Etiqueta: carnaval

  • Prohibición de bailes de carnaval mientras se celebra la paz entre Juan II y Carlos de Viana

    Los diputados van al monasterio de Jesus estramuros, para el solemne oficio y procesion que se celebraba á fin de que tuviesen buen término las diferencias entre el rey D. Juan II y su primogénito D. Cárlos de Viana. Con este motivo se prohibieron los bailes de los tres siguientes dias que fueron de carnestolendas.

  • Encarcelados unos músicos y bailadores por poner en peligro la lucha de Nuestra Señor contra los turcos y la peste

    En aquest die, per lo vot havia fet la present ciutat o lo Concell de Cent Jurats de aquella no ballar de nits los vespres de Carnestoltes ni Dijous Lardé, per la misericòrdia havia feta Nostre Senyor a la present ciutat de Barchinona y a tot lo present Principat, de liberar-la, ço és, de la peste que ere en aquella, de remiar-la soptosament, y de la armada del turch enemich de nostra sancta fe christiana, que ere vinguda en la illa de Manorcha y prengué la vila de Ciutadella y malmané moltes ànimes, qui miraculosament se’n tornar ses fer ningun dany, ni al present Principat ni illa de Manorqua, los honorables consellers requeriren al veguer y sots-veguer, donant-los-ho per scrit, que preguessen los jutglars que havien sonat lo vespre abans per los carrers, y los qui·ls havien logats y los qui bellaven, metent-los a la pressó.

  • Los franceses toman la ciudadela por sorpresa

    Dia 29 Lunes de carnaval.

    Esta mañana á eso de las 11½ se ha executado en la esplanada como en los demas dias el exercicio, o revista por las tropas francesas en cuyo acto habia bastante gente que admiraba la gallardia de la tropa y lo pronto de sus evoluciones.

    Durante las mismas ha pasado hácia la Ciudadela la guardia francesa que debe relevar á la otra que hay en la puerta principal de la misma.

    A poco rato se ha visto pasar al General Lechi montado en un brioso y blanco caballo, y se dirigía con dos de sus Edecanes á dicha Ciudadela.

    Apenas Lechi ha entrado en ella se han visto desfilar hacia sus puertas toda la coluna que estaba en la esplanada lo que ha dexado parados á los espectadores.

    A la una dada se ha visto salir de la Ciudadela corriendo hácia palacio sin sombrero ni color en los labios, á su Gobernador D. Juan Viard de Jantilly, y como en seguida ha salido de la misma algun paysano por esto se ha sabido la fatalísima novedad de haberse los franceses apoderado de aquella importante Plaza con la mayor felonia, pues al estar la guardia francesa en aptitud de relevar á la otra de su misma nacion siendo ambas muy y muy superiores á la Española que habia no ha podido ésta impedir la entrada ni levantar su puente levadizo.

    Creyose á los principios el Gobernador que el General Lechi venia á hacerle la visita prometida pero quando ha visto tan numerosa coluna de Infantería ha quedado tan parado y fuera de sí que bazando corriendo de su casa, y presentado al mismo que estaba en la plaza, le ha dicho muy enojado: Esta es la visita que me habíais prometido? Y volviendo la espalda ha volado á comunicarlo al Capitan General Conde de Ezpeleta á quien ha hallado no peños confuso por tamaña novedad, que apenas creia y que preveía era imposible remediar teniendo los franceses tan formidable fortaleza con tan numerosa coluna veterana.

    En el interin que el Gobernador se hallaba en palacio se ha visto en la Ciudadela que á un golpe de caxa se han desprendido de la coluna formada en su plaza varias guardias que han ido á relevar las de los Españoles. A otro golpe de caxa se ha visto ponerse dos soldados con fusil frente cada una de las ventanas baxas de los pavellones, y de las puertas de los mismos, á fin de impedir que salieran o saltáran los moldados Españoles que estaban dentro. Es imposible pintar el furor y despecho de la Oficialidad y tropa, viendo tan pesada burla.

    No lo es menos describir la consternacion que al momento se ha difundido por Barcelona, de modo que en un cerrar y abrir de ojos se ha visto la esplanada y plaza de palacio llena de paisanage, y todos con sus semblantes muy coléricos y enojados. Han salido varios Regidores, y hasta el mismo Gobernador D. Cárlos de Witte para tranquilizar la gente y mandarla retirar á sus casas. Todas las calles desde la Platería á palacio, la plaza del Borne y sus inmediaciones, han cerrado las puertas, lo que acaba de infundir mas terror.

    La rabia ha subido de punto quando desde la misma plaza de palacio y muralla del mar, se ha observado á la una y media que otra columna francesa cubria el camino de Monjuich, llegando su vanguardia á su rastillo. Procuraban las patrullas y Autoridades dispersar y persuadir á la gente que retirasen, pero no habia forma de conseguirlo [Este chocante paso será el objeto de la primera lámina del primer quaderno de la coleccion colcográfica de los principales sucesos de Cataluña, que se está ya concluyendo.].

    Toda la tarde ha continuado la consternacion y rabia viendo perdida la Ciudadela y en víspera de perderse Monjuich, aunque á las cinco no habia entrado en él la tropa francesa. Con esto es facil conocer qual estaría Barcelona en esta tarde última de carnaval. Solo se conocia serlo no por las máscaras y bulla, sino por las 40 horas que segun estilo estan en aquellos tres dias en la Parroquial Iglesia de Santa María del Mar.

    Vense baxar y subir partes y contextaciones de Monjuich, pero su Gobernador interino el Brigadier D. Mariano Álvarez [El mismo que ocupará tan distinguida lugar en este Diario por la inmortal defensa de Gerona, que estuvo á su cargo.] no quiere ceder en abrirles las puertas. Témese una sangrienta jarana.

    El General frances que está apostado con un cuerpo de observacion en las casitas de San Beltran situadas en la falda de Monjuich, ha tenido la avilantez de abrir dos de los pliegos cerrados que el Señor Álvarez enviaba á nuestro Capitan General Conde de Ezpeleta.

    Vense salir al anochecer de las casas de sus alojamientos los Oficiales franceses, y trasladarse á los quarteles y Cindadela, sin duda para estar prontos desde dichos puntos á obrar en caso necesario, y que temen cercano atendida la fermentacion del Pueblo.

