Año: 1843

  • Apertura del Teatro Nuevo

    Apertura del teatro Nuevo, llamado de Capuchinos.

  • La ciudad y su guarnicion se declaran contra la regencia de Espartero

    La ciudad y su guarnicion se declaran contra la regencia del general Espartero.

  • Washington Irving desde Madrid sobre la rebelión en Barcelona

    My illness has prevented me from giving you a detail of the political events of the country, which have of late assumed an alarming aspect. A coalition of various factions (opposite in their views and doctrines, and no one of them of sufficient magnitude to form a majority) has united in a vehement attempt to pull down the Regent, and put an end to the existing government. For this purpose, insurrections have been stirred up in various parts of the country, and, latterly, in Barcelona, that old seat of rebellion. To-day, the Regent sallies forth from the capital, to put himself once more at the head of his troops and endeavor to quell these insurrections. I heartily pray for his success; for, should he fail, and should he be ejected from power, a fearful state of anarchy would ensue. The very coalition now combined against him would break into warring factions, each striving for the ascendency, and we might have civil war of the worst kind.

    I have just returned from attending a levee held by the Regent, at twelve o’clock, preparatory to his departure. He made a frank, manly address to the diplomatic corps, declaring his disposition to cultivate cordial relations with all countries, but particularly with those who had representatives at this Court, and who recognized the constitution of Spain, the throne of Isabella II, and his regency; his loyal devotion to the constitution and the throne, and his sole and uniform ambition to place the reins of government in the hands of the youthful Queen on the 10th of October, 1844, when she should have completed her minority, and to place under her command a peaceful, prosperous, and happy country; but he expressed, at the same time, his determination to resist every attempt to throw the country into a state of anarchy, and to defend the throne of Isabella and the constitution of 1837 like a good soldier.

    At four o’clock a general review of the national militia takes place in the Prado, as on a former occasion, when the Regent, as before, will no doubt make them a speech, confiding the safety of the city, and of the youthful Queen and her sister, to their patriotism and loyalty. At five o’clock he takes his departure. I cannot but feel that he sallies forth, this time, with much more doubtful prospects than in his former expedition against Barcelona. The spirit of rebellion is more widely diffused, and is breaking forth at various points. A few days, or a very few weeks at farthest, will decide his fate, and determine whether he is to maintain his post, and keep up some form of government for the remainder of the minority of the Queen (about fifteen months and a half), or whether his power, if not himself, is to be annihilated, and everything for a time thrown into chaos.

  • La población huye por miedo de bombardeos desde Montjuic

    Desercion de todos los habitantes de Barcelona por temor de un bombardeo desde el fuerte de Monjuich cuya guarnicion no se había declarado todavía contra la regencia del general Espartero.

  • Prim escapa de linchamiento por la Junta Central; más recuerdos de la Jamancia

    No satisfacían á la Junta de Barcelona los propósitos del Gobierno de Madrid. Querían Junta Central á todo trance, según la promesa de Serrano. Negáronse á todo concierto, y nada fué capaz de torcer su intento: ni el anuncio de que se convocarían nuevas Cortes, ni el de que se propondría en ellas la declaración de mayor edad de la Reina, ni el nombramiento de Prim para el cargo de Gobernador militar de Barcelona. Creyóse este nombramiento simpático para los catalanes; pero en seguida se le pusieron en frente á Prim el batallón de la Blusa y los Voluntarios, por más que trató de reducirlos á la obediencia, arengándoles en la esplanada de Atarazanas. Fuí testigo de aquella escena desde la Muralla del mar. Eran las cinco de la tarde del I.º de Setiembre. Los batallones estaban formados en masa, dando frente al sitio donde nos hallábamos los espectadores. No se oía ni una mosca. Prim, recién ascendido á brigadier, se presentó con uniforme de diario; levita cerrada, entorchaditos de plata y bastón de mando. Da un par de vueltas entre filas, y se encara con los Voluntarios. Estaba pálido, convulso, pero sereno, firme la mirada. De repente levanta el bastón en alto y dice con voz solemne: ¡Voluntarios! ¡la Patria peligra! No pudimos oír más. Se armó un gran estrépito; las filas se rompieron, las culatas hirieron el suelo, los cañones de los fusiles brillaron movidos en varas direcciones. Temimos una descarga, que por fortuna no vino. La muralla quedó despejada y Prim desapareció de nuestra vista. Supe después que á duras penas había conseguido, á favor del tumulto, salir de Atarazanas para trasladarse á la Ciudadela con las demás Autoridades que de Madrid dependían. Desde aquel punto la Ciudad quedó abandonada á la Junta, que se renovó con elementos más acentuados.

    Ensoberbecidos con aquel triunfo, lograron afirmar su dominación los de la Junta, y entonces empezó para Barcelona aquel desastrado período de desdichas y anarquía que duró hasta últimos de Noviembre de 1843: bien cerca de tres meses.

    Las dos terceras partes de la población emigraron en el acto. Nosotros tuvimos que aguantar la mecha por bastante tiempo, durante cincuenta y cuatro días. Fué en un principio para arreglar algunos asuntos; después porque mi Madre cayó enferma, postrada por una dolencia, efecto de tanto disgusto, de tanto sobresalto, que acabaron por quebrantar su espíritu y su cuerpo. De los cincuenta y cuatro días, ni uno solo pasó sin que oyésemos un vivo cañoneo desde el alba hasta anochecer, ni uno solo en que no llevaran por mi calle docenas de camillas con muertos y heridos. Pero algunos se señalaron más especialmente por el estrago y las matanzas. Tales fueron el 7 de Octubre, en que los sublevados intentaron tomar la Ciudadela, y tales, sin interrupción, desde el 20 al 24 del propio mes, cuando todos los Fuertes ocupados por tropas del Gobierno vomitaron á porfía sobre la plaza bombas, granadas y metralla. Entonces las parihuelas no pasaban por docenas, sino á centenares.

    Había que tomar un partido para matar el tiempo, y ese fué salir todas las tardes á brujulear un rato por las cales; acompañábame mi Padre ó un amigo, el cónsul de Prusia, joven alemán muy instruído, que chapurreaba el castellano, y cada vez que silbaba una bala de cañón, decía, dando una patada en el suelo: es un silbido infame. En estos paseos nos arriesgábamos bastante, porque ya nos íbamos acostumbrando al peligro y no nos dejábamos vencer del miedo. Un día, pasito á paso, fuimos llegando hasta un camino cubierto que habían practicado los insurgentes en la primera rampa de la Muralla del mar. En el momento de pasar nosotros, un proyectil de la Ciudadela vino á derribar parte del muro de contención, sepultando entre la ruinas á un joven de la Blusa, que estaba de centinela. Sólo un pie quedó fuera. Lastimados de este espectáculo nos retiramos; pero otro día diónos la humorada de deslizarnos por los Cambios, hasta las callejuelas contiguas á la plaza de San Sebastián; allí las tropas, desde el Muelle viejo, se tiroteaban con los Voluntarios colocados en las ventanas. En cada bocacalle había un pelotón dispuesto á hacer fuego. No me explico cómo pudimos librarnos de un balazo, y aun tuvimos la santa calma de pararnos en una esquina para preguntarle á un arrapiezo de fusil y canana si tenía miedo. Naturalmente, de estas cosas no chistábamos palabra á mi Madre, que, á saberlo, hubiera salido á disgusto. Pero, ¿qué había que hacer? ¡Es tan aburrido vivir en una plaza sitiada!

