DIMARTS V. – Aquesta jornada de dimarts lo discret en Johan Franch notari scriva del honorable Concell dix a mi Gabriel Canyelles scriva del offici del Racional de la dite Ciutat que los honorables Conselles ab concell de cent prohomens havien provehit e ordonat que com a IIIJ del mes de abril any MCCCCXXXVIJ los honorables Consellers qui lavos eren ab cert Concell haguessen provehit que en los dimecres dijous divendres e dissabtes de les setmanes Sanctes per reverencia de la sancta passio de Jhesu Xrist totes les ffembres bordelleres de la Ciutat se enclouguessen dins la Casa de les Egipciaques a les quals o a la maioral de aquelles per la despesa de les dites bordelleres assignaren la porcio la qual lo Correu de la Ciutat reebia cascun any en lo hospital den P. dez Vilar de la dite Ciutat. E ara los dits honorables Consellers e cert Concell haien provehit et ordonat que en los dits dies de la dite setmane sancte let dites ffembres romanguen en lurs bordells perço que aqui sien guardades per los Cap·de·guaytes perço volgueren provehiren e ordonaren que la dite porcio romanga a les dites dones egipciaques ab tal perço carrech que de la dita porcio la qual pren sumes cascun any de VIJ liures XJ sols sien dats als dits Cap·de·guaytes per remuneracio dels treballs de la dite guarda cascun any sexanata sis sols E tot lo residuum de la dita porcio sie et romanga a les dites Egipciaques axi per ornament del altar de lur casa com en altres necessitats lurs segons es continuat en lo dit libre vuyte de jornades en cartes – LXVIIJ.
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Pascuas de Resurrección y Pentecostes, 1842: Cordero en la mesa, excursiones al Coll
Las pascuas de Resurrección y Pentecostes se celebran entre las familias con la comida de corderos que en las vigilias de estos dias entran en la ciudad libres de derechos: y cuyo mercado es en la plaza de san Sebastian, el segundo dia de la primera de dichas Pascuas va muchísima gente a pasarlo por las casas de campo en particular al Santuario llamado del Coll; y como la mayor parte de los que quedan en la Ciudad salen por la tarde hácia el pueblo de Gracia, formése una reunión tan numerosa como la del dia 1.° de Cuaresma, bien que mucho mas lucida y vistosa.
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Una llegada en barco
Arrival at Barcelona
Next day the wind was heavy and ahead, and nothing kept us of good cheer, but the tidings which some of the more fortunate would occasionally bring down to us of mountain and promontory, as we ran along the coast of Catalonia. It was near nine, of a cloudy, gusty night, when we dropped anchor, at last, in the harbor of Barcelona, our voyage having been longer than usual, by about one-third. The lateness of our arrival of course prevented us from going on shore, so that we lost an opportunity of seeing the «entierro de Cristo,» a grand funeral procession by torchlight, which still forms a part, as we learned, of the Good Friday ceremonial in Barcelona, though it has been abolished in almost all the rest of Spain. Wretched as we were, however, we crept from our state-rooms to the deck, to see what was to be seen: but the ship was out in the throat of the harbor, and still rode heavily, so that the glimpse we caught of the far-off lights of the city was but little worth the penalty we paid for it.
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Cuaresma, 1848
Tuvo en otro tiempo la cuaresma una fisonomía particular que bastaba á distinguirla del resto del año. A las locuras del carnaval sucedia el arrepentimiento, y este daba á todos un aire de compuncion muy análogo á la falta de diversiones públicas, y á la abundancia de ejercicios espirituales con que los hombres se preparaban para ajustar sus cuentas con Dios en el tribunal de la penitencia. Cerrados los teatros desde el miércoles de ceniza inclusive, pasábase la primera parte de la velada en alguna funcion de iglesia, y la restante en tal cual tertulia de familia, donde se divertian los jóvenes con los inocentes juegos de prendas ó con el de la lotería, cuyas puestas eran siempre de pocos maravedises. Dando acaso alguna mayor latitud á esos esparcimientos, reuníanse varios jóvenes, y convidando á las familias amigas daban una funcion de sombras chinescas ó de títeres llamados ninos, y á lo sumo, permitian las madres que en la velada de san José despues de los ninos se bailarán un par de contradanzas, sin mas música que el piano tocado bien ó mal por una de las señoritas contertulias. Desde mitad de la cuaresma gran parte de la poblacion comenzaba á entender en los preparativos para las procesiones de la semana santa, mas en toda la cuaresma no se hablaba una palabra de teatros, salvo sea el miércoles de la semana dicha en que se leían en los diarios y en las esquinas las listas de las compañías teatrales ajustadas para el próximo año cómico que comenzaba en el domingo de Pascua. En algunos años representábase en leatrillos secundarios y de aficionados el drama sacro titulado la Pasion de N. S. Jesucristo, espectáculo á que pocos acudían para divertirse, y muchos con un objeto piadoso cual á semejante representacion corresponde.
