Etiqueta: Archidiócesis de Barcelona

  • Nuestro santo obispo Paciano vs el dios cornudo de la fiestas del año nuevo

    My only fear is, dearly beloved, lest by the unhappiness of wonted contrariety, by insisting on what is done, I should teach, rather than repress, sins; and that after the example of the Athenian Solon it would be better to be silent concerning great crimes, than to warn against them, the morals of our age having gone so far, that men deem themselves reminded, when they are forbidden. For this I suppose has very lately been the effect of my Cervulus,[1] that the offence has been wrought the more diligently, the more earnestly it was branded. And all that censure of a disgrace visibly stamped and often repeated, seems not to have repressed, but to have taught wantonness. Wretched man that I am! Where has been my guilt? They had not known, I suppose, how to act the wanton, had not I by blaming taught them.

    1. [1]note on his tract
  • Juran el obispo por virrey, tras morirse dos en siete semanas, pero ya nadie le toma en serio

    Viendo en Madrid las muertes violentas del de Santa Coloma, la natural y pronta del de Cardona, ambos virreies, sucedidas en tan corto plazo, la Provincia toda sublevada, y que se arriesgava qualquier señor secular que viniera por Virrey, para que no faltara, eligieron á Don García Gil Manrique, aragonés y obispo, que havía siete años lo hera de Barcelona. Juráronlo el día 3 de Agosto de 1640, pero era virrey como de burla, porque faltándole el indulto apostólico para la administración de justicia, y asimismo los jueces, pues ninguno osaua parecer temiendo su último fin, quedava no más que sujeto de bulto, y por más órdenes que de Madrid se repetían, eran sin fruot, porque ninguna se obedecía, ni tampoco las obtemperavan las milicias del Rosellón, haciendo todos á su tiempo burla y escarnio de superiores.

  • La Santa Inquisición prohibe La Armonía del Parnás del Rector de Vallfogona

    Armonía del Parnás (La) mes numerosa en las Poesías valerias del Atlant del cel poetic, lo Doct. Vizent García, rector de Vallfogona, recopiladas y enmendadas en… Barcelona: 1 tom., en Barcelona, en 1770. Edicto de 20 de Diciembre de 1782.

  • Un pueblo religioso, el espantoso palacio de la Virreina, la Escuela Llotja

    We were surprised to find the bishop’s palace not more considerable than most of the better sort of houses in the town. The present prelate is much esteemed, and we heard from the English residents here a very favourable character of the Spanish hierarchy. We observed among the middle and lower orders of people that attention to religion which we expected. The booksellers’ shops have an enormous proportion of theological literature: hardly any door is without a print of the Virgin or some saint; and it is a common custom here to bow to a church in passing, when the bell is tolling.

    About half-past one we walked to the maison de plaisance of Mr. ___, who had invited us to dinner: it was about two miles from the city. The whole surrounding country was sprinkled, over with little boxes, generally consisting of a kitchen below, and above stairs a dining room, a bed room or two, and an open arcade; principally places for retirement and relaxation, but hardly any of them large enough for receiving a family. In our way to Mr. ___’s, we passed an ugly painted house, with four towers ending in short spires, built by a viceroy of Peru, who sent the plan over from that country; and it is said to be a specimen of the Peruvian style of architecture: nothing can be more frightful, and it appears very small for an officer holding so high and lucrative a post. It stands close to the road, and is merely surrounded by a little garden.

    After dinner we returned to Barcelona, which from the country has a pretty appearance, by a road bounded on each side by a hedge of lofty aloes. We were in time for the ballet, and the second act of the opera; which is performed twice a week by a company of Italians, at the theatre already described, which is indeed the only one in the city: it was executed in a very creditable style, and the first female has considerable vocal powers. The house was extremely crowded. We visited the academy of arts, instituted in the palace of commerce, and supported in the most magnificent manner by the merchants of Barcelona. We were conducted through a long suite of apartments, in which seven hundred boys were employed in copying and designing: some of them, who display superior talents, are sent to Rome, and to the academy of St. Fernando at Madrid; the others are employed in different ways by the merchants and manufacturers. The rooms are large and commodious; and are furnished with casts of celebrated statues, and every proper apparatus. We observed a few drawings of considerable merit, produced by the scholars: but the grand picture before us of liberality and industry, amply rewarded our visit; and was the more striking to us, from having of late been continually accustomed to lament the traces of neglect and decay, so visibly impressed on every similar institution in the impoverished cities of Italy.

