Etiqueta: Francisco Ferrer Guardia

https://lh6.googleusercontent.com/-4NrUMuD_IDM/UOrUT83oqCI/AAAAAAABSLQ/Ve_SPykABg8/s560/ferrer_guardia_coffin.jpg
//// Ataúd de Ferrer en Montjuic
//// Archer (1911)
//// http://archive.org/stream/lifetrialdeathof00archuoft#page/n291/mode/2up

  • El obispo de Barcelona carga contra las escuelas «bisexuales» y «neutras» propuestas por el Ayuntamiento

    Sobre las Escuelas de estudios populares que proyecta el Excmo. Ayuntamiento de esta ciudad

    […]

    Amados hermanos é hijos en Cristo: es la vez primera que oficialmente vamos á exponeros Nuestros sentimientos paternales de desagrado y de profunda pena con motivo de la actitud que ha tomado el Municipio, por tantos títulos recomendable, de nuestra querida Barcelona con respecto á la Santa Iglesia y á sus legítimos y sagrados derechos. Cuanta sea la aflicción que esto Nos causa es solamente comparable con el cariño que profesamos á Nuestra queridísima ciudad, representada legalmente por el Ayuntamiento.

    Prescindimos hoy del abandono en que ha dejado á nuestra Santa Iglesia Catedral cuando se ha tratado de las fiestas solemnísimas del Corpus, tan simpáticas á nuestro pueblo y de las otras fiestas votivas que tanto realce daban á nuestras gloriosas tradiciones, Sin importar sacrificios al tesoro, que tan espléndido se muestra y aun pródigo en otras atenciones de menor importancia: y nos concretaremos á un hecho de interés palpitante en estos momentos. Nos referimos á las cuatro escuelas graduadas que proyecta establecer nuestro Ayuntamiento, creando al efecto un Patronato especial.

    […]

    Empieza el Ayuntamiento por calificar de neutras en Religión á estas escuelas de nueva creación; y aunque después contradiciéndose á sí mismo, establece que se dará una lección semanal de doctrina católica á ios niños, declara al propio tiempo que serán libres los niños de asistir á dicha lección semanaa y que el profesor pondrá cuidado en no proferir palabras que puedan molestar á los creyentes.—Luego establece que de los cuatro grupos de escuelas primarias, ademas dé las de párvulos, habrá una de niños y otra de niñas, y dos de mixtas, ó sean de ambos sexos. Analicemos estos conceptos.

    […]

    Réstanos deciros una palabra sobre las escuelas bisexuales ó mixtas de niños y niñas y jovencitós de ambos sexos.

    Si solamente setratara de escuelas mixtas de párvulos antes de cumplir los siete años, os diríamos que no tenemos inconveniente en tolerarlas, porque no es difícil vigilarles en esta edad, cuando hay una profesora cristiana prudente y celosa de la inocencia dé los niños; pero no podemos decir lo mismo de las escuelas bisexuales, tratándose de niños y jovencitós en la edad en que empiezan á despertarse las pasiones de la sensualidad. Creemos, por lo que hemos oído, que tal vez ha inspirado la idea de estas escuelas bisexuales la de imitar á algunas naciones extranjeras; ya que es notorio nue para muchos, por el mero hecho de tratarse de naciones extranjeras, hay razón suficiente para imitarlas en España, como si en general fueran en todo superiores á nosotros y debiésemos mirarlas como modelos; en lo nue no podemos convenir en absoluto.

    Pero sea de esto lo que fuere, diremos á los autores del proyecto, que saben ellos, como sabemos todos, que ni es bueno todo lo de los extranjeros, ni todo lo que puede tolerarse -en una nación, debe aceptarse como útil en todas las demás: porque ni las condiciones del clima, ni los temperamentos de la naturaleza, ni las costumbres y necesidades ds los pueblos son iguales en todas partes.

    […]

    Aunque no es directamente propio de Nuestro ministerio apreciar las condiciones fisiológicas que contribuyen á los adelantos de ambos sexos en su cultura intelectual, sabemos por experiencia que no son idénticas por lo regular en los niños y en las niñas, como no lo son en general en el hombre y en la mujer las disposiciones y aptitudes personales para el estudio. Tenemos fundamento para afirmar que en una misma clase y oyendo las lecciones del mismo profesor, no obtendrán iguales adelantos literarios y científicos los jovencitós de ambos sexos, y que para determinadas asignaturas son muy distintas las aptitudes de los niños, de las de las niñas, lo que como es natural ha de ser un verdadero obstáculo para el progreso y formación de aquellas tiernas inteligencias. De modo que la unión de los dos sexos en una misma clase, lejos de ser favorable, ha de ser contrario á la cultura intelectual de los alumnos y alumnas.

