El obispo de Barcelona entrega al rey D. Juan II un rosal de oro de unos cuatro palmos de alto, que le regalaba el papa, quien lo habia bendecido en Roma el cuarto domingo de cuaresma llamado de la Rosa.
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Muere Jeroni Pau, humanista, bibliotecario, consejero del gran mafioso Rodrigo de Borgia
Muere el literato Gerónimo Pau, natural de la misma.
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Sale Ignacio de Loyola para Tierra Santa con algo de bizcocho, dejando su cueva manresana, a sus amigas espirituales, y unas monedas que encontró en la playa
34. Veniendo el invierno, se infermó de una enfermedad muy recia, y para curarle le ha puesto la cibdad en una casa del padre de un Ferrera, que después ha sido criado de Baltasar de Faria; y allí era curado con mucha diligencia; y por la devoción que ya tenían con él muchas señoras principales, le venían a velar de noche. Y rehaciéndose desta enfermedad, quedó todavía muy debilitado y con frequente dolor de estómago. Y así por estas causas, como por ser el invierno muy frío, le hicieron que se vistiese y calzase y cubriese la cabeza; y así le hicieron tomar dos ropillas pardillas de paño muy grueso, y un bonete de lo mismo, como media gorra. Y a este tiempo había muchos días que él era muy ávido de platicar de cosas espirituales, y de hallar personas que fuesen capaces dellas. Ibase allegando el tiempo que él tenía pensado para partirse para Hierusalem.
35. Y así al principio del año de 23 se partió para Barcelona para embarcarse. Y aunque se le ofrecían algunas compañías, no quiso ir sino solo; que toda su cosa era tener a solo Dios por refugio. Y así un día a unos que le mucho instaban, porque no sabía lengua italiana ni latina, para que tomase una compañía, diciéndole quánto le ayudaría, y loándosela mucho, él dijo que, aunque fuese hijo o hermano del duque de Cardona, no iría en su compañía; porque él deseaba tener tres virtudes: caridad y fe y esperanza; y llevando un compañero, cuando tuviese hambre esperaría ayuda dél; y cuando cayese, que le ayudaría a levantar; y así también se confiara dél y le ternía afición por estos respectos; y que esta confianza y afición y esperanza la quería tener en solo Dios. Y esto, que decía desta manera, lo sentía así en su corazón. Y con estos pensamientos él tenía deseos de embarcarse, no solamente solo, mas sin ninguna provisión. Y empezando a negociar la embarcación, alcanzó del maestro de la nave que le llevase de valde, pues que no tenía dineros, mas con tal condición, que había de meter en la nave algún biscocho para mantenerse, y que de otra manera de ningún modo del mundo le recibirían.
36. El cual biscocho queriendo negociar, le vinieron grandes escrúpulos: ¿esta es la esperanza y la fe que tu tenías en Dios, que no te faltaría? etc. Y esto con tanta eficacia, que le daba gran trabajo. Y al fin, no sabiendo qué hacerse, porque dentrambas partes veía razones probables, se determinó de ponerse en manos de su confesor; y así le declaró quánto deseaba seguir la perfección, y lo que más fuese gloria de Dios, y las causas que le hacían dubdar si debría llevar mantenimiento. El confesor se resolvió que pidiese lo necesario y que lo llevase consigo; y pidiéndolo a una señora, ella le demandó para dónde se quería embarcar. El estuvo dudando un poco si se lo diría; y a la fin no se atrevió a decirle más, sino que venía a Italia y a Roma. Y ella, como espantada, dijo: «¿a Roma queréis ir? pues los que van allá, no sé cómo vienen»: (queriendo decir que se aprovechaban en Roma poco de cosas de espíritu). Y la causa por que él no osó decir que iba a Hierusalem fue por temor de la vanagloria; el cual temor tanto le afligía, que nunca osaba decir de qué tierra ni de qué casa era. Al fin, habido el biscocho, se embarcó; mas hallándose en la playa con cinco o seis blancas, de las que le habían dado pidiendo por las puertas (porque desta manera solía vivir), las dejó en un banco que halló allí junto a la playa.
