Una célebre notabilidad, un fenómeno admirable y digno de llamar la atención del público, se presentó en la noche del lunes en el teatro de Santa Cruz. Mad. Saqui, esta muger estraordinari cuyo valor y audacia son conocidas en toda Europa; esta muger que atravesó el Sena sobre un alambre á presencia de Napoleon, y que como pocas en el mundo, ha arrostrado repetidas veces los peligros de varias ascensiones aerostáticas, cuando ya en su edad bastante adelantada debia descansar sobre los laureles de sus gloriosos triunfos, pisa ahora por primera vez el suelo español y vuelve á trabajar con el mismo prestigio, con igual fuerza, agilidad y firmeza que pudiera hacerlo en los primeros años de su agitada vida. Si no fuese sorprendente en alto grado el verla ejecutar sobre la maroma tirante y sin balancin las suertes mas dificiles y arriesgadas con una habilidad y soltura que tendrá pocas rivales; bastaria calcular los largos años de vida que en el dia cuenta Mad. Saqui para contemplarla asombrado como un portento de la naturaleza. Sube y baja desde el palco escénico a la cazuela con una serenidad que pasma y como si verificase la operacion mas sencilla é insignificante, hasta el punto que la autoridad ha tenido que prevenirla que no ejecutase algunas suertes que se habia propuesto hacer en el momento del descenso: sin embargo, cuando está debajo del gran quinqué se arrodilla y toma diferentes posiciones hasta sostenerse en equilibrio sobre la punta de un pie que apoya con firmeza sobre la cuerda.