Etiqueta: Francisco Salvá

  • Una gallina bajo ordenes de un artista francés protagoniza la primera elevacion de un globo aerostático

    Desde el punto de vista científico y del vuelo humano, la investigación más importante fue la realizada en Barcelona, Valencia y Aranjuez. Las dos pruebas efectuadas en Barcelona el 30 y el 31 de enero de 1784 nos revelan un pleno conocimiento de los sistemas aerostáticos empleados por los hermanos Montgolfier y por Charles y Robert. La primera, bajo la responsibilidad de los doctores Salvà y Sanpons, corrió a cargo de Charles Bouche, pintor francés que elevó un globo de papel de 8,40 m de altura, con el sistema del aire caliente y del cual pendiá una jaula con una gallina. La segunda fue realizada por la Acadèmia de Ciències Naturals i Arts y consistió en elevar un globo de seda, impermeabilizado con caucho, con el hidrógeno como elemento sustentador. El relato de estas dos experiencias consta en el detallado informe redactado por Miguel Gamborino [sic] …, artista valenciano, especializado en el estampado de imágenese religiosas, que siguió los acontecimientos muy de cerca, los reseñó y dejó constancia del aspecto del globo de papel, diseñado por Bouche, en un excelente grabado reproducido en su informe.

  • Guerra entre cirujanos y médicos sobre una niña con dos cabezas

    RELACION DE UNA NIÑA monstruosa nacida en Barcelona en este corriente año.

    En la tarde de 22 de Febrero de este presente año, ocurrió en la Ciudad de Barcelona un aborto de una niña semestre con dos cabezas, que murió un quarto de hora despues de nacida, habiendo recibido el agua del Bautismo.

    Noticioso el Señor D. Antonio de Tudó, del Consejo de S. M., y Alcalde de la Real Audiencia, de que aquella niña se hallaba en el Quartel de su cargo, y bien persuadido de lo mucho que sirve para la Medicina Moral y legal la exacta observacion de semejantes fenomenos, dispuso que D. Pedro Pablo Montafia sacase un fiel diseño de ella, sobre el qual la grabase D. Pasqual Moles; y comisionó á los Medicos D. Francisco Salvá y D. Francisco Samponts, con los Cirujanos D. Domingo Vidal y D. Antonio Sangerman, para que hiciesen una escrupulosa diseccion anatomica del pequeño cadaver, y estendiesen la relacion correspondiente de lo que hallasen digno de notar; y es la siguiente:

    El cadaver tenia de largo once pulgadas: lo ancho de las dos caras unidas quatro pulgadas y siete lineas: desde la parte anterior, y centrica de ellas á la posterior dos pulgadas y una linea. La circunferencia de las dos cabezas, vaciadas las bolsas e que se hablará despues, llegaba á diez pulgadas y diez lineas. La del cuello siete pulgadas y tres lineas. La del arca del pecho, que era muy ancho, nueve pulgadas diez lineas: desde un hombro á otro habia cinco pulgadas y siete lineas. Los brazos correspondian á la corpulencia del tronco; y eran como media pulgada mas largos de lo regular. El tamaño de las regiones inferiores del vientre, y de los artos inferios excedia poco al de un fito semestre.

    La union de las dos cabezas era muy particular. Por la parte anterior se veian pegadas desde las orejas, que se hallaban en el vertice del cadaver, hasta cerca de los mentones que estaban apartados. Seguia un cuello comun muy corto y muy grueos. Cada una de dichas cabezas inclinaba á la parte lateral y exterior, de modo, que casi descansaba sobre los ombros. La conformacion de las cabezas era regular.

