Etiqueta: juguete

  • Prohibido soltar desde los terrados cometas, que podrían dar señas a los ingleses

    En todos tiempos se ha prohibido que en los terrados de las casas de esta Ciudad se soltasen cometas, vulgo gruas, por los peligros que de ello se habia experimentado. En la actualidad se hace mas necesaria dicha prohibicion; porque la osadía de algunos se ha valido de este medio para hacer señas á los enemigos de afuera, y particularmente á los ingleses, pintando ciertas figuras en los cometas, que aunque de nada sierven, se vé la mala intencion de muchos de estos vecinos.

    Por tanto para evitar todo inconveniente se renueva dicha prohibicion, y se manda á los habitants de esta Ciudad que baxo de ningun pretexto se atrevan á soltar ni tener en sus casas dichos cometas, baxo la pena de treinta dias de cárcel, sin perjuicio de proceder á lo demas que convenga, conforme á la interpretacion que pueda ocasionar la calidad de las señas que de dichos cometas se hayan puesto. Barcelona 11 de marzo de 1809.

    Firmado = R. Casanova, Comisario General de Policía.

  • Día de San Jorge, 1842

    El 23 de abril, dia de San Jorje, Patrón de Cataluña, se manifiesta el interior del Palacio de la Audiencia territorial y antigua casa de la Diputación, edificio suntuoso y digno de verse; en su zaguán y alrededores se celebra en dicho dia un mercado de rosas y otras flores con varios juguetes de niños.

  • Los cansancios y la feria de juguetes del día después

    No podeis figuraros, lectores queridos, la modorra, el sueño y la pereza que nos sobrecogió cuando llegamos al dia 24 de junio de 1848 en que nos vimos precisados á escribir el artículo correspondiente á este dia para añadir al Añalejo que estábamos zurciendo. Habíamos trasnochado para coger la verbena y poder enterarnos por vista de ojos de las costumbres de la noche pasada. Tambien tiramos las tres hahas (léase el artículo anterior) debajo de la cama en punto de la media noche, y acertamos á coger la del hollejo entero, lo que tuvimos á feliz pronóstico en órden á la suerte de nuestro libro. Esto contribuyó á amodorrarnos mas y mas. —Asi como asi, dijimos para nuestro capote, ha de tener éxito nuestra obra; ¿pues para qué cansarnos? —Pero, ¡mal pecado! acordémonos de que nuestro colaborador se llamaba, como se llama todavía, Juan, y que nos felicitó en su lugar y caso nuestros dias, y que fuera faltar á la amistad no corresponder á tamaña fineza. Como nos hallábamos cansados y no queríamos salir de casa, hicímoslo por escrito. No queríamos ni teníamos ganas de ocuparnos en el Añalejo, y habíamos de escribir una carta de dias que es lo mas insustancial y necio que escribirse puede. Borrajeamos la carta, y saliónos tal que lo mismo alumbra al santo que á sus devotos, y haciendo á todo, la insertamos á continuacion, si nó desde la cruz á la fecha, porque no está en la órden del dia el encabezar escritos con la señal del cristiano, al menos desde la fecha á la firma. Decia asi:

    Fecha ut supra (latinajo que la costumbre ha adoptado).
    «Amiguísimo Juan: Dios te dé salud y pesetas y te conserve con una y otras tantos años como pelos tienes en las barbas, que no es poco desear; pero líbrete de la importunidad de tener que oir la retahila de frases con que te dará los dias tu setentona criada, tu tiznado limpiabotas, y los repartidores de todos los periódicos á que estés suscrito. Déte paciencia para sufrir todas las visitas con que en el dia de hoy pueden molerte todos aquellos á quienes puedas dispensar buenos oficios, y sobre todo para escuchar todos los versos que te reciten todos tus sobrinos y todos tus ahijados. Sin embargo á esta clase de menor edad, conténtala: es la generacion que puede ser tu apoyo cuando no tengas muelas y tengas canas, ó no tengas ni lo uno ni lo otro. Madruga un tanto, y rodeado de esos pimpollitos vé á la feria de juguetes que hallarás en la calle donde está la iglesia de san Juan Bautista. Vé allá, y no lo dudes, pasarás un buen rato.»

    «El concurso es numeroso : la mayor parte de los que tienen la costumbre de madrugar los domingos y disantos para salir á dar un paseo por el mercado de las flores se trasladan á la escena de la feria. El sordo murmullo del gentío, el chiflido de los pilletes, el agudo sonido de los silbatos, la destemplada voz de los vendedores de agua fresca, y la de los chiquillos abaniqueros, y la del titerero, son cosas que cada una por sí sola basta para atolondrar la mollera mas dura y causarle á uno un tabardillo. Agrega á esa música las exigencias de tus sobrinitos que querrán comprar todo lo que les guste, y les gustará casi todo, y uno querrá un altanto, y otro un morrion y una cartuchera ó un sable, otro un santo de barro, y querrán ver en la linterna mágica; y las sobrinitas querrán una muñeca, y acabarás por gastar no pocos reales. Parécenos que estamos viéndote de vuelta de la feria con los susodichos sobrinitos: uno, el mas chiquitín , marchando delante baqueteando un tambor; otro marchando á derecha é izquierda, al frente y á retaguardia, tirando cortes y estocadas con su sable á cuantos perros encuentra; otro apuntando el fusil á todos los pájaros enjaulados que ve en los balcones, y la sobrinita cogida del faldon de tu gaban-frac besucando la muñeca y saltando para poder seguir el paso mas que regular que llevas á fin de salir cuanto antes de aquel infierno y librarte de la carga del altarito, de las figuritas de barro cuyos colores te embadurnan los guantes, y del ramillete de flores que te ha regalado alguna picarona hija de Adan.»

