Etiqueta: Segunda República Española

  • Declarada la República (y el Estado Catalán), Maciá («soy presidente»), Companys («soy alcalde»), Iglesias, la CNT y otros intentan aprovechar el vacío de poder

    El funcionamiento de la república catalana
    La nota del señor Maciá proclamando el Estado Catalán
    BARCELONA 15.-Hecho la proclamación del Estado Catalán por el señor Maciá y cuando éste se encontraba en el Palacio de la Diputación, se le presentaron un oficial de Infantería y otro de Artillería, ofreciéndosele, según dijeron, en nombre de la guarnición de Barcelona.

    Después el señor Maciá, hablando con los periodistas, manifestóles que había telegrafiado al señor Alcalá Zamora para comunicarle que había proclamado la República Catalana, constituyéndose en su presidente. El señor Alcalá Zamora le ha contestado monstrándose conforme y dándole cuenta de la marcha de los sucesos políticos en Madrid.

    El señor Maciá facilitó más tarde la siguiente nota:

    «En nombre del pueblo de Cataluña proclamo el Estado Catalán bajo el régimen de la República Catalana, que libremente y con toda cordialidad anuncia y pide a los otros pueblos hermanos de España su colaboración en la creación de una Confederación de pueblos ibéricos, ofreciéndoles por los medios que sean librarles de la Monarquía borbónica. En este momento hacemos llegar nuestra voz a todos los Estados libres del mundo en nombre de la libertad, de la justicia y de la paz de los pueblos. – El presidente de la República Catalana, Francisco Maciá.»

    A la vez ha dirigido a todos los alcaldes de Cataluña el siguiente telegrama:

    «En el momento de proclamar el Estado Catalán bajo el régimen de República Catalana, os saludo con toda el alma y os pido que prometáis la colaboración para sostenerla, comenzando por proclamarla en vuestras ciudades y preparandoos para defenderla cuando os lo pida. Por la libertad de Cataluña, por la hermandad con los otros pueblos de España, por la paz internacional, sabed haceros dignos. – El presidente de la República Catalana.

    Los delegados del señor Maciá se incautan de las comunicaciones

    Por acuerdo del presidente de la República Catalana, varios delegados se incautaron de las oficinas de Telégrafos, de la Administración central de Correos y de la Central de Teléfonos.

    De Telégrafos se hizo cargo el que era oficial de dicho Centro y ha estado varias veces detenido por relación con los elementos revolucionarios, señor Escrich. De la Central de Correos se posesionó don Artemio Aiguadé, hermano del doctor del mismo apellido, y en la Central de Teléfonos se instaló el señor Miralles Pi, periodista, que ejercerá allí la censura para evitar que en las informaciones que se transmitan se den noticias tendenciosas, y sobre todo alarmistas, de sucesos.

    Numerosas manifestaciones

    Entre tanto, a medida que avanzaba la tarde las calles estaban llenas de público, recorriendolas en numerosas manifestaciones, algunas de las cuales iban con bandas de música, otras, llevando bustos de la República, y en general, los manifestantes con banderas de la República y banderas catalanas, dando vivas, cantando la Marsellesa y otros himnos del mismo carácter.

    En la plaza de Cataluña, un joven que pasaba en automóvil ha hecho unos disparos al aire, como protesta contra la actitud de algunos grupos de manifestantes. Estos le han rodeado, apaleándole, y la fuerza pública le ha protegido, llevándolo detenido.

    El gobernador recibe la orden de resignar el mando

    Al atardecer, el exconcejal y exdiputado radical don Emiliano Iglesias, con un grupo de elementos republicanos, se trasladaron al Gobierno civil para pedir al señor Márquez Caballero que le hiciera entrega de los poderes. El gobernador se negó en absoluto.

    El señor Iglesias se presentó nuevamente en el Gobierno civil, y como el señor Márquez Caballero, después de discutir con él, se retirase a sus habitaciones, se hizo presentar a los funcionarios que en el Gobierno se hallaban, incluso el jefe de la Guardia de Seguridad, todos los cuales le ofrecieron servir a la República con absoluta lealtad. El señor Iglesias dijo que se congratulaba de estas manifestaciones y que quería hacérselas saber al público.

    Efectivamente, salió al balcón con dicho oficial; pero los grupos, formados por varios millares de personas, prorrumpieron en gritos y denuestos tratando, al parecer, de penetrar en el edificio. Finalmente, y después de una serie de pequeños incidentes, los guardias se quitaron los escudos de los cascos y el oficial también hizo lo propio, con lo cual se calmaron los ánimos de los manifestantes.

    Casi al mismo tiempo que esto ocurría, el señor Márquez Caballero, puesto al habla con Madrid por teléfono, recibió orden del señor Maura para que resignase el mando en el presidente de la Audiencia.

    Don Emiliano Iglesias se niega a obedecer las órdenes de Madrid

    El presidente de la Audiencia se personó en el Gobierno civil para hacerse cargo del mando, conforme a lo comunicado por el nuevo ministro de la Gobernación, pero el señor Iglesias se negó a entregarla y, dirigiéndose luego a los periodistas y personas allí reunidos, dijo que actuaba en nombre del Comité Ejecutivo de Acción Ciudadana del partido radical en vista de que los elementos republicanos de Maciá se han hecho cargo de la Diputación y el Ayuntamiento. Hizo también un gran elogio al sentido de la disciplina del general Despujol, al que había visitado, y el cual le dijo que entregará el mando a quien le ordene el ministro del Ejército del Gobierno constituido, pero no a ninguna otra persona.

    Añadió que había saludado a los oficiales del Ejército que se encontraban en el antedespacho del capitán general, diciéndoles que había que pensar en España sobre todo, y que con esto ya quería significar bastante. Por último, ha dicho que facilitaría más tarde una alocución al pueblo de Barcelona.

    Se intenta asaltar y quemar el Archivo Antropométrico

    … A las diez de la noche un numeroso grupo se presentó frente a la delegación de Policía de Atarazanas, en donde está el archivo de ficheros antropométricos, con el intento, al parecer, de asaltar aquélla y destruir el archivo.

    Ante la actitud de los manifestantes, los guardias de Seguridad hicieron varios disparos, resultando muerto un soldado, que pasaba, al parecer casualmente, por aquel lugar, del batallón de Cazadores de Estella, y que no ha sido identificado, y varios heridos.

    En Capitanía fueron asistidos de heridas de arma de fuego Andrés Castillo y José Roquet, ambos guardias civiles. No se tienen más detalles.

    A medianoche se promovió un tiroteo – sin que se puedan saber las causas – en la calle de Anselmo Clavé, resultando muerto el vigilante nocturno Buenaventura Alsina, de cincuenta y cuatro años, y gravemente herido el guardia de Seguridad número 555, que ha ingresado en el Clínico.

    En el centro de Barcelona, a primera hora de la madrugada, continuaba extraordinaria animación, funcionando normalmente todos los teatros y establecimientos públicos.

    Nota de los Sindicatos Unicos

    Los Sindicatos Unicos han remitido la siguiente nota a los periódicos: «Ha sido proclamada la República en España. El nefasto Borbón que nos tenía la argolla al cuello, ha tenido que dejar el Poder. El Ayuntamiento, la Diputación, Correos y Telégrafos, están en manos del pueblo. Para sancionar estos hechos, el pueblo debe manifestarse en la calle. No nos entusiasma una República burguesa, pero no consentiremos una nueva Dictadura. Contra una posible reacción de los elementos armados, el pueblo debe estar en pie. Si la República ha de consolidarse indudablemente contando con la organización obrera. Como condición previa exigimos la inmediata libertad de todos nuestros presos. Después de este primordial, impondremos otras condiciones. La Confederación Regional del Trabajo de Cataluña declara la huelga general y está a la expectativa de los acontecimientos. Por la libertad de los presos, por la revolución, ¡viva la Confederación Nacional del Trabajo de España! Por la Organización obrera Comité Regional de Cataluña, Federación Local de Sindicatos de Barcelona.»

    Asalto a las cárceles

    A las cinco de la tarde, el director de la Cárcel Celular tuvo noticia de que llegaba una manifestación a exigir la libertad de los presos políticos. Por teléfono pidió al gobernador diciendo que estaba en gran compromiso por no haber presos políticos. El gobernador dijo que mandaba fuerza y que procurase contener a la manifestación. No fiándose de ello, el director comunicó con el capitán general, quien le contestó que iba a proclamar el estado de guerra y que mientras llegaba la manifestación la contuviese, que él mandaría un destacamento de la Guardia civil. Mientras tanto, llegó la manifestación, prendieron fuego a la puerta de la Cárcel, la derribaron con picos y mazas y dejaron en libertad a los 600 presos, casi todos ellos por delitos comunes. Han quedado solamente dos presos ciegos y tres locos.