    En honor de la verdad, tales calaveradas se repitieron pocas veces. Lo más común era sentarnos en alguna tienda, de nuestra calle ´de las vecinas, y esperar el desfile de las camillas, por si había alguien á socorrer en el barrio. Si queríamos estirar las piernas, avanzábamos hasta la Rambla, en traje de toda confianza, zapatillas, bata y creo que en mangas de camisa, porque, á la verdad, la sociedad que habíamos de encontrar, sin distinción de aliados y enemigos, no exigía mayores etiquetas. La Ciudad desierta; únicamente, y á todas horas, circulaba patrullas, retenes ó pelotones sueltos de ciudadanos de la Blusa, con aire matón, torva mirada y caras de vinagre. Habían tomado estas fuerzas el nombre de Camancios ó de la Jamancia, según dicen, del verbo jamar, que equivale á comer, en germanía. Sobre la blusa azul, que era la prenda reglamentaria, Jefes y Oficiales ostentaban los distintivos é insignias militares. Los rasos usaban fusil, ó carabina ó trabuco, y en el cinto la canana, un par de pistolas y un puñal bien afilado. Pantalón gris, dejando al desnudo media pierna; alpargatas, gorro encarnado con borla negra, y casi todos barba Luchana, ó sea bigote caído y unido á la perilla. Burlábanse de los proyectiles, haciendo diario alarde de arrancar las espoletas. En el Fuerte del Mediodía y en el ataque de la Ciudadela se acreditaron de valerosos hasta la temeridad y, en ciertos momentos, hasta el heroismo. A modo de condecoración, muchos de ellos lucían en el pecho una paella ó sartencíta de plomo, que correspondía á su terrible grito de guerra: madurs á la paella moderados á la sartén). Era el trágala ó el ça ira de aquellos alborotadores. También cantaban himons patrióticos de su invención. El más popular era el que terminaba con el siguiente estribillo:

    Chim, chim, chim,
    Viva la Junta, viva la Junta;
    Chim, chim, chim,
    Viva la Junta y morí en Prim.

    Yo, que estaba leyendo entonces, con más interés que nunca, la historia de la Revolución francesa, encontraba en aquellas escenas algo como una pequeña reproducción de la época del Terror, afortunadamente sin la guillotina. Algunos furiosos corrían sueltos por las calles, blandiendo enormes sables y dando á discreción vivas y mueras; y entre ellos se distinguía un localis que campeaba de valiente y se cosió en las mangas los galones de teniente coronel, no sé si dados por la Junta ó improvisados á capricho. Holgábame yo mucho con hacerle charlar, y cualquiera que me hubiese visto mano á mano con tan extraño personaje, creyera de fijo que me estaba ensayando en el oficio de descamisado, para el cual, y Dios me lo perdone, me he sentido siempre con poquísima vocación, apesar de mis ideas avanzadas.

    Entre tantas miserias, lo que más de cerca nos afligía era la escasez de víveres. Pagábamos 30 reales por una gallina; la vaca y la ternera andaban por las nubes; el vino lo acaparaban los de la Blusa. Estábamos á ración de pan, porque no había provisión de harinas.

  • La Jamancia: Barcelona es tomada por los rebeldes

    [La Jamáncia]

    (Sábado).

    Serian las dos y media de la madrugada cuando ha entrado en esta Ciudad el batallon 3.° de Francos fuerte de unos 300 hombres con su comandante D. Francisco Riera, y que ocupaba hacia algunos dias el vecino pueblo de Sans, dirigiéndose inmediatamente á la plaza de la Constitucion donde se ha parapetado con fuertes barricadas, asestando cañones á cada una de las principales calles que desembocan en ella y prohibiendo el paso á toda clase de personas.

    Sabido al momento por el conde de Reus todo lo que en la ciudad ocurría mandó á buscar inmediatamente su compañía de Guias, dándoles orden para que fuesen á apoderarse de la casa Lonja, como en efecto lo verificaron.

    A eso de las siete de la mañana el Sr. gefe político D. Joaquín Maximiliano Gibert, ofició al Ayuntamiento para que pasase desde luego con todas sus dependencias á celebrar sus sesiones en el salon de la Junta de Comercio en el citado edificio, mas este creyéndose expuesto en aquel local se reunió en el de la Alcaldía sita en el ex-convento de Trinitarios en la calle de Fernando VII. En su consecuencia y en vista de haberse retirado las autoridades populares, el Sr. Gibert de acuerdo con el Capitan General, mandó al Sr. Prim que hiciese retirar su compañía de guias, verificándolo con ellos el citado Capitan General con la demas fuerza de la plaza que estaba á las órdenes del conde de Reus, desocupando al propio tiempo el real palacio y cerrando todas sus puertas.

    A medio día los de la Blusa y parte de los francos de Riera estaban ya posesionados en dicha casa Lonja, puerta del Mar y palacio.

    A las cinco de la tarde salieron de la ciudadela los Sres. Prim y Milans acompañados de su estado mayor, dirigiéndose por el Paseo de S. Juan y Puerta nueva al barrio de Gracia, para conferenciar, segun se dijo, con los gefes de los dos batallones de la Constitucion, que habian llegado á dicho punto, regresando juntos á la Ciudadela por la puerta del Socorro.

  • La Jamancia: instalación de la Junta Suprema, huida de refugiados

    (Domingo).

    Pasóse toda la mañana en espectacion y sin que se rompiesen las hostilidades.

    Á las cinco de la tarde llegó el vapor Mallorquín que habia salido el dia antes con uno de los hermanos Milans á buscar tropa de refuerzo en Tarragona. Al instante salieron los de la Blusa capitaneados por Castells y Torras y Riera, dirigiéndose hacia la Barceloneta á fin de impedir el desembarque ó hacer prisioneras las compañías que venian en el citado vapor.

    En vista de esto la Ciudadela disparó algunos metrallazos contra los Centralistas ó jamancios, enviando algunas partidas, entre ellas los guias de Prim para que se apoderasen del fuerte de la Linterna á fin de proteger el desembarque de la tropa; operaciones que lograron aquellos llevar á cabo con su acostumbrado arrojo y apesar de la obstinada resistencia que por parte de los Jamancios se les opuso y á quienes costó la pérdida de algunos hombres. Apesar de todo no pudiendo el vapor Mallorquín verificar el desembarque que intentaba por el vivo fuego que se le hacia tanto desde el muelle, como desde la muralla del mar y atarazanas, tuvo que salir y poner la gente en tierra mas allá del fuerte de D. Cárlos, apoyado por el vivo fuego de la tropa que se habia apoderado de parte del muelle, y el de cañon de la Ciudadela.

    A las seis de esta misma tarde se instaló por sí misma una Junta suprema compuesta de las personas siguientes: D. Antonio Baiges, presidente; D. José María Bosch, D. Vicente Soler, D. Rafael Degollada, D. José Vergés, D. José Massanet, D. Juan Castells, D. Agustin Reverter, y D. José María Montañá, secretario.

