Etiqueta: Josep Pla

  • Pla publica su «lección terrible»

    De San Sebastián a Barcelona

    ¡Catalanes! ¡No olvidemos la lección terrible!

    Durante estos últimos meses, hemos tenido el honor de vivir en la España del General Franco, no a consecuencia de alguna determinación personal de tipo perfectamente voluntario y caprichoso, sino porque la banda criminal que ha gobernado Cataluña estos últimos treinta meses nos privó violentamente del derecho —como a tantos otros catalanes— de vivir en este país, que es el nuestro. Hemos tenido asimismo el alto honor de llegar a Barcelona inmediatamente después de la entrada en ella de las gloriosas tropas nacionales. Hemos podido gozar, pues, de una visión directa del estado en que ha dejado a nuestra querida ciudad la locura desatada que como un huracán de destrucción ha pasado sobre ella.

    Los catalanes tenemos fama de personas de buen sentido, equilibradas, ecuánimes, ponderadas. Tenemos en nuestra lengua vernácula una palabra que llamamos el «seny», que sintetiza, hasta donde es posible, la psicología de nuestro pueblo y que significa en definitiva, una tendencia a preferir las cosas concretas y positivas frente a las cosas nebulosas y vagas, un sentido de la medida, una capacidad para situarnos en la zona de la vida humana y un irreductible horror por todo lo que es cósmico, excesivo y desorbitado.

    Desde el punto de vista de la psicología catalana, lo que ha pasado en Cataluña es incomprensible. La visión de la Barcelona de hoy nos ha producido espanto. ¿Cómo es posible que un pueblo como este, haya podido hacer una horrorosa guerra civil —¡civil!—, se haya arruinado, haya pasado por innumerables vejaciones, por dolores indescriptibles, por sufrimientos profundos, por los tormentos más refinados de la abyección comunista en nombre de la clase política más vil, más perversa, más inmoral que recuerda quizá la Historia? ¿Cómo es posible que un pueblo tan plácido, tan conservador, de tan buena compañía, de tantas virtudes, haya obedecido durante dos años y medio a la caterva màs cobarde, màs enemiga del género humano que ha podido caer sobre un país civilizado?

    Nosotros creemos que el pueblo catalán está hov muy curado de criminales ilusiones, de pedanterías insoportables, de personajes que se llamaban honorables y han resultado unos simples criminales, de humanitarismos fáciles que chorrean sangre, de fantasías aparentemente inocuas y de efectos catastróficos, imponentes, mortales. El pueblo catalàn se encuentra hoy depauperado, escuàlido y arruinado. Tiene ante sí la labor inmensa de rehacerse a sí mismo, de elevar su tono, para rehacer y elevar el tono de España. Ha de emprender esta labor con el mayor entusiasmo, porque el motor de la memoria de lo que ha sufrido y de las vejaciones de que ha sido objeto, le infundirán fuerzas y entusiasmos redoblados. El pueblo catalàn ha de jurarse a sí mismo no olvidar jamás los nombres de sus falsos pastores, los efectos de las doctrinas que se le han infundido y le han resquebrajado, los tremendos sufrimientos morales y materiales que con sádica perversidad se han proyectado sobre este pueblo noble y desgraciado.

    X. X.

  • Pla publica su «retorno sentimental de un catalán»

    Retorno sentimental de un catalán a Gerona

    Un simpático matrimonio, en misión de «Auxilio Social, ha tenido la amabilidad de devolver, por unas horas, a un catalán a su país, y así me ha sido posible llegar a mi Ampurdán nativo, pocas horas después de ser liberado por las tropas del Generalísimo Franco.

    Al salir de Barcelona, por la carretera del litoral, y atravesar, en una mañana de sol mediterráneo, tibio y rutilante, los pueblos de la costa de levante, uno queda sorprendido de la tranquilidad y de la paz que respiran. Estos pueblos no parecen haber conocido la guerra para nada. Están intactos. Hay, desde luego, una diferencia fundamental entre los pueblos industriales -donde la gente lleva en la cara las huellas del sufrimiento y el hambre- y los pueblos agrícolas, donde la desconfianza natural de los payeses frente a las utopías social-comunistas, les ha permitido con toda clase de arbitrismos perfectamente ilegales por lo que se refiere al gobierno de Negrín, pero absolutamente justos y lícitos, comer más o menos y ayudar indirectamente al triunfo de las armas nacionales. Negrín no ha podido con el individualismo magnífico de nuestros payeses. Frente a ellos murió la inflación y ellos destrozaron la moneda roja por negarse a aceptar los montones de papel, que con tanta prodigalidad eran ofrecidos. La tradición del Derecho romano, que se mantiene tan viva en el campo de Cataluña, con las variantes que lo perfeccionan, del derecho privado catalán, han sido un valladar absoluto a las locuras anarco-comunistas. Estos payeses, que son la tradición eterna de este país, han realizado una labor magnífica.

    Estos pueblos de La Maresma, pues, están magníficos, pero en este momento sufren de incomunicación. Tiramos, desde el coche que pasa velozmente por las poblaciones, unos ejemplares de LA VANGUARDIA ESPAÑOLA en Montgat, en Mataró, en Arenys de Mar, en Canet, en Pineda, en Malgrat y observamos la lucha que se produce entre la gente de las calles para apoderarse de un número del periódico. La pobre gente -que tuvo una radio escondida en el desván y ahora la ha sacado con la petulancia natural de la persona que ha llegado finalmente a una zona de seguridad- se encuentra hoy con la imposibilidad de tener información, por falta de lluz y de fuerza. Están pidiendo noticias. Ya las tendrán. En cuestión de días, quizá de horas. Todo va restableciéndose.

    En todo caso hemos de decir que de todo lo que conocemos de la Cataluña liberada, esta parte de La Maresma nos ha parecido la más feliz, la vida más tranquila y sosegada, la que ha recobrado con más rapidez el ritmo de la normalización.

    […]

    Al anochecer regresamos a Barcelona por la general de Madrid. Camiones a cada paso. Puentes volados, más o menos restablecidos. En la carretera, los faros de los coches hacen unos juegos estupendos. La carretera está llena de vida. A su alrededor el campo entra en una paz y en un silencio indiferentes.

  • Inauguración del monumento de Frederic Marés a la victoria franquista en el cruce de Diagonal con Paseo de Gracia

    Giornale Luce B1672 del 16/02/1940
    Descrizione sequenze:inaugurazione del monumento della Vittoria franchista a Barcellona, autorità militari e soldati schierati di fronte al monumento, una donna sta a fianco di un’autorità militare; la statua viene scoperta; soldati in ginocchio di fronte al monumento; un sacerdote tiene una funzione religiosa, le autorità militari fanno il saluto fascista; inizia una parata di reduci dalla guerra civile, folla ai lati della strada, militari marciano; autorità in tribuna osservano la parata; soldati a cavallo sfilano; reparti dell’artiglieria motorizzata sfilano;