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  • La matanza del cerdo, entre el 1 y el 20 de enero

    Segun el refran, á cada puerco le llega su San Martin, y á fe que ese es uno de los refranes cuya veracidad acredita mas á menudo la esperiencia. El San Martin de los puercos muertos y hechos gigote para ser vendidos al público, no tiene dia fijo, ó por mejor decir llega todos los dias, porque los tales caen al golpe de la cuchilla en todas las estaciones del año; mas para los puercos destinados á la despensa de las casas particulares, el San Martin suele llegar desde el 1.º al 20 de enero, y por esto lo hemos fijado en el dia 10, como punto equidistante de esos dos estremos. La matanza del cerdo proporciona enlas casas una diversion de un par de dias, pues si bien trae mucho tragin, este, cuando mas, es de la ama de casa y de los criados, pero todos los otros asistentes se divierten que es una bendicion de Dios. Ya antes del dia señalado para el sacrificio se preparan las mesas que han de servir de piedra anatómica. Dispónense los delantales, mandiles y rodillas que se necesitan en crecido número, los lebrillos, barreños, ollas, pucheros y demas cacharrería, y en el hogar, la gran caldera donde deben ser cocidas las butifarras, morcillas y demás embuchados. Convídanse un par de amigas de las de mas confianza y pulcritud acreditada; y arreglado todo de esta form, se aguara la hora señalada para el degüello de la gruñidora víctima.

    No es cosas de pintarles á nuestros lectores el acto del sacrificio con el derramamiento de sangre y los últimos suspiros del cerdo; no vendria á cuento relatarles como lo sollaman, remojan, afeitan, lavan, abren, desentrañan, amputan, decapitan y destrozan; ni les haria gracia ninguna la descripcion de cómo puesto sobre las mesas, con cien cuchillos le van sacando la carne de todas partes, dejándole los huesos mal roidos, y luego se la cortan, recortan y desmenuzan para meterla apretadamente dentro de un intestino, nó sin cortarse el dedo alguna de las colaboradoras y mezclar su sangre con la del cerdo; y menos agradecerian nuestros lectores que siguiendo paso á paso los que le hacen dar al todo y á las partes del animal, los entretuviéramos hablando dos dias, que es el tiempo que dura esa faena, grave de suyo, y acaso la mas importante para una hacendosa y económica ama de casa. Por cuyas razones harémos gracia al lector de todos esos sangrientos y pringosos pormenores, con la esperanza de que no lo habrá á enojo. Se da por entendido que en esos dias las dos amigas que vinieron en calidad de ausiliares, comen en la casa, y aun á veces duermen en ella; mas el papel de protagonista está reservado á la mondonguera, matrona reverenda, frescota, gorda y peripuesta, que es allí el tribunal sin apelacion para decidir todas las dudas, fijar el grado de desmenuzamiento y el punto de sabor que ha de tener el gigote antes de estivarlo en los intestinos. Cuando la tal ha resuelto que todo está en su punto, se toman un par de cucharadas de la carne ya preparada, se frien y se prueban, á lo cual se llama tast y es una de las ceremonias mas augustas de la solemnidad toda. Aquella cala y cata resuelve la cuestion, se añade la especia que falta, si es que falta alguna, y se comienza á embutir á mas y mejor. Las dos amigas que tomaron parte en la funcion, al dia siguiente se encuentran en su casa con un abundante y escogido present, en que estan representadas sin faltar una, todas las partes del cuerpo del animal, y todas las obras artificiales que con su carne y sangre han sido confeccionadas. Toda la gente de la casa ha tomado parte en la funcion, aunque nó en las confecciones, pues las mugeres no permiten que los hombres se arrimen siquiera á las mesas, cosa que sin la prohibicion tampoco harian, porque no son para nosotros tales pringamientos. Si á pesar de esto se introduce en el laboratorio algun varon, cuélganle las mugeres en la chaqueta, levita, bata ó lo que lleve, el rabo del cerdo, y luego le dan una grita y hacen burla de él, y es uno de los lances mas divertidos de todo ese negocio. Si en la casa hay familia menuda, es indispensable hacer para cada individuo de ella una butifarra que esté en armonía con el tamaño de los pequeñuelos, y de ese regalo debe dejárseles disponer á su antojo. Al present hecho á las colaboradores, siguen otros á un par de casas de parientes y á tres ó cuatro de amigos, para lo cual se tiene muy en cuenta si el año pasado mataron cerdo y si enviaron present. Tambien se mide la abundancia y la clase de trozos que lo constituyen, por el número de personas que hay en la familia agasajada y por el grado de amistad ó cariño que se le profesa; de suerte que una entendida ama de casa al ver el present, conoce cuántas onzas de cariño le profesa y cuántas onzas de importancia le da la matrona regalante. A este present se contesta ocho dias despues con otro escrupulosamente igual en cantidad, calidad, colocacion y demas circunstancias.

