Etiqueta: Rusia

  • El apetito gigantesco de la comitiva del embajador turco

    Relación de lo sucedido con el Embaxador de la Puerta Otomana durante el tiempo que ha permanecido en la Ciudad de Barcelona.

    El Embaxador del Gran Turco que viene á la Corte de España, llego al puerto de Barcelona el 25 de Julio último en una polacra Francesa. Se llama Ahmet Vaciss Effendi; estuvo en la Corte de Rusia con este mismo encargo el año de 1777; en el de 80 fué nombrado Consejero del Divan, y aunque en el de 83 se le dió el empleo de Director General de la parte del Asia sujeta al Gran Señor, ha residido siempre en Constantinopla con el cargo de Historiógrafo de la Puerta y Director de las Rentas públicas. El fausto que regularmente mantiene en su palacio acredita su grandeza, pues son 40 sus mugeres entre legítimas y concubinas, 12 lacayos, 4 cocineros, 2 porteros, 3 pages, 10 criados de servicio, 3 volantes, médico, cirujano, sangrador, 2 jardineros, 10 esclavas, ayo para la educación de un hijo de 10 años que tiene, y 2 reposteros. Toda esta familia se ha quedado en su palacio.

    En el Sábado 28 del expresado mes de Julio, á las 6 y media de la tarde desembarcó con toda su comitiva en la playa frente al Lazareto, en el parage que se le destinó, en el qual han continuado todos sin la menor novedad. A su desembarco asistieron el Exmo. Sr. Conde del Asalto, Capitán General de Barcelona, los Señores Regidores que componen la Junta de Sanidad, y el Sr. Fiscal de lo Civil de aquella Real Audiencia, concurriendo á verlo innumerable pueblo. Es de estatura bastante alta, grueso, algo trigueño, muy cerrado de barba, de genio afable, y de semblante y porte respetable, no pasando según dicen de 45 años de edad.

    Su comitiva consiste en un Secretario eligido por el Gran Señor, otro segundo, un Dragomán ó intérprete, también nombrado por la Puerta Otomana, Tesorero, Caballerizo, Mayoidomo, un Xefe de Cámara con dos ayudantes, un primer guardia ó volante con tres subalternos, 14 lacayos con uno que los comanda, un Ministro de su Religión, el Guardia ó Genízaro de á caballo, que marcha delante de su carroza quando usa de ella en Coostantinopla, 4 músicos, 1 barbero, 5 cocineros, 2 mozos de repostería, otros 2 para hacer el café, el criado del Dragomán, y otro intérprete que es Valenciano.

    Mientras ha permanecido en su primer alojamiento se han suministrado casi diariamente para él y toda la familia los comestibles siguientes: 10 panes chicos de 14 onzas; 15 grandes de 3 libras; 32 libras de manteca de vaca; 30 de miel; 10 de azúcar de pilón; otras 10 de la regular; 60 de arroz; 2 carneros; 10 libras de harina, 12 de velas de cera; otras 12 de las de sebo; 8 azumbres de leche; 16 libras de café; 2 libras de xabon de piedra; 8 libras de almendras; 5 pares de gallinas; otros 5 de pollos; 4 docenas de huebos; una quarti11a de aceyte; 50 pepinos; 4 docenas de cebollas; 50 limones, 12 melones; una arroba de nieve; 8 docenas de manzanas; 1 de melocotones; tres de peras; 12 libras de judías; 14 de tomates; 6 docenas de verengenas; una libra de pimienta larga; media de canela; otra media de clavo; y una de piñones. Ademas se le ha dado con abundancia toda especie de verduras y ensaladas, á excepción de la achicoria por haberlo prevenido así. En uno de los primeros dias pidió separadamente media libra de cochinilla; y habiéndose preguntado al interprete en que la empleaba, respondió que en dar color á los guisados. (Se continuará.)