37. Y se embarcó, habiendo estado en Barcelona poco más de veinte días. Estando todavía aún en Barcelona antes que se embarcase, según su costumbre, buscaba todas las personas espirituales, aunque estuviesen en hermitas lejos de la cibdad, para tratar con ellas. Mas ni en Barcelona ni en Manresa, por todo el tiempo que allí estuvo, pudo hallar personas, que tanto le ayudasen como él deseaba; solamente en Manresa aquella muger, de que arriba está dicho, que le dijera que rogaba a Dios le aparesciese Jesu Cristo: esta sola le parescía que entraba más en las cosas espirituales. Y así, después de partido de Barcelona, perdió totalmente esta ansia de buscar personas espirituales.
38. Tuvieron viento tan recio en popa, que llegaron desde Barcelona hasta Gaeta en cinco días con sus noches, aunque con harto temor de todos por la mucha tempestad. Y por toda aquella tierra se temían de pestilencia; mas él, como desembarcó, comenzó a caminar para Roma. De aquellos que venían en la nave se le juntaron en compañía una madre, con una hija que traía en hábitos de muchacho, y un otro mozo. Estos le seguían, porque también mendicaban. Llegados a una casería, hallaron un grande fuego, y muchos soldados a él, los cuales les dieron de comer, y les daban mucho vino, invitándolos, de manera que parecía que tuviesen intento de escallentalles. Después los apartaron; poniendo la madre y la hija arriba en una cámara, y el pelegrino con el mozo en un establo. Mas cuando vino la media noche, oyó que allá arriba se daban grandes gritos; y, levantándose para ver lo que era, halló la madre y la hija abajo en el patio muy llorosas, lamentándose que las querían forzar. A él le vino con esto un ímpetu tan grande, que empezó a gritar, diciendo: «¿esto se ha de sufrir?» y semejantes quejas; las cuales decía con tanta eficacia, que quedaron espantados todos los de la casa, sin que ninguno le hiciese mal ninguno. El mozo había ya huído, y todos tres empezaron a caminar así de noche.
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Cónclave internacional de los padres Mínimos para elegir Corrector General
Para el día de pasqua de Spíritu Santo, tenían conbocado capítulo general los religiosos mínimos de San Francisco de Paula, para elegir General, función que se hace de seis en seis años y ésta tocava el celebrarla en Barcelona. Ivan acudiendo los provinciales y demás sugetos que tienen voto de todas las naciones y provincias, que era(n) un sin número, pues desde la Calabria venían frayles, y como ni el comvento estava acavado ni la ropa era bastante para las camas, valíanse de los devotos de la religión así para ropa como para hospedaxe de algunos: la Ciudad les dio de limosna 300 libras, pero así por acostumbrarlas dar en los capítulos provinciales como por los excesivos gastos, no se contentó el comvento con esta ayuda de costa: pidió otra vez y se dieron 200 libras más, que en todo fueron 500 libras (Moneda imaginaria catalana por la cual cuentan aún los labradores de Cataluña al consignar dotes, porciones legitimarias, precio de fincas, etc. Las 500 libras del texto, formarían hoy un total de 1.333’33 pesetas. Véase la nota de la pág. 21.), y así estuvieron contentos, y el General mandó que cada provincial diera al comvento 14 libras de ayuda de costa.
El domingo antes de Pasqua empezaron las fiestas y los actos literarios de conclusiones, y empezó nuestra provincia de Cathaluña. Por las mañanas estaba el Santísimo patente y predicauan los mexores sugetos; defendió las conclusiones el padre fray Pedro Estaper, lector de este comvento de Barcelona, y después así como se seguían las provincias por su antigüedad y nombramiento del General, pero solas 36 provincias pudieron tener actos, por no haber lugar paramas.
