Muere Serra, obispo de Lérida, enterrador de monstruos, ladrón de santos aragoneses, presidente de la Diputación

Martes de Carnestolendas, á [17] de Febrero 1632, murió aquí en Barcelona el obispo de Lérida D. J. de Serra: aragonés, hombre mui afable y de linda presencia y de edad de 48. Hallávase diputado electo y acavaba aquel año el trienio, con que no sacaron nuevo diputado. Posava en el palacio del Rey, en donde, con sunptuoso capilardente estubo descubierto tres días, en los quales se celebraron solemnes exequias, asistiendo á ellas el consistorio de Diputación, y al tercer día, en túmulo muí elebado y procesión, lo pasaron por las calles que va la procesión del Corpus: heran ochenta achas y 40 canastos? y en el Aseo, con mucha celebridad de oficio le dieron sepultura.

Comentarios

Una respuesta a «Muere Serra, obispo de Lérida, enterrador de monstruos, ladrón de santos aragoneses, presidente de la Diputación»

  1. Avatar de Alberto Pernales
    Alberto Pernales

    Parets pone 27/2, pero. Al morir, Serra, como diputado eclesiástico en la Diputación del General, presidía sus reuniones. La entrada en Viquipèdia cuenta más sobre su relación con Felipe IV y su papel en el desarrollo de las fortificaciones en la frontera española con Francia. [ref41]:

    PEDRO ANTON Y SERRA…
    En 1629 fué electo diputado general de Cataluña por el brazo eclesiástico, y creo que antes de cumplir este oficio murió á 17 de febrero de 1632. Este es el Obispo de quien en la iglesia de Roda queda la memoria de haber expilado los sepulcros de San Valero y San Ramón, ocasionando el decreto que se imprimió del Nuncio de Su Santidad, que compelió con censuras á la restitución de las reliquias de aquellos Santos. Tambien hay de su tiempo en el libro de sepulturas de esta catedral la noticia siguiente para los naturalistas: «A 12 de juny de 1622 per manament del Senyor Vicari general (y canónigo Pedro Gerónimo Martínez) fonch enterrat un monstruo, que portave un home de Igualada per lo mon: eren dos criatures apegades per lo ventre, ab dos caps, dos pits, quatre braços, quatre cuxes, quatre carnes, tot mol ben format y destint.»

    El secuestro de Valero y Ramón, ¿una versión temprana del moderno conflicto sobre los bienes eclesiásticos de la Franja?

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