Etiqueta: idioma catalán

  • Primera edición de las constituciones catalanas de Johann Rosenbach

    [Empieza «Constituciones fetes per lo illustrissimo e serenissimo senyor Rey don Ferrando Rey de Castella de Arago &c en la segona cort de Cathalunya celebrada en Barcelona en lany Mil.CCCC.lxxxxiii» y acaba «Divina favente clementia finitum et terminatum est hoc opusculum Constitutionum in principalissima et excelentissima civitate Barcelone principatus Cathalonie per Reverendum Magistrum Ioannem Rosenbach alemanum de Haydelberch…»]

  • Luis de León gana un certámen poético sobre la inmortalidad del alma

    Certámen poético en que gana el premio el P.F. Luis de Leon. El asunto del certámen era la inmortalidad del alma y se admitieron composiciones en latin, catalan y castellano.

  • Sermón legendario de Onofre Manescal

    Onofre Manescal, natural de Barcelona y varón de muchos conocimientos, como lo prueban evidentemente las varias obras que escribió. Predicó en la catedral de Barcelona en 4 de Noviembre de 1597 un sermón en catalán en honor del Rey don Jaime II y de los catalanes. Es un panegírico lleno de curiosas investigaciones históricas, y de noticias que interesen á la historia de Cataluña. Sin embargo, debemos decir en obsequio de la verdad que sentimos que algunas de tales noticias sean tan poco fundadas. Imprimióse este célebre sermón en Barcelona en 1602.

  • Marlborough vence a Boufflers después de Nimega, y nace el insulto «botifler»

    Esparcióse por toda España la aclamación ejecutada en Viena de Austria de rey de España en la persona del serenísimo archiduque Carlos. [..] Estas voces hicieron impresión generalmente en España y en particular empezaba a distinguirse dos partidos, en Cataluña, con sobrenombres distintos. A los que consideraban inclinados a las Dos Coronas los llamban butifleros y éstos, a los que discurrían ser del partido austríaco, imperiales. Estos nombres tuvieron principio y se originó esta distinción en el combate que en 11 de junio de 1702 hubo en las cercanías de Nimega entre las Dos Coronas y aliados, mandados los primeros del duque de Borgoña, guiado de la grande experiencia militar del mariscal de Boufflers, y los aliados mandados por el conde de Athlone. Esta noticia llegó a Barcelona en los avisos públicos muy favorable a las Dos Coronas. De este hecho empezó como en sombra este renombre. Tomó cuerpo de otro combate en las cercanías de Amberes entre Eckeren y Cahapelle [..] Los avisos publicados en España le escribieron muy favorables [a las Dos Coronas]. Los extranjeros daban favorable a los aliados el suceso. De este segundo hecho quedaron distinguidos los partidos. Los que creían o esparcían sucesos favorables a las Dos Coronas eran llamados butifleros y los que divulgaban o creían sucesos favorables al rey Carlos y sus aliados eran considerados con el nombre de imperiales. Esta distinción y renombre ocasionó muchos infortunios y desgracias, y duró todo el curso de la guerra. Y aunque en 10 de marzo de 1711 murió el mariscal Boufflers, no terminó el renombre y creció siempre el encono entre los dos partidos, conservándose aún después de terminada la guerra en España.

  • Decreto de Nueva Planta de Cataluña

    1. Por quanto, por Decreto de nueve de Octubre del año próximo passado señalado de mi Real mano, he sido servido de dezir, que haviendo con la assistencia Divina, y justicia de mi causa, pacificado enteramente mis Armas esse Principado, toca à mi Soberanía establecer Govierno en él, y à mi Paternal Dignidad, dar para en adelante, las mas saludables providencias, para que sus Moradores, vivan con paz, sosiego, y abundancia, enmendando en los malos, la opressión, que se ha experimentado (en las turbaciones passadas) de los buenos. Para cuyo fin, haviendo precedido madura deliberació, y consulta de Ministros de mi mayor satisfaccion, y confianza.

    2. He resuelto, que en el referido Principado, se forme una Audiencia, en la qual presidais Vos el Governador, Captan General, ò Comandante General de mis Armas, que aí huviere, de manera que los Despachos, despues de empezar con mi dictado, prosigan en su nombre; el qual Capitan General, ò Comandante, ha de tener solamente voto en las cosas de govierno, y esto hallandose presente en la Audiencia, devienvdo en Nominaciones de Oficiios y cosas graves, el Regente avisarle un dia antes de lo que se ha de tratar… Y si el negocio pidiere pronta deliberacion, se avaisará con más anticipación.

