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  • Destituido el gobernador Martínez Anido por organizar un falso atentado contra sí mismo

    El falso atentado tiene su origen en un provocador que después fue pistolero: Inocencio Feced. Feced era lo que se llamaba en la época un «confidente», o sea, un traidor al servicio de la policía. Feced se hacia pasar por perseguido y como tal se hizo recomendar a los militantes de Badalona, ciudad distante cinco o seis kilómetros de Barcelona. Fue él quien propuso atentar a Anido y Arlegui, en inteligencia con sus falsas víctimas. Anido y Arlegui asistirían a una función de gala al gran teatro del Liceo. La fiesta terminarla a las primeras horas de la madrugada. A esas horas el coche oficial descendería por las Ramblas, torcerla por el Paseo de Colón para dirigirse al Palacio de Gobernación pasando por delante de la antigua jefatura de Policía. El atentado se produciría en un trecho desierto vecino a la Capitanía General. Feced y Tejedor lanzarían unas bombas contra el coche oficial. Claramonte y Pellejero dispararían desde un sidecar, con el cual perseguirían a sus víctimas en caso necesario, Cinco hombres más estarían apostados cerca para cubrir la retirada. Veamos quiénes eran estos individuos. Ya conocemos a Feced. Tejedor y Pellejero eran policías disimulados que había presentado Feced como «compañeros» recién llegados de Rusia con la misión y medios para suprimir a los tiranuelos. Feced se encargó de la preparación del plan y de los explosivos, que resultaron bombas cargadas con aserrón. Solicitó el concurso de cinco auténticos elementos de acción e hizo venir de Valencia a Claramonte, con su sidecar. Estos seis hombres eran los solos auténticos terroristas. El día del atentado Feced, Tejedor, Pellejero y Claramonte se dirigieron a Barcelona. Los cinco restantes hicieron juntos el viaje en tren. Descendieron a las nueve de la noche en la Estación de Francia. Desde allí se dirigirían a un bar cercano donde Tejedor tenla que entre garles las armas y los explosivos. Pero en contra de lo convenido sólo tres de estos cinco hombres se presentaron en el lugar. convenido. Por desconfianza en el último minuto los dos restantes permanecieron a la expectativa a cierta distancia. Pasados escasamente cinco minutos vieron salir del bar en cuestión no menos de diez polizontes con Feced y Tejedor al frente. Llevaban de rehenes a los tres que se habían adelantado. Los dos pudieron escapar milagrosamente y pronto sembraron la alarma entre los militantes más destacados de Barcelona. Las redacciones de ciertos periódicos fueron informados del atentado «que se iba a producir». La noticia llegó al gobierno y a su jefe señor Sánchez Guerra, que habría de cortar por lo sano. De todas maneras la tragedia final no se pudo evitar. En la «parada» del Paseo de Colón Feced excusó la ausencia de los componentes del grupo de Badalona acusándoles de cobardes. El mismo Feced señaló el paso del coche oficial. Claramonte iba a poner en marcha la motocicleta cuando Pell ejero le apuntó con la pistola. Claramonte fue más rápido y disparó la suya. Claramonte y Pellejero cayeron muertos al mismo tiempo. Tejedor había disparado al mismo tiempo contra el primero. La rápida destitución de Arlegui aquella misma madrugada, seguida de la de Martínez Anido, evitó una vasta matanza de sindicalistas. A primeras horas de la mañana las comisarías rebosaban de detenidos. La finalidad del plan era justificar un exterminio. La operación «San Bartolomé» fracasó por poco.

  • Once ahogados al chocar dos embarcaciones en el puerto

    Al mediodía … se produjo un suceso en el puerto, que por sus desdichadas derivaciones reviste los caracteres de una verdadera catástrofe.

    Una de las golondrinas que prestan servicio de viajeros dentro del puerto, trasladándoles de unos muelles a otros, fué abordada por uno de los vaporcitos de la Compañía Arrendataria de Tabacos, tan violentamente, que la hizo hundirse en pocos segundos.

    Entre los pasajeros figuraban muchas mujeres y niños, lo que motivó el que la confusión fuese mayor y más angustiosa la ansiedad de cuantos presenciaron lo ocurrido.