Mas adelante continuaron los coliseos cerrados para los espectáculos estrictamente teatrales, pero se abrieron para los titereros, saltimbancos y jugadores de manos, lo cual era un término medio entre lo anterior y lo que vino luego. En efecto, pocos años habian pasado cuando el teatro desconoció la cuaresma, pues durante ella se representaron las mismas funciones que en el resto del año, sin mas escepcion que el miércoles de ceniza, los viernes y las semanas de pasion y santa. Tal es el estado en que se hallan hoy dia las costumbres, y no parece que lleven traza de mudarse para volver á la rígida observancia del período de penitencia. El público, por un sentimiento que él mismo no advierte, protesta de continuo contra los actuales usos, pues la concurrencia á los teatros es mucho mas escasa durante la cuaresma que un mes antes y un mes despues de ella; pero á despecho de esta protesta, la costumbre sigue, y es probable que los jóvenes que ya la encuentran establecida contribuyan á arraigarla. Antiguamente el baile público del martes de carnestolendas era el último, y terminaba á las 11 de la noche; hoy dura hasta la madrugada del miércoles, hay baile público en la noche del primer domingo de cuaresma, y algunas veces lo ha habido en el dia de S José. Todo esto ha hecho que la cuaresma pierda su fisonomía particular, pareciéndose por consiguiente á cualquiera otra época del año.
En medio de esta variacion de las costumbres, consérvense intactas las prácticas religiosas, y el hombre devoto que quiere hacer de la cuaresma un tiempo de recogimiento y de compuncion, halla ocasiones en que entregarse á los ejercicios de piedad, que le disponen para recibir dignamente antes de la pascua el pan de la eucaristía. Crecido es el número de ejercicios espirituales á que son invitados los líeles durante la cuaresma, y tenemos por de todo punto imposible dar noticia entera de ellos, mucho mas cuando no todos los años son los mismos, y los hay que no tienen día fijo en la semana. Indicarémos aquellos que no estan sujetos á variacion, y para los demás remitimos al lector al Diario de avisos, que en el mismo dia ó con uno de anticipacion anuncia todas las funciones devotas.
En todos los lunes de cuaresma, menos en el de quinquagésima, la congregacion de la Buena muerte celebra ejercicios, que consisten en lectura espiritual, varias preces, las letanías, oracion mental, pláticas devotas, sermon, otras preces, y algunos dias hay flagelacion.
En todos los martes de cuaresma la Pia union de devotos de la imágen de Jesus crucificado dedica ejercicios espirituales en la iglesia de Ntra. Sra. de la Esperanza, en honra y gloria del Redentor. Se comienza la funcion á las 6 de la tarde. En los mismos dias se celebran en la parroquia de S. José ejercicios espirituales consagrar dos al Redentor en el paso del Ecce-homo. Se comienza á las 6 de la tarde. La congregacion de la Pasion celebra tambien ejercicios espirituales en los mismos dias y hora en la iglesia de Sta. Ana.
En los jueves de cuaresma la congregacion del Santo Cristo de la agonía consagra ejercicios espirituales á Jesus crucificado. La funcion comienza á las 6 de la tarde.
En todos los viernes de cuaresma hay funciones devotas en las iglesias del arcángel S. Miguel, de los santos Justo y Pastor, de S. Francisco de Paula y de la congregacion de Ntra. Sra. de los Dolores.
En todos los domingos de cuaresma hay sermon en la Catedral durante la misa mayor.
En todos los dias de la cuaresma escepto los festivos, y poco antes de las doce, discurren por las calles de la ciudad los monaguillos de las parroquias llamando con una campanilla á los feligreses, para que vayan á la iglesia en donde se enseña la doctrina cristiana. Como símbolo del objeto de la llamada, llevan en la mano una caña, quizás porque el cura instructor la usa para señalar los alumnos á quienes dirige las preguntas.
Las procesiones de la semana santa que alcanzaron en Barcelona celebridad muy grande, fueron interrumpidas por varias causas en años pasados; restableciéronse en 1844, y siguen haciéndose y mejorando visiblemente. El lector hallará alguna cosa de ellas en el artículo del domingo de Ramos.