    De la parte posterior de cada cabeza colgaba una bolsa membranosa de un roxo obscuro, á modo de redecilla, la que cubria la mayor parte del dorso, teniendo de ancho dos pulgadas, y de largo quatro y cinco lineas. En la raiz de estas bolsas se arrugaban los tegumentos comunes, dexandolas desnudas de ellos, y desde un ángulo superior de un ombro hasta el otro, subiendo por la cabeza, se encontraba una linea circular de pelos; y aqui los tegumentos eran muy dobles. La raiz de estas bolsas se hallaba en los bordes superiores de los huesos coronales, y en toda la parte posterior de las dos cabezas, continuandose con diminucion en el dorso hasta un tumor huesoso del tamaño de un huevo, formado en lugar de las ultimas vertebras dorsales. La substancia de aquellas bolsas era esponjosa, pero sembrada de muchos vasos sanguineos, y de cordones de nervios, que salian de lo interior de las cabezas por varios orificios irregulares.

    Encontrabanse estos orificios en los quatro peñascos de los huesos temporales, los que cerraban y componian la parte posterior del craneo. Se unian por cartilagos muy apretados, y la cabeza quedaba notablemente aplanada en esta parte. Las frentes eran algun tanto achatadas y muy cortas, pues los huesos coronales que las componian, no tenian mas de tres lineas de alto. Faltaban en el craneo los huesos parietales, los occipitales, los esfenoides, y la porcion escamosa de los temporales. Estos ultimos estaban exteriormente vestidos de pericraneo, y levantados se veían una membranas parecidas á las meninges, pero abiertas éstas, se notaba tal desorden y confusion en la estructura, que es imposible describirla.

    Entre los dos senos frontales se hallaba en ambas cabezas un cuerpo oblongo del tamaño de un piñon, cuya substancia era medular. Salian de él algunos filamentos nerviosos, pero sus dos lados se veian sembrados de uno granitos muy semejantes á los que regularmente se hallan junto á la falce mesoria: continuaban aquellos por la cara interna, y anterior de los huesos petrosos; y por las partes laterales de las vertebras entre estas, y los ángulos de las costillas. Los habia tambien esparcidos en varias partes del cuerpo, señaladamente en la pelvis.

    Las dos orejas, que se hallaban unidas en el vertice del cadaver tenian su conducto propio, y cada uno terminaba á su organo particular, que estaba muy completo. Las dos bocas tenian una sola cámara posterior comun, una traquea y un esofago. Desde el cuello abaxo no habia parte alguna preternaturalmente duplicada; y solo ocurria de particular el hallarse los pulmones algo mayores, y mas apartados entre sí de lo que corresponde, y el estomago mucho menor que lo regular.

    La columna vertebral era muy estraña, los cuerpos de las vertebras eran achatados sin apofise alguna, y sin formar conducto para la medula espinal que faltaba enteramente, como tambien el agujero occipital. Los orificios de conjugacion eran patentes, pero muy apartados entre sí, y con la particularidad de salir por ellos interior y exteriormente filamentos nerviosos y vasos sanguineos.

    Este feto monstruoso se conserva en espíritu de vino en el Gavinete del Real Colegio de Cirugia de dicha Ciudad.

  • Herido el científico Méchain inspeccionando una máquina de su colega Salvá, que hace de caballo

    Un médecin célèbre, dont il avoit fait la connoissance à Barcelone, le pressoit depuis quelque temps de venir voir une machine hydraulique nouvellement établie dans une campagne voisine [San Andrés de Palomar]. Méchain avoit toujors différé, tant qu’avoient duré les observations astronomiques; mais au moment de retourner en France il ne put refuser cette satisfaction aux instances de son ami. Leur arrivée n’ayant point été prévue, ils ne trouvèrent pas les chevaux qui faisoient ordinairement le service de la machine. Le docteur, aidé de son domestique, se crut assez fort pour la faire jouer. Méchain, placé dans un endroit un peu élevé auprès du réservoir, admiroit la quantité d’eau qu’il voyoit affluer: tout à coup il entend des cris perçans, et en se retournant il aperçoit le docteur et son domestique entrainés par la machine que leurs premiers efforts ont pu mettre en mouvement, mais qui les maîtrise à son tour; il se précipite pour les secourir, et à l’instant la barre qui les a renversés leur échappe des mains, vient le frapper lui-même, et le lance contre un mur au pied duquel il tombe sans connoissance et baigné dans son sang. Le docteur tout froissé se relève et court à son ami qu’il croit mort, et qui reste plusieurs heures sans donner le moindre signe de vie. Enfin, à force de soins, on parvient à lui ranimer le pouls. On le transporte à la ville [Barcelona], où il arrive au milieu de la nuit; mais comme on n’a nul espoir de le rappeler à la vie, on remet au matin la visite de ses blessures. Le jour venu, en lui trouve le côté droit cruellement froissé, plusieurs côtes enfoncées, la clavicule démise et brisée. On le panse, un peu tard peut-être; rien ne lui rend la connoissance: il la recouvre enfin au bout de trois jours, et ne sent son existence que par une fièvre ardente, des douleurs de tête insupportables, et les regrets plus cuisans encore de voir passer dans l’inaction le temps le plus précieux de l’année, celui dont il se disposoit à faire un si bon usage, lui qui dans les premiers jours de son arrivée a Barcelone, ayant aperçu une comète nouvelle [C/1793 A1], s’excusoit, pour ainsi dire, d’avoir donné quelques instans à des observations pour lesquelles il n’étoit point envoyé. «Ce n’est pas ma faute,» nous disoit-il en faisant part de sa découverte à l’Academie des sciences, «je ne la cherchois pas.»