    […]

    El siniestro, según algunos testigos presenciales [sic], se produjo en la siguiente forma:

    Estaban en la dársena el vapor Canalejas, y a su lado la golondrina número 2, de la viuda de Anglada. Navegando a una marcha, al parecer excesiva, venía en dirección contraria el vapor número 1, de la Compañía Arrendataria, el cual, al virar el Canalejas, se encontró a una distancia de pocos metros con la golondrina. Aunque dió marcha atrás, no pudo evitar el abordaje. La proa del vapor quedó empotrada en el costado de la golondrina, pero como el vapor siguió haciendo marcha atrás, al separarse la golondrina, se hundió en pocos segundos.

    Después de recogidos los náufragos, desde el vapor Infanta Isabel de Borbón intentaron levantar la golondrina, pasando algunos cables por debajo del toldo; pero se rompió éste, y el barco se fué al fondo.

    El casco esta quilla arriba, y aunque se cree que debajo hay 10 ó 12 cadáveres, nada puede afirmarse por el momento.

    La dotación de la golondrina se salvó, en contra de lo que se decía ayer tarde.

    […]

    Entre los episodios de que se tiene noticia, se recuerda el de un perro del Infanta Isabel, que se arrojó al agua detrás de los marineros, y logró salvar cogido por la ropa, a un niño de pocos meses.

    […]

  • Nace el semanario La Batalla de Joaquín Maurín, «periódico del Sindicalismo revolucionario»

    El 21 de diciembre de 1922 … nació en Barcelona “La Batalla”, bajo la dirección de Maurín. En su presentación se decía: “”La Batalla” no es ni comunista ni anarquista es el periódico del Sindicalismo revolucionario”. Una nueva etapa se iniciaba. Barcelona era la Meca del anarcosindicalismo. “La Batalla” se abrió paso; lentamente fue ensanchando su influencia, penetró en las barriadas obreras. Poco a poco se constituyeron Comités Sindicalistas Revolucionarios en el seno de los sindicatos confederales.

  • Estreno del primer himno del F.C. Barcelona, de Rafael Folch y Enric Morera

    Somos los hèroes de un bregar intrèpido
    que es lucha y juego todo a la vez;
    viva el fùtbol, juego enriquecido
    con resonancias de combate.
    ¡Viva!

    Viva el fùtbol, que es un placer
    y, como lucha, un ideal;
    èl ha creado el bloque de acero
    que nuestro club harà inmortal.
    ¡Viva!

    Deporte y patria nos han unido
    en un abrazo de fortaleza;
    por eso llevamos de la ciudad
    de Barcelona nombre y escudo.
    ¡Viva!

    Somos precursores de la brava escuadra
    que en el porvenir sabrà luchar
    por el gran triunfo; viva el fùtbol,
    que ya nos enseña a triunfar.
    ¡Viva!

    Viva el fùtbol, que eleva los corazones
    y nos embravece la voluntad;
    viva el fùtbol, que nos harà fuertes
    para alcanzar gloria y libertad.
    ¡Viva!

  • Einstein, probablemente con su cepillo, visita a la CNT

    VISITA AL SINDICATO DE LA DISTRIBUCION

    Por la noche, el profesor Einstein visitó el domicilio del Sindicato único de la Distribución.

    Acudió a este Sindicato a petición de los elementos que lo integran, quienes le dijeron que le admiraban desde que se negó a firmar el manifiesto de los 93.

    Durante la visita, Angel Pestaña informó al profesor Einstein de lo que había sido la represión emprendida contra los elemento sindicalistas, y éste ocupó la tribuna, y dijo:

    «Yo también soy un revolucionario, si bien científico, y he seguido con atención todas las cuestiones sociales. Esa represión de que me habláis me parece que contiene, quizá, más estupidez que maldad. Vosotros solamente hacéis resaltar las cosas malas; pero también hay cosas buenas en el régimen actual, según he buscado y he encontrado en Spinoza.»

    Bajó de la tribuna el profesor Einstein y conversó largo rato con algunos sindicalistas, que le hicieron un relato más extenso de tal represión, y el sabio profesor, después de extrañar la enorme proporción de analfabetismo en España, sólo comparable con la de Rusia, se dispuso a marchar, despidiéndose con las siguientes palabras:

    «Que en la próxima lucha tengáis más suerte y un éxito completo.»