No se ha perdido la costumbre de representar la pasion de N. S. Jesucristo, pues es raro que en este ó en aquel teatro de segundo orden no se ejecute, y por lo regular, con numerosa concurrencia de espectadores. La reinante costumbre de estar los teatros abiertos durante la cuaresma no ha hecho absolutamente desaparecer la antigua de sombras y ninos, los cuales si bien han degenerado, todavía son objeto de divertimiento para no pocas familias. Los ninos mas que las sombras han sabido sostenerse, y aun han tomado carácter mas alto, dando entrada al canto, y encargándose de representaciones de mas empeño que las que antes formaban su monótono repertorio.
Como podria suceder que algunos de nuestros lectores no tuviese una idea clara de los ninos, funcion que entre las caseras es durante la cuaresma la que mas tenazmente lucha contra las innovaciones, oportuno nos parece alargar un poco este artículo, dando de este particular espectáculo una sucinta idea. Que del tiempo de Cervantes eran conocidos en España los ninos (que tanto vale como títeres ) no admite duda, pues en una venta dió maese Pedro una funcion de ellos delante de D. Quijote, funcion de la cual, por mas señas, salieron los muñecos descalabrados, y muy sangrada la bolsa del escudero Panza. Desde esta remota época han tenido altos y bajos, crecientes y menguantes, y pasando por todos esos períodos, y acaso por alguno de absoluto olvido, han llegado á nuestros tiempos, y hasta á avecindarse en Barcelona y escriturarse para la cuaresma, pues en el resto del año nada se sabe de ellos. Los ninos refugiados en chiribitiles ó espuestos acaso al público en la puerta de un hostal han tomado humos, adquirido importancia y establecídose en primeros pisos, ejecutando en estos sus representaciones en teatros cuya organizacion es un fac-simile de los teatros públicos. Hace las veces de empresa una sociedad de jóvenes que costean los gastos, hay sus correspondientes director de escena, maquinista, pintores, orquesta, y finalmente todo lo anejo á un teatro, sin faltar una mínima. En la parte material el teatrillo es una miniatura de los teatros: el palco escénico tiene unos siete palmos de ancho, y la elevacion correspondiente, el telon de boca por lo comun es copia del de algun teatro de la ciudad, y casi sucede otro tanto con las decoraciones, trages, muebles y demas aparato escénico. Los niños actores de estos teatros, son unos muñecos de un palmo de altos, fijos en dos reglas de madera que descansan sobre un grueso trozo de la misma materia provisto de ruedas, cuyo movimiento impulsa las reglas, á cada una de las cuales corresponde el pie del títere, que por este mecanismo anda y gesticula segun por debajo estiran, aflojan ó inclinan hácia esta ó la otra direccion los alambres que en los pies y manos tiene clavados. Hablan por ellos mozos imberbes que estan ocultos á la vista de los concurrentes, de modo que un papel está representado á un tiempo por dos actores, de carne y hueso el uno é inanimado el otro 5 lo cual viene á parodiar las representaciones teatrales de la antigua Roma, Para suplir la falta de actrices, harto frecuente, se encargan los papeles de muger á una muchacha de pocos años ó á un barbilindo de voz mugeril: la de unos y otros estensa y fuerte cual la de una persona, forma desagradable contraste con la figura de los títeres; y sin embargo el titerismo no ha sabido por ahora hallar remedio á inverosimilitud de tanto bulto.
En estos teatros se representa todo, se canta y se baila. Desde la produccion mas sublime del genio hasta el sainete mas ridículo y chocarrero, desde el aria de mas empeño y travesura hasta la pieza mas sencilla, vulgar y monótona, todo tiene cabida en esa escena. En ella se perdonan aina los defectos y la osadía de presentar en local tan diminuto obras colosales, en gracia del donaire de los menudos actores. Por imperdonable renuncio se tendría que siendo tales teatros una exacta copia de los de veras, se echase de menos en ellos cosa alguna de las que se ven en estos: en los reputados como de primer órden se representa, si nó una funcion completa de grande espectáculo, una comedia con intermedio de canto y un sainete bilingüe zurcido por algun jóven de la sociedad ninera que de poeta se jacta.
El baile es la parte menos variada de los espectáculos que ofrece la escena titerera, en atencion á ser imposible que cuerpecitos sin alma y tiesos como un huso se dobleguen á las actitudes y á los pasos que solo es dable tomar y hacer á un cuerpo viviente. Penetrados de esto los ninistas se concretan á los saltos en la maroma.
