreo; capitán de navío, señor Aznar, en representación del jefe del Sector Naval, y el canónigo doctor Gros, por el Arzobispado.

    A la izquierda del sitial de la reina de los «Jocs» se sentaba el jurado, compuesto por el señor Dolç, como presidente; y los vocales señores Catardi, por el Alguer; Fité, por Andorra; Grandó, por el Rosellón; Valls Jordá, por Valencia, y Pabón, por los escritores de habla castellana, así como por el secretario señor Oller Rabassa.

    El alcalde, señor Porcioles, pronunció la fórmula de apertura de los «Jocs Florals», y seguidamente, el presidente del «Consistori», señor Dolç, que esta ciento trece celebración pública de los «Jocs Florals», supolían cerrar un paréntesis de silencio, gracias al entusiasmo de la Corporación Municipal barcelonesa, que se ha exaltado al exaltar le cultura. Dijo que se había producido un desfase, puesto que se han venido celebrando estas justas poéticas en otros lugares y no en Barcelona [puede referirse tanto a Badalona, Valencia etc etc como al exilio], pero que el alcalde ha sido sensible al requerimiento que, en su día, formularon José María de Segarra y Juan Oller y Rabassa, por lo cual, a partir de esta fecha el nombre de José María de Porcioles estará unido a la historia de esta gran fiesta literaria catalana. Glosó la figura de José Carner, el gran poeta decano de los «mestres en gai saber» y primera figura da la poesía catalana del siglo presente. Estudió a continuación la obra poética y literaria de Carner, en cuya obra se dan todos los elementos para que se le considere com un arquetipo de las letras catalanas.

    […]

    …el nombre del ganador de la Flor Natural por el poema «Dol i alegria d’amor», que era don Luis Gassó i Carbonell, quien siguiendo la fórmula tradicional fue a buscar a la reina de la fiesta para acompañarla hasta su sitial.

    La reina, Maria de los Angeles Agustí i Maragall, biznieta del poeta Joan Maragall, se cubría con la mantilla blanca que lucía su abuela en unos «Jocs Florals» en los que Maragall fue el poeta ganador [1903 y 1904].

    […]

    El secretario solicitó al presidente del «Consistori» que siendo ésta la tercera vez que mossèn Geis ganaba unos «Jocs Florals», era de justicia se le concediere el título de «Mestre en Gai Saber», como está estipulado. Seguidamente, el presidenta hizo la proclamación y el nuevo «Mestre» fue largamente aplaudido.

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    Por último el señor de Porcioles declaró clausurados los Jocs Floras de Barcelona 1971 y acompañad del ganador de la Flor Natural y de la reina de los Jocs se dirigió a la basílica de la Merced para hacer ofrenda de la flor a la Patrona de Barcelona.

    A última hora de la tarde, la reina ofreció, en el Palacete Albéniz, una fiesta a los poetas galardonados.