    3. La Audiencia se ha de juntar en las Casas que antes estavan destinadas para la Diputacionm, y se ha de componer de un Regente, y diez Ministros para la Civil, y cinco para lo Criminal; dos Fiscales, y un Aguazil Mayor. El Regente con seiscientos doblones de salario, los Ministors y Fiscales con trescientos cada uno, y el Alguazil Mayor ducientos…

    4. Haviendo considerado, que la Suplicacion, que antiguamente se interponia, de una Sala à otra, tiene el incoveniente de mayor dilacion, por havar la Sala de informarse nuevamente del Pleyto; mando, que las Suplicaciones se interpongan à la misma Sala donde se ha dado la Setencia, y en el caso de ser contrario la primera à la segunda, para la tercera deverá assistir el Regente con un Ministro de la otra Sala, que intervendrá por turno, ù dos, ò mas si huviere alguno, ò algunos enfermos, de manera que sean los votos siete, cuyo medio se ha considerado mas facil, y conveniente, que el de la tercera Sala que antes havia.

    5. Las causas en la Real Audiencia, se substanciarán en lengua Castellana, y para que por la mayor satisfacion de las partes, los incidentes de las causas, se traten con mayor deliberacion, mando, que todas las peticiones, presentaciones de Instrumentos, y lo demás que se ofreciere, se haga en las Salas. Para lo corriente, y publico, se tenga Audiencia publica, Lunes, Miercoles y Viernes de cada semana, en una de ellas, por turno de meses.

    28. Se impondrán las penas, y se estimarán las probanzas, segun las Constituciones, y practica, que havia antes en Cataluña, y si sobre esto ocurriere à la Sala Criminal alguna cosa, que necessite de reformacion, se me consultará…

    31. Ha de haver en Cataluña Corregidor en las Ciudades, y Villas siguientes.

    32. Barcelona con el Distrito de su Veguerío, desde Mongát, hasta Castel de Fels, y los Lugares desde Lobregát hasta Martorel, su Corregidor en Barcelona con dos Tenientes Letrados.

    43. De todos los expressados Corregimientos me reservo la nominacion; y en los demás Lugares havrá Bayles, que nombrará la Audiencia, de dos en dos años, y sobre los Salarios, que han de haver, y residencia, que se les ha de tomar, consultará la audiencia con relacion de lo que antiguamente havia en Cataluña.

    45. En la Ciudad de Barcelona, ha de haver veinte y quatro Regidores, y en las demas ocho, cuya nominacion me reservo, y en los demás Lugares se nombrarán por la Audiencia, y en el numero que pareciere, y se me dará cuenta, y los que nombrare la Audiencia, han de servir un año.

    46. Los Regidores tendrán à su cargo, el Govierno Politico de las Ciudades, Villas, y Lugares, y la Administracion de sus Propios, y Rentas, con que no puedan hacer enagenacion, ni cargar censos, sino es con licencia mia, ù del Tribunal, à quien lo cometieremos, y los que entraren nuevos recibirán las cuentas, de los que acaban con assistencia del Corregidor, ò Bayle, el qual hará execuciones sobre alcances sin retardacion.

    49. Hallandome informado de la legalidad, y pericia de los Notarios del numero de la Ciudad de Barcelona, mando que se mantenga su Colegio, y si sobre sus Ordenanzas, y lo demas huviere algo que prevenir, se me consultará por la Audiencia. Y ordeno, que uno de los Ministros de la Audiencia Civil sea Protector, y assista en todas las Juntas del Colegio, y se le avisará antes de tenerlas.

    50. En el Canciller de Competencias, y Juez llamado del Breve, ni en sus juzgados, no se hará novedad alguna, por parte de mi Real Jurisdicion, como ni tampoco en los recursos, que en materias Eclesiasticas se practican en Cataluña.

    51. Todos los demás Oficios, que havia antes en el Principado temporales, ò perpetuos, y todos los Comunes, no expressados en este mi Real Decreto, quedan suprimidos, y extinctos, y lo que à ellos estava encomendado, si fuere perteneciente à Justicia, ò Govierno, correrá en adelante à cargo de la Audiencia; Y si fuere pertenenciente à Rentas, y Hazienda, ha de quedar à cargo del Intendente, ù de la Persona, ò Personas, que Yo diputare para esto.

    52. Pero los Oficios Subalternos, destinados à las Ciudades, Villas, y Lugares para su Govierno Político en lo que no se opusiere à lo dispuesto en este Decreto se mantendrán, y lo que sobre esto se necessitare de reformar, me lo consultará la Audiencia, ò lo reformará en la forma que se dice al fin, resepcto de Ordenanzas.

    53. Por los incovenientes que se han experimentado en los Sometenes, y juntas de gente armada, mando que no haya tales Somtenes, ni otras juntas de gente armada, so pena de ser tratados como sediciosos, los que concurrieren, ò intervinieren.

    54. Han de cessar las prohibiciones de estrangería, porque mi Real intencion es, que en mis Reynos las Dignidades, y Honres se confieran, reciprocamente à mis vassallos, por el merito, y no por el nacimiento en una, ò otra Provincia de ellos.

