Etiqueta: Pío XI

  • Fundación del Centro del Apostolado del Mar de Barcelona, Stella Maris

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    El Apostolado del Mar en el Puerto de Barcelona.

    Conocedor el Excmo. y Rdmo. Sr. Obispo de la Diócesis de Barcelona, Dr. D. José Miralles y Sbert, de la importancia de la Obra, de la cual le habló con vivo interés el secretario de la Asociación de Eclesiásticos para el Apostolado Popular, manifestándole el vivo deseo de establecer y organizar un Centro de Apostolado del Mar en el puerto de Barcelona, aprobó esta iniciativa de apostolado marítimo, facilitando su inmediato establecimiento, aprobando el Reglamento por que debía regirse el Centro.

    El Centro del Apostolado del Mar, Asociación Benéfica de Carácter Religioso y Social. Domicilio Social.

    Aprobado, igualmente, el Reglamento del Centro por la autoridad gubernativa, de conformidad a la Ley de Asociaciones, en 23 de abril de 1927, establecióse en Barcelona, en el local de la Asociación de Eclesiásticos para el Apostolado Popular, en la calle de la Canuda, número 10, en donde funcionó hasta que creciendo la obra y necesitando locales amplios y capilla semipública para atender debidamente al aspecto social y religioso, se trasladó a otros locales.

    Un Centro del Apostolado del Mar en el Puerto de Barcelona.

    La Ilustre Junta de Obras del Puerto y su Ingeniero director, en aquella sazón don José Aixelá, miraron con gran interés la Obra de Apostolado del Mar, y comprendiendo todo el bien que podía reportar para el beneficio espiritual y material de los marineros y de los obreros portuarios, acordaron arrendar, mediante un exiguo canon anual, el local que anteriormente tuvo la propia Junta de Obras del Puerto, en el edificio de la Casa de máquinas, hoy derruida, que existía en el muelle del Depósito, cediendo el pabellón N. en su planta baja y primer piso. De este modo quedó instalado el Centro en su nuevo local, que bendijo el Excmo. y Rdmo. Sr. Obispo, Dr. Miralles. La Prensa dio noticia del acto. Al domingo siguiente tuvo lugar con toda solemnidad la inauguración de la capilla semipública. Celebró la Santa Misa el Rdo. Dr. D. Luís María Brugada, Pbro., predicando un inspirado y piadoso sermón el M. I. Sr. Dr. D. Mariano Vilaseca, Canónigo y Presidente del Centro.

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  • El nuncio apostólico inaugura el puente y la fachada neogóticos de la Casa de los Canónigos en la calle del Obispo y arroja ramos de flores al público abajo

    Las obras de la Diputación

    El día da San Jorge se celebrará la inauguración oficial del puente construido en la calle del Obispo, que pone en comunicación el Palacio de la Generalidad con los nuevos edificios adquiridos para ampliación de las dependencias de la Diputación provincial…

    También el día de San Jorge se inaugurará la restauración de la fachada del viejo edificio de la calle del Obispo, conocida por la «Casa de los Canónigos», a la que se ha dado el carácter de su época.

    Cuando estén terminadas las obras que se efectuarán en los citados edificios, se trasladarán a la misma varios organismos dependientes de la Diputación, entre ellos el Laboratorio Provincial de Higiene, la Escuela Superior para la Mujer y parte de la Biblioteca de Cataluña, o sea las Salas de Cervantes, de Fabra y de incunables; los locales que ahora ocupan se destinarán a salas de lectura.

  • Radiomensaje de Su Santidad Pío XII a los participantes en el XXXV Congreso Eucarístico Internacional

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    ¿Quién hubiera podido pensar cuando, en la tibia primavera de 1938, dirigíamos Nuestra palabra, en la tan hermosa como desdichada Budapest, al trigésimo cuarto Congreso Eucarístico Internacional, que en el siguiente íbamos a hacer oír Nuestra voz desde esta Sede Apostólica y después de un paréntesis tan largo como doloroso? Cargado estaba el horizonte; y las expresiones que allí se escuchaban eran ya para ponderar lo dichoso que el mundo sería, si quisiera seguir las exhortaciones del Sucesor de Pedro en favor de la paz.

    Pero la voz fue desoída; el turbión descargó con estruendo y con estrago; y hoy de nuevo, el grito angustioso, que escapa de todas las gargantas, es el mismo de entonces: ¡la paz!

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    España ha tenido el alto honor, justo reconocimiento a su catolicismo íntegro, recio, profundo y apostólico, de dar hospitalidad a esta magna Asamblea, que añadirá a sus fastos religiosos una página, que ha de contarse entre las más brillantes de su fecunda historia; y en nombre de la vieja Madre España le ha tocado hacer los honores a la espléndida y próspera Barcelona, de la que no querríamos en estos momentos recordar ni la belleza de su situación, ni su clásica hospitalidad, ni su espíritu abierto siempre a todas las iniciativas grandes, sino más bien su tradición eucarística cifrada en tres nombres: el «Santo de la Eucaristía», que fue S. Ramón Nonato; un apóstol de la comunión cotidiana ya en el siglo XIII, que es Santa María de Cervelló; y un alma que subió a todas las alturas de la mística, nutriéndose algunas veces tan solo de Eucaristía, S. José Oriol.

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    España y Barcelona, o, mejor dicho, el trigésimo quinto Congreso Eucarístico Internacional, pasará al Libro de Oro de los grandes acontecimientos eucarísticos por su perfecta preparación y organización, por la amplitud y acierto de sus temas de estudio, por la brillantez y riqueza de las Exposiciones y certámenes que lo han adornado, por la imponente concurrencia presente, por el sentido católico que lo ha inspirado, especialmente recordando los hermanos perseguidos, y por el contenido social que se le ha querido dar, tan en consonancia con Nuestros deseos. Pero Nos deseamos mucho más: Nos queremos proponerlo como ejemplo al mundo entero, para que al veros —tantas naciones, tantas estirpes, tantos ritos — «cor unum et anima una» (Act 4,32) pueda comprender dónde está la fuente de la verdadera paz individual, familiar, social e internacional; Nos esperarnos que vosotros mismos, inflamados en este espíritu, salgáis de ahí como antorchas encendidas, que propaguen por todo el universo tan santo fuego; Nos confiamos que tantas oraciones, tantos sacrificios y tantos deseos no serán inútiles; Nos, reuniendo todas vuestras voces, todos los latidos de vuestros corazones, todas las ansias de vuestras almas, queremos concentrarlo todo en un grito de paz, que pueda ser oído por el mundo entero.

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    Hágalo así esa «Moreneta» de Monserrat, patrona del Congreso y madre de Cataluña, a la que desde aquí Nos parece ver en su nido de águilas, volviendo sus ojos maternales hacia vosotros y bendiciéndoos con todo amor; háganlo S. Pascual Bailón y todos vuestros Santos y Ángeles protectores; mientras que Nos, rebosando de gozo por haber podido ver en tan calamitosos tiempos un espectáculo tan hermoso como el que habéis ofrecido, os bendecimos a todos: a Nuestro dignísimo Legado; a Nuestros hermanos en el Episcopado con su clero y pueblo ; a todas las autoridades presentes, a cuantos han colaborado generosamente en la preparación y organización del Congreso, a cuantos en este acto final de tan solemne Asamblea, y fuera de él, oyen Nuestra voz; a la Ciudad Condal, a España y al mundo entero, cuyas ansias pacíficas hallan siempre completa correspondencia en Nuestro corazón de Padre.