    Los Welites que desde el dia de su llegada estuvieron alojados en casas particulares, por considerarse á los individuos de aquel cuerpo como á otros tantos Oficiales, han salido á la misma hora de sus respectivos alojamientos, y quedan aquartelados en las Atarazanas.

    Esto, y el notar que todos los Generales ponen dobladas centinelas, no solo en las puertas de sus casas, sino tambien en las boca-calles inmediatas, hace ver el temor de nuestros huéspedes.

    Baxan los partes de resistencia á la entrega, la que creen los franceses no se verificará sino á la fuerza, y así es que han recogido quantas escalas habia en el convento de San Francisco de Asis, y otros parages para intentar el asalto. Aunque los políticos y militares se rien de tan débiles medios, pero lloran las desgracias que les serán consiguientes.

    Son las 10 de la noche, y todavía no han entrado los franceses en Monjuich, reparándose desde esta Ciudad las fogatas que hacen en sus inmediaciones para hacer los ranchos o calentarse.

    Hasta la misma hora queda todavía de planton el centinela avanzada del Castillo, despues de levantados los puentes á la una de la tarde. Dicho sereno centinela es de los voluntarios de Cataluña.

    A las 11 de la misma noche estando los terrados de las casas de Barcelona coronados de frenéticos espectadores, se ha visto al favor de las fogatas entrar en Monjuich las tropas francesas.

    Qual haya sido la sensacion que ha causado en Barcelona, qual el abatimiento y variedad de pareceres sobre la conducta de nuestro Capitan General Conde de Ezpeleta, se dexa todo para la Idea de mañana como á 1.° de mes.

  • Bendición de las candelas

    Hoy es fiesta de precepto. Gran noticia para el holgazan.

    A las 9 de la mañana tiene lugar en las iglesias la ceremonia de bendecir las candelas. El preste despues de haberlas bendecido se adelanta hasta la barandilla del presbiterio para repartirlas al pueblo. Desde el chiquillo travieso á quien no anima otro deseo que el de poder iluminar gratis el altarito con que juega en su casa, hasta la beata que teme los truenos; todos á porfía acuden á aquel punto tendiendo los brazos para alcanzar las tres candelillas, una colorada, una verde y una blanca. Este se ase del pasamano para que no le separen del puesto en que una hora antes ha ido á situarse, aquel empuja, esa regaña, esotra chilla, y todos alborotan, hasta que apurada la paciencia del preste arroja las candelillas por encima de aquel grupo profanador.

    A mediodía paseo en la muralla de mar.

    Los teatros dan funcion por la tarde y por la noche. Despues del teatro es de rúbrica asistir al baile de la lonja, que en este dia suele ser muy concurrido. Créanlo vds., jóvenes lectores, vayan vds allá, y como todos den crédito al Añalejo, por mis barbas si no está el baile lucido….como de costumbre.

    Con una advertencia importante concluirá el artículo de hoy. Muy bien sabes é ignorar no puedes, carísimo lector, que en el año hay fiestas fijas y fiestas movibles: argumento concluyente. Ahora bien, las fiestas fijas dependen del sol, las movibles de la luna y las costumbres de la atmósfera. Porque en efecto, si llueve ó truena ó hace viento, adios paseos, adios ferias, adios bailes, costumbres adios.

    Si hay pues fiestas movibles, vamos á ver cuál es el movimiento, y cuál es el eje sobre el cual se mueven, á lo menos las que entran en la jurisdiccion del Añalejo. La pascua de resurreccion es el punto de apoyo. En el concilio de Nicea reunido en el año 325 de nuestra era se declaró que debia celebrarse esta pascua el domingo despues del dia 14 de la luna de marzo; y asi es que la referida fiesta nunca baja mas que al 22 de marzo, ni pasa mas allá del 25 de abril, segun las tablas de Dionisio el Exiguo. Sentados estos preliminares deducirémos consecuencias. Es cosa mas que sabida que la cuaresma empieza despues de las carnestolendas y concluye con la pascua de resurreccion. La cuaresma tiene siete semanas, la semana siete dias…. echa, lector, la cuenta y hallarás que el domingo de carnestolendas primera fiesta movible del año, ni puede caer antes del presente dia 2 de febrero ni despues del 7 de marzo. Sin embargo no hemos señalado dia para las costumbres de carnestolendas ni para las de las demas fiestas movibles; pero sí les hemos reservado el lugar que puede verse en el índice habiendo consultado de antemano la mayor comodidad de los curiosos.

  • Las comparsas y su organización

    Que la aficion á la música está desarrollada en Barcelona de un modo prodigioso, es cosa que no admite controversia. Díganlo sino esos coliseos en el dia de ópera, y nó de ópera cualquiera, sino de ópera bien desempeñada, lo que por otra parte prueba que el público es inteligente (y no hay público de abonados). No se amosquen Vds., señores mios, por lo del paréntesis, porque no pretendemos decir que no sean Vds. inteligentes; lejos de nosotros semejante calumnia. No es pulla: es que no queremos confundirlos á Vds. con la muchedumbre, digámoslo asi, de los espectadores, con esa muchedumbre que con la existencia de dos teatros rivales entre sí, ha derrocado esa aristocracia del abonado y ese monopolio que hacian Vds. de la diversion pública mas honesta é instructiva de las diversiones públicas. Por otra parte es bien sabido que cuando no habia en Barcelona mas que un coliseo, ó por mejor decir, cuando este no tenia competidor, el abonado era exigente y querelloso cuanto ahora es banderizo. Hé aqui por qué no podemos apreciar sus fallos de Vds., y hé aqui por qué hemos dicho, entre paréntesis, que no hay público de abonados. Basta de broma.