  • Ford deja Cádiz para instalarse en Barcelona

    La empresa FORD MOTOR CO, S.A.E. se constituyó en Cádiz el 2 de Junio de 1920. En las instalaciones de Cádiz se montaron los primeros FORD T y los tractores FORDSON. El 23 de Marzo de 1923 la empresa acordó trasladarse a Barcelona por su mejor localización geográfica respecto al mercado consumidor y los núcleos industriales. La nueva dirección fue la Avenida Icaria, 149 de Barcelona. El capital fue totalmente americano hasta 1929. Con el cambio de nombre a FORD MOTOR IBERICA, en la junta general del 28 de Junio de 1929, se da entrada, aunque minoritaria, al capital español.

  • Arranca el primer campeonato de baloncesto

    El día 15 del corriente tendrá efecto el primer match del campeonato de basket-ball entre buen número de equipos.

    Por la mañana habrá doble juego entre los equipos «Americans Stars» y Laietá B. B. C.», y el «C. D. Europa» y R. C. D. Español».

    Los partidos empezarán por la tarde del mismo día 15, a las cuatro en punto, tomando parte los equipos «La Patrie» y «Catalunya». Terminando este encuentro, medirán sus fuerzas el «Barcelona B. C.» y el «La France».

  • Empieza la huelga de las moscas y de la basura

    Desde el punto de vista social, la gestión del Gobierno liberal fue, en Cataluña, un verdadero desastre. El año 1923, Barcelona y los puntos neurálgicos de toda la Península conocieron momentos de frenética anarquía. El Gobierno se auto-denominaba liberal y sus hombres se decían de izquierda; la opinión vio escarnecidos todos los principios esenciales del liberalismo. La opinión se vio fatalmente obligada a considerar al liberalismo desde un punto de vista puramente cínico. La política electoral del Gobierno, corrompida y abyecta, hizo añorar todas las formas opuestas. Los resortes de la sociedad quedaron literalmente rotos. Resultó imposible hallar en todo este período un pensamiento político, una idea económica, una sombra de acción creadora. Barcelona conoció bajo la administración liberal tres gobernadores: Raventós, Barber, Portela. Durante el mandato de los dos primeros se produjo la huelga de transportes, que duró larguísimas semanas y que pasará a la historia con el infecto nombre de «huelga de las moscas y de la basura». La desarticulación que en la vida catalana produjo esta huelga fue indescriptible; las pérdidas que ocasionó fueron gravísimas; la anarquía que instauró tuvo algo de locura. Los tres gobernadores aspiraron a ser llamados hombres de ideas, lo que hizo aborrecer a esta clase de hombres por una larguísima temporada. Durante su mandato el terrorismo social acquirió las formas más bajas de la criminalidad: latrocinios, atracos, asaltos, fueron innumerables; los asesinatos, los atentados, se reanudaron como en la época de Bas, de Amado y de Anido. La Confederación General del Trabajo llegó a decretar el boicot a todas las mercancias de fabricación catalana. La indefensión de Cataluña, el calvario de Barcelona, el abandono del país, llegaron en esta época a un extremo de imposible descripción. He aquí la estadística incompleta del primer semestre de 1923: 53 muertos, 102 heridos, 23 atracos, 11 bombas explosionadas, 22 tiroteos por las calles, 2 incendios intencionados, incontables hechos violentos. La razón del golpe de Estado se halla en esta estadística. La opinión -resulta imposible negarlo- vio la desaparición del gabinete liberal con una profunda alegría.

  • Golpe de estado del capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera

    El meu pare era cambonista, naturalment… I era, també com els seus semblants, un decidit partidari de l’ordre i l’autoritat. Durant la Setmana Tràgica, suposo que devia cridar: «Que vingui l’Exèrcit!» I a la primera canonada que ressonés al principal, deixaria anar: «Ara! Ara anem bé!» El general, l’Espadón, va ser una figura particularment estimada per la burgesia catalan. Podia dir-se, el general, Franco o Primo de Rivera, capità general de Catalunya, dictador a partir del 23 [sic] de setembre de 1923, aclamat per tothom. Tots ells van pujar enmig de grans «Gràcies a Déu!», fins que al cap d’un temps, sempre el mateix procés impetorbable, els burgesos s’exclamaven: «Aquest home és molt burro!» Un descobriment tardà, però inexorable. Amb Primo, amb Franco.

