Etiqueta: Pentecostés

  • Se publica un jubileo plenísimo de Urbano VIII

    A los 3 de Junio, año de 1629, día de Pasqua de Spíritu Santo, se publicó por mandado del señor obispo Sentís un jubileo plenísimo, que la santidad de Urbano octavo concedió aquel año á todos los fieles, así para los que gozavan sus inmensos privilegios, y sigún su tenor paréceme era solo para Barcelona: habíase de ayunar tres días en la semana, miércoles, viernes y sávado; confesar y comulgar y visitar las iglesias del Aseo, Hospital y San Cucufate, ó á lo menos una, y en ella rogar por la paz entre príncipes christianos, exaltación de la fe, extirpación de eregías y bien de la Iglesia; y para maior commodidad se señalaron dos semanas, y se mandó que los pobres ni nadie pudiese pedir limosna por dentro las iglesias, sino á las puertas, para no turbar á los que hacían oración.

    La última fiesta se hizo procesión general con asistencia de las parroquias, religiones, señor Obispo, y Gavildo, y Ciudad, llebando baxo thálamo (Palio) en vez de reliquia, una efigie de la Verónica.

  • Cónclave internacional de los padres Mínimos para elegir Corrector General

    Para el día de pasqua de Spíritu Santo, tenían conbocado capítulo general los religiosos mínimos de San Francisco de Paula, para elegir General, función que se hace de seis en seis años y ésta tocava el celebrarla en Barcelona. Ivan acudiendo los provinciales y demás sugetos que tienen voto de todas las naciones y provincias, que era(n) un sin número, pues desde la Calabria venían frayles, y como ni el comvento estava acavado ni la ropa era bastante para las camas, valíanse de los devotos de la religión así para ropa como para hospedaxe de algunos: la Ciudad les dio de limosna 300 libras, pero así por acostumbrarlas dar en los capítulos provinciales como por los excesivos gastos, no se contentó el comvento con esta ayuda de costa: pidió otra vez y se dieron 200 libras más, que en todo fueron 500 libras (Moneda imaginaria catalana por la cual cuentan aún los labradores de Cataluña al consignar dotes, porciones legitimarias, precio de fincas, etc. Las 500 libras del texto, formarían hoy un total de 1.333’33 pesetas. Véase la nota de la pág. 21.), y así estuvieron contentos, y el General mandó que cada provincial diera al comvento 14 libras de ayuda de costa.

    El domingo antes de Pasqua empezaron las fiestas y los actos literarios de conclusiones, y empezó nuestra provincia de Cathaluña. Por las mañanas estaba el Santísimo patente y predicauan los mexores sugetos; defendió las conclusiones el padre fray Pedro Estaper, lector de este comvento de Barcelona, y después así como se seguían las provincias por su antigüedad y nombramiento del General, pero solas 36 provincias pudieron tener actos, por no haber lugar paramas.

    Llegado el domingo de Pasqua se entró á la elección, en la qual concurrían el General que acabava, el padre fray Joseph de Monte, provincial cathalán, y el provincial de Granada; entró también el obispo de Barcelona al capítulo, y estando juicio el General que acabava, sacó un despacho del Pontífice en que le dava lugar á concurrir por haver sido electo por muerte de otro y sólo haber gobernado cinco años: dexáronlo concurrir, y desviándose los votos españoles concordaron por último en elegir al que lo dejaba de ser [Simon Bachelier], que era de nación francesa y deudo mui cercano, sigún se decía, del Rey xptmo (Christianíssimo), hombre de algunos 45 años, de rostro venerando, y al decir la misa le asistían dos religiosos como acólittos y otro con su palmatoria llebando la estola cruzada, á modo de los que cantan el Evangelio en las misas solemnes; al otro día de la elección, que era á 4 de Junio, fué el dicho General en procesión con toda su religión á la iglesia del Aseo, y allí dijo misa solemne, pero en un altar portátil delante del maior, porque en éste sólo los generales ó provinciales de la M(e)r(ce)d la dizen, y esto por haverse dado el primer hávito de su religión en el presbiterio, que fué á San Pedro Nolasco, fundador, en presencia del señor Rey Don Jayme, San Raimundo de Peñafort, canónigo que después tomó el hávito de Santo Domingo, y del señor Don Berenguer de Palau, obispo de Barcelona, que á no ser esta preheminencia á ninguna religión se le permitiría: concluido el oficio se volvieron á su comvento, y se pasó á la elección de secretario de General, y fué el padre Joseph Monté, cathalán, y en su lugar, quiso el General nombrar por Provincial de Cathaluña á un castellano; pero resistiéndose la Provincia, eligió al padre fray Joseph Torner, cathalan, y después pasó á la conclusión de los demás negocios de su orden, que acá le tocava disponer, y se partió para Roma, dejando aquí su secretario algunos días, que estubo hasta la partencia del duque de Alcalá, porque fué á 28 de Julio.

    A dos de Julio de 1629, la Ilustrísima religión mínima celebró las exequias ó fiestas de un religioso calabrés de su misma orden, que havía muerto en opinión de Santo en la ciudad de Nápoles, cerca de tres meses havía [¿quién?]; asistieron á estas fiestas los duques de Feria, virrey de Cathaluña, y el de Alcalá virrey de Nápoles, y la ciudad de Barcelona: predicó el padre maestro fray Joseph de Monte, secretario. El religioso se llamava fray Francisco de Paulo.

  • Costumbres para las pascuas de Resurrección y Pentecostés

    Las pascuas de Resurrección y Pentecostes se celebran entre las familias con la comida de corderos que en las vigilias de estos dias entran en la ciudad libres de derechos: y cuyo mercado es en la plaza de san Sebastian, el segundo dia de la primera de dichas Pascuas va muchísima gente a pasarlo por las casas de campo en particular al Santuario llamado del Coll; y como la mayor parte de los que quedan en la Ciudad salen por la tarde hácia el pueblo de Gracia, formése una reunión tan numerosa como la del dia 1.° de Cuaresma, bien que mucho mas lucida y vistosa.

  • Segundo día de Pascua de Pentecostés

    Segundo día de Pascua de Pentecostés.

    Fiesta de precepto, y supuesto que nada ofrece de particular, aprovechamos la ocasion para indicar la costumbre de nuestros menestrales y jornaleros en los dias festivos del verano, de salir al campo á solazarse. Todas las fuentes que manan en la cordillera de montañas que tenemos á la vista se ven rodeadas de gentes. Al amanecer deja el jornalero su habitacion bien cerrada, y en compañía de su familia y de algunos amigos, y cargado con su guitarra y con algunas provisiones de boca de las que no se hallan en las afueras de la ciudad, sale de ella para no volver hasta despues de puesto el sol, cansado de triscar por esos cerros, de cantar al son de su vihuela, y de charlar con sus amigos. El deseo de dar al cuerpo mayor ensanche del que le ofrecen las paredes del taller le obliga á salir al campo, una razon de economía le induce, sin duda alguna, en los dia que no devenga el jornal, á buscar en los pueblos vecinos los alimentos de primera necesidad, que un principio económicamente económico carga de impuestos en las mas numerosas poblaciones.