    Deus mois entiers il fut condamné à l’immobilité la plus absolue. L’impatience trop légitime que le dévoroit retarda sans doute sa guérison. Son accident étoit arrivé dans les premiers jours du printemps; aux environs du solstice [1793 Jun 21 Fri at 01:19:45] il ne pouvoit encore se servir du bras droit. Les médecins et les chirurgiens les plus habiles de Barcelone croyoient que jamais il ne pourroit en recouvrer l’usage. Six mois auparavant il avoit observé le solstice d’hiver: celui d’été devoit lui donner une connoissance plus complète de l’obliquité de l’ecliptique. Il voulut au moins ensayer ce qu’il pourroit faire avec un seul bras. Il se faisoit placer auprès du cercle: son adjoint préparoit l’observation; Méchain ne se réservoit que le soin de donner à la lunette les mouvemens qui devoient placer le bord du soleil sur le fil. Pour apprécier les efforts que lui coûtoient ces observations dans l’état de gène et de souffrance où il se trouvoit, il faut avoir fait de pareilles observations, connoître la position de l’observateur, obligé de se courber pour apercevoir l’astre à la hauteur solsticiale, et songer qu’à la latitude de Barcelone le soleil est encore de 8 degrés plus élevé que nous l’avons à Paris. Cet essai convainquit Méchain qu’il n’étoit pas en état de reprendre la mesure de la méridienne. On lui conseilla les eaux et les douches de Caldas; cependant elles ne lui rendirent pas le libre usage du bras droit. Il apprenoit à s’en passer, et ce qu’il regretoit le plus, c’étoient six mois perdus dans l’inaction. S’il parloit de son accident, il ne le considéroit que sous ce point de vue; mais il n’aimoit pas à en parler, soit qu’il le regardât comme l’effet d’une complaisance qu’il n’auroit pas dù se permettre quand tout son temps appartenoit à la mission dont il étoit chargé, soit aussi (car ce scrupule peut paroître incroyable, quoique parfaitement dans le caractère de Méchain), soit, dis-je, qu’il voulût ménager le docteur, à qui il n’en resta pas moins sincérement attaché depuis. S’il se permet dans une de ses lettres ces mots dans lesquels on pourroit voir un reproche: «Sans lui ce malheur ne fût point arrivé», il ajoute aussitôt: «mais sans sa présence je n’existerois plus.»

  • El médico, físico y globista Francisco Salvá y Campillo lee en la Real Academia de Medicina de Barcelona su memoria titulada «La electricidad aplicada a la telegrafía»

    Francisco Salva Campillo read in December 16th, 1795 before the Academy of Sciences in Barcelona the paper «On the application of electricity to telegraphy». This is probably one of the first suggestions on the possibility of wireless telegraphy, as it is recorded in the first books written about the history of wireless. An account of Salva’s contributions to telegraphy and his proposal of wireless telegraphy is presented.