Martes á 2 de Mayo de 1348 se hizo una solemne procesion de rogativa con muchos Sacerdotes de la Séo, Parroquias y Conventos, y otras gentes, por cause de la gran mortandad que habia entonces en Barcelona, que duró todo Junio. Murieron este año quatro Concelleres, y casi todos los del Concejo de Ciento.
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Sus vecinos matan a 20 judíos por la Peste Negra sin intervención de las autoridades y con una respuesta bastante tardía por parte de Dios
315. And it came to pass, in the year five thousand one hundred and eight, which is the second year of King Philip, there was a great plague, from the rising of the sun unto the going down thereof; and there was no city which was too high for it, as it is written in the book of Emek Rephaim of Rabbi Chaim Galipapat. And there was a great cry from one end of the world unto the other, the like whereof never was. In the city which went out by a thousand, there were but one hundred left; and of that which went out by one hundred, only ten were left, at that time; and for one who died or was sick of the Jews, there died and sickened one hundred of the people of the land. And they clothed themselves with jealousy.
316. In those evil days, there was no king nor prince. Were it not that the Lord was with us, there would not have been left of the Jews in the kingdoms of Aragon and Catalonia one spared or remaining. And they wickedly accused them with wrong accusations, and said, «Because of the wickedness of Jacob was this. They have brought the deadly poison into the world: from them came this great evil upon us.» And it came to pass, when they said this horrible thing, that the Jews feared greatly, and afflicted their souls with fasting, and cried unto God. And it was a time of misery, of grief, and of rebuke, unto the house of Jacob in that year. And it came to pass on the Sabbath-day, at evening, that they arose against them at Barcelona, and killed of them about twenty souls, and laid hands on the prey, and there was none to say, «Leave off.» While they were fighting, the Lord caused it to thunder and to rain an overwhelming shower and flames of fire; and our adversaries were amazed: the Lord confounded their speech. And the nobles and the great men of the city went and saved the rest from their hand; but did not retain strength to save them from the thunder and rain; for they were many who rose up against them, and said, «Let us destroy them from being a nation. The Lord do good unto those that are good, and as for such as turn aside unto their crooked ways, may the Lord lead them forth with the workers of iniquity!» Amen.
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Peste negra
A 21 de Enero de 1362 á causa de la mortandad que habia en Barcelona, de landres y otras muertes repentinas, se hizo fiesta y se celebró una Misa solemne en la Séo, con Sermon en la iglesia, en los claustros, y en la Plaza nueva: á esta funcion asistió toda la Clerecía de las Parroquias. Y á 18 de Febrero se publicó un Jubileo Papal para todos los que muriesen dentro de las tres primeras semanas siguientes.
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Procesiones contra la peste negra
A.D. 1371, pestilence was rife at Barcelona; and on the 3th of June, imprecatory processions were instituted in each of the parishes of that place on account of the pestilence, which lasted for one year. A comet was seen this year.
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Procesión contra una epidemia de peste de casi un año
A 29 de Junio de 1375 hubo una procesion de rogativa de la Séo, Parroquias y Conventos, por la mortandad que habia en esta Ciudad, la que duró cerca de un año.
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Martín I se retira a Perpiñán para escapar de la peste
A. D. 1396. On the 9th of December of this year, King Don Martin retired to the city of Perpignan in consequence of Barcelona being visited by pestilence.
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Terremoto y peste
An earthquake was felt at Barcelona, and epidemic pestilence prevailed, which lasted until the anniversary of the Nativity.
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Terremoto y epidemia de la peste
An earthquake was felt at Barcelona, and epidemic pestilence prevailed, which lasted until the anniversary of the Nativity.
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Los concelleres piden a varios conventos oraciones para acabar con las epidemias que sufre la ciudad
DISSAPTA XIII. – Aquest die parti en Johan de Maella correu de manament dels honorables Consellers qui es anat ab letres lurs en diverses parts a algunos Monastirs per ço que preguen nostre Senyor Dues per les epidemies e axi mateix que preguen per lo benavenir del Senyor Rey.
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Rogativas públicas por las pestilencias
A.D. 1448. «Owing to the heavy rains of the previous year, 1447,» says Martinez de Leiva, » a severe pestilence prevailed, which was attributed to the excess of moisture, conjoined with the unprecedented heat:» it was rife in various parts of Spain. On the 11th of October, public prayers were offered up at Barcelona on account of this pestilence and of other calamities, such as earthquakes, &c.
