No puedo más que mostrar mi extrañeza ante este inusual hecho: la noche del 28 de mayo de 1990, algunos vecinos del barrio de Les Corts nos despertamos ante los insoportables graznidos de un ave; no un ave cualquiera. Nuestro estupor fue inmenso al salir al balcón y ver una silueta negra de grandes dimensiones. Quizá debería medir entre tres y cinco metros y no exagero. Numerosos fueron los vecinos que la vieron y numerosos, también, los comentarios al día siguiente. Suponemos que en otros barrios, otras personas debieron verla. ¿Qué era? Y lo que es más extraño: ¿Por qué no ha aparecido ninguna noticia en la prensa?
Comentarios del compilador
Absence ha buscado bien en la hemeroteca de La Vanguardia y salido con más preguntas, incluso de Eugenio, que afirma que se trata de un pterodáctilo que ha sobrevivido a los periodos glaciares, y que no ha visto un amigo del barrio en quince días.