Etiqueta: Falange Española

  • José Antonio: el encaje de Cataluña en España

    [Discurso en el Parlamento el 30 de noviembre]

    … hay muchas maneras de agraviar a Cataluña, como hay muchas maneras de agraviar a todas las tierras de España, y una de las maneras de agraviar a Cataluña es precisamente entenderla mal; es precisamente no querer entenderla.

    Lo digo porque para muchos este problema es una mera simulación; para otros este problema catalán no es más que un pleito de codicia: la una y la otra son actitudes perfectamente injustas y perfectamente torpes. Cataluña es muchas cosas, mucho más profundamente que un pueblo mercantil; Cataluña es un pueblo profundamente sentimental; el problema de Cataluña no es un problema de importación y exportación; es un problema dificilísimo de sentimientos.

    Pero también es torpe la actitud de querer resolver el problema de Cataluña reputándolo de artificial. Yo no conozco manera más candoroso, y aun más estúpida, de ocultar la cabeza bajo el ala que la de sostener, como hay quienes sostienen, que ni Cataluña tiene lengua propia, ni tiene costumbres propias, ni tiene historia propia, ni tiene nada. Si esto fuera así, naturalmente, no habría problema de Cataluña y no tendríamos que molestarnos ni en estudiarlo ni en resolverlo; pero no es eso lo que ocurre, señores, y todos lo sabemos muy bien. Cataluña existe con toda su individualidad, y muchas regiones de España existen con su individualidad, y si queremos conocer cómo es España, y si queremos dar una estructura a España, tenemos que arrancar de lo que España en realidad ofrece; y precisamente el negarlo, además de la torpeza que antes os decía, envuelve la de plantear el problema en el terreno más desfavorable para quienes pretenden defender la unidad de España, porque si nos obstinamos en negar que Cataluña y otras regiones tienen características propias, es porque tácitamente reconocemos que en esas características se justifica la nacionalidad, y entonces tenemos el pleito perdido si se demuestra, como es evidentemente demostrable, que muchos pueblos de España tienen esas características.

    Por eso soy de los que creen que la justificación de España está en una cosa distinta: que España no se justifica por tener una lengua, ni por ser una raza, ni por ser un acervo de costumbres, sino que España se justifica por una vocación imperial para unir lenguas, para unir razas, para unir pueblos y para unir costumbres en un destino universal; que España es mucho más que una raza y es mucho más que una lengua, porque es algo que se expresa de un modo del que estoy cada vez más satisfecho, porque es una unidad de destino en lo universal.

    Con sólo esto, veréis que en la posición que estoy sosteniendo no hay nada que choque de una manera profunda con la idea de una pluralidad legislativa. España es así, ha sido varia, y su variedad no se opuso nunca a su grandeza; pero lo que tenemos que examinar en cada caso, cuando avancemos hacia esta variedad legislativa, es si está bien sentada la base inconfundible de lo que forma la nacionalidad española; es decir, si está bien asentada la conciencia de la unidad de destino. Esto es lo que importa, y es muy importante repetirlo una y muchas veces, porque en este mismo salón se ha expuesto, desde distintos sitios, una doctrina de las autonomías que yo reputo temeraria. Se ha dicho que la autonomía viene a ser un reconocimiento de la personalidad de una región; que se gana la autonomía precisamente por las regiones más diferenciadas, por las regiones que han alcanzado la mayoría de edad, por las regiones que presentan caracteres más típicos; yo agradecería –y creo que España nos lo agradecería a todos– que meditásemos sobre esto: si damos las autonomías como premio de una diferenciación, corremos el riesgo gravísimo de que esa misma autonomía sea estímulo para ahondar la diferenciación. Si se gana la autonomía distinguiéndose con caracteres muy hondos del resto de las tierras de España, corremos el riesgo de que al entregar la autonomía invitemos a ahondar esas diferencias con el resto de las tierras de España. Por eso entiendo que cuando una región solicita la autonomía, en vez de inquirir si tiene las características propias más o menos marcadas, lo que tenemos que inquirir es hasta qué punto está arraigada en su espíritu la conciencia de la unidad de destino; que si la conciencia de la unidad de destino está bien arraigada en el alma colectiva de una región, apenas ofrece ningún peligro que demos libertades a esa región para que, de un modo o de otro, organice su vida interna.

    ¿Es éste el caso de Cataluña? Los que le concedieron el Estatuto debieron presumir que sí. 0 los que le concedieron el Estatuto fueron traidores a España, sospecha para la cual debiéramos todos tener nuestros motivos, o los que le concedieron el Estatuto pensaron que la conciencia de la unidad de destino estaba tan arraigada en Cataluña que el Estatuto no iba a ser nunca instrumento de disgregación y podía ponerse en sus manos sin ningún peligro para la unidad. Ahora bien: aquello que, en el mejor caso, fue una presunción de los que concedieron el Estatuto a Cataluña, ha sido evidentemente destruido por la prueba en contrario. Los dos años de experiencia de Cataluña han sido dos años de deshispanización, y si en dos años se avanzó lo que se avanzó en el camino de la deshispanización, con el instrumento puesto en manos de los que ejercieron el gobierno de Cataluña no es ya temerario, sino que, por el contrario, la presunción se invierte, pensar que si dejamos entregado este Estatuto en manos semejantes (porque ninguna garantía tenemos de que el pueblo catalán piense cambiar de directores), probablemente comprometemos, ponemos en trance de pérdida definitiva, el sentido de la unidad de destino nacional que debemos exigir arraigado en todas las tierras de España.