    A poco de constituida esta Junta, que si tituló Provisional, se dirigió á los habitantes de esta Provincia, invitándoles á que permaneciesen fieles á la bandera enarbolada y haciéndoles esperar que los demás pueblos secundarían su alzamiento, remitiendo igual invitacion á los ayuntamientos, por medio del siguiente oficio.

    La adjunta proclama enterará á V. de la constitucion de esta Junta y el lema que ha enarbola do al solo objeto de salvar la Constitucion repeti das veces infringida por el gobierno de Madrid; gobierno que ha desoído las justas y repetidas peticiones de varias provincias para la reunion de la Junta Central, condicion sin la que no puede apellidarse tal gobierno.

    Para conseguir el fin indicado ha contado esta Junta con la cooperacion de V., Municipalidad y M. N. de esa, esperando que al recibo de la presente, consultará la opinion del Cabildo y fuerza física y procederá al nombramiento de una Junta provisional de partido ausiliar de esta, que luego de pasados los primeros momentos ya se nombrará con toda la latitud posible, y se procederá luego al nombramiento de la efectiva Suprema.

    Esta Junta espera que V. se servirá acusarle recibo de la presente, y le dará cuenta del resultado con la prontitud posible.

    Dios etc.= Sr. Alcalde constitucional de

    Además de esta disposicion de dicha junta, y de otra en que se nombraba al Coronel D. Antonio Baiges gefe principal de las fuerzas que existían en esta ciudad, y para segundo al comandante de francos, D. Francisco Riera, se publicaron una proclama á los Españoles, firmada por el citado Baiges y D. Agustin Reverter; otra álos Nacionales, Barceloneses y liberales por el mismo Riera, y otra á los soldados del regimiento de la Constitucion por D. Isidro de Nieva, oficial del mismo cuerpo, cuyos escritos dejamos de publicar, por carecer de novedad, y á fin de no tener que entorpecer á cada paso con ellos la marcha de los acontecimientos.

    En la noche del 3 al 4 las tropas del Gobierno se hicieron fuertes en la Barceloneta y muelle, y los Centralistas se apoderaron del Baluarte del medio dia poniéndolo en estado de defensa. La emigracion ha sido espantosa en estos dos días.

  • La Jamancia: conflicto interno

    (Lunes).

    Hoy al amanecer han roto los centralistas el fuego muy vivo desde el baluarte del Medio dia, puerta del mar y muralla del mismo contra la Ciudadela y Barceloneta, obligando á los de este último punto á contestarles con un fuego graneado tan sostenido, que no podia pararse en la plaza de Palacio á causa de la lluvia de balas que en ella caia. Al cabo de un buen rato han empezado á disparar las artillerías de los fuertes: las Atarazanas y el Baluarte del medio dia dirigian sus fuegos contra el muelle, y los fuertes de D. Carlos y Ciudadela; contestándoles estos con balas rasas y metralla, especialmente al citado Baluarte, que al parecer se habian propuesto desmoronar. El tiroteo duró con mas ó menos fuerza hasta al anochecer, en que cesó del todo.

    Serian las nueve de la mañana cuando salió á recorrer la línea el coronel Baiges acompañado de aide los suyos, y con intencion segun parece de cesar el fuego. En efecto dió repetidas veces esta órden por medio de los cornetas, y viendo que no era obedecido mandó un edecan para hacer que parase el tiroteo, al cual contestaron los jamancios que no les daba la gana. Montado en cólera quiso ir él mismo á repetir la orden, mas al atravesar la muralla le alcanzó una bala, cayendo sin vida en el mismo sitio. Su cadáver fué paseado con aparato por las principales calles de la ciudad y depositado en la Iglesia de S. Miguel, para enterrarlo mas adelante en un panteon que se dijo querian levantar á su memoria.

    Sobre la una del dia salió por la puerta del Socorro una fuerte partida de tropa junto con los guias y trabucaires de Prim, pasando por el pié de las murallas del Fuerte Pio y en direccion á Gracia. Los Sres. Prim y Milans con su E. M. pasaron á escape por la carretera que rodea los muros de esta ciudad, esponiéndose con este arrojo á ser víctimas de los disparos que les hadan los centinelas y nacionales apostados en ellos.

    Sobre las 5 de la tarde las mismas tropas al mando del Sr. Prim, hicieron una tentativa por la puerta del Angel; pero fueron rechazados por los jamancios que allí se agolparon, y por los disparos de cañon que les hicieron desde aquellos fuertes; y como esta misma tarde murió en el Baluarte del Medio dia su Gobernador, llamado Francisco Roig, capitan del tercer batallon de francos, hicieron los de la ciudad correr la voz de que en dicha puerta del Angel habia muerto D. Lorenzo Milans de un balazo al ir á asaltar las murallas (footnote omitted).

  • La Jamancia: asalto a Sarriá

    (Martes)

    En todo el dia no ha cesado el fuego tanto de canon como de fusilería de Atarazanas contra la Barceloneta y del fuerte de S. Carlos y Ciudadela contra Atarazanas y Baluarte del medio dia, resultando algunos muertos y heridos que fueron llevados al Hospital general.

    En estos últimos dias se han hecho correr muchas noticias alarmantes suponiendo pronunciamientos que no existían y que han solemnizado en muchas Iglesias con repiques de campanas alternados de toques á rebato, todo sin órden y concierto, como es fácil de suponer y figurarse de un pueblo entregado á la anarquía y en que todo el mundo gobierna.

    Hoy han amoldado la cara del difunto Baiges en yeso á fin de hacer su busto de cera, lo que no ha sido posible verificar con el capitan Roig por haber recibido la herida en la cabeza y tenerla muy maltratada.

    Hoy han entrado los nacionales de S. Martin de Provensals, con su comandante D. José Buxó, á fin de secundar el pronunciamiento.

    En la noche pasada regresaron de Sarriá una partida de jamancios que habian salido de la Ciudad á fin de sorprender á una supuesta junta que segun decían, se reunia en casa del farmaceutico de dicho pueblo, D. José Margenat, despues de haber asesinado á este y á un tejedor de velos llamado Raymundo Vallejo, y mas generalmente conocido por Ramon de la Veu, y de haber hecho prisioneros algunas personas refugiadas en aquel pueblo, parte de las cuales fueron rescatados por los nacionales del mismo que acudieron á dar alcance á los jamancios ni toque de somaten. En este dia la Junta suprema ha espedido los tres decretos que se continuan en la nota (footnote omitted).

  • La Jamancia: bombas sobre el vapor de Puigmartí, «mortífero fuego» desde la Ciudadela, otras poblaciones apoyan al movimiento

    (Miércoles).

    Hoy ha amainado un poco el fuego de cañon y de fusilería: los centralistas han hecho algunos disparos desde la puerta del Angel, dirigidos al vapor de Puigmartí situado en el barrio de Gracia.

    Los jamancios han pasado todo el dia ocupados en buscar y sacar de los almacenes todas las pacas de algodon que encontraban á fin de construir parapetos para ponerse á cubierto del mortífero fuego de la Ciudadela, y en formar barricadas por la parte de la Pescadería, siguiendo la línea del Rech Condal y sus cercanías, desempedrando algunas calles para hacer con las piedras y higas parapetos con aspilleras para hacerse fuertes y ofender á su amparo á la tropa. Donde quiera se ven á los vocales de la Junta presidiendo y dando direccion á los trabajos.