    Pues, señor, como íbamos diciendo, es mucha la aficion que hay en esta ciudad á la música; y todo el mundo tañe, y todo el mundo pulsa, y todo el mundo canta, y hay sociedades filarmónicas, y mas pianos hay que dedos que los sepan tocar, que es mucho baber. Llega á ser una verdadera desgracia el que desde su chiribitil ó bufete ó despacho, segun sea poeta, abogado ó comerciante, no se vea uno distraido de sus tareas por un vecino que toque el cornetin de piston, ó por una vecina que cante, ó por un chiquillo que haga las cromáticas en el piano. Con decir á Vds. que el mancebo sastre que durante el dia ha cosido las mangas de un frac quizá canta en los coros del teatro, y el peon que ha paseado un andamio durante el dia sale por la noche en trage de lacayo, y el que cose unas botas por la tarde, por la mañana ha tocado el bombo ó los platillos en el ensayo de la ópera: y el que no pudo ser corista ó sacasillas ó tocar el bombo, busca medios para lucir su embocadura ó su aptitud de manos ó la flexibilidad de garganta. Llega la temporada del carnaval se prepara ensayando unos coros para una comparsa que ha de recorrer todas las tertulias y todas las casas que frecuenta cada uno de los individuos que la forman.

    Pero antes de darse á luz la comparsa, ¡cuántos proyectos no se ensayan, cuántas leyes no se dictan, cuántos pareceres no se discuten, cuántos piques no se enredan, cuántos disgustos no se pasan, cuántos sinsabores no se sienten y cuántos ensayos no se hacen! Durante las fiestas de Navidad se propone la idea: se reunen los amigos con los amigos de los amigos y estos con los amigos de aquelos; todos frisan con los 22 años. La comparsa figurará un coro de aldeanos. –Es cosa muy vulgar. Da mas de sí el de cruzados. –Muy visto, no ofrece novedad. –Arlequines. –Quiá! no es cosa. –Valencianos — rusos — húngaros — moldavos — walones — suizos — tiroleses – turcos. — Pido la palabra. Quisiera saber con qué señoritas se cuenta para las parejas. –Por mi parte ofrezco hablar…–Sí, sí, dice bien. –Nó, nó, fuera enredos. Y uno repite que sí, y otro dice nó, y este se sonrie, y aquel se encoge de hombros, y los de mas allá disputan, y los de mas acá se acaloran, y todos gritan, y venimos á parar en que se separan dos y vienen cuatro, y vuelven los primeros, y despues de mil discusiones y mil altercados queda definitivamente fijado el número de los socios y se adopta un trage.

    Presupuesto.
    mascarillas . . . . . . t.
    trage. . . . . . t.
    al maestro de música. t.
    _____
    Suma. . . . . t.
    _____

    Debe depositar cada socio t…. reales. Crecido es el presupuesto para unos, indiferente para otros esta ó la otra cantidad, pero ya no tiene lugar discusion porque hay compromiso y está en observancia un reglamento con penas rigurosas. La pecuniaria es la mas temida; la espulsion de la sociedad llega á ser lo que importa menos á los mas.

    Empiezan los ensayos. El baile se reduce á hacer unas evoluciones de poco efecto y á marcar ciertos compases con los pies, y el coro que se ha de cantar no es de los mas fáciles. Por de pronto se queja el vecindario, y es preciso buscar un sitio que no tenga habitaciones debajo para no atolondrar al inquilino, y que tenga el menor número de luces por no dar que decir á los vecinos. Quedan hechos los ensayos y se da á luz la comparsa, y como no es lo mismo cantar entre las húmedas paredes de un subterráneo que entre las hermosas que guarnecen un salon, se distraen los bajos y se salen de tono los tenores, y se impacienta el director, y ya no se hacen pianos ni fuertes, ya no se marcan los crescendos, no hay claroscuro y todo se lo lleva la diabla. La comparsa sigue su ruta; hoy á esta casa, mañana á aquella, siempre haciendo lo mismo y casi siempre mal. Prescindamos de la obligacion que contraen los socios, de salir quieras que nó, las noches que señala el director, y demos por sentado que la danza que bailan está ensayada en local proporcionado; mas no se ha tenido en cuenta al ensayarla, las distintas dimensiones que pueden tener las salas en las casas donde han de darse en espectaculo, ni la concurrencia que puede haber, ni el tropezar con una ó mas comparsas (y ahí es nada) ni el que pueda enfermar un figurante: claro está que al sobrevenir algun inconveniente que tenga relacion con alguna de las referidas circunstancias, todo es barullo ó quedan sus vacíos en las figuras del baile y se pierde el hilo de la danza. Todo esto sucede al confeccionar y poner en escena una comparsa, cuya buena armonía durante el carnaval concluye siempre con una comilona durante la cuaresman. ¡Cuándo no se ha celebrado la union y la buena armonía con una comida!

    Preguntará cualquiera despues de haber leido los anteriores renglones por qué hemos elegido el dia 14 de febrero para hablar de las comparsas. La razon es muy sencilla. Has de saber, lector curioso, aunque no te importe un comino, que el Sr. amanuense, á quien dictamos los artículos se perece por la música, y en este año nos ha salido entre otras pejigueras con la de que le dió en gana lucir su chillona voz en una mala comparsa, y héte aqui que á puro comparsear y chillar se ha constipado y enronquecido, y tiene que guardar cama hoy dia 14, y esto nos ha obligado á escribir de puño propio este artículo. Asi ha salido tan bien endilgado.

  • Jueves Lardero, 1848

    Los tres jueves.

    Estos tres dias son movibles, como cualquiera puede echar de ver; por esto no llevan fecha. Aunque era escusado decirlo, sin embargo no hacemos mas que imitar á los escritores que al empezar no se olvidan de advertir que empiezan diciendo. Pero si no llevan fecha les sobra nombre.

    No puede menos de suceder que al domingo de Carnestolendas antecedan tres jueves: el primero, se llama de compadres; el segundo, de comadres; el tercero, jueves gordo ó lardero. Antiguamente los que habian sacado de pila algun recien nacido durante el año anterior, acostumbraban regalar á las que habían sido compañeras en el compadrazgo; por esto se llamaba de compares: en el segundo se trocaban los papeles, y por esto se llamaba de comares. En el dia esta costumbre ha desaparecido, aunque han quedado com-padres y co-madres, asi como hay con-discípulos y co-legas, co-adjutores etc., etc. La razon del sobrenombre de gordo ó lardero que se da al último jueves del carnaval, parece sencilla aunque no pase de conjeturable: si los tres últimos dias del carnaval son de carnes-tollendas, necesariamente debe precederles un dia de gordura. Este es un jueves en el cual todo buen barcelonés ha de comer cassola, (guisado sustancioso compuesto de las estremidades del cerdo, y cubierto de una costra de huevo etc., etc.) y para postre las cocas enllardadas, especie de hojaldre que confecciona con notable celebridad la panadería de S. Jaime.