    «Adivinamos que vas á decirnos que no serás tú el que se encuentre en tales lances, porque ni es tu carácter, ni tienes por costumbre ir á las ferias. Sin embargo queremos decirte los inconvenientes de llamarse Juan en el dia de la fecha, y de ser soltero, y de tener sobrinos y ahijados á quienes hayas de contentar. ¡Cásate, chico! y tendrás escusa para no complacer á sobrinos y ahijados; y aunque continúes llamándote Juan, y tus hijos quieran llevarte á la feria, tendrás libertad para negarles la demanda ó darles un pescozon si no siguen los principios de urbanidad y compostura con que los hayas educado.»

    «Adios, Juan. En paz te queda.»

  • Fiesta y feria en san Pedro de la puellas

    Funcion solemne en la iglesia de san Pedro de las puellas situada en el punto mas septentrional de la ciudad. En la plaza y calles inmediatas tiene lugar la feria de juguetes. El mismo carácter que la que dejamos mencionada en el artículo perteneciente al dia 24 del corriente. Gritos, chiflidos, caramillos y las consonancias de los acordeones, sin mas variacion que el aire andante ó alegro que les imprime la mano que los afuella.

    Puesto que en esta época con corta diferencia, empieza á tener lugar la costumbre de las enramadas en varias calles de la ciudad, con motivo de la fiesta del santo titular de la parroquia, calle etc, quisiéramos aqui hacer mencion de ella ya que va perdiéndose, como se pierden todas para ser reemplazadas por otras mejores ó peores, que no es de nuestra incumbencia el calificarlas. Pero dejarémoslo para otro dia donde mas sensible se hará su falta y bastará por ahora haber hecho esta apuntacion para que el forastero no tenga que preguntar, qué significan esos cordeles puestos en zig-zag en ciertas calles á la altura de las puertas, y ahorcajadas en ellos algunas ramitas de boj ó de lentisco; qué objeto tienen esas cadenas de papel enlazadas con los susodichos cordeles, y sobre todo esas lámparas de aros de caña cubiertos de papel de colores en forma cónica ó esférica donde se derriten, mas que arden, unos cabos de vela de sebo.

    Todo esto esplicarémos mas adelante, pues por hoy eso te basta, lector pacienzudo.

  • La calle Regomir y las fiestas de San Cristóbal

    En una de las calles mas angostas de Barcelona (y sobre el origen de su nombre que es Regomir, andan discordes los autores que del caso escriben) hay un arco atravesado: debajo del arco hay un oratorio de cuya antigüedad responde una lápida que se ve al lado de la puerta: dentro del oratorio hay un altar, en el altar un santo, abogado contra ladrones (trabajo le damos al bueno del santo segun los tiempos que corren), y este santo es san Cristóbal, cuya fiesta celebra la Iglesia en el dia presente.

    Una especie de cancel que se abre hácia la parte esterior da mayor ensanche al oratorio, y reduce la latitud de la calle. El altar está adornado con flores y multitud de luces. En la plazuela inmediata, llamada del correo viejo, y en las aceras de la calle del Regomir se colocan los puestos de juguetes, intermediados por los de agua fresca y anises, y los de las primicias de la cosecha de avellanas, preludio de indigestiones y cólicos. Mucha gente, mucho barullo, mucho calor y grande asueto para los chapuceros vecinos de aquella calle. Es fama que en el dia que sigue al de san Cristóbal aparece negra la mar que baña las peñas de Monjuich, suponiendo que los que profesan el susodicho oficio aprovechan el asueto para ir á bañarse en aquellas aguas.

    Una cuestacion entre los vecinos del barrio en donde está el oratorio, rinde el suficiente producto para la fiesta, de la cual forman no pequeña parte las cadenas y farolitos de papel, y las ramas de lentisco ahorcajadas en los cordelitos dispuestos en la forma que dejamos descrita en 29 del pasado. La enramada de san Cristóbal es la que tenia pocos años atrás mas nombradla. Y no solo en la calle del Regomir, sino tambien en algunas otras se hace una fiesta semejante, improvisando el correspondiente altar con la imágen del santo.

    En esta como en todas las enramadas solian darse algunos espectáculos á los vecinos contribuyentes, corriendo sortijas, ó habiendo cucaña, ó armando á la caterva de chiquillos del barrio con un palo puntiagudo para que en una carrera se llevasen las manzanas que nadaban en el agua de un cuenco, á lo que se llamaba cossi de pomas. Algunas veces se pegaba una pieza de á dos reales en el suelo de una culinegra sarten para que la llevaran con los dientes, y mil cuquerías y lindezas tan cucas y lindas como ellas solas; y se divertían las gentes, y luego había merendonas en las casas, y bailecitos, y todo era diversion, y con esto venia el entrometido del Sr. Cupido y hacia de las suyas, y todo era cuchicheos etc., etc. En el dia no nos ha quedado de estas fiestas mas que lo feo. Es que nuestros tiempos nada tienen, que digamos, de hermosos.

  • Fiesta de Santa Magdalena; empiezan los cólicos de la avellana

    La Iglesia celebra en el dia de hoy la fiesta de santa Magdalena.

    Per santa Magdalena l’avellana es plena, dicen en el país. Cuarto creciente de cólicos causados por los atracones de esta fruta, que en esta temporada está en su debida sazon.

    Entramos en la canícula, época de flojedad y modorra.

    Funcion en las Arrepentidas, y en la iglesia de religiosas de san Agustín, cuya titular es la santa del dia. La feria de juguetes que tiene lugar en las inmediaciones del convento no merece mentarse, tan poco es el concurso de vendedores y compradores.