    A eso de las tres de la tarde se pasó orden á todas las parroquias para que celebrasen con repique de campanas las noticias que hacían circular de boca en boca, de que habian secundado el pronunciamiento en favor de la Junta Central la mayor parte de los pueblos de Cataluña, y entre otros Lérida y Figueras, Sevilla, Galicia, etc. y de que Ametller y Martell venían en su ausilio con una fuerza de mas de 6000 hombres.

    En este mismo dia el gobernador de Monjuich Echalecu, entregó el mando por real órden al coronel de América, D. N. Sayas.

    Hoy ha salido una órden del Ayuntamiento para que se trasladase el borne á la Plaza de Sta. Catalina por no poder continuar en el sitio de costumbre por hallarse espuesto á los fuegos de la Ciudadela.

  • La Jamancia: contradicción sangrienta del supuesto apoyo de Montjuic a la Junta

    (Jueves).

    Esta mañana como á cosa de las siete, hostilizada la Ciudadela por el fuego de fusilería de los jamancios ha contestado con algunos cañonazos contra el Baluarte del Mediodia, secundada por el fuerte de D. Carlos que dirigia sus disparos contra Atarazanas; mas á poco rato Monjuí ha disparado dos cañonazos sin bala, cesando inmediatamente el fuego de aquellos dos fuertes.

    A las cuatro en punto de la tarde el castillo de Monjuí ha empezado el fuego de cañon contra Atarazanas que ha durado sin interrupcion hasta las siete, en cuyo espacio de tiempo ha disparado 102 balas rasas. Como los centralistas habian hecho cundir la voz de que Monjuí estaba en su favor ó cuando menos se mantendría neutral, sus disparos han llenado de consternacion á los que se habian dejado embaucar con tan infundadas especiotas, y á todo el vecindario; asi que para evitar tal vez una reaccion, se perseguía con el mayor encarnizamiento por los mas furibundos á los que decian que el castillo hubiese hostilizado á Atarazanas, llegando la impudencia hasta al punto de que en algunos barrios sus alcaldes recorrían las casas diciendo á sus habitantes que no temiesen, que aquellos cañonazos no eran del castillo, sino de Atarazanas que hostilizaba á la Ciudadela.

    Segun se deja entender hasta los gefes del movimiento se alarmaron por aquel inesperado suceso, pues al momento se reunieron en el fuerte hostilizado el comandante D. Juan Castells, D. Francisco Riera y otras personas de graduacion, los cuales volvieron á salir al cabo de una media hora de sesion, acompañados de los tambores y cornetas que tocaban alto el fuego y llamada, recorriendo la ciudad en todas direcciones hasta al anochecer.

    Este dia si no fué el mas fecundo en acontecimientos, lo fué en comunicaciones y escritos oficiales.

    Véanse los principales en la nota n.° (footnote omitted)

    Hoy se ba publicado una orden del Alcalde constitucional para que todos los estrangeros residentes en esta Ciudad se presentasen en la secretaría de la Alcaldía con los documentos que autoricen su permanencia en la misma.

    En este dia continuaban todavía las comunicaciones entre el Exmo. Sr. Capitan General y el Ayuntamiento sobre el arreglo de los negocios de esta sin derramar sangre ni causar mas perjuicios á los intereses de esta Capital industriosa, en cuyas contestaciones, ora redactadas en tono amistoso, ora con bastante acritud se dirigen ambas autoridades mutuas acriminaciones, se hacen responsables el uno al otro de los males pasados y que sobrevinieren.

  • La Jamancia: «Antes que ser esclavos nos sepultaremos entre las ruinas de esta ciudad»

    (Domingo).

    Hoy amanecimos con tranquilidad. A las diez de la mañana se presentó en la Rambla el 8.º batallon de M. N. é hizo alto frente Sta. Mónica esperando órdenes. Mientras estaba allí apostado se acercó á dicha fuerza un tal Juan Calbet, que habia sido lancero en tiempo del Baron de Meer: ignoro que palabras debió verter, cuando de repente salió de laz filas un Sargento primero llamado Ribas y le acosó sable en mano asestándole tres estocadas ninguna de las cuales le alcanzó. En esto mientras Calbet huia del sargento que le iba al alcance acertó á pasar D. José Molins á caballo y se interpuso entre Ribas y Calbet, quien se abrazó con el Sr. Galli, tramoista del teatro, que en aquel instante se encontraba allí, el cual lo llevó á la alcaldía yendo los dos de bracero.

    A las doce en punto llegó á la Rambla un teniente Coronel con una ordenanza, ambos á caballo, mandando al 8.° batallon que fuese apostarse en la plaza de la Boqueria, á fin de recibir la division de Ametller. Efectivamente tres cuartos de hora despues entró esta por la puerta del Angel, y pasando por la calle de Sta. Ana, Rambla, calle de Fernando VII y Call, fué á la plaza de la Contitucion donde se formó en masa. La fuerza de esta division se componía de unos 1300 infantes y muchos bagages, y ninguna caballeria; pues sí bien traía unos 25 caballos con todas sus monturas y armamento, fué, segun se supo despues, que habían algunas compañías de francos sorprendido en su cuartel á la fuerza de caballería que venia con la division, y que habiéndoles propuesto que tomasen partido por la Junta Central, prefirieron aquellos virtuosos soldados, verse despojados de sus armas y caballos que apartarse ni una línea de su deber.

    Formada ya en masa dicha fuerza subió al balcon del palacio de la diputacion D. Rafael Degollada, manifestando que los que habian defendido Barcelona en estos últimos días, se habian levantado para salvar las libertades patrias que los tiranos querían derrocar; que los gobernantes no eran mas que unos maníquines de Narvaez; que este y Concha eran los únicos que mandaban en la corte, pero que todas las provincias estaban resueltas á sacudir el yugo de estos absolutistas, y que la libertad se había salvado, puesto que se unian á los bravos defensores de Barcelona los valientes de la division de Ametller; que Hostalrich y su castillo se habia pronunciado, y que no se pasaría la noche sin que se recibiese la noticia del levantamiento de Reus.

    Despues de varios vivas al Pueblo Soberano, al Ejército, á la Constitucion, á la Reyna y á la Independencia nacional, ha tomado la palabra Ametller, diciendo que había venido resuelto á unirse á los libres de Barcelona para correr una misma suerte; que con tales compañeros no podian peligrar las instituciones; que su divisa era libertad y solo libertad, y despues ds haber dado mueras á los Narvaez, los Conchas y los tiranos, ha concluido con las siguientes palabras: «Antes que ser esclavos nos sepultaremos entre las ruinas de esta ciudad.» En seguida desfiló por delante de la lápida la fuerza toda que habia en dicha plaza, retirándose cada partida al punto que le estaba señalada. Ametller y Martell fueron á alojarse en la fonda de las cuatro naciones, en cuya entrada principal se situó una guardia de capitan.

    Sobre las 5 de la tarde se observó una partida de tropa apostada cerca de las murallas de Monjuí, que se dijo ser del regimiento de Zamora que se habia separado de la division de Ametller desde Sans, y que iba á refugiarse á aquel fuerte; pero que su gobernador creyendo que fuese una nueva traicion de Ametller no habia querido darle entrada.