  • El obispo de Barcelona prohibe un folleto mallorquín cuestionando la autoridad del Papa sobre las iglesias nacionales

    Disciplina eclesiástica nacional: observaciones sobre la autoridad del Papa y mudanzas en la Iglesia española: folleto así intit., impr. en Mallorca en la oficina de Miguel Domingo, año de 1813, su autor, J. M. de A. M.: por ser un libelo infamatorio contra la suprema autoridad del Romano Pontífice y estado eclesiástico. Decreto de 1.º de Marzo de 1817.-Proh. por el Obispo de Barcelona en 30 de Noviembre de 1825.

  • El obispo prohibe Causas y Remedios de los Males de Cataluña, sobre la actual situación social

    Causas y remedios de los males de Cataluña: ensayo del P. Emilio Borton.

  • Inauguración y descripción del ferrocarril Barcelona-Mataró, primero en España

    Saliendo el viajero por la puerta de mar, tomará el ancho camino que se descubre hacia la izquierda. A corta distancia, á la derecha del propio camino, y cercano á la Barceloneta, encontrará la estacion del primer ferro-carril que se ha inaugurado en España, y por una empresa particular, á saber, el FERRO-CARRIL DE BARCELONA Á MATARÓ (nuevamente llamado del Este.)

    Entrase al paradero de la estacion por la puerta del centro de un edificio de bella aunque modesta apariencia. Despues de la primera pieza, que es la que sirve de entrada, se hallan los salones de descanso; uno de ellos, que está destinado para los pasageros que van en los coches de primera clase, es muy espacioso y está adornado con sencilla elegancia. Inmediato á este salon se halla una pieza destinada para locador de señoras.—Las puertas de los salones de descanso comunican á una especie de terraplen, desde donde se sube á los carruages.

    El dia 28 de octubre de 1848 quedó solemnemente inaugurado el primer ferro-carril de España, con lo que, Barcelona y Mataró se unieron para no ser ya mas que una sola poblacion, estrechando las relaciones que las unian, y hermanándose, por la linea de hierro que las sujeta, como dos buenas amigas para formar una de reciprocos intereses en provecho propio y en provecho comun.

    La ceremonia de la inauguracion tuvo lugar en el indicado terraplen, donde se descubria un pequeño altar con la imajen del crucificado. Ondeaban varias banderolas en cada una de las cuales estaban representados los escudos de armas de Barcelona y Mataro y las de todos los pueblos intermedios, á saber, Badalona, Mongat, Alella, Masnou, Vilasar y Premiá; animaba á la innumerable concurrencia, que asistia de todas partes, una brillante música que tocaba piezas escojidas; y acababa de dar mayor importancia á aquel sorprendente y grandioso acto la escojida comitiva que hubia sido particularmente invitada por los señores directores de la empresa, formándose de obispos, generales, comision del Ayuntamiento, Diputacion y Consejo de Provincia, majistrados, comisiones del cuerpo diplomático, y de varias corporaciones cientificas, politicas é industriales, del estado mayor y cuerpos facultativos del ejército y armada, con otras varias personas distinguidas, inclusos los primeros accionistas de la empresa.

    La bendicion se verificó por el prelado de la diocesis y el nuevo señor obispo de Puerto-Rico, Sr. Don Gil Esteve, en tres puntos diferentes: en el indicado terraplen de la estacion de Barcelona, en la estacion del Masnou, como centro del camino, y en la de Mataró. En él templo de esta ciudad entono despues el Ilmo. S. Obispo de Puerto-Rico un solemne Te-deum, que fué cantado por la capilla de música y los artistas de la compañia lirica de Mataró.

