La sección quinta concluye que los seis rapados, -«amigos y simpatizantes de los grupos skin head, caracterizados por su hostilidad hacia los vagabundos, indigentes, prostitutas, homosexuales y demás colectivos marginales»- se colaron en el parque de la Ciutadella, tras tomar varias copas. En su paso tropezaron con dos travestis que dormían en la glorieta de los músicos. Como éstos les llamaron la atención, los procesados, al ver que eran homosexuales, empezaron a castigarles.
Para la sala, los acusados, tres de ellos menores de edad, estuvieron movidos por la «intención de matar», elemento que se desprende de «la brutalida de la agresión, no sólo por la reiteración, sino también por el medio empleado, botas de tipo militar con las punteras reforzadas de acero». Además, añade, «cuando deciden dar por terminad a su actuación, pensando que ya han matado a sus víctimas, bajan de la tarima, pero al oír que uno respiraba, deciden subir a rematarle». Juan José Rescalvo Zafra, «Sonia», falleció, mientras que Ernesto Romero Arévalo, «Dori», quedó malherido. Al irse, cuatro de los acusados -los hermanos López, Alsina y Parlade- encontraron a tres mendigos: dos escaparon, pero Miguel Pérez Barreiros perdió el único ojo con visión.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.