Etiqueta: alguacil

https://lh4.googleusercontent.com/-DME1fjBJKks/UyYT4W5cKhI/AAAAAAABaq0/YZ6lwfQXTIQ/s144/Weiditz_Trachtenbuch_031-032.jpg////A la derecha un alguacil, en el Trachtenbuch de Christoph Weiditz (~1535)////Wikipedia////http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Weiditz_Trachtenbuch_031-032.jpg

  • Princeps namque

    El rey D. Pedro III, (IV de Aragon) llamado el Ceremonioso, en 1.º de diciembre de 1347 otorgó en Zaragoza el célebre privilegio que empieza: Princeps Namque, el cual consistia en una verdadera declaracion de guerra ó sea llamamiento al país, para que á la publicacion de este privilegio todos los hombres de paraje, barones y nobles, como tambien los vasallos debian tomar las armas contra los enemigos de la patria.

    Los sucesores de este Monarca aprobaron y confirmaron dicho privilegio, Jaime II, en las primeras Córtes que celebró en Barcelona… Alfonso IV, en las Córtes de Barcelona…, y Fernando I, en la constitucion…

    Todos usan de estas expresiones «Confirmants loants é aprobants la constitució feta per lo M.I.S. en Pere besavi nostre de gloriosa memoria den la córt de Cervera comensant, in primis, etc., en lo viatge Aliumque Namque, etc., cuant sdevendrá convocar lo Principat de Cathalunya en virtut del Usatge Princeps Namque, ó encara les hosts de les ciutats, viles e lochs del dit Principat, etc.» De manera que, publicándose el antedicho privilegio, todos los ciudadanos indistintamente estaban obligados á prepararse y comparecer armados sin excepcion de personas, verificándose dicha publicacion con una ceremonia digna de mentarse por su particularidad; y consistia, que cuando debia levantarse Somaten, ya fuese motivado por invasion al Condado de Barcelona, ya por razon de agravios hechos á la ciudad, ó por delitos atroces, entonces el veguer (bajo este nombre debe entenderse el representante del poder real…), salia de su córte ó palacio, algunas veces á pié y otras á caballo, vestido con sobrevesta real, precedido de saigs (especie de lictores ó alguaciles), los cuales con manojos de brezo encendidos (bruch) publicaba por la ciudad Condal el privilegio Princeps Namque á la usanza de la antigua Roma, que cuando declaraba la guerra á alguna nacion extranjera arrojaba un manojo de heno encendido en la direccion del pais que era declarado por enemigo de la república romana.

    Tan luego como era publicado el privilegio, expedia el veguer una circular á todos los barones, condes, vizcondes y hombres de paraje para que en el dia señalado acudiesen armados tanto estos como sus vasallos, delante de su palacio para proceder al Somaten

    Reuníase este al toque del seny (campana) de la iglesia de san Jaime, y al grito catalan de via fos ó via fora, que equivale á decir, sal fuera, se armaba el ciudadano y todo hombre que podia empuñar armas, disponiéndose para acudir donde fuese necesario.

    Inmediatamente pasaba el veguer á Casa de la Ciudad para conferenciar con los Concelleres, y quedar acordes en el modo de llevar á efecto el Somaten, y una vez puestos de acuerdo, se mandaba publicar una crida (bando), en seguida tomaba el veguer la Bandera de la Ciudad que se custodiaba en la sala de 36 (trentenari), y al grito de via fos, Princeps Namque, la colocaba en la ventana principal de la Casa de la Ciudad…

  • Asesinado el hijo de Isabel de Josa por el hermano de un alguacil matado por él

    Entre siete y ocho de la tarde es muerto en la calle, de un tiro de pedreñal D. Guillermo de Xosa [Guillem de Josa] por un hermano de D. Gerónimo Matars [Hierònim Malars] alguacil real, á quien dicho Xosa habia muerto algunos dias antes cuando fue á prenderlo de órden del rey.

  • Los inquisidores queman a un hereje anciano

    Ultimo día de Maio se hizo pregón público á son de trompetas y caxas, con asistencia de muchos ministros del Santo Tribunal, á cavallo todos, señalando el día y puesto para el auto general: asistieron á este pregón los señores inquisidores, precediendo antes su estandarte y multitud de oficiales.

