Apenas se abren las iglesias empiezan á visitar estaciones la gente madrugadora, el menestral, el jornalero y el eclesiástico. Mas adelantada la hora discurren por las calles gentes de todas clases, categorías y condiciones, con el mismo objeto. A las 10 de la mañana todos dan fondo en alguna parroquia ó iglesia de su devocion, para asistir á los divinos oficios.
Concluyen estos al mediodía, y entonces el mozalvete despues de haberse peinado en uno de esos que llaman salones, y contoneándose por esas calles, se dirige á la Catedral, á la Trinidad, á la Merced, por ejemplo, para ver las gentes que salen de la iglesia. Hay aquello de atusarse el pelo, ponerse el sombrero cuidadosamente para no desbaratar las perfumadas guedejas, y pararse formando corrillo para ver pasar á las bellas devotas, que ya arreglándose la mantilla, ya ahuecándose el vestido, ya retorciendo los rizos entre los dedos, saludan á este ó al de mas allá, con mas o menos dulzura segun las relaciones que median, separándose por un momento para verse poco despues en la Rambla, si no sopla ese viento que reina en este pais en la estacion presente.
En la Rambla se reune todo lo que no ha podido verse sino en detall durante las 24 horas anteriores. Uniformes salen en esta festividad que no ven la luz en todo el año; asi es que algunos hay por el corte del año 1827 en que se estrenaron. Sin embargo de algunos años á esta parte va disminuyendo el número de ellos, pero en su lugar va creciendo el de cruces, de modo que no parece sino que volvemos al miliario, y que se organiza una nueva cruzada.
Son las 3, y las gentes han dejado el paseo. La sopa está en la mesa. El barcelonés antiguo no olvida la costumbre de sus padres, y en esta comida exige el arroz con leche. Este es manjar de rúbrica en el viernes santo. En otro tiempo tampoco dejaba de ir á la Catedral por la tarde para ver deshacer el monumento que se levantaba á los pies de la iglesia. No sabemos si el buen gusto ó la economía ha arrinconado aquel churrigueresco templete que tan mal se avenia con la grandiosidad arquitectónica de la iglesia; pero nos felicitamos, porque el altar mayor muestra en estos dias su bello y primoroso trabajo, y presenta un aspecto tan magnífico como digno de la gravedad de la fiesta. Nada importa que no vuelva á parecer el antiguo monumento.
Desde las 12 hasta las 3 de la tarde, la congregacion de la Pasion y muerte de N.S. Jesucristo establecida en la colegiata de santa Ana celebra la funcion de las tres horas que el Redentor estuvo pendiente en la cruz, funcion que se llama vulgarmente de las siete palabras. Despues de esta hora se canta en algunas iglesias el Stabat mater, y se obsequia con algunas otras devociones á la Virgen santísima en su soledad. En los periódicos hallará el devoto los anuncios de estas funciones.
Al anochecer sale de la iglesia de Ntra. Sra. de la Merced la procesion que celebra la real é ilustre cofradía de Ntra. Sra. de la Soledad. Vista la procesion de ayer, ninguna novedad ofrece la de hoy, sino la diferencia de los pasos. La congregacion que asiste es la de la Buena muerte. El crucifijo está á cargo de los Sres. nobles casados; Ntra. Sra. de la Piedad al del colegio de corredores de cambios y el Santo sepulcro al del monte pio del mismo. En este paso habia antiguamente gran lujo. Ntra. Sra. de la Soledad á cargo de los Sres. nobles solteros: era privilegio de los nobles que asistian con vesta el ceñir daga en el costado izquierdo.
Antes de concluir este artículo no podemos menos de prevenirte, querido lector, que durante la tarde se ha permitido la entrada por la puerta nueva á los corderos que se han de sacrificar para el dia de Pascua á la gastronomía barcelonesa. Te hacemos esta prevencion por si quieres gozar de tan cuco espectáculo, que á fe de quien somos, es divertidísimo.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.