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La reina María de Trastámara deja Barcelona por temor a la peste
The Queen Donna Maria retired, with her Court, from the city, for fear of the pestilence.
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Barcelona pide a varios conventos oraciones para acabar con varias pestilencias
Sabado 22 de Abril de 1452 envió la Ciudad su correo á los Monasterios de San Gerónimo de la Murta, del Valle de Ebron, de Montalegre, de Poblet, de Santas Cruces, y de Escala Dei, para que imploren á Dios con sus oraciones, quiera disipar las pestilencias de la presente Ciudad.
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Peste
Jueves 10 de Agosto de 1475 se empezó á hacer la ronda por las Parroquias á causa de las muertes, pues morian de la landre.
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Reunión del Concejo de 32 sobre la peste
En 14 de Junio de 1488 se volvió á tratar en el Concejo Ordinario de XXXII de los medios de guardar la presente Ciudad de la peste.
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Cese una epidemia de peste
Cese la peste que habia afligido á la ciudad por espacio de ocho meses.
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Noticia de la muerte de Juan, único hijo de los Reyes Católicos
Llega la noticia de haber muerto de peste en Salamanca el príncipe D. Juan, primogénito de los reyes católicos.
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Salen cuatro frailes en romería a Santiago para detener la peste; huida y vuelta de las instituciones
En 1507 hubo peste en Barcelona, como se colige de la partida de 4 Frayles que salieron en romeria á 15 de Marzo para Santiago de Galicia, y de haber los Concelleres con este motivo nombrado Cabos de ronda para resguardar la Ciudad… A 16 de Julio por haber cesado la peste, los Concelleres mandaron depusiesen sus bastones los Cabos de ronda: y á 18 del mismo se hizo una solemne procesion de gracias como la del Corpus…
En el Diario de Ramon Vila se dice:
Fueron las muertes de este año tan grandes, que en el mes de Febrero murieron en la Ciudad 86 personas: en el de Marzo 635: en el de Abril 736: en el de Mayo 1595: en Junio 396, y acabaron en Julio; pero subieron en Noviembre de 90 hasta 100.
En 14 de agosto…, los Concelleres escribieron cartas al Gobierno de Sicilia, de Mallorca y de otras partes, como la peste habia ya cesado en Barcelona, y que la Real Audiencia, y los Nobles se habian restituido á la Ciudad.
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Empezada la capilla de san Sebastián por voto de la ciudad
Se coloca la primera piedra de la capilla de san Sebastian por voto de la ciudad, la cual en 1466 deliberó que se guardase la fiesta de dicho santo por causa de las epidemias.
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Sale Ignacio de Loyola para Tierra Santa con algo de bizcocho, dejando su cueva manresana, a sus amigas espirituales, y unas monedas que encontró en la playa
34. Veniendo el invierno, se infermó de una enfermedad muy recia, y para curarle le ha puesto la cibdad en una casa del padre de un Ferrera, que después ha sido criado de Baltasar de Faria; y allí era curado con mucha diligencia; y por la devoción que ya tenían con él muchas señoras principales, le venían a velar de noche. Y rehaciéndose desta enfermedad, quedó todavía muy debilitado y con frequente dolor de estómago. Y así por estas causas, como por ser el invierno muy frío, le hicieron que se vistiese y calzase y cubriese la cabeza; y así le hicieron tomar dos ropillas pardillas de paño muy grueso, y un bonete de lo mismo, como media gorra. Y a este tiempo había muchos días que él era muy ávido de platicar de cosas espirituales, y de hallar personas que fuesen capaces dellas. Ibase allegando el tiempo que él tenía pensado para partirse para Hierusalem.
