Etiqueta: Fernando de Aragón duque de Calabria

  • Empieza una fiesta de San Jorge de cinco días para Carlos I

    El año de 1533, hallándose en Barcelona el emperador don Cárlos V, la reina doña Germana y su esposo el duque de Calabria, dignáronse honrar con su augusta presencia la fiesta, que por esta razon fue prorogada al domingo 27 de abril. Atavióse el altar con varias piezas de argentería de la Real Capilla, y los clérigos de la misma celebraron el oficio. No se dijo sermon por retardo que hubo en empezar. S. M., acompañado de las personas reales, del marqués de Guasto, de los cardenales de Santiago y Sigüenza, y de otros notables en gran número, vino cabalgando á la estradiota, vistiendo capa de tela de plata y una manera de cuera á la soldadesca, hecha de seda blanca, toda entretelada y recamada de hilo de plata, con mucha perlería, y unas calzas blancas ricamente bordadas de hilo de oro y plata, muy acuchilladas, aforradas en otra seda. Los diputados bajaron á recibirle hasta el pie de la escalera, y allí descabalgó en el apeadero que aun está. Habiéndole en seguida acompañado arriba, situóse en la cámara del regente de cuentas, donde se le habia puesto una cortina muy rica, y dentro de ella se recogió el duque de Calabria, viéndose elevado el sitial delante del lindar (sobre el endors, dice el original), á cuyo efecto se desclavaron las puertas. Los concelleres ocuparon su lugar acostumbrado: el cardenal de Santiago se situó afuera, al lado de la puerta antedicha, donde suelen ponerse los vireyes cuando concurren, en un banquillo cubierto de brocado, y al dorso un paño de raso. Seguian en otro banquillo algunos obispos; luego los embajadores que van con la córte, en asientos análogos; los diputados, el cuerpo consular, la nobleza, etc. Algunos convidados, por falta de mejor local, ocuparon el antepecho del claustro, habiéndose puesto en él paños de raso y bancos, y los cantores de la capilla tuvieron su apartamiento de costumbre, delante la puerta del archivo ó racional. Además, toda el ala del claustro que va desde el mismo racional hasta el gran consistorio, estaba llena de menestrales del condestable y del conde de Benavente, y de los trompetas y atabales del duque de Calabria, que espresamente fueron llamados, los cuales al entrar y salir S. M. y al acabarse los oficios, hicieron tan grande música que otra cosa no se oia. Los trompetas de la ciudad, que igualmente suelen concurrir, estaban sobre un castillo alzado delante de la Casa-diputacion, desde cuyo lugar daban señal cada vez que entraba ó salia algun personaje. El ramo (toya) fue entregado á S. M. por el diputado eclesiástico, despues de hecha salva, habiéndolo tomado de manso de un oficial preeminero que lo llevaba. No hubo damas en sus sólitos lugares, porque todo lo ocupaban los hombres, si bien asistieron muchas disfrazadas, asi dentro de la capilla, como en la cámara del racional y arriba en la azotea (nota omitida). A las vísperas tampoco asistieron muchos convidados, pero sí gran multitud de pueblo, en razon al jubileo que se gana visitando la capilla (nota omitida). Tampoco los diputados salieron cabalgando en órden consistorial, conforme otras veces se habia acostumbrado.