Etiqueta: pistola

  • La recogida de armas ilegales tras la Jamancia en perspectiva británica

    The keen debates in the last session of Parliament about the registry of arms in Ireland, where fine and imprisonment was the only punishment proposed, make one a little curious as to how they manage these matters in other countries. Here is a Spanish arms-bill:—

    «Don Laureano Sanz, Captain-General of Catalonia, &c. The public tranquillity was threatened yesterday by armed groups of the national militia of this capital.

    «In the Plaza del Rey and the Barrio of Gracia, there were uttered vivas for the Central Junta, the seditious provoking the peacefully disposed, and singing alarming ballads at the risk of promoting scenes which must be avoided—to that end I ordain and command : 1. The National Militia of Barcelona shall give up its arms, accoutrements, ammunition, drums, and trumpets, within the period of six hours from the publication of this Bando, to the Commandant of Artillery in Atarazanas. 2. Any individual not complying with the foregoing requisition will be shot immediately. 3. Domiciliary visits for the purpose of search are hereby authorised; and any person in whose house a musket shall be discovered will be instantly shot, unless the owner of the weapon shall be discovered in the said house. But in case of his discovery the owner of the said weapon will be shot, and the occupying tenant of the said house shall pay a fine of 100Z. Catalan; but if he shall not have wherewithal to satisfy this demand, he shall be sentenced to six years’ imprisonment. 4. Penalties of proportional amount will be inflicted for the offence of concealing swords, pistols, bayonets, accoutrements, ammunition, drums, and trumpets. Barcelona, 22nd November, 1843.»

    This proclamation had the desired effect.

  • Atentado anarquista al cardenal Casañas en la catedral

    Barcelona, 24, 9 n. Acaba de cometerse un atentado criminal contra el cardenal Casañas.

    A las ocho, cuando el prelado salía de la catedral, donde acababa de celebrarse una fiesta religiosa, se le abalanzó un hombre puñal en mano é intentó agredirle.

    La guardia municipal que se hallaba cerca pudo evitar el crimen parando el golpe del agresor, pero recibiendo el una herida en la mano derecha.

    El pánico que se produjo entre la gente al darse cuenta del atentado fué muy grande.

    El agresor fué detenido inmediatamente. Llámase José Salas Lomas y tiene cuarenta y cuatro años.

    Se le encontró un revólver Smith cargado y 14 cápsulas, un cuchillo y una botella con un líquido que habría bebido, según ha manifestado, de haber realizado su crimen.

    El puñal con que intentó herir al cardenal estaba humedecido con una substancia aún desconocida y de la cual tenía también impregnada una bola de algodón que se le halló en un bolsillo.

    El criminal era conocido de la policía por haber tomado parte activa en las reuniones de propaganda libertaria y haber sido largo tiempo presidente de la Sociedad de peones albañiles.

    Era vecino de la ciudad de Vich, de donde salió ayer tarde. Aquí se hospedó en la fonda de El Siglo, en la calle de Carders.

    El Juzgado de guardia ha comenzado á instruir diligencias á presencia del gobernador del fiscal y del presidente de la Audiencia.

    Mañana se celebrará un solemne Te-Deum en acción de gracias por haber salido ileso del atentado el cardenal.

    Se han recibido muchos telegramas de protesta y en el Palacio episcopal se han abierto listas que contienen ya centenares de firmas.

    Tan pronto como tuvo conocimiento del atentado cometido contra el cardenal Casañas el gobernador, acudió al sitio donde se hallaba detenido el agresor, a quien interrogó detenidamente, y en cuyo poder fué encontrada una carta explicando su resolución de matar al referido cardenal.

    Es opinión corriente que ese atentado es producto de la lectura de falsas acusaciones publicadas por ciertos periódicos contra el prelado.

    Interrogado sobre el móvil que le había inducido á escribir la citada carta, José Salas Comas contestó que, como tenía el propósito de suicidarse después de cometido el asesinato, deseaba se conocieran las causas que lo habían determinado.