    En este dia la Junta suprema á la par que declaraba á Prim traidor de la patria (footnote omitted), conferia á Ametller el grado de mariscal de campo (footnote omitted), y capitan General de Cataluña (footnote omitted).

    Hoy ha sido descerrajada por disposicion de la Junta la caja de la Tabla de los comunes depósitos, estrayendo de ella la cantidad de 26,819 rs. vn.

    En este mismo dia el Cónsul francés ha facilitado el embarque á los individuos de su nacion residentes en esta ciudad, socorriendo ademas á algunas familias menesterosas.

    En una de las quintas del llano de la ciudad debia verificarse hoy una entrevista entre Prim, Ametller, Degollada y otros, para ver si era posible entenderse, pero no ha llegado á efectuarse por desconfiar los unos de los otros.

    Ademas se han publicado dos proclamas de Ametller, una á los Catalanes y otra á los Zaragozanos llamándoles á las armas é invitándoles á secundar el alzamiento en favor de la Central; otra del Comandante del primer batallon franco de Cataluña, Frasquito María For á los liberales barceloneses, y un decreto de la Junta concediendo un real de plus diario empezando á contar desde el 2 del corriente, á los soldados que se hubiesen alistado en favor de la Junta Central, y á los que lo verificaren dentro el término de cuatro dias.

  • La Jamancia: huida de extranjeros

    (Lúnes)

    Desde las doce y media de la pasada noche hasta las cinco y cuarto de esta mañana ha hecho la Ciudadela 14 disparos.

    El motivo de tirar por las noches es para molestar á los que trabajan en la batería de S. Sebastian, que como ha sido desbaratada ya muchas veces, siempre han de estar recomponiéndola al abrigo de las sombras por no poder hacerlo de dia, á causa de los fuegos de Monjuí y la Ciudadela.

    H?? el Cónsul francés ha tenido una entrevista con la Junta suprema, la cual parece que ha motivado el oficio que se traslada en la nota (1), y de cuyas resultas muchos estrangeros han abandonado la ciudad. Esto y la voz que ha corrido de que iban á tirar bombas, ha causado tal consternación y alarma en todos los vecinos de la misma, que muchos han empezado á proporcionarse bigas para construir parabombas, otros á apurar todos los medios imagin?bles para salir al campo y otros en fin á buscar donde guarecerse del hierro. En todos los semblantes se pintan el espanto y el terror.

    A las cuatro de la tarde ha habido formacion de todos los cuerpos que guarnecen esta ciudad y que estaban francos de servicio, inclusos el escuadrón de Húsares y la artillería, con el fin segun parece de hacer un arreglo general en los batallones que están bastante desordenados.

    A las 4 y ½ Monjuí ha empezado á hacer fuego que ha durado unos tres cuartos de hora habiendo disparado en todo este tiempo solos diez tiros.

    A las 10 y ½ de la noche han roto el fuego las baterías de la Ciudadela contra la puerta nueva v plaza de la constitución, tirando balas rasas y granadas como por espacio de un cuarto de hora.

    A las 12 y ¼ han vuelto á romper el fuego dicho fuerte y Monjuí contra la batería de S. Sebastian, esparciendo algunas granadas por el interior de la poblacion. Esta vez ha durado el fuego, aunque con mucha lentitud hasta las 4 y ½ de la madrugada del dia siguiente.

    La Junta ha publicado con esta fecha una comunicacion de Ametller (1) en que le da cuenta de algunas operaciones del que llama rebelde Prím.

    [
    (1) El estado de bloqueo en que esta plaza se encuentra, no permite muchas veces que las personas entren y salgan libremente por las puertas de la misma, y pudiendo llegar el caso de adoptar indistintamente una medida prohibitiva, se lo participa á V. S. esta Junta, esperando se servirá comunicarlo á los SS. cónsules de otras naciones, para que todos los subditos estrangeros evacúen, si lo tienen por conveniente, esta capital dentro del término de veinte y cuatro horas, en la inteligencia de que no verificándolo, quedarán sugetos á las disposiciones que se tomen respecto de todos los demás vecinos en cuanto á entradas y salidas, y en cualquier caso, serán respetados y protegidos sus intereses.

    Dios guarde á V. S. muchos años. — Barcelona 9 de Octubre de 1843. — El presidente, Rafael Degollada.—El vocal secretario, Antonio Rius y Rosell.—Sr. Cónsul francés.

    (2) Por las comunicaciones que esta Junta acaba de recibir del Excmo. Sr. Capitan General D. Narciso de Ametller, y de D. Francisco Ballera, comandante general de la provincia de Gerona, se ha sabido que el rebelde Prim llegó á las inmediaciones de aquella Ciudad el dia 3 del actual y colocó en el Palau una bateria que empezó á tirar contra la plaza, de la que se le contestó tambien con fuego de cañon, sin que hasta el dia 5 hubiese resultado alguno, favorable ni adverso.

    Los enemigos salieron con cuatro batallones, una bateria de montaña, y sesenta caballos en la noche del mismo dia, dirigiéndose á Figueras con animo de hostilizar el castillo, pero defendido con valor por ocho cientos nacionales, han tenido que desistir de su empeño, y el traidor Prim ha regresado al frente de Gerona, que se halla guarnecida por dos mil ocho cientos valientes, sin contar con una columna de mil cuatrocientos hombres situada en la parte de Torruella, y otras varias de dos cientos, que hay en diferentes puntos.

    Es absolutamente imposible que los enemigos penetren en Gerona aunque tubiesen cuadruplicádas fuerzas, y es de creer que hayan recibido un severo escarmiento toda vez que han entrado en Mataró un considerable número de heridos, segun las noticias confidenciales, que por distintos conductos ha recibido esta junta. Barcelona 9 de octubre de 1843.==Siguen las firmas.
    ]

  • El consúl Lesseps interviene en la Jamancia para salvar navieras extranjeras

    (Martes)

    Hoy por ser cumpleaños de la Reina DOÑA ISABEL II á las cinco y media de la mañana Monjuí ha disparado dos cañonazos con bala. A las seis en punto la Ciudadela ha disparado 15 tiros sin bala: luego Monjuí ha hecho seis disparos mas con ella. Las Atarazanas también han hecho salva, pero sin bala. Junqueras ha disparado un tiro de cañon con ella, y al momento le han contestado Monjuí y la Ciudadela tirando algunas granadas á la plaza de la constitucion y Atarazanas, cuyo fuerte ha empezado luego, como en represalia, á romper el fuego contra la Barceloneta y batería de D. Carlos.

    Viendo el Cónsul francés que el castillo dirigia sus tiros á Atarazanas en el momento en que, de resultas del oficio de que se hizo mencion en el diario de ayer, estaban verificando su embarque en las playas de S. Beltran los súbditos de las naciones estrangeras, y temiendo que escarriándose algun proyectil causase en ellos alguna desgracia, se ha dirigido él mismo á Atarazanas, y ha hecho enarbolar la bandera de su nacion en el asta de dicho fuerte, colocándose él en persona al pié de la misma. Monjuí debió de observarlo pues cesó de tirar en el mismo instante, y solo despues que se hubieron embarcado los estrangeros y que el Cónsul se hubo retirado y mandado arriar su bandera, volvió á arrojar de nuevo balas y granadas contra Atarazanas. El fuego ha durado de esta manera hasta las siete de la misma mañana.