    Las cuatro locomotoras que la empresa tenia á su disposicion tenian por nombres, Cataluña, Barcelona, Besós y Mataró.

    Con relacion á tan venturoso acontecimiento, un periodico de esta ciudad se espresaba, el dia siguiente, en estos términos:

    «La ciencia, la voluntad, la actividad y el trabajo se reunieron para vencer obtáculos y dar cima á la grande empresa.—El público sabe la lucha de oposiciones con que ha tenido que lidiar el buen celo de las juntas directoras que han estado al frente de la misma, empleando la eficacia de prudentes, al par que enérgicos medios.—Mientras tal sucedia, recibianse ya las maquinas y aparatos y seguian los grandes trabajos de construccion; y como si se quisiese patentizar cuan impotente era la resistencia que se oponia á la realizacion de tan notables esfuerzos, una montaña abria sus reconditos senos, para facilitar paso á la linea que iba á establecerse.—Honor eterno a la referida empresa! honor eterno á los señores ingenieros ingleses Locke, Mackenzie, Robson y Nright que han secundado y puesto en planta los vastos proyectos de aquella!—Las sinceras felicitaciones que ayer recibieron son el testimonio mas elocuente de la gratitud que han escitado sus laboriosos afanes.»

  • El obispo de Barcelona prohibe El Cura de Aldea, del valenciano Morón

    Cura de Aldea (El), novela publicada en el folletin del periódico de Madrid tit. El Trono y la Constitución, escrita por D. Fermin Gonzalo Moron.

  • Fundación del Centro del Apostolado del Mar de Barcelona, Stella Maris

    […]

    El Apostolado del Mar en el Puerto de Barcelona.

    Conocedor el Excmo. y Rdmo. Sr. Obispo de la Diócesis de Barcelona, Dr. D. José Miralles y Sbert, de la importancia de la Obra, de la cual le habló con vivo interés el secretario de la Asociación de Eclesiásticos para el Apostolado Popular, manifestándole el vivo deseo de establecer y organizar un Centro de Apostolado del Mar en el puerto de Barcelona, aprobó esta iniciativa de apostolado marítimo, facilitando su inmediato establecimiento, aprobando el Reglamento por que debía regirse el Centro.

    El Centro del Apostolado del Mar, Asociación Benéfica de Carácter Religioso y Social. Domicilio Social.

    Aprobado, igualmente, el Reglamento del Centro por la autoridad gubernativa, de conformidad a la Ley de Asociaciones, en 23 de abril de 1927, establecióse en Barcelona, en el local de la Asociación de Eclesiásticos para el Apostolado Popular, en la calle de la Canuda, número 10, en donde funcionó hasta que creciendo la obra y necesitando locales amplios y capilla semipública para atender debidamente al aspecto social y religioso, se trasladó a otros locales.

    Un Centro del Apostolado del Mar en el Puerto de Barcelona.

    La Ilustre Junta de Obras del Puerto y su Ingeniero director, en aquella sazón don José Aixelá, miraron con gran interés la Obra de Apostolado del Mar, y comprendiendo todo el bien que podía reportar para el beneficio espiritual y material de los marineros y de los obreros portuarios, acordaron arrendar, mediante un exiguo canon anual, el local que anteriormente tuvo la propia Junta de Obras del Puerto, en el edificio de la Casa de máquinas, hoy derruida, que existía en el muelle del Depósito, cediendo el pabellón N. en su planta baja y primer piso. De este modo quedó instalado el Centro en su nuevo local, que bendijo el Excmo. y Rdmo. Sr. Obispo, Dr. Miralles. La Prensa dio noticia del acto. Al domingo siguiente tuvo lugar con toda solemnidad la inauguración de la capilla semipública. Celebró la Santa Misa el Rdo. Dr. D. Luís María Brugada, Pbro., predicando un inspirado y piadoso sermón el M. I. Sr. Dr. D. Mariano Vilaseca, Canónigo y Presidente del Centro.