  • Último espectáculo taurino en la plaza de la Barceloneta

    … en esta de la Barceloneta fue con intermitencias hasta el (23-09-1923), en cuya fecha se dio el último espectáculo, consistente en una novillada con seis toros de Hidalgo, en la que un tal Faroles rejoneó los dos primeros, y luego dieron muerte a los cuatro restantes, en lidia ordinaria, Isidoro Todó (Alcalareño II) y Ramiro Anlló (Nacional chico). La Barceloneta, que tenía una cabida para 12.000 espectadores, se mantenía todavía en pie en la década de 1940 y después pasó el inmueble a propiedad del Banco Urquijo, a sabiendas de que realizando en ella algunas mejoras, podría continuar dando funciones.

  • Clausura de sociedades catalanistas

    Por orden gubernativa han sido clausuradas 28 sociedades catalanistas a causa, según manifestó el gobernador civil, general Lossada, al dar la noticia a los periodistas, de efectuarse en ellas propaganda separatista. Las sociedades clausuradas son las siguientes:

    Acció Catalana, Casal Autonomista de San Gervasio, Casal Cátala Liberal del distrito II, Casal Cátala Autonomista de Gracia, Germanor Catalanista, Centre Autonomista de Dapendents del Comerç i de l’Industria, Agrupació Nacionalista Montserratina, Associació Nacionalista de la Barceloneta, Ateneo Barcelona Vella, Ateneo Nacionalista del distrito V, Ateneo Nacionalista Verdaguer, Casal Nacionalista Sagrerench, Centre Nacionalista Democratic del Clot, Casal Nacionalista Guinardorenc, Casal Nacionalista del distrito II, Centre Nacionalista Republicá de Gracia, Joventut Nacionalista de la Barceloneta, Joventut Nacionalista Pau Claris, Sang Nova, Nostre Casal, Joventut La Falç, Joventut Nacionalista Obrera del Poblet, Joventut Nacionalista del distrito VII y Joventut Obrera Patria Nova.

  • Los colombófilos se pronuncian a favor de la dictadura

    Un homenaje

    En la Real Sociedad Colombófila de Cataluña se efectuó ayer un banquete en celebración de la fiesta onomástica del excelentísimo señor, don Miguel Primo de Rivera.

    Brindaron el presidente de la Sociedad y el Excmo. señor capitán general de Cataluña, acordando dirigir al presidente del Directorio militar una carta, de la que es el siguiente párrafo:

    «En el acto del brindis, que con unción patriótica ha pronunciado el presidente de la Sociedad, los comensales, puestos en pie, han levantado su copa, entre aclamaciones por España, por nuestro augusto Monarca, y por el hombre cumbre que con su inteligencia y férrea voluntad, es el más firme sostén de la patria.

    Con nuestra felicitación, reciba V. E. el testimonio del más sincero respeto y afecto y la más inquebrantable adhesión.

    Emilio Barrera, Carlos de Lossada, Maximiliano Soler, Plácido Pereyra, Diego de la Llave, Joaquín Echagüe, P. de Plandolit, José María de Delás, Dr. Antonio Quiroga, José Reynals.»

  • El gobernador civil primoriveriano despide al ayuntamiento y nombra a Josep Banqué, catedrático de griego, como alcalde por llevar un chaqué guapo; reacción de la alcaldesa

    El 1.º de octubre, a las doce, se reunieron en la Sala de la Reina Regente los tenientes de alcalde y concejales del Ayuntamiento y los vocales asociados que habían acudido o podido acudir a la Casa Consistorial. La convocatoria para asistir fue repartida a primeras horas de la mañana del propio día. Cuando estuvieron reunidos, bajo la presidencia del gobernador civil, general Losada [Carlos de Losada y Canterac], se leyó muy fríamente la exposición y el Real Decreto que motivaba aquella reunión y en virtud de lo que se disponía en el decreto, fueron también fríamente invitados a retirarse los señores que componían el Ayuntamiento.

    Siempre he recordado el descenso físico y político de aquellos señores por la escalera de honor del Ayuntamiento. Parecía que aquellas energías políticas, que yo tantísimas veces había visto demostrar a los señores Maynés y Rocha, pongo por ejemplo, se hubiesen transformado en una resignación impuesta por la Divina Providencia.

