Etiqueta: modernismo

  • Las farolas de Gaudí y las Tres Gracias en la Plaza Real

    Hém de dir la veritat: los nous candelabros de la Plassa Real, construhits á Barcelona é ideats per un fill de Reus, son suntuosos. Davant d’ells las tres gracias de ferro colat, construhidas al estranjer, se cubreixen de rovell.

    Entre els adornos, al péu, casi sobre ‘l pedestal de mármol hi ha tres guirnaldas y dintre d’ellas un festó en forma de V.
    Un preguntava:
    –¿Qué voldrán dir aquestas tres véns?
    –Y responia un altre:
    –Significan Vo, vonich y varato.

  • Antonio Machado deja Barcelona para la frontera

    Ante el avance de los nacionalistas, en marzo [de 1938] se traslada a Barcelona. Machado se instala provisionalmente en el hotel Majestic y, a los pocos días, se aloja en la torre Castañer (en el paseo de San Gervasio). Prosigue sus colaboraciones en Hora de España … y comienza su serie de artículos en La Vanguardia con el título «Desde la mirador de la guerra»…

    El día 22 de enero [de 1939] marcha con su familia y junto a otros intelectuales en dirección a la frontera de Francia, adonde llegan tras duras penalidades el día 27. La frontera es un éxodo. Antonio Machado, enfermo, tiene 64 años; su madre Ana Ruiz que le acompaña, 88. El paso de la frontera es a pie y bajo la lluvia que cae en este fatídico día, junto a una multitud de gente… El día 29 de enero, Machado, su madre y su inseparable hermano José llegan a Collioure, instalándose en el hotel Bougnol-Quintana (Machado declina diversos ofrecimientos de asilo, entre ellos el de trasladarse a la URSS). En febrero, Machado cae enfermo, agravándose el día 18. El día 22 de este mes, muere…; tres días después moría también su madre. Ambos fueron enterrados en el cementerio del pueblecito de Collioure.

  • ¿Última corrida de toros en Barcelona?

    Lo que tienen perpetrado para el próximo domingo no es más que la entrega de esa plaza, la rendición planificada con un fiestorrín dedicado a recoger los últimos dineros que se puedan exprimir del toro. Nadie, aparte de cuatro románticos, ha tenido verdadero ánimo de defender eso. El primero, el propietario de la Plaza, que está deseando hacer un convenio con el Ayuntamiento y transformar inmediatamente La Monumental en dinero contante y sonante; en segundo lugar, los políticos de oposición, que en su afán de no ser tachados innecesariamente de espanyols, no han sido capaces de defender con afán la pervivencia de esta centenaria tradición; y en tercer lugar, los gobernantes, decididos a implantar en Cataluña el régimen de Catalandia, ese mundo ficticio para cuyo diseño lo mismo hacen tapar con nocturnidad los restos de las construcciones de época califal en el monasterio de San Pedro de Rodes que proscriben la tauromaquia, pues son cosas que no entran en esa realidad nacional de juegos florales, noucentisme e idioma vernáculo que se han inventado, tan irreal por otra parte.