    A las 10 el coche fúnebre tirado por ocho caballos ricamente enjaezados de negro á ido á buscar el cadáver del Sr. Bosch y lo ha trasladado al Hospital de Sta. Cruz.

    Esta mañana cuando Monjuí ha hecho la salva ha caído una bala de doce en la sala de los enfermos del Hospital general, pero afortunadamente no ha hecho daño á nadie. Al medio dia ha caido otra bala en la sala de las huérfanas de dicho edificio sin haber causado tampoco ninguna desgracia.

    A las 7 de la noche ha habido repique general de campanas y han empezado á venderse por las calles papeles publicando entre otros el pronunciamiento de Almería, cuya proclama ha publicado la Junta con fecha de hoy.

    Hoy ha sido citado por la comision militar para que se presentase de rejas adentro el escribano de la alcaldía Juan Nogués, que se fugó de esta días pasados.

  • La Jamancia: la Junta prohibe la venta de proyectiles enemigos

    (Jueves)

    Hoy al amanecer se han oido algunos tiros de fusil por la parte de Monjuí, disparados segun parece por los de Berga contra las avanzadas de esta.

    A las tres y cuarto de la tarde los mismos, pero en mayor número, han vuelto á repetir el tiroteo, molestando de tal suerte á los de las murallas que han obligado á los del fuerte de S. Antonio á hacerles algunos disparos de artillería. Apenas lo ha notado Monjuí ha empezado á tirarles balas rasas y granadas dirigiendo además algunas á la batería de S. Sebastian y a la población. Seguramente haria Monjuí algunas señas á la Ciudadela y fuerte Pio pues aquella ha roto el fuego contra Junqueras, S. Sebastian, y baluarte del Medio dia, y el segundo ha empezado á arrojar granadas y balas rasas contra el fuerte de la Puerta nueva y rebellin de san Pedro, yendo á dar algunas de ellas en las casas circunvenas. Un momento despues todos los fuertes tanto del gobierno como de los centralistas se hostilizaban mutuamente, como en el dia del asalto de la Ciudadela. Este fuerte cañoneo ha empezado á las 5 de la tarde y ha durado hasta las siete menos cuarto.

    Por la noche desdo las doce hasta la madrugada han continuado Monjuí y la Ciudadela hostilizando al baluarte del Medio día y S. Sebastian, quienes
    contestaban con cañonazos contra aquel fuerte y el de D. Carlos.

    En la misma noche, los de la Barceloneta, han probado de hacer alguna tentativa por la parte de la puerta del mar, pero han sido siempre rechazados
    por los jamancios que ocupan la muralla y baluarte del Medio dia.

    La Junta ha publicado con esta fecha, un decreto para reprimir el tráfico que se hacia con los proyectiles arrojados por los fuertes (1).
    [
    (1) Habiendo llegado á noticia de esta Junta el escandaloso tráfico que hacen algunos individuos de esta guarnicion, y otros que no pertenecen á ella, vendiendo á cualquier precio los proyectiles arrojados de los fuertes enemigos, y deseando evitar los males que pudieran seguirse de tolerar este tráfico, decreta:
    Art. 1.° Se prohibe la compra de toda clase de proyectiles bajo la multa de 500 reales por cada uno, ó un mes de cárcel en caso de insolvencia.
    Art. 2.° Todos los que tengan proyectiles en su poder, ya procedan de venta, ya los hubiesen recogido ellos mismos, los presentarán en el término de 24 horas en alguno de los fuertes de esta plaza bajo iguales penas.
    Barcelona 12 de octubre de 1843. — Siguen las firmas.

  • La Jamancia: tensiones entre centralistas y el público, asalto del sargento cojo

    Hoy á las 5 menos cuarto de la madrugada ha salido de la Casa lonja una música de Regimiento acompañada de algunos nacionales armados á recorrer la linea de la parte de la Ciudadela y algunas de las calles de esta ciudad. Ignoramos todavía con que motivo.

    Desde las seis y cuarto de la mañana hasta al anochecer no han cesado los tiros de fusilería por la parte de la Ciudadela y recinto de las murallas. A las 3 la Ciudadela ha roto el fuego de cañón contra la ciudad y sus fuertes por espacio de unos tres cuartos de hora.

    Á las cinco y cuarto de la tarde, una partida de centralistas empezaron á prender á todos los hombres que encontraban por las calles y cafés con el protesto de hacerles ir á trabajar en las baterías del baluarte y S. Sebastian. Esta operacion que empezó á verificarse en las cercanias de Santa Maria y calle Ancha, se repetia mas tarde en la calle de Escudillers y Rambla, hasta que viendo este atropello un capitan del primer batallon de francos llamado Don Juan Perera fué á avistarse con el comandante Ferrater, que se hallaba á la sazón en la Rambla, y juntos detuvieron á la gente armada y paisanos presos oficiando á la Junta todo lo que pasaba. Esta decretó que los paisanos fuesen puestos en libertad, que la partida armada se retirase cada cual á sus principales, y que el gefe de ella fuese llevado preso á Atarazanas.

    Serian las nueve de la noche cuando se dió libertad à los paisanos detenidos, que serian en aquella hora como unos cuarenta.

    En el Palacio Real hay siempre de guardia un sargento cojo quien tiene á sus órdenes unos catorce muchachos, el mayor de los cuales no llega á 15 años, y á quienes sirve dicho, Palacio de principal. A las siete de la noche se le ha antojado hacer con ellos una escaramuza, y mandándolos cargar los fusiles se ha ido en su compañía hasta el paseo de San Juan donde les ha hecho preparar las armas, y al grito de viva la Junta Central les ha mandado hacer una descarga cerrada contra la Ciudadela y retirarse en seguida haciendo fuego graneado contra la misma. En vista de este arrojo han salido de aquel fuerte como unos 100 hombres en su persecucion, mas al notarlo los centralistas que guarnecen la línea del Borne, han saltado las barricadas y los han embestido de frente obligándoles á retirarse otra vez dentro de dicho fuerte. En esto la Ciudadela disparó una bala de iluminacion que incendió la barricada de la pescadería, que estaba cuasi toda construida de madera y habiendo visto á su resplendor que los centralistas estaban apostados en el jardin del general, les ha disparado cuatro tiros con metralla obligándoles de esta manera á que se guareciesen otra vez detrás de sus barricadas.

    Esta misma noche una comision de la Junta ha pasado á hacer un registro en casa de D. Jayme Drument quinquillero para ver si encontraría cobre para hacer cuartos; mas no habiendolo hallado ní en su almacén ni tienda, mandó derribar un tabique que comunicaba con el almacen de D. José Lines, que segun parece estaria espiado, y en él encontraron cobre en abundancia y para fabricar algunos miles de duros.

    La misma comision ha pasado á varias casas á recoger vino, avichuelas, harina etc. Se dice que en el almacen de casa Elias hay mas de doce mil sacos de harina: para justificar sobre estos despojos violentos ha publicado la Junta con esta fecha el manifiesto que se traslada en la nota n.° 1.° (1).

    Hoy ha sido depuesto el ayuntamiento de san Andrés y desarmada su milicia.