La concurrencia en estos teatros se compone de las familias de los socios, y de los amigos de estos: la sala es por lo comun mas reducida de lo que conviene al número de los espectadores; y á fin de que quepan mas de los que cómodamente podrían, se colocan bancos arrimados unos á otros, ó sillas atadas entre si para que no se pierda una pulgada de terreno. Una araña colgada del centro del techo, y mas de una si lo exige la importancia del teatro, iluminan la sala en que estan las personas apretadas como sardinas en barril, cosa molesta para unos, y muy sabrosa para los mozalbetes, que merced á la estrechez del lugar, estan mas cerca de las rapazuelas á quienes es práctica inconcusa hacer la corte.
Llegada á su término la cuaresma, los teatros de ninos se cierran, y los actores duermen como marmotas, hasta que al estruendo del carnaval del año inmediato, dispiertan alegres, se reunen, renuevan el ajuste y viven y divierten hasta la pascua venidera.
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Jueves Santo, 1848
Los divinos oficios que celebra la Iglesia en este dia tienen un carácter particular y una grave y lúgubre solemnidad, que interesan aun á los sectarios de otras religiones. En el templo del Señor no se ve en este dia ningun objeto que escite nuestra devocion: todas las imágenes de los santos y todos los altares estan cubiertos para que nada llame la atencion, solo en un monumento dispuesto al objeto se adora la hostia consagrada. Todas las miradas son para ella; todo el culto se rinde á él, al Santo de los santos. Ese monumento, esa iluminacion , esos lúgubres acentos de la música, ese apagado son de las cajas y clarines de guerra, esas armas que el soldado lleva abatidas, todo contribuye á la tristeza de la ceremonia del dia.
Las casas particulares mandan á las parroquias algunos cirios cuyos cabos recogen despues, porque la piedad les atribuye especial virtud contra los rayos, y para facilitar los partos á las mugeres. Algunas personas disponen con algodon ó papel recortado una especie de capillitas ó doseles, que en este pais llaman maigs, y en ellas colocan una cruz ó sepulcro, y unas figuritas que representan alguna escena de la pasion. Estos majos los mandan para adorno del monumento á todas las iglesias menos á la catedral, que no los admite. Las familias se disponen desde las nueva de la mañana para asistir á los divinos oficios en el templo mas inmediato. La Catedral, la Trinidad, la Merced y algunos otros situados en los puntos mas céntricos de la ciudad son los que reunen un concurso de gente mas escogida.
En este dia es de rúbrica vestir las mejores galas y adornarse con las mas ricas preseas: tales fachas se ven por las calles: desde el tallilargo frac de la actual moda, á la tallicorta y mezquina levita del año 1830; desde el holgado gaban en que nos envolvemos ahora, al zanquilargo frac en que nos empaquetábamos quince años atrás. Todos segun sus posibilidades se acicalan, y todos segun su economia cuidan mas ó menos del vestido, y allí, al salir de las iglesias, es el limpiarse las rodillas y el sobar el sombrero con la manga, y el sacudir el polvo con el pañuelo. Por otra parte, no debemos pasar por alto la moral costumbre de ir todos los individuos de cada familia reunidos á visitar las estaciones, y esta reunion da lugar á escenas de cuya pintura no queremos privar á nuestros lectores.
En primer lugar el papá y la mamá raras veces estan de acuerdo acerca del órden de las estaciones que han de seguir. Poco acostumbrados despues de quince ó veinte años de matrimonio á salir juntos á la calle, los gustos estan discordes y todo se vuelve indirectas. El hijo mayor, que ya empieza á hombrear, pone mal gesto porque los papás no le permiten seperarse de la comitiva. Las señoritas, que frisan ya con los quince años, no quieren llevar de la mano al chiquitin que anda cargado con tres ó cuatro devocionarios, y que sale con bien si vuelve á casa con uno menos. Los menorcitos riñen mas adelante por la sombrilla ó porque no quieren ir cogidos de la mano. La mamá los regaña al salir de una iglesia por que se han ensuciado el vestido, y se lo limpia con el pañuelo. El papá se para á hablar con un sugeto, y la comitiva pierde su órden, y se hace preciso que el chiquitin se adelante á avisar á las señoritas, que distraidas sabe Dios en qué, doblan una esquina que no debian, y allía es el rabiar, y allí son los sofiones, y allí son las amenazas, y allí todo lo que puede dar una idea de que la franqueza de familia no es el principio del bien parecer ni del buen tono. Este árbitro de los gustos pretende aunque en vano desarraigar esta costumbre de ir reunidos los indivíduos de cada familia, asi como ha quitado con razon ó sin ella, alguans otras costumbres. Dejemos al tiempo lo que es suyo, y á vuelta de algunos años verémos lo que será.