  • Barcelona en 1847: huevos de Pascua, la Mona

    Easter Eggs—La Mona

    Books on symbolism are very much in vogue now, and some of the writers in that line would not be occupying their abilities much less profitably than usual, were they to investigate the mystical connection between Easter and dyed hens’ eggs. But a fortnight before my arrival in Barcelona, I had seen old women, by the score, hawking the last-named commodity about, under the wings of the lion of St. Mark’s, in anticipation of the holy season. Mrs. Butler, in her «Year of Consolation,» tells us that she saw Easter-eggs in Rome, decked with feathers and artificial flowers, but that they were not by any means as beautiful as some that she had seen, from Russia. Every one knows how deadly a blow is given to the hopes of young poultry in embryo, by the approach of the same solemn feast with us in the United States, and if therefore there be any thing in the orthodox maxim, «quod semper et ubique,» &c, the custom in question must be as near orthodoxy as any thing profane can be. Drake says that «Pasche eggs» were eaten in England in the sixteenth century, as emblematic of the resurrection; a ceremony which, he informs us, was recognized by the Ritual of Pope Paul V., wherein there is a form of prayer for their consecration. It would puzzle the most learned symbolist, however, it occurs to me, to fathom the peculiar system of correspondences which the Barcelonese have instituted in the premises. Not only was there every variety of hue and device upon the shells, but in the windows of every pastrycook or baker, and at all the stalls where appetite was tempted, in the public places, there were piles of loaves, shaped very much like shoe-lasts, and having at each end, an egg, strapped and baked nicely and securely in, between two slips of erust or pastry. On Easter-eve, it was edifying to see how women, men, and children («oh dura ilia!«) not having the fear of indigestion before their eyes, thronged to possess themselves of the commodity, with the deliberate intention, of eating it. They called this bread la mona—the monkey—and a challenge to eat the monkey—comer la mona—is one which all the world is ready to give or to accept. A kind acquaintance, native and to the mona born, gave me its history, and commended it to me as a special luxury. Even my Spanish predilections, however, were not equal, I confess, to such a test, and I thus began to learn, what is not altogether useless to an American, that a stranger must be excused, at first, if he is not able to swallow «peculiar institutions,» with a relish.

    The crowd continued, late and busy, on the Rambla, and when I retired, the lights were still blazing in gay vistas along it, though the watchmen were crying «Ave Maria purissima,» in token that it was midnight. I strove to win slumber within my red bed-curtains, but a love-lorn troubadour of a cat, with a strong smack of the Limousin in his accent (and who had probably come up, like my friend the marquis, to the opening of the opera), sang serenades in my sleepless ear till it was almost morning.

  • Las comparsas y su organización

    Que la aficion á la música está desarrollada en Barcelona de un modo prodigioso, es cosa que no admite controversia. Díganlo sino esos coliseos en el dia de ópera, y nó de ópera cualquiera, sino de ópera bien desempeñada, lo que por otra parte prueba que el público es inteligente (y no hay público de abonados). No se amosquen Vds., señores mios, por lo del paréntesis, porque no pretendemos decir que no sean Vds. inteligentes; lejos de nosotros semejante calumnia. No es pulla: es que no queremos confundirlos á Vds. con la muchedumbre, digámoslo asi, de los espectadores, con esa muchedumbre que con la existencia de dos teatros rivales entre sí, ha derrocado esa aristocracia del abonado y ese monopolio que hacian Vds. de la diversion pública mas honesta é instructiva de las diversiones públicas. Por otra parte es bien sabido que cuando no habia en Barcelona mas que un coliseo, ó por mejor decir, cuando este no tenia competidor, el abonado era exigente y querelloso cuanto ahora es banderizo. Hé aqui por qué no podemos apreciar sus fallos de Vds., y hé aqui por qué hemos dicho, entre paréntesis, que no hay público de abonados. Basta de broma.

    Pues, señor, como íbamos diciendo, es mucha la aficion que hay en esta ciudad á la música; y todo el mundo tañe, y todo el mundo pulsa, y todo el mundo canta, y hay sociedades filarmónicas, y mas pianos hay que dedos que los sepan tocar, que es mucho baber. Llega á ser una verdadera desgracia el que desde su chiribitil ó bufete ó despacho, segun sea poeta, abogado ó comerciante, no se vea uno distraido de sus tareas por un vecino que toque el cornetin de piston, ó por una vecina que cante, ó por un chiquillo que haga las cromáticas en el piano. Con decir á Vds. que el mancebo sastre que durante el dia ha cosido las mangas de un frac quizá canta en los coros del teatro, y el peon que ha paseado un andamio durante el dia sale por la noche en trage de lacayo, y el que cose unas botas por la tarde, por la mañana ha tocado el bombo ó los platillos en el ensayo de la ópera: y el que no pudo ser corista ó sacasillas ó tocar el bombo, busca medios para lucir su embocadura ó su aptitud de manos ó la flexibilidad de garganta. Llega la temporada del carnaval se prepara ensayando unos coros para una comparsa que ha de recorrer todas las tertulias y todas las casas que frecuenta cada uno de los individuos que la forman.