    En la cárcel de mujeres ha ocurrido lo mismo. Fueron libertadas todas las presas y rotos los archivos y tiraron la fichas antropométricas.

    Asalto a Correos

    A primeras horas de la madrugada varios individuos se presentaron en el edificio de Correos e intentaron desarmar a unos guardias, lo que consiguieron. Cuando estaban en la parte superior donde había otros guardias con carabinas les encañaron las pistolas los desconocidos disparándoles varios tiros. Una de las balas tropezó con un mauser y otra rozó la rente de un guardia. Los guardias se defendieron disparando sus carabinas y matando a dos de los asaltantes que sujetaban con las manos sus pistolas. Los otros asaltantes se dieron a la fuga.

    Los estudiantes aceptan la República Catalana

    El presidente de la F. U. E., señor Sbert, que desde los primeros momentos estuvo ayer al lado de los republicanos, y que asistió a todos los actos que tuvieron lugar desde la proclamación de la República en Barcelona, manifestó a los periodistas que acababa de hablar con el presidente de la República Catalana, señor Maciá, poniéndose incondicionalmente a su disposición para la defensa del régimen naciente. Expuso que la F. U. E. tiene ya reconocida la fórmula federal del Estado en sus estatutos, y por tanto, no es, para ella ninguna violencia acatar la modalidad de la República federal, sino por el contrario, encaja perfectamente en su ideario.

    En cuanto a la actitud de los estudiantes, dijo que éstos volverán inmediatamente a la Universidad, por cuanto ha terminado su pleito de incompatibilidad con el régimen.

    El ministro del Gobierno provisional de Cataluña señor Carrasco, a Madrid. – Nicolau y Maciá conferencian

    A primera hora [del día 15] salió para Madrid en avión el ministro del Gobierno provisional de Cataluña, señor Carrasco, encargado de una misión especial cerca del Gobierno central.

    Al mediodía llegó al aeródromo del Prat del Llobregat el ministro de Economía del Gobierno central, Nicolau d’Olwer, el cual celebró una conferencia telefónica con el presidente, señor Maciá, y acto seguido reanudó su viaje aéreo hacia Madrid.

    El autor de la muerte de don Eduardo Dato en libertad

    Se ha ordenado que sean puestos en libertad quince presos políticos y sociales que estaban en Figueras. Entre ellos figura Pedro Matéu, condenado a cadena perpetua por la muerte de don Eduardo Dato.

    El presidente del Gobierno provisional de Cataluña aplaudido por la multitud

    … A las cuatro de la mañana [del día 15] desfiló por la plaza de la Constitución un regimiento de Infantería, con una banda de música, y al llegar al Palacio de la Generalidad, donde estaba reunido constituído en sesión permanente el Gobierno provisional de Cataluña, el presidente, señor Maciá, salió al balcón y fue saludado calurosamente por la multitud reunida en la plaza.

    En el zaguán de la Diputación formó un piquete de Ingenieros, que al paso de una compañía de Carabineros, precedida por la bandera republicana, rindió los honores correspondientes.

    [Cese rector de la universidad]

  • Macià, ¿mesías?

    Quan es produeix la pèrdua del control de convivència durant la República s’origina ràpidament i progressivament l’odi. Francesc Macià havia sorgit com un messies. Es va creure que ell ho arreglaria tot. El recordo passejant per la Diagonal amb l’aire militar que no el va abandonar mai. Era un coronel i se li notava. Tenia un afany de popularitat, però com a home molt distingit era elitista. La llista electoral d’Esquerra Republicana de l’any 1931 es va improvisar amb nouvinguts a la política, amb l’única condició de ser partidaris de Macià, i col·laborar econòmicament de la pròpia butxaca. La idea aglutinadora era que Macià salvaria la situació. Va ser una pura il·lusió.

  • El anarcosindicalismo, la maldición de la jóven república

    The strange misshapen houses of which Barcelona is so proud were close shuttered and dark last week. No lights twinkled in the sloping Plaza Catalonia. Under the plane trees the boulevards were silent except for the clop-clop of cavalry patrols making their rounds and the sudden roar of an armored car.

    The Syndicalists, bane of the young republic, were out on a general strike. No milk was delivered, no garbage collected. Electric light and gas lines were cut. No trolleys ran. Violence started when Civil Governor Anguero visited the jail to plead with 51 hunger-striking Syndicalists to eat. The prisoners, who in some way had obtained guns, replied by firing a few wild shots, collecting all the furniture in the jail and making a bonfire of it. Riot squads rushed in to quiet them.

    Disgusted, Governor Anguera refused to put police patrols on the street cars.

    «While so-called respectable citizens merrily uphold Syndicalist assassins they can walk, so far as I am concerned,» said Governor Anguera.

    Stinking heaps of refuse piled up in the streets. Rioters in the suburbs uprooted tracks and dug deep trenches across the roads. For many hours Barcelona was completely out of touch with Madrid. A noisy, long-drawn battle was waged between police and Syndicalists in front of the latter’s headquarters. They gave up when mountain guns were unlimbered across the street. Sailors rushed a hundred of them on board warships in the harbor. A volley of shots rang out from doorways facing the tree-lined Rambla Flores, sloping down to the harbor. A Civil Guard whirled on his heel and fell, seriously wounded, among the flower pots and twittering bird cages of the market.

    In two days at least 20 people were shot dead, 40 wounded. Borrowing an idea from Aristophanes’ Lysistrata, hundreds of frightened strikers’ wives paraded through the streets behind a banner «Children Before Politics» and declared a wives’ strike of their own, swearing that their husbands should have neither food nor affection until they went back to work.

    Other Syndicalist ladies were not so soft. While hundreds of frightened Barcelonians gathered for safety in the ancient Gothic cathedral, a gang of wild-eyed Amazons broke in, climbed high in the lantern over the West Front and began sniping at soldiers and police from the roof while Barcelona’s sacred geese squawked horribly in the cloister.

    All this time Catalonia’s «President» Macia, who owes his election largely to Syndicalist votes, did nothing. But as the bloodshed continued even he became affected.

    «I am not disposed to tolerate the situation another day,» said Col. Macia.

    [TIME dated 1931/09/14. Actual date uncertain]

  • Un policia asesinado y cinco sardanistas heridos por anarcosindicalistas

    POLICEMAN KILLED IN SPANISH RIOTS
    Five Merry-makers Wounded – Government Moves to Cope With Strike Threat

    (AP)
    Madrid, January 24 – A policeman was killed and five merry-makers wounded as the Government posted military and police forces to cope with a threatened general strike tomorrow intended to establish a proletarian dictatorship.

    The policeman was killed in a fight with Communists in a suburb of Barcelona. Two children, a woman and two men were wounded in a plaza of Barcelona itself when police charged a crowd of laborers who had sought to break up a native dance.

    Publication in the official Gazette of the new decree dissolving the Jesuit order in Spain and giving the Jesuits ten days to disband their chapters seemed to soothe the left-wing spirits.

    The Government was hopeful that its display of force would forestall any serious movement tomorrow, but was taking no chances.

    Right-wing factions said the anti-Jesuit decree was a political manoeuvre on the part of the Cabinet to pacify the extremists, who have agitated for a «workers’ republic.» The Government denied this, saying it was merely complying with the new constitution in dissolving the Jesuit order, which was established in Spain nearly 400 years ago, and in confiscating the Jesuit property.

    Troops and police, meanwhile, were busy in the major cities of the Catalonian, Andalusian, Galician and Valencian regions ferreting out leaders of the Anarchist-Communist-Syndicalist movement. Authorities in the Basque and Navarre provinces watched closely for a possible repercussion from the anti-Jesuit decree because of strong Catholic and Monarchist feeling there.

    From the Catholic right wing the decree has been termed «another attack against our belief and traditions to add to others already received from the Government.» (The new Spanish constitution separated Church and State.)

    Many persons have been arrested in connection with the strike threat and thirty awaited deportation today to the Canary Islands. The mayor of Manresa warned that any workers missing from their jobs tomorrow would be deported.