    Aun más: sabemos por persona cuya competencia científica Nos es bien conocida, que el desequilibrio que causa en el funcionamiento de las facultades mentales la actitud anormal á que se ven obligados los niños en los estudios de las escuelas bisexuales, es contrario á su salud corporal, de modo que son reputadas dichas escuelas como contrarias á la higiene.

    […]

    [E]speramos que nuestro Ayuntamiento no se empeñará en sostener un proyecto tan abiertamente contrario á las enseñanzas de la Iglesia, á las Leyes del Estado y al sentido común de la católica ciudad de Barcelona; ni ha de obligar al Prelado y á los barceloneses á elevar á los Altos Poderes del Estado una queja, haciendo ver que no representa dignamente la voluntad de los ciudadanos de Barcelona en un asunto tan vital y de excepcional trascendencia.

    […]

    A este fin invocamos la protección de Nuestra Soberana Patrona la Virgen de las Mercedes y da nuestra muy amada Santa Eulalia para que libren á Barcelona de la fatal desgracia que nos amenaza y para que el Señor os infunda alientos para tan santa obra, os bendecimos del fondo de nuestra alma en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

    Barcelona 24 de febrero de 1908.
    Salvador Cardenal Caaañas, Obispo de Barcelona.

    Por mandato de Su Emcia. Rdma. el Cardenal Obispo, mi Señor, doctor Ramón Salvia Civit, Arcipreste Secretario.

  • Excavación de unas monjas supuestamente enterradas en vida

    Al describir la quema de los conventos omitimos, por no dar proporciones desmesuradas al capítulo dedicado a dicho objeto, tratar un asunto del que han pretendido sacar gran partido los elementos reaccionarios. Nos referimos a la tan traída y llevada profanación de cadáveres.

    Serenos e imparciales en nuestros juicios, no hemos de dejar sin censura lo hecho con tal motivo. No obstante, lo ocurrido tiene una explicación, según verá el curioso lector.

    El convento de las Jerónimas, de rigurosa clausura, era uno de los más antiguos de Barcelona. Leyenda o historia, acaso parte de la una y de la otra, han circulado sobre el mismo diversas versiones según las cuales ocurrían en él cosas extraordinarias.

    En efecto, en el antiguo teatro del Odeón, hoy desaparecido, se presentó una pieza, hace más de treinta años, con el título de Los misterios de un convento o la monja enterrada en vida. El asunto no era puramente imaginativo, sino reflejo de algo que había pasado y que la prensa liberal de Barcelona comentó extensamente durante muchos días.

    De los relatos publicados se desprendía lo siguiente: durante una noche, un joven escaló las tapias del convento con objeto de coger unas naranjas, a fin de satisfacer los insistentes deseos expresados por su joven esposa, encinta en aquella ocasión. Añadíase que mientras estaba subido en el naranjo vio salir una especie de procesión de monjas, acompañando a una de ellas, de aspecto cadavérico, dirigiéndose al cementerio de la comunidad, adosado a la parte trasera del edificio, donde aquélla fue enterrada en vida. Apenas vueltas las monjas al convento, abandonó el asombrado joven su atalaya, haciendo público lo que acababa de presenciar.

    Tal es el relato, que fue comentadísimo en toda la ciudad. Jaime Piquet, un popular autor dramático que por aquel entonces era empresario del teatro dicho, compuso una pieza con el citado título, que fue representada infinitas veces, con general aplauso del elemento liberal.[1]

    Algunos años después ocurrió otro caso en el mismo convento. No pudiendo resistir por más tiempo los malos tratos de que era objeto una de las recluidas, escapó por la iglesia, lanzándose de una gran altura y fracturándose una pierna. Recogida por piadosas gentes, fue conducida al Hospital de la Santa Cruz, no sabiéndose más de ella. El hecho fue comentadísimo.

