No hubo, en general, sorpresa: venían circulando graves rumores sobre la vieja e importante entidad; la seguridad producida por los dividendos distribuidos en el año 1919 estuvo minada por la sospecha de los excesos atribuidos a la sucursal abierta in el paseo de Gracia. Ni fue, para la mayoría, el fallo de «otro banco», ni lo ocurrido pudo explicarse como un fenómeno normal de postguerra. «A mucha gente, y todavía más a la de caudales modestos -escribe Hurtado-, les hizo el efecto de la muerte de alguien de la familia. Desde una larga serie de generaciones el Banco era una parte integrante de la ciudad… (En) aquella famosa sucursal aparecían unos nombres como beneficiarios de unos créditos fabulosos que nunca habían obtenido las mejores firmas catalanas. Dejando a un lado una docena de aprovechados entre el personal subalterno, no podía decirse que fuese la inmoralidad de los gestores la que había escamoteado la gran fortuna desaparecida, sino el afán de exprimir el crédito del Banco para hacerle rendir la máxima substancia, y la ineptidud de una gente improvisada que, al querer ensayar los procedimientos expeditivos de los grandes bancos modernos de disponibilidades inagotables, lo había aplastado con sus manos inexpertas».
Cambó compareció al día siguiente…: y otra vez contra el pánico que tal suspensión había desencadenado. «La crisis formidable que hace tambalear hoy toda nuestra economía es la crisis más injustificada, más irracional, más evitable de cuantas se hayan producido en el mundo. Nunca, Barcelona y Cataluña habían acumulado la riqueza que hoy tienen… Pero el pánico desencadenado los últimos días, lo pone todo en peligro». Volvía sobre los deberes del Gobierno y del Banco de España: «No se evitan las crisis económicas, pero se eviten, con una actuación del poder público y del banco de emisión, las crisis financieras, que siempre vienen determinadas por un pánico…». Por otra parte, en Cataluña, debían obtenerse trascendentales enseñanzas: «Esta crisis ha de significar el fin del individualismo en nuestra organización bancaria… Es preciso que no se pierda un momento en recriminaciones estériles…».
Jesús Pabón, Cambó: 1876-1947 (1999).
Comentarios del compilador
Contexto: el crash tras el boom de la Primera Guerra Mundial, un aumento en el terrorismo anarquista, críticas a los fuertes enlaces entre el catalanismo y los negocios, la quiebra el mes anterior del Banco de Tarrasa… La consecuencia más importante fue quizá la ley bancaria Cambó-Bernis (=Francisco Bernis Madrazo) que inter alia estableció el Banco de España como banco central de jure y la necesidad de regular los servicios financieros