La pluma que en breves líneas quiere cifrar grandes sucesos, echos memorables, extraordinarias grandezas y heroicas azañas, si lo consigue eterniza su fama, y si no huela presurosa á la nota de atrevida; pero aunque la mía por su rudeza sé que lleba siguro este epíteto y sanbenito, discúlpela el curioso, pues por no condenar al silencio las religiosas acciones de nuestra Reina de Ungría, en repetidas visitas á los combentos, en sus siempre piadosos ejercicios y eróica virtud, junto con las sumtuosas fiestas, célebres regocijos y reherentes obsequios con que la recivió, veneró y cortejó esta ciudad (siempre invicta), me expongo tan voluntario á padecer calumnias de atrevido.
El día catorce visitó S. M. el combento de religiosas capuchinas; el día 15 el de la virgen y mártir Santa Madrona; el día 20 las descalzas de San Joseph; el día 21 las del Real monasterio de San Pedro de las Puellas, y el día 24 las de Jerusalem: en todos fué recivida sigún devía tal persona, y en todos cortejada; sigún su poder, adrezaban las iglesias y casa quan primorosa ricamente podían, y en afectuosos rendimientos servían á S. M. con sus boluntades, esplendidas meriendas, con diversidad de dulces, que era lo que el santo tiempo de la Kuaresma dispensava; las capuchinas y capuchinos con las descalzas, no excedieron sus mesas de á veinte platos cada una, mostrando en su modestia su instituto y pobreza; la de San Pedro con sesenta, y Jerusalem con 80; pero qué mucho que Jerusalem excediera, quando (salvando el decoro á tanta pureza) ha sido siempre excepción la antigua Jerusalem. En todos hizo salvo S. M. quitando algo, y franqueando puerta y manjares á las damas cathalanas, que en estas visitas la quisieron ir siruiendo, y dejándose besar su real mano por las religiosas. Vamos ahora á los ejercicios de la Semana Santa.
Lunes Santo, á 25 de Marzo, día de la Virgen, y en que la Iglesia nos representa el principio de nuestra redempción, con piadoso ánimo y humildad rara dio Su Magestad un famoso banquete á doce pobres, y parece que quiso con esta acción lisonjear al que, dejando supremos alcázares en el imperio, bajava á ser pobre y bestirse de pobre.
Jueves Santo y día 28, después de haver asistido en San Francisco á los Divinos Oficios y dejado ya en el monumento á Xpto. Sacramentado, pasó S. M. al aula capitular del mismo combento, en donde, con liberal grandeza ó incomparable piedad, tenía dispuesta una espléndida comida á doce pobres. Allí con indecible humildad sirvió á los pobres, que, atónitos de verse servir por una Reyna, quedaban como embelesados. Acavada la comida y recojido en doce canastos lo que sobrava, que no será bien describirlo siendo quien es lo que la franqueava, y repartido de su mano en cada pobre ocho baras de famoso paño y seis rreales, añadiendo á las mujeres ocho baras de cambray para tocas, pasó á la más famosa acción de su grande humildad, que fué, arrodillada, labar los pies á un pobre muchacho que havía sido cabeza de la mesa. En caracteres de bronze deviéramos mirarnos, para confusión de nuestra vana estimación.
Aquella tarde, la del día siguiente y el sávado, vio las procesiones de la Sangre, Licenciados y Soledad, todas con gran deboción, y procuraron todos aquel año aumentar el número de las achas, y lo rico de los misterios (Los pasos), que siendo público en todas las naciones lo grandioso de estas funciones en Barcelona, inútil será el repetir descripciones.
PROSIGUEN LOS AGASAJOS Á LA REINA. -VISITAS DE ÉSTA EN ALGUNOS COMBENTOS, Y FIESTAS AL EMBAXADOR QUE LLEGÓ DE UNGRÍA.
El lunes 8 de Abril, y pasada ya la celebridad de la Pasqua y día en que la Iglesia celebraba la festividad de la Anunciata por haver sido en Lunes Santo, el embajador de Alemania festejó á la úngara Reyna con la fiesta de un estafermo, que con la primer nobleza corrió en la plaza ó llano de San Francisco, y con ricas y vistosas galas, y tanto que la pluma no puede descifrar ni lo galán, lo vizarro, lo vello ni lo rico de esta fiesta. Eran estos hijos de Venus en lo hermosos y de Marte en lo valerosos, Don Grao Guardiola, maestre de Campo; el embaxador de Alemania y el Barón de Retevilla, D.Pedro Aymeric y Don Juan de Eril, Don Francisco Junent y Don Ramón Torres, Gerónimo Gomer, Don Bernardo Calba, Don Alexos Grimau, Don Ramón Calders, Diego Vergos, Don Diego Quiroga, Don Joseph Calvo, Don Gregorio Mercado, Don Ramón Semmenat, Vizconde de Jop y Gerónimo Gavar, que salieron á la plaza de dos en dos con gran orden, vizarría y variedad de plumas y galas, tanto, que parecía aquel brebe sitio campo hermoso de florida primavera. Empezó el embaxador á correr las primeras lanzas, y luego sucesivamente los demás, con tal denuedo y presteza, que pudo el cielo ver por celosía aquel teatro de Marte. La ungara Magestad asistió en su balcón bajo un rico y pomposo dosel, vestida de blanco tan ricamente, que solo la imaginación podrá explicarlo: acavada la fiesta Don Grao Guardiola repartió los prisos: el 1.° al embaxador de Alemania; el 2.º al vizconde de Jop.; el 3.° al barón de Betivilla; el 4.º á Don Ramón Semmenat, y el 5.° y último á Don Bernardo Calba; todos como es estilo los presentaron á las damas de la Reyna, puesto cada priso (Premio) á la punta de una lanza y con las devidas reberencias y corteses cumplimientos que se acostumbra. Goncluióse con esto el estafermo; y aquella misma noche, en el salón del Puente de Palacio se celebró un grande sarao, en que concurrieron todas las damas cathalanas, con ermosas, ricas y vellas galas, y ya estavan mirando el festín del estafermo en el ventanaje del mismo balcón ó Puente de Palacio. Jueves, á once de Abril, visitó S. M. el cómbente de Valldoncella, en donde fué recivida con mucho obsequio y regalada con famosa merienda: besáronle la mano las señoras monjas. El día 14 visitó el cómbento del Carmen y luego tomando el coche, y dando vista á barias calles de Barcelona, se bolvió á su palacio. El día 15 fué al cómbente de capuchinos de Monte Calvario, en donde, después de haver visitado la iglesia, entró por el cómbento, y pasando á la guerta, la sirvieron aquellos padres una merienda de ensalada y frutas secas, y comió S. M. con buen gusto; que aunque las viandas no eran exquisitas, servíalas una rendida y obsequiosa voluntad; y viendo que la noche amenazaba con sus negras sombras, restitoiose á su Palacio, en donde la dejaremos hasta tratar de su embarcación y viaje.
Miquel Parets, De los muchos sucesos dignos de memoria que han ocurrido en Barcelona y otros lugares de Cataluña, crónica escrita ... entre los años de 1626 á 1660 (1888). Leer más