    Al pueblo le quedaba la duda, pues, respecto a los misterios que ocurrían en el interior de aquel establecimiento. Y esa duda, agrandada por la fantasía popular, hacía suponer la existencia de monjas emparedadas, enterradas en vida y sometidas a los más atroces martirios.

    Esto explica que al ser entregado el edificio a las llamas y al penetrar la multitud en el jardín y ver el cementerio, aquel cementerio de que tanto se había hablado, movida del irresistible deseo de aclarar el eterno misterio que envolvía aquel convento, destapase los nichos y extrajese los cadáveres allí depositados, viendo con asombro que todos tenían atadas las manos y los pies.

    Como hay interés en mantener al pueblo sumido en la más completa ignorancia, no puede exigírsele al pueblo los conocimientos necesarios para explicarse ciertas cosas. De ahí que desconozca la costumbre observada en Cataluña desde largos siglos, y aún practicada al presente en algunos pueblos de la montaña, de atar las manos y los pies de los cadáveres apenas acaban de morir los individuos.

    Con objeto de que todo el mundo viera las ataduras de los cadáveres, consideradas en la exaltación propia de aquellos momentos como prueba concluyente y decisiva de tormentos realizados, entre los reunidos en el jardín de las Jerónimas surgió la idea de pasearlos por la ciudad. Y dicho y hecho. Un grupo que no bajaría de un millar de individuos, cogió los catorce cadáveres extraídos de las tumbas y los condujo por las calles, abandonándolos en distintos sitios a medida que le salía al paso la fuerza pública. Tal fue lo ocurrido. En los demás conventos nada de esto se hizo.

    Ya lo hemos dicho: no aprobamos el hecho, pero nos lo explicamos. Y menos aprobamos aún la existencia en el siglo XX de los conventos de clausura, que constituyen un escarnio a la civilización, a la justicia, a la higiene y a todo cuanto tiende a la perfectibilidad humana.

    1. [1]Se empezó a vender en 1885 y salió en el Odeón a partir de 1886. Algo tiene que ver con tanto piezas literarias como la novela La Monja enterrada en vida, ó, El convento de San Plácido de Pedro Mata Fontanet aka Garci-Sanchez del Pinar (1858) y la comedia La sepolta viva de Francesco Bartoli (1773) como mitos más antiguos relacionados al anacoretismo y a las visitas de San Jerónimo a las catacumbas – Horror ubique animos, simul ipsa silentia terrent. Puede ser que fuera el orígen de tractos antipapistas como The convent horror: the true story of Barbara Ubryk (1893).
  • «Muchos extranjeros muertos, Ferrer también»

    FOREIGNERS AMONG VICTIMS.
    Many French and Italians Reported Among Dead, Wounded, or in Prison.

    LONDON, Aug. 3.–In a dispatch from Barcelona yesterday the correspondent of The Daily Telegraph says:
    «Gen. Santiago has started sending out forces to restore order in the neighboring towns and villages. The officers have been ordered to take swift and vigorous measures, but Gen. Santiago thinks that no serious resistance will be offered the troops.

    «Replying to a note sent him by the foreign Consuls stating that in the event of foreigners being endangered the Consuls would ask for warships, Gen. Santiago said that such a step would be needless, as he had sufficient forces to maintain order. He has wired Madrid that he needs no further reinforcements, and accordingly the brigades now under arms intended for Barcelona, will be diverted to Melilla.»
    The Daily Telegraph’s Madrid correspondent, in a dispatch sent by way of Biarritz, asserts that many foreigners, especially Frenchmen and Italians, are among the dead. The correspondent adds that it is reported that among those killed in the fighting was Señor Ferrer, former Director of the Modern School of Barcelona, who was regarded as the instigator of the bomb outrage upon King Alfonso and Queen Victoria in the Calle Mayor on the royal wedding day. Ferrer was arrested for complicity in the outrage, but was acquitted.

    Another Barcelona dispatch says order is almost completely re-established in Barcelona proper, but the trouble continues on the outskirts of the city, and that among the victims of the military courts-martial are two members of the Chamber of Deputies and eight Aldermen of Barcelona.

    At 1 o’clock in the afternoon life in the city and its suburbs was again normal. The newspapers were being published and work generally had been resumed. At the solicitation of the authorities, the employers have agreed to offer a premium of a week’s wages to every person coming back to work.