    55. Las Regalias de Fabrica de Monedas, y todas las demás, llamadas Mayores, y Menores, me quedan reservadas, y si alguna Comunidad, ò Persona particular tuviere alguna pretension, se le hara Justicia, oyendo à mis Fiscales.

    56. En todo lo demás, que no está prevenido en los Capitulos antecedentes de este Decreto, mando se observen las Constituciones, que antes havia en Cataluña, entendiendose, que son establecoidas de nuevo por este Decreto, y que tienen la misma fuerza, y vigor, que lo individualmente mandado en él.

    57. Y lo mismo es mi voluntad, se execute, respecto de el Consulado de la Mar, que ha de permanecer, para que florezca el comercio, y logre el mayor beneficio del País.

    58. Y lo mismo se observará en las Ordenanzas, que huviere para el Govierno Político de las Ciudades, Villas, y Lugares, en lo que no fuere contrario à lo mandado aqui, con que sobre el Consulado, y dichas Ordenanzasa , respecto de las Ciudades, y Lugares, Cabezas de Partido, se me consulte por la Audiencia, lo que considerare digno de reformar, y en lo demás lo reforme lo Audiencia.

  • El cónsul francés manda al Conseil de la Marine francés el trabajo de Juan Salvador sobre la pesca en las costas de Barcelona y Cataluña; extracto sobre la sardineria

    Barcelonne, le 15 9bre 1722.

    J’ay l’honneur de remettre cy joint au Conseil ma réponse au Mémoire qu’il m’a fait celuy de m’envoyer au sujet des Pesches qui se font a Barcelonne et sur les Cotes de Catalogne. J’ay pris autant que j’ay pu tous les eclaircissemens qui m’ont été donnez par les Pescheurs de ce pays cy, mais je n’aurois jamais pu faire cette réponse sans le secours du Sr. Jean Salvador Apotiquaire de cette Ville qui est le plus celébre botaniste qu’il y ait en toute l’Espagne j’ay composé avec luy ce Mémoire. Il ne manquera pas de l’envoyer dans peu de tems a Mr. Jussieu qui le luy a demande de la part de Mgr. le Regent il y a 4 mois, il y doit ajouter beaucoup d Enlumineures de Bateaux et habits des Pescheurs et des diferentes manieres des Pesches de ce pays cy avec un catalogue des noms en Catalan, en Latin, en françois et en Espagnol de tous les Poissons qui s’y prennent. Il a envoyé pour cet effet plusieurs personnes sur les Cotes, et il y a fait luy même differens voyages, il a fait avec Mr. de Jussieu le voyage des cotes de Portugal par ordre de S.A.R. c’est un homme d’unes connoissances extraordinaires sur tous les effets singuliers de la nature pour les Plantes, les Mineraux et autres Végétaux. Ce Mémoire des pesches m’approuve sa connoissance dont je fais icy tout le cas que je dois.

  • Cataluña declarada dependencia del imperio francés

    Se han fixado por las plazas y esquinas de esta Capital unos grandes papelones en frances y catalan, anunciando la traslacion de Cataluña en Gobierno separado, pero dependiente del grande Imperio frances. Segun lo decretado por el Emperador Napoleon, Cataluña queda declarada en estado de sitio, y elegido Comandante General y Gobernador de la Provincia, el Mariscal Augereau, Duque de Castiglione.

  • Escrito del gobernador francés, Augereau, en catalán

    Se ha fixado por las plazas y esquinas de esta Capital una amorosa Proclama del Mariscal Augereau, dirigida á los Catalanes, para que dexen las armas de las manos. Está escrita en catalan; sin duda para mejor seducir á los patriotas de la montaña, ó, á quantos sencillos la oígan.

  • Los franceses obligan al Diario de Barcelona a publicar en catalán

    Empieza hoy el Diario en Catalan, y baxo nueva denominacion, pues hasta aquí habia conservado la misma que se le dió el año de 1789 (quando Mr. Husson de Lapasaran, fué su impresor), á saber: Diario de Barcelona: mas hoy empieza baxo el título de Diari de Barcelona y del Gobern de Catalunya… La relacion pues del Diario traducida del idioma Catalan al Castellano, para la universal inteligencia, dice así…

  • Los franceses tratan de seducir a los barceloneses con lengua trífida

    Se ha fixado por las plazas y esquinas de esta Capital, una Proclama del Mariscal Macdonald, fecha en Gerona á 23 de Mayo último. Es trilingüe, á saber, en Frances, Catalan y Castellano. Las gentes se agolpan en las esquinas al ver tan grandes papelones; pero quedan saciados al leer la primera cláusula, que dice: Buenos habitantes de Cataluña: pueblo activo, industrioso y valiente; á vosotros me dirijo; con vosotros hablo &c. Conoce ya demasiado el pueblo barcelonés el lenguage seductor de que usa el enemigo, y así, mirándose unos á otros los paisanos, señalando con el dedo la dicha Proclama, decian: lée el Sermon.