    En la caldera en que se han cocido las butifarras, morcillas etc., queda una gran cantidad de caldo gordo y sabrosísimo que en catalan se llama brou bufat, y este se distribuye entre las vecinas de las tiendas y de los pisos altos, la tia de la cocinera, la hermana de la nodriza, una hija casada que tiene el zapatero de enfrente, la muger del sereno y otras y otras, de las cuales algunas piden brou bufat como cosa que les ahorra gasto de manteca ó tocino para un guiso, y otras por un capricho del paladar, pues convienen los aficionados en que es cosa que tiene mil sabores.

    Con esto dan fin los lances de la matanza, y el cerdo ya muy bien colgado en la despensa, entra en la línea de las provisiones domésticas, y va saliendo de trozo en trozo hasta que la familia devora el último hácia fines del verano, con no poco sentimiento del ama de casa que ve muy distante aun el dia 10 de Enero del año próximo, en que se repetirá la misma funcion con distinta víctima y con los mismos victimarios.

  • Los puercos de San Antonio

    Érase un dia 1.º de Febrero, no importa el año, y érase que uno de los mayores glotones que pisa la tierra atravesó en mitad del dia el Cap de creus, ó si se quiere el llano de la Bocaría, y oyó el monótono son de una gaita acompañado del seco baqueteo de un tamboril. Estas dulces armonías sonaban en medio de un grupo de varias gentes, y nuestro gloton se acercó por mera curiosidad. Qué será, qué dejará de ser; y eran tres cerdos de los mas bien cebados que darse pueden en la tierra, tendidos descortesísimamente en el duro suelo. –¿Qué es esto? preguntó á un patan de los que allí estaban. –¿Que no ho veu? los porcs de St. Antoni; dijo con una amabilidad que dejó entender le era característica. –No quedó el gloton tan satisfecho de la respuesta como debia de esperar, al paso que se dispertaron en su imaginacion tales ideas de glotonería que se le hizo la boca agua pensando en los jamones y en los chorizos y en las morcillas etc. etc. etc., y continuó: ¿Para qué estan aqui esos señores? Y supo que á pesar de lo bien cebados criáronse en una casa de beneficencia, y que a son de la gaita y del tamboril pasean todos los años durante esta temporada tres animales de la misma especie, con el objeto de rifarlos despues á beneficio de los espósitos, en tres suertes, á cerdo por suerte, para lo cual se espenden billetes por la módica cantidad de un sueldo catalan, ó sean diez y ocho y pico maravedises.

    Parece ser que cuando se suprimieron los religiosos de San Antonio Abad, á quienes estaba concedida esta rifa, se pasó el privilegio al hospital de Sta. Cruz, con la obligacion de dar anualmente del producto de la rifa una pension á los dos religiosos que de la orden quedaban. Cumplió el hospital dicha obligacion, y desde que los dos religiosos murieron, todo el producto de la rifa está destinado al piadoso objeto que hemos dicho.

  • Miércoles Santo, 1848

    Miércoles Santo.

    Nó por que Barcelona ofrezca hoy particularidad alguna dedicarémos cuatro palabras á este dia, sino porque tratándose de la semana santa en que la Iglesia celebrar los mas augustos misterios de nuestra religion, no tenemos por oficioso decir algo de sus ceremonias, siquiera con el fin de que los lectores del Añalejo sepan, si lo ignoran, la significacion de algunas de ellas. La mas notable de este dia es el canto de maitines y laudes, y las tinieblas (fasos) con que terminan, en los cuales fasos hay ha alguna cosa especial de Barcelona.