    El jueves de comadres y el gordo concluyen con baile en el salon de la lonja. Si quieres saber, curioso lector, si ambos a dos estan concurridos, gasta tus realejos y ve á examinarlo por tí mismo, que no queremos se nos tache de indiscretos previniendo tu concepto.

    A las costumbres pringosas del jueves lardero va adjunta otra por demás filantrópica. Durante la semana en que va incluso este dia, recorre las calles de la ciudad una comitiva compuesta del alcaide ó algun empleado en las cárceles, tres ó cuatro niñas ataviadas muy regularmente, y un alguacil, ministril ó lo que sea, cuyo trage semi-serio consiste en una bata de grana, una golilla y un sombrero de cura. La música que acompaña á la comitiva está reducida á un tamboril, una flautilla y una gaita. El objeto de la comitiva es escitar la filantropía de estos habitantes para que den limosnas con que poder suministrar una sustanciosa sopa á los presos durante los tres dias de carnestolendas. ¡Lo que es el mundo! El dolor está junto al placer, el llanto junto á la risa, lo malo junto á lo bueno, lo hermoso junto á lo feo, la miseria junto á la opulencia, y hé aqui lo filantrópico codeándose con lo gastronómico; pues por mas que se diga, algun punto de contacto debe de tener la sopa que pueda darse á los presos con la gastronomía.

  • Los tres dias de carnestolendas, 1848

    El carnaval da las últimas boqueadas: es preciso pues echar el resto á las zambras y algazaras que se mueven en la época de su dominacion. Un domingo, un lunes y un martes son los destinados para cerrar el carnaval y enmascararse, bailar y solazarse hasta mas no poder, y trasnochar mas de lo que conviene á la salud del cuerpo y á la del alma. Y de tal modo se trasnocha, que se viene á formar de los tres dias uno. Por otra parte bien puede aventurarse esta proposicion, supuesto que ni mas ni menos se hace en el primero que en el último: por esto no estrañará el lector, que amalgamándolos aqui, hablemos de las costumbres comunes á los tres.

    Por la mañana de estos dias salen los elegantes al paseo de la muralla del mar. Llaman en él la atencion algunos niños y niñas disfrazados con mas ó menos gusto y con mas ó menos riqueza. Las mamás van muy huecas llevando por delante á sus hijos, que á puro vestirlos y desnudarlos y enviarlos á casa de la abuela, ó del padrino, ó del pariente, ó de la amiga, logran que las pobres criaturas se resfrien, y por lo menos, que engreidos con los aplausos que les han prodigado, no quieran desnudarse al llegar á casa, y lloren, y pateen, y rabien y tengan que sufrir mas de cuatro sofiones. ¡Pobrecillos! os disfrazan ahora por diversion! dejad correr el tiempo y quizás os disfrazaréis por necesidad y lloraréis si llegan á arrancaros la mascarilla.

    Bajemos de punto el catalejo, destemplemos la pluma, saquemos de tono nuestro cantar y ocupémonos durante estas tres tardes, de la rua y de las máscaras, que en medio de un numeroso gentío pululan por la Rambla. Todos los carruages de la ciudad acuden á porfía á dar las vueltas de costumbre en este paseo. En otros tiempos abundaban los coches de los particulares en los que sus familias iban á lucir sus trages: en el dia puede decirse que las tartanas tienen mayoría, y los ómnibus y medias fortunas de alquiler son los únicos carruages que interrumpen la monotonía de esos muebles que Dios cohonda, y que no se llaman carros por un tris. Y no es poco si en medio de la línea de carruages no se cuela algun carro de los mas sucios de la limpieza, montado por una docena de hombres, mal perjeñado el uno en trage de muger, mal dispuesto el otro en trage varonil, y mas indecente y asqueroso aquel que levanta la bota con ademanes repugnantes al mas cínico observador. Entre el barullo de las gentes que pasean, llaman la atencion si nó por la riqueza del trage, por la satisfaccion y pretensiones con que lo visten, varios chicuelos y aun hombres vestidos ridicula y las mas de las veces asquerosamente. Las prendas que estan mas en boga entre los que gastan este humor son los felpudos, los sombreros mugrientos, los fraques y chalecos rotos y remendados, y las escobas. El rostro embadurnado de almazarron ó tizne, es de rúbrica. Unos calzoncillos, una camisa por encima ajustada al cuerpo con un ceñidor de los que usan los labriegos, una toalla cruzada sobre el pecho, un pañuelo rollado en la cabeza, unos bigotes pintados con corcho chamuscado y una caña con dos ó tres naranjas enristradas, hé aqui el trage de moro mas decente, y que por tan usado ya no llama la atencion del público. Nunca falta algun tonto que en trage ridiculo y mugriento lleva colgado de una caña un higo seco, y lo agita sobre la cabeza de un enjambre de chiquillos que intentan coger la fruta con los dientes. Todas estas máscaras suelen llevar en pos de sí una multitud de pilludos cantando con monótona cantinela esta copla:

    A setse, á setse,
    A setse l’ vi.
    Lo pobre Carnestolles
    S’acaba de morí;
    Si, sí:

    copla y costumbre que no hace muchos años introdujo un remendon que vivía en los Encantes, con mas buen humor que cuartos, y mas cuartos que estro, y mas estro que inventiva para idear un trage, pues el disfraz del pobre poeta no pasó de un casacon mugriento, un simulacro de sombrero y el mango de una escoba por baston.

    La civilizacion rechaza tamaños desacuerdos, y un pueblo culto debiera desterrar lo que ofende la decencia y el bien parecer. No queremos decir con esto que las autoridades prohiban semejantes costumbres en las cuales hallan solaz ciertas gentes, nó, antes al contrario, tenemos por aventurado todo ataque hecho frente á frente á cualesquiera costumbres por malas que sean; pero creemos sí que debe dirigirselas oportunamente. La autoridad tiene medios de que echar mano para escitar la aversion del público hacia esas escenas repugnantes, la emulacion de los mismos á quienes tanto divierten esos gestos y banquetes asquerosos, á fin de que dejando tales usos se hagan dignos de la sociedad que los acoge, divirtiéndose sin ofender el pudor de la doncella, ni la vista del inocente, ni la conciencia del hombre morigerado.

