El hombre es el animal mas alborotador que pisa la tierra. Los irracionales espresan su alegría con aullidos: el hombre no se contenta con echar los bofes poniendo el grito en el cielo cuando el placer le llena el corazon, sino que busca instrumentos para alborotar y aturdir los oidos de sus semejantes. Pero es lo raro que estos mismos instrumentos son los que le sirven tambien para espresar el dolor y el terror, sobre todo en las edades modernas en que han nacido las campanas y se ha inventado la pólvora. Dirásenos que con la misma boca decimos el bien que el mal y lloramos y nos reimos. Es verdad, todo esto está en la entonacion.
Las campanas y los cañones, hé aqui los instrumentos mas alborotadores que suplen la voz del hombre, lo mismo para demostrar la alegría que para manifestar el dolor. Lenguaraces son las campanas cuanto estrepitosa la artillería. La misma campana que dobló ayer por un muerto, anuncia hoy la solemnidad de una funcion religiosa, y repiqueterá mañana por una fiesta nacional. El mismo cañon que lanzó esterminio y muerte anuncia el júbilo del dia. ¿Qué anuncia en el de hoy? preguntará el desprevenido que dispierta al salir el sol. No hay por qué azorarse, hoy es dia de gala.
La única costumbre con que Barcelona celebra un dia de gala es la iluminacion de los teatros: todo lo demás no sale de los límites de la ordenanza militar.
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