  • En el Diario de Barcelona el mariscal Macdonald habla español y los demás catalán y francés

    Léese en el Diario baxo el título de Noticias particulares de Barcelona, la arenga que hizo el Mariscal Macdonald en Gerona, ante la Junta que allí creó. Como dicho discurso es un continuado y auténtico testimonio del espíritu patriótico que anima á nuestra Provincia de Cataluña, por lo mismo lo continúo literal, pues que en Castellano se nos dá en el Diario, á pesar de ser todo lo demás (tiempo hace) en Frances y Catalan.

  • La política lingüística de los franceses

    Se ha publicado hoy el Diario en Castellano, cosa que no se habia notado desde que el Corregidor Pujol lo mandó publicar en Catalan. Y es muy para notarse, que empieza dicho Diario con un Decreto del Mariscal Macdonald, el qual nombrando Intendente de Barcelona á Mr. Luppé, y Secretario General de la Intendencia á Mr. Paris Laplaignes, hablando del mismo Pujol, dice: El Señor Pujol, Corregidor actual de Barcelona, queda reservado para otras funciones.

    Esta cláusula equivale á lo mismo que quedarse en la calle. Aseguran, que el Mariscal ha ofrecido á Pujol una plaza en la Audiencia, pero que aquel ha respondido, que no entendia de leyes. Lindo ascenso ha hecho nuestro Conciudadano Pujol, despues de tan decidido afecto á los franceses. Ciertamente no se creía tan desgraciado como Madinabeytia; pero ahora vé, que es su compañero en la paga que ambos han recibido de sus idolatrados franceses. Dicho Decreto del Mariscal Macdonald , puede verse en el número 6 del Apendice primero.

  • Socios de la Real Academia de las Buenas Letras explican cuál etnicidad es apta para todas las ciencias, y cuál literatura fue la fuente de todas las europeas demás

    Acto académico.En la junta general … el socio Baron de Foxá y de Boxadors leyó una disertacion en la que probó que el ingenio de los catalanes es apto y propio para todas las ciencias. Esto lo manifestó con la mayor crítica y solidez por el benigno influjo del clima de Cataluña muy proporcionado para producir hombres perspicaces, aplicados y profundos, y con otras varias razones que apoyó oportunamente con las citas de varios autores naturales del principado, concretándose solamente á los que en el siglo pasado y en el corto espacio del presente han florecido en teología, cánones, jurisprudencia, medicina y cirugía, filosofía, oratoria, poesía, humanidades, historia, bibliografía y ciencias naturales.

    En la misma junta general el socio d. Miguel Cuyás y Devesa disertó eruditamente sobre el orígen y progresos de la poesía catalana ó provenzal, probando que la poesía catalana ó provenzal, trae su orígen del árabe, y no del griego ni latin, y manifestando con muchísimos testimonios de autores estrangeros, que los poetas de la Francia, Sicilia, Nápoles, Cerdeña, Inglaterra, Alemania, Holanda y otras naciones europeas se habian formado con la lectura de los poemas de los poetas catalanes ó provenzales; concluyendo con el abate Andres que Cataluña ha sido la madre de las bellas letras y amena literatura de Europa, y añadiendo algunas reflexiones con las que patentiza que los cuatro principales poetas italianos Dante, Boccacio, Petrarca y Ariosto copiaron trozos enteros de nuestras antiguas composiciones métricas, y que la poesía dicha provenzal pasó de Cataluña á la Provenza, y no de la Provenza á Cataluña.=Benito María de Magarola, vocal secretario.

  • Barcelona en 1847: llegada y burocracia

    Arrival at Barcelona, and Tribulations at the Customhouse

    The next morning I rose as they were warping the steamer into port. The city lay beautifully in the center of its amphitheater of hills. Upon the left, as we faced it, towered up Montjuich, with its lofty and impregnable fortress, so famous, unhappily, in civil broil. To the right and near us, was the fine mole, behind which was the suburb of Barceloneta, with its painted dwellings and its crowd of factories and busy industry. In the inner harbor, just in front of us, lay quite a fleet of vessels, from many nations, all with their colors at half-mast, to betoken the solemnity of the religious festival. The buildings of the city-proper looked white and imposing in the distance, and every thing ashore was inviting enough to make us more and more impatient of the health-officer’s delay. At last, that functionary came: took our papers, as if we had been direct from Constantinople, with the plague sealed up in a dispatch for him: but finding, officially, as he knew, in fact, before, that we were just from La Ciotat, and had with us no contagion, he finally gave us leave to land and be persecuted at the Custom-house. Leaving our luggage to be trundled up in solido after us, we gave ourselves into the hands of the boatmen, who landed us safely charged us mercifully, and bade us «go with God.»