    En estos tres dias los teatros dan funciones por la tarde y por la noche, y hay bailes públicos en la Patacada y en la lonja. Pocos años antes de la época en que trazamos estas líneas, los bailes del domingo duraban en la Patacada hasta la aurora del dia siguiente, en la lonja hasta la una de la madrugada: los del lunes duraban en la Patacada hasta media noche, y en la Lonja hasta el amanecer del día siguiente: los del martes no pasaban de las once de la noche. En la actualidad todo está cambiado y se altera frecuentemente segun las circunstancias. Hemos alcanzado una época en que nada hay fijo ni estable, y en que es tan vario el número de acontecimientos, y estos se suceden los unos á los otros con tal proximidad, que ni lugar dejan para que podamos acostumbrarnos á alguna cosa. Estos mismos bailes de la lonja y Patacada, que en otros tiempos hicieron la delicia del pueblo barcelonés, estan en su período decadente. Se ha querido dar á los de la lonja nuevo brillo, un nuevo atractivo, pero en vano. Se trasladarán si se quiere de local; llamarán en verdad la atencion, mas por poco tiempo, porque la época de los disfraces ha pasado ya, porque se conocen ya todas las tretas, y no hay necesidad de la mascarilla para decir las verdades á un prójimo. Las máscaras han muerto á manos del descaro y de la impudencia.

    El carnaval toca á su fin, y á esto alude el pueblo con el aparato semifúnebre con que recorre las calles de la ciudad durante la noche del martes. La figura de un Judas (Carnestoltes) es llevada en andas, precedida de un sinnúmero de jóvenes artesanos llevando luces, y cantando responsos al compás de destempladas guitarras y panderetas. El pueblo se entrega al júbilo y al placer, y alborota y grita; mas á pesar de las licencias que se permite y que dejamos apuntadas, rara vez da lugar á la mediacion de la autoridad para prevenir un lance ó para castigar un crimen. Los elementos de cultura existen en este pueblo; la oportuna direccion es la que ha faltado muchas veces. El martes va á pasar al período de lo que fue. Se adelanta la media noche y las campanas de las parroquias anuncian la cuaresma: sin embargo Barcelona se halla todavía entregada al bullicio del carnaval. Dejadla gozar, su hora se acerca, y enervadas entonces sus fuerzas volverá á la razon y á la calma.

  • Miércoles de ceniza, 1848

    Hé aqui un dia que no es lo que representa, pues debiendo serlo de compuncion y de arrepentimiento, lo es en Barcelona y en otros muchos puntos, de solaz y de alegría mundana por demas y bulliciosa. De derecho da el carnaval el último suspiro en los bailes de la noche anterior, pero de hecho vive durante todo este dia; y cual la lámpara que antes de quedar estinguida arroja un momento de luz mas viva, el carnaval cuya existencia es en rigor de unos tres meses, hace durar su última boqueada un dia entero, y da en él tantas señales de vida que no parece sino muy distante de morirse.

    Cansadas las gentes de reprimir esa caliente y pesada atmósfera de los bailes, salen al campo el miércoles de ceniza á llenarse de aire libre y divertirse á rienda suelta, con achaque de enterrar á Carnestoltes; pero salen en tanta abundancia que la ciudad se queda desierta. Á mediodía casi todas las tiendas estan cerradas, transita por las calles poquísima gente, y la poblacion derramada por el campo deja á Barcelona en un silencio lúgubre y casi espantable. La llanura inmediata se cubre de gentes de todas clases, no hay casa de campo á donde no acudan sus dueños y los amigos á dar sepultura á una comilona, y el sinnúmero de familias que no bastan á albergar las casas buscan el quitasol de un árbol, el recodo de un torrente, ó la hondonada de un campo desigual, para improvisar un ajuar menos cómodo que el de casa, pero cuya novedad lo recomienda. Un puñado de yerba ó paja, y cuatro sarmientos ó varitas de árbol seco suplen el carbon y hacen veces de parrillas para asar…..lo que cada uno quiere ó tiene; y la cazuela que vino de casa es segun la conciencia individual el recipiente del pollo con arroz, del bacalao con idem, ó de las tripas de vaca, que cocidas al aire libre y con una viva llamarada, diz que tienen un sabor distinto y mas apetitoso. Á las 12, ó antes de ellas, el padre, la madre, los chiquillos y el perrito, puestos en torno de la servilleta, dan uno y otro ataque á la comida, sazonándola con el vino, que por no pagar derechos es mejor, y con los chistes y las ocurrencias que nunca faltan cuando el corazon está satisfecho. Á la comida sigue el baile, animado por la voz de un amigo, ó por la guitarra de otro, ó por las castañuelas de muchos; mézclanse los grupos, bailan todos á la vez, remojando el gaznate de tiempo en tiempo y mirando con dolor la prisa con que el dia huye, y se acerca la hora de poblar otra vez la ciudad abandonada.

    En tiempos normales pasan siempre de cien mil las personas que en tal dia salen al campo, y es muy grande el número de carruages que suben y bajan por el paseo de Gracia llevando y trayendo gentes. Todas ellas al caer el dia van llegando á la ciudad, nó sin aprovechar los últimos momentos en el baile y las bromas. Entran por las puertas despacio y sin atropellarse poco ni mucho, y se derraman por calles y callejones, y métese en su casa cada quisque hambriento de descanso y de sueño. Acaso alguna comitiva hace sonar la música hasta su barrio, pero ese ruido se va desvaneciendo, y se pierde á las nueve de la noche en que la mayoría de la poblacion está sepultada en profundo sueño. Y en medio de ese gentío y de ese bullicio no ha habido una herida, ni una riña, ni se ve el triste espectáculo de un borracho. En esta parte Barcelona es un pueblo modelo, y modelo que tiene pocos imitadores en España, y menos fuera de ella.