  • Caos educativo gracias a la prohibición de los Jesuitas

    One gathers that in Spain that they are somewhat regretful that they were in such a hurry to get rid of the Jesuits. From Barcelona, which was one of the principal centres of Jesuit educational work, it is reported that the dissolution the Order and the departure of its members from the newest of Europe’s republics has caused an educational crisis.

    One of the first things that the Government of President Zamora did after taking over the reins of power from the ancient Spanish monarchy was to warn the Jesuits that they had better stick on the job, as it was realized that there would be a crisis if the schools maintained by the Order were closed. In December the Government adopted its new constitution, which contained, among other things of a revolutionary character for Spain, provisions for the dissolution of the Jesuit Order. It was thought then that the Government would give plenty of time before the expulsion was ordered, time enough, at least, for the Government to reorganize the schools.

    But the extreme anti-clerical factions got busy [ilegible]. They got what they wanted and the Jesuits were ordered to pack up and depart. The decree came suddenly.

    […]

    At colleges and other schools which have been taken over by the various State educational authorities their efforts to carry on have been futile because a majority of former students refuse to attend the re-organized classes.

    […]

    For one thing the students that were attending were there for specialized instruction, largely along scientific lines, that the Jesuits were prepared to give. With the Jesuits gone, there was nobody to do it.

    […]

    In Barcelona the Chemical Institute has been closed. Its founder and director, Father Eduardo Vitoria, is the author of numerous books on chemistry that are quoted in scientific circles everywhere. The Institute maintained one of the stiffest possible courses in chemistry and the certificates it gave graduates were preferred by Spanish employers to the diplomas given in the State scientific schools.

  • El gobernador de Barcelona prohibe que se coloquen pizarras con noticias políticas en las oficinas de los periódicos

    Barcelona 28, 12 noche. El gobernador ha ha manifestado que había prohibido la colocación de pizarras en los balcones de las Redacciones de periódicos, dando noticias políticas, no por el hecho de que se dieran, sino para evitar la formación de grupos, que pueden dar origen a incidentes desagradables, como los ocurridos anoche. Resulta que, según el Sr. Moles, entre los grupos de curiosos se mezclan elementos perturbadores, que con su conducta dan ocasión a la intervencíón de la fuerza pública, siempre desagradable. «Soy enemigo – ha añadído – de emplear la fuerza, pero si se me obliga a ello 1o haré con todo rigor. Ya había rogado a algún periódico que no pusiera las pizarras, y como el ruego no ha sido atendido, ahora he dado orden de que se retiren.»

    El gobernador recomienda a1 público en general 1a conveniencia de no mezclarse en manifestaciones, pues la fuerza pública tiene orden de proceder con todo rigor.

    Un periodista preguntó al Sr. Moles si conocía la nota, facilitada esta tarde por el jefe superior de Policía. El gobernador contestó negativamente; pero dijo que sin duda está encaminada a evitar la, repetición de incidentes como el de ayer en la plaza de la República, en la que un mozalbete se permitió escupir a la cara a un teniente de guardias de asalto.

  • Entra en fuerza la ley de vagos y maleantes

    Ben Freeman, Vagrants and Criminals: Church, the State and Gay Rights in Spain and Paraguay
    In 1933, lawyer Jimenez de Asua drafted the now-infamous Law of Vagrants and Criminals []. Scholar Nathan Baidez explains that the original law had a “preventative character” and that it had the “goal of rehabilitating the individual.” Indeed, the law’s stated purpose was originally to “rid the cities of the presence of people who live a bad life without resorting to police methods that belong to the margins of legality and that trample liberty.” While homophobia certainly existed in Spain during the Republican period, it did not become rampant and legalized until the Franco regime won the Spanish Civil War in 1939.

  • Fuga masiva del Modelo via la cloaca

    DE LA CÁRCEL DE BARCELONA SE EVADIERON … CINCUENTA Y OCHO RECLUSOS

    Los evadidos abrieron una galería por la que se deslizaron a la cloaca.

    Barcelona 13, 3 tarde. Esta mañana se ha descubierto la fuga de un numeroso grupo de reclusos de la Cárcel Modelo. Se cree que, aprovechando la hora de salir a los patios, en donde los reclusos pasan casi todo el día, por una galería abierta en una celda se deslizaron a la cloaca. Esta galería es independiente de la que se descubrió hace pocos días.

    La mayoría de los presos que se han escapado están procesados por atraco, asesinato y robo a mano armada, y entre ellos se cuentan los asesinos del joyero de la calle de Salmerón, Ruano y Casterlena; los del atraco y asesinato del cajero del Oro del Rhin y algunos otros. Según el recuento que se hizo cuando se tuvo noticia de lo ocurrido, los que lograron escapar eran 58.

    Parece ser que hace dos días los guardias de Seguridad que prestan servicio por los alrededores de la cárcel vieron merodeando por allí a una mujer, a la que trataron de interrogar, y la mujer se marchó rápidamente, dejando caer un plano de las alcantarillas de Barcelona. Se presume que trataba de hacerlo llegar de algún modo a poder de los presos que hoy se fugaban.

    En cuanto el director de la cárcel dio aviso a las autoridades de lo ocurrido se estableció un servicio de vigilancia en las bocas del alcantarillado. A las once, o sea poco después de haberse fugado los presos, una pareja de la Guardia civil que presta servicio de vigilancia en el Instituto Frenopático de las Corts, distante un kilómetro de la cárcel, vio salir por una de las bocas de alcantarilla a un grupo de individuos que le inspiraron sospechas. Inmediatamente se dio aviso de lo que ocurría a la Jefatura de Policía, y acudieron fuerzas de la Guardia civil, que vigilaron todas las bocas del alcantarillado por aquellas inmediaciones. De este modo, cuando salian de las alcantarillas, han sido detenidos 26 de los fugitivos, 14 de los cuales han sido reintegrados a la cárcel. Entre los detenidos de nuevo están Ruano y Casterlena y los complicados en el atraco y asesinato al cajero del Oro del Rhin. Uno de los que todavía no se tiene noticia es Félix Vitalí, al que también se le acusa de haber tomado parte en el atraco y asesinato al joyero de la calle de Salmerón.

    Desde varios sitios de la ciudad se reclamó la presencia de la fuerza pública, pues en las alcantarillas se oían ruidos, y los que denunciaban el hecho suponían que podían estar por allí los fugitivos.

    Las autoridades se han presentado en la cárcel para hacer una inspección en el edificio y especialmente en los lugares por donde han huido los presos.

    La Guardia civil continúa vigilando para detener a los demás presos que han logrado escapar. En las bocas de algunas alcantarillas han disparado los guardias repetidamente, sus fusiles, con objeto de amedrentar a los fugitivos y ver de capturar lo antes posible.


  • Companys anuncia en el Parlamento que no piensa acatar el fallo del Tribunal de Garantías Constitucionales sobre la Ley de Contratos de Cultivo, que todos los gobiernos de la República han sido un obstáculo para la patria, y que la raza sabrá responder; Abadal de la Lliga habla a favor del constitucionalismo

    ([El Parlamento:] Al levantarse a hablar el PRESIDENTE DE LA GENERALIDAD, todos los diputados, puestos en pie, le tributan una gran ovación, sumándose al entusiasmo las tribunas. Se oyen diversos vítores.)

    […]

    [E]l problema no es la orientación de la ley, sino si en algunos puntos, la ley ha tratado materias que no son de su competencia, y el Tribunal de Garantías ha llegado más allá: [en su sentencia del 8 de junio] nos ha negado competencia para resolver sobre esta materia, y, como ha dicho el consejero de Justicia, en los «considerandos» de la sentencia hay una concepción tan arbitraria y minimalista del Estatuto y de la Constitución, que hasta llega a falsear sus propias esencias.

    Eso es tan claro que no encuentro extraño que con un natural impulso patriótico de elementos que tienen creencias absolutamente antagónicas a las que tiene esta mayoría, se hayan sentido indignados porque frente a un ataque a Cataluña, no deben existir divisiones entre los que nos sentimos catalanes.

    En cambio, me han llenado de estupor unas declaraciones del jefe del Gobierno, señor Samper, lanzando una sugerencia, haciendo la indicación que quizá si se modificaban algunos aspectos o se modificaban algunos extremos, podría haber un plan de concordia, que en este problema la sola palabra me cubre de vergüenza.

