Etiqueta: Jaime II de Aragón

  • Llega Jaime II de Sicilia para ocupar el trono de Aragón

    Desembarca D. Jaime II que venia de Sicilia, á ocupar el trono de Aragon.

  • Privilegio real a Tortosa para la extracción de trigo para Barcelona

    Privilegio real concedido por Jaime II a las autoridades de Tortosa para que permitan a los barceloneses extraer trigos.

  • Un privilegio real absuelve Barcelona de homenajear al rey de Mallorca

    Privilegio real a la ciudad de Barcelona: absolución a la ciudad de prestar homenaje al rey de Mallorca.

  • Reducción en las tarifas de grano

    Privilegio real a Tortosa para que no se perciba la lezda a los negociantes de trigo de Barcelona.

  • Muere Blanca de Nápoles, esposa de Jaime II

    Muere D.a Blanca, segunda esposa del rey de Aragon D. Jaime II.

  • Privilegio de Jaime II concediendo a Barcelona el derecho de usar pendón

    La disposicion ó sea orígen de la Bandera antiguamente llamada de la Ciudad, y con el tiempo de santa Eulalia, es muy remota, segun consta en el Archivo de la Casa de la Ciudad, por un privilegio de Pedro II, en las Cortes de Barcelona, en el cap.1, cuyo título es: «Confirmació de privilegis, immunitats guiatges, penons e salvaguardas» libro 1, de Constit. p. 37, con cuyo privilegio, y el del serenísimo D.Jaime II, dado en Tarragona á 10 de las calendas de febrero de 1319, el cual se halla continuado en el libro primero llamado verde, concedieron á Barcelona una autorizacion ó poder perpétuo para disponer lo mas conveniente para el recto y tranquilo estado de la república, fidelidad real, y al propio tiempo para el sosiego de la misma ciudad; dicho privilegio empieza así: «Privilegium domini regis Jacobi, quod conciliari et proceres Barchinonae possunt statuere et ordinare Banna cum penis pecuniariis, et corporalibus utpote mutilationis membrorum et mortis, et alise prout eis videatur.»

  • Fundación de la Orden de Montesa, que recibe parte de los bienes de los Templarios

    D. Jaime II de Aragon funda en la capilla real la orden militar de Montesa, nombrando maestre de la misma á D. Guillen de Eril.

  • Muere Jaime II de Aragón

    Catalanes y aragoneses vieron con sentimiento cumplirse el término de la vida de este ilustre monarca, que sucumbió de una larga enfermedad en Barcelona (3 de noviembre, 1327 [convencionalmente 2/11]), á los cinco dias de haber fallecido la infanta doña Teresa de Entenza, esposa del infante don Alfonso. Tenia entonces don Jaime II, el Justiciero, sesenta y seis años, y habia reinado treinta y seis. Se enterró, conforme él lo dejó ordenado, en el monasterio de Santas Creus, al lado de su padre don Pedro el Grande y de su esposa doña Blanca.

  • Princeps namque

    El rey D. Pedro III, (IV de Aragon) llamado el Ceremonioso, en 1.º de diciembre de 1347 otorgó en Zaragoza el célebre privilegio que empieza: Princeps Namque, el cual consistia en una verdadera declaracion de guerra ó sea llamamiento al país, para que á la publicacion de este privilegio todos los hombres de paraje, barones y nobles, como tambien los vasallos debian tomar las armas contra los enemigos de la patria.

    Los sucesores de este Monarca aprobaron y confirmaron dicho privilegio, Jaime II, en las primeras Córtes que celebró en Barcelona… Alfonso IV, en las Córtes de Barcelona…, y Fernando I, en la constitucion…

    Todos usan de estas expresiones «Confirmants loants é aprobants la constitució feta per lo M.I.S. en Pere besavi nostre de gloriosa memoria den la córt de Cervera comensant, in primis, etc., en lo viatge Aliumque Namque, etc., cuant sdevendrá convocar lo Principat de Cathalunya en virtut del Usatge Princeps Namque, ó encara les hosts de les ciutats, viles e lochs del dit Principat, etc.» De manera que, publicándose el antedicho privilegio, todos los ciudadanos indistintamente estaban obligados á prepararse y comparecer armados sin excepcion de personas, verificándose dicha publicacion con una ceremonia digna de mentarse por su particularidad; y consistia, que cuando debia levantarse Somaten, ya fuese motivado por invasion al Condado de Barcelona, ya por razon de agravios hechos á la ciudad, ó por delitos atroces, entonces el veguer (bajo este nombre debe entenderse el representante del poder real…), salia de su córte ó palacio, algunas veces á pié y otras á caballo, vestido con sobrevesta real, precedido de saigs (especie de lictores ó alguaciles), los cuales con manojos de brezo encendidos (bruch) publicaba por la ciudad Condal el privilegio Princeps Namque á la usanza de la antigua Roma, que cuando declaraba la guerra á alguna nacion extranjera arrojaba un manojo de heno encendido en la direccion del pais que era declarado por enemigo de la república romana.

    Tan luego como era publicado el privilegio, expedia el veguer una circular á todos los barones, condes, vizcondes y hombres de paraje para que en el dia señalado acudiesen armados tanto estos como sus vasallos, delante de su palacio para proceder al Somaten

    Reuníase este al toque del seny (campana) de la iglesia de san Jaime, y al grito catalan de via fos ó via fora, que equivale á decir, sal fuera, se armaba el ciudadano y todo hombre que podia empuñar armas, disponiéndose para acudir donde fuese necesario.

    Inmediatamente pasaba el veguer á Casa de la Ciudad para conferenciar con los Concelleres, y quedar acordes en el modo de llevar á efecto el Somaten, y una vez puestos de acuerdo, se mandaba publicar una crida (bando), en seguida tomaba el veguer la Bandera de la Ciudad que se custodiaba en la sala de 36 (trentenari), y al grito de via fos, Princeps Namque, la colocaba en la ventana principal de la Casa de la Ciudad…

  • Sermón legendario de Onofre Manescal

    Onofre Manescal, natural de Barcelona y varón de muchos conocimientos, como lo prueban evidentemente las varias obras que escribió. Predicó en la catedral de Barcelona en 4 de Noviembre de 1597 un sermón en catalán en honor del Rey don Jaime II y de los catalanes. Es un panegírico lleno de curiosas investigaciones históricas, y de noticias que interesen á la historia de Cataluña. Sin embargo, debemos decir en obsequio de la verdad que sentimos que algunas de tales noticias sean tan poco fundadas. Imprimióse este célebre sermón en Barcelona en 1602.