  • Proceso de Ferrer

    BARCELONA TRIAL PROCEEDS.
    Court-Martial Hears Evidence That Ferrer Instigated Recent Uprising.

    BARCELONA, Oct. 9. — The trial by court-martial of Ferrer, the former director of the Modern School of Barcelona, who is accused of having been the principal instigator of the recent revolutionary movement in Barcelona, is proceeding here with open doors. Col. Lacalle has been appointed Presiding Judge of the court in the place of Col. Aguerrol.

    The evidence submitted by the Judge who conducted the preliminary investigation included some documents relating to the proclamation of a Spanish republic. It also comprised letters from Republicans, Free Masons, and Free Thinkers residing in various foreign countries, as well as political and revolutionary documents referring to the organization of a universal proletarian society, which, it is argued, proved Ferrer’s complicity in the revolutionary agitation.

    It was emphasized in the course of the evidence that Ferrer conducted his campaign in connection with Señor Iglesias, whose newspaper, El Progreso, menaced the Government with a revolution if the troops were embarked for Morocco.

    The investigating Judge submitted the deposition of a witness who declared that he heard Ferrer say: «If it is necessary we will do as they did in Russia.»

    Much other hearsay testimony regarding remarks attributed to Ferrer was introduced in the course of the hearing. Gen. Brandeis testified that he had heard it said that Ferrer, the instigator of the revolt, had made large amounts of money in speculation.

    Ferrer, speaking in his own defense, described how, with the police dogging his steps, he tried to keep out of sight during the rioting in Barcelona and vicinity. He denied that he had been involved in politics. He declared that he was solely interested in the improvement of the education of the youth of the country. He considered that the rising in Barcelona was quite spontaneous. He attributed the incendiarism that had occurred to the madness of the moment. He was convinced that his prosecution was the work of enemies who wanted to destroy his printing establishment, as they had his modern school.

    He denied the testimony of other witnesses and protested against the acceptance of hearsay evidence and the introduction of what he wrote as a youth twenty-four years ago, when he agitated for the establishment of a republic with the aid of the army.

  • Sentencia en el juicio Ferrer

    FERRER SENTENCED TO DEATH
    Man Accused of Inciting Barcelona Outbreak to be Shot To-morrow.
    MADRID, Oct. 11.-Ferrer, the former Director of the modern school at Barcelona, who has been on trial in that city by court-martial on the charge of having been the principal instigator of the recent revolutionary movement, has been sentenced to death.
    He will be shot Wednesday night unless his sentence is countermanded.

  • Ferrer, fusilado en una zanja

    FERRER SHOT IN A DITCH.; One Volley Kills Him — He Shows Bravery to the End.

    BARCELONA, Oct. 13. — Prof. Francisco Ferrer, the Spanish educator and convicted revolutionist, was executed to-day by shooting at the fortress of Montjuich, where he had been confined since his condemnation by court-martial. He faced the firing squad without flinching and fell dead at the first volley.

  • Detenidos Maurín y el comité ejecutivo del PCE

    A mediados de enero de 1925 se detuvo a Maurín. Perseguido a tiros por la policía, fue herido de bala en una pierna. Conducido a Montjuic, ocupó el calabozo donde estuvo Francisco Ferrer (i Guardia). Unos meses después intentó evadirse. Pero, al caerse en el recinto, la herida de la pierna se reblandeció y no pudo andar. Fue detenido de nuevo. Con la detención de Kim, “La Batalla” fue suspendida por las autoridades.

  • Aub: la revolución social. Muere Apel·les Mestres entre «llamps i trons»

    No hay luz eléctrica en Barcelona. Ni luna. Sólo tiros e iglesias ardiendo. La gente por la calle va de un incendio a otro. Intentaron salir los bomberos, pero el pueblo cortó las mangas. Se consumen las iglesias, pero no la Catedral, ni el monasterio de Pedralbes. Lo gótico no se quema, es el único orden que le impone al pueblo. Barcelona a oscuras pero con bastantes iglesias para poder andar por la ciudad, con el trágala de las caballerías muertas y los tiros de los fascistas confortablemente instalados tras su balcón, asesinando a mansalva. Un millón de habitantes sin más luz que gigantescas antorchas. Todos los templos se parecen ahora a la Sagrada Familia, y Barcelona huele a chamusquina. Largos ramos, pobladísimas lenguas de chispas por lo negro, negro de la noche; y los humos contra las estrellas. La gente callada, de una estación a otra, con su sentido trágico de la vida de los bolsillos, esperando un milagro; dándose cuenta de que nace un mundo nuevo, que puede morir en cierne, como otras tantas veces en este mismo lecho; pero todos husmean el parto; y, barruntándolo, nadie dice nada: óyese sólo el crepitar del fuego. El fuego hacia los cielos y la ciudad negra con heridos por los portales y asesinos por los tejados. Se ven las panzas del humo a la luz de las llamas, no las espaldas, ni la altura.