    Pero yo digo: si somos incompetentes en la materia, tanto si reformamos algunos preceptos de la ley, como si no los reformamos, cometeremos de todos modos un acto ilegal, y estaremos fuera de la legalidad. Ya que el Tribunal de Garantías, dominado por la pasión política, no ha dejado una rendija por la que pueda discurrir nuestra política, persistentemente conciliadora, que tantos malos resultados nos está dando, hemos presentado la ley, la nueva ley, que es igual, con puntos y comas, a la ley que se había presentado antes, para recibir de nuevo la ratificación del Parlamento. Si vosotros la aprobáis, el Gobierno la hará cumplir, pase lo que pase, y sea como sea… (Los diputados, puestos en pie, aplauden y lanzan diversos vítores. También se oyen vítores y aplausos en todas las tribunas.)

    EL PRESIDENTE [DE LA CAMARA]: El público se ha de abstener de hacer manifestaciones. De otro modo, será expulsado el que interrumpa o aplauda. Yo, hasta ahora, no he visto a nadie. Puede seguir el honorable Presidente de la Generalidad.

    EL PRESIDENTE DE LA GENERALIDAD: Y si el Parlamento no la aprobase, el Gobierno dimitiría, porque he de decir aún, aunque sea una cosa formularia, pues ya sé vuestro sentimiento, he de decir que el Gobierno hace de esta cuestión una cuestión de confianza.

    Hay que decir por eso, que lo ocurrido con esta ley es solamente un episodio en las relaciones que el Gobierno viene sosteniendo desde hace un tiempo con los últimos Gobiernos de la República. La ofensiva a nuestras libertades se ha ido produciendo cada día desde todos los Ministerios, con millares de incidencias ocurridas, y responde a una táctica y a una persistencia del Estado, o mejor, de las influencias monárquicas que se han apoderado del Estado.

    Creo inútil registrar los hechos, y no comentaré tan sólo lo que ha ocurrido con el dictamen de la Comisión mixta en relación con los servicios de radiodifusión, porgue todos han caído uno a uno sobre la paciencia de nuestro pueblo, que nos dice que hay bastante y que no puede continuar eso más, porque si eso persistiese, entendedme, si esto persistiese, nuestra autonomía iría desfalleciendo de tristeza, iría perdiendo el color y el carácter, para ir últimamente a desvanecerse, a hundirse, por la cobardía o por la estupidez de los catalanes. (Grandes aplausos.)

    Y eso no, porque mereceríamos ser declarados indignos o traidores y nuestro nombre quedaría escrito con ludibrio en el juicio de la historia de la patria. (Grandes aplausos.)

    Y esto, señores, es el problema que no se puede desvirtuar, ni desfigurar, con habilidades políticas, partidistas; es el problema de la libertad de Cataluña, que vuelve a estar en pleito porque se ha apoderado de las directrices de la República y rodean su estructura, y llega a sus fundamentos, todo lo antiguo de la vida política española. Y ante este problema, ¿qué hay que hacer?

    La vida de la República está debilitada, la Constitución es una cosa inerte. Se han resarcido bien los fugitivos del 14 de abril; nos llegan de fuera voces amigas y faltan a veces aquí voces catalanas.

    Yo dirijo hoy una salutación al noble pueblo de Vasconia, que nos ha transmitido su adhesión incondicional, y le digo que encontrarán en los nacionalistas catalanes siempre una entusiasta reciprocidad. (Grandes aplausos.)

    Yo, además, recojo con simpatía la voz de las izquierdas españolas, que han publicado un manifiesto en Madrid en el cual defienden el sentido autonómico de la Constitución del Estado, ley básica de la República.

    Somos, tal vez, los mismos que éramos el 14 de abril, pero nosotros no los contamos, no necesitamos contarlos. Cataluña se quedaría sola ella sola, y enfrente de un levantamiento monárquico centralista de todas las tierras hispanas, Cataluña daría la gran batalla, porque nosotros no queremos morir de asco, ni de vergüenza. (Grandes aplausos.)

    Y ahora oid: No somos hombres que nos dejemos llevar por los nervios, ni por las exaltaciones momentáneas. No. Al frente del Gobierno hemos dado pruebas que sabemos guardar la actitud moderada de un gesto pausado de cara siempre a nuestras creencias, sin embargo. Hemos mantenido de una manera inflexible el orden público, y nos hemos enfrentada con todos los perturbadores. No somos irreflexivos; desde la dirección del Gobierno sabemos adoptar aquel tono ponderativo de táctica y equilibrio, del saber hacer, de un político que tiene una responsabilidad por conducir las iras y los antagonismos de los diferentes sectores sociales. No somos unos insensatos, pero que me escuchen todos los catalanes.

    Un día, dirigida y orientada por una fuerza política catalana, se intentó la renovación de la vida política española, a base de nuestros postulados de acatamiento a la voluntad del país, de la depuración de las prácticas de Gobierno, pero a la sola conminación del representante del Estado decrépito, en la persona de un gobernador civil, que puso las manos sobre la espalda en una detención simbólica; a pesar de todos los anuncios de gestos simbólicos, y después de haber exaltado a la multitud, no pasó nada: transcurrió aquel momento dandos unas carteras ministeriales a los que habían organizado aquella jornada. (Aplausos.) Y no vino ningún beneficio para el ideal catalanista, ni para la nacionalidad catalana, ni para que la vida española dejase de arrastrarse en los medios infectos en que se debatía. Otro día, viene una dictadura, y hemos de sufrir la afrenta de que el nieto de Fernando VII nos recuerde que es heredero de Felipe V, y nos quitan, nos arrebatan la Mancomunidad, y nos barren de la Generalidad. Y tampoco pasa nada. Al contrario, los elementos dirigentes de la política catalana y del ideal heroico del catalanismo, son los últimos defensores desesperados de aquellas viles instituciones. (Muy bien.)

    Todo eso ha pasado. Viene la República, viene la autonomía y dirige la política catalana un Gobierno de izquierdas, y vuelve a vivir, y va la agresión dentro de la República de los lacayos de la Monarquía, de las huestes fascista monárquicas, que han hecho penetrar ya su vanguardia y que están en la misma puerta.

    Y yo digo; si ahora también, ayer como hoy, antes con unos hombres y hoy con otros, aceptamos la nueva fatalidad y la fuerza y nos entretenemos en los juegos de habilidad política si nos dejamos arrebatar lo que es nuestro, no lo que nos pertenece, sino sólo lo que ha quadado pactado en el Estatuto y la Constitución, entonces, ¿quién tiene el derecho de decir qus aquí hay un sentimiento nacionalista? Si el sentimiento nacionalista a través del mundo y del tiempo da héroes y da mártires! ¿Dónde está el amor y la fortaleza de nuestra tierra qué temple, qué aliento podemos dar al movimiento espiritual de nuestra raza? (Aplausos.)

    ¡Ah, amigos! os he de decir muy pocas palabras más. Si eso sucediese y ya tuviese la desgracia de quedar con vida, me envolvería en mi menosprecio y me retiraría a mi casa para esconder mi vergüenza como hombre y para esconder también el dolor punzante del alma, por haber perdido la fe en los destinos de la patria. (Gran ovación que dura largo rato. Los diputados, puestos en pie, vitorean al Presidente de la Generalidad de Cataluña. También desde las tribunas se aplaude y se vitorea.)

  • El golpe de estado de Companys, una consecuencia de su personalidad. Defensa de la República por el general Batet. La criada de Pierre Vilar y la vaquería.

    L’exacerbació dels sentiments arran de les interpretacions differents de la vida col· va degenerar molt ràpidament. Els fets del 6 d’octubre de 1934 a Catalunya són difícils d’entendre avui si no es parteix del principi que va explotar el caràcter personal d’uns quants dirigents. Els miners d’Astúries s’aixecaven per raons de classe, però això no era pas el cas de Catalunya. L’aixecament del president Companys es deu purament a la seva impressió que pertocava actuar d’aquella manera: «Posar-se a favor dels pobres i enfrontar-se al Govern Central que, pel fet de ser centre-dreta, representava els rics.»

  • Fundación del POUM

    El POUM surgió, el 29 de septiembre de 1935, tras largas discusiones en el seno de las dos organizaciones [la Izquierda Comunista de España (ICE) y el Bloque Obrero y Campesino (BOC)] que lo formaron, con una triple finalidad: llevar hasta el fin la estrategia de la Alianza Obrera, impulsar la unificación de la CNT, la UGT y los sindicatos autónomos en una sola central sindical y reunir a todos los marxistas revolucionarios en un solo partido. Estos objetivos, largamente pensados y madurados, obedecían a un proyecto sin equívocos: colocar al proletariado español en condiciones de coronar el proceso político iniciado en 1930-1931 con la caída de la monarquía con la victoria de la revolución socialista, único medio, tras el fracaso de la II República, de transformar radicalmente la sociedad española, superando la impotencia de la burguesía para realizar las tareas que la historia imponía desde hacía luengos años [sic].