    [
    1) No perdiendo nunca de vista esta Suprema Corporación el interensantisimo punto de la subsistencia de los moradores de esta populosa capital, y hallándose en los mayores apuros respecto de los articulos de primera necesidad, sobre cuya escasez le han sido dirigidas mil reclamaciones; se han procurado acopios de harinas, trigos, varios granos, vinos y otros líquidos ; y habiendo acordado su venta con la mayor publicidad posible tiene creada una comisión de su seno, que recibirá las proposiciones de ocho á doce del dia de mañana en los claustros del ex-convento de Carmelitas Calzados. Barcelona 13 de octubre de 1843. — El presidente, Rafael Degollada. —El vocal secretario, Antonio Rius y Rosell.
    ]

  • La Jamancia: expropiaciones de alimentos, la recuperación de una escalas de asalto

    Hoy á escepcion de algun que otro tiro de fusil, como ya es de costumbre, y un cañonazo que ha disparado la Ciudadela á las diez y cuarto de la noche, no ha ocurrido cosa digna de notarse.

    A las once de la mañana se habian vendido ya en el convento del Carmen, ignoro á que precio, muchas cuarteras de havichuelas, algunas pipas de vino común, trigo de harina etc. sacado por órden de la Junta de las casas de los que dicen ser desafectos á la Central, á quienes se deja por toda garantía un vale firmado por el presidente de la junta D. Rafael Degollada, por todo el valor de lo que les quita. Preside estas ventas el vocal de la junta suprema D. Antonio Rius y Rosell.

    Anoche una comisión de la citada Junta, fue acompañada de fuerza armada y del alcalde de barrio á casa de D. Mariano Sastre tendero, y se le llevaron dos carretadas de piezas de paño de varias calidades: en seguida pasaron á casa Bulbena á quien quitaron ochenta canas de paño superior, después fueron á casa Lapeyra, también tendero de paños, y como no encontrasen nada, se llevaron presos á los dependientes por no haber querido declarar donde estaban los géneros. Otras varias tiendas cuyos nombres no he podido averiguar, sufrieron igual despojo.

    También se llevaron ochenta quintales de tocino de D. Juan Aldevér y compañía, cuyo valor se hace ascender á unos ochocientos ochenta duros.

    El gobernador Villavicencio ha publicado por disposición de la Junta suprema y de armamento y defensa una orden para que los que ocupan la línea no hagan fuego sino en caso de ser hostilizados por sus contrarios (1).


    Anoche el primer cabo de M. N., Jaime Ferrer y José Tarro, que lo es de Francos han ido a buscar las escalas de mano que quedaron abandonadas en los fosos de la ciudadela el dia del asalto, y las han trasladado á la casa Lonja, habiendo dado vivas á la Libertad y Junta central en el acto de verificarlo. Los centinelas de la Ciudadela les han disparado algunos tiros, pero sin resultado.

    [
    1) Consecuente á disposicion de la Excma. Junta Suprema provisional de gobierno de esta provincia y órdenes de la de armamento y defensa de esta provincia, recuerda bajo toda su responsabilidad á todos los comandantes de guardia que se hallan en el recinto, el que se abstengan de permitir el que los individuos de ellas hagan fuego á no ser que el enemigo se les presente á atacarles, pues dichas Juntas han visto con disgusto la multiplicacion de fuego que en distintas direcciones hizo en el dia de ayer la línea esterior de aquel, sin que para ello precediese el motivo indicado que se recomienda, para cuyo ecsacto cumplimiento prevengo á los Sres. Gefes de batallones el que ellos contribuyan á él en las instrucciones que en particular hagan respectivamente i los suyos, pues tanto las referidas Juntas como yo no toleraremos un abuso de tanta trascendencia como perjudicial, sin que para ello se anticipe la presencia del enemigo que la provoque.
    Lo cual se hace saber en la órden de este dia para la inteligencia de los cuerpos de esta capital y ecsacto cumplimiento.—
    El gobernador, Villavicencio.
    ]

  • La Jamancia: «Junta Central ó muerte»

    (Domingo)
    Hoy á las cuatro de la madrugada el capitán D. José Buxó, acompañado de unos cuarenta hombres escogidos de su compañía de nacionales de S. Martin de Provensals, ha sorprendido al destacamento de tropa que hay en el puente llamado de las Vigas y les ha tomado siete mochilas. La Ciudadela ha disparado cañonazos contra dicho Buxó y los suyos, pero sin causarles ningún daño. A las dos y cuarto de la tarde la Cindadela ha disparado tres tiros de cañon contra el baluarte del Medio dia, en cuyo punto ha muerto de un balazo de fusil el nacional llamado Antonio Gibert que se hallaba allí dando disposiciones de ingeniero para el arreglo de aquel fuerte.

    Desde las siete hasta las siete y media de la noche la Ciudadela ha disparado unos veinte cañonazos contra el baluarte del Medio dia y batería de S. Sebastian.

    Anoche la comisión de la Junta acompañada de un alcalde de barrio, ha ido á casa de D. Juan Nadal, tendero de paños, de donde ha estraido un sin número de piezas, cuyo valor, segun se dice escede al de la mas grande partida que se ha robado en estos últimos días. También ha ¡do en casa de D. Tomás Pujol, comisionista de los fabricantes de Sabadell, de cuyo almacén han estraido así mismo una considerable cantitad de paños: otros varios despojos se han hecho de los cuales no puedo dar todavía una noticia circunstanciada.

    Hoy el periódico el Constitucional copia por primera vez las observaciones que hace el vigia que hay apostado en la torre mayor de la Catedral.

    Esta noche se ha estrenado para la retreta un hermoso farol en cuyo transparente se lee el lema de Junta Central ó muerte.

    Como todos los dias, y á todas horas se oyen campanadas de la Tomasa para indicar los movimientos de la tropa del bloqueo, creemos oportuno trasladar aqui la noticia de lo que significan, dichas campanadas ó toques.

    La aproximacion de tropas de Monjuí á Barcelona se señála con 1 campanada
    De Sans á Barcelona con 2
    De Sarriá á idem con 3
    De Gracia á idem con 4
    De Horta á idem con 5
    Del Clot á idem con 6
    De la Ciudadela á idem con 7
    El desembarque de tropas en la Barceloneta con 9

    El movimiento de tropas que salen de los pueblos que acabamos de enumerar pero que no vienen en direccion á esta, se señala con igual número de toques de la campana del Cabildo ó capitular.