    Rafael Serrador, apoyado en una farola, mira cómo se abrasa la iglesia del Carmen. No se le alcanza, en su nueva vida, por qué destruyen e incendian, por qué no lo guardan para sí. Le duelen las llamas. Ya ha preguntado a veinte por qué queman, y todos se han alzado de hombros. Sin embargo, algo les mueve.
    Pegado a una de las puertas divisa un viejo al que cree recordar; mirando cómo sacan las imágenes y hacen una gran falla; síguele con la vista, no le suelta y se le acerca.
    – Por qué queman?
    El vejete le mira y le dice confidencialmente:
    –Chist! Hay que empezar siempre por el coro. Siempre.
    –Por qué?
    Ahí está el meollo! –y mirándole fijo a los ojos–: Si no, son capaces de volverse a sentar allí.
    El hombre se lleva a Serrador Ramblas arriba:
    –Ven. Le hace subir a la terraza del edificio de Las Noticias.
    Desde allí se descubren diez o doce incendios.
    –¿Ves tú, pequeño? De cuando en cuando hay que quitarse las chinches de encima y desinfectar el ambiente. Yo he sido mozo en la escuela de Ferrer, ¿sabes? ¡Aquel sí que era un hombre! Ya sabían lo que se hacían cuando lo fusilaron. Esta va a ser tan sonada como aquélla. ¿Crees que queman por quemar? ¡Pues no! Se mata lo que se odia. Se quema por purificar y salvar la vida: para ahuyentar los malos espíritus y rehabilitar la tierra. En el mundo hay dos cosas puras y hermosas: el fuego y el desnudo. ¿El arte? Historias y engañabobos. ¡Dímelo a mí! Fabrico vírgenes del siglo XVI. Los burgueses, los comunistas, creen que quemamos por destruir, que robamos para enriquecernos. Aquí cuando un niño es malo le dicen: eres peor que un ravachol. ¡Asquerosos! Lo de Ravachol es por un tranvía de Valencia, que descarrilaba con frecuencia y mató a unos cuantos. No viene a cuento. Quemamos para salvar y hacer tabla rasa; y cuando ha hecho falta robar es que hacía falta para vivir. Ya sé que no sé quién eres, pero me es igual.
    El viejo estaba completamente ido y mirando la ciudad, lloraba. «¡Ferrer santo! –musitaba– ¡Ferrer santo!» De pronto se volvió rápido hacia Serrador y le dijo tajante:
    –¡Porque si no las queman, volverán!
    –¿Quiénes?
    –Curas y diablos.

    Rafael bajó otra vez hacia el puerto. Anduvo hasta la «Buena Sombra», convertida en cuartel del asalto a Atarazanas. Reinaba un barullo tremendo. Se sentó en un rincón al lado de un librero de viejo y de un vendedor de biblias protestantes.
    –Mira –decía el más viejo–; la cosa no puede ser más sencilla. Aquí estamos los que no creemos en Dios y enfrente están los que creen. Y nada más. Huelgan otras explicaciones. Cuando deje de haber curas dejará de haber ricos.
    –Mira, Ambrosio –dijo Serrador–, más bien creería lo contrario.
    –¡Tú qué sabes, mocoso! Aquí la nada, y ellos con Dios. ¡Imponente! (Era su bordón.) ¡Imponente! Claro está que lo grande es que, para los que husmeamos la verdad, pelea la nada contra la nada, pero eso se queda para los escogidos.
    –Sí –dijo el vendedor de biblias–, hace siglos que nos quieren romper la crisma en nombre de Dios.
    –¡Y lo que te rondaré, morena!
    –Yo –dijo Serrador– creo que aquéllos creen en lo que tienen, y que son ustedes los que creen en Dios.
    –¡Imponente, mocoso, imponente! ¿Me vas a querer dar lecciones a mí? Nosotros creemos en el hombre.
    –Es lo mismo –dijo condescendiente Rafael.
    –¿Cómo que es lo mismo? Aquéllos creen en Dios porque le tienen miedo al hombre, y Dios es buen comodín.
    Rafael le pregunta al propagandista protestante:
    –¿Cómo vendes biblias siendo ateo?
    –Si creyese en Dios, las regalaría. A mí no me engaña ni Dios –le responde guiñando un ojo y descubriendo una encías sin más diente que un incisivo amarillo y gris oscuro, mitad por mitad.
    –Yo tengo publicado un libro –encadena el librero–, donde demuestro que todas las calamidades nacen en la creencia en Dios. Con más de doscientas citas y prólogo del conde de Tolstoi.
    –¿Te lo mandó él?
    –¡Lo recorté yo!