  • Reyes 1936

    Mañana fresca y hermosísima; día de Reyes. Semidormido, imágenes enormes y coloreadas palpitan sobre mí, como mariposas gigantes. Tía Pilar se inclina sobre la cama y deposita en la almohada un objeto reluciente, un revólver. Su gatillo percute como nuevo, su tambor gira a cada disparo. Más que ninguno, he deseado este juguete. Y, de pronto, lo tengo en mis manos, frío, pesado, verdadero.
    –Cuidado -me advierte mi tía-. No lo dejes caer al suelo. Se rompería, es de hierro colado.
    Me deja. Ahora estoy solo en la sala, los pies descalzos sobre las baldosas. Absorto, aprieto el revólver en la mano, y en mi cerebro resuenan, como una admonición de cuento, las palabras de mi tía. Casi sin darme cuenta, abro la mano, y el revólver se desliza hasta el suelo. Un choque: el revólver se parte en tres pedazos. Yo permanezco quieto, sin decir palabra ni variar de rostro, mirando los pedazos. Distingo claramente los ruidos de la calle; suenan, alegres, tambores y trompetas, gritos excitados; es el día de Reyes. Mamá y tía Pilar han entrado en el cuarto, han visto el revólver partido en tres pedazos, y me han visto a mí, mirando al suelo, tan serio y tranquilo. Cuchichean entre sí, maravilladas:
    –Fíjate… Se le rompió el revólver.
    –Está asustado. Sin saber qué decir.
    –Aún tiene el corazón dormido.
    –Pobrecito… Con la ilusión que él tenía.
    Hablan entre ellas como si yo no estuviera allí, como si estuviese lejos. ¿Cómo explicarles la extraña sensación que tengo?
    Ellas creen que el revólver se me ha roto involuntariamente. Hay varios juguetes más por el cuarto. ¡Hermosura del día de Reyes! Más que ninguno, yo deseaba ese juguete. Suenan, alegres, trompetas y tambores. Y el revólver está roto en tres pedazos.
    Llenas de lástima, mamá y tía Pilar me acarician, me aseguran que me comprarán otro igual que ése. Casi me zarandean, como si quisieran despertarme.
    Ajeno a su solicitud, yo callo, ocultándoles la verdad, en tanto noto que esa curiosa sensación de diferenciamiento, de separación de los demás, va creciendo y creciendo en mi interior, como una cortina que se corriera lentamente.

  • Tras las elecciones, huida burguesa, amenazas de secesión, caos social y guerra civil

    What began last fortnight as Spain’s least bloody election in years was swelling last week into horrid crescendos of threatened social upheaval, secession and civil war. Overnight 30,000 political prisoners came bustling out of jail. They included the furious Catalonian secessionist, «President» Luis Companys, who had just begun to serve a 30-year stretch in a grim Andalusian prison for having proclaimed the industrial northeast of Spain the independent Republic of Catalonia (TIME, Oct. 15, 1934). Out of jail popped most of this suppressed Republic’s Parliament and met in Barcelona, their capital. In Madrid more or less delirious Spanish mobsters and political ex-convicts paraded around, brandishing plain red flags, singing the Internationale and shouting vaguely «Long Live Russia!»

    Every train to the French frontier was jammed with taut-faced people. «Who are they?» a correspondent asked a station official at the frontier. «Dukes, marquises and millionaires!» replied the station official correctly.

  • Asesinados los hermanos Badía

    […]

    A las tres y cuarto de la tarde, un automóvil particular, que conducía a seis individuos, se estacionó frente a la peluquería que hay establecida en el chaflán de la calle de Muntaner, esquina a la de la Diputación, en la parte opuesta a la casa donde vivían los hermanos Badía. Del coche descendieron dos de sus ocupantes, que, cruzando la calle, entraron en el portal de la casa número 38 de la callé de Muntaner, situada un poco antes de la que habitaban las víctimas del suceso, con su madre y hermanas, quedándose en el portal, si bien adoptaron la precaución de que nadie que pasara por la acera de la casa de los señores Badía pudiera verles a distancia.

    Inmediatamente que pasaron los hermanos Badía por delante del portal salieron los pistoleros, uno de los cuales disparó a bocajarro sobre Miguel, al tiempo que el otro lo hacía contra José, cayendo los dos al suelo. El primero de ellos murió instantáneamente, y José a poco de ingresar en el Dispensario de la calle de Sepúlveda, adonde los dos fueron trasladados con la máxima urgencia en unos taxis.

    […]

    Los pistoleros, después de asegurarse de que sus víctimas habían muerto, atravesaron tranquilamente la calle, amenazando con las pistolas a los testigos del crimen, hasta llegar al coche, donde sus compañeros estaban asomados a las ventanillas, esgrimiendo pistolas, para protegerles la retirada.

    Una vez en el auto los seis pistoleros, el vehículo salió disparado por la calle de la Diputación, con dirección a la barriada de Sans.

    Momentos después de haber desaparecido el coche en el que huían los pistoleros, la gente acudió en auxilio de los hermanos Badía, y una pareja de Caballería de las fuerzas de Asalto, que prestaba servicio en la calle de Aribau, esquina a la de la Diputación, persiguió a los fugitivos, a los que no pudo dar alcance.

    La madre y una hermana de los señores Badía, al oír los disparos, y temiendo que aquellos hubieran sido agredidos, bajaron rápidamente a la calle. Al ver a los señores Badía, que aún estaban en el suelo, empapados en sangre, se desarrolló una escena dramática, que impresionó vivamente a cuantos la presenciaron. Al ser trasladados las víctimas al dispensario de la calle de Sepúlveda, madre e hija les siguieron en un taxi, pero en el benéfico establecimiento se les negaron las irreparables consecuencias del sangriento suceso, díciéndoles que estaban solamente heridos, hasta que se las logró convencer de que regresaran a su domicilio.

    […]

    Al tener noticia del suceso, se personaron en el dispensario de la calle de Sepúlveda el ex consejero de Gobernación de la Generalidad Dencás, que junto con Badía dirigía las Juventudes de Estat cátala; el diputado a Cortes Sr. Trabal, los consejeros de la Generalidad, Sres. Gassol, España y Barrera, y gran húmero, dé concejales y di putados de Esquerra; el alcalde, Sr. Pi y Suñer; el delegado general de Orden públi co, Sr. Casellas; el presidente del Parlamento catalán, Sr. Casanovas, y gran número de elementos de Estat cátala, que estaban visiblemente apenados e indignados por el trágico fin de su leader y del hermano de éste.

    También acudió una nutridísima representación del elemento femenino de Estat catalá.

    […]

    Barcelona. (Crónica telefónica.) El nombre de Miguel Badía, asesinado esta tarde por unos pistoleros, cuando salía de su casa para dirigirse al café, como de costumbre, asomó hace años por primera ves en las columnas de los periódicos. Juntamente con otros muchachos jóvenes, fué detenido bajo la acusación de haber fabricado y colocado un artefacto para hacerlo estallar al paso por las costas de Garraf del tren en que regresaba a Madrid D. Alfonso XIII y su familia. Fué aquella una tentativa, mejor o peor preparada, de regicidio que no tenía como motor un sentimiento anarquista, y para ello basta recordar la confusa emoción que produjo entre los elementos catalanistas que, contrarios a la violencia, por educación y por temperamento, sintieron probablemente una satisfacción al comprobar que también podía estar alguna vez la violencia a su servicio. Así se deduce del ambiente que rodeó la vista de la causa, en la que actuaron como defensores caracterizados catalanistas como el Sr. Anguera de Sojo.

    Condenado, con sus compañeros, a unos años de prisión, les indultó, en seguida de tomar el Poder, el Gobierno del general Berenguer. Y siendo así que todos los argumentos favorables a los procesados, incluso para indultarles, se apoyaban en la imposibilidad en que estuvieran de realisar el atentado, en su falta de voluntariedad para cometerlo, al regreso a Barcelona se les recibió con la consideración que se debe a la gente decidida, dispuesta a sacrificarse por un ideal. El camino de Badía era ya fácil, en un ambiente como el que advino a los pocos meses, y, en efecto, hombre grato a Maciá en todo momento, organizó las Juventudes de Estat Catalá, especie de milicias armadas y primer brote del fascismo en la Esquerra de Cataluña. El y, lo que es más curioso, los demás parecían reconocerle ciertas dotes de organizador por no haber sabido organizar el atentado de Garraf, y siguiendo esa línea le vimos más tarde de jefe de Policía de Barcelona y empeñado en una batalla con el sindicalismo. A su actitud de entonces, a los procedimientos puesto en juego, puede atribuirse la agresión que hoy le ha costado la vida.