Llegado el domingo de Pasqua se entró á la elección, en la qual concurrían el General que acabava, el padre fray Joseph de Monte, provincial cathalán, y el provincial de Granada; entró también el obispo de Barcelona al capítulo, y estando juicio el General que acabava, sacó un despacho del Pontífice en que le dava lugar á concurrir por haver sido electo por muerte de otro y sólo haber gobernado cinco años: dexáronlo concurrir, y desviándose los votos españoles concordaron por último en elegir al que lo dejaba de ser [Simon Bachelier], que era de nación francesa y deudo mui cercano, sigún se decía, del Rey xptmo (Christianíssimo), hombre de algunos 45 años, de rostro venerando, y al decir la misa le asistían dos religiosos como acólittos y otro con su palmatoria llebando la estola cruzada, á modo de los que cantan el Evangelio en las misas solemnes; al otro día de la elección, que era á 4 de Junio, fué el dicho General en procesión con toda su religión á la iglesia del Aseo, y allí dijo misa solemne, pero en un altar portátil delante del maior, porque en éste sólo los generales ó provinciales de la M(e)r(ce)d la dizen, y esto por haverse dado el primer hávito de su religión en el presbiterio, que fué á San Pedro Nolasco, fundador, en presencia del señor Rey Don Jayme, San Raimundo de Peñafort, canónigo que después tomó el hávito de Santo Domingo, y del señor Don Berenguer de Palau, obispo de Barcelona, que á no ser esta preheminencia á ninguna religión se le permitiría: concluido el oficio se volvieron á su comvento, y se pasó á la elección de secretario de General, y fué el padre Joseph Monté, cathalán, y en su lugar, quiso el General nombrar por Provincial de Cathaluña á un castellano; pero resistiéndose la Provincia, eligió al padre fray Joseph Torner, cathalan, y después pasó á la conclusión de los demás negocios de su orden, que acá le tocava disponer, y se partió para Roma, dejando aquí su secretario algunos días, que estubo hasta la partencia del duque de Alcalá, porque fué á 28 de Julio.
A dos de Julio de 1629, la Ilustrísima religión mínima celebró las exequias ó fiestas de un religioso calabrés de su misma orden, que havía muerto en opinión de Santo en la ciudad de Nápoles, cerca de tres meses havía [¿quién?]; asistieron á estas fiestas los duques de Feria, virrey de Cathaluña, y el de Alcalá virrey de Nápoles, y la ciudad de Barcelona: predicó el padre maestro fray Joseph de Monte, secretario. El religioso se llamava fray Francisco de Paulo.
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Un pueblo religioso, el espantoso palacio de la Virreina, la Escuela Llotja
We were surprised to find the bishop’s palace not more considerable than most of the better sort of houses in the town. The present prelate is much esteemed, and we heard from the English residents here a very favourable character of the Spanish hierarchy. We observed among the middle and lower orders of people that attention to religion which we expected. The booksellers’ shops have an enormous proportion of theological literature: hardly any door is without a print of the Virgin or some saint; and it is a common custom here to bow to a church in passing, when the bell is tolling.
About half-past one we walked to the maison de plaisance of Mr. ___, who had invited us to dinner: it was about two miles from the city. The whole surrounding country was sprinkled, over with little boxes, generally consisting of a kitchen below, and above stairs a dining room, a bed room or two, and an open arcade; principally places for retirement and relaxation, but hardly any of them large enough for receiving a family. In our way to Mr. ___’s, we passed an ugly painted house, with four towers ending in short spires, built by a viceroy of Peru, who sent the plan over from that country; and it is said to be a specimen of the Peruvian style of architecture: nothing can be more frightful, and it appears very small for an officer holding so high and lucrative a post. It stands close to the road, and is merely surrounded by a little garden.