    Señalado el día en que se havía de celebrar el auto, dispusiéronse luego los tablados en el Born [1], en la sera [2] que da al mar: se fabricó uno bajo las ventanas que suelen tener los señores conselleres para ver las fiestas: éste era mui alto; havía de servir para los reos; púsose sobre él un altar que cubría un dosel, en el qual estaban las armas de la Santa Inquisición, una cruz, espada y ramo de laurel bordado en el mismo dosel: enfrente este tablado, se hizo otro menor, con las gradas por los lados, y en él muchos bancos y sillas, que havía de servir para los ministros y oficiales de la santa Inquisición: otro se dispuso en la sera que el primero, entre las ventanas del señor Virrey y Ciudad: tenía colgado sobre él un paño de terciopelo negro, bordado en medio un escudo de las armas reales, y al un lado un brazo con una espada desnuda, y al otro lado otro brazo con un ramo de laurel: havía tres sillas en este tablado para los inquisidores, y de este tablado salía una puente que pasava la plaza, y en media de ella, elevado 4 palmos, un púlpito pequeño para estar el reo mientras se le leía la sentencia. Todo esto dispuesto, llegado el día veinte, que era un domingo, por la tarde salió una procesión asistida de todas las religiones y el clero de Santa María del Mar, como á parroquia en cuio distrito hera la función: llebaban por guiones las dos vanderas de la Pasión; seguíanse luego unos quarenta familiares ó alguaciles del Tribunal con sus baras; después destos, cinco ó seiscientos familiares con velas verdes encendidas en la mano y sus insignias ó veneras del Santo Oficio en los pechos: sucedía á éstos la cruz de la parroquia, y á ella las religiones y clero de Santa María; cerraban la procesión el preste con capa pluvial, y diácono y subdiácono, y tras éstos trahía un monecillo una cruz grande hueca de madera de color verde. En esta forma, después de haver pasado por los puestos acostumbrados en procesiones generales, llegaron al Born y al tablado de los familiares, y sin subir ninguno, pasaban apagando las velas; la cruz de la parrochia esperó al clero al pie del tablado, y suviendo éste, pasó la puente y colocaron en el tablado de los reos la cruz verde, y vanderas á los lados con quatro velas encendidas, y religiosos trinitarios que estubieron toda la noche de custodia.

    Al otro día por la mañana, ya al amanecer, no cavía la gente por las calles, porque con la anterior noticia havían acudido de toda la provincia: á las siete horas el señor Virrey y Conselleres acudieron á sus puestos. Llovió algún poco aquella mañana, pero serenóse luego, y así salieron de las casas de la Inquisición los religiosos dominicos, llevando por guía un Santo Crucifixo grande, y á sus lados dos religiosos con unos azotes en las manos. Tras de los religiosos seguían los penitentes, que eran diez: dos mugeres, una por dos veces casada, la otra por hechicera; quatro hombres por casados dos veces, viviendo la primera muger; un mercader de Manrresa, por haber concurrido en la precha (Sermón luterano) estando en Francia y comer carne en los viernes, y tres renegados que havían aportado las galeras de Florencia, los dos jóvenes y el último ya viejo y pertinaz: á éste le hiban exortando dos religiosos. Todos los reos vestían sus túnicas, unos verde y otros amarilla, con cruces coloradas, corozas en la caveza y en ellas pintado el delito. Empos destos, venían los familiares, calificadores y ministros del Santo Oficio á cavallo, y los señores inquisidores venían los últimos, y tras ellos el procurador fiscal del Santo Tribunal. Llegaron al Born, y tomando sus puestos cada uno como está dicho, depositaron el Santo Christo sobre las gradas del tablado en donde estavan los penitentes, y se dió principio al auto con un sermón que predicó el padre Chrisóstomo Bonamic, dominico: duró dos horas el sermón; leióse después el cartel por un religioso dominico, y luego suviendo un reo al púlpito que les tenían ya hecho en el puente, se le leyó su proceso y sentencia, condenando quién á galeras, quién á destierro y quién á azotes. El de Manrresa salió penitenciado en haver de pagar mil ducados y estar tres años en un combento. El último fué el viejo renegado; á éste condenaron á quemar, y leída la sentencia lo entregaron á la real justicia, y el Consejo Real, que también asistía, proveió allí luego la execución de la quema, y llebándole prontamente los ministros con el verdugo fuera de la ciudad, al puesto que llaman el Cañet, se le dio garrote y quemaron el cuerpo. Los otros que quedaron en el tablado se postraron, y cantando los religiosos franciscos el psalmo del Miserere, los inquisidores les davan con unas barás encima, y absueltos, los restituyeron á las cárceles de la Inquisición y dió fin el auto. Al día siguiente se executaron las sentencias de azotes, destierros y galeras, según el estilo ordinario.

