Inventio del cuerpo de Eulalia por el obispo Frodoino en medio de intentos de consolidar el poder carolingio

Existe una lápida sepulcral, fechada, a partir de sus características epigráficas, dentro de los siglos IX-X, y hallada en la actual catedral de Barcelona, que conmemora la inventio del cuerpo de Santa Eulalia:

(HI)C REQUIESCIT BEATA EULALIA MAR(TI)RIS XPI QUI PASSA ET IN CIVITA(T)E BARCHINONA SUB DACIANO (P)RESIDE II ID(U)S F(E)B(RUARI)AS ET (A FR)ODOINO EP(ISCOP)O CUM SUO CLERO IN DOMUM S(AN)C(T)E MARIE X K(A)L NO(VEM)BR(IS) DEO G(RATI)AS

[Citada de Catalunya romànica, vol. 20]

Se ha apuntado que Frodoino, posiblemente, estuvo también implicad en la inventio del mártir Cucufate, acaecida en el lugar de Octaviano, en Sant Cugat del Vallès…

Comentarios

Una respuesta a «Inventio del cuerpo de Eulalia por el obispo Frodoino en medio de intentos de consolidar el poder carolingio»

  1. Avatar de Alberto Pernales
    Alberto Pernales

    Me extraña no encontrar foto de la lápida.

    [ref3933] explica el contexto:

    [E]n junio-julio del 874, encontramos a Frodoino en la dieta d’Attigny presentando ante el emperador y los grandes sus inquietudes por la difícil situación que atravesaba la administración de su diócesis. De las quejas del obispo podemos deducir que en esa su primera década de gobierno debió ponerse de manifiesto la existencia de una cierta oposición a su autoridad ligada tal vez a una resistencia política anticarolingia. Sea como fuere el asunto se expresa en términos religiosos y de pervivencia de cultos hispanogodos: un godo de nombre Madeix ha obtenido por privilegios fraudulentos la antigua y noble iglesia de San Esteban y realiza allá vergonzosas reuniones de campesinos; otro godo, Recosindo, por privilegios igualmente fraudulentos ha obtenido el campo de Santa Eulalia que pertenecía a la sede (tal vez el lugar donde según la tradición el obispo Quirico hizo levantar un monasterio sobre la tumba de la santa); un tal Baion, sedicioso en el castillo de Terrasa, impone clérigos en las iglesias prescindiendo de la autoridad episcopal; y en la misma Barcelona un clérigo procedente de Córdoba llamado Tirs reúne gente en una iglesia intramuros pretendiendo celebrar misas y bautizar sin permiso del obispo; el cordobés, sin duda un mozárabe de la iglesia hispana, ha usurpado al parecer diezmos de la iglesia y, convocado por el obispo a las celebraciones de Pascua y Navidad, no sólo no ha acudido sino que ha dado la comunión él mismo a sus pretendidos feligreses.

    Solucionado esto,

    El siguiente episodio protagonizado por Frodoino es, si cabe, aun más significativo porque muestra de qué modo se construyen las estrategias de consolidación del poder de lo sagrado en torno a los centros de culto: justo después de la dieta de Quiercy del 877, que había de preceder la expedición de Carlos el Calvo a Italia, prácticamente al final de su reinado, el rey hace llegar de mano del judío Judas a los ciudadanos de Barcelona, omnibus barchinonensibus peculiaribus nostris, una carta y la importante suma de diez libras de plata destinadas al obispo de la ciudad para la reparación de la catedral, dirigo ad Frodoynum, episcopum, libras X de argento ad suam ecclesiam reparare. Esta “reparación” de la sede de Barcelona, que acaba cobrando carácter de refundación, se consolida con el privilegio que el sucesor de Carlos, Luís el Tartamudo, otorgará el 11 de septiembre del 878 a la sede para la restauración de la canónica…

    Lo legendario (al menos supongo que lo es) también está ben trovato:

    Corría el año 877. Frodoino, obispo de Barcelona nombrado por el emperador Carlos el Calvo y enviado a la ciudad hacia el 861, recibió la visita del arzobispo de Narbona Sigebuto. El arzobispo venía en pos de las reliquias de Santa Eulalia para las que quería construir una basílica en su ciudad. Siguiendo las indicaciones del himno de San Quirico, ambos dignatarios buscaron inútilmente el cuerpo bajo el pavimento de una basílica extramuros dedicada a Santa María. Pasados tres días Sigebuto se marchó decepcionado. Frodoino se dispuso en cambio a seguir con la búsqueda, ahora mediante rituales propios de las inventiones de su época, es decir, rituales destinados a convocar la misericordia y la ayuda divinas en la tarea emprendida. Se cuenta que durante tres días, el obispo y el clero de Barcelona, las mujeres religiosas, los laicos y las laicas, los grandes y los pequeños, en sus casas o en las iglesias, ayunaron y rogaron con salmos, himnos y candelas encendidas noche y día, para que le fuera mostrado al obispo el lugar de la sepultura. Al tercer día, celebrada misa en Santa María, Frodoino descendió a una fosa a la derecha del altar y vio un pequeño agujero en el que introdujo su báculo que se hundió enseguida. Tras hacer cavar en aquel lugar, se puso al descubierto el sepulcro de la santa. A la inventio o “hallazgo” siguió la traslación, la elevación y la deposición del cuerpo en la catedral de la ciudad, acompañada de milagros y maravillas.

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