No van reunidas las clases como los individuos de las familias á visitar las estaciones, porque no parece sino de reglamento las horas en que lo verifica cada una de aquellas. Desde las 12 del dia á las tres de la tarde, visitan las estaciones la clase acomodada, los elegantes, las gentes del buen tono: á las dos la tropa: por la tarde el menestral con toda la familia puesta de veinticinco alfileres, y los criados de las casas. Las autoridades eclesiástica, miliar y civil con sus respectivos acompañamientos visitan las estaciones segun reglamento.
Al anochecer la procesion que sale de la iglesia del Pino, y celebra la real é ilustre archicofradía de la Purísimia Sangre de N.S. Jesucristo, llama las gentes á la carrera para ver con corta diferencia lo que vieron el domingo de Ramos, á saber: los armats, los niños con vesta, los pasos, la congregacion, etc., etc.
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Viernes Santo, 1848
Apenas se abren las iglesias empiezan á visitar estaciones la gente madrugadora, el menestral, el jornalero y el eclesiástico. Mas adelantada la hora discurren por las calles gentes de todas clases, categorías y condiciones, con el mismo objeto. A las 10 de la mañana todos dan fondo en alguna parroquia ó iglesia de su devocion, para asistir á los divinos oficios.
Concluyen estos al mediodía, y entonces el mozalvete despues de haberse peinado en uno de esos que llaman salones, y contoneándose por esas calles, se dirige á la Catedral, á la Trinidad, á la Merced, por ejemplo, para ver las gentes que salen de la iglesia. Hay aquello de atusarse el pelo, ponerse el sombrero cuidadosamente para no desbaratar las perfumadas guedejas, y pararse formando corrillo para ver pasar á las bellas devotas, que ya arreglándose la mantilla, ya ahuecándose el vestido, ya retorciendo los rizos entre los dedos, saludan á este ó al de mas allá, con mas o menos dulzura segun las relaciones que median, separándose por un momento para verse poco despues en la Rambla, si no sopla ese viento que reina en este pais en la estacion presente.
En la Rambla se reune todo lo que no ha podido verse sino en detall durante las 24 horas anteriores. Uniformes salen en esta festividad que no ven la luz en todo el año; asi es que algunos hay por el corte del año 1827 en que se estrenaron. Sin embargo de algunos años á esta parte va disminuyendo el número de ellos, pero en su lugar va creciendo el de cruces, de modo que no parece sino que volvemos al miliario, y que se organiza una nueva cruzada.
Son las 3, y las gentes han dejado el paseo. La sopa está en la mesa. El barcelonés antiguo no olvida la costumbre de sus padres, y en esta comida exige el arroz con leche. Este es manjar de rúbrica en el viernes santo. En otro tiempo tampoco dejaba de ir á la Catedral por la tarde para ver deshacer el monumento que se levantaba á los pies de la iglesia. No sabemos si el buen gusto ó la economía ha arrinconado aquel churrigueresco templete que tan mal se avenia con la grandiosidad arquitectónica de la iglesia; pero nos felicitamos, porque el altar mayor muestra en estos dias su bello y primoroso trabajo, y presenta un aspecto tan magnífico como digno de la gravedad de la fiesta. Nada importa que no vuelva á parecer el antiguo monumento.
Desde las 12 hasta las 3 de la tarde, la congregacion de la Pasion y muerte de N.S. Jesucristo establecida en la colegiata de santa Ana celebra la funcion de las tres horas que el Redentor estuvo pendiente en la cruz, funcion que se llama vulgarmente de las siete palabras. Despues de esta hora se canta en algunas iglesias el Stabat mater, y se obsequia con algunas otras devociones á la Virgen santísima en su soledad. En los periódicos hallará el devoto los anuncios de estas funciones.
Al anochecer sale de la iglesia de Ntra. Sra. de la Merced la procesion que celebra la real é ilustre cofradía de Ntra. Sra. de la Soledad. Vista la procesion de ayer, ninguna novedad ofrece la de hoy, sino la diferencia de los pasos. La congregacion que asiste es la de la Buena muerte. El crucifijo está á cargo de los Sres. nobles casados; Ntra. Sra. de la Piedad al del colegio de corredores de cambios y el Santo sepulcro al del monte pio del mismo. En este paso habia antiguamente gran lujo. Ntra. Sra. de la Soledad á cargo de los Sres. nobles solteros: era privilegio de los nobles que asistian con vesta el ceñir daga en el costado izquierdo.
Antes de concluir este artículo no podemos menos de prevenirte, querido lector, que durante la tarde se ha permitido la entrada por la puerta nueva á los corderos que se han de sacrificar para el dia de Pascua á la gastronomía barcelonesa. Te hacemos esta prevencion por si quieres gozar de tan cuco espectáculo, que á fe de quien somos, es divertidísimo.