    1. [1]La plaza del Borne. El ábside de Santa María del Mar forma aún uno de los testeros de dicha plaza.
    2. [2]En la acera.
  • Entra el duque de Feria, virrey de cataluña, y da una fiesta impresionante en honor de su nuevo hijo

    Aplazaron para la jura del duque de Feria por virrey de Cathaluña, el día 11 de Junio de 1629, y así ese día por la tarde se salió el Duque al lugar del Hospitalete. Empezóse á llenar el camino de gente y á pasar correos de una y otra parte, con las embaxadas que se acostumbra, de Consejo, Diputación y Ciudad: á cosa de las quatro de la tarde salió el Consexo Real con sus mazas altas y á cavallo, hasta el lugar de Sans, en donde hizo alto y despachó al Morondon (Juan Miguel de Monredon, alguacil real, que en 1.º de Mayo de 1640 le quemaron vivo con los suyos dentro de una casa, los amotinados de Santa Coloma de Farnés.) con aviso de que aguardava: estava el Duque en Provenzana, también parado, con el de Alcalá y su hijo, y respondió á la embaxada que no se moviera el Consejo, y despachó luego el Duque otro correo al Cons(ej)o y partió, y llegando á vista del Consejo, dexó su coche y montó en un hermoso caballo blanco, que con aderezo bordado de oro y plata le tenían prevenido; también estava aprestado el pendón ó guión con un Santiago á cavallo bordado en él; precedieron antes de llegar el Duque dos trompetas, con sus armas en las pendientes y mucha parte de su familia. Llegó el Consejo, y dándole la enhorabuena le pusieron en medio del Conseller y Regente. El Duque era hombre mui grueso, su vestido no se podía divisar de qué era, por solo se descubría la bordadura de plata y oro. Empezóse á caminar llebando delante las dos trompetas, el capitán de la guardia, los alabarderos y seis lacaios con librea verde y franxones de oro: venía después el Consejo y la persona del Duque, y detrás un cavallero de su familia, que vestido con baquero de terciopelo carmesí con franxas de oro, trailla el pendón; y después seguían algunos cavalleros cathalanes y el resto de la familia del Duque. Con esta orden se llegó hasta donde aguardavan los diputados, que ya tienen puesto señalado; hecha la ceremonia ordinaria, el Consejo quedó atrás y (el) Virrey se puso en medio de los diputados, hasta que llegando cerca de la Cruz Cubierta, en donde aguardaba la Ciudad, después de dado el parabién y aquellas sólitas ceremonias, se puso al lado del Virrey el Conseller sigundo, Buenaventura Gualvez, que por hallarse el Conseller en Cap enfermo, que era Bartholomé Sala, no pudo asistir, ni tampoco el cuarto, porque el día antes le hablan sacado á suerte por muerte de Pablo Magarola: suplieron estos lugares los cónsules de Lloixe [Llotja/Lonja] que llaman los Diputados. Se retiraron como acostumbran y puestos en esta forma entrando por la puerta de San Antonio, calle del Carmen, Puerta Ferriza y Plaza Nueba, llegaron al Aseo, en donde recivido por el Cavildo y conducido al altar maior prestó el juramento que es de estilo, y vuelto bajó á hacer oración á Santa Eulalia, y saliendo después tomó su cavallo, y pasando el guión ó penda (Pendón) delante, con el mismo acompañamiento, y por las casas de Diputación, Ciudad, calle del Rogomí y calle Ancha, le cortejaron hasta palacio, en donde todos se dispidieron.