    El café concierto puede apenas con su oscuridad a pesar de las dos o tres docenas de bujías repartidas en mesas, mostrador y escenario. El camino de la bodega estaba libre y el bombo desfondado con una vela en el parche.
    Alrededor de una mesa discutían varios hombres de la FAI.
    –La ciudad es nuestra de arriba abajo.
    –¿Y la Esquerra?
    –¿Qué es la Esquerra sin nosotros? Ya se vio hace dos años.
    –¿Y los de la UGT?
    –Eso es otro cantar. Pero no nos vengan con monsergas, ellos no son nadie aquí, ¡nadie! Aquí mandamos nosotros. Y en Zaragoza, y en Sevilla. Y en Valencia, si me apuras. Referente a Madrid y Bilbao, ya hablaremos.
    –¿Tú crees que vamos a tomar directamente el poder?
    –Ya resolverá el comité. Yo creo que no. Esta no es «nuestra» revolución: es la de las derechas. Ellas lo han querido, ¡allá ellas! Pero por eso mismo no podemos perder las apariencias republicanas. Nos ha llegado la hora de salvaguardar las esencias liberales y democráticas. «Allons, enfants de la Patrie…»
    –¡No fastidies!
    –Sí, hijo: ¡y viva la Constitución!
    –¿Qué se sabe de Zaragoza?
    –Nada. Yo siempre dije que el secretario de la Federación…
    –Parece que allí empiezan a fusilar gente.
    –Vosotros diréis lo que queráis, pero si no es por la guardia civil y los de asalto, ¡ya quisiera yo ver dónde estaríamos a estas horas!
    –¿Y la tropa sin nosotros?
    –Eso es harina de otro costal. Pero vamos a ver lo que hace la Confederación en Zaragoza y Sevilla.
    –Dependerá un tanto de los gobernadores.
    –¡Che, callarse! –dijo un valenciano en la oscuridad–. Hemos luchado todos por la revolución, y ahí fuera todavía quedan cuarteles que tomar.
    –Sí, bueno. Hoy la Guardia Civil ha estado con nosotros, pero ¿y mañana? Lo que hay que hacer es disolverla. Y en seguida.
    En otro local, el del PSUC, Vidiella y Comorera abonaban en el mismo sentido.
    –Hay que formar Comités de Obreros y Campesinos.

    Companys, después de consultar con unos y otros, formaba el Comité Central de Milicias.
    –¡Se hunde la legalidad republicana! –clamaba por los gloriosos patios de la Generalidad un importante burócrata, de la Lliga–: ¡Eso es crear el poder revolucionario por decreto!
    –¿Y quién se lo ha buscado, monín? –le contestaba un ordenanza.

    Siguen subiendo hacia los cielos oscuros las abullonadas columnas de color rojuelo, salpicadas de pavesas brillantes.
    Rafael Serrador vaga por las calles tropezando con las gentes y sintiendo los lazos que le unen con los hombres, y como cogido en una red de la cual él fuese una de las mallas, una de las hebras de la noche. Por la plaza del Pino pasea un hombre completamente desnudo, gritando:
    –¡Viva el Sr. Kneipp! ¡Viva el Sr. Kneipp!
    Un mundo salido de sí, un mundo sin madre. Apoyado en un canalón, Rafael Serrador piensa en el agua, un agua bárbara, ímpetu bronco, raudo, tenaz, incontenible: como el de un toro de fuego, un arco iris de fuego, por encima de la ciudad vencedora.