  • La Jamancia: fracaso de la insurrección, el Gobierno espera que Barcelona se rinda

    La insurrección catalana sigue en decadencia lo mismo que cuando escribíamos nuestra última crónica: gran lección deben recibir en ello los revolucionarios, Barcelona bloqueada por las tropas leales, la patulea encerrada en la ciudad recibiendo los fuegos de Monjuich y la ciudadela: Atmeller sitiado en Gerona y á punto de rendirse al general Prim; Martell derrotado en Aragón, después de haber sido hostilizado por los pueblos donde intentaba penetrar: los rebeldes de Zaragoza bloqueados también dentro de sus muros, caidos de ánimo y escasos de medios de defensa: los revoltosos de Almería y de Granada sometidos aquellos por el temor, estos por la fuerza de las armas, y la rebelión de otras muchas ciudades ó impedidas á tiempo ó sofocadas y castigadas en el momento de estallar; tal es el estado que tiene hoy el levantamiento centralista. El cuadro de esta situación es pues algo mas halagüeño que lo fue en un principio; pero está muy lejos de ser satisfactorio. Cierto es que las fuerzas que proclaman en Cataluña á la junta central son inferiores en número y en recursos á las que defienden la causa del Gobierno; y la prueba es que siempre que han venido á las manos han salido vencedoras las últimas. Díganlo los campos de Besos y los pueblos de San Andrés, de Sabadell, de Mataró: díganlo las fortalezas de Gerona y de la ciudadela, díganlo en un las innumerables partidas sueltas de patulea que han sido desarmadas y presas por los somatenes del pais. La acción de Mataró fue empeñada, sangrienta: unos y otros pelearon con valor, con furia; los rebeldes emplearon en ella todo su esfuerzo; pero las tropas leales llevaron al cabo la mejor parte, no sin haber sufrido considerable pérdida. Acosado Atmeller por sus paisanos y burlado en sus esperanzas de sublevar el pais se encerró en Gerona donde los rebeldes comenzaban á desconfiar de su triumfo: Prim le cerca; asalta los fuertes que defendían la plaza, y le obliga á pedir un armisticia que él concede generoso, y cuyo resultado será necesariamente la rendición de la ciudad. Impacientes los rebeldes de Barcelona asaltan la ciudadela, aprovechando un momento en que suponían descuidada su defensa; pero ni uno tan solo logró subir á sus murallas, siendo rechazados todos, con un vivísimo fuego que dejó los fosos sembrados de cadáveres. ¿Qué mayor desengaño, apetecen los ilusos?

    El Gobierno se propone acabar con la insurrección economizando cuanto pueda la sangre de los insurrectos: para ello ha marchado una parte de las tropas al mando del bizarro general Prim sobre las fuerzas rebeldes que recorren la provincia con la esperanza de que las de Barcelona se rindan á discreción cuando dejen de aguardar extraños auxilios. Bloqueada entre tanto esta plaza ó incomodados sus detentadores por el fuego continuo que hacen sobre sus fuertes las baterías enemigas vánse agotando sus medios de defensa sin que les sea fácil reponerlos. Y como las partidas rebeldes no pueden medrar ni aun conservarse en las provincias que recorren por la activa persecución que sufren y la resistencia que hallan en los vecinos de los pueblos, y ni Gerona ni Zaragoza pueden aguantar largo tiempo el asedio, solamente ocurriendo nuevas insurrecciones ó defecciones de tropas podría prolongarse la ocupación de Barcelona por los rebeldes.

    Este plan es el mas humano, el mas generoso que podía imaginarse: distínguese mas por su lenidad que por su conveniencia. Nosotros nos congratulamos por ello, enemigos como somos del rigor innecesario contra los criminales políticos. Pero la prensa revolucionaria ha clamado contra él á grito herido y porque los sitiadores de Barcelona no consienten á los rebeldes levantar fortificaciones contra ellos, porque les destruyen las que edifican y los incomodan con sus fuegos, acusan al Gobierno de bombardear ciudades y de inconsecuentes á los que hoy le defienden y censuraron en otra ocasión los bombardeos mandados por Espartero. Este cargo merece respuesta , no tanto para convencer á sus autores, cuanto para que no pase como incontestado un hecho inexacto, y para esclarecer un punto digno de dilucidarse. Barcelona no ha sido bombardeada: tan atroces medios de gobierno no son propios de generales valientes y leales. Es cierto que las baterías de Monjuich y de la ciudadela dirigen sus fuegos contra los fuertes de los enemigos atacándolos con balas y granadas; pero entre esto y bombardear una ciudad hay mucha diferencia. Compárense sino los resultados del que los ayacuchos llaman ahora bombardeo, y dura por espacio de muchos dias, con el que se hizo por su orden en la misma plaza en noviembre último, y duró apenas doce horas: compárese con el que Van-Halen dispuso contra Sevilla por mandado de Espartero. Dos ó tres edificios solamente han padecido ahora según las exageradas relaciones de los diarios anarquistas, y en los dos bombardeos á que nos referimos mas de cuatrocientas casas quedaron enteramente arrasadas. Bombardear una plaza es obligarla á la sumisión destruyéndola: bloquearla y atacarla como lo hacen los sitiadores de Barcelona es privar á sus detentadores de los medios de conservarla, y forzarlos á abandonar su defensa: lo primeso es un acto de barbarie, lo segundo un acto de justicia: en el primer caso se castiga á una población pacífica por el delito de unos pocos rebeldes: en el segundo solo los criminales sufren las consecuencias de su delito. Nosotros reprobamos el bombardeo sobre todj cuando hay otros medios igualmente seguros de llenar su objeto; pero de aquí no se sigue que debemos santificar todas las insurrecciones tjue logran guarecerse detrás de unas murallas. Salgan en buen hora al campo raso los rebeldes que tienen en tanta estima á la capital del principado, ó cesen de hostilizar á las tropas de la ciudadela y de levantar obras de defensa contra ellas, y verán entonces como no corre la ciudad el menor riesgo ni en sus habitantes ni en sus edificios : verán entonces como llegado el «lia del ataque se rinden á discreción sin que recaiga su culpa sobre los inocentes. Barcelona recibe mas daño de los que se llaman sus defensores que de los leales que la-cercan: no es del Gobierno ni de las tropas de quienes puede temer su ruina, y debiera guardarse, sino de los furiosos que se llaman sus hijos, y amenazan públicamente con entregarla á las llamas antes que abrir sus puertas á los defensores de la Constitución y de la Reina. Léase sino el Constitucional de Barcelona, y se verá la manera que tienen los revolucionarios de entender el patriotismo.

  • La Jamancia: falta carne

    (Lunes)

    Hoy no ha acaecido nada digno de notarse como no sea el tiroteo de costumbre. A las siete de la noche los disparos eran mas frecuentes y al cabo de un rato la Ciudadela y Monjuí han roto el fuego de cañon contra los fuertes de la ciudad, arrojándoles balas rasas y granadas, algunas de las cuales han caido dentro el casco de la misma. Este cañoneo ha durado hasta las dos de la madrugada.

    Hoy á quedado estinguida la compañía llamada Sagrada, de cuya creación hablamos en el diario del 13 de setiembre.

    Hoy hemos carecido de carne.

    Junta suprema ha publicado con esta fecha la comunicación que puede verse en la nota (1).

    [
    (1) El coronel D. Juan Martell ha dirigido á esta Junta con fecha 10 del corriente desde la inespugnable villa de Horta en los confines de Valencia la comunicacion siguiente.

    Son las dos de la tarde y acabo de llegar de Aragón donde mi columna ha tenido un considerable aumento , tanto que en el dia escede de 3000 hombres y con ellos me dirigiré hacia Tortosa.

    Los pueblos todos se hallan en muy buen sentido, y para mantener su buen espíritu no he querido esquivarlos con exacciones de ninguna clase; pero los valientes Zaragozanos me han proporcionado los fondos necesarios por medio del comandante Bragada Maella, que con 400 aragoneses y miñones han llegado á este punto.

    Barceloneses: Regocijaos con la fausta noticia de que nuestro bravo coronel Martell engruesa las fuerzas, en término de que muy pronto difundirá el terror en todos los enemigos de la libertad que pisan este suelo. Barcelona 16 de octubre etc.=Siguen las firmas.
    ]