    No truxo á su muger por quedar en Madrid y á últimos días de parir, ni vino dama alguna con él. Dentro de pocos días le llegó la noticia del parto que havía sido mui feliz, encomendándole Dios un hijo; y para celebrar esta alegre nueva, se publicó un sarao que se tubo en casa del conde de Eril, en frente de Junqueras, en el jardín de la misma casa. Para maior capacidad del concurso, dispúsose un grande tablado algunos palmos en alto de tierra, y al deredor colgado de ricas sedas de tapicería, y por cielo una grande vela con que venía á quedar como un gran salón, y en medio del teatro havían puesto unas divisiones para poder danzar y hacer los juegos sin estorbo alguno. Asistieron el Virrey, duques de Alcalá y hijo y nuera y todas ó las más damas cathalanas; hiciéronse torneos, monerías, danzas y bailes; empezóse el sarao á las nuebe de la noche, y acavó á las seis de la mañana; el señor Virrey dio una rica colación y, sigún se dixo, le costó el festín pasados de mil ducados, porque todos asiguraban que ni por el Rey se podía hacer cosa maior.

  • La autoridad real encarcela al diputado militar Francesc de Tamarit y a dos consejeros por oponerse al supuesto estacionamiento en la ciudad de un ejército, y las autoridades locales alegan que su detención es una violación de las constituciones catalanas

    Sávado á la tarde, á [18] de Marzo 1640, por orden de Madrid mandó su ex(ellenci)a que el alguacil Monrrodon (Juan Miguel de Monredón) prendiera al diputado militar D(o)n Joseph de Tamarite ([Francisco de Tamarit]), y entendida por éste la orden, sin resistencia alguna se fué á la cárcel, para no conmover el pueblo. También la Ciudad disimuló su sentimiento en la prisión de J. Vergos (Francisco Juan de Vergós), cavallero, y Leonardo Serra, consejero de ciento, y por no irritar la plebe, que estava ya en disposición al menor movimiento de sublevarse Barcelona, porque estas capturas sucedían, por no permitir el diputado que se alojara la gente que el Rey quería dentro de Barcelona, y defender en Consejo de ciento los dos arriba d(ic)hos, el mismo sentir contra la voluntad del Rey, que era, sigún todos decían, de poner y alojar dentro de Barcelona diez mil hombres; pero no obstante las capturas echas, no se consiguió el fin deseado.

  • Muere abrasado en un alboroto en Santa Coloma de Farnés el alguacil Monredón; la desastrosa venganza del Virrey

    Discurriendo el alguacil Monrrodon por la provincia alojando las milicias, llegó al lugar de Santa Coloma de Farnés en el Ampurdán ([sic, nota omitida sobre lo poco viajero que era Parets]). Era de natural colérico, precipitado, arrogante, sobervio, y de mal trato, y obrando según su genio, y hallando en aquel lugar alguno poco sufrido, travóse de palabras, y tirando de un pedreñal el alguacil, mató un paisano, á cuia vista conmoviéndose el lugar contra él, se vio precisado á retirarse con tres criados y un comisario que le seguían, en una casa, de donde disparando muchos tiros contra los que le seguían, yrritado el pueblo más pegó fuego á la casa en donde miserablemente al incendio, perecieron los quatro.

    Entendido por el Virrey este suceso, deseando castigar el lugar, disponía el que fueran ministros de justicia; pero puestos los paysanos en arma, dieron á entender matarían á quantos llegasen, y así lo experimentó un comisario, que, más atrevido que los otros, quiso intentar el ir: irritado más con esto el Virrey, y queriendo oprimir aquel desenfreno, mandó al governador D. Ramón Calders (D. Ramón de Calders y de Ferrant, Portan veus de general gobernador de Cataluña. El oficio de Portant veus de general gobernador en Cataluña, se halla ya creado en 1304, y se instituyó para substituir á los procuradores ó gobernadores de los reyes. (Capmany y de Monpalau: Memorias históricas …, tomo IV, pág. 125.) Era magistrado supremo de justicia con atribuciones varias y con los ministros del Real Consejo formaba Audiencia.), que junto con dos tercios, uno de castellanos que governava D. Juan de Arce, otro de napolitanos que governava D. Leonardo Molas, que se hallavan al contorno de Blanas …, y constaban de 4 mil hombres, entrase el lugar á sangre y fuego; pero savido por los naturales, y recojiendo la gente que pudieron, pertrechándose y cerrándose en el lugar, cojiendo los pasos por donde la infantería havía de pasar, burlaron los designios del Virrey.