    ¿En dónde está pues la ceniza? Bien puede cualquiera preguntarlo al ver tanta algazara en un dia de recogimiento y de tristeza. De ambas cosas fue la ceniza símbolo en todos los paises del mundo. Muchos pueblos usaron el polvorearse con ella la cabeza en señal de dolor y de arrepentimiento. Con lejía hecha con las cenizas de una ternera sacrificada en el dia de la grande espiacion se purificaban los judíos, y en la iglesia primitiva se comenzaba la penitencia poniendo el obispo un poco de ceniza en la frente del pecador. Esta práctica mandada observar por la Iglesia no se ha interrumpido jamás, y en este dia mientras la mayor parte de los habitantes comen, bailan y cantan por los campos, no faltan devotos que acuden á las iglesias á recibir la ceniza, y á oir aquellas palabras que tan bien esplican la miseria nuestra : Acuérdate hombre de que eres polvo, y polvo te has de volver. Ay! es harto cierto: acudid á la tumba de los que llenaron el mundo con la fama de sus delitos, de sus obras, de sus triunfos, de su saber, de sus virtudes; removed todo lo que hay en esa tumba, y hallaréis polvo y no mas que polvo. Los que hace tres años bailaron y comieron bajo ese árbol hoy son polvo, y polvo seréis vosotros los que hoy bailais y comeis bajo ese árbol mismo. Polvo es quien lo plantó, y el hombre que lo arrancará convertiráse en polvo. Polvo serémos todos: y estas mismas palabras las leerán impresas los hombres cuando serán polvo la mano del que las escribe y la cabeza del que las ha pensado. Acuérdate, hombre, de que eres polvo y dentro de breve espacio te convertirás en polvo.

    La congregacion de Ntra. Sra. de la Buena muerte celebra hoy una funcion espiatoria, y en tiempos normales va en procesion desde la iglesia de Sta. Clara á visitar á la Virgen de la Soledad en la iglesia de Nuestra Señora de la Merced, y vuelve á Sta. Clara.

    Tambien celebra sus ejercicios espirituales la congregacion de señoras de la Buena muerte. Dios nos la conceda tal á todos, y despues de ella la paz que no hemos conocido en el mundo.

  • Cuaresma, 1848

    Tuvo en otro tiempo la cuaresma una fisonomía particular que bastaba á distinguirla del resto del año. A las locuras del carnaval sucedia el arrepentimiento, y este daba á todos un aire de compuncion muy análogo á la falta de diversiones públicas, y á la abundancia de ejercicios espirituales con que los hombres se preparaban para ajustar sus cuentas con Dios en el tribunal de la penitencia. Cerrados los teatros desde el miércoles de ceniza inclusive, pasábase la primera parte de la velada en alguna funcion de iglesia, y la restante en tal cual tertulia de familia, donde se divertian los jóvenes con los inocentes juegos de prendas ó con el de la lotería, cuyas puestas eran siempre de pocos maravedises. Dando acaso alguna mayor latitud á esos esparcimientos, reuníanse varios jóvenes, y convidando á las familias amigas daban una funcion de sombras chinescas ó de títeres llamados ninos, y á lo sumo, permitian las madres que en la velada de san José despues de los ninos se bailarán un par de contradanzas, sin mas música que el piano tocado bien ó mal por una de las señoritas contertulias. Desde mitad de la cuaresma gran parte de la poblacion comenzaba á entender en los preparativos para las procesiones de la semana santa, mas en toda la cuaresma no se hablaba una palabra de teatros, salvo sea el miércoles de la semana dicha en que se leían en los diarios y en las esquinas las listas de las compañías teatrales ajustadas para el próximo año cómico que comenzaba en el domingo de Pascua. En algunos años representábase en leatrillos secundarios y de aficionados el drama sacro titulado la Pasion de N. S. Jesucristo, espectáculo á que pocos acudían para divertirse, y muchos con un objeto piadoso cual á semejante representacion corresponde.

    Mas adelante continuaron los coliseos cerrados para los espectáculos estrictamente teatrales, pero se abrieron para los titereros, saltimbancos y jugadores de manos, lo cual era un término medio entre lo anterior y lo que vino luego. En efecto, pocos años habian pasado cuando el teatro desconoció la cuaresma, pues durante ella se representaron las mismas funciones que en el resto del año, sin mas escepcion que el miércoles de ceniza, los viernes y las semanas de pasion y santa. Tal es el estado en que se hallan hoy dia las costumbres, y no parece que lleven traza de mudarse para volver á la rígida observancia del período de penitencia. El público, por un sentimiento que él mismo no advierte, protesta de continuo contra los actuales usos, pues la concurrencia á los teatros es mucho mas escasa durante la cuaresma que un mes antes y un mes despues de ella; pero á despecho de esta protesta, la costumbre sigue, y es probable que los jóvenes que ya la encuentran establecida contribuyan á arraigarla. Antiguamente el baile público del martes de carnestolendas era el último, y terminaba á las 11 de la noche; hoy dura hasta la madrugada del miércoles, hay baile público en la noche del primer domingo de cuaresma, y algunas veces lo ha habido en el dia de S José. Todo esto ha hecho que la cuaresma pierda su fisonomía particular, pareciéndose por consiguiente á cualquiera otra época del año.

    En medio de esta variacion de las costumbres, consérvense intactas las prácticas religiosas, y el hombre devoto que quiere hacer de la cuaresma un tiempo de recogimiento y de compuncion, halla ocasiones en que entregarse á los ejercicios de piedad, que le disponen para recibir dignamente antes de la pascua el pan de la eucaristía. Crecido es el número de ejercicios espirituales á que son invitados los líeles durante la cuaresma, y tenemos por de todo punto imposible dar noticia entera de ellos, mucho mas cuando no todos los años son los mismos, y los hay que no tienen día fijo en la semana. Indicarémos aquellos que no estan sujetos á variacion, y para los demás remitimos al lector al Diario de avisos, que en el mismo dia ó con uno de anticipacion anuncia todas las funciones devotas.

    En todos los lunes de cuaresma, menos en el de quinquagésima, la congregacion de la Buena muerte celebra ejercicios, que consisten en lectura espiritual, varias preces, las letanías, oracion mental, pláticas devotas, sermon, otras preces, y algunos dias hay flagelacion.

    En todos los martes de cuaresma la Pia union de devotos de la imágen de Jesus crucificado dedica ejercicios espirituales en la iglesia de Ntra. Sra. de la Esperanza, en honra y gloria del Redentor. Se comienza la funcion á las 6 de la tarde. En los mismos dias se celebran en la parroquia de S. José ejercicios espirituales consagrar dos al Redentor en el paso del Ecce-homo. Se comienza á las 6 de la tarde. La congregacion de la Pasion celebra tambien ejercicios espirituales en los mismos dias y hora en la iglesia de Sta. Ana.

