Mes: agosto 1640

  • Juran el obispo por virrey, tras morirse dos en siete semanas, pero ya nadie le toma en serio

    Viendo en Madrid las muertes violentas del de Santa Coloma, la natural y pronta del de Cardona, ambos virreies, sucedidas en tan corto plazo, la Provincia toda sublevada, y que se arriesgava qualquier señor secular que viniera por Virrey, para que no faltara, eligieron á Don García Gil Manrique, aragonés y obispo, que havía siete años lo hera de Barcelona. Juráronlo el día 3 de Agosto de 1640, pero era virrey como de burla, porque faltándole el indulto apostólico para la administración de justicia, y asimismo los jueces, pues ninguno osaua parecer temiendo su último fin, quedava no más que sujeto de bulto, y por más órdenes que de Madrid se repetían, eran sin fruot, porque ninguna se obedecía, ni tampoco las obtemperavan las milicias del Rosellón, haciendo todos á su tiempo burla y escarnio de superiores.

  • Robo de correos para descubrir las intenciones de Felipe IV

    Viendo los cathalanes que los perpiñaneses eran como en Argel, viles esclavos de los soldados castellanos, y que los tratavan con rrigor y fiereza siendo dueño de puertas y presidios, viendo asimesmo que se esperavan las galeras de día en día de la parte de Italia, con mucha gente, y que los militares hacían su negocio, resolvieron robar la estafeta que hiva á Madrid y descubrir con las cartas la enfermedad que tenía el cuerpo de la Provincia: ejecutáronlo el día 12 de Agosto 1640 cerca el Torrente Jornal [Collblanc – en catalán, Torrent Gornal] que, parando al correo, abrieron los pliegos y encontraron los que ingratos á la patria davan avisos y ministravan me(dios) á los ministros de Madrid para conseguir su intento; nombráronse algunos que luego se ausentaron ha vista de haver cogido las cartas.

    El día 15 tomaron también un correo que pasava de Madrid á Perpiñán, el qual llevava entre otros pliegos dos cartas del Rey: una para Don Juan de Arce, en que le ordenava que en llegando las galeras, embarcase en ellas la más gente y más veterana que tubiese y que pasase á los Alfaques para hacerse dueños de Tortosa que así combenía. La otra era para el Obispo de Urgel [Pau Duran], electo arzobispo de Tarragona, que residía en Perpiñán todavía, en que le dava orden le continuase los avisos de quanto acá se obrava, encargándoselo mucho y agradeciéndoselo ygualmente. Este sujeto era cathalán y con las dependencias de sus prelacías, tenía quien le ministrava las noticias. Era natural de Espar(ra)guera, hijo de un peraire, pero gran letrado y no menos alevoso á su patria, que por particular interés hubo también muchos que le ymitaron.

    Con estas noticias se suspendieron los Correos (En aquellos días fué cosa frecuente el interceptar correos, originándose gran perturbación en la correspondencia. [ejemplos]), y si no era por mar no pasavan los avisos; también se cerró en quanto se pudo el comercio con el Rosellón, así por mar como por tierra, privando á todos el pasar allá mantenimientos, tomando la gente de armas todos los pasos, y dando órdenes á las fusta, de donde resultó nuevas disposiciones en los ánimos para su defensa.