    After a short walk we reached a gate where we were told to halt and give our names to an officer. We dictated and he wrote, but I trust he may not be held to strict account for the perverted and unchristian style in which he handed us down to posterity and the police. Many a more innocent looking word than he made of my name, have I seen (in Borrow’s «Zincali,» for instance) traced all the way back to the Sanscrit. After being thus translated into Catalan we were called up, by our new titles, to be searched. This process was not very easy to bear patiently, for the custom-house officers are the principal agents through whom France fraternizes with Catalonia, in the smuggling-line, and we felt that they might, with a good conscience, have said nothing about our gnats, after having swallowed so many camels of their own. Nevertheless, we all managed to keep temper, except the Italian, who, as he had never gone twenty miles, in his own country, without having to bribe a custom-house squad, felt it his duty to be especially indignant at the same thing, when away from home. He had designed (he said) to give the rascals a «petseta» (as he would persist in calling the peseta, or twenty-cent-piece) but he would not encourage such villainy! The officials shrugged their shoulders, thought that something must be wrong, felt his pockets over again, and after having politely requested him to pull out the contents, begged him to «pasar adelante,» or, in other words, get out of the way, with his nonsense. He was prudent enough to obey, but not without some very didactic observations upon «questi Spagnoli,» in general, and inspectors of the customs, especially. We then marched to the palace-square, upon which the «Cafe de las siete puertas,» opened one of its seven portals to welcome us to breakfast. The Custom-house was opposite, and in due season we became possessed of our carpet-bags, and proceeded to the «Fonda del Oriente,» which had been recommended to us as the best hotel in the city.

    The Fonda is a fine-looking house, fronting on the Rambla, the principal public walk, and would, no doubt, be very comfortable among the orientals, with whom its name asserts consanguinity; but as the cold spring wind still whistled from the hills, it gave us small promise of comfort, with its tiled floors uncarpeted, its unchimneyed walls, and its balconies with long, wide windows, so admirable to look out from, and so convenient for the breeze to enter. I pulled aside the crimson curtains which shut up my bed in an alcove, and there came from it an atmosphere so damp and chill, that I did not wonder at the hoarseness of the artists in the adjoining chamber, who were rehearsing what would have been a trio, had not the influenza added another part. It being very obvious that comfort and amusement were only to be found out of doors, we soon had a rendezvous in the court. The Fonda was a famous gathering-place of diligences, and there was one which had just arrived. We had made large calculations upon the grotesqueness of these vehicles, for we had all read the strange stories which travelers tell of them; but, unhappily, the one before us was a capital carriage, of the latest style and best construction, and the conductor and postillion looked and swore very much after the manner of the best specimens of their class in France and Italy. Only the mules excited our wonder. There were eight of them—tall, powerful animals, and each was shorn to the skin, from hough to shoulder-point, with little tufts upon the extremities of ears and tail. They might readily have passed for gigantic rats, of an antediluvian species with a hard name, or a new variety of Dr. Obed Batteus’s «Vespertilio horribilis Americanus.»

  • Triunfan los Coros de Clavé en Madrid

    Anoche tuvo lugar en el teatro de la Zarzuela la primera de las dos funciones que piensa dar la sociedad coral Euterpe. El éxito no pudo ser mas satisfactorio para el Sr. Clavé y los orfeonistas que dirije. Un numeroso é ilustrado público aplaudió con entusiasmo los diferentes coros que se cantaron entre los cuales hay algunos de notable belleza artística. La ejecucion fue intachable. Damos la enhorabuena al Sr Clavé y á sus discipulas por el triunfo de anoche y desearemos que á imitacion de lo que sucede en Cataluña, se estienden las sociedades corales por toda España, cual sucede en las naciones mas civilizadas de Europa.

  • Estreno en el teatro Odeón de «La esquella de la torratxa», primer éxito de «Pitarra»

    Jaume: Ja que jo per ‘quest poble
    diputat he sortit
    per darm’ la enhorabona
    cantéu tots lo xinch xinch.

    Coro: Xinch, xinch, xinch!
    viva en Cirera, viva en Cirera;
    Xinch, xinch, xinch!
    viva en Cirera que n’ha eixit.

  • Aprobación en Manresa de «Projecte de bases pera la constitució regional catalana»

    La colaboración entre la Lliga y diferentes grupos comarcales catalanistas se concretó en la fundación en marzo de 1891 de la Unió Catalanista que pretendía agrupar a todas estas entidades. En sus estatutos fundacionales se establecía que cada año debía reunirse su asamblea general de delegados, uno de sus órganos dirigentes, en una ciudad distinta de Cataluña.

    La Unió Catalanista nombró, en el mismo momento de su constitución, marzo de 1891, una comisión integrada por diversas personalidades del catalanismo para que redactara un “Projecte de bases pera la constitució regional catalana”.