    […]

    Después del despido me trasladé al salón de sesiones dispuesto para cumplir con mis deberes en circunstancias tan nuevas, delicadas y difíciles. Cuando llegué al salón se estaba buscando, entre los vocales asociados, ya concejales, al posible alcalde, quien, de acuerdo con el artículo primero del decreto, debía ser con preferencia una persona que ostentase titulo universitario o profesional.

    No había de momento candidato y cuando con el ayudante del general, el comandante de Estado Mayor, mi buen amigo señor Martínez, realizábamos gestiones y averiguaciones, entró en el salón de sesiones don José Banqué Feliu, que vestía de chaqué con motivo de venir de la solemne apertura del curso de la Universidad, en la que desempeñaba la cátedra de griego. El chaqué le produjo al general Losada una grata impresión y desde la presidencia me preguntó quién era y cómo se llamaba aquel señor. Como sea que no le conocía, después de interrogarlo discretamente, informé al general, el cual dijo al secretario, señor Planas, que fuera nombrado alcalde, y así fue.

    El más sorprendido fue el interesado. El señor Banqué, excelente persona, no sentía por la Alcaldía el menor interés. Los pocos días que desempeñó el cargo representaron para él un verdadero sacrificio. De la cátedra de griego a la firma de libramientos por millones de pesetas, existe una gran distancia, que el señor Banqué no pudo salvar.

    Aquel día. 1.º de octubre, llegó a su casa más tarde que de costumbre. Su esposa, que estaba intranquila, le interrogó:
    —¿Cómo es que llegas tan tarde? ¿Te ha sucedido algo?
    El señor Banqué, con su hablar pausado, le contestó:
    —¡Es que me han nombrado alcalde de Barcelona!
    La mirada de la señora Banqué esperaba encontrar una sonrisa en la cara de su esposo, que justificara lo que ella supuso una broma, y le dijo:
    —Bueno, quítate el chaqué, déjate de bromas y vamos a comer.
    El señor Banqué, muy serio, repitió su afirmación, y entonces su esposa, que comprendía lo difícil del trabajo del esposo como catedrático de griego, supuso que en un empacho de estudios, había sido presa de un momentáneo ataque de locura. Y se asustó. No podía comprender cómo su marido, que había salido pocas horas antes de su casa siendo catedrático de griego, regresaba, así tan de repente, siendo además alcalde de Barcelona. Hasta que —con evidente retraso de la comida familiar— él. explicó detalladamente lo ocurrido, no pudo comprender que se había convertido en alcaldesa.

    En la sesión celebrada por el Ayuntamiento el 8 de octubre quedó definitivamente elegido alcalde el señor Banqué. Sin embargo, duró poco, y casi puedo afirmar que el señor Banqué dimitió ante mí la Alcaldía.

    Veamos cómo. Desde que tomó posesión se decía que el señor Banqué no podía digerir ni asimilar las complicaciones del cargo. Fallándome el 9 de octubre en su despacho, me avisaron que el cónsul general de Francia y tres representantes del Gobierno francés en la Exposición del Mueble a que hemos aludido anteriormente, deseaban cumplimentar al acalde y despedirse de él. Después de saludarles, les acompañé rogándoles tomaran asiento en el antedespacho mientras anunciaba su visita al alcalde. El señor Banqué me hizo repetir dos o tres veces el objeto y nombres de los visitantes. Añadió:
    —Espere un momento y con mucho gusto les recibiré.

    Regresé al antedespacho para comunicárselo a los visitantes y estuve
    un ratito esperando que el timbre sonara o que el señor Banqué abriera la
    puerta de su despacho. Como quiera que transcurría el tiempo y encontraba poco cortés la espera, con cierta autoridad, que quizá no me correspondía, pero que asumía para el mejor servicio de la ciudad, entré en el despacho del alcalde y con enorme sorpresa mía lo encontré vacío. Me dirigí al despacho de la secretaria particular, contiguo al del alcalde, y el conserje me informó que el señor Banqué, sombrero en mano, había salido hacía un momento en dirección a la escalera situada frente a aquella parte del edificio municipal y recayente a la calle.