    Como tantos otros, pero obligado por sus antecedentes a estar en la proa, Badía creyó, efectivamente, que la revolución ya estaba hecha y terminada, al menos por lo que le concernía. Y, como tantos otros—sería curioso releer La Publicitat y La Humanitat de aquellos días—, se indignaba con los jueces y magistrados que no eran bastante severos, generalmente por falta de pruebas, con los terroristas, olvidándose que él había sido un terrorista frustrado. Dirigió probablemente la acción policíaca y cívica contra los huelguistas tranviarios. Apeló, en la jefatura de Policía, a los mismos medios que en ocasiones anteriores habían excitado sus protestas y las de sus correligionarios. Y apartado del cargo por su actuación, precisamente en una sala de la Audiencia y contra uno de los fiscales, todavía intervino activamente en los hechos de octubre, marchando después a Francia. El 16 de febrero, con el triunfo de la Esquerra, hizo posible su regreso­.—JUAN. DE BARCELONA.

  • Aub: la revolución social. Muere Apel·les Mestres entre «llamps i trons»

    No hay luz eléctrica en Barcelona. Ni luna. Sólo tiros e iglesias ardiendo. La gente por la calle va de un incendio a otro. Intentaron salir los bomberos, pero el pueblo cortó las mangas. Se consumen las iglesias, pero no la Catedral, ni el monasterio de Pedralbes. Lo gótico no se quema, es el único orden que le impone al pueblo. Barcelona a oscuras pero con bastantes iglesias para poder andar por la ciudad, con el trágala de las caballerías muertas y los tiros de los fascistas confortablemente instalados tras su balcón, asesinando a mansalva. Un millón de habitantes sin más luz que gigantescas antorchas. Todos los templos se parecen ahora a la Sagrada Familia, y Barcelona huele a chamusquina. Largos ramos, pobladísimas lenguas de chispas por lo negro, negro de la noche; y los humos contra las estrellas. La gente callada, de una estación a otra, con su sentido trágico de la vida de los bolsillos, esperando un milagro; dándose cuenta de que nace un mundo nuevo, que puede morir en cierne, como otras tantas veces en este mismo lecho; pero todos husmean el parto; y, barruntándolo, nadie dice nada: óyese sólo el crepitar del fuego. El fuego hacia los cielos y la ciudad negra con heridos por los portales y asesinos por los tejados. Se ven las panzas del humo a la luz de las llamas, no las espaldas, ni la altura.

    Rafael Serrador, apoyado en una farola, mira cómo se abrasa la iglesia del Carmen. No se le alcanza, en su nueva vida, por qué destruyen e incendian, por qué no lo guardan para sí. Le duelen las llamas. Ya ha preguntado a veinte por qué queman, y todos se han alzado de hombros. Sin embargo, algo les mueve.
    Pegado a una de las puertas divisa un viejo al que cree recordar; mirando cómo sacan las imágenes y hacen una gran falla; síguele con la vista, no le suelta y se le acerca.
    – Por qué queman?
    El vejete le mira y le dice confidencialmente:
    –Chist! Hay que empezar siempre por el coro. Siempre.
    –Por qué?
    Ahí está el meollo! –y mirándole fijo a los ojos–: Si no, son capaces de volverse a sentar allí.
    El hombre se lleva a Serrador Ramblas arriba:
    –Ven. Le hace subir a la terraza del edificio de Las Noticias.
    Desde allí se descubren diez o doce incendios.
    –¿Ves tú, pequeño? De cuando en cuando hay que quitarse las chinches de encima y desinfectar el ambiente. Yo he sido mozo en la escuela de Ferrer, ¿sabes? ¡Aquel sí que era un hombre! Ya sabían lo que se hacían cuando lo fusilaron. Esta va a ser tan sonada como aquélla. ¿Crees que queman por quemar? ¡Pues no! Se mata lo que se odia. Se quema por purificar y salvar la vida: para ahuyentar los malos espíritus y rehabilitar la tierra. En el mundo hay dos cosas puras y hermosas: el fuego y el desnudo. ¿El arte? Historias y engañabobos. ¡Dímelo a mí! Fabrico vírgenes del siglo XVI. Los burgueses, los comunistas, creen que quemamos por destruir, que robamos para enriquecernos. Aquí cuando un niño es malo le dicen: eres peor que un ravachol. ¡Asquerosos! Lo de Ravachol es por un tranvía de Valencia, que descarrilaba con frecuencia y mató a unos cuantos. No viene a cuento. Quemamos para salvar y hacer tabla rasa; y cuando ha hecho falta robar es que hacía falta para vivir. Ya sé que no sé quién eres, pero me es igual.
    El viejo estaba completamente ido y mirando la ciudad, lloraba. «¡Ferrer santo! –musitaba– ¡Ferrer santo!» De pronto se volvió rápido hacia Serrador y le dijo tajante:
    –¡Porque si no las queman, volverán!
    –¿Quiénes?
    –Curas y diablos.

    Rafael bajó otra vez hacia el puerto. Anduvo hasta la «Buena Sombra», convertida en cuartel del asalto a Atarazanas. Reinaba un barullo tremendo. Se sentó en un rincón al lado de un librero de viejo y de un vendedor de biblias protestantes.
    –Mira –decía el más viejo–; la cosa no puede ser más sencilla. Aquí estamos los que no creemos en Dios y enfrente están los que creen. Y nada más. Huelgan otras explicaciones. Cuando deje de haber curas dejará de haber ricos.
    –Mira, Ambrosio –dijo Serrador–, más bien creería lo contrario.
    –¡Tú qué sabes, mocoso! Aquí la nada, y ellos con Dios. ¡Imponente! (Era su bordón.) ¡Imponente! Claro está que lo grande es que, para los que husmeamos la verdad, pelea la nada contra la nada, pero eso se queda para los escogidos.
    –Sí –dijo el vendedor de biblias–, hace siglos que nos quieren romper la crisma en nombre de Dios.
    –¡Y lo que te rondaré, morena!
    –Yo –dijo Serrador– creo que aquéllos creen en lo que tienen, y que son ustedes los que creen en Dios.
    –¡Imponente, mocoso, imponente! ¿Me vas a querer dar lecciones a mí? Nosotros creemos en el hombre.
    –Es lo mismo –dijo condescendiente Rafael.
    –¿Cómo que es lo mismo? Aquéllos creen en Dios porque le tienen miedo al hombre, y Dios es buen comodín.
    Rafael le pregunta al propagandista protestante:
    –¿Cómo vendes biblias siendo ateo?
    –Si creyese en Dios, las regalaría. A mí no me engaña ni Dios –le responde guiñando un ojo y descubriendo una encías sin más diente que un incisivo amarillo y gris oscuro, mitad por mitad.
    –Yo tengo publicado un libro –encadena el librero–, donde demuestro que todas las calamidades nacen en la creencia en Dios. Con más de doscientas citas y prólogo del conde de Tolstoi.
    –¿Te lo mandó él?
    –¡Lo recorté yo!

    El café concierto puede apenas con su oscuridad a pesar de las dos o tres docenas de bujías repartidas en mesas, mostrador y escenario. El camino de la bodega estaba libre y el bombo desfondado con una vela en el parche.
    Alrededor de una mesa discutían varios hombres de la FAI.
    –La ciudad es nuestra de arriba abajo.
    –¿Y la Esquerra?
    –¿Qué es la Esquerra sin nosotros? Ya se vio hace dos años.
    –¿Y los de la UGT?
    –Eso es otro cantar. Pero no nos vengan con monsergas, ellos no son nadie aquí, ¡nadie! Aquí mandamos nosotros. Y en Zaragoza, y en Sevilla. Y en Valencia, si me apuras. Referente a Madrid y Bilbao, ya hablaremos.
    –¿Tú crees que vamos a tomar directamente el poder?
    –Ya resolverá el comité. Yo creo que no. Esta no es «nuestra» revolución: es la de las derechas. Ellas lo han querido, ¡allá ellas! Pero por eso mismo no podemos perder las apariencias republicanas. Nos ha llegado la hora de salvaguardar las esencias liberales y democráticas. «Allons, enfants de la Patrie…»
    –¡No fastidies!
    –Sí, hijo: ¡y viva la Constitución!
    –¿Qué se sabe de Zaragoza?
    –Nada. Yo siempre dije que el secretario de la Federación…
    –Parece que allí empiezan a fusilar gente.
    –Vosotros diréis lo que queráis, pero si no es por la guardia civil y los de asalto, ¡ya quisiera yo ver dónde estaríamos a estas horas!
    –¿Y la tropa sin nosotros?
    –Eso es harina de otro costal. Pero vamos a ver lo que hace la Confederación en Zaragoza y Sevilla.
    –Dependerá un tanto de los gobernadores.
    –¡Che, callarse! –dijo un valenciano en la oscuridad–. Hemos luchado todos por la revolución, y ahí fuera todavía quedan cuarteles que tomar.
    –Sí, bueno. Hoy la Guardia Civil ha estado con nosotros, pero ¿y mañana? Lo que hay que hacer es disolverla. Y en seguida.
    En otro local, el del PSUC, Vidiella y Comorera abonaban en el mismo sentido.
    –Hay que formar Comités de Obreros y Campesinos.