    El proceso de redacción fue complejo y no se completó hasta 1892. Los autores del proyecto son muchos entre los que sobresalen el presidente de la junta permanente de la Unió, Doménech i Montaner, el secretario de la misma, Enric Prat de la Riba y el jurista y catedrático de la Universidad de Barcelona, Joan Josep Permanyer. Así Prat de la Riba, a la sazón estudiante de Derecho y miembro del Centre Escolar catalanista, presentó un proyecto que fue rechazado por Permanyer. Concluido, después de amplios debates, el proceso de redacción del proyecto se acordó que se celebraría en al ciudad de Manresa “on ja tantes vegades s’ha iniciat la restauració de Catalunya” la Asamblea de delegados de la Unió para proceder a su discusión y aprobación los días 25, 26 y 27 de marzo de 1892.

    Se escogieron más de doscientos delegados, entre ellos se encuentran la práctica totalidad de los dirigentes de la Lliga de Catalunya y sociedades afines y, por otra parte, muchas personalidades de diferentes profesiones que no tuvieron ninguna participación activa en la Unió Catalanista y ni siquiera acudieron a las Asambleas para las cuales se les había nombrado ya que sólo quisieron apoyar nominalmente al movimiento sin comprometerse de forma activa.

    La mesa presidencial de la Asamblea estaba compuesta, entre otros, por el presidente, Lluís Doménech i Montaner, y el secretario Enric Prat de la Riba. Las sesiones se desarrollaron en el ayuntamiento de Manresa.

    El presidente inauguró las sesiones con un discurso en el que manifestaba que las Bases que se iban a discutir no se trataban de una Constitución ni de un programa definitivamente cerrado, sino de motivos de meditación y de principios no desarrollados por completo. Después se procedió a discutir cada Base pero no se produjo un debate muy intenso y fueron aprobadas sin modificaciones sustanciales.

    Sus criterios ideológicos esenciales son los propios del nacionalismo conservador. Es continuador del espíritu del «Missatje a la Reina Regent» entregada a ésta, como ya se ha explicado, con ocasión de la Exposición Universal de 1888.

    El texto aprobado está compuesto por diecisiete bases que tratan, la primera, de las atribuciones del Poder central, y el resto de las del Poder regional.

    En cuanto a la organización de este Poder central se establece la separación de las funciones legislativa, ejecutiva y judicial. El poder legislativo central radicará en el “Rey ò Cap d’Estat” y en una Asamblea compuesta de representantes de las regiones, atribuyendo a cada una de éstas la competencia, esencial, de determinar el modo de su elección. El número de representantes será proporcional al de habitantes y a la tributación. En cuanto al poder ejecutivo no se especifica quién lo presidirá. Las competencias del Poder central son las relaciones internacionales, aranceles, presupuestos etc..

    En cuanto al “Poder regional”, que ocupa casi todas las Bases, se hace referencia a la oficialidad exclusiva del catalán, la división territorial debe realizarse sobre la base de las comarcas y municipios por lo que las provincias desaparecen. Se reclama la restauración de las antiguas Cortes, en referencia a la situación anterior a los Decretos de Nueva Planta, y plena competencia legislativa para las mismas. Se elegirán por criterios corporativos. También se prevé la creación una organización de justicia propia para Cataluña; competencias en materia de seguridad etc…

    Las Bases no tuvieron trascendencia práctica pero fueron consideradas un hito en la fundación del catalanismo político culminando el proceso iniciado con el “Memorial de Greuges” de 1885 y consagraron el predominio de la tendencia conservadora dentro del catalanismo.

  • Devastadora crítica en La Vanguardia de La Tradició Catalana

    Un libro notable

    La tradició catalana.—Estudi del valor étich y racional del regionalisme cátala per Joseph Torras y Bages, Prevere. Barcelona, 1892. (Un tomo de 725 páginas).

    La Tradició catalana es un libro serio, fruto de estudios detenidos y que merece ser leido y digerido con atención. Amigos y adversarios del criterio del autor han de deleitarse con su lectura, á poco que sean capaces de apreciar la sinceridad de convicciones que late en todas sus páginas. Podrá el punto de vista parecer estrecho y cerrado, podrá no comulgarse en los ideales del autor ni creer, aun dentro de la dirección regionalista, que esta haya de encaminarse por el sendero rigurosamente acotado que el autor le traza; pero todos, convencidos ó no, habrán de admirar la entereza con que lo traza yacota, y el caudal de doctrina que sirve de base y fundamento á la traza y acotación.