    Desde el domingo de Ramos por lo menos, trabajan los muchachos sonsacando cuartos á los padres, abuelos y tios á fin de comprar mazas y matracas con que armarse para aumentar el estruendo en la iglesia en las tardes del miércoles, jueves y viernes. Por la mañana en la misa mayor se canta la historia de la pasion del hijo de Dios segun la escribieron los evangelistas san Marcos, san Lucas y san Juan. A las 6 de la tarde con muy poca diferencia, se cantan los maitines y laudes, para los cuales en un alto candelero triangular unido á su pie por el centro de uno de los lados, se colocan y encienden 15 velas, siete por parte, y una en el vértice. Las catorce son amarillas y representan los doce apóstoles, María Magdalena y María Salomé, y la que está en le vértice es blanca y simboliza la madre del Redentor. Cántanse tres lamentaciones de Jeremías, tres Salmos de David, tres lecciones de la primera epístola de san Pablo á los corintios, otros cuatro salmos, el cántico de Moisés Cantemus Domingo gloriose etc. Otros tres salmos y el cántico de Zacarías Benedictus Dominus Deus Israel quia visitavit etc. Al terminar cada salmo se mata una vela, de suerte que despues del Benedictus queda únicamente la mas alta. Durante el mismo cántico, se van apagando las seis del altar, las lámparas y todas las demas luces que hay en la iglesia; al repetir la antífona traditor autem dedit eis signum, se quita del candelero la vela blanca llamada María sola, y se esconde debajo del altar en el lado de la epístola. Como en este dia recuerda la Iglesia la traicion de Judas, el apagarse todas las velas significa que despues de preso Jesus, los apóstoles y las dos Marías se ausentaron por temor de que los judíos los prendiesen como allegados al Redentor, y la última vela queda encendida porque representa á la madre, única cuya fe no vaciló, y que siempre mantuvo viva la esperanza en las palabras de su divino hijo. Terminado el cántico de Zacarías, se dice el salmo Miserere y finalmente una breve oracion, cuyas últimas palabras son la señal de hacerse en la iglesia el ruido llamado tinieblas y en catalan fasos, que en este dia representa el tumulto y algazara con que los judíos prendieron á Jesucristo en el huerto de Gethsemaní.

    Este ruido, que degenera por lo comun en un grandísimo estruendo, es la parte de la ceremonia que mas interesa á los muchachos, y la que los lleva á la iglesia. A ella van acudiendo desde que comienzan los maitines: ni un momento pierden de vista el candelero donde arden las 15 velas: á cada una que se apaga tienen un nuevo goce considerando que se acerca el momento de alborotar el templo, y á impulsos de la impaciencia que no basta á refrenar cosa alguna, mas de una vez turban con algun mazazo la quietud de la casa de Dios. Mas apenas queda oculta á sus ojos la María sola, cuando olvidando el lugar en que se hallan, rompen el fuego, y con matracas, mazas y martillos dan furiosamente contra el suelo, se atreven con los bancos porque en ellos las mazas hacen mas ruido, y no falta quien se arrime á un confesonario espiando el momento en que lo pierdan de vista los curas y los sacristanes, que para impedir tales y otras demasías suelen andar con ojo avizor por la iglesia. En lo mas acalorado de la bulla asoma la María sola, que es la señal de restablecerse el silencio; mas á pesar de lo que tal aparicion significa, esta vez la señal no es tan pronta y unánimemente obedecida como lo fue al anunciar la hora del ruido. Poco á poco vuelve la calma, y al fin cesa de todo punto el estruendo general, nó sin que aun entonces se oiga acá y acullá uno que otro mazazo, cual entre soldados bisoños suena un tiro y otro despues de la general descarga. Con harta frecuencia es indispensable que los sacristanes y algun sacerdote tomen cartas en el negocio, y trabajen para que la iglesia quede libre de la muchachería, que por su gusto pasaria la noche en el mismo sitio y acabaria por romper algunos bancos, y al fin y al cabo por dormirse.

    Hemos dicho que en Barcelona había en todo esto alguna especialidad y vamos á manifestarla. Las ceremonias de la Iglesia y el ruido en las tinieblas son como en otro cualquier pueblo de España; pero aqui ese estruendo, ademas de recordar los sucesos de que la Iglesia ha dispuesto que sean una conmemoracion, traen á la memoria otros acontecimientos mas recientes y no poco terribles. La proscrita familia de los judíos, que aqui como en todas partes se dedicaba durante la edad media al comercio y á la usura, fue en Barcelona víctima de los cristianos no pocas veces. Impulsados por un escesivo celo religioso lanzáronse los barceloneses en alborotada muchedumbre á las calles del Call é inmediatas, robando las casas de los judíos, incendiándolas y matando á sus moradores. Como durante la semana santa recordaban con mayor viveza los ultrages de que J.C. fue objeto, y recordaban tambien que los ultrajadores fueron judíos, dispertábase en su corazon el deseo de vengar esos ultrajes en los descendientes de los que los cometieron , y por esto la semana santa presenció en algunos años el robo y el asesinato de los judíos en Barcelona. No faltaban hombres que á fin de no pagar las deudas que con los judíos tenían, ó deseando vengarse de las usuras con que les prestaron cantidades, impulsaban el celo religioso del pueblo, estraviando ese bello sentimiento basta convertirlo en móvil de horrorosos delitos; pero el hecho es que en Barcelona muchas veces el pueblo solemnizó la semana santa con esas sangrientas escenas, y tal costumbre de hacerlo se contrajo, que vino á darse á las tinieblas un nombre nuevo llamándolas ir á matar judíos, á matar jueus. Aun hoy dia el pueblo las llama del mismo modo, y los niños mientras golpean con las mazas en el piso de la iglesia tienen una vaga persuasion de que matan judíos, y aun por esto machacan nó con alegría sino con rabia, creyendo los mas sencillos que hacen una obra meritoria. Y los padres aunque conozcan la significacion de las tinieblas, tambien dicen á los hijos que vayan á matar jueus; y de este modo va pasando de una en otra generacion la memoria de aquellas cruentas escenas, que con tanta frecuencia profanaron durante la edad media los dias de la semana santa.