    Pero antes de darse á luz la comparsa, ¡cuántos proyectos no se ensayan, cuántas leyes no se dictan, cuántos pareceres no se discuten, cuántos piques no se enredan, cuántos disgustos no se pasan, cuántos sinsabores no se sienten y cuántos ensayos no se hacen! Durante las fiestas de Navidad se propone la idea: se reunen los amigos con los amigos de los amigos y estos con los amigos de aquelos; todos frisan con los 22 años. La comparsa figurará un coro de aldeanos. –Es cosa muy vulgar. Da mas de sí el de cruzados. –Muy visto, no ofrece novedad. –Arlequines. –Quiá! no es cosa. –Valencianos — rusos — húngaros — moldavos — walones — suizos — tiroleses – turcos. — Pido la palabra. Quisiera saber con qué señoritas se cuenta para las parejas. –Por mi parte ofrezco hablar…–Sí, sí, dice bien. –Nó, nó, fuera enredos. Y uno repite que sí, y otro dice nó, y este se sonrie, y aquel se encoge de hombros, y los de mas allá disputan, y los de mas acá se acaloran, y todos gritan, y venimos á parar en que se separan dos y vienen cuatro, y vuelven los primeros, y despues de mil discusiones y mil altercados queda definitivamente fijado el número de los socios y se adopta un trage.

    Presupuesto.
    mascarillas . . . . . . t.
    trage. . . . . . t.
    al maestro de música. t.
    _____
    Suma. . . . . t.
    _____

    Debe depositar cada socio t…. reales. Crecido es el presupuesto para unos, indiferente para otros esta ó la otra cantidad, pero ya no tiene lugar discusion porque hay compromiso y está en observancia un reglamento con penas rigurosas. La pecuniaria es la mas temida; la espulsion de la sociedad llega á ser lo que importa menos á los mas.

    Empiezan los ensayos. El baile se reduce á hacer unas evoluciones de poco efecto y á marcar ciertos compases con los pies, y el coro que se ha de cantar no es de los mas fáciles. Por de pronto se queja el vecindario, y es preciso buscar un sitio que no tenga habitaciones debajo para no atolondrar al inquilino, y que tenga el menor número de luces por no dar que decir á los vecinos. Quedan hechos los ensayos y se da á luz la comparsa, y como no es lo mismo cantar entre las húmedas paredes de un subterráneo que entre las hermosas que guarnecen un salon, se distraen los bajos y se salen de tono los tenores, y se impacienta el director, y ya no se hacen pianos ni fuertes, ya no se marcan los crescendos, no hay claroscuro y todo se lo lleva la diabla. La comparsa sigue su ruta; hoy á esta casa, mañana á aquella, siempre haciendo lo mismo y casi siempre mal. Prescindamos de la obligacion que contraen los socios, de salir quieras que nó, las noches que señala el director, y demos por sentado que la danza que bailan está ensayada en local proporcionado; mas no se ha tenido en cuenta al ensayarla, las distintas dimensiones que pueden tener las salas en las casas donde han de darse en espectaculo, ni la concurrencia que puede haber, ni el tropezar con una ó mas comparsas (y ahí es nada) ni el que pueda enfermar un figurante: claro está que al sobrevenir algun inconveniente que tenga relacion con alguna de las referidas circunstancias, todo es barullo ó quedan sus vacíos en las figuras del baile y se pierde el hilo de la danza. Todo esto sucede al confeccionar y poner en escena una comparsa, cuya buena armonía durante el carnaval concluye siempre con una comilona durante la cuaresman. ¡Cuándo no se ha celebrado la union y la buena armonía con una comida!

    Preguntará cualquiera despues de haber leido los anteriores renglones por qué hemos elegido el dia 14 de febrero para hablar de las comparsas. La razon es muy sencilla. Has de saber, lector curioso, aunque no te importe un comino, que el Sr. amanuense, á quien dictamos los artículos se perece por la música, y en este año nos ha salido entre otras pejigueras con la de que le dió en gana lucir su chillona voz en una mala comparsa, y héte aqui que á puro comparsear y chillar se ha constipado y enronquecido, y tiene que guardar cama hoy dia 14, y esto nos ha obligado á escribir de puño propio este artículo. Asi ha salido tan bien endilgado.

  • Nace el semanario La Batalla de Joaquín Maurín, «periódico del Sindicalismo revolucionario»

    El 21 de diciembre de 1922 … nació en Barcelona “La Batalla”, bajo la dirección de Maurín. En su presentación se decía: “”La Batalla” no es ni comunista ni anarquista es el periódico del Sindicalismo revolucionario”. Una nueva etapa se iniciaba. Barcelona era la Meca del anarcosindicalismo. “La Batalla” se abrió paso; lentamente fue ensanchando su influencia, penetró en las barriadas obreras. Poco a poco se constituyeron Comités Sindicalistas Revolucionarios en el seno de los sindicatos confederales.

