Se acerca el invierno

La naturaleza progresivamente va perdiendo su alegría. Con la vendimia ha desaparecido del campo el verdor que lo engalanaba: los árboles se despojan de sus hojas, reinan las brisas al levantarse y al caer el sol cuyos rayos pierden su intensidad al través de las nubes que flotan en la atmósfera; en una palabra, todo anuncia ha proximidad del invierno. Hasta á las costumbres trasciende esa tinta fria y melancólica de la naturaleza. Ha dado las últimas boqueadas el paso nocturno de verano: el que pasaba en él las fugaces horas de aquellas noches, se abona por poco que lo permitan sus posibilidades, en uno de los teatros de su devoción, para pasar las largas veladas de invierno: los escolares sacuden el polvo de los libros de texto para dar principio á sus tareas, y asisten hoy á la inaugural de la Universidad literaria: el menestral empieza sus velas, y sobre todo á prima noche se dejan oir las chillonas ó aguardentosas y hombrunas voces de las castañeras, que pasean las calles al grito de calentas y grossas qui’n vol ara que fuman, grito levantado con un tonillo, cuyo efecto solo puede sentir el barcelonés acostumbrado a considerarlo como el principal preludio del invierno.

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