    En los jueves de cuaresma la congregacion del Santo Cristo de la agonía consagra ejercicios espirituales á Jesus crucificado. La funcion comienza á las 6 de la tarde.

    En todos los viernes de cuaresma hay funciones devotas en las iglesias del arcángel S. Miguel, de los santos Justo y Pastor, de S. Francisco de Paula y de la congregacion de Ntra. Sra. de los Dolores.

    En todos los domingos de cuaresma hay sermon en la Catedral durante la misa mayor.

    En todos los dias de la cuaresma escepto los festivos, y poco antes de las doce, discurren por las calles de la ciudad los monaguillos de las parroquias llamando con una campanilla á los feligreses, para que vayan á la iglesia en donde se enseña la doctrina cristiana. Como símbolo del objeto de la llamada, llevan en la mano una caña, quizás porque el cura instructor la usa para señalar los alumnos á quienes dirige las preguntas.

    Las procesiones de la semana santa que alcanzaron en Barcelona celebridad muy grande, fueron interrumpidas por varias causas en años pasados; restableciéronse en 1844, y siguen haciéndose y mejorando visiblemente. El lector hallará alguna cosa de ellas en el artículo del domingo de Ramos.

    No se ha perdido la costumbre de representar la pasion de N. S. Jesucristo, pues es raro que en este ó en aquel teatro de segundo orden no se ejecute, y por lo regular, con numerosa concurrencia de espectadores. La reinante costumbre de estar los teatros abiertos durante la cuaresma no ha hecho absolutamente desaparecer la antigua de sombras y ninos, los cuales si bien han degenerado, todavía son objeto de divertimiento para no pocas familias. Los ninos mas que las sombras han sabido sostenerse, y aun han tomado carácter mas alto, dando entrada al canto, y encargándose de representaciones de mas empeño que las que antes formaban su monótono repertorio.

    Como podria suceder que algunos de nuestros lectores no tuviese una idea clara de los ninos, funcion que entre las caseras es durante la cuaresma la que mas tenazmente lucha contra las innovaciones, oportuno nos parece alargar un poco este artículo, dando de este particular espectáculo una sucinta idea. Que del tiempo de Cervantes eran conocidos en España los ninos (que tanto vale como títeres ) no admite duda, pues en una venta dió maese Pedro una funcion de ellos delante de D. Quijote, funcion de la cual, por mas señas, salieron los muñecos descalabrados, y muy sangrada la bolsa del escudero Panza. Desde esta remota época han tenido altos y bajos, crecientes y menguantes, y pasando por todos esos períodos, y acaso por alguno de absoluto olvido, han llegado á nuestros tiempos, y hasta á avecindarse en Barcelona y escriturarse para la cuaresma, pues en el resto del año nada se sabe de ellos. Los ninos refugiados en chiribitiles ó espuestos acaso al público en la puerta de un hostal han tomado humos, adquirido importancia y establecídose en primeros pisos, ejecutando en estos sus representaciones en teatros cuya organizacion es un fac-simile de los teatros públicos. Hace las veces de empresa una sociedad de jóvenes que costean los gastos, hay sus correspondientes director de escena, maquinista, pintores, orquesta, y finalmente todo lo anejo á un teatro, sin faltar una mínima. En la parte material el teatrillo es una miniatura de los teatros: el palco escénico tiene unos siete palmos de ancho, y la elevacion correspondiente, el telon de boca por lo comun es copia del de algun teatro de la ciudad, y casi sucede otro tanto con las decoraciones, trages, muebles y demas aparato escénico. Los niños actores de estos teatros, son unos muñecos de un palmo de altos, fijos en dos reglas de madera que descansan sobre un grueso trozo de la misma materia provisto de ruedas, cuyo movimiento impulsa las reglas, á cada una de las cuales corresponde el pie del títere, que por este mecanismo anda y gesticula segun por debajo estiran, aflojan ó inclinan hácia esta ó la otra direccion los alambres que en los pies y manos tiene clavados. Hablan por ellos mozos imberbes que estan ocultos á la vista de los concurrentes, de modo que un papel está representado á un tiempo por dos actores, de carne y hueso el uno é inanimado el otro 5 lo cual viene á parodiar las representaciones teatrales de la antigua Roma, Para suplir la falta de actrices, harto frecuente, se encargan los papeles de muger á una muchacha de pocos años ó á un barbilindo de voz mugeril: la de unos y otros estensa y fuerte cual la de una persona, forma desagradable contraste con la figura de los títeres; y sin embargo el titerismo no ha sabido por ahora hallar remedio á inverosimilitud de tanto bulto.

    En estos teatros se representa todo, se canta y se baila. Desde la produccion mas sublime del genio hasta el sainete mas ridículo y chocarrero, desde el aria de mas empeño y travesura hasta la pieza mas sencilla, vulgar y monótona, todo tiene cabida en esa escena. En ella se perdonan aina los defectos y la osadía de presentar en local tan diminuto obras colosales, en gracia del donaire de los menudos actores. Por imperdonable renuncio se tendría que siendo tales teatros una exacta copia de los de veras, se echase de menos en ellos cosa alguna de las que se ven en estos: en los reputados como de primer órden se representa, si nó una funcion completa de grande espectáculo, una comedia con intermedio de canto y un sainete bilingüe zurcido por algun jóven de la sociedad ninera que de poeta se jacta.

    El baile es la parte menos variada de los espectáculos que ofrece la escena titerera, en atencion á ser imposible que cuerpecitos sin alma y tiesos como un huso se dobleguen á las actitudes y á los pasos que solo es dable tomar y hacer á un cuerpo viviente. Penetrados de esto los ninistas se concretan á los saltos en la maroma.

    La concurrencia en estos teatros se compone de las familias de los socios, y de los amigos de estos: la sala es por lo comun mas reducida de lo que conviene al número de los espectadores; y á fin de que quepan mas de los que cómodamente podrían, se colocan bancos arrimados unos á otros, ó sillas atadas entre si para que no se pierda una pulgada de terreno. Una araña colgada del centro del techo, y mas de una si lo exige la importancia del teatro, iluminan la sala en que estan las personas apretadas como sardinas en barril, cosa molesta para unos, y muy sabrosa para los mozalbetes, que merced á la estrechez del lugar, estan mas cerca de las rapazuelas á quienes es práctica inconcusa hacer la corte.