    Porque no es libro, á pesar de ser principalmente de crítica é historia de filósofos catalanes antiguos, obra de mera erudición y especulación. El autor persigue otro fin más trascendente. Propónese en el estudio del pensamiento catalán al través de la historia tanto y más que mostrar la existencia de este y caracterizarle y diferenciarle, buscar en esta caracterización y diferenciación la legitimidad del regionalismo, y probar que este debe huir de novedades y audacias de aprioristas, y ser la continuación de la interrumpida historia interna de la patria.

    Enhorabuena se deleiten poetas y artistas, dice el reverendo Torras, en la contemplación estética de lo pasado material. No por ello ha de volver Instituciones, formas sociales, costumbres, trajes, escuelas literarias ó artísticas, todo esto es deleznable y perecedero. Pero estas formas esternas, fenómenos de exteriorización histórica, tienen una sustancia interna, un spiritus intus que no caduca ni perece. Este spiritus intus es el que el autor indaga y encomia. Esta la tradición que el quiere hacer revivir, una tradición que, según frase del reverendo Torras, no es la vieja decrépita y arrugada que imaginan los artistas, sino poderosa matrona que de su propia savia se nutre y redivive, y con el jugo de sus pechos alimenta á los pueblos que á su regazo se acogen.

    Para el reverendo Torras la tradición catalana es la religiosa, la católica, y más concretamente todavía en el orden humano y científico, la tradición tomística.

    Afilíase el reverendo Torras á esa pléyade de escritores eclesiásticos que ha hecho surgir la voz de León XIII, y que siguiendo la huella del actual Pontífice, tratan de crear, ó reavivar por lo menos, una literatura, una historia, una ciencia, hasta una política, en el sentido más elevado de la palabra, que sin dejar de ser profunda y sustancialmente católicas seamolden, sin embargo, á las tendencias espansivas de la época actual y atraigan otra vez, al seno de la Iglesia por un lado las multitudes y por otro las inteligencias. Fructífera ó no la empresa, se recordará siempre como una de las tentativas más nobles y elevadas de la Iglesia y como uno de los episodios más simpáticos de la historia religiosa en el presente siglo.

    Tan de lleno entra el Rdo. Torras en la dirección iniciada por el sabio León XIII que en la autoridad de este se apoyapara defender la tesis de su regionalismo. En la encíclica Libertas establece el Pontífice como base y raíz de la libertad política y civil el robustecimiento de la vida municipal, base y raíz á la vez para el Rdo. Torras, como para la gran mayoría de los regionalistas, del régimen por estos patrocinado. Y en ello sigue León XIII, conforme viene á recordar el Rdo. Torras, la tradición tomística. En esta fue á metodizarse y constituir cuerpo de doctrina científica toda la doctrina aplicada é histórica de la Edad media. De Santo Tomás es aquel texto fundamental de las creencias regionalistas:

    porque amamos más á los que están unidos con nosotros por la identidad de origen, el hábito del trato y otras concordancias por el estilo que á los que solo lo están por el vínculo de la asociación humana.

    Y el Rdo.Torras no vacila en afirmar que

    es indudable que en la doctrina tomística se encuentra la sustancia del régimen regionalista, en cuanto es la armonía entre la unidad y la multiplicidad; la unidad, porque el Santo Doctor quiere un poder gerárquico superior que presida, y la multiplicidad porque desea diferentes principantes secundum virtutem, los cuales sean escogidos entre el pueblo.

    Toda esta sección del libro, que forma la primera cuarta parte de este, va enderezada á exponer el que el autor denomina valor ético del Regionalismo catalán, esto es, su justificación en el orden de la moral social y política. No constituye un tratado científico y sistemático del regionalismo, pendant del que desde los bancos de la izquierda desarrolló Almirall en su notable estudio sobre Lo catalanisme. Hay, con todo, los puntos de vista fundamentales de la doctrina, apuntados al pasar en una serie de capítulos en que se van estudiando los diversas órdenes en que han de operar la tendencia y la propaganda regionalistas, y los frutos de bendición que en cada uno de dichos órdenes produciría su fomento.

    Hasta aquí la parte propiamente doctrinal del libro. Viene luego la parte crítica, de la cual es aquella tan solo á manera de introducción ó prólogo. Esa parte crítica es la realmente digna de ponderación. Estudia el autor en 500 páginas y pico — y aun resultan pocas — el que denomina valor racional de la tradición catalana, para lo cual expone, analiza y juzga las fases culminantes del pensamiento catalán en la historia de las ideas. Resumiré mi impresión acerca de este estudio diciendo que en algunos de sus capítulos recuerda por la penetración y el caudal erudito de la análisis á Menendez Pelayo. No es artista y exegeta á la vez, como este; no tiene su arranque literario, ni estudia con el corazón y la cabeza como el maestro santanderino. Cíñese adredes á la consideración del pensamiento, al estudio del que llamé antes spiritus intus. Pero en el escudriñar de este ahonda y sabe desentrañar los rasgos culminantes y reproducir la fisonomía interna.

