La descripcion de las fiestas religiosas no entra en la jurisdiccion del eticógrafo, porque no son ningun rasgo característico del pais cuyas costumbres describe; aunque es verdad que las festividades son la causa de ciertas costumbres. Por esta razon dejarémos á la Iglesia con su alegría consiguiente al aniversario de la resurreccion del que dijo: destruiré el templo y lo reedificaré en tres dias, y nos ceñirémos á decir que la fiesta del dia la celebran la Catedral y las parroquias con toda solemnidad.
Pasó la cuaresma y los espectáculos teatrales vuelven á su estado normal; los aficionados á estas diversiones, que son los mas de los barceloneses, esperan con ansia la noche para juzgar del mérito de los actores y cantantes, ó de la ópera con que se estrenan algun tenor, tiple o bajo; aunque no es lo mas comun el estrenarse nada en este dia, porque hay probabilidad de una buena entrada, aunque por otra razon no sea que por el deseo que tiene el público de volver á su costumbre: eso cuando no hay la curiosidad de ver las novedades que se han hecho en el salon, ó en la escena, ó en la colocacion de la orquesta. Sin embargo la competencia de los teatros ha de hacer que sean mas frecuentes las novedades, de modo que todos los años haya alguna que curiosear en semejante dia. Poco le importarán al público las rivalidades personales de pocos, y poco caso deberá hacer de los dimes y diretes de los rutineros partidarios de lo antiguo y de los ligeros defensores de lo moderno, porque el público busca su comodidad y lo que halague su gusto, y al gusto del público barcelonés lo halaga mas que todo, PAN Y TEATRO.
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