    Llegada á su término la cuaresma, los teatros de ninos se cierran, y los actores duermen como marmotas, hasta que al estruendo del carnaval del año inmediato, dispiertan alegres, se reunen, renuevan el ajuste y viven y divierten hasta la pascua venidera.

  • Domingo 1.º de cuaresma, 1848

    Ni los bailes públicos, ni los bailes particulares, ni los bailes de casinos, ni los bailes de tono, ni los bailes de companys, ni los bailes de trages, ni los bailes de los salones que se alquilan para ello, ni las comparsas, ni las locuras de los tres dias de carnestolendas, ni las del miércoles de ceniza, bastan para abitar á los aficionados á la danza, y á las máscaras, y á las travesuras anejas á todo eso, sino que metidos ya en la cuaresma, pugnan por resucitar el carnaval ó por parodiarlo al menos. Tal es el objeto del baile de piñata (pignata) que de tres años á esta parte se da en la noche del primer domingo de cuaresma. En Barcelona esto es una novedad que en el año de gracia de 1848 no cuenta mas fecha que un triennio, y que se nos ha venido acá desde la coronada villa de Madrid. El nombre indica que es estrangero y de tierra italiana. En Madrid es conocido desde muchos años, y solia celebrarse en casas particulares, sin máscara y con fisonomía de tertulia, con la añadidura de colocarse en el suelo ó colgada de un cordon en mitad de la sala una olla (en italiano pignata) que rompia alguno de los concurrentes llevando los ojos tapados. Bota la olla, salian de ella dulces en abundancia, y esto era la parte mas esencial de la diversion. En Barcelona este baile es público, con su correspondiente olla ó bomba de papel llena de dulces, y la coletilla de un reloj de faltriquera y de algun dije mugeril, que uno y otro se rifan entre los concurrentes, con el piadoso objeto de que esto llame mayor número de ellos. Dos años seguidos se ha hecho en el salon de la lonja; en el año 1848 se ha dado en el teatro del Liceo, y es creíble que la costumbre no se pierda, y que toda la variacion que pueda haber en ella sea la del local en que se celebre.

  • Fiesta de la Inmaculada Concepción

    El sol de este dia es saludado por los fuertes de la plaza con las salvas de ordenanza, justo homenage rondido á la patrona de España y de sus Indias la Vírgen santísima en su inmaculada Concepcion.

    En la catedral se celebra la fiesta de la reina de las reinas con la solemnidad y pompa debidas, cantando la música de la capilla los divinos oficios á los cuales asiste el cuerpo municipal. Hay sermon que suele encargarse á un predicador de nota. Terminados los oficios hay procesion en que es llevada en triunfo la imágen de la Vírgen: sale por la puerta principal, recorre has calles del Obispo, Libretería, bajada de la cárcel, plaza del Rey, calle de los condes de Barcelona y regreso á la iglesia. A la una del dia se reza una misa en la capilla de la Vírgen. Haste el ano 1846 inclusive estuvo el altar de la Vírgen en el lado del claustro de la catedral donde está la puerta de la Piedad, y se cubrian con tapices los arcos del claustro, mas en dicho año se abolió esta costumbre, trasladándose el altar y la imágen al sitio donde hoy se halla. El concurso de gentes que acude á esta funcion es grande. En las calles que circuyen la catedral se ven colocadas en línea una infinidad de mesas donde se venden figurillas de barro, montañas y casas de corcho para los nacimientos: y si bien no es este el género esclusivo de la feria, es el mas abundante. Al salir de los oficios divinos es de rúbrica ir, si el tiempo lo permite, á lucir las galas en la muralla del mar, pues aunque se concurre á ella antes de este dia, el de la Vírgen es el verdadero punto de la elegancia. El grande tragin de las modistas, y la tardanza de la llegada de los figurines que la moda se empeña en que han de venir de Paris, son causa de que no se empiecen á lucir los trages hasta este dia. La elegante que puede vanagloriarse de ser la primera en lucir el trago de última moda, nada en un mar de felicidades; y ay de la modista que por causa liviana ó grave aplaza para otra festividad el estreno del flamante vestido! el menor retardo disminuye en tercio y quinto el mérito de la pieza y el de la modista de cuyo taller ha salido. Mas de cuatro parroquianas han desertado de la modista sin mas causa que esta.

    Antiguamente era permitida en este dia la entrada al castillo de Monjuich, pero ahora Monjuich piensa de otra manera, y los barceloneses lo miran con distinto gesto. Tales calaveradas han hecho él y ellos.

    En este dia algunas cererías suelen adornar las capillas de la Vírgen que en ellas tienen, porque la proclaman por su abogada.

    Tambien en este dia se inaugura en Barcelona el carnaval. A las 7 de la noche empieza el primer baile en las casas de D. Antonio Nadal, travesía de la calle del conde del Asalto, y se recibe gente media hora antes, y no se admiten cuartos ni moneda que deba posarse. Sin embargo sobra el aviso, porque el baile es de calderilla. Este baile lleva vulgarmente el nombre de baile de la Patacada, nombre alto, sonoro y significativo, nombre que para el que conoce el habla del pais, deja pot sí solo entender todos los lances y aventuras que pueden cometerse en aquel recinto. Esta circunstancia coloca el tal baile en la esfera de aquellas cosas, que siendo comunes á todos los paises no son un rasgo característico de ninguno, como no lo es el tener narices aunque las tengan los unos mas largas que los otros; y hé aqui la razon por que no hemos de tomarnos el trabajo de hacer del susodicho baile un análisis circunstanciado. Basta saber que en él se baile todo lo bailable inclusos los castañeteados balls rodons del pais, y la bulliciosa bolangera. Salva una que otra escepcion, no suele alterarse allí el órden, es decir el órden de un baile de tal calaña ; y los bandos de policía se observan hasta el punto en que pueden observarse en un pais donde tantos se publican. A las 12 de la noche concluye el baile nó sin haber los concurrentes sacado todo el jugo que pueden dar de sí los cuatro reales que cuesta la entrada.

    Este baile tiene lugar todos los domingos, y además lo hay en ciertos dias marcados, que se apuntarán en su lugar correspondiente.