Autorizado ya el ensanche de la ciudad por Real decreto de 31 de mayo de 1860, querian los barceloneses solemnizar la inauguración de esa gran reforma, y á pesar de que algunos de los propietarios de fincas urbanas en el interior de la población no veian con gusto esa fiesta, y así todo se llevó á cabo la víspera del día señalado para la partida de la Reina.
Accedió la augusta Señora á honrar con su presencia la inauguracion, y á las cuatro y media de la tarde del dia 4 de octubre, se trasladó al lugar en que estaban las derruidas murallas, y ocupó la elegante tienda que habia sido preparada al efecto,
A una señal dada y á los gritos de viva la Reina, cayó al suelo una columna en la que estaba escrito en caracteres góticos el non plus ultra, que indicaba el supuesto límite del mundo, y sobre el crucero de las principales vías de ensanche apareció otra columna de órden corintio, con la siguiente inscripcion en caractéres dorados: Plus ultra, reinando Isabel II.
El ilustrado Corregidor de la ciudad dió gracias á la Reina en un breve, pero elocuente discurso: la gran via de la Cruz [Meridiana] recibió en el acto el nombre de Carrera de Isabel II; la otra gran vía que desde el mar cortará á esa perpendicularmente [Diagonal], se llamó Carrera de Isabel la Católica, la plaza ó crucero de ambas [Plaça de les glòries catalanes], Plaza de las dos Isabelas.
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