    En este dia las mugeres del campo van en crecido número á coger tomillos en las montañas que circuyen la vega de Barcelona, y mañana jueves traen á vender esos tomillos á la ciudad en donde no hay familia que no compre de ellos algunos cuartos. Cuando durante el año hay en la casa una persona que no se siente buena, le administra la señora ama una sopa hecha con agua de tomillo, y ha de ser del cogido en la semana santa. No sabemos las virtudes de esa planta; mas como la sopa que se hace con su agua sustituye á la cena ó á la comida, mas bien que á sus virtudes atribuimos la mejoría de los enfermos á la dieta que la tal sopa trae consigo. De todos modos el remedio es barato, no huele á botica, y va acompañado de dieta. Vengan pues tomillos de semana santa; y coman sopa de tomillo todos los que se sientan indispuestos.

  • Fiesta de San Ivo, elogio de la abogacía

    No hay oficio ni profesion en el mundo en cuyo ejercicio no tenga el hombre mucho que sufrir y muchísimo que ofrecer á Dios, si los desempeña con conciencia, no separándose nunca del camino de la virtud, y no olvidando el amor al prójimo. Por esto vemos santificados varones de todas las clases de la sociedad. Papas, obispos, simples sacerdotes, abades, frailes, ermitaños, diáconos, emperadores, reyes, duques, militares, labradores, carpinteros, plateros, zapateros y hasta abogados. Y decimos hasta abogados, porque el vulgo que es el que menos trata con ellos, y de quien ellos menos reciben, ha dado en el chiste de creer que no es la abogacía la profesion mas á propósito para llevar al cielo á los que la ejercen, sin acordarse de que sin ellos muchos inocentes morirían en un patíbulo, y muchos fuertes usurparían la fortuna de los débiles. Al abogado le sucede lo que al médico; mientras el cliente y el enfermo padecen, el abogado y el médico son su consuelo y su esperanza, cuando estan salvados del peligro son unos ladrones: se tienen en cuenta las causas perdidas y los enfermos muertos, y el ingrato cliente y el ingrato curado creen que ganaron y se curaron porque debian ganar y curarse. Cómo ha de ser! la ingratitud es el primer vicio que hubo de castigar el Criador, y probablemente será de los últimos que castigue.

    Esta injusta prevencion no es esclusiva del vulgo, y á propósito de ello, recordamos que predicando de san Ibo abogado, que es el santo de hoy, el célebre P. Puig de san Sebastian, hombre de mucha fama y mas palabrero que orador, comenzó el sermon de esta manera: san Ibo fue abogado: abogado y santo, milagro de la Gracia: Ave María. A lo menos no se le puede negar á este retazo un gran fondo de elocuencia y gracia. ¡Era mucho hombre el P. Puig! De suerte que de lo dicho se deduce que la abogacía es para ganar el cielo tan buena como otra profesion cualquiera, y sabe Dios si lo es mas; y por esto tienen los abogados un abogado santo, que es su santo abogado, cuya fiesta celebran hoy en particular, pues el ilustre colegio no hace cosa alguna para demostrar que se alegra de tener entre los santos á un individuo que si viviera seria colegiado. Y no se crea que san Ibo llegó á ser santo sin su trabajillo y su por qué, en prueba de lo cual, sin acudir á leyendas añejas, citarémos los versos del abuelo de uno de nosotros añalejeros, que por mas señas era tan mal poeta como su nieto. Decia el abuelo panegirizando á san Ibo:

    Abogado fue san Ibo,
    En cuyo dictámen recto
    No hubo acepcion de personas
    Ni hubo acepcion de sugetos.
    Como abogaba de valde
    Y de nadie cobró derechos,
    Aunque siempre tuvo causas
    Nunca tuvo, el pobre, efectos.