    Entendiendo los designios de los paisanos, no se atrevieron el Gobernador y cavos á embestir, sino que retirándose á las Mallorquinas (Las Mallorquinas es un vecindario dependiente del lugar de Riudarenas, vecino á Santa Coloma de Farnés.), y dando lugar al ardor de los naturales, al cavo de algunos días, con trazosas mañas, se capituló que para no quedar la autoridad del Virrey ultrajada, se quemasen ocho ó diez casas de las más principales en el lebantamiento: vino bien el lugar en esto, y entrando el Gobernador con la cavallería de Perpiñán, después de haver los paysanos dejado solo el lugar y retirádose al monte, quemaron casi todo el lugar y saquearon las casas, sin dejar sino la iglesia, casa del cura, y algunas de J. Farnés, pero éstas pasaron el mismo filo después por los paysanos. Los militares lo arruinaron todo, hasta 54 masías que estaban al contorno del lugar, y aunque el Gobernador no deseava exceder de lo capitulado, no pudo recavarlo con la milicia, que procedió con desorden á la ejecución. El Rey, en premio de esta acción, al Gobernador pasó el oficio en caveza de su hijo maior, y al sigundo, dió el arcedianato de Llobregat en la Seo de Barcelona.

  • Jueves Lardero, 1848

    Los tres jueves.

    Estos tres dias son movibles, como cualquiera puede echar de ver; por esto no llevan fecha. Aunque era escusado decirlo, sin embargo no hacemos mas que imitar á los escritores que al empezar no se olvidan de advertir que empiezan diciendo. Pero si no llevan fecha les sobra nombre.

    No puede menos de suceder que al domingo de Carnestolendas antecedan tres jueves: el primero, se llama de compadres; el segundo, de comadres; el tercero, jueves gordo ó lardero. Antiguamente los que habian sacado de pila algun recien nacido durante el año anterior, acostumbraban regalar á las que habían sido compañeras en el compadrazgo; por esto se llamaba de compares: en el segundo se trocaban los papeles, y por esto se llamaba de comares. En el dia esta costumbre ha desaparecido, aunque han quedado com-padres y co-madres, asi como hay con-discípulos y co-legas, co-adjutores etc., etc. La razon del sobrenombre de gordo ó lardero que se da al último jueves del carnaval, parece sencilla aunque no pase de conjeturable: si los tres últimos dias del carnaval son de carnes-tollendas, necesariamente debe precederles un dia de gordura. Este es un jueves en el cual todo buen barcelonés ha de comer cassola, (guisado sustancioso compuesto de las estremidades del cerdo, y cubierto de una costra de huevo etc., etc.) y para postre las cocas enllardadas, especie de hojaldre que confecciona con notable celebridad la panadería de S. Jaime.

    El jueves de comadres y el gordo concluyen con baile en el salon de la lonja. Si quieres saber, curioso lector, si ambos a dos estan concurridos, gasta tus realejos y ve á examinarlo por tí mismo, que no queremos se nos tache de indiscretos previniendo tu concepto.

    A las costumbres pringosas del jueves lardero va adjunta otra por demás filantrópica. Durante la semana en que va incluso este dia, recorre las calles de la ciudad una comitiva compuesta del alcaide ó algun empleado en las cárceles, tres ó cuatro niñas ataviadas muy regularmente, y un alguacil, ministril ó lo que sea, cuyo trage semi-serio consiste en una bata de grana, una golilla y un sombrero de cura. La música que acompaña á la comitiva está reducida á un tamboril, una flautilla y una gaita. El objeto de la comitiva es escitar la filantropía de estos habitantes para que den limosnas con que poder suministrar una sustanciosa sopa á los presos durante los tres dias de carnestolendas. ¡Lo que es el mundo! El dolor está junto al placer, el llanto junto á la risa, lo malo junto á lo bueno, lo hermoso junto á lo feo, la miseria junto á la opulencia, y hé aqui lo filantrópico codeándose con lo gastronómico; pues por mas que se diga, algun punto de contacto debe de tener la sopa que pueda darse á los presos con la gastronomía.