    Por otro empleado pude comprobar lo que había sucedido: el alcalde se había ido a su casa. Es fácil comprender mi situación. Era preciso encontrar un allcalde, no importaba cuál, pero que pudiese recibir a los delegados franceses. Afortunadamente se hallaba en la Casa don Ramón María Puigmartí, hombre práctico e inteligente, a quien por ser el primer concejal que hallé, expliqué lo que ocurría; asombrado y sereno, se dirigió a la Alcaldía, entrando en ella por la puerta de la Secretaría, mientras yo salía por la de enfrente, invitando a los visitantes a pasar al despacho del alcalde. El señor Puigmartí, con mucha habilidad, les pidió perdón por la espera, callándose, naturalmente, la causa. Al salir de la entrevista a la que yo asistía requerido por el señor Puigmartí, el cónsul general de Francia, asombrado y sonriendo, me dijo:
    —En muy pocos días he conocido cuatro alcaldes: el marqués de Alella, el señor Maynés, el señor Banqué y ahora el señor Puigmartí. Todos muy amables, pero ¡quizá son demasiados!

    El día 10 se hizo pública la dimisión del señor Banqué. Me imagino lo tranquilo que comería aquel día diciendo a su esposa: «Ya no soy alcaide.» Su dimisión, a juicio incluso del gobernador, general Losada, fue motivada por haber recibido anónimos amenazadores. Es posible. Su temperamento de intelectual no era muy a propósito para recibir amenazas, aunque de momento sólo fueran escritas.

  • Inauguración de los Cines Coliseum en la Gran Vía

    INAUGURACIÓN DEL «COLISEUM»
    […]

    En realidad, tanto se ha hablado del nuevo y suntuoso cinematógrafo, tan minuciosas hon sido las informaciones y reclamos periodísticos publicados sobre el mismo, que apenas quedará quien ignore cuales son las principales características del edificio. En su fachada, verdaderamente magnífica y do sorprendente efecto, predominan las líneas clásicas que sirven de marco al soberbio arco, apuntado del piso principal y a la monumental terraza del mismo. Completan el ornamento de este piso varios grupos y figuras de piedra y de gran tamaño que simbolizan diversas manifestaciones del arte.

    El atrio está sustentado por una serie de bellas columnas de mármol.

    El edificio está coronado por una monumental cúpula sobre la que descansan artísticas figuras alegóricas.

    La sala de spectáculos consta de tres pisos, con butacas, plateas, palcos, anfiteatro y entrada general, todo ello instalado con arreglo a los últimos refinamientos del confort y de la comodidad para el público.

    Está decorada la sala con gran sencillez que no excluye el lujo y la suntuosidad. El color predominante es el blanco con aplicaciones azules y cortinas y tapices del mismo tono. Del centro pende una magnífica lámpara de bronce dorado y cristalería de magnífico efecto. Además, están distribuidas por las paredes y antepechos de los diversos pisos, otras lámparas y faroles de refinado gusto artístico.

    La sillería, en general, es de color caoba y la correspondiente a palcos y plateas está tapizada de terciopelo azul.

    El marco del escenario es amplio y con la característica de la sencillez. El vestíbulo es realmente regio por su amplitud y decorado. Tiene tres enormes puertas de cristales, por las que puede quedar desalojado de público, el local, en pocos minutos.

    Las restantes dependencias del local, aún no totalmente terminadas (el bar, el restorán, el casino, etc.), dan la impresión de suntuosidad del resto del edificio.

    Como hemos indicado, ayer se efectuó la inauguración, asistiendo a ella las autoridades locales, representantes de las principales marcas de la cinematografía francesa (que vinieron a Barcelona con este exclusivo objeto) y un público selecto y numerosísimo que llenaba por completo el local.

    La banda municipal dio un escogido concierto durante el descanso.

    El programa de películas, en el que figuraba el magnífico film de la marca Gaumont «La Moderna Dalila» fué muy del agrado del público.

    Barcelona, cuenta, pues, desde ayer con un magnífico local cinematográfico, a la altura de los mejores del extranjero, siendo una verdadera pena que no se haga algo parecido para espectáculos teatrales, ya que tan necesitada está la ciudad de teatros que estén a la altura de su fama y riqueza.

  • Muere Doménech y Montaner

    [un largo …]

    El arte le conquistó innumerables amigos, la política un sin fin de antagonistas, que no alcanzaban ai comprender el tesoro de su austeridad. ¡Esta, junto a su acrisolada honradez y a su fe arraigada, le habrán sin duda concedido el eterno galardón de la gloria!