    ¿Existió, como afirma el Rdo. Torras,un pensamiento, una tradición intelectual catalana?

    Claro que no, si por ello se entiende una creación hecha de una pieza, una idea madre inicial, propia, en la cual hayan venido labrando luego de siglo en siglo sucesivas series de pensadores, y creando un cuerpo de doctrina característico y diferencial. Sería harta ambición pretender esto. Pero es innegable que las condiciones peculiares de nuestro temperamento intelectual hubieron de producir una que pudiera llamarse modalidad regional en el desarrollo del pensamiento.

    ¿Es esta modalidad suficientemente característica y enérgica para que la corriente por ella enderezada y encauzada se destaque y singularice y no se confunda su cauce en la perspectiva de la historia general del pensamiento, con el ancho surco que la masa de aquel va abriendo?

    El libro del Rdo. Torras no deja bien contestada la pregunta más que una vez. Ramón Llull funda realmente una escuela, escuela que trasciende y dura al través de los siglos con vida genuina. Pero aun la contestación es deficiente, para ser completa hubiérase requerido no concretarse á la exposición del pensamiento del poeta-filósofo mallorquín, y á algunas notas incidentales acerca de su influencia posterior. Hubiera debido entrar de lleno en la historia de la escuela luliana, de sus luchas y victorias y derrotas, condenada cuasi por herética en ocasiones por el inquisidor Eymerich, ensalzada en otras hasta la beatifición en la persona de su fundador y símbolo.

    Esta lucha se entrevé incidentalmente más no se vé. Oyese tal cual detonación suelta, más no el fragor del combate. Y cuenta que la historia de esta lucha hubiera podido y debido entrar en el plan general del autor, porque tal vez daba pie á que nos esplicase el antagonismo doctrinal y aun político-social que existió en Cataluña, entre las órdenes dominicana y franciscana. De este antagonismo hay notas sueltas, tiradas al pasar, en el libro del Rdo. Torras, que demandan una ampliación.

    Este es el inconveniente del libro. Sabe á poco apesar de sus 500 páginas de historia crítica. Sabe á poco porque la materia es interesante. Sabe á poco porque acá y acullá se abren perspectivas que excitan el apetito intelectual del lector sin satisfacérselo mas que á medias.

    Para la historia del pensamiento sucesivo de un grupo social cualquiera, tan y mas importante que la de sus grandes atletas lo es la del montón de medianías. La ola que sube y destaca la línea de su cresta tiene su estribo y aguante en la masa de agua que detrás de ella esconde su ondulante curva. Los grupos pequeños del grupo general sienten y muestran, más todavía que los pensadores escepcionales y de alto y propio vuelo, las influencias pequeñas del medio científico y social en que viven y se han formado, de las cuales se alejan á un aletazo de su genio las inteligencias que traen un impulso inicial propio y prepotente.

    Así, en el libro de que tratamos, obsérvanse los esfuerzos, no siempre triunfantes, que ha de hacer su autor para sujetar á escritores por ejemplo, como Ramón Llull y como Luís Vives, al común denominador del pensamiento regional. A cada paso se le escurren por entre las mallas de su crítica cerrada, y echan á volar sueltos y sin ataduras por los espacios de la individualidad independiente. Tan es así que, exagerando y acaricaturando su libro, cupiera á veces decir que demuestra en varias ocasiones precisamente lo contrario á lo que el autor se propone, pues queriendo justificar la existencia de un pensamiento nacional lo que consigue, mas que otra cosa, es demostrar que hemos tenido cuatro ó cinco grandes hombres de la inteligencia que se han creado un pensamiento propio é independiente. Faros luminosos que con luz no prestada brillan en el cielo nuboso de nuestra historia intelectual.

  • Primer número de la revista infantil En Patufet

    «En Patufet» fou la primera revista en el seu gènere, la que es publicà durant més anys (del gener de 1904 al desembre de 1938 en la seva primera època, tot i que la presentació del setmanari fou el 1903) i el més popular dels periòdics catalans. Iniciat per Aureli Capmany i «Josep Aladern» (Cosme Vidal), fou adquirit, al cap d’un any, per l’editor Baguñà, el qual n’encarregà la direcció a Josep Morató i, més tard, a J. M. Folch i Torres. Al començament era una publicació modesta -vuit pàgines en dotzè, que foren ampliades a setze en el número 10, per acabar amb trenta-dues-, amb il·lustracions en bona part humorístiques i de to popular, però en la qual col·laboraven literats coneguts de l’època. Alguns dels redactors més assidus dels inicis foren Manuel Marinel·lo, Josep Morató, Manuel Folch i Torres… Els il·lustradors principals, que continuaren fins la fi del periòdic, eren J. G. Junceda, J. Llaverias i Gaietà Cornet, i la capçalera era d’Antoni Muntañola i Carné («Amyc»).