35. Y así al principio del año de 23 se partió para Barcelona para embarcarse. Y aunque se le ofrecían algunas compañías, no quiso ir sino solo; que toda su cosa era tener a solo Dios por refugio. Y así un día a unos que le mucho instaban, porque no sabía lengua italiana ni latina, para que tomase una compañía, diciéndole quánto le ayudaría, y loándosela mucho, él dijo que, aunque fuese hijo o hermano del duque de Cardona, no iría en su compañía; porque él deseaba tener tres virtudes: caridad y fe y esperanza; y llevando un compañero, cuando tuviese hambre esperaría ayuda dél; y cuando cayese, que le ayudaría a levantar; y así también se confiara dél y le ternía afición por estos respectos; y que esta confianza y afición y esperanza la quería tener en solo Dios. Y esto, que decía desta manera, lo sentía así en su corazón. Y con estos pensamientos él tenía deseos de embarcarse, no solamente solo, mas sin ninguna provisión. Y empezando a negociar la embarcación, alcanzó del maestro de la nave que le llevase de valde, pues que no tenía dineros, mas con tal condición, que había de meter en la nave algún biscocho para mantenerse, y que de otra manera de ningún modo del mundo le recibirían.
36. El cual biscocho queriendo negociar, le vinieron grandes escrúpulos: ¿esta es la esperanza y la fe que tu tenías en Dios, que no te faltaría? etc. Y esto con tanta eficacia, que le daba gran trabajo. Y al fin, no sabiendo qué hacerse, porque dentrambas partes veía razones probables, se determinó de ponerse en manos de su confesor; y así le declaró quánto deseaba seguir la perfección, y lo que más fuese gloria de Dios, y las causas que le hacían dubdar si debría llevar mantenimiento. El confesor se resolvió que pidiese lo necesario y que lo llevase consigo; y pidiéndolo a una señora, ella le demandó para dónde se quería embarcar. El estuvo dudando un poco si se lo diría; y a la fin no se atrevió a decirle más, sino que venía a Italia y a Roma. Y ella, como espantada, dijo: «¿a Roma queréis ir? pues los que van allá, no sé cómo vienen»: (queriendo decir que se aprovechaban en Roma poco de cosas de espíritu). Y la causa por que él no osó decir que iba a Hierusalem fue por temor de la vanagloria; el cual temor tanto le afligía, que nunca osaba decir de qué tierra ni de qué casa era. Al fin, habido el biscocho, se embarcó; mas hallándose en la playa con cinco o seis blancas, de las que le habían dado pidiendo por las puertas (porque desta manera solía vivir), las dejó en un banco que halló allí junto a la playa.
37. Y se embarcó, habiendo estado en Barcelona poco más de veinte días. Estando todavía aún en Barcelona antes que se embarcase, según su costumbre, buscaba todas las personas espirituales, aunque estuviesen en hermitas lejos de la cibdad, para tratar con ellas. Mas ni en Barcelona ni en Manresa, por todo el tiempo que allí estuvo, pudo hallar personas, que tanto le ayudasen como él deseaba; solamente en Manresa aquella muger, de que arriba está dicho, que le dijera que rogaba a Dios le aparesciese Jesu Cristo: esta sola le parescía que entraba más en las cosas espirituales. Y así, después de partido de Barcelona, perdió totalmente esta ansia de buscar personas espirituales.
38. Tuvieron viento tan recio en popa, que llegaron desde Barcelona hasta Gaeta en cinco días con sus noches, aunque con harto temor de todos por la mucha tempestad. Y por toda aquella tierra se temían de pestilencia; mas él, como desembarcó, comenzó a caminar para Roma. De aquellos que venían en la nave se le juntaron en compañía una madre, con una hija que traía en hábitos de muchacho, y un otro mozo. Estos le seguían, porque también mendicaban. Llegados a una casería, hallaron un grande fuego, y muchos soldados a él, los cuales les dieron de comer, y les daban mucho vino, invitándolos, de manera que parecía que tuviesen intento de escallentalles. Después los apartaron; poniendo la madre y la hija arriba en una cámara, y el pelegrino con el mozo en un establo. Mas cuando vino la media noche, oyó que allá arriba se daban grandes gritos; y, levantándose para ver lo que era, halló la madre y la hija abajo en el patio muy llorosas, lamentándose que las querían forzar. A él le vino con esto un ímpetu tan grande, que empezó a gritar, diciendo: «¿esto se ha de sufrir?» y semejantes quejas; las cuales decía con tanta eficacia, que quedaron espantados todos los de la casa, sin que ninguno le hiciese mal ninguno. El mozo había ya huído, y todos tres empezaron a caminar así de noche.