El obispo de Barcelona entrega al rey D. Juan II un rosal de oro de unos cuatro palmos de alto, que le regalaba el papa, quien lo habia bendecido en Roma el cuarto domingo de cuaresma llamado de la Rosa.
El obispo de Barcelona entrega al rey D. Juan II un rosal de oro de unos cuatro palmos de alto, que le regalaba el papa, quien lo habia bendecido en Roma el cuarto domingo de cuaresma llamado de la Rosa.
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