  • Detenidos Maurín y el comité ejecutivo del PCE

    A mediados de enero de 1925 se detuvo a Maurín. Perseguido a tiros por la policía, fue herido de bala en una pierna. Conducido a Montjuic, ocupó el calabozo donde estuvo Francisco Ferrer (i Guardia). Unos meses después intentó evadirse. Pero, al caerse en el recinto, la herida de la pierna se reblandeció y no pudo andar. Fue detenido de nuevo. Con la detención de Kim, “La Batalla” fue suspendida por las autoridades.

  • La vuelta de Andrés Nin desde Moscú, entrismo trotskista

    In September 1930, [Andrés] Nin returned [from Moscow] to Barcelona… [Joaquín] Maurín hoped that he would enter the new party [Bloque Obrero y Campesino]. But Nin, with all the friendship that linked him to Maurín and the sympathy he felt for the new party, was too closely tied to Trotsky. The latter demanded that his Spanish followers preserver their identity and continue working within the official P.C.E., under the banner of the «Communist Opposition.»

    On October 23 1930, Nin wrote to Trotsky his impressions following his return to Spain. Excerpts from their correspondence, as translated and circulated by Trotsky’s «secretariat,» included Nin’s observations:

    Now we have: 1) the official [Communist] party [PCE], which has no effective force and no authority among the masses; 2) the Communist federations of Catalonia and Valencia, which have been excluded from the party and which, in reality, together with the most influential groups of [Asturias] and a few other places, constitute in fact an independent party; 3) the Catalan Communist Party [Partit Comunista Català], which has a good elite leadership, counts on a certain influence among the dock workers of Barcelona and dominates the workers’ movement in Lérida; and 4) the Left Opposition (Trotskyist) [Izquierda Comunista de España]. The latter has no force in Catalonia.

    A week later (November 12), Nin wrote to Trotsky regarding Maurín, who, «notwithstanding his hesitations, is very intelligent, and above all, a very honest comrade.» «La Batalla» seemed to him to be «confusionist» and he hoped Maurín would soon become a Trotskyist…

    At the end of December 1930, Nin also found himself in the Model Prison, arrested after the general strike in Barcelona…, and he wrote … an article for «L’Hora,» in which he defended the same point of view as Maurín on the necessity of the proletariat completing the bourgeois-democratic revolution.

    Nin found himself … between a rock and a hard place: he wanted to enter the party that was being set up, and he knew that within it he would find a good place, but at the same time, out of loyalty to Trotsky, he felt this entry should be undertaken to conquer the new party and convert it into a Trotskyist organization.

  • Tras las elecciones, huida burguesa, amenazas de secesión, caos social y guerra civil

    What began last fortnight as Spain’s least bloody election in years was swelling last week into horrid crescendos of threatened social upheaval, secession and civil war. Overnight 30,000 political prisoners came bustling out of jail. They included the furious Catalonian secessionist, «President» Luis Companys, who had just begun to serve a 30-year stretch in a grim Andalusian prison for having proclaimed the industrial northeast of Spain the independent Republic of Catalonia (TIME, Oct. 15, 1934). Out of jail popped most of this suppressed Republic’s Parliament and met in Barcelona, their capital. In Madrid more or less delirious Spanish mobsters and political ex-convicts paraded around, brandishing plain red flags, singing the Internationale and shouting vaguely «Long Live Russia!»

    Every train to the French frontier was jammed with taut-faced people. «Who are they?» a correspondent asked a station official at the frontier. «Dukes, marquises and millionaires!» replied the station official correctly.

  • La CNT incauta el vapor soviético Ziryanin y se sorprende al no encontrar armas; estética anarquista

    Suddenly the excitement and enthusiasm of July 19 raced through the tertulias with the news, ‘We are not alone! Help has come!’

    Collectivized factory whistles all over the town shrilled a half-holiday. Thousands of anarchists flooded the Ramblas and the port in disorderly masses, carrying their factories’ somber black or rojinegra banners. The F.A.I.’s Free Women (Mujeres Libres) went down the Ramblas eight abreast, breaking all anarchist tradition by singing and shouting in their excitement. Usually anarchist parades achieved their effect by massing silent thousands of black-clad workers in an austere, serious or threatening manner. They dislike the gay color and sound demonstrations of the ‘carnival revolutionists’ (as they called the communists).

    The Stalinist Partit Socialista Unificat de Catalunya (P.S.U.C.) sent just such a colorful delegation to greet the Ziryanin. The revolutionary Patrols of Control cordoned off the pier and did not let the P.S.U.C on the ship. Instead, the F.A.I. cadres searched it for arms. They found a cargo of beans and chocolate. The disgusted anarchists hauled down the hammer and sickle and ran up the libertarian rojinegra. Food was not what the antifascists needed in October, 1936.