    Companys, después de consultar con unos y otros, formaba el Comité Central de Milicias.
    –¡Se hunde la legalidad republicana! –clamaba por los gloriosos patios de la Generalidad un importante burócrata, de la Lliga–: ¡Eso es crear el poder revolucionario por decreto!
    –¿Y quién se lo ha buscado, monín? –le contestaba un ordenanza.

    Siguen subiendo hacia los cielos oscuros las abullonadas columnas de color rojuelo, salpicadas de pavesas brillantes.
    Rafael Serrador vaga por las calles tropezando con las gentes y sintiendo los lazos que le unen con los hombres, y como cogido en una red de la cual él fuese una de las mallas, una de las hebras de la noche. Por la plaza del Pino pasea un hombre completamente desnudo, gritando:
    –¡Viva el Sr. Kneipp! ¡Viva el Sr. Kneipp!
    Un mundo salido de sí, un mundo sin madre. Apoyado en un canalón, Rafael Serrador piensa en el agua, un agua bárbara, ímpetu bronco, raudo, tenaz, incontenible: como el de un toro de fuego, un arco iris de fuego, por encima de la ciudad vencedora.

  • Incendios, confiscaciones, orden público: la CNT captura el estado

    Door de lege straten suisden voortdurend auto’s met gewapende arbeiders, vele thans ook bedekt met matrassen en beddegoed; iedereen voerde zijn eigen nachtlogies met zich mee in deze bewogen tijd. Men begroette elkaar met luide roepen: ‘Viva la República!’ ‘Vivaaaa!!’

    Er was geen enkel verkeersmiddel beschikbaar; wij moesten heel de lange weg naar het centrum der stad lopen, en kwamen eerst voorbij de grote woonpaleizen der spaanse aristocratie, dure bezittingen in een meestal affreuze stijl. Ze waren thans uitgestorven. Aan de vensters hingen witte doeken, als teken van overgave.

    ‘Ze zijn nu alle te huur,’ zei lachend een meisje tot een ander, terwijl ze ons voorbijliepen. Lege huizen worden immers in Spanje door een wit papiertje of een lapje aan de vensters aangegeven.

    In dezelfde wijk kwam ik vroeger vaak genoeg langs een reeks van grote kloosters; de clerus had hier zijn waardevolste bezittingen, echte burchten uit een voortijd, waarin nog altijd levenslang-opgesloten nonnen hun bestaan voerden. Maar thans waren alle vensters geopend, de toegangspoorten stonden wijd open, en een reusachtig wit doek met een rood andreaskruis daarop, bewees dat hier in allerijl een hospitaal was ingericht. Buiten stonden bewapende milicianos; auto’s reden af en aan. Er volgden steeds meer gebouwen met rode kruisen. Matrassen en bedden werden afgeladen. Er moesten ontzettend veel gewonden zijn…

    Andere gebouwen waren volkomen verwoest, met muren zwart van roet en verkoolde vensters. Vele rookten nog, moesten eerst kort geleden in brand gestoken zijn.

    Hoe verder wij in het centrum van de stad doordrongen, des te levendiger werden de straten. Op haast iedere hoek was er het een of ander in beslag genomen gebouw. Ze droegen ruwe opschriften met krijt: ‘In beslag genomen door de C.N.T.’ of ‘Onteigend door de Regering ter inrichting van een school.’ Dan weer: ‘In beslag genomen door het Volksfront.’ Maar het meest van al kwam het anarchisten-teken voor: ‘C.N.T.’ (Nationale Confederatie van Arbeiders). Steeds waren de in beslag genomen gebouwen kloosters of andere kerkelijke instellingen. Eerst later volgden de villa’s en paleizen. Ook vonden wij zonder uitzondering alle kerken verbrand of leeggehaald. Alleen de Kathedraal was intact en gesloten en droeg het opschrift: ‘Eigendom van het volk. Onder bescherming van de Generaliteit.’ Ik wist maar al te goed wat in de andere kerken behalve wapens, munitie en geldschatten weggeruimd was. Een onbeschrijfelijke, zo goed als waardeloze kitsch. Zelfs de mooiste oude kerken bevatten hier slechts rommel.

    Nooit had ik overigens vermoed, dat er in Barcelona zoveel kerken en kloosters stonden. Dat viel eerst nu op. Daarvoor ontbrak het dan ook aan ruimte voor scholen. Er was in de laatste jaren zulk een toeloop aan de staatsscholen, dat men de kinderen om beurten een weinig onderricht moest geven en er per week vaak 500 verschillende leerlingen in de klas van één onderwijzer terechtkwamen.

    Zal het ooit mogelijk zijn al deze kerkelijke prachtgebouwen in werkelijke volksscholen te veranderen? Zal het licht der goddelijke rede nu werkelijk gaan schijnen in dit land?

    ‘Veni sancte spiritus’ baden wij in stilte, terwijl wij voortliepen langs de straten die op iedere hoek een nieuwe verrassing brachten. De catalaanse arbeiders hebben hun geloof nog niet verloren; hun geloof in de toekomst der mensheid. Steeds meer lazen wij deze hoopvolle opschriften: ‘In beslag genomen voor onderricht-doeleinden.’ Het meest verbaasden wij ons nog over de uniformiteit der gevolgde methoden. Alle verschillen van opvatting schenen verdwenen te zijn. Naast elkander stonden de opschriften der anarchisten en der marxistische partijen. U.H.P., de plots herleefde leuze der asturiaanse revolutionairen.

    Tenslotte stonden wij op de Plaza Cataluña, het middelpunt van deze uitgestrekte stad, gisteren en eergisteren nog het middelpunt van de strijd. Grote granaatholen in de gevels, talloze kapotte vensterruiten. Verschillende van de monumenten die er staan, waren beschadigd. Hier en daar lagen de opgezwollen lijken van gevallen paarden, en verspreidden een misselijk-makende verrottingslucht, die zich vermengde met de walm der brandende gebouwen. Een treurig, verlaten slagveld was dit vroeger zo levendige plein geworden.

    Op de Rambla hetzelfde gezicht. Maar merkwaardigerwijze was er geen enkele winkel geplunderd, geen enkel paleis verwoest. Slechts de kerken en kloosters die door de Rebellen zelf tot strategische objecten gemaakt waren. De krantenkiosken waren doorzeefd van kogels. En een sigarenkiosk, met metalen blinden gesloten, was als een sardine-blikje opengemaakt en geledigd. Het was het enige geval van plundering dat wij te zien kregen, alleszins verklaarbaar na de doorstane strijd…

    Nu kwamen wij allerlei bekenden tegen, die eenstemmig de heldenmoed der anarchisten prezen. Ooggetuigen die nog geheel ontdaan waren van de strijd en het bloedvergieten, vertelden ons de talloze staaltjes van persoonlijke moed, die fantastisch klonken. Overal heerste een bewonderenswaardige discipline. Zelfs bij de verbranding van de kerkelijke inventarissen die wij hier en daar meemaakten, ging het in zekere zin ordelijk toe. Bewapende mannen bewaakten de brandstapels vóór de kerkdeur. Het was niemand toegestaan ook maar het geringste weg te nemen. Zelfs het gevonden bankpapier werd gedurende de eerste dagen in enthousiaste onwetendheid verbrand. Alle overwegingen werden overheerst door de innige wens voorgoed met het verleden te breken.