    Confesamos de buena fe que si la primera cuarteta puede aplicarse á muchos abogados contemporáneos, no son pocos los que pueden apropiarse la segunda, y serán en mucho mayor número los venideros, porque segun son las hornadas de abogados que cada año van saliendo de las universidades, ó Dios lo remedia, ó la mayor parte tendrán que trabajar de valde. Para el cuerpo no será esto gran cosa, pero en cambio muchos podrán aspirar á ser santos, pues el hambre y la miseria son para la beatificacion méritos muy relevantes.

  • Fiestas de San Miguel; cerdos en la Barceloneta, Barcelona y Sarrià

    Solemne funcion en la iglesia parroquial de san Miguel, por ser hoy la fiesta de la dedicacion de este arcángel.

    La parroquia de san Miguel del Puerto dedica tambien á su titular solemnes cultos.

    La asociacion de los tenderos revendedores de la presente ciudad con la esplendidez de que siempre ha dado muestras, obsequia al santo del dia á quien tiene por patrono, en el altar que posee en la iglesia del Pino.

    Fiesta religiosa y profana en el pueblo de Sarriá, á donde concurren muchos vecinos de Barcelona segun el decir de las gentes, á comer butifarras recien confeccionadas, pues hoy es el primer dia que se permite la matanza en dicho pueblo. Mañana se alzará la prohibicion en esta ciudad. ¡Pobres cochinos de nuestro tiempo! ¿por qué no vinisteis en la época decantada en que la tiranía no habia privado á todo animal del uso de la palabra, y os hubiera aprovechado la saludable leccion de la fábula del asno y el cochino?

    Si es cierto lo que reza el refran del pais per san Miguel la barena se empuja al cel, desde este dia todo jornalero debe suprimir la media hora de recreo que durante la pasada estacion ha tenido por la tarde. Quizá la fuerza del consonante haya dado orígen al refran, pero si la fecha no es precisa, es muy aproximada. Tradúzcase el dia por época del año, y el resultado será exacto.

  • Fiesta de Santa Lucía

    En el ángulo de occidente de la catedral esquina á la cello del Obispo existe una capilla tan desmantelada en su interior, como caprichoson non los adornos de su puerta. En ella se da culto á la imágen de santa Lucía, cuya fiesta celebra hoy la Iglesia. Es la santa tenida por abogada contra el mel de ojos, y esa opinion hace que en la pila del agua bendita hagan los creyentes abluciones poco á propósito para que el agua conserve su pureza. El fervor de las súplicas elevadas al Omnipotente son man eficaces que los remedios materiales, y convencidos de esto la mayor parte de los fieles, tributan su homenage á la santa oyendo misa, por mas que la Iglesia no haya impuesto obligacion semejante. Consérvase en la capilla una reliquia de la santa, que un sacerdote da á besar y lleva á los ojos, en cuyo acto los fieles dan alguna limosna.

    Desde la puerta de la iglesia y á lo largo de la fachada de la catedral hay puestos en que se venden figurillas, casitas de corcho y demás objetos que sirven para la formacion de los nacimientos, de suerte que esta feria es un apéndice de la del dia 8 del corriente mes.

  • Pérdidas en Teruel, misa secreta en Barcelona

    Feia més dun any que la guerra durava. Cada dia que passava les privacions eren més grans, i la fe de molts trontollava. Havíem ja vist caure i desaparèixer a tants dels nostres millors!

    Per acabar-ho d’adobar, els diaris i les ràdios d’aquells dies anaven plens de la batalla de Terol, que es desenrotllava sota uns elements completament desfavorables. El fred i les nevades més terribles s’havien ensenyorit d’aquells paratges erms, i la lluita era ferotge, apocalíptica… Els diaris parlaven de conquestes i d’avanços que a voltes resultaven imaginaris. El Mansueto, l’estació del ferrocarril, el seminari, fins es parlava ja de la plaça «del Torico», aquella plaça irregular, porticada, amb tant regust de poble, on encara unes setmanas abans d’esclatar la revolta, m’hi havia passejat per sota les seves voltes tant plenes d’encisos, enmig de la jovenalla riallera i sorollosa que sempre han estat els aragonesos.

    No ens ho crèiem… Terol resistiria, Terol no es podia perdre… I amb aquesta esperança vàrem passar aquell Nadal, trist també, perquè encara no vèiem la fi de la nostra tragèdia.

    Un consol inefable vareig tenir enmig de tanta tribulació. En la tarda d’aquell Nadal, gràcies a un de tants sacerdots a qui no s’agraïrà mai la serena valentia en complir la seva santa missió en aquells dies de dol i de misèria, vareig pogué rebre la sagrada Comunió.