    El detenido era jefe de los anarquistas de Vich.

    […]

    Barcelona, 25, 2 t. […] Salas ha declarado que está cansado de sufrir y de vivir en la miseria, trabajando desde la edad de siete años. Se considera como una víctima de la pésima organización social. Quería morir, pero vengándose. Ha dicho que el malestar de la sociedad se debe á los jesuitas y que por eso ha intentado matar al cardenal Casañas.

    […]

    Barcelona, 25, 11 n.

    […]

    Dicese que José Salas, para realizar sus criminales propósitos, se arrodilló fingiendo que iba á besar el anillo episcopal, y después de echar arena á los ojos de las personas que estaban más cerca del cardenal intentó agredir á éste con un puñal.

    […]

    Se ha cantado un Te-Deum en la Catedral, en acción de gracias de haber salido ileso el cardenal Casañas, asistiendo un numeroso público á la función religiosa.

    El cardenal bendijo desde el balcón al pueblo, que se apiñaba delante del palacio arzobispal.

    Diéronse ¡vivas! al Papa, y la muchedumbre se disolvió después de entonar un himno á la Virgen.

    Suicidio del criminal.

    Barcelona, 25, 12 n… Dícese que á mediodía se sintió enfermo y tuvo que visitarle el médico de la cárcel, el cual observó que el Salas sufría frecuentes vómitos, que le produjeron la muerte á las dos de la tarde.

    […]

  • Reyes 1936

    Mañana fresca y hermosísima; día de Reyes. Semidormido, imágenes enormes y coloreadas palpitan sobre mí, como mariposas gigantes. Tía Pilar se inclina sobre la cama y deposita en la almohada un objeto reluciente, un revólver. Su gatillo percute como nuevo, su tambor gira a cada disparo. Más que ninguno, he deseado este juguete. Y, de pronto, lo tengo en mis manos, frío, pesado, verdadero.
    –Cuidado -me advierte mi tía-. No lo dejes caer al suelo. Se rompería, es de hierro colado.
    Me deja. Ahora estoy solo en la sala, los pies descalzos sobre las baldosas. Absorto, aprieto el revólver en la mano, y en mi cerebro resuenan, como una admonición de cuento, las palabras de mi tía. Casi sin darme cuenta, abro la mano, y el revólver se desliza hasta el suelo. Un choque: el revólver se parte en tres pedazos. Yo permanezco quieto, sin decir palabra ni variar de rostro, mirando los pedazos. Distingo claramente los ruidos de la calle; suenan, alegres, tambores y trompetas, gritos excitados; es el día de Reyes. Mamá y tía Pilar han entrado en el cuarto, han visto el revólver partido en tres pedazos, y me han visto a mí, mirando al suelo, tan serio y tranquilo. Cuchichean entre sí, maravilladas:
    –Fíjate… Se le rompió el revólver.
    –Está asustado. Sin saber qué decir.
    –Aún tiene el corazón dormido.
    –Pobrecito… Con la ilusión que él tenía.
    Hablan entre ellas como si yo no estuviera allí, como si estuviese lejos. ¿Cómo explicarles la extraña sensación que tengo?
    Ellas creen que el revólver se me ha roto involuntariamente. Hay varios juguetes más por el cuarto. ¡Hermosura del día de Reyes! Más que ninguno, yo deseaba ese juguete. Suenan, alegres, trompetas y tambores. Y el revólver está roto en tres pedazos.
    Llenas de lástima, mamá y tía Pilar me acarician, me aseguran que me comprarán otro igual que ése. Casi me zarandean, como si quisieran despertarme.
    Ajeno a su solicitud, yo callo, ocultándoles la verdad, en tanto noto que esa curiosa sensación de diferenciamiento, de separación de los demás, va creciendo y creciendo en mi interior, como una cortina que se corriera lentamente.