After dinner we returned to Barcelona, which from the country has a pretty appearance, by a road bounded on each side by a hedge of lofty aloes. We were in time for the ballet, and the second act of the opera; which is performed twice a week by a company of Italians, at the theatre already described, which is indeed the only one in the city: it was executed in a very creditable style, and the first female has considerable vocal powers. The house was extremely crowded. We visited the academy of arts, instituted in the palace of commerce, and supported in the most magnificent manner by the merchants of Barcelona. We were conducted through a long suite of apartments, in which seven hundred boys were employed in copying and designing: some of them, who display superior talents, are sent to Rome, and to the academy of St. Fernando at Madrid; the others are employed in different ways by the merchants and manufacturers. The rooms are large and commodious; and are furnished with casts of celebrated statues, and every proper apparatus. We observed a few drawings of considerable merit, produced by the scholars: but the grand picture before us of liberality and industry, amply rewarded our visit; and was the more striking to us, from having of late been continually accustomed to lament the traces of neglect and decay, so visibly impressed on every similar institution in the impoverished cities of Italy.
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Barcelona en 1847: huevos de Pascua, la Mona
Easter Eggs—La Mona
Books on symbolism are very much in vogue now, and some of the writers in that line would not be occupying their abilities much less profitably than usual, were they to investigate the mystical connection between Easter and dyed hens’ eggs. But a fortnight before my arrival in Barcelona, I had seen old women, by the score, hawking the last-named commodity about, under the wings of the lion of St. Mark’s, in anticipation of the holy season. Mrs. Butler, in her «Year of Consolation,» tells us that she saw Easter-eggs in Rome, decked with feathers and artificial flowers, but that they were not by any means as beautiful as some that she had seen, from Russia. Every one knows how deadly a blow is given to the hopes of young poultry in embryo, by the approach of the same solemn feast with us in the United States, and if therefore there be any thing in the orthodox maxim, «quod semper et ubique,» &c, the custom in question must be as near orthodoxy as any thing profane can be. Drake says that «Pasche eggs» were eaten in England in the sixteenth century, as emblematic of the resurrection; a ceremony which, he informs us, was recognized by the Ritual of Pope Paul V., wherein there is a form of prayer for their consecration. It would puzzle the most learned symbolist, however, it occurs to me, to fathom the peculiar system of correspondences which the Barcelonese have instituted in the premises. Not only was there every variety of hue and device upon the shells, but in the windows of every pastrycook or baker, and at all the stalls where appetite was tempted, in the public places, there were piles of loaves, shaped very much like shoe-lasts, and having at each end, an egg, strapped and baked nicely and securely in, between two slips of erust or pastry. On Easter-eve, it was edifying to see how women, men, and children («oh dura ilia!«) not having the fear of indigestion before their eyes, thronged to possess themselves of the commodity, with the deliberate intention, of eating it. They called this bread la mona—the monkey—and a challenge to eat the monkey—comer la mona—is one which all the world is ready to give or to accept. A kind acquaintance, native and to the mona born, gave me its history, and commended it to me as a special luxury. Even my Spanish predilections, however, were not equal, I confess, to such a test, and I thus began to learn, what is not altogether useless to an American, that a stranger must be excused, at first, if he is not able to swallow «peculiar institutions,» with a relish.
The crowd continued, late and busy, on the Rambla, and when I retired, the lights were still blazing in gay vistas along it, though the watchmen were crying «Ave Maria purissima,» in token that it was midnight. I strove to win slumber within my red bed-curtains, but a love-lorn troubadour of a cat, with a strong smack of the Limousin in his accent (and who had probably come up, like my friend the marquis, to the opening of the opera), sang serenades in my sleepless ear till it was almost morning.
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Fusilamientos paran el partido Lazio-Barça
Lazio refused to play [the UEFA cup first leg], their president Umberto Lenzini alleged security reasons for cancelling the game, afraid of political demonstrations following executions by Spain of five ETA and FRAP members on September 27 on terrorism charges. UEFA awarded Barcelona a 3–0 victory, ruling those 3 goals not applicable for the away goals rule.