    […]

  • Pierre Laval, ex primer ministro francés y colaborador nazi, ingresa en Montjuic

    LAVAL HELD IN SPANISH PRISON
    Suite at Ritz Reserved for Collaborationist
    By Charles S. Foltz
    Montjuich Citadel, Spain (AP)
    Pierre Laval, Vichy’s former chief of government, who sought refuge in Spain, listened to the «Voice of America» broadcast in French Thurday for outside news in this stone military prison 600 feet above Barcelona harbor.

    I saw him enter the fortress in an American automobile which brought him from the airport where he landed in a German bomber at noon Wednesday. He surveyed impassively the massive walls of the prison where he was brought to await disposition by the allies at American demand.

    Furniture Moved

    The car, belonging to Barcelona’s civil governor, took him into the citadel. There the manager of Barcelona’s Ritz hotel inspected the beds and furniture and prepared food, all brought to the prison from his hotel. This grim fortress is not famed for such luxuries.

    Laval did not expect to be treated as a prisoner. A suite at the Ritz is still reserved for him and his wife. A protest by American Consul General David M. Key on behalf of the embassy, blocked Laval’s request to go to the Ritz to rest before his imprisonment at Montjuich.

    The French collaborationist chief and four companions are housed in separate pavilions in the citadel. The first thing Laval requested was a radio and the first broadcast he heard was the «Voice of America» in French.

    Talks to Governor

    With Laval until 3 a. m. was Barcelona’s Falangist civil governor, Antonio Correa Veglisson, who met the former premier at the airport.

    The troops of Montjuich garrison, acting under orders from Madrid, kept close guard on Laval. This correspondent was refused permission to approach him.

    Laval expressed fears to Spaniards that he would be taken to France to be judged.

    The commander of the fortress, Lt. Col. Sebastian Gomila, said he was not interested in politics and was only obeying the orders of the Madrid government to keep Laval incommunicado.

  • Reacciones barcelonesas ante las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki

    Pánico en el mundo. Pánico en España, en Barcelona, en las conciencias. Se hacían toda suerte de cábalas, pero el denominador común era cierto sentimiento de corresponsibilidad. Muchas personas se alegraban del derrumbamiento de las potencias del Eje, pero la explosión atómica las hostilizaba por dentro. Mientras mosén Castelló se dedicaba a repartir estampítas en las que se veía el infierno, el doctor Trabal se pasó un día entero en su despacho, dejando vagar la mirada por los libros de los estantes, que contenían saberes y fórmulas para traer nuevas vidas al mundo…

    […]

    Entre los más desconcertados, naturalmente, estaba Julián. La verdad era que el arquitecto confió hasta el último momento en que un milagro -tal vez un milagro científico o técnico- salvaría a los alemanes, y no había sido así. Julián no acertaba a explicárselo. No acertaba a explicarse que las democracias, símbolo de disgregación -«¡a la basura!, ¡a la basura!»-, hubieran vencido al totalitarismo, símbolo de unidad.

    […]

    La Delegación de Ex Combatientes convocó una asamblea extraordinaria, regional. Y el ambiente que en ella se respiró fue de los más pesimista. El arquitecto y Claudio Roig, que con la camisa azul parecían otras personas, se encontraron allá con antiguos conocidos. La alegría de los abrazos se vio empañada por la gravedad de la situación. La creencia unánime era que Roosevelt y Churchill, presionados por Stalin, intentarían derribar el régimen español y traer de nuevo al país a Negrín y la Pasionaria. Quien más, quien menos, retrocedió mentalmente a la guerra civil y el contagio encalabrinó los ánimos. Se pronunciaron discursos, entónose el «Cara al sol» y al final los asistentes, sin una sola excepción, se juramentaron para defender otra vez, si preciso fuere, el suelo patrio…

    A la salida habló largo rato con Claudio Roig. Recordaron al amigo Saumells, el Mujeriego, y los motivos que lo llevaron a decidirse a entrar en religión. Roig estuvo en Tarragona con sus padres y pudo añadir algunos datos más.

    – Ya sabes lo mucho que le preocupaba la cuestión social. Por lo visto dijo que los resultados de la victoria no se parecían en nada a como él los imaginó durante la lucha. Intentaron convencerle de que no se ganó Zamora en una hora, pero no hubo nada que hacer; lo plantó todo y se fue al noviciado.

  • Reacción barcelonesa a la Matanza de Atocha

    Protest Killing
    Workers On Strike in Madrid, Barcelona
    MADRID Spain (AP) – More than 65,000 workers went on strike in Madrid and Barcelona today to protest the machine gun killing of four leftists by gunmen believed to be rightist extremists.

    […]

    Some 30,000 workers at the Barcelona SEAT plant, Spain’s largest automaker, also went on strike to protest the attack on the lawyer’s office.

    […]

    The raid capped a day of violence in Madrid during which leftists [GRAPO] kidnaped a three-star general [Emilio Villaescusa] and a young woman [Maria Luz Najera] was killed in a clash between police and demonstrating students.