    […]

  • Nacionalcatolicistas catalanistas secuestran la imagen de la Virgen de Núria para derrocar al Arzobispo de Barcelona, castellano y supuestamente nacionalcatolicista españolista

    Por la noche secuestran la imagen de la Virgen de Núria, patrona de la diócesis de Urgell, que tenia que ser coronada solemnemente por el cardenal arzobispo de Tarragona, Dr. Arriba y Castro, con sermón de D. Marcelo. Después de unos días de incertidumbre y de rumores se confirma que a pesar de todo, la coronación tendrá lugar el día 13 con una copia de la imagen auténtica. La Misa se celebra en la plaza exterior. D. Marcelo hace un gran sermón. Mientras predica, muchos ojos miraban fijamente al vicario de Ribes, Rvdo. De la Hoz, (secularizado más tarde) como uno de los cómplices del secuestro. Al final de la ceremonia, los comentarios versan sobre las exigencias de los secuestradores: “Queremos obispos catalanes”, la expulsión de D. Marcelo, la del cardenal de Tarragona, el retorno del abad Aurelio Escarré…

    Años más tarde, el 3-IX-1992, el semanario Catalunya Cristiana publica lo siguiente:

    Hace 25 años que secuestraron la imagen de al Virgen de Núria.

    Los secuestradores eran cristianos que reclamaban obispos catalanes. Este verano se han cumplido 25 años del secuestro pacífico de la imagen de la Virgen de Nuria, consumado por un grupo de patriotas catalanes entre los que se encontraban algunos escoltas de agrupaciones de Barcelona, animados por sus consiliarios. El objetivo principal de aquella acción fue difundido posteriormente por medio de unas hojas clandestinas que se repartieron en muchas parroquias del Principado en las cuales se decía que se quería evitar “la profanación de la imagen que había de ser coronada el domingo siguiente en un acto de propaganda por un régimen que imponía obispos de ocupación castellanos y persigue nuestra lengua y cultura, y combate la personalidad de Cataluña”. El secuestro de la imagen tuvo lugar exactamente el 9 de julio por la noche, aprovechando que había una puerta que permitía el acceso desde el hotel hasta el camarín de la Virgen. Uno de los secuestradores era carpintero y le fue relativamente fácil superar este obstáculo. Entonces cogieron la imagen, la pusieron dentro de una mochila envuelta con ropa y un caso para protegerla y abandonaron el hotel a medianoche.

    Fueron a pié por los caminos de montaña hasta Queralbs y de aquí en coche y por carreteras secundarias hacia Girona. Finalmente al cabo de unos días trasladaron la imagen a una casa rural del Vallès y de aquí hasta un piso de Barcelona.

    Mientras, los diarios dieron la noticia de la desaparición de la imagen calificándola de “robo sacrílego”. El entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, dio la consigna de no hablar más del hecho hasta que se detuvieran a los autores, pero a pesar de sus intensas pesquisas, ni la policía ni la Guardia Civil no consiguieron nunca encontrarlos.

    Por otra parte, se hubo de coronar una reproducción de la imagen original, no asistió el nuncio del Papa como estaba previsto y la fiesta resultó insípida. Unos años más tarde, exactamente el 29 de enero de 1972 el abogado barcelonés y luego senador Josep Benet devolvió la imagen al obispo de Urgell, que era Joan Martí Alanís, bajo secreto de confesión. Se habían cumplido buena parte de las condiciones que habían puesto los secuestradores. El obispo castellano Marcelo González había dejado la sede de Barcelona unas semanas antes, el Abad Escarré había vuelto de su exilio, aunque ya difunto, y el general Franco había renunciado al privilegio de presentar candidatos al Vaticano para nombrar nuevos prelados, de acuerdo con la doctrina del Concilio…

    Por último los supervivientes de la operación piden que el actual Capellán del Santuario de Núria explique siempre a los visitantes este episodio de su historia reciente.

    M. Caballé.