    Een paar kleine scènes die wij meemaakten, waren erg typerend. Het ijzeren rolluik van een sigarenwinkel was door een kanonskogel ernstig beschadigd. Daarvóór stonden een paar arbeiders in heftig dispuut, dat hiermee eindigde, dat de een den ander een pakje sigaren afnam en hem dwong alles af te geven wat hij verder aan tabak bij zich had. Tegensputterend haalde de ander uit zijn verschillende zakken de sigaren te voorschijn, die dan door de omstanders gezamenlijk weer in de onbeheerde winkel werden gedeponeerd.

    Een oud vrouwtje dat wilde oversteken, sprak mij aan: ‘Hoor eens, kameraad…’

    Er was een nieuwe toon gekomen. Een nieuw ideaal.

    Overal kon men, dag en nacht door, de radio-luidsprekers horen weerschallen. Zij brachten de eerste berichten, gaven de consignes, maanden tot rust. Op de eerste dag al, werden de officiële berichten van de opstand afgewisseld met muziek. ‘Die lustige Witwe’, alsof het erom begonnen was! Maar de Spanjaarden hebben zin voor zoiets. Na enkele dagen bestond de muziek hoofdzakelijk uit de nationale hymne en het catalaanse volkslied, ‘Els segadors’. het plechtige dramatische gezang van de maaiers-opstand. Voorts de ‘Internationale’ en het pittige anarchisten-lied ‘Hijos del pueblo’. Zij kwamen spoedig ook op de draaiorgels, hetgeen bewees dat de omwenteling al bijna ‘normaal’ geworden was.

  • El escritor Pedro Muñoz Seca empieza su largo camino hacia Paracuellos

    Detención de Muñoz Seca
    Ayer por la mañana [es decir el día 30], en la Plaza de Cataluña un agente de Policía vio al conocido autor Pedro Muñoz Seca, procediendo a su detención y conducción a la Comisaría de Orden público, donde quedó a disposición de la superioridad.

    [
    Cronología, siempre según La Vanguardia:

    1. El 17 Estreno de La tonta del rizo en el Poliorama
    2. El 24 o 25 cesado de su trabajo en el «Cuerpo de Técnicos de Seguros, con la categoría de jefe superior de administración.»
    3. Trasladado a Madrid el 6 de agosto
    4. Día 7 encerrado en los calabozos de la Dirección general da Seguridad
    5. 12 de agosto: «En la cárcel de San Antón hay 793 reclusos entre militares, religiosos y paisanos… Muñoz Seca, detenido cuando paseaba en mangas de camisa por la Rambla barcelonesa, llegó a San Antón hace cuatro noches. Intentó rompor el lúgubre silencia con que le acogieron con un chiste, pero se le truncó en los labios. Ni él ni su auditorio estaban para bromas.»
    6. 12 de agosto, Juan Ruiz de Larios, traductor, crítico, espíritu mediocre, verdugo:

      Hacia una nueva concepción del Teatro
      […]
      No hablamos — ya se ve — de éste ni de aquél autor. Ni aun somos de los que creemos que, queramos o no, ha de resultar rematadamente falso todo cuanto provenga de quienes, hasta ayer mismo, habían convertido en dominio particular todos los escenarios de nuestra tierra y en feudo todas las sensibilidades. Es posible que alguien se salve de la quema. O, por lo menos, que quede algo. Pero de momento, lo que importa es afirmar — si es que es aceptable la paradoja — una negación: no existe, actualmente, un teatro español.

      Hay que ampliar, no obstante, el enunciado. Conviene, para ser exactos, dejar firmemente sentado que tampoco existía, antes, ese teatro. Nuestros autores habían confundido la vocación con el oficio. Se habían refugiado en la escena, como se hubieran podido refugiar en cualquier otro oficio manual. Con perdón —naturalmente— de quienes ejercen un oficio así, porque para ellos el oficio tiene valor de vocación. Y se daban tranquilamente al entretenimiento — a la mentira, al embuste fácil —, porque interesaba sobre todo tejer, forjar un ambienta que justificase, a la corta o a la larga, una ficción espiritual, porque no otra cosa que ficción era ese estado de ánimo que permitía acoger, con toda la tranquilidad del mundo, como la cosa más natural del mundo, ese absurdo — llamémosle absurdo — que era la producción, pongamos por ejemplo, de un Muñoz Seca.

      Por primera vez, desde hace siglos, España, nuestra España, &e encuentra íntima y plenamente unida en una aventura y por una intención nacional. Integra. Absoluta. Pocas ocasiones ofrecerá al espíritu, a la inteligencia, la historia — la anécdota — como está. Si acaso, acaso nuestra tierra sólo conoció aquel siglo de oro maravilloso que produjo, como un afán también nacional, el teatro más rico, más potente del mundo. ¿Será, mucho decir que esa coincidencia de circunstancias ha dé servir para una resurrección de nuestro teatro?

      Sobre este brave new world, vea Diana Sanz Roig, Talia y la revolución. La crítica teatral barcelonesa en torno a 1936.

    Escribe María Dulce Sánchez-Blanco Celarain:

    El 15 de Julio ya está en Barcelona Muñoz Seca acompañado de su esposa, Asunción Ariza. Se hospedan en la pensión que en la calle Lauria, número 24, regenta la madre de la actriz Lina Santamaría. Con ellos están también Asquerino y López Heredia.

    Según Pedro Sáinz Rodríguez, un actor, Avelino Nieto, delató a Muñoz Seca. Este mismo actor, acompañado de dos milicianos, se presentó en la pensión para detenerle. Estuvo Muñoz Seca detenido en la Jefatura de Policía de Barcelona, donde permaneció una semana en el calabozo, y coincidió allí con don Jacinto Benavente, nuestro segundo premio Nobel, también detenido.

    Muñoz Seca es trasladado a Valencia y de allí a Madrid. Permanecerá prisionero en la Cárcel de San Antón (antiguo Colegio Calasancio), de donde saldrá con las manos atadas a la espalda, después de un juicio sumarísimo, que duró tan sólo veinticinco minutos y se llevó a cabo el 26 de Noviembre, para ser fusilado en Paracuellos del Jarama, la madrugada del 28 de Noviembre de 1936.

    Tulio Demicheli:

    Muñoz Seca esculpió —como Miguel Hernández en su lecho de muerte— algunas frases lapidarias que bien podrían servirle de epitafio. La primera, a sus victimarios: «Podréis quitarme las monedas que llevo encima, podréis quitarme el reloj de mi muñeca y las llaves que llevo en el bolsillo, podéis quitarme hasta la vida; sólo hay una cosa que no podréis quitarme, por mucho empeño que pongáis: el miedo que tengo». La segunda, ya en el paredón, antes de la descarga: «Me temo que ustedes no tienen intención de incluirme en su círculo de amistades»…

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  • Anarquía en Barcelona

    Bolshevism is one thing and Anarchism is another. Last week Walter Duranty, No. 1 contemporary reporter on Bolshevism, had left Moscow to report in Barcelona upon Anarchism—the most interesting principle of Government to arise amid the civil war in Spain.

    Barcelona is the capital of Catalonia, a Spanish district so strongly Separatist that four years ago it won from Madrid a partial independence recently made complete (TIME, Aug. 31). Last week there was a chance that the Catalonian Communists may get the upper hand and establish a Dictatorship of the Proletariat. Likewise there was a chance that momentarily powerless Luis Companys, the Left Republican President of Catalonia, may regain control. But for the time being Barcelona was in the hands of Anarchists and its interesting condition could therefore be described as Anarchy.

  • TIME: las batallas internas de los nacionalistas e izquierdistas complican la lucha

    That no simple civil war of two Spains, Leftists and Rightists, is being fought, made itself clear again last week as some other Spains became active afresh, notably the Basques and the Catalonians. These regions are violently separatist, even when Spain is at peace. The fact that today Catalonians and Basques are both classed as being with the Leftists of Valencia and Madrid makes them no less rugged individualists.

    In Barcelona, the capital of more or less autonomous Catalonia (through which supplies for Madrid enter Spain in a steady stream), local President Luis Companys umpired a heroic political dogfight in which the Cabinet of this one of the Spains fell. At last Barcelona’s quarreling hot anarchists & communists and warmed-over socialists & republicans grew so helplessly embroiled that most of them seemed relieved when President Companys agreed last week to add the Premiership of Catalonia temporarily to his other offices and worries. Dispatches reaching Valencia said that what had chiefly been accomplished at Barcelona was to «oust the anarchists from their previous control of the police.»