Hoy celebra la Iglesia el aniversario del nacimiento de la Vírgen María madre de Jesus, en cuyo dia los barceloneses lo mismo que los demás habitantes de las cuatro provincias catalanas, obsequian á tan soberana señora en su santuario de la montaña de Monserrat situada á siete leguas de Barcelona, entre el turbio Llobregat y el camino real que conduce á Zaragoza.
Durante la víspera ó dos dias antes de la fiesta, infinidad de ómnibus y otros carruages salen de esta ciudad llevando gentes basta el monasterio, ó hasta las aldeas de Collbató, si prefieren subir á pie ó asnalmente por aquellas breñas y pelados riscos. Quizá no sea para algunos el principal móvil de esta romería la devocion, sino el dar al espíritu agradable solaz con motivo de la concurrencia, gozando al propio tiempo de los bellos puntos de vista que ofrece la elevacion de la montaña; pero no podemos menos de asegurar, que los devotos son muchos, y que la Virgen de Monserrat es la patrona del pais, la Perla de Cataluña. Por otra parte si hemos de dar crédito al refran, muchos recien casados ó muchos por casar deben ir á esta romería, puesto que reza, que no es bon casat qui no ha anat á Monserrat.
Bien podríamos hacer aqui una descripcion geológica de esta montaña, puesto que es única quizá en su género, echando nuestro cuarto á espadas en la cuestion acerca del origen de ella; pero confesámoslo francamente, ni una jota siquiera se nos alcanza de esta ciencia, y pensamos que no será difícil se nos crea bajo nuestra palabra. Además fuera salimos del carril hablar de orígenes que no nos importan un comino, mucho mas en el dia cuando se prescinde de todo origen y no se sube mas allá de antecedentes. Bástenos pues saber, que como despegada la tal montaña de las cordilleras que cruzan el pais, y formada de innumerables y enormísimos peñascos casi cónicos redondeados por la lluvia que por ellos se desliza, se presenta desde cualquier punto de Cataluña que se la observe, como una vistosa ciudad puesta en eminente lugar, y rodeada de altas torres, segun dice el cronista Pujadas, ó como las estalagmitas mas caprichosas que puedan guardarse en un museo de historia natural, segun decimos nosotros aunque no seamos naturalistas. La forma que tienen los peñascos ha valido á la montaña el nombre de Mont-serrat, porque como cuajado de aserraduras se presenta su contorno. No parece sino que la Omnipotencia abrió la tierra para levantar aquellas peñas desde el fondo del abismo, dándoles un carácter místico que se siente pero que no se esplica. Penetrado de este sentimiento se halló sin duda el que consagró á la mas pura de las vírgenes aquella montaña cubierta las mas de las veces con el blanco velo de la niebla, como para añadir á su originalidad el misterio.
Si fuera de la incumbencia del Añalejo de costumbres barcelonesas el dar cuenta de lo que pasa en aquel monasterio en el día presente, lo haríamos de buen grado; pero está á la vista la razon que nos impide hacerlo, y debemos acomodarnos á los límites que nos impone el cargo que sobre nosotros hemos tomado; en una palabra, debemos acomodarnos á las circunstancias como suele decirse y hacerse, y contentarémonos con haber llamado la atencion del curiosísimo lector, para que contribuya á la mayor animacion de la romería, y agradecérnoslo han los dueños de todos los carruages que durante la octava no cesan de ir y venir llevando y trayendo romeros. La ida es alegre como bulliciosa la vuelta. Hombres y animales todos llevan la enseña de la romería, una rama de boj, arbusto de que abunda la montaña. Las cucharas de este mismo palo teñidas de encarnado, los rosarios, las medidas de la Imágen hechas de cintas, son las estrenas que pueden exigirse á los que van á esta romería.
La imágen que se venera en el grandísimo templo de la montaña está ennegrecida por los años, como todas las imágenes que cuentan algunos siglos de antigüedad, y con este color es conocida en todo el orbe cristiano. En la presente ciudad se cuentan algunas imágenes de la Virgen de Monserrat espuestas á la veneracion de los fíeles en algunos altares de las parroquias y en algunos oratorios públicos, de los cuales es el mas notable el de la calle de la Portaferrisa, perteneciente á la casa
de Magarola.
Juan Cortada, José de Manjarrés, Josefina Roma, El libro verde de Barcelona. Añalejo de costumbres populares, fiestas religiosas y profanas, usos familiares, efemérides de los sucesos mas notables acaecidos en Barcelona (1848).